Buscando una respuesta (Jerome)

La curiosidad o el morbo la habían llevado a ese lugar, todavía no tenía la certeza de cuál de esas dos razones eran la causante pero ya se encontraba recorriendo las vitrinas dentro de las cuales cientos de trofeos ponían en evidencia los logros y victorias de la escuela que la había cobijado. No creía que fueran más que las que Durmstrang había conseguido, pero necesitaba encontrar una razón que le dijera porque habían destruido su hogar en lugar de Hogwarts ¿Qué los hacía mejores o superiores a los ojos del Mundo Mágico?

El polvo reposaba en algunos sitios donde el paso del tiempo había sido más prolongado, aquellos trofeos más antiguos y gastados que el resto brindaban cierta solemnidad a la sala, en cambio otros con apenas un año de antigüedad demostraban que la gloria seguía vigente en ese lugar a pesar de que afuera siguieran muriendo personas. No había dudas, Hogwarts era como un oasis, imperturbable y lejano para los males que acechaban a pesar de que había sido el origen, el creador del mago más tenebroso de todos los tiempos. ¿Intentarían así fingir que no tenían culpa?

Se detuvo frente a un pequeño trofeo en el que apenas reparó. ¿Ellos tenían la culpa o el honor de haber iniciado la depuración? Toda su vida se había basado en la creencia de que sólo un tipo de personas eran dignas de poseer magia pero jamás había concebido la idea que matar a tantos impuros fuera una imagen tan atroz, de que en esos momentos fuera casi imposible diferenciar entre indignos y simples seres humanos luchando por sus vidas.

Algunas noches aún escuchaba aquellos gritos y el peso de los cuerpos caer sobre ella, golpearla intentando escapar primero del ataque, el humo quemando sus pulmones y despertaba empapada en sudor. Aquellas noches estaba segura de que no había justificación alguna para todas esas muertes pero el resto del día se debatía entre lo que su cabeza decía y lo que su corazón gritaba.

Escuchó que alguien hablaba a sus espaldas pero no necesitó darse la vuelta para comprobar que era un Durmstrang, aquel acento tan familiar era inconfundible. Examinó, esta vez con más cuidado, el trofeo que estaba justo en frente suyo y se cruzó de brazos. El chico tenía razón, no había nada más absurdo que aquella imagen en tiempos de guerra.

- Aquí todo es demasiado perfecto - se giró para contemplar por primera vez a su acompañante, creía haberlo visto alguna vez pero no estaba completamente segura - la gente es amable, todos sonríen y están felices como en un día de campo - había cierta ironía en su voz mientras se acercaba a su ex compañero de escuela - a ellos nunca nada malo les pasa ¿Cierto?

Si, aquello era un maldito oasis y parecía complacerse mostrando su esplendor delante de aquellos que lo habían perdido todo. Hogwarts debía estar convertido en cenizas y no Durmstrang, ellos eran los traidores desde el inicio pero seguían ahí, impolutos en el tiempo mientras todo se derrumbaba a su alrededor.

- Vika Maréchal - se presento extendiendo su mano hacia el chico en una muestra de saludo - es bueno encontrar gente en el castillo que aún valga la pena conocer - suspiró con hastío pero aún así le dedicó una pequeña sonrisa al chico - las personas de aquí parecen demasiado seguras de que son intocables y lamentablemente empiezo a creer lo mismo.

Ahora lo había comprendido, jamás encontraría nada que la convenciera de que aquellas vidas eran más importantes que las que se habían perdido por la simple razón de que no existía argumento para aquello. Tal vez, después de todo el que le dijo que sólo habían sido una maniobra de distracción tenía razón.

- Ellos no son mejores que nosotros ¿Entonces por qué siguen siendo intocables? - era muy posible que aquel chico tampoco tuviera la respuesta, pero debía sacarse la duda o al menos corroborar que no había contestación posible.


Off: Perdón por la demora!