¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
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¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Un sonido de tripas protestando se escuchó en la sala común de Durmstrang mientras el castaño trataba de estudiar un poco de pociones que era el ramo más complejo para él, carraspeó cambiando de postura en el sillón, pues estaba recostado cómodamente mientras leía el inmenso libro memorizando algunos brebajes y ecuaciones para la próxima clase hasta que un nuevo crujido de sus tripas resonó en el barco provocando que sin más remedio se levantara frustrado del sillón y comenzara a caminar hacia la salida para encaminarse al castillo, odiaba tener hambre las 12 horas del día provocando que interrumpiera su estudio y eso que no eran las 24 horas ¡porque las otras 12 se las pasaba durmiendo!
A paso rápido cruzó los alrededores del castillo hasta entrar por la puerta principal, aún era muy temprano para la cena, pero eso no significaba que la cocina estuviera cerrada, de hecho a esa hora era cuando los elfos estaban tan entusiasmados haciendo la comida que se olvidaban de la fruta que había sobrado del almuerzo dejando la bandeja en la mesa que estaba cerca de la puerta, ¿cómo sabía el muchacho todo eso? ¡Muy simple! La cocina era su segundo hogar, siempre lo había sido y, al parecer, siempre lo sería, aunque últimamente tenía la sospecha de que otra persona había descubierto el descuido de los elfos haciendo de su hogar un sitio común, pues hacía tres días que estaba encontrando casi vacías la bandeja de frutas.
Apenas llegó al castillo bajó las dos escaleras correspondientes hasta dar con la puerta de la cocina y frunció su ceño al encontrarla medio abierta, pues por lo general estaba cerrada, los elfos no la cerraban con llave, pero tampoco la dejaban abierta a todo lo que daba, temiendo encontrarse con algún profesor se giró para salir del lugar, pero las tripas volvieron a rugir provocando que mirara la puerta con desesperación, una manzana era todo lo que necesitaba... una mísera manzana. Abrió la puerta un poco más de lo que estaba hasta que la bandeja de manzanas apareció ante sus ojos, se tranquilizó al percatarse de que no había nadie más en el lugar, sin embargo un gemido de placer alimenticio provocó que sus sentidos se pusieran alerta tratando de descubrir de dónde venía el sonido hasta que lo encontró debajo de la mesa en donde se encontraban las manzanas - ¡PEQUEÑA DIABLA eras tú la que te comías todas las manzanas! - comentó sin poder evitar reír ante el salto que dio su amiga casi pegándose con el borde de la mesa al no haberse percatado con anterioridad de que su payasito estaba ahí mientras que se agachaba para quedar a su altura y así con su dedo índice picotear el vientre de Molly - eres una ladrona, yo las encontré primero - la miró con los ojos entrecerrados como si realmente la odiara sin dejar de picotearla pero ahora haciéndole cosquillas en su vientre con ambas manos, aunque claramente era sólo una broma.
A paso rápido cruzó los alrededores del castillo hasta entrar por la puerta principal, aún era muy temprano para la cena, pero eso no significaba que la cocina estuviera cerrada, de hecho a esa hora era cuando los elfos estaban tan entusiasmados haciendo la comida que se olvidaban de la fruta que había sobrado del almuerzo dejando la bandeja en la mesa que estaba cerca de la puerta, ¿cómo sabía el muchacho todo eso? ¡Muy simple! La cocina era su segundo hogar, siempre lo había sido y, al parecer, siempre lo sería, aunque últimamente tenía la sospecha de que otra persona había descubierto el descuido de los elfos haciendo de su hogar un sitio común, pues hacía tres días que estaba encontrando casi vacías la bandeja de frutas.
Apenas llegó al castillo bajó las dos escaleras correspondientes hasta dar con la puerta de la cocina y frunció su ceño al encontrarla medio abierta, pues por lo general estaba cerrada, los elfos no la cerraban con llave, pero tampoco la dejaban abierta a todo lo que daba, temiendo encontrarse con algún profesor se giró para salir del lugar, pero las tripas volvieron a rugir provocando que mirara la puerta con desesperación, una manzana era todo lo que necesitaba... una mísera manzana. Abrió la puerta un poco más de lo que estaba hasta que la bandeja de manzanas apareció ante sus ojos, se tranquilizó al percatarse de que no había nadie más en el lugar, sin embargo un gemido de placer alimenticio provocó que sus sentidos se pusieran alerta tratando de descubrir de dónde venía el sonido hasta que lo encontró debajo de la mesa en donde se encontraban las manzanas - ¡PEQUEÑA DIABLA eras tú la que te comías todas las manzanas! - comentó sin poder evitar reír ante el salto que dio su amiga casi pegándose con el borde de la mesa al no haberse percatado con anterioridad de que su payasito estaba ahí mientras que se agachaba para quedar a su altura y así con su dedo índice picotear el vientre de Molly - eres una ladrona, yo las encontré primero - la miró con los ojos entrecerrados como si realmente la odiara sin dejar de picotearla pero ahora haciéndole cosquillas en su vientre con ambas manos, aunque claramente era sólo una broma.
Stefan V. DunstDURMSTRANG - Mensajes : 189
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Fecha de inscripción : 01/04/2011
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
25 de septiembre; dos horas después del almuerzo.
¿Justificación alguna? No, no tenía. Siempre había sido de las muchachas que comen frutas, no vegetales, sólo frutas. En realidad, ¿por qué mentir? El hecho de ser una Weasley significaba que cualquier tipo de comida era de su agrado y que no tenía mucho prejuicio a la hora de sentarse a la mesa, pero siendo sincera, si en algún momento se le antojaba algo en particular, no sería espinaca o lechuga precisamente. En cambio, las frutas sí eran de esas que en extraños momentos ansiaba comer. Últimamente, había tomado un particular cariño por las manzanas. Cada vez que las veía recordaba a Ben, quien era fanático de las mismas; hacía días ya que no veía a esa aguilita, lo andaba extrañando en demasía. Ese último año cada uno estaba en lo suyo, y con la cantidad de cosas que sucedían en el mundo mágico era difícil comunicarse con los allegados, hasta sus padres tardaban mucho más de lo normal en responder sus cartas, y es que El Profeta estaba alterado y el Ministerio excesivamente atareado, o eso era lo que Audrey y Percy escribían en los pergaminos.Estaba en la biblioteca, acababa de terminar un trabajo para Historia de la Magia que llevaba días escribiendo y debía entregar al día siguiente. No es que hubiese tenido mucha voluntad, pero Rosie había estado atrás suyo todo el tiempo para que lo concluyera de una vez por todas. Tras el almuerzo se había encontrado con ella y se habían dirigido a la biblioteca para confeccionarlo, mientras ella leía sus cuantiosos libros. Ahora, que ya todo estaba terminado y llevaba sus libros, pergaminos, plumas, y tintero en el morral de cuero negro suyo tan peculiar, Molly había decidido ir donde su sala común a descansar un rato. Aún era temprano, por lo que la idea de tomar una siesta sonaba como música suave en sus oídos. De camino a la SC de Hufflepuff, la pelirroja no evitó pasar por el retrato del frutero, aquella entrada secreta a las cocinas. Mordió su labio inferior, observando de reojo como la pera en el centro parecía llamarla. Se dio por vencida, un par de manzanas no dañarían a nadie. Dibujó en sus labios una sonrisa de hoyuelos y tras rascar apenas la pera, ésta se río y la dejó entrar por la puerta de la cocina. Allí, moviditos y apresurados, los elfos le dieron una cálida y corta bienvenida mientras seguían con lo suyo.
- ¿Cómo están muchachos? - preguntó sonriente, mientras éstos venían a ofrecerle cosas con cotidianidad. - No se preocupen, tomaré las manzanas del almuerzo - les avisó, mientras le traían el gran frutero que sobraba del mediodía y lo dejaban sobre la mesa central y cuadrada, para luego alcanzarle un vaso de jugo de calabaza. - Muchas gracias amigos - agradeció, feliz de que los elfos fuesen tan serviciales. Y pensar que su tía Hermione había hecho tanto por ellos en su juventud, debería seguir su ejemplo. Ella comprendió que si algún profesor la veía allí moriría, porque no podían estar en cualquier horario comiendo tonterías, por algo los desayunos, almuerzos y cenas eran tan intensos; tomó la fruta que quiso, se escondió como pudo bajo la mesa central, y comenzó a masticar una manzana verde - sus favoritas - aunque sabía que se llevaría una de color carmín para la Sala Común después. Saboreó la manzana, cría y suspiró de satisfacción, esa manzana estaba deliciosa. Un grito hizo que saltara de su lugar y que por poco la fruta no se le cayera de la mano, torpe, aunque se dio la cabeza contra el techo de la mesa. Su payasito estaba allí, riendo, quejándose sin molestia alguna de que por culpa suya él se quedaba sin manzanas en esos últimos días. Stefan se aproximó y quedó en cuclillas junto a ella, comenzando a picar su vientre, logrando que se desternillara fácilmente de la risa. - ¡Espera, espera! - pidió entre risas, era demasiado cosquilluda. Sostuvo fuerte la manzana e intentó alejar las manos de él con suavidad, para luego tirársele al cuello y rodearlo con cariño, afectuosa. - ¡Mi vida! Te extrañé estos días, ¿cómo estas? - preguntó sin separarse, cuando le entraba el amor, era imposible quitárselo de un ondazo.
