Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
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Matthew S. Englewood
Theodore A. Nott
Auxanne Lestrange
Matthew de Valois
Daphne Nott
Draco L. Malfoy
Harry Potter
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Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
Sabado 22 de Octubre, media noche, luna menguante.
[Draco Malfoy, Blaise Zabini, Theodore Nott, Matthew Englewood, Ezra Knnox y Nathan Grey]
La Mansión Riddle. Una pocilga abandonada hacia ya bastantes años, ni siquiera Frank, el jardinero custodiaba el césped notoriamente dañado. Lo enormes ventanales estaban completamente rotos, por pierdas quizás que bandalos o jóvenes lanzaban sin tener nada mejor que hacer que destrozar lo ajeno. Ciertamente niños muggles que no respetaban la historia que aquella morada representaba. Aquella noche de luna nueva un grupo de jóvenes se adentraron en el jardín dejando caer sobre éste un par de botella vacías que hacia menos de una hora habian contenido alcohol en su interior, entre risas y alboroto se aproximaron hasta una de las ventanas, la más deteriorada, que dejaba una vista casi perfecta del lugar. Ya en varias ocasiones habían pasado por ahí y unos a otros se habían retado a entrar en aquel lugar, de hecho la misión de ésta noche era llegar hasta el segundo piso y mostrarse por la ventana de una de las habitaciones a sus amigos; una muestra valía, una muestra de torpeza e ignorancia. El más joven se adentró por dicha ventana mientras los demás lo observaron bebiendo de sus respectivas botellas. En el interior de la mansión el vestíbulo se veía distinto a la última vez que estuvieron en aquel lugar; candelabros con velas encendidas iluminaban toda la estancia, aunque debido al estado etílico en el que el joven muggle se encontraba no se detuvo a meditar en las consecuencias y siguió su camino hasta el segundo piso por las alfombrada escalera.
Fuera de la mansión los amigos reían y se divertían entre besos y caricias con sus respectivas parejas, la novia del joven se veía un tanto más preocupada que el resto contemplando el segundo piso de la mansión. - ¿Por qué hay luces en toda la casa? ¿No se supone que lleva años abandonada? - preguntaba con clara muestra de preocupación a sus amigos, pero éstos lejos de interesarse por ella solo seguían en lo suyo. Una resplandeciente luz esmeralda iluminó una de las habitaciones del segundo piso lo que consiguió sobresaltar a todos los jóvenes presentes, un grito, desgarrador, se dejó escapar desde la garganta de la novia que veía caer el cuerpo inerte de su prometido desde el segundo piso de la "abandonada" Masión Riddle hasta el pastoso césped del jardín. Bastó unos instantes para que dichos jóvenes, con novia incluida, desaparecieran corriendo como ratas del jardín de la Mansión.
Dentro de aquel lugar, en el mismo piso desde donde el joven calló una silueta se asomaba y contemplaba el cadáver del joven; era él, Harry James Potter, quien cerraba las persianas de la habitación y se volteaba hasta sus más fieles seguidores, entre ellos estaban Draco Malfoy, Blaise Zabini, Theodore Nott, Matthew Englewood, Ezra Knnox y Nathan Grey, los únicos que conocían su verdadera identidad, un grupo selecto a los que él solía apodar; Caballeros de Walpurgis. En el centro de la habitación yacía su mascara, aquella que había tenido que portar durante los dos últimos ataques. Detestaba usar mascaras pero lamentablemente debía usarla hasta que fuera necesario ocultar su identidad, pues la piel de Harry Potter le había sido de mucha ayuda en el resto del mundo mágico, nadie sospecharía del niño que vivió. Potter cogió la mascara y sonrió, con una sonrisa tan marcada como desfigurada en su rostro, el cual parecía iluminarse por aquel destello escarlata que dibujaban sus ojos, si, sus ojos esmeralda ya no existían más, solo estaba aquel destello rojo que parecía no querer extinguirse con nada. Acomodó su mascara y con elegancia se dejó caer sobre un sofá. - Que alguien se deshaga de ése cadáver, ya pronto llegaran nuestros invitados - carraspeó desviando su vista desde sus seguidores hasta la ventana que dibujaba solo estrellas ésa noche, aquella noche sin luna, en la que se llevaría a cabo la primera reunión de Neo-Mortifagos.
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Aclaración a Estudiantes: Dentro de una semana se celebrará la fiesta de Halloween on-rol, por ende la directora McGongall les ha dado libre a todos sus estudiantes éste fin de semana para que puedan escoger un buen disfraz. Se aprovechará ésta instancia para hacer la reunión y que no se sospeche de una desaparición masiva de los alumnos. Recuerden también deberán redactar como es que el rumor de un nuevo Líder Tenebroso llegó a sus oídos, y en qué circunstancias están aquí. Solo los Neo-Mortifagos o Scorpius Malfoy está autorizado para correr la voz e invitarlos.
Aclaración a Adultos: Para los que ya sean conocidos como Neo-Mortifagos deberán redactar en qué circunstancias fue nombrado Neo-Mortifago por primera vez y como fue que la marca tenebrosa llegó a estar dibujada en sus antebrazos, recuerden que aquí nadie es mortifago porque si. Los que aún no son Neo-Mortifagos deberán redactar quien fue el que los invitó. Solo los Neo-mortifagos están autorizados para correr la voz e invitarlos.
Aclaración General: Nadie conoce la verdadera identidad de Lord Voldemort, solo hay rumores de un nuevo líder a cual la minoría reconoce como un enmascarado y solo se posteará UNA vez por pj hasta que Harry Potter vuelva a postear. Todos, salvo los Mortifagos nombrados deben esperar en la sala principal del primer piso a que el Señor Tenebroso baje, nadie tiene el permiso de subir salvo los que él denomina como Caballeros de Walpurgis.
[Draco Malfoy, Blaise Zabini, Theodore Nott, Matthew Englewood, Ezra Knnox y Nathan Grey]
La Mansión Riddle. Una pocilga abandonada hacia ya bastantes años, ni siquiera Frank, el jardinero custodiaba el césped notoriamente dañado. Lo enormes ventanales estaban completamente rotos, por pierdas quizás que bandalos o jóvenes lanzaban sin tener nada mejor que hacer que destrozar lo ajeno. Ciertamente niños muggles que no respetaban la historia que aquella morada representaba. Aquella noche de luna nueva un grupo de jóvenes se adentraron en el jardín dejando caer sobre éste un par de botella vacías que hacia menos de una hora habian contenido alcohol en su interior, entre risas y alboroto se aproximaron hasta una de las ventanas, la más deteriorada, que dejaba una vista casi perfecta del lugar. Ya en varias ocasiones habían pasado por ahí y unos a otros se habían retado a entrar en aquel lugar, de hecho la misión de ésta noche era llegar hasta el segundo piso y mostrarse por la ventana de una de las habitaciones a sus amigos; una muestra valía, una muestra de torpeza e ignorancia. El más joven se adentró por dicha ventana mientras los demás lo observaron bebiendo de sus respectivas botellas. En el interior de la mansión el vestíbulo se veía distinto a la última vez que estuvieron en aquel lugar; candelabros con velas encendidas iluminaban toda la estancia, aunque debido al estado etílico en el que el joven muggle se encontraba no se detuvo a meditar en las consecuencias y siguió su camino hasta el segundo piso por las alfombrada escalera.
