Aullidos a la luz de la Luna -Remus&Sirius-
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Aullidos a la luz de la Luna -Remus&Sirius-
Anochecer, Luna Menguante.
Travesuras, merodear, molestar a Snivellus, escapar de Filch y patear a la Sra. Norris eran unas de las tantas cosas que mantenían ocupado al más atractivo de los Marauders. Y claramente ésto no era algo que le incomodara. Muchos veían en él al joven patán, de sonrisa seductora y con todas las jovencitas a su disposición, pero pocos sabían que el hecho de estar siempre buscando nuevas formas de divertirse no le dejaban tiempo para flirtear con las demás chicas de la escuela. Su tiempo lo distribuía más que nada planear nuevas travesuras con sus amigos, y con éstos mismos era con quien pasaba la mayor parte de su día.
Con James siempre habían tenido esa sercanía casi de hermanos, se duchaban juntos, compartían cama, dulces, ropa interior y todo lo que pudieran imaginar, todo excepto Lily Evans, claro. Con él siempre había tenido la confianza incluso de mostrarse desnudo, no así con Peter y Remus. Con el primero porque prefería mantener las distancias, y con el segundo porque era un tanto más recatado y menos liberal que Potter o Black.
Sirius salía de la ducha, completamente desnudo, rumbo hacia su cama, restregando con una toalla sus cabellos, la cual nublaba su vista y no le dejaba ver a la única persona presente en la habitación. Él supuso que era James, pues parecía ni inmutarse ante su total desnudez. - Prongs, ¿me pasas mis boxers negros que dejé sobre tu cama? - pidió Sirius con total normalidad sentándose al extremo de su cama. - ¿Cornamenta...? - preguntó ésta vez al no ver respuesta alguna de su hermano. ¿Qué tan difícil podía ser entregarle un simple boxer?.
Con James siempre habían tenido esa sercanía casi de hermanos, se duchaban juntos, compartían cama, dulces, ropa interior y todo lo que pudieran imaginar, todo excepto Lily Evans, claro. Con él siempre había tenido la confianza incluso de mostrarse desnudo, no así con Peter y Remus. Con el primero porque prefería mantener las distancias, y con el segundo porque era un tanto más recatado y menos liberal que Potter o Black.
Sirius salía de la ducha, completamente desnudo, rumbo hacia su cama, restregando con una toalla sus cabellos, la cual nublaba su vista y no le dejaba ver a la única persona presente en la habitación. Él supuso que era James, pues parecía ni inmutarse ante su total desnudez. - Prongs, ¿me pasas mis boxers negros que dejé sobre tu cama? - pidió Sirius con total normalidad sentándose al extremo de su cama. - ¿Cornamenta...? - preguntó ésta vez al no ver respuesta alguna de su hermano. ¿Qué tan difícil podía ser entregarle un simple boxer?.
Sirius O. BlackALTER TIME - Mensajes : 6
Puntos de Canje : 73810
Fecha de inscripción : 03/06/2011
Re: Aullidos a la luz de la Luna -Remus&Sirius-
Digamos que la relación que tenía con los demás merodeadores era casi igual. Siempre estaba para ellos cuando necesitaban alguna ayuda con algún deber de cualquier asignatura, también estaba presente para liberarles los castigos por los problemas en los que se metían. Era para ellos un perfecto oyente pero no un magnífico dador de consejos, pero aún así trataba de ayudarlos dándoles algunas palabras de aliento y llenas de inteligencia. James, Sirius y Peter eran casi iguales a mis ojos, y digo casi por que a pesar del compañerismo y de ese lazo de hermandad que había entre nosotros, para cada uno me tenía que comportar de manera diferente.
Con James mi comportamiento era casi la mayoría del tiempo como de un hermano mayor, tenía que darle consejos sobre su situación de Lily, apoyarlo como capitán del equipo de quidditch y más. Con Sirius era casi igual que con James, sólo que con éste tenía que ser un poco más estricto y ligeramente más severo con las palabras, pero claro, sin llegar a la hostilidad o al fastidio de un profesor. Finalmente estaba Peter, y sólo podía decir que con él mi comportamiento era más protector y de tutor. En primera por que solían meterse demasiado con él y en segunda por que no era muy listo el muchacho.