Última edición por Molly P. Weasley el Miér Mayo 25, 2011 11:55 am, editado 1 vez
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Las carcajadas de Molls provocaron que poco después estuviera yo riendo con ella, era extraño sentirme así, como si tuviera un motivo para sonreír, sin embargo no podía ser de otra forma estando ella a mi lado, era como si fuera mi dosis de alegría diaria, una droga de la que ya era adicto y que por ningún motivo dejaría de ingerir, estaba seguro que si Molly fuera una pastilla y yo un chico pobre mataría con tal de hacer el dinero para poder comprarlas, afortunadamente ninguna de las dos cosas eran opción en esta etapa de mi vida. Mis manos continuaron haciéndole cosquillas hasta que sus brazos se fueron a mi cuello provocando que mis rodillas se desestabilizaran provocando que mi cuerpo se echara hacia atrás logrando que mi espalda tocara el suelo y el pequeño y moldeable cuerpo de molly quedara arriba del mío con mis brazos rodeando su cintura, era realmente increíble la conexión que habíamos formado en menos de un mes, era como si nos conociéramos de toda la vida.
Su comentario provocó que mi risa se volviera una tierna sonrisa, sus expresiones de cariño hacia mí me deslumbraban en ocasiones, desde la última vez que había visto a Danae que no había abrazado a una mujer sin querer algo más que tan sólo el abrazo, porque así era mi relación con molls, algo totalmente filial, no cabía lugar para el deseo, la pasión o el morbo en sus actos y estaba seguro que así seguiría hasta el fin de los tiempo - Pequeña mentirosa, no me has extrañado nada, sino me hubieses ido a ver al lago - fingí un puchero mientras le daba un beso en la frente para luego soltarla con el fin de que pudiéramos volver a acomodarnos debajo de la mesa, la verdad era que tenía una ligera cuota de emoción el estar comiendo a escondidas debajo de ese mueble, como si el miedo de que pudiéramos ser descubiertos estuviera latente en todo momento provocando que la adrenalina recorriera mi cuerpo, en definitiva, era entretenido - ¡Y dame eso! Es mía - la fulminé con la mirada como si fuera un lobo observando a su carnada para luego morder con ansias la poca manzana que le quedaba terminándola de un sólo bocado - Oouh ya se terminó - hice otro puchero, estaba realmente muerto de hambre.
Miré a Molly como si ella fuera la culpable de eso mientras que, sin mirar, comencé a tantear la mesa con mi mano derecha en busca de la bandeja, una vez la encontré saqué dos manzanas, primero una y después la otra, me quedé con la verde y le pase la rosa a mi querida amiga para que siguiera deleitándose - Ya cuenta, qué has hecho, ya que no me quieres ni un poquito como para irme a ver supongo que tienes una buena explicación - la miré achicando mis ojos mientras sentía como mis labios no se contenían a curvarse en una sonrisa - lo que es yo... - traté de pensar en qué había hecho aparte de sentir cosas extrañas por Lua y haber conocido a la sexy hermana de Jean, con quien me llevaban de puta madre la melliza lo único que hacía era enfadarme, llegando a la conclusión que mi existencia esa última semana se resumía a eso - no he hecho mucho - me encogí de hombros, ¿cómo le podía contar a mi payasita que podía ser que la primera chica que había besado estaba comenzando a ser parte permanente de mis pensamientos mientras que la hermana de mi amigo estaba siendo parte de mis sueños censurados? Moría de ganas por soltar un suspiro ante mi temporal confusión, pero para no levantar sospechas preferí morder la manzana de la forma más natural posible.
Su comentario provocó que mi risa se volviera una tierna sonrisa, sus expresiones de cariño hacia mí me deslumbraban en ocasiones, desde la última vez que había visto a Danae que no había abrazado a una mujer sin querer algo más que tan sólo el abrazo, porque así era mi relación con molls, algo totalmente filial, no cabía lugar para el deseo, la pasión o el morbo en sus actos y estaba seguro que así seguiría hasta el fin de los tiempo - Pequeña mentirosa, no me has extrañado nada, sino me hubieses ido a ver al lago - fingí un puchero mientras le daba un beso en la frente para luego soltarla con el fin de que pudiéramos volver a acomodarnos debajo de la mesa, la verdad era que tenía una ligera cuota de emoción el estar comiendo a escondidas debajo de ese mueble, como si el miedo de que pudiéramos ser descubiertos estuviera latente en todo momento provocando que la adrenalina recorriera mi cuerpo, en definitiva, era entretenido - ¡Y dame eso! Es mía - la fulminé con la mirada como si fuera un lobo observando a su carnada para luego morder con ansias la poca manzana que le quedaba terminándola de un sólo bocado - Oouh ya se terminó - hice otro puchero, estaba realmente muerto de hambre.
Miré a Molly como si ella fuera la culpable de eso mientras que, sin mirar, comencé a tantear la mesa con mi mano derecha en busca de la bandeja, una vez la encontré saqué dos manzanas, primero una y después la otra, me quedé con la verde y le pase la rosa a mi querida amiga para que siguiera deleitándose - Ya cuenta, qué has hecho, ya que no me quieres ni un poquito como para irme a ver supongo que tienes una buena explicación - la miré achicando mis ojos mientras sentía como mis labios no se contenían a curvarse en una sonrisa - lo que es yo... - traté de pensar en qué había hecho aparte de sentir cosas extrañas por Lua y haber conocido a la sexy hermana de Jean, con quien me llevaban de puta madre la melliza lo único que hacía era enfadarme, llegando a la conclusión que mi existencia esa última semana se resumía a eso - no he hecho mucho - me encogí de hombros, ¿cómo le podía contar a mi payasita que podía ser que la primera chica que había besado estaba comenzando a ser parte permanente de mis pensamientos mientras que la hermana de mi amigo estaba siendo parte de mis sueños censurados? Moría de ganas por soltar un suspiro ante mi temporal confusión, pero para no levantar sospechas preferí morder la manzana de la forma más natural posible.
Stefan V. DunstDURMSTRANG - Mensajes : 189
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Fecha de inscripción : 01/04/2011
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Con la expresión de sorpresa en el rostro, Molly dejó de reírse cuando al rodear el cuello de Stefan ambos cayeran al suelo recostados, ella sobre él. Ante la torpeza de los dos, comenzó a reír nuevamente, divertida. Un ligero e infantil sonrojo apareció en las mejillas pálidas de Weasley, no sólo por la repentina cercanía con el castaño - que en realidad era por el hecho de que él fuese un hombre y ya, no por otra cosa porque su payaso era sagrado y no se atrevería a verlo con otros ojos que no fuera los de amiga - si no también porque la risa le había provocado un repentino calor que había subido hasta su rostro. Se vio completamente enternecida - como siempre - a los gestos tiernos de Stefan, por lo que, tras su puchereo y el beso en su frente, ellos se incorporaron aún en el suelo y se arrastraron debajo de la mesa, pero fue imposible que buscara sus brazos de nuevo, teniendo en la mente las frases que él había dicho.
- ¡Ya, no digas eso! - comentó frunciendo los labios dando lástima y enarcando sus cejas en diagonal, como una caricatura triste - esa expresión que siempre plasmaba en su rostro -; se sintió culpable e intentó explicarse, torpemente. - Me echarían de allí y lo sabes, algunos compañeros tuyos dan miedo - se defendió, cruzándose de brazos terca. Se encogió sobre sí misma cuando él la fulminó por ser quien estaba comiéndose todas las manzanas esos últimas días, en particular esa que ahora le había sacado de la mano y tras un mordisco nada quedaba. Es que las manzanas de Hogwarts eran tan ricas, ella no podía evitarlo realmente; cuando le daba el hambre Weasley era imposible satisfacerlo de no comer lo que pretendía sinceramente.