Fuera de la mansión los amigos reían y se divertían entre besos y caricias con sus respectivas parejas, la novia del joven se veía un tanto más preocupada que el resto contemplando el segundo piso de la mansión. - ¿Por qué hay luces en toda la casa? ¿No se supone que lleva años abandonada? - preguntaba con clara muestra de preocupación a sus amigos, pero éstos lejos de interesarse por ella solo seguían en lo suyo. Una resplandeciente luz esmeralda iluminó una de las habitaciones del segundo piso lo que consiguió sobresaltar a todos los jóvenes presentes, un grito, desgarrador, se dejó escapar desde la garganta de la novia que veía caer el cuerpo inerte de su prometido desde el segundo piso de la "abandonada" Masión Riddle hasta el pastoso césped del jardín. Bastó unos instantes para que dichos jóvenes, con novia incluida, desaparecieran corriendo como ratas del jardín de la Mansión.
Dentro de aquel lugar, en el mismo piso desde donde el joven calló una silueta se asomaba y contemplaba el cadáver del joven; era él, Harry James Potter, quien cerraba las persianas de la habitación y se volteaba hasta sus más fieles seguidores, entre ellos estaban Draco Malfoy, Blaise Zabini, Theodore Nott, Matthew Englewood, Ezra Knnox y Nathan Grey, los únicos que conocían su verdadera identidad, un grupo selecto a los que él solía apodar; Caballeros de Walpurgis. En el centro de la habitación yacía su mascara, aquella que había tenido que portar durante los dos últimos ataques. Detestaba usar mascaras pero lamentablemente debía usarla hasta que fuera necesario ocultar su identidad, pues la piel de Harry Potter le había sido de mucha ayuda en el resto del mundo mágico, nadie sospecharía del niño que vivió. Potter cogió la mascara y sonrió, con una sonrisa tan marcada como desfigurada en su rostro, el cual parecía iluminarse por aquel destello escarlata que dibujaban sus ojos, si, sus ojos esmeralda ya no existían más, solo estaba aquel destello rojo que parecía no querer extinguirse con nada. Acomodó su mascara y con elegancia se dejó caer sobre un sofá. - Que alguien se deshaga de ése cadáver, ya pronto llegaran nuestros invitados - carraspeó desviando su vista desde sus seguidores hasta la ventana que dibujaba solo estrellas ésa noche, aquella noche sin luna, en la que se llevaría a cabo la primera reunión de Neo-Mortifagos.
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Aclaración a Estudiantes: Dentro de una semana se celebrará la fiesta de Halloween on-rol, por ende la directora McGongall les ha dado libre a todos sus estudiantes éste fin de semana para que puedan escoger un buen disfraz. Se aprovechará ésta instancia para hacer la reunión y que no se sospeche de una desaparición masiva de los alumnos. Recuerden también deberán redactar como es que el rumor de un nuevo Líder Tenebroso llegó a sus oídos, y en qué circunstancias están aquí. Solo los Neo-Mortifagos o Scorpius Malfoy está autorizado para correr la voz e invitarlos.
Aclaración a Adultos: Para los que ya sean conocidos como Neo-Mortifagos deberán redactar en qué circunstancias fue nombrado Neo-Mortifago por primera vez y como fue que la marca tenebrosa llegó a estar dibujada en sus antebrazos, recuerden que aquí nadie es mortifago porque si. Los que aún no son Neo-Mortifagos deberán redactar quien fue el que los invitó. Solo los Neo-mortifagos están autorizados para correr la voz e invitarlos.
Aclaración General: Nadie conoce la verdadera identidad de Lord Voldemort, solo hay rumores de un nuevo líder a cual la minoría reconoce como un enmascarado y solo se posteará UNA vez por pj hasta que Harry Potter vuelva a postear. Todos, salvo los Mortifagos nombrados deben esperar en la sala principal del primer piso a que el Señor Tenebroso baje, nadie tiene el permiso de subir salvo los que él denomina como Caballeros de Walpurgis.
Harry Potter- Líder de los Aurores
Líder de los Mortífagos - Mensajes : 54
Puntos de Canje : 74932
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
Once de la noche / Mansión Malfoy.
Eran las once de la noche cuando me levanté de la cama en donde mi esposa yacía dormida, volteé para mirarla y sin hacer mucho ruido me dirigí hacia el armario que estaba a un rincón de la habitación donde tenía todo listo para la reunión que se efectuaría en pocos minutos, la agarré como pude y me metí al cuarto de baño que estaba al lado izquierdo de dicho ropero, Astoria tenía el sueño demasiado liviano, por lo que podría jurar que varios de sus sentidos se agudizaron en el instante en el que me había alejado de su lado, pero por si es que estaba equivocado lo mejor era tratar de no hacer algo que la pudiera despertar del todo. Una vez en el cuarto de baño comencé a ponerme el traje para luego complementar la tenida con la capucha, lo único que me hacía falta era mis zapatos, la máscara y la varita.Salí del cuarto de baño, tratado de no hacer mucho ruido, rumbo a mi mesa de noche donde tenía mis zapatos impecablemente lustrados, me senté levemente en la cama para poder complementar mi vestimenta con el calzado. Una ves estuve listo abrí mi cajón - que mantenía sin llave en un voto de confianza hacia la mujer que despertaba todas las mañanas a mi lado - y saqué mi varita y la mascara que cubriría mi identidad, si bien casi todo el mundo mágico sabía mi pasado, eso no significaba que me tuvieran que ver envuelto otra vez en lo que una vez había sido la única razón de mi existencia, aún podía recordar como me había convertido en mortífago cuando aún no cumplía la mayoría de edad teniendo una misión suicida entre mis manos, me sentía orgulloso de llevar la marca tenebrosa en mi antebrazo, así como también me sentía orgulloso de haber podido meter a los mortífagos al castillo esa noche, no obstante no sabía a quiénes habían invitado los otros neo mortífagos, eso por no decir que los rumores, como en todas partes, se propagan bastante rápido, por lo que si veía a alguien del ministerio era mejor mantener mi identidad guardada ya veríamos si acorde avanzaba la reunión aumentaban mis ganas de quitarme la máscara.
Me levanté de la cama y antes de tapar mi rostro con la máscara miré el perfil relajado de mi esposa, algo me decía que no estaba cien por ciento dormida, pero no pensaría nada para poner en duda las razones por los cuales no me quería hablar, nuestra conexión era bastante intensa y especial, yo sabía que ella comprendía que debía marcharme, así como ella respetaba el hecho de que yo quisiera que no se involucrara en la situación, por lo que, de una forma u otra, entendía que prefiriera hacerse la dormida antes de despedirme con un beso. Apoyé una de mis rodillas en la cama y me incliné sobre ella para besar su frente, acto seguido me puse la máscara y en menos de un segundo desaparecí de la habitación.
Once y media de la noche / mansión Riddle.
