Atrapame la snitch (?) -Araziel-

El castaño salió de su maldita sala común, tan horrible, acomodando su cabello hacia atrás varias veces, antes de que el viento tan rápido como se había peinado lo había despeinado, cargaba su escoba en su hombro, mientras la giraba en sus manos, debía practicar, y mucho si querían sobreponerseles a los Hogwart's, los Beauxbeaton eran sencillos, pero los Hogwarts, eran cuatro equipos que vencer, aunque por su orgullo jamas diría que era demasiado, al llegar hasta el campo de quidditch lo vió desolado, así que fue a solicitar utencilios pero al parecer no se la pondrían sencillo, aquella estupida utilera le pedía hasta el número que calzaba antes de darle unos implementos decentes.

Por fin había logrado que le prestasen una caja de entrenamientos para quidditch donde había una snitch, y tan pronto subió lo suficiente, la dejo libre y ese pequeño insecto dorado empezó a volar a una velocidad mareante, él le dió la oportunidad de volar lejos, tenía que practicar había estado vigilando a todos los jugadores de Quidditch, tanto que el castaño se creía capaz de decir el nombre de cada buscador y golpeador que eran los más importantes para su gusto, o al menos en su puesto. -Por Gryffindor, buscadora: La pelirroja Potter, Bateadores: Everleigh Bauer, Christopher Felton- Ni siquiera los conocía pero estaba seguro de que en cuanto los escuchara serían sus enemigos. -Por Ravenclaw, buscador Benjamin Farrell, Melanie McKing, Tyler J. Durden bateadores- Esos le parecía no podían ser demasiado buenos, al final eran unos comelibros o eso decían los demás de Hogwarts.

-Hufflepuff, Buscadora: Allison Scott, bateadores Molly Weasley, él otro aún no lo nombraban-Oh sí que podía ser aplicado cuando se lo proponía y aquellos le molestaban tanto que había metido cada nombre en su cabeza, empezó a descender velozmente mientras recordaba el último equipo de Hogwarts, las serpientes, que decían eran los más rudos jugando. -Los bateadores: Albus Potter, Adhara Rubinsen- A la chica, Caro se la había mostrado de lejos, y dudaba que fuera tan buena, era muy delgada, sin embargo, Caro le dijo que no se confiara la había visto volar, y era bastante buena, ya se encargaría de librarse de los venenos de esas serpientes rastreras, y la buscadora de Slytherin. -Araziel Grindelwald- Dijo sintiendo la snitch en sus dedos unos segundos, aquel nombre, aquellas serpientes, estaba seguro el castaño que eran los que más problemas les causarían, así que cuanto antes los conociera era mejor para el joven.

Pero debía dejar de pensar tanto, lo mejor que podía hacerse sobre la escoba era dejarse llevar por los instintos y dejar que los sentidos se ampliaran de manera tal que fueras guiado por el animal interno, y eso Niko sabía hacerlo bastante bien, entrecerró los ojos teniendo una vista perfecta de la snitch dorada, se inclinó casi acostado sobre la escoba, tomando toda la velocidad que era posible.

El castaño vio como un pequeño rayo verde cruzaba por su derecha, tuvo que reprimir el instinto de enviar un golpe a esa sombra, lo único que pudo fue girar la escoba viendo una hermosa niña vestida de verde que se presentaba frente a él. -Nunca te han dicho que no debes meterte en el camino de un jugador de quidditch de Dumstrang- Reclamo suavemente con aquel marcado acento ruso que echaba a perder ese bendito idioma que se hablaba en el colegio normalmente.

-Debo suponer que tu eres Araziel, bien yo soy Nikolai Udinov, buscador de Dumstrang y el que piensa robarte la snitch en el primer partido que nos enfrentemos- El ego del muchacho era demasiado, para comportarse de un modo más dulce frente aquella mujer, que si bien como todas merecía respeto claramente entre ellos habría una rivalidad tarde o temprano y para que esperar más.

Miro de arriba a abajo la escoba y la chica, mientras clavaba sus ojos en los de ella, una sonrisita se dibujo en su rostro. -A menos que quieras negociar y tal vez te deje atraparme la snitch- él no estaba seguro de poder usar bien el idioma para los dobles sentidos, pero esperaba al menos lograr que la chica sonriera, para darse cuenta que ese rostro serio y marcado por la altanería de los miembros de esa casa, que aunque poco los había tratado ya se había dado cuenta que todos los de los últimos años de la casa de los verdecitos, se creían los dueños del colegio, sin entender que los de Dumstrang posiblemente podían llegar a ser peores que ellos, sin embargo no tenía interés en discutir con aquella chica, de echo era demasiado bella como para discutir con ella.