Trágico... [Patrick ]

Teníamos un mes desde nuestra llegada a Hogwarts y aún no me sentía completamente en casa, a pesar de que las tardes eran frías no eran tan acogedoramente frías como en Durmstrang, más de la mitad de mi ropa estaba guardada tras los roperos de cedro en mi habitación porque no podía usarlo, mis botas de piel y todo mi ropa que era mayormente de piel en Hogwarts no me servían de mucho puesto que no hacía tanto frío como en el norte y eso no me dejaba terminar de sentirme cómoda en el lugar.

Esa noche me encontraba en mi habitación en Hogwarts mirando precisamente todas las botas que no podía usar y me quedé ensimismada observando con nostalgia, muchos recuerdos pasaron como flashes por mi mente...

[Flashback...]

Era el último día de primavera, estaba parada en los terrenos de Durmsntrang, sabía que no debía de estar ahí porque "Era peligroso" todos los alumnos habían sido evacuados a sus hogares de inmediato, bueno... los alumnos que sobrevivieron al ataque que devastó el colegio... estaba parada frente a las ruinas de el lugar que fué mi hogar por muchos años, el lugar que fué mucho más que toda mi vida entera en donde había pasado los mejores momentos, había conocido al amor de mis sueños y ahora estaba... estaba bajo las ruinas del colegio.

Una lágrima cayó por mi mejilla y me encontré aspirando ronoramente por la nariz con nostalgia y mucho dolor. Mi cuerpo estaba cubierto por un abultado abrigo de piel de zorra y botas de piel de chinchilla. No quería irme de ese lugar, quería quedarme ahí, sepultarme bajo los recuerdos de donde mi vida había comenzado y ahora terminaba... No podía mover ni un músculo de ese lugar, no podía creerlo, no estaba lista para asimilar que en realidad nuestro hogar estaba derrumbado y que jamás volvería a ser lo que un día fué. Era imposible de creer, estaba desolada, no había anda que pudiera animarme, para mí la vida había terminado.

Desde que había sucedido esa desgracia en el colegio había tomado la decisión de guardar bajo llave todos esos sentimientos de desolación y abandono, pérdida y tristeza, pero ahora que estaba frente al colegio que me vió crecer y desarrolarme, era como una puñalada directa en el estómago.

Me limpié la mejilla y mi nariz sonora delató mi presencia a alguien que se acercó por detrás, cerré los ojos, solo escuchaba sus pasos, tal vez era algún neo mortífago que había regresado para contemplar su obra y ahora acabaría conmigo, tal vez eso sería lo mejor, que mis días terminaran en donde mi vida había comenzado realmente, en donde había conocido a los dos grandes hombres de mi vida y en donde ahora todas mis ilusiones estaban enterradas. Solté un suspiro, pensé que sería el último hasta que escuché mi nombre pronunciado por una voz grave que podría reconocer en donde fuera, aunque me arrebataran todos los sentidos podría escuchar la voz de Patrick y sentirme protegida.

Fuí rodeada por sus brazos y cuando mi rostro se vió inmerso en su pecho las lágrimas comenzaron a salir en un torrente, hasta ese momento solo habían sido sollozos, pero en ese momento cuando Patrick me tomó protegiéndome las lágrimas salieron con fuerza de mis ojos y el aire comenzó a faltarme en medio del llanto. - Oh Pat... esto es horrible ¿Cómo no lo vimos venir? - pregunté entre lágrimas que seguían desbordándose.

Mis manos se aferraron a su cuerpo por los costados y no levanté mi rostro de su pecho, el aire se me escapaba como la vida de todos los alumnos que una vez vieron un lindo amanecer en el castillo de Durmstrang

Podía sentir que Patrick sentía lo mismo que yo, esa desolación que no podía explicarse con palabras, ese vacío inmenso que no se llenaría con nada por la pérdida de cientos de personajes que se vieron obligados a salir de escena por una abrupta aparición maligna en el colegio que por mucho tiempo fué su hogar. Me sentía asqueada por la poca motal que tuvieron esas personas que se atrevieron a matar a tantos niños.