Aparecí en la puerta de la mansión media hora antes de la hora en la que se había citado a las demás personas, el señor quería que los que supiéramos su identidad estuviéramos antes que todo los demás y, como siempre, era el primero en llegar. Apenas mis pies tocaron el suelo y mis ojos observaban de forma nítida la escena, la puerta se abrió ante mí permitiéndome pasar sin mayores problemas, el hecho de que llevara tanto tiempo apareciéndome lograba que mi estómago no sufriera mayores problemas y así no vomitara, sin embargo mi visión aún debía acostumbrarse una fracción de segundo.
Subí por las escaleras en donde la más fría oscuridad me invadió, era posible que mi amo aún estuviera en su recamara así que me tomé la libertad para encender las velas de los candelabros con un leve movimiento de varita y no pasó mucho tiempo antes de que los demás comenzaran a llegar, obviamente ninguno con su respectiva descendencia, nuestros hijos tendrían que llegar a la misma hora que se había citado a los demás.
Una vez estuvimos todos reunidos la conversación era amena hasta que un boche, al menos a mí, me llamó la atención. Como estaba cerca del uno de los ventanales me apresuré a ver para encontrarme con la sorpresa de que tres pequeños se divertían de lo lindo en los jardines mientras que los pasos de un cuarto se escuchaban por las escaleras. Arquee una de mis cejas para ser testigo de como el chico duraba cinco segundos frente a nuestra presencia para ser impulsado por el maleficio asesino hacia uno de los tantos ventanales quedando su cuerpo inerte en el césped de la mansión a causa de la varita de Harry que acababa de hacerse presente. El hecho de que el pequeño no tuviera ni por asomo la mayoría de edad provocó que mi mandíbula se apretara al pensar que si mi hijo seguía mis pasos podría correr el mismo riesgo tarde o temprano, sin embargo al recordar que no era más que un muggle estúpido relajé mi semblante para esbozar una media sonrisa mientras que con un leve movimiento de varita hacia desaparecer el cuerpo como si nada hubiera pasado, desde hacía varios años estaba practicando los hechizos sin tener que pronunciarlos, así que podía hacer varios, especialmente los sencillos, sin si quiera abrir mi boca.
Una vez hice lo que el amo había pedido volví a prestar atención al salón esperando a que Matthew pudiera venir a la reunión acompañado de su hijo Stefan, no conocía al pequeño bien, pero estaba seguro que Matt encontraría la forma de que se nos uniera, por lo que me contaba de su hijo sería un excelente material que podríamos usar.
Draco L. MalfoyNEO-MORTÍFAGO - Mensajes : 169
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Fecha de inscripción : 30/03/2011
Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
10: 30 p.m// Mansión Nott -Interacción: Theodore Nott
Por fin había llegado la noche, la pareja Nott se volteó a verse en la cama aún, mientras la mujer pasaba las manos por los hombros de su esposo, dandole un beso cálido en los labios. -¿Estas segura?- Le dió un beso a su marido que respondía a esa pregunta, Daphne en muchas ocasiones había coperado antes con su "poción" que según se había comprobado era una de las mejores preparandola, solo por ser humilde, no aceptaba para sí misma que era la mejor, para algunos encargos del señor oscuro, para poder sacarle la verdad a algunos estupidos aurores, que se negaban a cooperar, por eso el interés de que ella entrase a trabajar en conjunto con el señor y no solamente era por sus pociones, sino que ella ahora mismo quería formar parte de las líneas del mismo, para dedicar por completo su don, a la causa que los reuniria esta noche. -Debemos levantarnos ahora, o llegaremos tarde y no creo que eso le guste a nuestro Señor- Daphne había insistido en saber que mujeres conformaban los neo-mortífagos sin embargo su esposo no había contestado a ninguna de sus interrogantes, respondía a todo con un beso y llamandola curiosa al oído y para Daphne aquello había bastado, hasta hoy. Que era la gran noche y la rubia tenía un poco de nervios, de presentarse tal cual, así que no dudo en usar la máscara que le había proporcionado su esposo, que saco de su mesita de noche, para colocarla en la cama junto a su varita.
Tardo unos segundos en arreglarse y recoger su cabello en un moño que le ocultaba todo su cabello rubio mientras se colocaba la capucha, y tomaba la máscara en sus manos, volteandose a su esposo. -Estoy lista- Su voz se escuchó serena a pesar de todo, se sujeto de la mano de su esposo mientras desaparecian de su hogar.
Once y cuarto de la noche/ Mansión Riddle.
La pareja de encapuchados aparecieron justo enfrente de la antigua Mansión Riddle, que ya estaba suavemente iluminada por velas se podía notar desde la calle, empezaron a caminar suavemente hacia el lugar, mientras Daphne se colocaba la máscara, aún no quería revelar su verdadera identidad principalmente por sus hijos, para protegerlos, ni siquiera sería capaz de hacerlos formar parte de esto, esto señores era un asunto de adultos, y Daphne quitaría de en medio junto a su marido y los demás a todos los que osaban codearse con sus hijos como si fuesen de su clase, los tacones de la rubia advirtieron de su llegada al resto de los neo-mortífagos. Theo la hizo esperar en un salón, mientras el y los más allegados al señor entraban primero probablemente a tocar temas que no debían ser escuchados por nadie más. Daphe no sabía quien era el Señor Oscuro pero si su esposo había decidido seguirlo ella lo haría también a ojos cerrados.
Mientras se quedaba sola, en aquel salón, camino hacia la ventana, la noche se veía tan apacible que nadie en el mundo mágico podía asumir que en medio de Londres se estaba haciendo una reunión donde un nuevo grupo de personas completamente entregados a la misión de velar por el bien y la pureza de la sangre, aprovechó para pensar en Cassandra y Theodore las dos razones principales por las que estaba en esa reunión probablemente de saberlo ellos no lo entenderían, pero era por ellos, por una mejor educación, donde no tuvieran que llevar esas estupideces de Muggles, que no tuvieran que convivir con impuros, que particularme a Theodore y a ella les habían arruinado la vida, tanto tiempo escondidos después de la guerra, viviendo entre sombras para lograr volver a la sociedad aún siendo señalados, sus padres habían sido señalados de asesinos, aquello hacia que el corazón de Daphne ardia de rabia por aquello, en ese momento recordó aquel día en que había visto a su padre deshacerse de quien luego se enteraría era un impuro que promovía los derechos de los nacidos muggles. Ella seguiría el camino de su padre, eso lo haría sentir orgulloso, su padre estaría feliz de verla convertida en una neo-mortífaga, y algún día sus hijos también lo estaría. Por eso esta noche solo era una aspirante, y esperaba recibir hoy mismo la marca tenebrosa, que la nombraria de inmediato dentro de las líneas de los mismos.
En algún momento, probablemente cuando el señor oscuro se había colocado la máscara para que nadie más le reconociese la invitaron a pasar, la mujer empezó a caminar al salón donde se daría la primera reunión, al entrar sintio aquella sensación en el aire de poder, que la hizo respirar para conservar ese olor en su memoria, mientras veía como uno de los enmascarados se deshacía de un cuerpo de un joven, sonrió de lado aunque su máscara no permitía verlo, probablemente el olor que había sentido al principio, era el olor del miedo, el olor de un sangresucia menos en el mundo, y eso a la rubia le agradaba, se sentó en un sitio desde donde pudiera escuchar bien al señor, y al verlo hizo una inclinación de cabeza, probablemente Theodore si le había comentando que ella estaría ahí, y por el andar de la bruja no podía pasar inadvertida su identidad al que la conocía.
