Esto no volverá a pasar ¿Te queda claro? +18

Ahi estaba en un día cualquiera sentada fuera de la sala común, cuando ví salir a Scorpius, le sonreí de lado como siempre lo hacía, el se veía sumamente atractivo con aquella corbata mal acomodada, no recordaba con exactitud, cuando fue la primera vez que deje de ver a Scor como un amigo y empecé a verlo como un hombre atractivo que era capaz de despertar emociones en muchas chicas, claro menos en Cassie y en mí. Me quedé pensativa, mientras un recuerdo afloraba en mi mente recordandome que eso...no era del todo cierto.

Me levanté de donde estaba sentada, acercandome suavemente hacia donde estaba el rubio, y le sonreí abiertamente mientras lo abrazaba. -Hola Scor- Dije con una sonrisa de lado, mientras me acercaba a su oído por suerte aquel lugar estaba desolado, asi que no tenía que ocultar aquella fase de mi, que era un tanto cariñosa. -¿Sabes? estaba empezando a recordar algo- Dije mientras mi mente divagaba llegando a aquella noche.

Su rostro me demostró que sabía de que hablaba así que sonreí, e intente recordar con detalle aquella noche. -¿La recuerdas?-

-------Flashback---------------------
17 de octubre, 2021 22: 15

La noche estaba demasiado fría, demasiado, por lo que la mayoría de los estudiantes "normales" estaban resguardados en sus salas comunes menos un grupo de revoltosos de quinto año, que se negaban a entrar...¿Que pretexto tenían?. Fácil, eran Slytherin para empezar, el frío les daba otros pretextos como: "-Hace demasiado frío, como para pasar la noche solos-".

Así eran las serpientes, excelentes amantes, apasionados por la vida, pero poco comprometidos, por lo que no era de extrañarse que una mayoría fuesen solteros empedernidos. ¿Dondé me encontraba yo?

Aún más fácil, era una más del grupo de los revoltosos que estan fuera de su sala común, haciendo planes de lo que harían esa noche, el plan era bastante sencillo, debíamos colarnos en un lugar especial de las cocinas donde guarecia todo el alcohol que había en el colegio, el resto de las partes era menos peligroso, regresar a la sala común y beber hasta que el cuerpo aguante.

Una mano se ciño a la mía para que les siguiese, corrí tras él, nunca entendería por que Scor nos había ofrecido para aquella misión, solo sabía que como buenas serpientes eramos escurridizos y saldríamos ilesos de esta, mientras tanto nuestros otros amigos: Cassie y Albus, trataban de mandar a dormir a los más chicos para que aquella fuese una buena noche.

Doblamos en una esquina de las mazmorras, aquel era nuestro escondite de hace años, nadie conocía tan bien aquel lugar como un Sly, así que nos colamos por una puerta que estaba tras una estatua metiendonos para llegar hasta las cocinas, después de ahí a convencer a los elfos, pero con el miedo que nos tenía fácilmente nos obedecerían. -Scor- Susurré mientras ponía presión en la mano que nos unía, no recuerdo desde que año, pero Scorpius se había convertido en el único chico en el que podía confiar lo suficiente, como para saltar desde una ventana confiando en que él me atraparía. !AH SI¡ esa fue la ocasión en la que me di cuenta en que podía estar segura que ante todo, confiaba con su amistad.

El me miró y yo sonreí saliendome de mis pensamientos. -Esta muy oscuro- Le susurré como toda respuesta, mientras al final del pasillo veíamos la puerta que nos llevaría hasta las cocinas.

En ese momento Scorpius solo disfrutaba, había cerrado su mente a todo lo que podría dañarlo y se había propuesto disfrutar hasta artarse de tantos mimos y sexo. El rubio lameó su pezón disfruzando de aquel como si un bebé amamantando se tratara y luego la miró con una sonrisa leve, ella quería cooperar, en otro momento no se lo había permitido, siempre era él quien tomaba el control, quien hacía que ellas se volvieran locas en sus brazos.

Se dejó acomodar lentamente por ella, confiaba ciegamente en su amiga como para dejarla tomar el control, a pesar de que su miembro estuviera duro y preparado sus movimientos eran lentos y pausados, su cansancio mental era demasiado, sobreinfromado, confundido, herido y defraudado, todo aquello era demasiado para un joven de su edad que solo debería pensar en pasarla bien y hacer guarradas.

- Adh.. te quiero mucho, pero no se lo digas a nadie.. - susurró mientras la castaña besaba su pecho y se movía sobre él, haciendolo estremecer y jadear hechando la cabeza hacia atrás, sonrió y tomó sus labios con los suyos nuevamente mientras comenzaba a moverse para poder quitarle la falda con torpeza.

Aquella frase me hizo sonreír suavemente, mientras mis labios se acoplaban a aquel beso, mientras mis manos se deslizaban por su piel. -Lo sé, también te quiero- Siseé mientras me liberaba de aquel arrollador beso para volver a su pecho, mis labios descendían suavemente hasta su estómago, saqué suavemente mi lengua trazando dibujos initerpretables, hasta los huesos de sus caderas que siempre me habían resultado tan sexys.