Las palabras que me decía eran innegables, necesitabamos apoyarnos el uno al otro para no dejar caer a nuestros alumnos en la tristeza que nos embargaba, aunque era de esperarse que se sintieran tanto o peor que nosotros, ellos habían perdido a sus amigos, a sus parejas, a la mayor parte de sus vidas. - No tienes ni que pedirlo, sabes que estaré siempre para tí - coloqué mi mano contra su pecho mientras mis ojos se fundían en una intensa mirada con los suyos.

Siempre había sentido cosas por Patrick pero siempre me había repetido que había demasiadas personas por encima de mí en quien él posaría sus ojos y ahora que esas personas no estaban, por algún motivo me sentí más alejada, todas esas sombras y todos esos fantasmas jamás dejarían que algún día fuera feliz. Entonces me sentí más triste que nunca.

Sus manos cubrieron las mías y las besó, una por una mientras la cercanía era más pronunciada y no sólo físicamente, sino también emocional sentí que él se acercaba más a mí, como si por primera vez me mirara. Yo era una mujer hermosa, estaba segura de ello (Obvio salgo en Inglorious Basterds xD) era inteligente y sabía lo que quería, desde que me proponía tener algo no descansaba hasta conseguirlo pero él nunca se había interesado en mirarme de aquella manera y no quería que me viera como la última opción que le quedaba para recuperar un pedazo de su colegio, me sentí ligeramente conmocionada y usada mientras me estrujaba entre sus brazos y besaba mi frente. Recargué mi mejilla en su pecho y cerré los ojos sollozando en silencio mientras las lágrimas escurrían por mis mejillas y mi maquillaje comenzaba a derramarse junto con las lágrimas.

- No tienes que agredecerme, sólo tuve suerte... bueno y un poco de pericia para salir corriendo cuando las paredes comenzaron a...- ni siquiera podía continuar, que diablos le estaba diciendo! Por años me había imaginado situaciones menos complicadas que esta en la que él mesujetaba la mano, no dijeran que me abrazaba y ahora estabamos ahí ambos mirando la tragedia que asolaba nuestras almas apoyándonos mutuamente. Me sentí realmente bien de tener mi cuerpo protegido por el suyo y decidí que no quería que esa protección terminara, fuera por el motivo que fuera al fín, él había puesto sus ojos en mí y no iba a permitir que retirara su mirada. - Me siento muy sola, Patrick, y triste, no soporto esta situación en Hogwarts, la gente ahí es tan diferente, no me siento en casa y creo que nunca más me sentiré ahí - él sabía bien que no tenía casa, ese colegio había sido mi verdadero hogar por más años de los que podía reconocer y ahora no tenía nada. Tampoco podía hacer que las lágrimas dejaran de caer por mis mejillas y mis palabras sonaban un poco ahogadas por el llanto.

Era muy agradable estar con Patrick aunque estuvieramos en aquella extraña situación. Decían que después de la tormenta siempre viene la calma, y parecía que así era. Estaba sumida en una extraña calma que me aterraba porque me encantaba.

Pasé las yemas de mis dedos por la mejilla de Patrick mientras pensaba que realmente ahora solo nos teníamos el uno al otro. Eso me entristecía pero no quería ser la mujer de la cara triste siempre que estaba con él pero no podía evitar sentirme pésima porque quería estar con él de una manera que tal vez él no se imaginaba y me sentía culpable por pensar en mí siendo que muchos de mis alumnos y compañeros ya no podían nisiquiera pensar en estar así con alguien más porque a) Ese alguien más ya no estaba o porque b) simplemente ellos mismos ya no se encontraban en este plano.

Solté el aire con delicadeza. - Seguro que todo esto algún día acabará. Seguro que algún día podremos volver a tener la gloria de los antiguos días - lo dije como si eso pudiera ser suficiente y de cierta manera tenía que aferrarme a esa idea porque así tenía que ser.

Me separé de él y tomé mis manos entre ellas frotándolas en un movimeinto circular. - Gracias Patrick- le sonreí tibiamente. [b]- Gracias por estar... aquí - la palabra "vivo" ya no quería usarla, ahora nosotros "estabamos" y "Seguiríamos" con la frente en alto y orgullosos de ser sobrevivientes.