Los Males humores de la vida [PRIVADO]

Con la paciencia que lo caracterizaba para hacer las cosas ya le estaba molestando tener que recorrer un bosque antes de llegar al castillo para llegar a la biblioteca de Hogwarts cuando tenía que sacar información o leer sobre algunas cosas que estaba interesado, y sus libros, aparentemente no tenían lo que estaba buscando. Como era de esperarse en aquel lugar lleno de sabiduría el silencio abundaba, el mas mínimo ruido se escuchaba por todos lados con un eco que lo delataba, como cuando alguien pasaba de hoja, eso se podía escuchar pero solo hasta que aquel lugar se llene de gente. En esos momentos que Luke buscaba un libro sobre criaturas mágicas, específicamente Dragones… digamos que su cabeza no estaba del todo sana ya que él quería domarlos, esas criaturas salvajes que no hacían más que gruñir y escupir fuego. Solitarias, temerarias, se parecían a él en cierto modo pero había una sola diferencia, él no se dejaba dominar por nadie.

Ya habiendo encontrado lo que buscaba simplemente se retiro, acordando la fecha en la cual lo iba a devolver aunque seguramente iba a ser mañana ya que no le tomaba mucho la lectura, solo que la tarde había empezado hace unas horas, tenia deberes que hacer. En la noche lo leería. Salió con su caminar lento, despreocupado ya mentalizándose para recorrer otra vez ese largo camino para dejar el libro en su mesita de luz “Por fin… creo que esta noche averiguare todo lo que tengo que saber para domar tales criaturas abominables” Pensaba mostrando un rostro serio mientras andaba bajando las escaleras. Mientras en su cabeza se mantenían algunas incógnitas sobre las cosas que debía hacer para manejar el carácter podrido de una bestia que los muggles consideran mitológica en su historia.

Tardo unos minutos en llegar a la planta baja cuando entro en los pasillos para por fin encontrar la salida. No se espero que al entrar a los pasillos un ser que no pudo divisar allá impactado contra su cuerpo, haciendo que el choque entre masas tenga por resultado una acción repelente lo cual impulso a los dos sujetos hacia atrás para terminar haciéndolos caer al suelo sentados. El libro que Luke había sacado, voló en cámara lenta hasta quedar del lado de la persona que había chocado. Se repuso rápidamente mirando el libro en el piso y luego mirando a la persona, solo vio el símbolo de su casa - ¿Qué no ves por donde caminas cerebro de ave? ¿O crees que estas volando libremente? Te aviso que estamos en la tierra, y por aquí caminan las personas prestando ATENCION a sus pasos – Soltó todo lo que tenía que decir con ese rostro tan neutro y a la vez tan hostil. No estiro la mano para ayudarla a levantarse, simplemente la miro con desprecio, cruzándose de brazos – Tendrías que quedarte sentada un poco mas, así ves donde estas parada – Menciono con voz severa como la de los profesores cuando retaban a sus alumnos. Ese gesto frio que aparta a las personas sin admitir la culpa, ni aceptar la palabra perdón, algo que no estaba en su vocabulario.

Mi vida estaba cuesta abajo, nada está saliendo como quería era mi último año en el colegio y mi vida… todo lo que esa palabra implicaba estaba desvaneciéndose ante mis ojos, la posibilidad de amor… se iba como venia, rápida y sin dejar rastros, cuando deseaba apoyarme en mi familia… pues resultaba que no estaba, no tenía a nadie que me ayudara con mis profundos conflictos de adolecente, sarcásticamente mi vida estaba hecha una mierda. Por eso mismo mi humor no era nada bueno, incluso la única cosa que me hacía sentir bien… inventar, crear… estaba bloqueada por mi estupido sentimiento de culpa y rabia, de todo lo que me estaba reprimiendo, no Molly hacia nacer ese gentil afecto por el mundo. Menos mal que en el castillo podía volverme introvertida y pasar de ser visible a invisible en cosa de segundos, a nadie le importaba que la nerdy dejara de sonreír o ser amable con todos, solo a algunos chicos de cursos más bajos que se encontraban de frente con un muro… pero no tenía ganas de ser una prefecta ejemplar… solo me bastaba con ayudarles un poco para que mi conciencia se quedara callada.

Mis pasos eran un poco difusos, en realidad toda mi apariencia lo era. Daba gracias a mi cabello corto ya que no me tenía que preocupar de peinarme demasiado… cosa que ayudaba ya que lo último en que pensaba era en mi apariencia física, intentaba lucir saludable, con mí recién insomnio ese era mi meta. No estaba muy al pendiente de mi entorno, intentaba ignorar todo lo que me hiciera incrementar mi mala racha, incluso pensamientos negativos, ahora mismo me dirigía a la soledad de la biblioteca, con la excusa de estudiar un poco… nada extraño para una nerdy, pero yo solo quería estar a solas… aunque dibujara círculos en un pergamino… no me importaba, mientras nadie me hablara estaría bien. Lo próximo que supe era que estaba sentada en el suelo… era literalmente un golpe a la realidad… en cuanto me recupere de la impresión una vocecita molesta me lleno los oídos, ¿estaba insultándome?...

-eres un idiota…- le respondí a sus palabras, nunca había sido explosiva en responder pero este… no sabía cómo llamarle.-no fue solo mi culpa gran genio… - me puse de pie a regañadientes dedicándole una mirada molesta, no me agradaba su vos, no me agradaba su mirada… nada de él.- tú me chocaste a mí, tanto como yo a ti…- le respondí.- si yo te hubiera chocado, jamás te hubiera movido de tu lugar… es imposible que con mi cuerpo te desplace a ti… en cambio si tu – lo señale con mi dedo índice.- venias a la misma o más velocidad que mí… el impacto entre los dos nos hace perder el equilibrio y en tu caso igual nuestras fuerzas…- lo mire como quien le explica a un niño de kínder cómo funciona el día y la noche.- pero supongo que tu ego ocupa demasiado espacio en tu cerebro y no te deja usar todas tus facultades para ser un poquito más educado…- negué con la cabeza y me agache a recoger su libro.- a esto se le llama modales- le dije entregándole el libro.-

En otras circunstancias hubiera sido amable, y hasta me habría disculpado en vez de darle el sermón de cómo ser mejor persona, pero su mirada… me descomponía, me hacia recordar a cierta serpiente venenosa que no dejaba de molestarme.