Can you feel it? [Molls W.]

Sabado. 8 pm, regreso de Albus al castillo.

Ese día estaba muy aproblemada, no sabía que me pasaba. El día había comenzado muy bien, mi trabajo y lo que me gustaba hacer, atender gente no era lo que me aproblemada. En efecto lo mas dichoso de ese día había sido complacer a los clientes y poder sonreírles con sinceridad a cada uno de ellos, para aliviar sus penas, pesares o simplemente hacer que su día fuese aun mejor. Aunque no había planeado ver a Albus, tampoco pude rechazarlo, sabía que las cosas entre nosotros no estaban en el mejor termino pero… era parte de mi familia del colegio… ¿no podía simplemente dejarlo solo?.

Como si fuera un reloj de arena mi vida se estaba escapando granito a granito, pero de pronto se juntaban dos granitos en la entrada y no dejaban pasar el resto. Así me sentía ahora, como si tuviera dos granitos en mi cuerpo y no me dejaban correr la sangre a mi cerebro. No se como seguí trabajando en la tarde, porque me sentía algo vacía, aunque no se noto en el trabajo, mi sonrisa no podía variar. Terminamos de ordenar las mesas, las cosas y la bodega, así como también deje mi uniforme guardado en el mismo casillero y mis ropas, me puse un abrigo largo pero no muy abrigado y finalmente pude soltar mi cabello. Suspire mientras guardaba algunas cosas en mi bolso y mi cabeza seguía algo abombada por tantas cosas. El camino de regreso no fue mejor, no se porque siempre que caminaba mi cerebro interceptaba esto como una señal de meditación y volvía al mismo tema de siempre.

Hacía frío, mis manos se estaban congelando, pero aun así no las metí dentro de mis bolsillos. Los bombones cantantes emitían un ruidito desde mi bolso. Las puertas del castillo estaban frente a mí. Suspire nuevamente y subiendo los escalones. Pero antes de poder continuar, estaba la pequeña pelirroja en la entrada. Solo pude sonreírle con cansancio.

- que haces aquí afuera…- le pregunte subiendo a su encuentro y quitando la bufanda que envolvía mi cuello.- no deberías salir… ya esta haciendo algo de frío.- puse la bufanda en su cuello arropándola un poco, me parecía que estaba algo desabrigada.-

La mire con la sonrisa de todo el día. No estaba cansada de estar de pie, era un cansancio mental, estaba llena de cosas y no sabia como desenmarañar mis ideas.

Los sábados eran el mejor día de la semana, después del viernes, claro. Esos días eran divertidos hasta cierto punto, pues Molls se veía en la obligación de hacer todo lo que no había hecho durante la semana en ese día. No es que se despertara temprano ni mucho menos, pero de todas formas tenía su labores, por lo menos los fines de semana que no iba a Hogsmeade. A eso de las nueve y media de la mañana, su despertador sonaba, hacía pereza un rato, y se levantaba corriendo - llevando su guitarra, pues le era costumbre - para llegar al desayuno antes que el Gran Comedor quedara vacío. Luego, se iba donde los jardines o se sentaba en algún pasillo vacío de hacer mucho frío en el exterior a cantar un rato. A veces dibujaba, dependiendo su humor. Por la tarde, en cambio, tras almorzar y reírse con sus amigos de variadas casas, Molly iba donde la biblioteca - normalmente se encontraba con Rosie allí - y disponía de todos los trabajos y pergaminos por entregar. Jamás terminaba, pero para eso estaban los domingos por la mañana, y a media tarde, se iba de allí a disfrutar un poco de las personas, hasta que se hicieran las ocho.

A esa hora, Allie volvía de su empleo en Hogsmeade. Ella solía esperarla en el Hall de Entrada, de allí se iban a cenar juntas tras charlar un rato, porque no es que - por lo menos Molls - fuera del todo puntual y a la hora exacta en la que la comida aparecía en la mesa ella estaba sentada en su correspondiente banco. Para nada. Hacía un poco de frío, era cierto, la brisa colocaba la evidencia. Llevaba el uniforme del colegio y la túnica, no muy bien cerrada, cayendo sobre su cuerpo; la corbata de Hufflepuff relucía entre las aberturas del sobretodo, moviéndose apenas por el viento.