Tardo unos segundos en arreglarse y recoger su cabello en un moño que le ocultaba todo su cabello rubio mientras se colocaba la capucha, y tomaba la máscara en sus manos, volteandose a su esposo. -Estoy lista- Su voz se escuchó serena a pesar de todo, se sujeto de la mano de su esposo mientras desaparecian de su hogar.
Once y cuarto de la noche/ Mansión Riddle.
La pareja de encapuchados aparecieron justo enfrente de la antigua Mansión Riddle, que ya estaba suavemente iluminada por velas se podía notar desde la calle, empezaron a caminar suavemente hacia el lugar, mientras Daphne se colocaba la máscara, aún no quería revelar su verdadera identidad principalmente por sus hijos, para protegerlos, ni siquiera sería capaz de hacerlos formar parte de esto, esto señores era un asunto de adultos, y Daphne quitaría de en medio junto a su marido y los demás a todos los que osaban codearse con sus hijos como si fuesen de su clase, los tacones de la rubia advirtieron de su llegada al resto de los neo-mortífagos. Theo la hizo esperar en un salón, mientras el y los más allegados al señor entraban primero probablemente a tocar temas que no debían ser escuchados por nadie más. Daphe no sabía quien era el Señor Oscuro pero si su esposo había decidido seguirlo ella lo haría también a ojos cerrados.
Mientras se quedaba sola, en aquel salón, camino hacia la ventana, la noche se veía tan apacible que nadie en el mundo mágico podía asumir que en medio de Londres se estaba haciendo una reunión donde un nuevo grupo de personas completamente entregados a la misión de velar por el bien y la pureza de la sangre, aprovechó para pensar en Cassandra y Theodore las dos razones principales por las que estaba en esa reunión probablemente de saberlo ellos no lo entenderían, pero era por ellos, por una mejor educación, donde no tuvieran que llevar esas estupideces de Muggles, que no tuvieran que convivir con impuros, que particularme a Theodore y a ella les habían arruinado la vida, tanto tiempo escondidos después de la guerra, viviendo entre sombras para lograr volver a la sociedad aún siendo señalados, sus padres habían sido señalados de asesinos, aquello hacia que el corazón de Daphne ardia de rabia por aquello, en ese momento recordó aquel día en que había visto a su padre deshacerse de quien luego se enteraría era un impuro que promovía los derechos de los nacidos muggles. Ella seguiría el camino de su padre, eso lo haría sentir orgulloso, su padre estaría feliz de verla convertida en una neo-mortífaga, y algún día sus hijos también lo estaría. Por eso esta noche solo era una aspirante, y esperaba recibir hoy mismo la marca tenebrosa, que la nombraria de inmediato dentro de las líneas de los mismos.
En algún momento, probablemente cuando el señor oscuro se había colocado la máscara para que nadie más le reconociese la invitaron a pasar, la mujer empezó a caminar al salón donde se daría la primera reunión, al entrar sintio aquella sensación en el aire de poder, que la hizo respirar para conservar ese olor en su memoria, mientras veía como uno de los enmascarados se deshacía de un cuerpo de un joven, sonrió de lado aunque su máscara no permitía verlo, probablemente el olor que había sentido al principio, era el olor del miedo, el olor de un sangresucia menos en el mundo, y eso a la rubia le agradaba, se sentó en un sitio desde donde pudiera escuchar bien al señor, y al verlo hizo una inclinación de cabeza, probablemente Theodore si le había comentando que ella estaría ahí, y por el andar de la bruja no podía pasar inadvertida su identidad al que la conocía.
Daphne Nott- Mensajes : 45
Puntos de Canje : 74884
Fecha de inscripción : 01/04/2011
Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
Hace algunos años....
El rencor, desprecio y aberración por los seres impuros comenzó cuando estaba dentro de la escuela de magía, rodeado por impuros... Que acaso la escuela de magía no era unicamente para gente pura?, supongo que mi idea era realmente equivocada en todo sentido, una de las cosas que hizo y mi manera de pensar cambiara considerablemente a grado de comenzar a odiarlos... en la escuela era evidente que no podía realizar ningun tipo de cosa, así que mientras estuve en la escuela lo unico que hacía era aprender la magia negra en su totalidad, cosa que no me costo mucho debido a mi gran habilidad para los conjuros, antes de que saliera del colegio ya tenia dominado casi todos los echizos prohibidos... aquellos que no te enseñaban en la escuela... me sentía completamente preparado para mi venganza personal... Así de esta forma comencé a matar a muggles y algun u otro impuro que me encontraba, siempre teniendo siendo lo mas cuidadoso posible, ya que si alguien se enterara supongo que me metería en grandes problemas... mas cuando mi padre era uno de los mejores Aurores que habían y que existen hasta el día de hoy...
Disfrutaba demasiado hacer estas cosas... llevaba en mí el propio sello de "limpiar al mundo" y realmenet lo disfrutaba, hasta que en una ocasión "alguien" me vió haciendo de las mías a plena luz de la luna llena... nunca pude ver su rostro, pero me menciono de una especie de "asociación" y que practicamente hacían lo mismo que yo, pero solamente que en grupo y por supuesto teniendo a su lider, la idea me agrado inmediatamente y le acompañe a un lugar desconocido, solo había una cosa que podía pasar si fallabas ante la prueba que ponían y eso era... morir... la verdad es que eso de la meurte nunca me incomodo, estaría haciendo lo que a mi simplemente me encantaba. Superé las pruebas que me impusieron sin ningun problema, fue en este momento donde escuche por primera vez el nombre del señor tenebroso... Fuí aceptado en el grupo, los pocos integrantes que habían ahi estaban encapuchados al igual que yo... aunque había una persona que sabia realmente mi identidad...
A partir de ese momento comenzaba a reunirme con ellos, pero aun sin tener la marca tenebrosa... no cualquiera podía tener dicha marca y hasta cierto punto tenias que hacer demasiadas cosas y por supuesto muchos meritos para que nuestro amo no nos matara y estuvieramos a su lado en nuestra misión... Supongo que a esta altura el señor tenebroso ya se había percatado de mi habilidad, y tambien yo sabía que era demasiado bueno así que no podía simplemente fallar... sino todo lo contrario. Pasaron algunos meses para que tuviera la marca tenebrosa, la marca para mí solo significaba una cosa y esa era que tenías la confianza de nuestro amo... pero por otra parte eso era algo malo o al menos para mí que tenía una "doble vida" ya que en cualquier momento... si veian algo raro no dudarían en matarme... así que quize poner todo claro desde un momento -Gracias por brindarme su marca... siempre he de servirle y nunca traicionarlo, aunque en ocasiones mi actitud sea "noble" es parte de mi juego- Solamente dije esas palabras, esperando a que al menos supiera y nunca le habria de traicionar... pero mas por el lado de mi doble vida...