Un suave gemido salió de mi boca ante aquella cercanía con su masculinidad, mientras cortaba los besos hasta ahí, solo para hacerlo sufrir un poco, ¿Sí sabía que Scor me quería?, Claro siempre habíamos sido grandes amigos, y desde que ese semi romance había empezado, nos señalaba que no tendría fin, jamás dejaría ir a mi mejor amigo siempre había una parte de Scor que sería solo mía.

-Scor- Dije mientras lograba que la falda cayese junto a la cama liberandome por completo de ella, y subi suavemente su cuerpo estaba cálido como el mío. Con aquel susurro le indicaba que el juego apenas comenzaba, mis labios se dirigieron a su cuello suavemente, mientras sentía como mi cuerpo empezaba a exigir la pasión que solo él sabía darle.

Aquello me enloquecía, y mucho más escuchar el quejido en el que me había llamado, una sonrisa se dibujo en mi rostro. -¿Que pasa cielo, estoy haciendo mal algo?- Que cabrona podía llegar a ser a veces, pero al sentir mis dedos en su húmeda boca, suspiré suavemente hasta que el condujo mi mano hasta su miembro latente y no dude en mover suavemente mi mano hacia arriba y hacia abajo en un ritmo endemoniado, mientras mis labios se dirigian hasta su cuello, encargandome de cada parte de su cuerpo, mientras sentía como mi cuerpo reaccionaba a las caricias que brindaba.

Casi siempre era mejor dar que recibir, y yo disfrutaba darle placer a mi rubio, mis piernas pusieron un poco de presión en su cuerpo para subir ligeramente su masculinidad hacia mi, y sonreí de lado. -Se que te encanto- En esa relación jamás había espacio para los reclamos, menos los celos, y aunque el se metiese con mil, siempre volvería. Mis labios empezaron a deslizarse hacia abajo dispuesta a terminar el trabajo empezado hace un rato.

O si, esos encuentros no deberían de acabar nunca, era tanta la química que ambas serpientes compartían que si no se tenían sería hasta mal visto, se desaban, les encantaba tocarse y recorrerse todos los rincones. Scorpius se correría de una vez si ella no dejaba de torturarlo así. ¿Si estaba haciendo mal las cosas? Claro que no! Estaba perfecto, le debía un altar a su amiga, eso era seguro.

- Así.. - pidió cuando ella bajó su mano por su miembro y lo tomó tan descaradamente, no, eso se estaba saliendo totalmente de contexto. Lo estaba poniendo como una roca, no podía esperar para correrse en su mano. Los jadeos roncos y largos del rubio se escuchaban en toda la habitación y más abajo, el show que se llevaría que estuviese en la sala común sería digno de un titular en primera plana de Corazón de Bruja. Scorp se agarró de la almohada con fuerza cuando ella comenzó a moverse por su cuerpo, destrozaría la almohada de Albus porque él las odiaba, no podía ni verlas.

Se mordió el labio al verla bajar por su cuerpo, lo tentaba. Jamás había conocido a un novio de Adhara pero le deseaba suerte a ese cabrón, no saldía de la cama en unos cuantos días con toda esa pasión que la castaña ponía en el acto. - Por favor.. - le rogó como no solía hacerlo, quería que lo tomase con los labios y lo hiciera delirar de una vez.

Seguí bajando con una sonrisa de perversidad en mis labios, mientras mis labios atrapaban su masculinidad suavemente, pero con la precisión que este año de relaciones me habían dado, ya había aprendido que era lo que le gustaba y lo que de ni de coña debia hacer, mis labios fueron dejando trazos húmedos alrededor de mi amigo mientras sonreí para mí al escuchar sus gemidos roncos que eran como un aplauso para mí.

Mis labios seguían moviendose con agilidad por aquel territorio como si me pertenecieran, para luego dejar un mordisco en una de sus caderas, era suave pero siempre llevaban aquella pasión desgarrante, algo me decía que cada vez que quisiera optar por terminar de este modo debía empezar por recordar aquella primera de muchas noches de placer y lujuria, que solo mi Scor podía darme, cuanto adoraba a aquel engreído, y este año me demostraba que iba a estar mejor que el primero.

Mientras hacía magia sin varita por ahí en su cuerpo mi mente voló hacia aquellos primeros momentos, donde el placer aprendió a dejarse llevar en mi cuerpo.

"-Adhara, eres-

-Ya lo sé, soy extremadamente buena en todo lo que hago-"

Me concentre de nuevo en el presente al escuchar otro gemido, estaba demasiado ensimismada entre dar placer y los recuerdos de como "nuestra amistad se había fortalecido" Mis labios cesaron su labor y miré hacia arriba aún manipulando su masculinidad. -¿Como vamos por ahí arriba?- Siempre me gustaba ver su cara de placer y que aceptará que estaba en el jodido cielo.

La pasión de Adhara era increíble, irreal y mágica, y lo estaba sintiendo, y lo estaba tocando por todo el cuerpo. Cuando ella lo tomó así el rubio quizo estallar de placer pero se contuvo apretando la mandíbula con fuerza, su respiración era irregular, no veía la hora de poder tomarla como era debido, llenarla de su ser toda la noche.