Hacía dos o tres minutos, nada más, la esperaba. La pelirroja estaba feliz de poder decir y afirmar cuantas veces quisiera que Allie Moore se había convertido en su mejor amiga, y gestos nobles y sin nada a cambio eran los que lo demostraba. Sonrió cuando reconoció su cabello moreno y su tumulto de ropa abrigada viniendo entre la azulada noche, que pronto terminaría convirtiéndose en un cielo tan negro como el carbón mismo. Ella sonrió a desgana y Molls correspondió su sonrisa, comprendiendo su cansancio. - Te esperaba Allie - dijo, riéndose a continuación por su acción preocupona. Ellas dos parecían cada vez más una pareja, realmente. Se acomodó la bufanda y se sonrió, observando la bonita prenda.

Como un cuento de nunca acabar, nosotras siempre andábamos haciendo muestra de un afecto algo extraño para cualquiera que no tuviera algo importante en la vida. Arregle la bufanda de ella para luego agradecer su gesto con un abrazo, me quede un poco estrechando el cuerpo de Molls… ella que sin duda habría sido una excelente hermana menor, la quería con todas sus virtudes y defectos. Mis ojos buscaron loe de ella y volvía sonreír, pero con una energía mas renovada, no estaba tan cansada físicamente, solo mental y emocional.

- te dije que no era necesario hacerlo, además te pierdes la cena del gran comedor…- mi vos expresaba la dulzura con que Molls me llenaba. Estire el cuello hacia atrás rodando la cabeza en una media luna y mi cuello sonó algo por la rigidez con la cual había caminado de regreso a casa.- ah!… cierto, tengo algo para ti, lo compre en mi descansar… espero que te guste..- metí mis manos en mi bolso, y comenzaron a cantar, pero no era eso lo que buscaba, no… había comprado algo mas lindo para ella, una cajita de color roja, dentro de ella había un osito de goma que movía sus manitos ofreciendo un bombón de cereza.- ajaja espero que te guste, es algo infantil… pero en me gusto.- le entregue la cajita.- sentémonos aquí..- señale el escalón de subida y me acomode en él esperando a que Molls hiciera lo mimos. Hoy no tenía ganas de ir al gran comedor cuando estuvieran todos, así iba a esperar un poco para que la hora pick pasara.-

Hoy el castillo se llenaría de comentarios, aparte del regreso de los hermanos mas famosos, estaba la ultima edición del corazón de bruja, de mas estaba decir, que ese reportaje me saco un par de ronchas. No me gustaba mucho haber salido en ella casi comparada con Cassandra, pero aparte estaba el hecho de que la ligaran a Molls con Scorpius, no era tan malo… pero me preocupe al leer eso. La mire con algo de curiosidad, sin saber por donde sacar el tema y sin salir mas embarrada yo por preguntar.

- Molly…- pronuncie, pero no sin algo de intriga en mi vos, no había nada de malo en preguntar, mucho menos cuando se trataba de ella…- leíste la nueva edición del corazón de bruja?..- si con eso no bastaba para sacarle algunas preguntas… entonces seria mas directa.-

Correspondió su abrazo con una sonrisa niña y afectuosa, Molly jamás dejaría de ser cariñosa con Allie porque era una de las pocas personas con las que siempre estaba encima, o con las que más protegidas se sentía - sino era la mayor de sus protectoras -. Si la morena hubiese sido su hermana todo encajaría genial, y es que ella nunca había sido una buena hermana mayor, si bien amaba a Lucy y trataba de dar el mejor ejemplo cuando estaba con ella, y de escucharla tantas veces como necesitara. En sí no es que tuviesen muchas diferencias, se llevaban sólo un año y su hermanita era muy inteligente y quizá menos ingenua que ella. Vaya uno a saber las vueltas de la vida.

- Blabla, voy a seguir esperándote aunque me regañes - le dijo cría, sacándole la lengua, mientras se alejaba de ella apenas un poco y seguía escuchándola. Sus ojos brillaron ante la opción de un regalo, cría. - ¡¿En serio?! - cuestionó emocionada, en el último tiempo ya no, pero entre su cuarto y quinto curso Molly se había vuelto una persona muy regalera, le encantaba obsequiar cosas, pero su distracción vigente lo evitaba. Inspeccionó curiosa mientras ella revolvía su cartera, escuchando esos sonidos extraños con el ceño fruncido, intrigada de más. Sus labios se entreabrieron y sus cejas se arquearon con alegría cuando vio la caja roja; la abrió y de ella sacó el oso de goma que movía los brazos entregando un bombón. Lo tomó y se lanzó a sus brazos feliz, niña. - Graaaacias, lo amé - exclamó contenta, agradecida.