- En realidad mi vida no es muuy interesante que digamos, lo sabes... - le explicó a su pregunta, pensativa. - Siempre es lo mismo, numerosa familia, numerosos amigos, numerosas canciones y letras - se rió, dándose cuenta de algo al repetir sus frases en su mente - Todo es a lo grande en mi vida si no lo piensas demasiado - le dijo contenta, siendo sincera y realista en sus palabras. - ¿No has hecho mucho? - preguntó con el ceño fruncido, dudosa. Además de no haber sabido absolutamente nada de él durante esos últimos días, algo en la expresión de su rostro lograba que no le creyera del todo. Molls dio el primer mordisco a la manzana que él le había dado segundos atrás, tomando su mano entre la suya mientras masticaba y tragaba el pedacito delicioso de fruta. - ¿Estas totalmente seguro, payasito? - preguntó con el cuello levemente ladeado y los ojos abiertos, la mirada verde atenta y comprensiva, siempre solidaria con los suyos.
- ¡Ya, no digas eso! - comentó frunciendo los labios dando lástima y enarcando sus cejas en diagonal, como una caricatura triste - esa expresión que siempre plasmaba en su rostro -; se sintió culpable e intentó explicarse, torpemente. - Me echarían de allí y lo sabes, algunos compañeros tuyos dan miedo - se defendió, cruzándose de brazos terca. Se encogió sobre sí misma cuando él la fulminó por ser quien estaba comiéndose todas las manzanas esos últimas días, en particular esa que ahora le había sacado de la mano y tras un mordisco nada quedaba. Es que las manzanas de Hogwarts eran tan ricas, ella no podía evitarlo realmente; cuando le daba el hambre Weasley era imposible satisfacerlo de no comer lo que pretendía sinceramente.
- En realidad mi vida no es muuy interesante que digamos, lo sabes... - le explicó a su pregunta, pensativa. - Siempre es lo mismo, numerosa familia, numerosos amigos, numerosas canciones y letras - se rió, dándose cuenta de algo al repetir sus frases en su mente - Todo es a lo grande en mi vida si no lo piensas demasiado - le dijo contenta, siendo sincera y realista en sus palabras. - ¿No has hecho mucho? - preguntó con el ceño fruncido, dudosa. Además de no haber sabido absolutamente nada de él durante esos últimos días, algo en la expresión de su rostro lograba que no le creyera del todo. Molls dio el primer mordisco a la manzana que él le había dado segundos atrás, tomando su mano entre la suya mientras masticaba y tragaba el pedacito delicioso de fruta. - ¿Estas totalmente seguro, payasito? - preguntó con el cuello levemente ladeado y los ojos abiertos, la mirada verde atenta y comprensiva, siempre solidaria con los suyos.
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Rodé mis ojos sin poder evitarlo ante su comentario, era verdad que mis compañeros eran algo... aterradores con la gente nueva, especialmente con alguien como Molly que era la ternura personificada, pero no podía entender que su payasita pensaba que él no la protegería de todo mal que se avecinara, incluso si tenía que enfrentar a las personas que habían, practicamete, crecido junto a mí - Vamos, Moll's, sabes que no permitiría que nadie, nunca, jamás en la historia ahora, mañana, pasado o en un futuro te hiciera daño ni si quiera con palabras, así que para la próxima no tomes eso como una excusa - mi mirada la penetró, no pretendía reprenderla y espera que no se molestara por mi aclaración, sólo quería que entendiera que - a pesar de que a ella la conocía hacía sólo un mes y a ellos por más de cinco años - la elegía a ella por sobre muchos, de hecho se podría escapar sólo un par: Z, que era más bueno que el pan así que no creía que alguna vez tuviéramos un problema y Caroline, que era mi hermana, aunque entre ella y Z no sabía quien era el más pacífico, el único que me podría traer algunos problemas era Dimitri, pero estaba seguro que hablando con él llegaríamos a un acuerdo.
Una pequeña risa escapó de mis labios ante su comentario, apenas me podía creer lo numerosa que era su familia, si la hubiese conocido hacía dos meses atrás habría pensado que tendría que ser una familia de locos, pero ahora que estaba viviendo en la casa de mi abuelo en donde estaban mis otros dos tíos, uno con su esposa y sus dos hijas, más mis padres, mi hermana y yo provocaba que la entendiera un poco, pero sólo un poco. Mi risa se fue disolviendo poco a poco mientras escuchaba su pregunta con ese tono que me indicaba que sabía que no le estaba diciendo la verdad - ¡OH Demonios! - exclamé para luego morder la manzana, ¿cómo es que esa pequeña podía leerme tan fácilmente? ¡Me abrumaba! - Está bien, está bien, tienes razón - levanté mis manos masticando mientras tragaba el pedazo de manzana que había comenzado a masticar.
Solté un ligero suspiro pensando en cómo podría contarle todo lo que había pasado en sólo... dos semanas, Dios mío, unos pocos días sin conversar a fondo - sólo saludándonos en los pasillos entre recreos - y tenía que contarle prácticamente ¡toda una vida! De partida la pequeña no sabía nada de Cassandra, por lo que estaba seguro que se detendría en ese punto, jamás le había contado que la primera chica que había besado era Lua, la hermana de Z ni tampoco sabía lo cercanos que estábamos con Jean, así que de seguro sería todo una bomba para la pequeña Moll's. Tragué saliva e intenté pensar en la forma menos traumática de decirlo - Me encontré con mi ex novia, estoy confundido por lo que siento hacia la primera chica que besé y resulta que la mujer que encuentro increíblemente sexy hasta el punto de no saber qué hacer es la hermana de el único amigo que tengo dentro de Howgarts, sin contar a los amigos que vienen conmigo de Durmstrang, por supuesto - solté un largo suspiro para luego pegarme en la frente, al parecer lo de "menos traumático" no había resultado. - ¿Enredado? ¡Dímelo a mí! En todo caso estoy más intrigado por saber qué onda tú con el Sly ese - pregunté recordando lo que se murmuraba en los pasillos del castillo.
Una pequeña risa escapó de mis labios ante su comentario, apenas me podía creer lo numerosa que era su familia, si la hubiese conocido hacía dos meses atrás habría pensado que tendría que ser una familia de locos, pero ahora que estaba viviendo en la casa de mi abuelo en donde estaban mis otros dos tíos, uno con su esposa y sus dos hijas, más mis padres, mi hermana y yo provocaba que la entendiera un poco, pero sólo un poco. Mi risa se fue disolviendo poco a poco mientras escuchaba su pregunta con ese tono que me indicaba que sabía que no le estaba diciendo la verdad - ¡OH Demonios! - exclamé para luego morder la manzana, ¿cómo es que esa pequeña podía leerme tan fácilmente? ¡Me abrumaba! - Está bien, está bien, tienes razón - levanté mis manos masticando mientras tragaba el pedazo de manzana que había comenzado a masticar.
Solté un ligero suspiro pensando en cómo podría contarle todo lo que había pasado en sólo... dos semanas, Dios mío, unos pocos días sin conversar a fondo - sólo saludándonos en los pasillos entre recreos - y tenía que contarle prácticamente ¡toda una vida! De partida la pequeña no sabía nada de Cassandra, por lo que estaba seguro que se detendría en ese punto, jamás le había contado que la primera chica que había besado era Lua, la hermana de Z ni tampoco sabía lo cercanos que estábamos con Jean, así que de seguro sería todo una bomba para la pequeña Moll's. Tragué saliva e intenté pensar en la forma menos traumática de decirlo - Me encontré con mi ex novia, estoy confundido por lo que siento hacia la primera chica que besé y resulta que la mujer que encuentro increíblemente sexy hasta el punto de no saber qué hacer es la hermana de el único amigo que tengo dentro de Howgarts, sin contar a los amigos que vienen conmigo de Durmstrang, por supuesto - solté un largo suspiro para luego pegarme en la frente, al parecer lo de "menos traumático" no había resultado. - ¿Enredado? ¡Dímelo a mí! En todo caso estoy más intrigado por saber qué onda tú con el Sly ese - pregunté recordando lo que se murmuraba en los pasillos del castillo.
