Petar Viktor Krum

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NOMBRE COMPLETO: Petar Viktor Krum. APODOS: Pet, Pete, Vik. EDAD: Diecisiete años. HABILIDAD O TIPO DE MAGO: --- TIPO DE SANGRE: Sangre Pura. ORIENTACIÓN SEXUAL: Heterosexual. NACIONALIDAD: Búlgara. OCUPACIÓN/CLUB: Club de Duelo y Buscador de Durmstrang.

Petar mide aproximadamente un metro y ochenta y muchos, robusto y de complexión atlética. Su piel, dura y suave, es bastante pálida a causa de su procedencia, a pesar de que con una estancia prolongada bajo el sol, su piel consigue un color dorado no muy moreno.
Sus ojos son pequeños y perfectamente ubicados en su rostro, dejando ver un par de esferas de una tonalidad castaña, al igual que su cabello. Este último, mínimamente largo, está casi siempre enmarañado en su cabeza.


Valiente, fuerte, rudo y observador, Petar es, por decirlo de algún modo, un chico de pocas palabras. Su carácter no es difícil, pero tampoco comprende dentro de lo denominada "facilidad". Su forma de ser ha sido moldeada a sus necesidades por la popularidad internacional que ronda su familia, y nada más a él y a su hermana por ser "la nueva generación Krum", elitistas de quidditch con el típico don de la victoria.
Acostumbra a mantenerse alejado de las multitudes y a intentar repeler por todos los medios a los paparazzi y, en especial, a las revistas del corazón. Cosa que empieza a hacer de forma automática y natural, como es respirar, gracias a que lleva con eso toda la vida. Eso causa que, en sus intentos de 'normalidad' en el colegio, se muestre igual de distante. Y es que a pesar de que entre amigos las palabras fluyen con más rapidez y seguridad de su boca, acostumbra a tantear bien el terreno antes. A observar su propia integridad social, sobre todo con los nuevos y desde que está en Hogwarts. Muy en el fondo, siempre ha querido asistir a fiestas -no oficiales-, conocer a gente sin tener que ir con cuidado por aquellos que le miran... Ser él mismo. Pero a estas alturas ya ha asumido que eso no podrá ser. Por lo menos, no por el momento.
Con las chicas acostumbra a ser amable, encantador, educado y paciente, aunque nunca ha mantenido una relación que durara más de un mes. Eso más que a su carácter rudo -que también- se debe a su figura social. No quiere que las chicas también se vean metidas de forma obligada en todo el lío de los paparazzi, a pesar de que los frustrados intentos de que Peta declarara sobre una relación amorosa le acaban divirtiendo.
Y actualmente, con los ataques a los colegios, el carácter de Petar ha madurado más, y no es extraño verlo totalmente involucrado en saber más acera de la actualidad del mundo mágico. Su carácter valiente está decidido a luchar si así se requiere.
La amabilidad, en si, es algo que le puede, y cualquiera puede intentar ganarse su confianza, a pesar de que no sea para nada ingenuo, y con eso, siempre tendrá un ojo encima a todos los que le rodean, incrédulo, levantando ciertos muros antes de estar seguro. Nunca le dará la espalda a cualquiera que él pueda denominar 'amigo', y será un ataúd en cuanto a secretos si así se desea, pues es el confidente perfecto, recordando que media vida a su alrededor gira así.

Su espíritu competitivo hace que cualquier meta que se proponga, la consiga. Ya sea con el quidditch, con los estudios, con la amistad o en el tema del amor. Sus antojos son lo primordial, a pesar de que también termina mirando por los demás.
Además de optimista, siempre intentara sacar algo positivo por muy malo que sea el momento. Como bien se dice: "Cuando una puerta se cierra, siempre se abre otra".




Petar nació en el corazón de bulgária hace aproximadamente unos diecisiéte años, en el seno de una de las familias más conocidas y adineradas del mundo mágico. Eso, en la gran mayoría de los casos, podía suponer la felicidad suprema. Pero no es así, ni mucho menos. Si que es verdad que la familia Krum viven como reies; fiestas oficiales, primeros sitios en eventos importantes, reconocimiento y respeto... En otras palabras, que pueden tener todo cuanto quieren y más. Toda esta fortuna no biene de nuevo en la familia Krum, y mucho menos en la generación del pequeño Petar, si no que dicha fortuna se remonta a todas las generaciones de jugadores. La familia Krum es reconocída básicamente por llevar el quidditch corriendo por las venas. Los mejores equipos del mundo mágico se pelean por obtener uno de ellos en sus filas y les llueve el dinero en grandes cantidades. Sin ir más lejos, su padre, Viktor, era buscador del equipo profecional búlgaro antes incluso de haber terminado sus estudios en la fría escuela de Durmstrang. Y actualmente trabajaba como entrenador en un prestigioso equipo llamado Wigtown Wanderers.
Por eso y por mil motivos más no les extraó que el pequeño también naciera con el destello en los ojos, don de la victoria.
Siempre ha vivido con sus padres en una mansión búlgara, lejos de los ojos de lo paparazzi. A pesar de que la persona que se cuidaba más de su desarrollo era su madre, Yordanka, ya que Viktor estaba largas temporadas fuera de casa por los torneos.
Petar aún recuerda, de bien pequeño, como miraba la televisión y leía los periodicos biendo nada más que victorias de los equipos de su padre. Para él, su padre era un héroe, y desde siempre que había tenido claro que seguiría con el legado Krum.