Asintió a lo que decía tras su efusivo abrazo, dejando el osito en la caja para sentarse junto a ella en los peldaños. - Lo guardaré para que lo comamos tras la cena - comentó, planeando todo ya. Albus llegaría esa noche a Hogwarts, y se preguntó si entraría por algún otro lugar, si lo recibirían en el despacho de McGonagall o si entraría por esa misma escalera, en pocos minutos quizás. La pregunta de Allie le sacó las cavilaciones de la mente, por lo que se giró y reflexionó en menos de un segundo. - No, ¡cierto que hoy salía! Ni idea, ¿tú si la haz leído? - Extraño era que no la tuviese en manos, debido a que, si bien no era fanática de los chismes, muchas de sus primas sí y siempre llegaba a sus brazos, normalmente veía cosas de James o de Albie, de ella nunca llegaba nada y era un alivio.

Jaja me encanto ver la cara de Molls cuando vio al oso, era lo mas divertido del día y lo mas energético que le había pasado, recibí de muy buena gana los afectos de ella. Pensando que la próxima ves que volviera del trabajo le compraría unos bombones cantores, pero esos que llevaba eran para los elfos, se los había prometido hace mucho tiempo.

- me encanto cuando lo vi.. -

Añadí a su comentario que después no llevo a sentarnos, seguía sin entusiasmarle la idea de ir al gran comedir, incluso me había llevado unos trozos de pastel para comer en ves de ir por la cena. Tras mi pregunta directa solo pude soltar una risotada, no éramos las mas adeptas a leer chismes, pero ahora que estaba trabajando era difícil evitar leer el profeta y otras publicaciones, los clientes querían temas para hablar y en la tarde varios me reconocieron por el articulo, pero yo no les dije nada solo me hice la tonta para seguir atendiéndolos.

- ajaja pues si… tuve que hacerlo, los clientes de las tres escobas quieren conversar.. - le respondí llevando mi mano al cabello y posesionándolo detrás de mi oreja. Mis ojos se fueron a los de ella y sonriendo, por que no tenia otra forma de hacerlo seguí con el tema.- decían cosas de mi, de tus primos… y de ti… - alargue la palabra, lo que salía de mi era cierto, casi en su mayoria, pero ya no iba a ser así. Lo que salía de Cassandra era mas preocupante y lo que mas me interesaba era lo de Molls. Rebusque su rostro meciendo mi rostro de lado a lado algo burlona y simpática a la ves.- ¿Qué pasa entre tu y Malfoy?… por que ahí decía algunas cositas, no muchas así que no te preocupes… solo decía, que estabas ligada él.. -mire hacia otro lado - que hay de cierto en eso.. - no le creía fielmente a la revista, pero si algunas cosas.-

La noche se iba poniendo fría pero en compañía nada era frío.

¡Era tan tierno aquel oso! Molls moría por compartirlo con ella o mostrárselo a sus compañeras de alcoba, James seguro se mofaría de él pero era demasiado bonito y tentador. Quizás si le sacaba un brazo dejaría de ser tan agradable y se convertiría en algo sádico, quizás. De acuerdo, estaba desvariando ya. Una vez sentada junto a Allie, la pelirroaj juntó sus rodillas y alejó un poco sus pies uno de otro, para luego colocar los codos de sus brazos sobre su regazo y, para estar más cómoda, su mentón recargado sobre un puño cerrado.

La observó con atención, algo divertida con su comentario del trabajo. No debía olvidarse de preguntarle a su amiga cómo le estaba yendo, aunque por su expresión comprendía todo bastante. Le iba bien, pero era cansino y mucho más con las cuantiosas tareas que debían llevar a cabo en Hogwarts. Pennie se preguntó a qué edad comenzaría a trabajar, pero para suerte mundial la morena siguió hablando y la quitó de las locuras que avecinaban aparecer en su cabecita.

