Matthew S. Englewood

De complexión delgada y flacucha, facciones marcadas y músculos poco ejercitados. Matthew presenta un cabello castaño que acaba en un divertido flequillo que, junto a sus patillas anticuadas, le confieren una imagen contradictoria de lo formal e informal. Cejas marcadas y puntiagudas, muchas veces en una expresión divertida, guardando unos ojos inquietos de color castaño y que, a veces, le dan un aire demente. Su nariz es ganchuda y peculiar, bajo ella descansan unos labios finos de mandíbula perfecta. En su barbilla tiene un vello facial casual, de no muchos días, que lo muestra algo descuidado. Su tez es pálida y exenta de arte corporal como tatuajes o piercings. Su atuendo suele ser elegante, llevando siempre trajes que le otorgan un aura intelectual, así como unas gafas con las que suele deambular por la biblioteca.

Matthew es un joven de intelecto insaciable, un tanto cínico pero a la vez cariñoso y amable. Es ambiguo por naturaleza, de vez en cuando serio, otras veces con una sonrisa socarrona y burlona en el rostro, mientras intenta vacilar a las mayores instituciones de Hogwarts. El conocimiento lo pierde y le encanta estar rodeado de personas curiosas que quieran aprender de él. Sus mayores amigos en Hogwarts resulta ser los estudiante a los cuales ayuda sin distinción alguna, con una sonrisa en los labios, siempre y cuando no resulten desagradables o meros "sacos de hormonas".

Odia a los profesores en general, son sus enemigos. Se creen los reyes y señores del conocimiento en muchos casos y su puesto privilegiado los pierde a ojos del bibliotecario. Mientras que ellos de normal se encierran en sus conocimientos y cavilaciones, Matthew siempre está abierto a discutir con cualquier persona sobre las realidades que envuelven el mundo mágico, buscando la respuesta muggle a lo sucedido en el mundo mágico.

Es leal y comprometido con sus amistades, mientras que con sus enemigos es letal, frío y calculador. Pocas veces muestra sus sentimientos delante de los demás, siempre frío, pragmático, intentando mostrarse como un ávido controlador de la situación. No cree en el amor, nunca lo ha hecho, ni tampoco es que tenga un apetito sexual insaciable como el de varios magos de su edad.

Matthew S. Englewood no conoció a sus padres, no conoció a ningún tío, hermano o familiar suyo. Matt fue huérfano y hospedándose en un orfanato para niños durante toda su infancia. En ésta, el chico pudo disfrutar de la compañía de los libros y el conocimiento, siendo un niño un tanto vergonzoso y viviendo oculto entre los demás. Hasta que con once años ingresó en Hogwarts. Cuando el chico supo sobre una nueva realidad, muchísimo más intensa y cambiante que la de los muggles, sucumbió a una locura producto del cataclismo propio. Todo aquello que creía conocer o que veía accesible, ahora le suponía un reto mayor. Habiendo pasado por Ravenclaw, el chico disfrutó del conocimiento siempre curioseando por el qué de su poder y, cada vez más, enamorándose de aquel lugar, de Hogwarts.

No lo supo hasta salir del castillo, a la edad de diecisiete años, cuando supo que su verdadero hogar siempre había estado allí. Deambulando por el mundo mágico, viajando de allí para allá a lo largo del planeta, conociendo otras culturas y gentes, el joven tardó siete años más en establecerse de nuevo en Hogwarts como bibliotecario del mismo.

Un año después, persuadido por luchar contra los neo-mortífagos, deberá decidir qué lugar tomar en esta reiniciada guerra y, ante todo, defender la biblioteca de Hogwarts, su refugio y Sancta Sanctorum.