Esa noche, había llegado antes que de costumbre a la sala común, no estaba cansado pero tenía ganas de acostarme a leer un poco. En la habitación no había nadie, pero se podía escuchar como alguien se tomaba un baño, quizás fuera James o Sirius, Peter no podía ser por que a estas horas estaba atascándose en el gran comedor. Ser prefecto y tener un baño para mí era un total gusto, siempre agua caliente y nada de apuros por parte de los demás. Mi cabello aún se sentía ligeramente húmedo por el baño que había tomado antes de venir hacia acá.
Me recosté en mi cama y tomé el libro que tenía sobre el buró. Lo abrí y empecé a buscar la hoja en la que había quedado. No hacía uso de separadores, pues me gustaba releer las hojas hasta encontrar la parte donde me había detenido la noche anterior. Escuché como se abría la puerta del baño, y sólo para saber de quién se trataba, levanté la vista pero ya no la pude regresar a la lectura. Sirius salía totalmente desnudo con una sola toalla en su cabeza, lo que le impedía ver pues llamaba a Prongs en vez de a mí. Estaba seguro que si él hubiera sabido que me encontraba presente, habría salido con la toalla enredada en su cintura.
Siguió llamando a James y yo seguí viendo su cuerpo atlético sin decir una sola palabra. Su pecho, su abdomen, sus piernas y su entrepierna. Todo mojado y cubierto de pequeñas gotas que resbalaban al más ligero movimiento. Lo seguí con la mirada y vi como se sentaba en su cama, la cual estaba a un lado de la mía. –Prongs no está Sirius– le dije con mi tono de voz grave y habitual –Pero si quieres puedo salir a buscarlo para que te dé él personalmente, tus bóxers– le dije riendo un poco.
Con James mi comportamiento era casi la mayoría del tiempo como de un hermano mayor, tenía que darle consejos sobre su situación de Lily, apoyarlo como capitán del equipo de quidditch y más. Con Sirius era casi igual que con James, sólo que con éste tenía que ser un poco más estricto y ligeramente más severo con las palabras, pero claro, sin llegar a la hostilidad o al fastidio de un profesor. Finalmente estaba Peter, y sólo podía decir que con él mi comportamiento era más protector y de tutor. En primera por que solían meterse demasiado con él y en segunda por que no era muy listo el muchacho.
Esa noche, había llegado antes que de costumbre a la sala común, no estaba cansado pero tenía ganas de acostarme a leer un poco. En la habitación no había nadie, pero se podía escuchar como alguien se tomaba un baño, quizás fuera James o Sirius, Peter no podía ser por que a estas horas estaba atascándose en el gran comedor. Ser prefecto y tener un baño para mí era un total gusto, siempre agua caliente y nada de apuros por parte de los demás. Mi cabello aún se sentía ligeramente húmedo por el baño que había tomado antes de venir hacia acá.
Me recosté en mi cama y tomé el libro que tenía sobre el buró. Lo abrí y empecé a buscar la hoja en la que había quedado. No hacía uso de separadores, pues me gustaba releer las hojas hasta encontrar la parte donde me había detenido la noche anterior. Escuché como se abría la puerta del baño, y sólo para saber de quién se trataba, levanté la vista pero ya no la pude regresar a la lectura. Sirius salía totalmente desnudo con una sola toalla en su cabeza, lo que le impedía ver pues llamaba a Prongs en vez de a mí. Estaba seguro que si él hubiera sabido que me encontraba presente, habría salido con la toalla enredada en su cintura.
Siguió llamando a James y yo seguí viendo su cuerpo atlético sin decir una sola palabra. Su pecho, su abdomen, sus piernas y su entrepierna. Todo mojado y cubierto de pequeñas gotas que resbalaban al más ligero movimiento. Lo seguí con la mirada y vi como se sentaba en su cama, la cual estaba a un lado de la mía. –Prongs no está Sirius– le dije con mi tono de voz grave y habitual –Pero si quieres puedo salir a buscarlo para que te dé él personalmente, tus bóxers– le dije riendo un poco.