Frunció el ceño cuando le dijo que Corazón de Bruja había escrito algo sobre ella, porque todos sabían que esa revista no halagaba a las personas sino todo lo contrario; el que aparecieran sus primos no le extrañaba, pero lo que dijo a continuación fue una enorme sorpresa. - ¿Yo? - preguntó casi en un susurro. ¡Mierda, debía leerlo cuanto antes! ¿Quiénes eran los redactores de Corazón de Bruja cómo para decir que ella estaba ligada o no a Scorpius? Esa ligera furia interna fue transformándose a medida que los segundos pasaban y Allie la miraba con más intriga, mientras ella pensaba en qué decirle. Suspiró, Scorp debía estar contento, ahora Draco Malfoy debería haberse puesto realmente furioso, aunque a la vez, después de lo que le había dicho en los baños, ¿qué estaría pensando? Debía hablar con él cuanto antes...

- ¿Tienes tiempo y quieres que te cuente todo? - le preguntó con ojos pequeños y críos, de puberta confundida. Después de todo, eso era; Molly sólo era una niña que estaba pasando por muchas cosas a la vez, y por primera vez en toda su vida quería desaparecer.

Mi mirada se perdió identificando las sombras oscuras que se iban formando con la noche, esas que muchas veces confundíamos con algún monstruo. Sonreía apenas esperando que Molls me dijese algo. Si era un poco intrusa pero solo cuando se trataba de algunas personas, y entre los nombres de la lista estaba el de mi pequeña fresita. Volví mi mirada a ella mientras mis manos se cruzaban en mi regazo y al inclinar mi rostro el cabello volvía a escapara de su lugar.

- …- su vos interrumpió mis acciones, me interesaba mirarla mientras me decía las cosas, muchas veces las acciones eran mas importantes que las palabras, y con la experiencia de vida, ya sabia reconocer algunos gestos.- tengo tiempo..- le respondí al ver esos ojitos tan lindos, con la confusión familiar, esa que reconocía en mi ojos también, le sonreía y pase mi mano por su espalda frotándola para regalarle una caricia amiga.- no tienes que contarme todo…- seguí, me importaba muy poco como habían pasado las cosas, Molls estaba creciendo y era lógico que estuviera metida en cosas de parejas y que muchas de esas cosas no serian de mi agrado, porque era una persona celosa, pero lo aceptaba asi como ella conmigo.- solo… lo que tu quieras…- añadí con una leve sonrisa en mis labios.-

Bueno por lo menos había cumplido con uno de los propósitos del día, encontrar a Molls y preguntarle de aquello y el otro, por lo menos no tendría que ir al gran comedor y enfrentar las miradas de los Alumnos después de la lectura de la revista, ya me había bastado con las del día. Además no quería ver a Albus… después de nuestro pequeño encuentro, me había confundido un poco, así pretendía evitar confusiones y lo mejor para eso era apartase hasta que la mente estuviera mas tranquila

Suspiró, pesado y largamente. Llegaban momentos en la vida de todas las personas en los que debían enfrentarse a las situaciones que pasaban, frente a frente, sin lugar a atisbo o a duda alguna. Era una lucha precisa e inmodificable; aquel era uno de esos momentos. Molly era la clase de persona que siempre deja todo para el final, que olvida todo lo malo que le sucede y lo guarda en un cajón, lo deja allí y quizás, sólo quizás, algún día el cupo del cajón se agota y se abre, y del mismo salen a la luz las peores cosas. Pero, mientras tanto, una sonrisa de felicidad dibujada en su rostro es infalible, y no es que finja al respecto, ella no es así. Simplemente prefiere vivir la vida alegre, que pensar en sus tristezas.

Aunque, estaba siendo hora de que enfrentara la verdad, de que resolviera todos sus problemas inconclusos. Era hora de dejar de pensar en cualquier estupidez para olvidar lo que había hablado con Scorpius días atrás; de un momento a otro, al pensar en eso, toda la presión de un centenar de recuerdos y situaciones que no sabía que le habían afectado tanto, caían sobre ella como una catarata de agua fría, directo en su espalda frágil y desnuda.