A sus dos años, Yordanka quedó embarazada de nuevo, trajendo al mundo la que sería la hermana pequeña de Petar; Ivanka.
Petar siempre ha sido muy sobreprotector con ella, a pesar de que más de una vez discutían por los típicos problemas de críos. Sentía que su madre prestaba más atención a la niña, y eso le hacía rabiar más de una vez.
Cuando Petar cumplió los cinco años, su padre le trajo el último modelo de escoba como regalo. Aquello fue el catalizador del pequeño, pidiéndole a su padre que le enseñara a jugar.
A partir de aquel momento, muchas tardes en la que Viktor tenía fiesta para poder estar con la familia, le enseñaba al pequeño a volar con la escoba, para luego, enseñarle a jugar. La velocidad y la agilidad que le agarró a la escoba en poco tiempo hizo decidir a su padre que le mostraría más sobre un puesto específico; buscador del equipo. Petar no tardó demasiado en pillare el truco a eso, y se obsesionó con las snitch y la perfección del vuelo.
Su padre estaba absolutamente orgulloso de él y sabía que, si se lo llegaba a proponer de verdad, llegaría muy lejos.

Llegada la edad de los once años, Petar recibió la invitación a la academia de mágica Durmstrang, a la cual asistió durante sus seis primeros años. Allí descubrió la naturalidad y la facilidad que tenía por los hechizos no verbales, y también en la Defensa de las Artes Oscuras. A su primer año de estudiante, Petar entró en uno de los equipos de Durmstrang, jugando y defendiendo con honor su puesto como cazador, llevando el equipo a la victoria exacta más de una vez.
Seis años después hubo un suceso que quedó marcando un antes y un después en la historia del mundo mágico. Un nuevo grupo de magos, apodados a si mismos como "neo-mortífagos" atacaron la escuela francesa, Beauxbatons y a Durmstrang. En aquel incidente se perdieron muchas vidas, así como Petar perdió a más de un buen amigo. Desde aquel día que se ha mantenido más fuerte de carácter y más maduro en cuanto a los sucesos que tenían lugar, y que, de algún modo, sabía que no habían terminado. Su hermana se volvió el objetivo principal a proteger, pues el miedo a perderla le inundó desde aquel día.
Actualmente, los supervivientes de aquellas ruinas que alguna vez fueron escuelas seguras, están cursando en el ampliado castillo británico, Hogwarts. El miedo está presente, y petar no vacilará en agarrar la barita si es necesario.

Viktor Krum; 45 años, sangre pura, padre.
Su padre es su héroe, su modelo a seguir, pues desde siempre le ha admirado. No solo por el espíritu competitivo y su "don Krum" para el quidditch, si no por su forma de ser y de hacer. Tiene muy buenos recuerdos de él en Bulgaria, y la mayoría de ellos son de cuando Viktor le enseñaba a jugar al quidditch. Estaba claro que con un padre como él, Petar adoptaría su facilidad y rapidez para ocupar el sitio de buscador, y en parte, todo se lo debe a él.

Yordanka Krum; 43 años, sangre pura, madre.
Es, por así decirlo, la mujer de su vida. Siempre ha sido cariñosa con él. Mimándole. Dándole todo aquello que él quisiera. Ha sido más que una madre para él, siendo también amiga y confidente. La educación, los modales, y la fragilidad de las emociones interiores le vienen de ella.

Ivanka A. Krum; 15 años, sangre pura, hermana pequeña.
La princesita explosiva de la familia. Siente un gran instinto sobreprotector hacia ella, a pesar de que Ivanka haga todo lo posible para ir a la suya. Confía seriamente en ella y le gusta pasar algunos momentos tranquilos a su lado, hablando de estrategias de juego y terminar divagando sobre cualquier tema que le preocupara a cualquiera de ambos. Se la quiere muchísimo.



Alto. La familia Krum es una familia de jugadores profesionales de Quidditch en cada nueva generación. Eso conlleva a que cada generación que pasa, se incremente más y más la suma de dinero en su cuenta bancaria de Gringotts.

# El quidditch, por encima de todo.
# La tranquilidad.
# Las mujeres.
# Un buen libro de vez en cuando.
# El frío.

# Los paparazzi y los fisgones.
# Perder en el quidditch.
# Que le molesten demasiado en cualquier cosa.
# Los mortífagos y sus actuales acciones hacia la comunidad mágica.
# Que le manden.

# Tocarse el cabello cada dos por tres.
# Arquear una ceja.
# Llevar una pequeña Snitch en el bolsillo. A todas horas y a todas partes.

La pérdida de un ser querido.

28 centímetros, madera de Carpe, interior de fibra sensible de dragón, bastante más rígida de lo usual.

# Siempre tiene el último modelo de escoba. Desechando las anteriores.
# Es ágil y rápido con la barita. De los mejores duelistas.
# Acostumbra a formular los hechizos no verbales.
# Le encanta pasar las tardes en el campo de quidditch o en el lago del castillo.
# Sus notas son de las mejores y se esfuerza para ello.