Remus J. LupinALTER TIME - Mensajes : 4
Puntos de Canje : 73804
Fecha de inscripción : 03/06/2011
Re: Aullidos a la luz de la Luna -Remus&Sirius-
Sus dedos moldeaban la toalla y presionaba con ésta sus finos y azabaches cabellos. Una voz que no era la de su hermano habló a sus espaldas, obligando a Sirius dejar de masajear sus cabellos para tratar de escuchar mejor lo que le decían. Reconoció su risa al instante, era el Lunático de Remus, que seguramente había subido para acostarse temprano.
Una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de Sirius, un claro indicio de que algo tramaba. Volteó su rostro, sonriendo con incredulidad a las burlas de su amigos y lo observó detenidamente. Se encontraba recostado sobre la cama, lo que le daba mayor facilidad para lo que tenía pensado.
Se puso de pie dejando de lado la toalla y caminó hasta su cama. - Moony, Prongs siempre me ha dicho que tengo un cuerpo excepcional, ¿tu qué opinas? - preguntó posando sus manos sobre sus caderas, las cuales meneó, balanceando con ello su miembro a una corta distancia de Remus.
Sirius siempre disfrutaba molestando a sus amigos, y no perdería una ocasión como ésta para incomodar a Remus, quien parecía ser tan recatado y serio.
Lentamente posicionó una de sus piernas sobre la cama y la otra la pasó por sobre su amigo, quedando así con una pierna a cada lado de la cintura de Remus. Afirmó sus rodillas y manos sobre la cama y se inclinó hasta él. - ¿Me veo bien, no? - volvió a preguntar ésta vez mordiendo su labio inferior y guiñándole un ojo con picardía. Todo fuera para molestar al prefecto y vengarse por todas las bromas que había impedido con su sentido de lo correcto.
Una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de Sirius, un claro indicio de que algo tramaba. Volteó su rostro, sonriendo con incredulidad a las burlas de su amigos y lo observó detenidamente. Se encontraba recostado sobre la cama, lo que le daba mayor facilidad para lo que tenía pensado.
Se puso de pie dejando de lado la toalla y caminó hasta su cama. - Moony, Prongs siempre me ha dicho que tengo un cuerpo excepcional, ¿tu qué opinas? - preguntó posando sus manos sobre sus caderas, las cuales meneó, balanceando con ello su miembro a una corta distancia de Remus.
Sirius siempre disfrutaba molestando a sus amigos, y no perdería una ocasión como ésta para incomodar a Remus, quien parecía ser tan recatado y serio.
Lentamente posicionó una de sus piernas sobre la cama y la otra la pasó por sobre su amigo, quedando así con una pierna a cada lado de la cintura de Remus. Afirmó sus rodillas y manos sobre la cama y se inclinó hasta él. - ¿Me veo bien, no? - volvió a preguntar ésta vez mordiendo su labio inferior y guiñándole un ojo con picardía. Todo fuera para molestar al prefecto y vengarse por todas las bromas que había impedido con su sentido de lo correcto.
Sirius O. BlackALTER TIME - Mensajes : 6
Puntos de Canje : 73810
Fecha de inscripción : 03/06/2011
Re: Aullidos a la luz de la Luna -Remus&Sirius-
Justo cuando Sirius volteó su rostro para mirarme, yo bajé mi vista de nuevo al libro que ya estaba en la hoja correcta. Por momentos pensé si esa había buena idea, pues quizás él se haya imaginado que no quería que se diera cuenta que lo había mirado desde que salió del baño. Lo había visto muchas otras veces desnudo, al igual que a James y al regordete de Peter. Tantos años siendo amigos, tantas veces haber nadado en el lago y muchas otras ocasiones compartiendo las regaderas cuando terminábamos de jugar Quidditch entre los cuatro. Siempre nos veíamos, en primer lugar por que es inevitable y en segunda por mera curiosidad y nada más.