- Se suponía que Scorp y yo estábamos comprometidos - explicó con serenidad, ahora ya no la miraba. Su mentón no estaba recargado en su puño, ahora ambos brazos suyos colgaban sobre sus rodillas, y su mirada verdosa se perdía en algún lugar del remolino de hojas naranjas y marrones ocasionado por el viento. - Era todo una farsa. Él me pidió que lo ayudara, que fingiera con él. No importan los motivos, sabes que te lo diría pero prometí no hacerlo... - musitó, girando el rostro para verla y que en sus ojos comprendiera que decía la verdad. Molly jamás había clausurado su verdad a nadie, siempre era sincera y completa, no contaba a medias y no mentía por cuenta propia, quizás se confundiera pero no era con mala intención. - Yo acepté, me conoces bien, soy así con mis amigos y, él necesitaba mi ayuda y yo... simplemente lo ayude - Volvía a observar el suelo, sus párpados se habían abierto apenas más de lo normal, obviando como lógico lo que había hecho.

- Practicábamos cada tanto, para que los demás lo creyesen. Él me besó, y yo lo besé, o algo así, actuábamos en la soledad de las aulas vacías, todo iba perfecto según el plan - murmuró, con el ceño fruncido ahora, recordar aquello era un tumulto de sensaciones en el estómago. Rodeó su vientre con sus brazos, abrigándose del repentino frío que sentía y erizaba su piel sin piedad, aunque no hubiese una pizca de viento en el aire. - Hace cuatro o quizás cinco días nos encontramos en el baño de mujeres por la noche, yo no podía dormir y salí a caminar, él hacía sus rondas. Hablamos un rato, llegaron otros prefectos... - suspiró de nuevo, esta vez en silencio comparado con el anterior. - Me hizo una pregunta extraña y después de eso comenzó a decir que yo le gustaba, y un montón de locuras que me dejaron atónita. Me dijo que me deseaba, Allie, nunca nadie me ha dicho que me desea, y mucho menos con esa forma tan intensa pero con el respeto con el que me lo dijo... - Molly se había sentido mujer, no una niña. Una mujer con todo lo que eso llevaba.

- Terminó por decirme que olvidara todo, que no podría verme más como una amiga... Pero yo no quiero perderlo... - Su voz se quebró allí, hizo un pequeño bajo y retomó, angustiada, con un nudo en medio de la garganta. Se hizo un ovillito pequeño entre los brazos de su morena, apretando fuertemente los labios y cerrando los párpados. Sus amigos, su familia, sus allegados siempre habían sido lo más importante, lo único relevante en su vida, más importante que ella misma. Scorpius era una parte necesaria en ella, y aunque se encontrara confundida de en qué forma lo apreciaba tanto, no podía permitirse perderlo. Jamás se lo perdonaría. - Por favor, dime qué hacer... - Sabía que estaba siendo injusta al poner a su amiga en ese aprieto, también sabía que parecía dramático que de la nada saliera con este tema cuando segundos antes había estado feliz, de lo más bien. Pero así era ella, así era Molls. Era demasiado cobarde como para afrontar su vida, por eso estaba en Hufflepuff y no en Gryffindor, porque no tenía el suficiente coraje; de acuerdo, no era la persona más inteligente, pero esa conclusión había sido analizada en su mente desde el primer curso en Hogwarts, y tras cada semana la confirmaba más.

Ahora sentía que estaba haciendo mal con Molls, es como si ella viniera a preguntarme sobre lo que escribieron de mí, ni siquiera yo sabría darle una respuesta medianamente satisfactoria. Hoy estaba hecha un lío en muchos sentidos, necesitaba pones mis prioridades en ordenes, pero ahora estaba interesada en lo que pudiera pasarle a mi pequeña fresita. Draco Malfoy no era mi persona favorita, pero Scorpius extrañamente jamás me había causado una repulsión mayor a la que cualquier Slythering, incluso llegue a pensar que no miraba con tanto desagrado como muchos, Albus… podía llegar a ser mas pesado en cuanto a temas de muggles.

Las primeras palabras de ella me hicieron parar cualquier otro pensamiento. Comprometidos… eso iba un poco mas lejos de lo que imaginaba, pero conociendo a mi pequeña no podía ser algo real. Mis temores se calmaron, tenia razón en lo primero que pensé. No deje de verla porque las expresiones eran importantes para mi, una farsa… me preguntaba cual era el fin de ello, y porque elegir a Molls para hacerlo, tenia muchas amigas en su casa y fuera de ella, no necesariamente tenía que ser Molls. Ella era tan noble, no importaba en que casa estuviera, para mi era la mejor de las chicas, no se dejaba dañar por las cosas externas. Me sonreí al ver su compromiso con la amistad, de seguro lo haría por cualquiera si necesitaba su ayuda, solo me quede en silencio esperando que ella contara todo lo que deseara.