Stefan V. DunstDURMSTRANG - Mensajes : 189
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Fecha de inscripción : 01/04/2011
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Bien sabía que Stephan la protegería si algún día alguien quería meterse con ella, era casi imposible que confiara tanto en él pero lo había hecho y estaba orgullosa de eso. En primer lugar, porque su amigo de Dumstrang había sido su oído, su hombro, sus abrazos más lindos, sus tardes de risas, su payaso, y eso era lo que lo hacía tan único, y en segundo lugar porque de por sí Molls era alguien que confiaba en los demás muy rápido, y que por desgracia había salido lastimada por eso en más de una ocasión. Pero no se arrepentía, siendo de esa forma tan peculiar es que tenía amigos como los que tenía, por ejemplo, Steph y su hermana, Line. - Lo sé, lo sé... te haré caso, pero en el caso de que tu no estes querrán tomársela conmigo - comentó puchereando, escondiendo una sonrisa sin mucho éxito. Siempre podía encontrarse con el amigo simpático de Stephan o con su hermana, y el otro mucho con el que había hablado unos días atrás, el que tenía nombre gracioso y parecía ser muy cómico.
Se encogió de hombros con una pequeña risa posterior a la suya, claro que ella ya estaba acostumbrada a su gran familia y los amaba a todos por separado; Molly tenía demasiado corazón que regalar, por eso su lista de amigos y gente querida parecía no tener fin. Soltó su mano despacio cuando él levantó las manos, como rendido, al parecer sus sospechas habían sido acertadas. ¿Qué le sucedía a su payasín? Aunque le daba muchísima intriga saber qué le pasaba a su amigo, pues no quería verlo con una expresión en el rostro por momentos triste, supo disimular su ansiedad para que él le contara tranquilo y a su antojo. La pelirroja no era la mejor dando consejos, pero lo hacía con la mejor intención y tenía un muy buen oído y unos confortables brazos para consolar.
Los parpadeos de Weasley aumentaban en tanto Stefan decía una palabra más a su corto, específico y, sí, traumático discurso. Llevó una mano a sus ojos, apenas rascando sus párpados mientras miraba el suelo pensando en qué decirle. En realidad no era nada extraño lo que le pasaba, si lo analizabas correctamente. Su mirada verde que escarbaba el piso de baldosas cuadradas cuando él mencionó a lo que, estaba segura, sería Scorpius. - Vamos, de a poco... empecemos con todo esto que me cuentas... - pidió con las cejas en alto, porque no esperaba en lo absoluto que le saliera con eso. ¿Ya se había enterado? ¡El plan salía a la perfección!
- ¿Quién es tu ex-novia? ¿Quién es la primera chica a la que besaste? Y, por favor, no me digas que estas hablando de Sophie de Valois - preguntó mucho, queriendo quitarse todas las dudas que se le venían a la cabeza. Conocía lo bien que Stephan y Jean se llevaban, podría decir que, cómo él decía, era el único amigo que tenía en Hogwarts. Quizás se equivocaba, pero lo dudaba mucho. Sophie era una muchacha muy bonita, pero tenía esos asuntitos de la pureza de la sangre inculcados, como Jean le habría contado una que otra vez muy por encima. No se los imaginaba juntos, si tenía que ser sincera. - Y por cierto, ¿qué es eso de verla "sexy"? - cuestionó con una ceja en alto, era extraño que su payasito dijera esas cosas, pero no era el único hombre que lo hacía, es más... ¿qué hombre no decía eso? No debía sorprenderla, su mejor amigo y primo era un mujeriego para competiciones.
Se encogió de hombros con una pequeña risa posterior a la suya, claro que ella ya estaba acostumbrada a su gran familia y los amaba a todos por separado; Molly tenía demasiado corazón que regalar, por eso su lista de amigos y gente querida parecía no tener fin. Soltó su mano despacio cuando él levantó las manos, como rendido, al parecer sus sospechas habían sido acertadas. ¿Qué le sucedía a su payasín? Aunque le daba muchísima intriga saber qué le pasaba a su amigo, pues no quería verlo con una expresión en el rostro por momentos triste, supo disimular su ansiedad para que él le contara tranquilo y a su antojo. La pelirroja no era la mejor dando consejos, pero lo hacía con la mejor intención y tenía un muy buen oído y unos confortables brazos para consolar.
Los parpadeos de Weasley aumentaban en tanto Stefan decía una palabra más a su corto, específico y, sí, traumático discurso. Llevó una mano a sus ojos, apenas rascando sus párpados mientras miraba el suelo pensando en qué decirle. En realidad no era nada extraño lo que le pasaba, si lo analizabas correctamente. Su mirada verde que escarbaba el piso de baldosas cuadradas cuando él mencionó a lo que, estaba segura, sería Scorpius. - Vamos, de a poco... empecemos con todo esto que me cuentas... - pidió con las cejas en alto, porque no esperaba en lo absoluto que le saliera con eso. ¿Ya se había enterado? ¡El plan salía a la perfección!
- ¿Quién es tu ex-novia? ¿Quién es la primera chica a la que besaste? Y, por favor, no me digas que estas hablando de Sophie de Valois - preguntó mucho, queriendo quitarse todas las dudas que se le venían a la cabeza. Conocía lo bien que Stephan y Jean se llevaban, podría decir que, cómo él decía, era el único amigo que tenía en Hogwarts. Quizás se equivocaba, pero lo dudaba mucho. Sophie era una muchacha muy bonita, pero tenía esos asuntitos de la pureza de la sangre inculcados, como Jean le habría contado una que otra vez muy por encima. No se los imaginaba juntos, si tenía que ser sincera. - Y por cierto, ¿qué es eso de verla "sexy"? - cuestionó con una ceja en alto, era extraño que su payasito dijera esas cosas, pero no era el único hombre que lo hacía, es más... ¿qué hombre no decía eso? No debía sorprenderla, su mejor amigo y primo era un mujeriego para competiciones.
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Los pucheros de Moll's me causaban demasiada gracia, la pelirroja era tan tierna que me daban ganas de abrazarla en todo momento y no soltarla jamás, era como si fuera un peluche de esos gigantes de pelaje suave, sin embargo en vez de acercarme a ella y hacer que se perdiera entre mis brazos volví a masticar mi manzana para poder llenar un poco mi estómago pues seguía muerto de hambre. A penas sus siguientes palabras sonaron en la habitación mis ojos rodaron de forma instantánea y sin mi autorización, no es que no confiara en Molly o no quisiera contarle con lujo de detalle lo que me estaba pasando, sino que me percaté que en ningún momento hizo alusión a mi última pregunta, yo estaba a punto de contarle una faceta de mi vida que no sabía absolutamente nadie en ese colegio mientras que ella seguía guardando secretos hacia mi ¿eso era justo?
Solté un ligero suspiro para luego volver a morder la manzana antes de ponerme a contestar, esto de seguro desataría muchas dudas, inquietudes y de seguro cambiaría la perspectiva que mi payasita tenía de mí, pero no podía hacerle un desaire de confianza y no responder con sinceridad sus preguntas - Está bien, iremos por parte - volví a suspirar esperando que la imagen que tenía de mi no se fuera a la mierda por lo que le contaría, no era nada grave, pero Molly no sabía lo mucho que me podían llegar a gustar las mujeres, así que esperaba que no se asustara temiendo que alguna vez me pudiera propasar con ella, yo podía ser muchas cosas menos irrespetuoso.
Me acabé rápidamente la manzana con el fin de enfocarme sólo en la conversación, me limpié las manos en la tela de mi pantalón y, como si estuviera en un interrogatorio, comencé a responder todo mirándola directamente a los ojos - Ante que todo quiero que sepas que esta información a penas la sabe mi hermana, y sólo porque puede leer mi mente antes de que pronuncie palabra, no es que esté dudando de tu silencio, es sólo que quiero que quede claro que no me gusta ventilar mi vida privada - mis ojos se posaron en los de Moll's para que me pudiera comprender, realmente no me gustaba hablar de las mujeres porque lo encontraba una falta de respeto, obviamente no hacia mí, sino que para con ellas - Mi ex novia es Cassandra Nott, no sé si la conoces, no la veía hace un año y nuestra relación no terminó como debería... de hecho nunca terminó, simplemente las circunstancias provocaron que la comunicación se cortara - comenté recordando que pocas semanas después de que entráramos a nuestros respectivos colegios el accidente había ocurrido dejándome completamente devastado e incapacitado como para poder ponerme en contacto con ella mediante carta y como ella tampoco me escribió lo había dejado pasar.