A pesar de que ya poseía la marca tenebrosa, yo presentía algo y eso era desconfianza por parte de algunos integrantes... quizas sería por mi edad? Porque mi papá es Auror? simplemente no puedo saberlo, pero con hechos demostré lo que hago... y no me tentaré en ningun momento para acabar con mas impuros......
9 de la noche... Mansión de Valois
Me encontraba ya casi listo para la reunión que tendría lugar en la mansión Riddle, no me gustaba llegar tarde a las reuniones, de hecho era de los primeros en llegar a los alrededores... pero solo esperaba a que algunos llegaran y posteriormente entrar. Salí de la regadera e inmediatemente me arregle para ponerme mi tunica, la cita era a la media noche pero yo ya 3 horas antes estaba mas que listo, agarré mi varita y tomé un poco de vino... era la mejor forma de esperar. 2 horas despues, salí de la mansión... por suerte me encontraba solo y no había de que cuidarme... mi viaje no duro mucho tiempo y en pocos minutos ya estaba a las afueras de la mansión Riddle... en esta ocasión no pretendía esperar a que algunos se metieran, sino simplemente entrar al lugar de la cita a la hora que llegase...
23:20 hrs. Mansión Riddle
Agarré la capucha de mi tunica y me la puse para posteriormente ingresar al lugar, se veia un poco de iluminación a las afueras y tambien por dentro del lugar que parecía y tenía mucho tiempo abandonado, una vez que entré al lugar ví a 3 personas... supongo y serían las suficientes y ninguna mas para que supieran mi identidad... el día de hoy habia llegado y estabamos muy pocos, caminé lentamente hacia el centro de la sala para de esta forma esperar a que todos llegaramos y el señor tenebroso hiciera su tan genial aparición... estaba sumamente ancioso por escuchar lo que iba a decirnos, la incertidumbre estaba llenando mi cuerpo de una adrenalina muy intensa...
Veía a los alrededores para ver si alguien mas ya habia llegado, pero aun seguiamos siendo los mismos... me quede esperando a ver si se daba alguna orden por parte de aquella persona de confianza del señor tenebroso, sin embargo todo se mantuvo en silencio durante un momento, indudablemente tenia que esperar, me pare al lado de uno de los presentes mientras mantenía mi cara firme viendo hacia al frente...
Al principio de la espera, las ganas de matar eran muy grandes, supongo que esto fue el motivo para el que comenzara con algo que fue... un impulso completamente natural sin embargo, tuve que contenerme... esperar a que algo pasara y posiblemente de esta forma hacer algo delicioso...
Mis acciones no las podía controlar y menos en situaciones como esta donde podía ser yo sin ningun prejuicio, la verdad es que necesitaba realizar algo despiadado para que asi de esta forma pudiera quedarme quieto... pero no fue así... tube que mantener la calma y esperar a que esto diera comienzo... supongo que eso era lo mejor en vez de estar matando... ya que no quería que el señor se molestara conmigo...
Última edición por Matthew de Valois el Vie Mayo 20, 2011 10:05 am, editado 1 vez
Matthew de Valois- Puesto en el Ministerio
Neo-Mortífago - Mensajes : 120
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Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
Mansión Malfoy / Casi media
Neomortífaga. Saber que había llegado al lugar que siempre había merecido me llenaba de un completo orgullo. A pesar de las vallas que se habían interpuesto en mi camino, alcanzaba por fin mi verdadera misión: ayudar a la Comunidad Mágica de la enfermedad que se apoderaba de ella. Esa enfermedad llamada sangre sucia.
A media noche era la cita que tanto había anhelado. Después de escuchar por primera vez la voz de mi señor antes del ataque a la Academia Francesa, me parecía ser que su voz era la única voz con completo derecho a ser oída. Un escalofrío recorrió mi columna al recordarla, y sacudí mi cabellera oscura para observar mi reflejo en el espejo. Mis ojos brillaban.
Fue gracias a mi desempeño en ese ataque que recibí la marca que hoy en día adornaba mi brazo. Mis ojos bajaron para contemplarla, y acaricié su superficie con mi dedo pulgar, enmarcando su forma. Sonreí ligeramente y maquille de rojo oscuro mis labios volviendo a mirar el espejo. Observé de reojo la luna nueva que casi se perdía en el firmamento, y tomé la capucha con la cual debía cubrir mi cuerpo. Aún así mis siluetas femeninas se marcaban ligeramente, no podía evitarlo.
La máscara plateada descansaba sobre el tocados. Mis dedos finos la tomaron y me la puse sobre mi rostro. Sólo mis labios rojos sobresalían bajo ella. Y con una última sonrisa a mi reflejo, mis pasos elegantes me llevaron a la chimenea donde saldría por red flu.
Ya era hora.
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Mansión Riddle. Media Noche.
Llegué en una nube de humo que dramatizó mi entrada. Mis tacones resonaron por el suelo de la sala, y caminé elgantemente en ese salón donde los primeros allegados se revelaban. Mis ojos enmascarados se encontraron con la figura del hombre más poderoso del mundo. Sentí un agradable cosquilleo en el estómago y sonreí ligeramente, haciéndome paso frente a los demás hasta buscar la cercanía de aquel hombre, aún sin pararme a su lado. Sólo me quedé de pie junto a uno de los encapuchados, y mis ojos quedaron del todo prendados en su figura. Mi cuerpo esbelto se mantuvo de pie con una respiración tranquila mientras esperaba el tema a tratar. No lo demostraba, pero estaba nerviosa. Anhelaba servirlo como nunca nadie lo había servido con anterioridad. Quería ser la más fiel servidora a la causa, y esa era una excelente oportunidad para demostrar mi fidelidad. De eso estaba segura.
Auxanne Lestrange- Mensajes : 41
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
¿Cómo podría olvidar el día en qué por petición del Señor Tenebroso tuve que hacer sobre mi hijo la maldición cruciatus? Theodore, mi hijo, era una de las personas más valiosas para mí en la vida. Veía en él a un chico que tenía demasiado futuro por delante, ya que había seguido al pie de la letra todas las enseñanzas que Daphne y yo, le dimos sobre el purismo. La pureza de la sangre era algo de suma importancia para la sociedad mágica, nos hacía diferentes a los demás, nos distinguía de todos esos impuros que no merecían el don de la magia por nada del mundo.
Tener la mirada de Voldemort sobre mi hijo sufriendo, gritando por el dolor que causaba la maldición me había puesto demasiado nervioso. Muchas me preguntaba si me hubiera puesto igual si en vez de el pequeño hubiera sido Cassandra… Sí, definitivamente, incluso presentía que no podía haberlo hecho, pero con tal de estar entre las filas Mortífagas hubiera incluso matado a quien fuera, salvo a alguno de mi familia.
Desde que Daphne había tomado la importante decisión de unirse a la causa, me sentía más seguro pues ahora tenía la total certeza de que no corría ningún peligro al igual que, como pareja, podríamos darle la protección necesaria a nuestros hijos y más. Seríamos realmente poderosos ante los ojos de los demás.