Sus ojos sinceros se me escaparon cuando miro el suelo, me preguntaba que tan lejos había llegado eso, no quería que lastimaran a mi pequeña, era tan sensible y de un hermoso corazón, puse mi mano en su espalda suavemente y muy maternal. Siguió contándome, pero entonces las cosas se volvieron algo mas… reales para mi, practicar?, esta bien, eran novios fingidos, pero practicar con Molls, ella no tenia mucha experiencia en relaciones y eso podría resultar un poco confuso para ella… o eso pensaba yo. Lo vino me cayó como un balde de agua fría, la forma en que ella intentaba protegerse a si misma me enterneció y no pude hacer mas que abrazarla. Mi niña estaba confundida… pensé que eso iba a pasar con ese tipo de juegos, Molls no era de las chicas que pudieran apartar su corazón de las cosas, por eso la quería y eso también la lastimaba.

Se me acelero el corazón con su suplica, quien era yo para aconsejarla, cuando mi cabeza y corazón siempre estaban hechos un lío. Su cuerpo se acomodo en él mío como si fuera mas pequeña de lo que realmente era. Me sentía un poco impotente, porque Malfoy tenia que ser un Malfoy, no desconfiaba de él… sino de su familia y su apellido, pero Molls lo quería como amigo y él al parecer como algo más.

- hay cariño…- le dije mientras mis manos acariciaban sus cabellos, intentado trasmitir un poco de calma y claridad.- no puedo decirte que hacer. Pero a pesar de lo que puedas creer, Scorpius no me parece un mal tipo, quizás un poco altanero, pero si es tu amigo no puede ser tan malo.- una pausa necesaria para que ella.- además, míralo desde este punto, él… es muy orgulloso, tiene que haberle costado mucho hablarte sinceramente de sus sentimientos. Si lo hizo no fue para jugar contigo, lo hizo porque sinceramente estaba preocupado de dañarte. Si ya no te ve como una amiga, es porque te ve como una mujer, para él debe ser algo incomodo y confuso.- intente levantar el rostro de Molls.- la pregunta clave es… ¿Cómo lo ves tú?, porque si no quieres perderlo, no es bueno que le sigas el juego después de que él fuera tan sincero contigo, es mejor que aclares lo que tú sientes por él y seas valiente para decírselo.-

Sabia que mi pequeña hacia cualquier cosa por mantener a sus seres queridos cerca, pero no importaba cuanto lucháramos al final todos nos separamos físicamente, lo cual no quiere decir que fuera emocional, las personas estábamos atadas por hilos invisibles, por eso siempre terminábamos reencontrándonos, era parte del destino, de la forma en que las personas construyan sus vidas.

Ignoraba el hecho de la presión que estaba brindándole a Allie al pedirle ayuda con tanta emoción, pero era tal su incertidumbre que se sentía necesitada de consejos cuanto antes. Era increíble la cantidad de situaciones, pensamientos y recuerdos que Molls se guardaba en el interior, muy en el fondo. Era impresionante - y no de buena forma - como callaba todas esas cosas y explotaba así, sintiéndose tan angustiada ante opiniones propias que ni ella se daba cuenta que tenía, cayendo ante la pena débilmente, como una niña.

Ella no había creído que con las prácticas algo pudiese llegar a confundirla, a decir verdad, en un principio nada había pasado; era una teatralización más, sólo eso, cuando estaba con James utilizaba mucho el arte de fingir - de forma benigna, claro, no lo aprovechaba para ser realmente malvada -. Pero se había equivocado, la confusión que él había logrado tener le había afectado también a ella, y ahora estaba así, apenándose por no hacer sentir a nadie mal, y aún peor, porque ella se sentía peor. Molly no comprendía que para no lastimar a los demás, primero no debía lastimarse a sí misma, y no lo estaba logrando. Antes que nada, debía aclararse personalmente, y para eso estaba Allie allí, su mejor amiga, ayudándola como siempre y como nunca antes.