- La primera chica a la que besé se llama Lua - seguí con mi relato - tampoco sé si la conoces, y en cuanto a la chica sexy... sí, es Sophie - admití a duras penas, no lo había hecho en voz alta desde que la había conocido hacía ya dos o tres semanas, pero sólo hace un día que sabía que era la hermana de Jean... ¡Maldita fuera mi suerte! - y no te vayas por las ramas, no se me ha olvidado lo del Sly... pensé que teníamos confianza - susurré manipulando la situación para que se sintiera mal, aunque la sonrisa no tardó en llegar, no quería que realmente se sintiera culpable.
Solté un ligero suspiro para luego volver a morder la manzana antes de ponerme a contestar, esto de seguro desataría muchas dudas, inquietudes y de seguro cambiaría la perspectiva que mi payasita tenía de mí, pero no podía hacerle un desaire de confianza y no responder con sinceridad sus preguntas - Está bien, iremos por parte - volví a suspirar esperando que la imagen que tenía de mi no se fuera a la mierda por lo que le contaría, no era nada grave, pero Molly no sabía lo mucho que me podían llegar a gustar las mujeres, así que esperaba que no se asustara temiendo que alguna vez me pudiera propasar con ella, yo podía ser muchas cosas menos irrespetuoso.
Me acabé rápidamente la manzana con el fin de enfocarme sólo en la conversación, me limpié las manos en la tela de mi pantalón y, como si estuviera en un interrogatorio, comencé a responder todo mirándola directamente a los ojos - Ante que todo quiero que sepas que esta información a penas la sabe mi hermana, y sólo porque puede leer mi mente antes de que pronuncie palabra, no es que esté dudando de tu silencio, es sólo que quiero que quede claro que no me gusta ventilar mi vida privada - mis ojos se posaron en los de Moll's para que me pudiera comprender, realmente no me gustaba hablar de las mujeres porque lo encontraba una falta de respeto, obviamente no hacia mí, sino que para con ellas - Mi ex novia es Cassandra Nott, no sé si la conoces, no la veía hace un año y nuestra relación no terminó como debería... de hecho nunca terminó, simplemente las circunstancias provocaron que la comunicación se cortara - comenté recordando que pocas semanas después de que entráramos a nuestros respectivos colegios el accidente había ocurrido dejándome completamente devastado e incapacitado como para poder ponerme en contacto con ella mediante carta y como ella tampoco me escribió lo había dejado pasar.
- La primera chica a la que besé se llama Lua - seguí con mi relato - tampoco sé si la conoces, y en cuanto a la chica sexy... sí, es Sophie - admití a duras penas, no lo había hecho en voz alta desde que la había conocido hacía ya dos o tres semanas, pero sólo hace un día que sabía que era la hermana de Jean... ¡Maldita fuera mi suerte! - y no te vayas por las ramas, no se me ha olvidado lo del Sly... pensé que teníamos confianza - susurré manipulando la situación para que se sintiera mal, aunque la sonrisa no tardó en llegar, no quería que realmente se sintiera culpable.
Stefan V. DunstDURMSTRANG - Mensajes : 189
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Fecha de inscripción : 01/04/2011
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Asintió, porque lo mejor ante tantas confesiones era que se organizaran, sí, no había otra forma. Hizo un gesto de cierre sobre sus labios, avisándole que no diría nada a nadie; tenía toda la razón con lo que estaba diciendo, porque tenía todo su derecho a querer privacidad y de todas formas Molly no era boca suelta, quizás podría decírselo a su mejor amiga como mucho, porque entre ellas dos no solían haber secretos y se contaban todo, pero si Stef realmente quería guardar eso en la clandestinidad, ella lo apoyaría. Prometió permanecer callada y no decir nada, después de todo él era uno de sus amigos más importantes aunque no existiese leyes de tiempo de relación entre ellos. Dio un mordisco a su manzana y comenzó a escuchar las explicaciones, pretendiendo no atragantarse con la fruta ante lo que escuchaba. ¿Cassie? ¿En serio? No se los imaginaba haciendo pareja para nada, pero como se llevaba bien con la rubiona no tenía problema alguno en eso - no es que tuviese problema de ser otra persona, pero.. bueno, había ciertas personas con las que Molly era celosa y el payasito estaba comenzando a ser una de ellas-.
- No muchos se llevan bien con Cass, es más, Allie se lleva bastante mal - De tantas charlas que esos dos payasos habían tenido, Stefan ya estaba al tanto de que Allie era su mejor amiga. En realidad, Molly era de contarle muchísimas cosas al castaño, en particular los chismes de los que se enteraban, que por lo general eran bastantes aunque ella no los buscara. - Pero yo me llevo de maravillas con ella, tiene una voz muy linda, a veces cantamos juntas - le contó, aprobando de una otra forma esa relación que había tenido con ella. - Ahora está con mi primo, con Albus, o eso tengo entendido - dijo, encogiéndose de hombros.
- No, no conozco a esa chica... - dijo mientras fruncía los labios, intentando recordar. No, quizás le sonaba un poco el nombre, pero no. Y era algo extraño a decir verdad, porque Molls era tan social que conocía a casi todo el castillo. Parpadeó un par de veces, para luego bajar la mirada. Dio otro mordisco a su manzana y se quedó en silencio unos segundos. - No es que tenga nada en contra de Soph, pero ella... no está muy a favor de los mestizos e hijos de muggles... - le dijo jugando con el filo de su falda unos segundos. - Aunque sí, tienes razón, ella es muy bonita - sonrió con más ansias observándolo esta vez.
Se rió en silencio cuando él intentó mantener la seriedad por el asunto de Scorpius pero no terminó saliéndole. Cuidándose de que la manzana no tocara el suelo, gateó hasta su payaso y se hizo pequeña entre sus brazos, cría. - ¿Quieres la verdad o la mentira? - le preguntó mirándolo desde abajo, a su altura. Era realmente injusto que él confiara así en ella y Molly tuviese que mentirle con respecto al rubión. ¿Qué debía hacer? Ni siquiera se lo había contado a Allie todavía, estaba realmente jodida. Scorpius no confiara más en ella si se llegaba a enterar, pero tampoco podía ocultarle algo tan importante a Stefan. Quizás si le contara todo con otras palabras... no estaría mintiéndole y tampoco traicionaría la confianza del rubio, pero... ¿cómo hacer eso?
- No muchos se llevan bien con Cass, es más, Allie se lleva bastante mal - De tantas charlas que esos dos payasos habían tenido, Stefan ya estaba al tanto de que Allie era su mejor amiga. En realidad, Molly era de contarle muchísimas cosas al castaño, en particular los chismes de los que se enteraban, que por lo general eran bastantes aunque ella no los buscara. - Pero yo me llevo de maravillas con ella, tiene una voz muy linda, a veces cantamos juntas - le contó, aprobando de una otra forma esa relación que había tenido con ella. - Ahora está con mi primo, con Albus, o eso tengo entendido - dijo, encogiéndose de hombros.
- No, no conozco a esa chica... - dijo mientras fruncía los labios, intentando recordar. No, quizás le sonaba un poco el nombre, pero no. Y era algo extraño a decir verdad, porque Molls era tan social que conocía a casi todo el castillo. Parpadeó un par de veces, para luego bajar la mirada. Dio otro mordisco a su manzana y se quedó en silencio unos segundos. - No es que tenga nada en contra de Soph, pero ella... no está muy a favor de los mestizos e hijos de muggles... - le dijo jugando con el filo de su falda unos segundos. - Aunque sí, tienes razón, ella es muy bonita - sonrió con más ansias observándolo esta vez.
Se rió en silencio cuando él intentó mantener la seriedad por el asunto de Scorpius pero no terminó saliéndole. Cuidándose de que la manzana no tocara el suelo, gateó hasta su payaso y se hizo pequeña entre sus brazos, cría. - ¿Quieres la verdad o la mentira? - le preguntó mirándolo desde abajo, a su altura. Era realmente injusto que él confiara así en ella y Molly tuviese que mentirle con respecto al rubión. ¿Qué debía hacer? Ni siquiera se lo había contado a Allie todavía, estaba realmente jodida. Scorpius no confiara más en ella si se llegaba a enterar, pero tampoco podía ocultarle algo tan importante a Stefan. Quizás si le contara todo con otras palabras... no estaría mintiéndole y tampoco traicionaría la confianza del rubio, pero... ¿cómo hacer eso?