[Mansión Riddle]
Aparecimos juntos en el lugar donde sería la primera reunión. Aún no tenía la total seguridad de quién estaría presente además de Malfoy, el bibliotecario... No sabía mucho acerca de si más personas se había unido y si era así, se moría de la curiosidad por saber quienes eran.
Había varios ya con la máscara puesta, al igual que mi esposa y yo. Pasamos a una habitación, dejando atrás a Daphne y en ella encontré a Potter que ya nos esperaba, no hablamos de mucho y yo simplemente anuncié que había traído a alguien conmigo. Estaba seguro que todos ellos sabía de a quien me refería.
Hice que las puertas se abrieran e inmediatamente Daphne entró con ese andar que le caracterizaba. Con elegancia felina, seguridad en cada paso, gracia en cada uno de sus movimientos. A pesar de que llevaba la máscara podía identificarla de inmediato. Me acerqué a ella que ya estaba sentada y me puse justo detrás de ella, posando mis dos manos en sus hombros.
Tener la mirada de Voldemort sobre mi hijo sufriendo, gritando por el dolor que causaba la maldición me había puesto demasiado nervioso. Muchas me preguntaba si me hubiera puesto igual si en vez de el pequeño hubiera sido Cassandra… Sí, definitivamente, incluso presentía que no podía haberlo hecho, pero con tal de estar entre las filas Mortífagas hubiera incluso matado a quien fuera, salvo a alguno de mi familia.
Desde que Daphne había tomado la importante decisión de unirse a la causa, me sentía más seguro pues ahora tenía la total certeza de que no corría ningún peligro al igual que, como pareja, podríamos darle la protección necesaria a nuestros hijos y más. Seríamos realmente poderosos ante los ojos de los demás.
[Mansión Riddle]
Aparecimos juntos en el lugar donde sería la primera reunión. Aún no tenía la total seguridad de quién estaría presente además de Malfoy, el bibliotecario... No sabía mucho acerca de si más personas se había unido y si era así, se moría de la curiosidad por saber quienes eran.
Había varios ya con la máscara puesta, al igual que mi esposa y yo. Pasamos a una habitación, dejando atrás a Daphne y en ella encontré a Potter que ya nos esperaba, no hablamos de mucho y yo simplemente anuncié que había traído a alguien conmigo. Estaba seguro que todos ellos sabía de a quien me refería.
Hice que las puertas se abrieran e inmediatamente Daphne entró con ese andar que le caracterizaba. Con elegancia felina, seguridad en cada paso, gracia en cada uno de sus movimientos. A pesar de que llevaba la máscara podía identificarla de inmediato. Me acerqué a ella que ya estaba sentada y me puse justo detrás de ella, posando mis dos manos en sus hombros.
Theodore A. Nott- Puesto en el Ministerio
Neo-Mortífago - Mensajes : 68
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Fecha de inscripción : 19/03/2011
Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
Hogwarts; Biblioteca - Once de la noche
El bibliotecario se mantenía concentrado en su trabajo. A la tenue luz de una única vela mágica que se mantenía por el lugar, el chico se había dejado llevar por aquella oscuridad tan reconfortante mientras seguía escribiendo en un pergamino la lista de libros perdidos, sus posibles responsables y finalmente el dinero mágico que les acarrearía el no haberlos entregado todavía. Sí, sin duda era un trabajo y una vida perfecta. Una vida perfecta que ocultaba otra el doble de satisfactoria para Englewood. Llegado el momento acabó levantándose de aquel lugar, apagando la luz, cerrando con llave la biblioteca y dirigiéndose a sus aposentos.
Su paso era firme y tranquilo, el de una autoridad que sabe puede pasearse libremente por los pasillos a esa hora y castigar a cualquier individuo que hubiese decidido salir a divertirse fuera de su sala común. Los pasos, si bien resonaban con fuerza intencionada, no eran más que un mero deje, pues su mente se encontraba en aquellos momentos lejos de allí.
"Hijo mío, ante todo mira al frente, sigue mis directrices y no muestres ningún tipo de flaqueza o debilidad" Las palabras de su padre, minutos -quizás segundos- antes de que llegara a conocer al renovado Señor Tenebroso que se ocultaba. Recordaba aquel momento, el nerviosismo que había acarreado en todo su ser y el chirrío de las puertas cediendo para darle entrada a la oscuridad suprema. Había mostrado su valía frente al Señor Tenebroso de manera fría, mordaz e impasible, habiendo participado en la tortura y muerte de un mero muggle conocedor de la causa neo-mortífaga. Aquel no había sido más que el principio de su ascenso en el mundo mortífago, un ascenso que si bien había sido fugaz y rápido le había acarreado muchos problemas.
Recordó ambos ataques a las dos instituciones mágicas de Beauxbatons y Durmstrang y cómo había participado indiscutiblemente en ellas. Si bien había conocido nuevas personas que compartían su causa una parte de él había quedado en la batalla del colegio norteño. Durmstrang había supuesto la muerte de su padre, una muerte que había acogido con severa seriedad y que había vengado rápidamente. La causa mortífaga había sido lo primordial y prefirió antes acabar con el ataque que hacerse con el cuerpo de su padre quien tuvo sepultura bajo los escombros, siendo finalmente incinerado para no levantar sospechas ministeriales. Aquel mismo día había constituído su acercamiento al Señor Tenebroso quien le reveló finalmente su rostro. El chico quedó confuso, pero a la vez un fulgor se instauró en su mirada, honrado de un plan tan poco evidente. Esta vez, con el cuerpo de Potter, "los tenían bien cogidos por las pelotas" tal como habría dicho su padre.
Aquellos recuerdos lo llevaron a sonreír con salvaje felicidad mientras entraba en sus aposentos. Allí, bajo completa e impasible llave, cubierta por millones de hechizos -pues en Hogwarts toda previsión era poca- se encontraba su oscura túnica y su máscara de metal, aquella máscara que rápidamente se puso junto a la túnica y abandonó el lugar como cuervo dirigiéndose tímidamente hacia la reunión. Hacía tiempo que no tenían una y tenía mucho interés en ella.
Habían sucedido grandes cosas en poco tiempo; Knoxx había sido proclamado ministro, Kingsley no estaba y algunos alumnos habían perecido en aquella fiesta. Todo les estaba saliendo jodidamente bien de momento.
Mansión Riddle - Once y media
Apareció en el lugar caminando hacia la habitación donde todos estaban congregados, o por lo menos la mayoría, piso arriba. Asintió lentamente a modo de saludo, todavía llevando la pesada máscara sobre su cara, manteniéndose en el "entero" anonimato.
Tenía algunas cosas que declarar, como por ejemplo su poca involucración en el ataque a Hogwarts. Lo había visto justificado por el hecho de que sabía, tras el conocimiento general, aporrearían su puerta tal como la de los demás para pedir ayuda. No podía hacer más que haber avisado a sus compañeros sobre la fiesta secreta y constatar que no había adulto alguno entre los jóvenes de Hogwarts.