- Yo sé que le debe de haber costado mucho, pero yo no soy lo que él necesita. ¿Alguna vez me imaginaste con alguien como él? O mejor dicho, ¿alguna vez lo imaginaste con alguien como yo? - Scorpius lograba sacar toda esa parte diferente suya, la que se resguardaba, la que era distinta. Y Molly no sabía qué necesitaba de un muchacho, si consiguiera sacar su otro lado, si se quedara con el que ya tenía, el que la descubriera o la quisiera como era. Eso hacía que otra persona fuera a su mente, y que una sonrisa pequeña se cruzara en sus labios. ¡No! Eso estaba mal, demasiado mal. No podía pensar en dos muchachos a la vez, estaba definitivamente mal.

- Jean me besó accidentalmente el otro día.. - comentó, tensando aún más el ambiente que las rodeaba. Como cortar un hilo tirante con una tijera con un notable filo. Comenzaba a sentir una horrible culpa, su amiga le traía golosinas, y ella le venía con todos esos problemas - Lo lamento Allie, mira con todo lo que te vengo ahora... - murmuró, haciéndose pequeña en los brazos de la morena, teniendo dos imágenes, más bien dos personas en su mente, bien fijas y claras. Ambas dos la querían y se preocupaban por ella, ambas la habían besado - uno repetidas veces, y el otro por error - y a los dos ella los amaba, porque habían sido sus amigos por años.

Este día había sido importante porque en mucho tiempo no veía a Albus como a un amigo cualquiera, ya sin sentimientos confusos que nublaran mis acciones, que sentir que él me era importante pero no en una manera romántica era liberadora. Molly tenía cara de no saber que hacer y como no estar así, sí mi pequeña niña era tan preocupada de sus amigos que hasta los prefería a ellos antes que a si misma, tan noble. Pero esas emociones tan puras a ves eran causa de mucho dolor, si no lo supiera yo misma. Era un mal en nuestra vida, en ves de traernos alegrías nos daba mas preocupaciones y dolores de cabeza, sin contar las lagrimas que terminábamos derramando.
Pero volviendo a mis pensamientos de antes, quizás no era tan malo perder un sentimiento y ganar otro. Pero ahora no podía sentirme alegre de mis nuevas emociones, porque si Molly estaba mal yo no podía ser egoísta, ella y yo nos teníamos mutuamente.

- pues no creo que sea tan así..- Albert siempre decía que las mujeres elegían al tipo que las hacia sufrir y que los hombres preferían a aquella que era toda una cabrona, porque así estaban condicionadas. Pero yo no era así… o mejor dicho no quería serlo, no quería sufrir y ese había sido el mayor temor mientras estuve con Albus, no quería convertirme en una mujer blanda que perdonara todo con tal de tenerlo a mi lado.- pienso que Albus..- me calle, estaba confundiéndome esto no era como lo que yo había vivido, Scorpius se le había declarado, no se vio obligado como en mi caso.- perdón, pero quería decir, que Albus y yo no éramos muy parecidos… y ya ves salieron cosa buenas de todo eso, no deberías dudar tanto de lo que él necesite no?… digo por lo menos dale una oportunidad si sientes algo por él.-

Pero las sorpresas no paraban ahí, resulta que mi Molly estaba creciendo a pasos agigantados, no solo tenía el corazón enredado con Malfoy, sino que también otro chico la andaba rondando. Los besos accidentales no me hacían gracia, en el fondo uno siempre quería hacer el acto. Abrí de par en par mis ojos azules algo sorprendida.

- hey! No digas eso, si no me contaras tus cosas te haría un crucio…- bromee un poco para aliviar el ambiente - mi niña eres adorable, pero aquí la adulta por un año soy yo, así que no temas llenarme de tus dudas que podré manejarlas.- le sonreí algo más conforme con mis palabras.- pero… ahora me preocupa. ¿Qué vas a hacer… con Scorpius y Jean?, a ver…- dije haciendo un paréntesis y dramatizándolo con mi mano al aire.- primero dime… ¿Cuál de los dos besos te gusto más?..-

La pelirroja conocía de lo mucho que se habían querido y de lo que se seguían queriendo Albus y Allie, y consideraba una pena que no se llevaran así nuevamente, que su relación terminara, pero había tenido que aceptarlo como todos los familiares y amigos de la pareja, ahora su mejor amiga andaba en las suyas, siempre serena con respecto al asunto de los hombres, y Albus andaba enamoradísimo de Cassie por lo que parecía; no estaba mal, las personas debían seguir con su vida, era lo lógico. Pero Molly no podía adaptar ese concepto hacia sí misma, sentía que no sabía cómo seguir ahora, qué decisiones tomar. Ella no era de deprimirse, siempre lo decía, y no comprendía por qué justo ahora debía hacerlo. Claro que tenía explicaciones lógicas, pero ella no las veía.