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
El comentario de Moll's me hizo arquear una ceja ¿así que no todos se llevaban bien con mi Zarina? Eso era algo curioso, me resultaba algo difícil de creer pues era una mujer muy simpática y agradable para conversar, era cierto que no me había recibido con la mejor de las bienvenidas, sin embargo no la podía juzgar ya que nuestra relación no había terminado con la mejor de las armonías, era totalmente comprensible que se sintiera dolida y mucho más si es que sus palabras eran ciertas y efectivamente me había mandado tres cartas después de que nos dejamos de ver, era algo que hasta ahora tenía en duda, pues ninguna de dichas cartas habían llegado a mis manos por lo que era comprensible que me provocara cierta incertidumbre. - La verdad es que ni siquiera sé como le caigo yo a Allie, así que no puedo opinar de su relación para con Cassandra - comenté de forma despreocupada, no había compartido nada con la raven y de no ser por Moll's ni siquiera sabría que existía así que no me podría dar un prototipo de personalidad de la pequeña morena.
Seguí escuchado a mi payasita mientras daba otro mordisco a mi manzana y, debido a sus palabras, casi me trapico, así que Cass tenía novio... ahora todo me calzaba, por eso es que esa tarde se había alejado cuando la había tratado de besar y luego cuando mis labios capturaron los de ella no tardara en pararme - Oh... ¿Con tu primo? - mis cejas se arquearon aún más para luego encogerme de hombros, si antes ya me parecía poco razonable interrumpir aquella relación, ahora me parecía imposible al ser familiar de mi pequeña, no sabía nada de la vida de Cassandra ahora, pero si estaba involucrada con alguien querido para mi payasita no haría nada para volverla a tener, no quería que luego Molly me viera con otros ojos por haberle arrebatado la novia a su primo, al parecer Cassi acababa de ser tachada de mi lista, una pena porque realmente la pasaba bien con esa chica, especialmente cuando cantábamos juntos - ¡UN MOMENTO! ¿Cantan juntas? - pregunté algo impresionado, a Cassandra le costaba demasiado cantar con otras personas, pero por sobre todo no tenía idea de que Molly cantara - ¿tú cantas? ya sabía que tenías que tener algo para que me gustaras tanto - reí sin ponerme a pensar en las palabras que usaba, era obvio que se podían malinterpretar aunque confiaba en que se las tomara en el buen sentido, lo que había querido decir era que me gustaba estar con ella, no que me gustara como pareja - Yo tocó la guitarra, a parte de otros instrumentos, y también canto - comencé a alzar mis cejas rápidamente haciéndome el coqueto aunque claramente estaba bromeando.
Su siguiente comentario sobre Lua y Sophie me hicieron meditar un poco sobre el concepto que tenía de mi la pequeña Hufflepuff, más que nada en el aspecto de la pureza de la sangre, si bien yo no juzgaba antes de conocer ni tampoco me importaba compartir con ellos, tenía más que claro que no me casaría jamás con una hija de muggles, no podría dar una buena razón, simplemente no me gustaría, ¿sería genética? No lo sé, pero no me arriesgaría a que algún día alguien dudara de mi pureza sanguínea o la de mis hijos simplemente porque cometí el error de mezclarla, iba a hacer un comentario al respecto, pero preferí guardármelo, no quería comenzar una discusión con Moll's, además estaba más interesado en sus dotes artísticos que en seguir hablando de chicas, aunque no, había algo que me importaba más... que me dijera lo que estaba pasando con el Sly ese - ¿de verdad tengo que responder a esa pregunta? - la miré serio - Pues quiero la verdad y nada más que la verdad - arqueé mis cejas y la penetré con la mirada para que le quedara claro que no pararía hasta que me contara TODO.
Seguí escuchado a mi payasita mientras daba otro mordisco a mi manzana y, debido a sus palabras, casi me trapico, así que Cass tenía novio... ahora todo me calzaba, por eso es que esa tarde se había alejado cuando la había tratado de besar y luego cuando mis labios capturaron los de ella no tardara en pararme - Oh... ¿Con tu primo? - mis cejas se arquearon aún más para luego encogerme de hombros, si antes ya me parecía poco razonable interrumpir aquella relación, ahora me parecía imposible al ser familiar de mi pequeña, no sabía nada de la vida de Cassandra ahora, pero si estaba involucrada con alguien querido para mi payasita no haría nada para volverla a tener, no quería que luego Molly me viera con otros ojos por haberle arrebatado la novia a su primo, al parecer Cassi acababa de ser tachada de mi lista, una pena porque realmente la pasaba bien con esa chica, especialmente cuando cantábamos juntos - ¡UN MOMENTO! ¿Cantan juntas? - pregunté algo impresionado, a Cassandra le costaba demasiado cantar con otras personas, pero por sobre todo no tenía idea de que Molly cantara - ¿tú cantas? ya sabía que tenías que tener algo para que me gustaras tanto - reí sin ponerme a pensar en las palabras que usaba, era obvio que se podían malinterpretar aunque confiaba en que se las tomara en el buen sentido, lo que había querido decir era que me gustaba estar con ella, no que me gustara como pareja - Yo tocó la guitarra, a parte de otros instrumentos, y también canto - comencé a alzar mis cejas rápidamente haciéndome el coqueto aunque claramente estaba bromeando.
Su siguiente comentario sobre Lua y Sophie me hicieron meditar un poco sobre el concepto que tenía de mi la pequeña Hufflepuff, más que nada en el aspecto de la pureza de la sangre, si bien yo no juzgaba antes de conocer ni tampoco me importaba compartir con ellos, tenía más que claro que no me casaría jamás con una hija de muggles, no podría dar una buena razón, simplemente no me gustaría, ¿sería genética? No lo sé, pero no me arriesgaría a que algún día alguien dudara de mi pureza sanguínea o la de mis hijos simplemente porque cometí el error de mezclarla, iba a hacer un comentario al respecto, pero preferí guardármelo, no quería comenzar una discusión con Moll's, además estaba más interesado en sus dotes artísticos que en seguir hablando de chicas, aunque no, había algo que me importaba más... que me dijera lo que estaba pasando con el Sly ese - ¿de verdad tengo que responder a esa pregunta? - la miré serio - Pues quiero la verdad y nada más que la verdad - arqueé mis cejas y la penetré con la mirada para que le quedara claro que no pararía hasta que me contara TODO.
Stefan V. DunstDURMSTRANG - Mensajes : 189
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Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Era posible que algunas personas no se llevaran bien con Cassie por todo ese asunto de su familia y todo aquello, aunque también, en ciertas ocasiones, la rubia se lo buscaba. Pero ella no le diría nada al respecto, cada uno con lo suyo y Cassandra tenía esa forma de actuar y de ser; Molly se divertía mucho con ella y personalmente jamás le había hecho nada, eso era lo que valoraba la pequeña pelirroja. Asintió a su comentario, era verdad que sus propias palabras habían estado fuera de lugar porque su mejor amiga y su payasito apenas tenían relación, pero el ejemplo había legado a su mente y como la impulsividad corría por sus venas era imposible que se lo callara. Después de todo, ¿cuándo se callaba algún comentario o idea? Era realmente impulsiva e idealista, y si bien a veces suavizaba sus ideas para que no fuesen demasiado efusivas, siempre estaban allí presentes sus pensamientos.
Era asombrosa la manera en que los elfos seguían trabajando sin detenerse ante su presencia allí, caminaban de un lado para el otro con todos sus preparativos. La pelirroja dio otro mordisco a su manzana, quedándole ya la mitad o quizás un poco menos, saboreó el gusto en su boca esta vez, deteniéndose mientras lo escuchaba y observaba meditar, como una intrusa pequeña entre sus brazos. Afirmó su pregunta, no podía darle muchos detalles de esa relación porque desconocía absolutamente el asunto. Molly jamás había tenido una relación estrecha con su primo Albus, y lo había intentado en más de una ocasión pero él parecía cerrarse a su intento, quizás le molestaba que estuviese tan apegada a James todo el tiempo y que no compartiera más de su vida con él; pero ya ambos tenían dieciséis años y la relación seguía siendo de la misma forma, dudaba que fuera a cambiar a menos que tuviesen una larga y sincera charla, de esas que a Molls tan bien le salían, aunque la pregunta era otra. ¿Aceptaría su primo esa conversación? Sacudió ligeramente la cabeza, no debía llevar esos pensamientos a su mente, no debía desviarse.
Sonrió alegre, casi orgullosa de que él se sorprendiera de que ella cantara. - Sí, no... no sé como nunca te lo he dicho, bueno, sabes que me gusta la música y todo eso, pero supongo que me daba cierto nosequé comentártelo. - dijo bajando la cabeza sonriendo ligeramente, con una sonrisa de hoyuelos digna de ella en momentos tales. Su mirada se alzó al instante con ese comentario suyo tan natural y directo, que hizo que inconscientemente su rostro se encendiera como un semáforo en alto; esa clase de cosas le sucedía por ser tan cría. Se rió corto a su gesto, más que feliz por saber que él era un especialista en música como ella. - Ya, te declaro como el mejor de todos los payasos en todo el mundo - exclamó efusiva, dejando un sonoro beso en su mejilla para luego volver a su lugar y recargarse en su pecho, dándole un mordisco más a la manzana.