El silencio rondaba en el lugar a espera de la llegada de los demás Walpurgis. ¿Habría iniciados en aquella congregación? Su mirada se topó con la de un crío ebrio que había decidido entrar en aquella mansión. Soltó una pequeña carcajada, negando con la cabeza detrás del atuendo y un rayo verde lo cegó, escuchando el fuerte golpe del crío contra el cristal cayendo piso abajo al descuidado jardín. Aquel era su hogar, sin duda alguna.
Allí seguramente se encontraban sólo los Walpurgis. Se sentía honrado de mantener aquel puesto habiendo revelado a su padre año atrás. Todos ellos, o la mayoría de sus compañeros, tenían descendencia y él era el único más joven pero para nada se prejuiciaba por ello. Se sentía arrogantemente feliz por aquel dato, por mucho que le hubiera comportado el ver a su padre morir en brazos de un simpatizante muggle o sangre-sucia.
El bibliotecario se mantenía concentrado en su trabajo. A la tenue luz de una única vela mágica que se mantenía por el lugar, el chico se había dejado llevar por aquella oscuridad tan reconfortante mientras seguía escribiendo en un pergamino la lista de libros perdidos, sus posibles responsables y finalmente el dinero mágico que les acarrearía el no haberlos entregado todavía. Sí, sin duda era un trabajo y una vida perfecta. Una vida perfecta que ocultaba otra el doble de satisfactoria para Englewood. Llegado el momento acabó levantándose de aquel lugar, apagando la luz, cerrando con llave la biblioteca y dirigiéndose a sus aposentos.
Su paso era firme y tranquilo, el de una autoridad que sabe puede pasearse libremente por los pasillos a esa hora y castigar a cualquier individuo que hubiese decidido salir a divertirse fuera de su sala común. Los pasos, si bien resonaban con fuerza intencionada, no eran más que un mero deje, pues su mente se encontraba en aquellos momentos lejos de allí.
"Hijo mío, ante todo mira al frente, sigue mis directrices y no muestres ningún tipo de flaqueza o debilidad" Las palabras de su padre, minutos -quizás segundos- antes de que llegara a conocer al renovado Señor Tenebroso que se ocultaba. Recordaba aquel momento, el nerviosismo que había acarreado en todo su ser y el chirrío de las puertas cediendo para darle entrada a la oscuridad suprema. Había mostrado su valía frente al Señor Tenebroso de manera fría, mordaz e impasible, habiendo participado en la tortura y muerte de un mero muggle conocedor de la causa neo-mortífaga. Aquel no había sido más que el principio de su ascenso en el mundo mortífago, un ascenso que si bien había sido fugaz y rápido le había acarreado muchos problemas.
Recordó ambos ataques a las dos instituciones mágicas de Beauxbatons y Durmstrang y cómo había participado indiscutiblemente en ellas. Si bien había conocido nuevas personas que compartían su causa una parte de él había quedado en la batalla del colegio norteño. Durmstrang había supuesto la muerte de su padre, una muerte que había acogido con severa seriedad y que había vengado rápidamente. La causa mortífaga había sido lo primordial y prefirió antes acabar con el ataque que hacerse con el cuerpo de su padre quien tuvo sepultura bajo los escombros, siendo finalmente incinerado para no levantar sospechas ministeriales. Aquel mismo día había constituído su acercamiento al Señor Tenebroso quien le reveló finalmente su rostro. El chico quedó confuso, pero a la vez un fulgor se instauró en su mirada, honrado de un plan tan poco evidente. Esta vez, con el cuerpo de Potter, "los tenían bien cogidos por las pelotas" tal como habría dicho su padre.
Aquellos recuerdos lo llevaron a sonreír con salvaje felicidad mientras entraba en sus aposentos. Allí, bajo completa e impasible llave, cubierta por millones de hechizos -pues en Hogwarts toda previsión era poca- se encontraba su oscura túnica y su máscara de metal, aquella máscara que rápidamente se puso junto a la túnica y abandonó el lugar como cuervo dirigiéndose tímidamente hacia la reunión. Hacía tiempo que no tenían una y tenía mucho interés en ella.
Habían sucedido grandes cosas en poco tiempo; Knoxx había sido proclamado ministro, Kingsley no estaba y algunos alumnos habían perecido en aquella fiesta. Todo les estaba saliendo jodidamente bien de momento.
Mansión Riddle - Once y media
Apareció en el lugar caminando hacia la habitación donde todos estaban congregados, o por lo menos la mayoría, piso arriba. Asintió lentamente a modo de saludo, todavía llevando la pesada máscara sobre su cara, manteniéndose en el "entero" anonimato.
Tenía algunas cosas que declarar, como por ejemplo su poca involucración en el ataque a Hogwarts. Lo había visto justificado por el hecho de que sabía, tras el conocimiento general, aporrearían su puerta tal como la de los demás para pedir ayuda. No podía hacer más que haber avisado a sus compañeros sobre la fiesta secreta y constatar que no había adulto alguno entre los jóvenes de Hogwarts.
El silencio rondaba en el lugar a espera de la llegada de los demás Walpurgis. ¿Habría iniciados en aquella congregación? Su mirada se topó con la de un crío ebrio que había decidido entrar en aquella mansión. Soltó una pequeña carcajada, negando con la cabeza detrás del atuendo y un rayo verde lo cegó, escuchando el fuerte golpe del crío contra el cristal cayendo piso abajo al descuidado jardín. Aquel era su hogar, sin duda alguna.
Allí seguramente se encontraban sólo los Walpurgis. Se sentía honrado de mantener aquel puesto habiendo revelado a su padre año atrás. Todos ellos, o la mayoría de sus compañeros, tenían descendencia y él era el único más joven pero para nada se prejuiciaba por ello. Se sentía arrogantemente feliz por aquel dato, por mucho que le hubiera comportado el ver a su padre morir en brazos de un simpatizante muggle o sangre-sucia.
Matthew S. EnglewoodBIBLIOTECARIO DE HOGWARTS - Mensajes : 84
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Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
[Mención Theodore Nott]
Desde las últimas vacaciones donde había ido a visitar la mansión de la familia Nott, pude observar como el señor y la señora se movían con aquella valentía, y seguridad que yo deseaba alcanzar más que a cualquier otra cosa en el mundo, había estado unos momentos hablando con el señor, me había hecho unas cuantas preguntas al aire que había respondido con tranquilidad desde entonces el señor Nott se había comportado medianamente interesado en mí cosa que me hizo sentir inmensamente feliz, como sí hubiese depositado una parte de sus esperanzas en mí.
En el transcurso de las últimas semanas había recibido una carta de él, preguntándome que esperaba ser de adulta, cuando le mencione algunos datos que esperaba encontrar de mi maldito padre, hubo algunas cartas más hasta que una invitación a una reunión con el mismísimo señor oscuro llego a mí, de su parte, acepte encantada con la promesa de que ninguno de mis amigos se enteraría de eso, y así lo llevé a cabalidad ninguno de mis amigos esperaba que justo ese día yo saldría del colegio con la justificación necesaria de buscar mi traje para halloween, hacia una mansión en Londres, por suerte ya había llevado a cabalidad algunas clases de aparición y aun con el miedo palpando en mi ser, aparecí a unas cuadras del lugar donde debía presentarme.