En cualquier otro momento se hubiese dado cuenta de su error al referirse a Albus, le hubiese preguntado qué pasaba con él y habrían tenido una de tantas charlas al respecto, pero en ese momento y en su estado, lo había pasado por alto. Asintió a lo que ella le decía, quizás tuviese razón. Darle una oportunidad de sentir algo por él. ¿Sentía algo por él? Oh, sí, claro que sentía algo por él. Scorpius era su amigo ante todo, lo adoraba como eso pero.. ¿existía algo más? Su serpiente era guapo, no dudaba en decirlo, pero nunca se había fijado en él como otra cosa, lo trataba como amigo y jamás discutía con él, no tenía prejuicios y no se divertía de otra forma que no fuese como, justamente, amigos. En cambio, con Jean... quiso sonreír, pero lo reprimió porque le pareció patético. El aguilita la burlaba, le discutía si podía, se le notaba en la mirada que la quería, bromeaba junto a ella, era demás abrazable. También era su amigo, pero de diferente forma. Cómo odiaba esa situación.

- ¿Cuál de los be...? - repitió la pregunta que su mejor amiga le hacía, mirándola con sorpresa y vergüenza. - No creo que pueda responder eso - dijo, frunciendo los labios mientras suspiraba y se acomodaba un mechón rebelde del cabello tras la oreja, tanto abrazo y necesidad de cariño la habían despeinado. - He besado... bastantes veces a Scorpius... sólo para practicar, bueno, exceptuando esa vez... ¡pero yo creí que seguían mirándonos! En cambio, con Jean muy un sólo beso, apenas... - Sus mejillas se enrojecieron y se llevó las manos al rostro - No puedo creer que esté hablando así de esto... -Tenía ganas de reír y de golpearse a la vez, ¡qué tonta era! - Scorpius, bueno, ya sabes la experiencia que tiene, él besa muy bien y todo eso... es diferente, son ellos dos muy diferentes - suspiró, dejando su mentón recargado sobre ambas palmas de su mano, sus nudillos doblados rodeando su mandíbula.

Me sentía en las nubes, algo extraño cada ves que pensaba que quizás… solo quizás, las cosas mejorarían para ella y su amiga, pensar que en la primera ves que se vieron en los campos de entrenamientos donde le pregunte si tenia algún interés amoroso, ahora mi pobre niña estaba liada con muchos amores y quizás otros más le iba a salir a camino, ¿Dónde perdimos el camino a casa? Esa pregunta se la hizo Albert cuando yo me escape ese verano, sí me había perdido de camino a casa y me costo sola encontrarlo. Tome la mano de Molls, cubriéndola con la mía y apretándola suavemente. A diferencia de mi, ella no tendría que encontrar sola el camino a casa, si se perdía entre tantas cosas, ahí estaría yo para buscarla y sacarla de sus apuros.

- ahh si te entiendo….- como no hacerlo, si cuando James me beso sentí que el piso se me abrió bajo los pies, que buen beso me dio aquel jamón, sin embargo cuando besaba a Albus era diferente te me encendía algo por dentro y me daban muchas ganas de continuar pegando mis labios a él y por ultimo a Erick, ese que me dejo algo mareada… quizás por la emoción. Suspire sonriendo, quien mejor que yo entendía los enredos del corazón.- la verdad como te entiendo, Molls… pero según mi experiencia.. - que no era tan basta.- uno siempre sabe diferencia en los besos, sentimientos… tu sabes, unos que te hacen latir el corazón, otros te dan vuelta la cabeza, etc. A eso me refiero, se que muchas veces los besos de algunos experimentados nos hacen estragos… - James sabia como hacerlo.- pero al final de cuenta… te llama más ese que te deje un gustito de querer más.-

De pronto sentí que quizás estaba confundiendo aun más a Molls, a mi me había costado casi dos años superar Albus y eso que había puesto todo de mi para hacerlo, ahora solo éramos amigos pero quizás mi idea de amistad podía causarle problemas a él.

- lo siento Molls, no me hagas caso, ni yo misma sabría que hacer en tu caso… - hice un puchero como si sus problemas fueran una extensión de los míos.- porque el amor tiene que ser tan complicado… -