Suspiró pesado, le agradaba más divertirse con él - aunque eso le costara la temperatura del rostro - que tener que contar esa historia, porque se sentiría culpable. - ¿No hay forma de convencerte verdad? - preguntó sin ánimo de respuesta relevante, por lo que tomó aire y soltó la respuesta demasiado rápido y apresuradamente. - Scorpius me pidió que fingiese ser su prometida para fines que no puedo decirte, yo acepté, y ahora somos novios de mentira o como quieras llamarlo. Practicamos para que la gente nos crea, y para ser sincera nos está saliendo bastante bien, y todo eso de los besos, los abrazos, y las miradas es pura mentira. Claro que me llevo bien con él, como es obvio, sí, me llevo muy bien... pero le hice el favor porque realmente lo necesitaba y me conoces, sabes como soy. No podía negarme. - respiró, había hablado en demasía y ni siquiera ella había registrado todo lo que salía de sus labios - Pero no, no me gusta, aunque él se está comportando raro... - dijo, encogiéndose de hombros, Molly era tan ingenua que ignoraba por completo la confusión que abordaba la mente de Scorpius.
Era asombrosa la manera en que los elfos seguían trabajando sin detenerse ante su presencia allí, caminaban de un lado para el otro con todos sus preparativos. La pelirroja dio otro mordisco a su manzana, quedándole ya la mitad o quizás un poco menos, saboreó el gusto en su boca esta vez, deteniéndose mientras lo escuchaba y observaba meditar, como una intrusa pequeña entre sus brazos. Afirmó su pregunta, no podía darle muchos detalles de esa relación porque desconocía absolutamente el asunto. Molly jamás había tenido una relación estrecha con su primo Albus, y lo había intentado en más de una ocasión pero él parecía cerrarse a su intento, quizás le molestaba que estuviese tan apegada a James todo el tiempo y que no compartiera más de su vida con él; pero ya ambos tenían dieciséis años y la relación seguía siendo de la misma forma, dudaba que fuera a cambiar a menos que tuviesen una larga y sincera charla, de esas que a Molls tan bien le salían, aunque la pregunta era otra. ¿Aceptaría su primo esa conversación? Sacudió ligeramente la cabeza, no debía llevar esos pensamientos a su mente, no debía desviarse.
Sonrió alegre, casi orgullosa de que él se sorprendiera de que ella cantara. - Sí, no... no sé como nunca te lo he dicho, bueno, sabes que me gusta la música y todo eso, pero supongo que me daba cierto nosequé comentártelo. - dijo bajando la cabeza sonriendo ligeramente, con una sonrisa de hoyuelos digna de ella en momentos tales. Su mirada se alzó al instante con ese comentario suyo tan natural y directo, que hizo que inconscientemente su rostro se encendiera como un semáforo en alto; esa clase de cosas le sucedía por ser tan cría. Se rió corto a su gesto, más que feliz por saber que él era un especialista en música como ella. - Ya, te declaro como el mejor de todos los payasos en todo el mundo - exclamó efusiva, dejando un sonoro beso en su mejilla para luego volver a su lugar y recargarse en su pecho, dándole un mordisco más a la manzana.
Suspiró pesado, le agradaba más divertirse con él - aunque eso le costara la temperatura del rostro - que tener que contar esa historia, porque se sentiría culpable. - ¿No hay forma de convencerte verdad? - preguntó sin ánimo de respuesta relevante, por lo que tomó aire y soltó la respuesta demasiado rápido y apresuradamente. - Scorpius me pidió que fingiese ser su prometida para fines que no puedo decirte, yo acepté, y ahora somos novios de mentira o como quieras llamarlo. Practicamos para que la gente nos crea, y para ser sincera nos está saliendo bastante bien, y todo eso de los besos, los abrazos, y las miradas es pura mentira. Claro que me llevo bien con él, como es obvio, sí, me llevo muy bien... pero le hice el favor porque realmente lo necesitaba y me conoces, sabes como soy. No podía negarme. - respiró, había hablado en demasía y ni siquiera ella había registrado todo lo que salía de sus labios - Pero no, no me gusta, aunque él se está comportando raro... - dijo, encogiéndose de hombros, Molly era tan ingenua que ignoraba por completo la confusión que abordaba la mente de Scorpius.
Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
Mis ojos se enfocaron cien por ciento en el rostro de mi payasita mientras se avergonzaba un poco por el tema del canto, debía reconocer que cada vez que la veía apenada por algo me daban unas ganas de abrazarla y comérmela a besos de una forma que ni se imaginan, era como si se tratara de una bebe recién nacida que te sonreía sin siquiera saber el impacto que eso provocaría en ti… su ingenuidad e inocencia hacía que quisiera protegerla tanto o más que a Caro, pues si bien mi hermana era algo ingenua y vulnerable no era para nada inocente, la rubia siempre había tenido boca para defenderse y conocimiento para todas las cosas que la esperan en la vida. Mis labios curvaron una sonrisa sin que me diera cuenta en el momento en el que agachó su cabeza para cubrir su vergüenza ¡Dios mío! Si era la ternura personificada. Mi mano de forma inconsciente se fue hacia Molly pero antes de que llegara a su hombro la pelirroja se tiró a mis brazos dándome un sonoro beso en la mejilla, ok, eso había sido algo que no me había esperado, tenía que reconocerlo.
Mis brazos la rodearon mientras que una expresión de desconcierto se esbozó en mi rostro, esos gestos de cariño eran normales en mi payasita, pero la atmosfera estaba algo extraña como para sumarle dicho gesto, aunque obviamente esos pensamientos sólo pasaban por mi mente, Molly era demasiado ingenua para ver de otra forma la vida que no fuera amistad, amor y bondad. Sonreí ya más familiarizado con los arrebatos de amor de Molly justo en el momento en el que ella se separaba de mí para volver a donde se encontraba antes en una distancia prudente de mi cuerpo. - ¡Sí! Ya sabía que merecía ese lugar – bromeando alcé mi barbilla, erguí mi espalda e inflé mi pecho orgulloso de mi mismo, como si me hubiese dado un título de nobleza para luego volverá a mi posición inicial con la espalda entre doblada y estallar de risa.
Mi risa paró en seco al escuchar el suspiro de Molly, sabía que lo que venía no era para nada bueno. Fruncí mi ceño y escuché sus palabras atentamente como si mi vida dependiera de ello. Mi cabeza por si sola se movió en señal de negación cuando su pregunta llegó a mis oídos, ahora que su expresión se había tornado seria no habría nadie que me sacara de la cabeza que ese hombre no era bueno para mi amiga. Mi ceño de apoco se fue frunciendo, no sólo por el hecho de que todo fuera un maldito cahuín, sino porque la pequeña pelirroja era parte de él… la verdad es que nunca había pensado que fuera capaz de hacer algo así, me refiero a ¿con qué fin? ¿De qué le valía empezar con semejante mentira? ¿Qué pasaría si en el entretanto conocía a un chico que le gustara y quería salir con él? Si lo hacía quedaría como una cualquiera aunque no fuera así - Haber vamos por parte – comenté mientras me salía de debajo de la mesa hacia el basurero más cercano para botar las dos corontas que tenía en mi mano esperando a que Molly hiciera lo mismo. Lentamente me dirigí hacia una de las sillas que estaban en el lugar mientras apoyaba mis brazos en la mesa dándome un aspecto típico de oficial de FBI que comenzaría a hacer preguntas a su testigo – Cuando me dices a que los besos y abrazos son mentira ¿es porque ustedes DICEN que se besaron o porque LO BESAS pero no sientes nada? – mis ojos se clavaron en ella que ahora estaba sentada frente a mí – Lo mataré, Molly, mataré a ese hijo de… - mis manos ce cerraron en un puño cubriendo mis ojos que estaban cerrados con fuerza para no pensar en lo mucho que quería hacerle daño a ese hijo de Perra, ¿cómo mierda se le podía ocurrir utilizarla de ese modo? ¡MIERDA! Todos sabían lo ingenua y samaritana que era Molly, era obvio que ella no se negaría si un amigo le pedía ayuda, pero utilizarla para eso ¿Quién mierda podía hacer algo así? Tendría que hablar con Scorpius para que me dijera… ¡Un momento! Molly me había dicho que había sido Scorpius... el hijo de mi padrino, el chico con el que había jugado de pequeño… ¿ese tímido muchacho estaba obligando a Molly? Mi padrino ser querría morir si se enteraba y se iba a enterar, por Dios qué poco hombre, yo no dejaría ese tema así.