Escuché como se acercaba hacia mi cama, de reojo pude ver que no se había puesto nada encima y por mi mente pasaron un montón de posibilidades, donde las que más abundaban era que quizás se quisiera aprovechar de mi buen comportamiento y mi decencia, por que si había algo que los demás no tenían era precisamente eso, decencia. ¬–Estoy seguro que si James lo dice es por que es verdad– le dije sin despegar mis ojos de las letras. –Además Sirius, siempre que tienes la posibilidad te sacas la ropa y nos presumes de tus…– miré su entrepierna que se meneaba, lo que hizo que rodara los ojos para regresar al libro –… magníficos dotes.– dije poniendo un tono de ironía en la palabra magníficos.
Lo que Sirius hizo a continuación estaban dentro de las cosas que pensé que podía hacer. Incomodarme, hacerme rabiar o lo que fuera que estuviera pasando por su maliciosa mente, no dejaría que me afectara y si quería jugar, le demostraría que el Señor Prefecto Reservado también podía jugar. –Sirius, al menos podría cerrar la puerta por dentro– le dije de forma calma, pasando de hoja –No quiero que James o Peter nos vean esta situación tan…– pensé la palabra correcta –tremendamente cachonda– dije sintiendo como sus manos se apoyaban en el colchón a un lado de mi cabeza.
Sentí su aliento sobre mi rostro cuando me preguntó si se veía bien. Alcé mi rostro y mis ojos castaños vieron los de él. –A esta distancia mi querido Padfoot, te aseguro que no necesito de una lupa para verte bien– dije regresando a las quinta línea del libro. Si quería hacerme sentir incómodo no se la iba a dejar fácil, pondría a prueba qué tan perseverante era cuando se proponía algo; claro que fácil no iba a ser, pues sería yo quien lo incomodaría primero. –Y si no te quedó clara mi respuesta anterior Sirius– empecé viéndole todo el cuerpo, o al menos lo único que podía verle en la posición en la que estábamos –Te ves bastante bien– dije imitando su gesto del labio para finalmente guiñarle un ojo. Seguí haciendo como que leía, pues en realidad planeaba como atacarlo si no se rendía.
Escuché como se acercaba hacia mi cama, de reojo pude ver que no se había puesto nada encima y por mi mente pasaron un montón de posibilidades, donde las que más abundaban era que quizás se quisiera aprovechar de mi buen comportamiento y mi decencia, por que si había algo que los demás no tenían era precisamente eso, decencia. ¬–Estoy seguro que si James lo dice es por que es verdad– le dije sin despegar mis ojos de las letras. –Además Sirius, siempre que tienes la posibilidad te sacas la ropa y nos presumes de tus…– miré su entrepierna que se meneaba, lo que hizo que rodara los ojos para regresar al libro –… magníficos dotes.– dije poniendo un tono de ironía en la palabra magníficos.
Lo que Sirius hizo a continuación estaban dentro de las cosas que pensé que podía hacer. Incomodarme, hacerme rabiar o lo que fuera que estuviera pasando por su maliciosa mente, no dejaría que me afectara y si quería jugar, le demostraría que el Señor Prefecto Reservado también podía jugar. –Sirius, al menos podría cerrar la puerta por dentro– le dije de forma calma, pasando de hoja –No quiero que James o Peter nos vean esta situación tan…– pensé la palabra correcta –tremendamente cachonda– dije sintiendo como sus manos se apoyaban en el colchón a un lado de mi cabeza.
Sentí su aliento sobre mi rostro cuando me preguntó si se veía bien. Alcé mi rostro y mis ojos castaños vieron los de él. –A esta distancia mi querido Padfoot, te aseguro que no necesito de una lupa para verte bien– dije regresando a las quinta línea del libro. Si quería hacerme sentir incómodo no se la iba a dejar fácil, pondría a prueba qué tan perseverante era cuando se proponía algo; claro que fácil no iba a ser, pues sería yo quien lo incomodaría primero. –Y si no te quedó clara mi respuesta anterior Sirius– empecé viéndole todo el cuerpo, o al menos lo único que podía verle en la posición en la que estábamos –Te ves bastante bien– dije imitando su gesto del labio para finalmente guiñarle un ojo. Seguí haciendo como que leía, pues en realidad planeaba como atacarlo si no se rendía.
Remus J. LupinALTER TIME - Mensajes : 4
Puntos de Canje : 73804
Fecha de inscripción : 03/06/2011
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