Scorpius acariciaba su cabello con dedos cortos, moviendo su pelvis hacia su rostro para que siguiera con sus atenciones. - Quiero.. tenerte en mi.. - murmuró con voz ronca, atrayendola hacia él y besando sus labios con pasión y entrega. El rubio la quería, la amaba por ser como era, por ser su amiga y por entregarse a la psión que ambos desbordaban.

Buscó su centro con una mano, despacio, bajando sus bragas lentamente, hundiendo su dedo en ella para prepararla. No dejó de besarla mientras reemplazaba sus dedos por su miembro, hundiendose lentamente y sin querer lastimarla, no se perdonaría lastimarla. Era suave y el placer era demasiado, cuando llegó a su fondo Scorpius gruñó de éxtasis comenzando a embestirla, volteandose y quedandose sobre ella.

Mi cuerpo estaba extasiado, desbordado por aquella pasión con la que me atrajo hasta sí, besando mis labios, lo besé por que lo adoraba por que nunca sentiría por nadie lo que sentía en los brazos de mi mejor amigo, era la mezcla perfecta entre nuestro cariño de amigos, y la pasión que ambos habíamos encontrado en el cuerpo del otro, como si ahí pudieramos ser felices y libres a la vez, nunca habría ningún lazo más fuerte que nuestra amistad.

Sentí como la única prenda que me quedaba caía a un lado de la cama, no pudé evitar que un gemido de puro placer saliera de mis labios cuando sus dedos tocaron mi intimidad con aquella precisión, mis manos se hundieron en sus hombros, mientras mis uñas se aferraban a su blanca piel, aquella que tanto adoraba. Y aquella sensación placentera de manera inesperada mejoró cuando su cuerpo se unió al fin con el mío, mientras mis ojos se cerraban de inmediato, y cada parte de mi cuerpo respondía a aquellas embestidas que me llenaban completamente, al mismo tiempo que sentía como Scorpius era mío, y yo era completamente suya, en esos momentos eramos nuestros, por que el tiempo era solo nuestro.

-Scor- Susurré mientras mi cuerpo se contraía por la pasión, mi espalda estaba completamente enarcada por aquella sensación. Su gruñido hizo que mi cuerpo reaccionara como si fuera lo más normal del mundo, como si con solo eso cada parte de mi se exaltara. Al sentir el peso de su cuerpo sobre el mío, mi respiración empezó a acelerarse aún más.

Nuestros cuerpos se acoplaban de manera perfecta, como si hubiesemos nacido para esos momentos, para poder encontrarnos cada vez que la pasión nos llamará.

Y si, ambos se complementaban, la pasion que ambos desbordaba cuando estaban juntos, era pura y exclusivamente de ellos. Scorpius sonrio al tenerse adentro de su amiga y busco sus labios para parar un jadeo que casi escapa de sus labios. Seguia embistiendola con la misma entrega y energia, amandola de una forma que de seguro nadie llegaria, porque cuando un Malfoy te tomaba como su amante amiga ya podrias considerar a todos los demas hombres del planeta insuficientes, inutiles a la hora de amar.

El mercurio de sus ojos la miraba y explicaba sin palabras que estaba bien asi, que en sus brazos podia con todos esos dolores de cabeza, que no volveria a llorar y le agradecia por ser su amiga. Las embestidas fueron en aumento y los besos desendieron por el cuello de la castaña, lentos, peresozos, casi sigzageantes.

- Addy.. - susurro mientras su bajo vientre se descontrolaba, el extasis, se correria alli, pero queria que ella tambien lo hiciera con el. Scorpius bajo sus labios hasta su pecho izquierdo y mordiqueo alli suavemente, lamiendo y luego succionandolo con presicion y dulzura, se estaba aguantando las ganas de llenarla de el en ese momento para explotar juntos.

Mi cuerpo me indicaba que estaba cerca del orgasmo, gimoteaba suavemente con sus embestidas, mientras mis manos se aferraban a su cuerpo con fiereza, las leves descargas de placer me hacian buscar sus labios con desesperación. Su llamada me hizo verlo con una sonrisa, mientras asentía suavemente, tantas veces juntos nos habían enseñado a hablar sin palabras, y con una embestida suya, sentí como mi cuerpo cedía a lo innevitable. -Scorpius-.

A él le encantaba que gritará su nombre cuando estaba en el climax y a mi me encantaba hacerlo, cuantas veces me había mordido los labios para no gritar su nombre estando con otras personas, por que con Scor había aprendido a disfrutar del sexo, y de mi propio cuerpo. Ronrroneé agotada mientras ambos quedabamos rendidos en la cama juntos nuestros cuerpos sudados demostraban la pasión que acababamos de vivir, sonreí para mi misma mientras me acostaba en su brazo.

-Te quiero- Susurré mientras tapaba mi cuerpo con una sabana que estaba levemente humedecida por nuestra pasión, besé sus mejillas mientras mis ojos se cerraban, nada mejor que dormir a su lado, después de tanta pasión.