Mis brazos la rodearon mientras que una expresión de desconcierto se esbozó en mi rostro, esos gestos de cariño eran normales en mi payasita, pero la atmosfera estaba algo extraña como para sumarle dicho gesto, aunque obviamente esos pensamientos sólo pasaban por mi mente, Molly era demasiado ingenua para ver de otra forma la vida que no fuera amistad, amor y bondad. Sonreí ya más familiarizado con los arrebatos de amor de Molly justo en el momento en el que ella se separaba de mí para volver a donde se encontraba antes en una distancia prudente de mi cuerpo. - ¡Sí! Ya sabía que merecía ese lugar – bromeando alcé mi barbilla, erguí mi espalda e inflé mi pecho orgulloso de mi mismo, como si me hubiese dado un título de nobleza para luego volverá a mi posición inicial con la espalda entre doblada y estallar de risa.
Mi risa paró en seco al escuchar el suspiro de Molly, sabía que lo que venía no era para nada bueno. Fruncí mi ceño y escuché sus palabras atentamente como si mi vida dependiera de ello. Mi cabeza por si sola se movió en señal de negación cuando su pregunta llegó a mis oídos, ahora que su expresión se había tornado seria no habría nadie que me sacara de la cabeza que ese hombre no era bueno para mi amiga. Mi ceño de apoco se fue frunciendo, no sólo por el hecho de que todo fuera un maldito cahuín, sino porque la pequeña pelirroja era parte de él… la verdad es que nunca había pensado que fuera capaz de hacer algo así, me refiero a ¿con qué fin? ¿De qué le valía empezar con semejante mentira? ¿Qué pasaría si en el entretanto conocía a un chico que le gustara y quería salir con él? Si lo hacía quedaría como una cualquiera aunque no fuera así - Haber vamos por parte – comenté mientras me salía de debajo de la mesa hacia el basurero más cercano para botar las dos corontas que tenía en mi mano esperando a que Molly hiciera lo mismo. Lentamente me dirigí hacia una de las sillas que estaban en el lugar mientras apoyaba mis brazos en la mesa dándome un aspecto típico de oficial de FBI que comenzaría a hacer preguntas a su testigo – Cuando me dices a que los besos y abrazos son mentira ¿es porque ustedes DICEN que se besaron o porque LO BESAS pero no sientes nada? – mis ojos se clavaron en ella que ahora estaba sentada frente a mí – Lo mataré, Molly, mataré a ese hijo de… - mis manos ce cerraron en un puño cubriendo mis ojos que estaban cerrados con fuerza para no pensar en lo mucho que quería hacerle daño a ese hijo de Perra, ¿cómo mierda se le podía ocurrir utilizarla de ese modo? ¡MIERDA! Todos sabían lo ingenua y samaritana que era Molly, era obvio que ella no se negaría si un amigo le pedía ayuda, pero utilizarla para eso ¿Quién mierda podía hacer algo así? Tendría que hablar con Scorpius para que me dijera… ¡Un momento! Molly me había dicho que había sido Scorpius... el hijo de mi padrino, el chico con el que había jugado de pequeño… ¿ese tímido muchacho estaba obligando a Molly? Mi padrino ser querría morir si se enteraba y se iba a enterar, por Dios qué poco hombre, yo no dejaría ese tema así.
Stefan V. DunstDURMSTRANG - Mensajes : 189
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Re: ¡Te pillé con las manos en la manzana! {Payasita <3}
En momentos como esos y con personas como él, sí, tenía que admitir que era demasiado dulce y afectuosa. Molly era así, tierna con las personas que más apreciaba e inocente en la mayoría de las situaciones que la rodeaban. Pero no era tonta, algo en lo que quizás no todos pensaban. Con la única persona que lo demostraba, que hacía relucir otra parte de ella, más bien desinteresada y con ideas bien claras, era con Adhara Rubinsen. Junto a esa serpiente dejaba de ser todo lo conocido como Molly - pelirroja - Weasley, y es que no podía evitarlo, se llevaba mal con ella desde que tenía recuerdo, y jamás intentó tener un trato por lo menos cordial con ella, extraño en una persona como la payasita, que mientras más amigos tuviese, mucho mejor. Se hizo pequeña y se aferró a Stefan en los cortos segundos en los que él la rodeó con sus brazos, para luego alejarse y terminar su manzana de una buena vez. Amaba estar con su payaso, porque con él podía hablar y hablar durante horas, reírse, burlarse de los demás, y confesarle sus mayores secretos. Él, como Allie, era una descarga, y le tenía un aprecio tal que cada vez que simplemente se ponía a pensar al respecto, sentía unas enormes ganas de abrazarlo y besar sus mejillas hasta gastárselas.
Rió con él con su presunción de broma, negando la cabeza con los último dejes de diversión antes de atacar el asunto serio por el que Stef se encontraba tan preocupado y ansioso de saber. Cuando terminó de hablar y levantó la vista para verlo y escuchar lo que pudiese llegar a decirle se llevó una no muy grata sorpresa. El rostro se le crispaba de enojo, su ceño estaba fruncido y las preguntas que hizo a continuación la dejaron atónita. Asintió a su pedido de ir lentamente; Molly lo siguió y salió de abajo de la mesa, dándole el último mordisco a su manzana en vano antes de acercarse al cesto y tirar allí la coronta. Unos elfos les alcanzaron una caja de servilletas a cada uno, y con una sonrisa pequeña les agradeció y se limpió aunque no tuviese ningún resto de la fruta cerca los labios. Los mismos elfos se la retiraron luego, ¡eran tan amables!
- Emmh... - comenzó, ¿por qué tenía que hacerle preguntas como si fuese una sesión de interrogaciones y ella la acusada? - Eso segundo que dijiste... - le explicó sin muchas ganas de repetirlo todo porque le sonaba casi de mala manera. Le sorprendía realmente que no la hubiese visto a los besos con Scorpius, porque ellos habían practicado mucho e intentaban que los vieran la mayor cantidad de gente posible para que se lo creyesen. Frunció el ceño cuando él saltó con esos insultos, Molly ignoraba por completo el pensamiento que pasaba por la mente de Stefan, ese que decía que el rubio la usaba y toda esa cosa. Ella no lo creía así en lo absoluto, la serpiente era su amigo ante todo, jamás la usaría. - Stefan, cálmate - pidió caminando hasta él para luego colocar cada una de sus manos en sus hombros, buscando sus ojos que se había cubierto con sus puños cerrados.
Rió con él con su presunción de broma, negando la cabeza con los último dejes de diversión antes de atacar el asunto serio por el que Stef se encontraba tan preocupado y ansioso de saber. Cuando terminó de hablar y levantó la vista para verlo y escuchar lo que pudiese llegar a decirle se llevó una no muy grata sorpresa. El rostro se le crispaba de enojo, su ceño estaba fruncido y las preguntas que hizo a continuación la dejaron atónita. Asintió a su pedido de ir lentamente; Molly lo siguió y salió de abajo de la mesa, dándole el último mordisco a su manzana en vano antes de acercarse al cesto y tirar allí la coronta. Unos elfos les alcanzaron una caja de servilletas a cada uno, y con una sonrisa pequeña les agradeció y se limpió aunque no tuviese ningún resto de la fruta cerca los labios. Los mismos elfos se la retiraron luego, ¡eran tan amables!
- Emmh... - comenzó, ¿por qué tenía que hacerle preguntas como si fuese una sesión de interrogaciones y ella la acusada? - Eso segundo que dijiste... - le explicó sin muchas ganas de repetirlo todo porque le sonaba casi de mala manera. Le sorprendía realmente que no la hubiese visto a los besos con Scorpius, porque ellos habían practicado mucho e intentaban que los vieran la mayor cantidad de gente posible para que se lo creyesen. Frunció el ceño cuando él saltó con esos insultos, Molly ignoraba por completo el pensamiento que pasaba por la mente de Stefan, ese que decía que el rubio la usaba y toda esa cosa. Ella no lo creía así en lo absoluto, la serpiente era su amigo ante todo, jamás la usaría. - Stefan, cálmate - pidió caminando hasta él para luego colocar cada una de sus manos en sus hombros, buscando sus ojos que se había cubierto con sus puños cerrados.
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