Empecé a caminar hacia la casa donde se llevaría a cabo la reunión el viento parecía volver el ambiente más tétrico, había salido correctamente vestida para la reunión llevaba unos vaqueros ligeramente ajustados a la piel, de color negro, con una camisa tres cuartos de un tono grisáceo, y sobre todo llevaba una cazadora larga que caía hasta abajo de mis caderas de cuero, ligeramente abierta que ondeaba con el viento hasta que llegue a los portones de la casa que tenía una apariencia bastante tranquila, al llegar los portones se abrieron suavemente y yo pudiese acceder despacio hasta una sala principal que estaba ligeramente vacía, aunque se podían escuchar suaves voces arriba por lo que supuse que no estaba sola, hice a un lado la cazadora para sentarme en un sofá que estaba en completo descuido, pasé un dedo por el viendo todo el polvo acumulado, pude notar que era tal vez de las primeras nuevas en llegar, deseaba con todas mis fuerzas ingresar como neo-mortífaga, sin embargo sabía que debía esperar y ser lo suficientemente fuerte para resistir la prueba que me fuera impuesta si quería lograr mi cometido.
Mis manos se entrelazaron sobre mis piernas por unos instantes, la situación era tan tenebrosa que podría pararle los vellos a cualquiera pero yo intentaba buscar un punto de confortabilidad, no quería que la primera vez que el señor tenebroso me viera estuviera muerta de miedo, debía notar esa valentía que necesitaba para sus filas, mis manos subieron hasta la medalla familiar que estaba en mi pecho, no sabía que tan buena opción tener esa reliquia, no sabía si mi padre había acabado en buenos términos con los antiguos mortífagos pero si no era así esa era mi oportunidad de sacar a flote el apellido Rubinsen una vez más.
En el transcurso de las últimas semanas había recibido una carta de él, preguntándome que esperaba ser de adulta, cuando le mencione algunos datos que esperaba encontrar de mi maldito padre, hubo algunas cartas más hasta que una invitación a una reunión con el mismísimo señor oscuro llego a mí, de su parte, acepte encantada con la promesa de que ninguno de mis amigos se enteraría de eso, y así lo llevé a cabalidad ninguno de mis amigos esperaba que justo ese día yo saldría del colegio con la justificación necesaria de buscar mi traje para halloween, hacia una mansión en Londres, por suerte ya había llevado a cabalidad algunas clases de aparición y aun con el miedo palpando en mi ser, aparecí a unas cuadras del lugar donde debía presentarme.
Empecé a caminar hacia la casa donde se llevaría a cabo la reunión el viento parecía volver el ambiente más tétrico, había salido correctamente vestida para la reunión llevaba unos vaqueros ligeramente ajustados a la piel, de color negro, con una camisa tres cuartos de un tono grisáceo, y sobre todo llevaba una cazadora larga que caía hasta abajo de mis caderas de cuero, ligeramente abierta que ondeaba con el viento hasta que llegue a los portones de la casa que tenía una apariencia bastante tranquila, al llegar los portones se abrieron suavemente y yo pudiese acceder despacio hasta una sala principal que estaba ligeramente vacía, aunque se podían escuchar suaves voces arriba por lo que supuse que no estaba sola, hice a un lado la cazadora para sentarme en un sofá que estaba en completo descuido, pasé un dedo por el viendo todo el polvo acumulado, pude notar que era tal vez de las primeras nuevas en llegar, deseaba con todas mis fuerzas ingresar como neo-mortífaga, sin embargo sabía que debía esperar y ser lo suficientemente fuerte para resistir la prueba que me fuera impuesta si quería lograr mi cometido.
Mis manos se entrelazaron sobre mis piernas por unos instantes, la situación era tan tenebrosa que podría pararle los vellos a cualquiera pero yo intentaba buscar un punto de confortabilidad, no quería que la primera vez que el señor tenebroso me viera estuviera muerta de miedo, debía notar esa valentía que necesitaba para sus filas, mis manos subieron hasta la medalla familiar que estaba en mi pecho, no sabía que tan buena opción tener esa reliquia, no sabía si mi padre había acabado en buenos términos con los antiguos mortífagos pero si no era así esa era mi oportunidad de sacar a flote el apellido Rubinsen una vez más.
Adhara RubinsenSLYTHERIN - Mensajes : 608
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Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
Meses atrás...
Hacía años que estaba en "La Búsqueda" así se le denominaba a búsqueda del Señor Tenebroso, una pequeña parte de sus seguidores habíamos creído firmemente que él seguía en algún lugar, reducido como la primera vez que ese imbécil de Potter lo había derrotado y después de la Batalla de Hogwarts yo estaba seguro que Él se encontraba en algún lugar, había que encontrarlo y ayudarlo a levantarse nuevamente, ésta vez nos encargaríamos de matar a ese Potter para que no pudiera tocar a Nuestro Señor.
Recuerdo...]
...Noche fría, tenía apenas 28 años, mi padre me había puesto tantos maleficios encima que ya no recordaba cuando fué el primero y la manera en la que me había defendido para que no impusiera su voluntad sobre mí. Una parte de mi alma estaba fracturada, mi cuerpo estaba cansado y mi ser estaba rendido completamente a mi padre. Si él decía que brincara, yo solo podía remitirme a preguntar "¿Qué tan alto?" No oponía resistencia, había aprendido a mantenerme sosegado ante la presencia paterna y a obedecer sin chistar. Mi padre había mencionado que tenía que entregarme un negocio familiar, que él no podía más y que debía de comenzar a hacerme cargo de él. No me negué, acepté gustoso de que mi padre me confiara algo más y de ayudarlo en todo lo que estuviera en mi mano, por supuesto no quería decepcionarlo y ahora que mi carrera iba en ascenso me sentía con sed de poder.
No sabía bien de que se trataba todo aquello pero esa fría noche descubrí que mi padre estaba dejándome su lugar en las filas de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado. Me sentí orgulloso de que mi padre decidiera nombrarme a mí y no a Patrick si seguidor que mi alegría estaba casi sin tapujos y Él se dió cuenta de ello, por supuesto recibí mi castigo pero fué la sensación más placentera que pude haber recibido en toda mi vida. Ni siquiera los años que había vivido bajo el yugo de mi padre habían sido tan dolorosos como ese primer castigo bajo su mano y Merlín es testigo que había disfrutado que me castigara. Desde ese momento, cuando su varita marcó mi piel de mil maneras me juré y le juré lealtad eterna, mi alma le pertenecía y mi libre albredrío decía que estar de su lado era lo correcto.
Inclusive después de su segunda caída mi espíritu seguía con él...
[Media noche, mansión Riddle ]
El Señor Tenebroso había dicho "Media Noche" así que puntualmente llegué y supe que mi hermano también lo haría porque claro después de que me uní a las filas de Mi Señor se esperaba que mi hermano también lo hiciera y él gustoso, aunque no tanto como yo, también lo hizo.
Mis pasos resonaron huecos en la planta superior del lugar mientras que algunas personas estaban sentadas. Tenía bien puesta mi máscara, no me gustaba esconderme pero ahora que tenía un puesto de vital importancia en el Ministerio, uno que le servía a Mi Señor no podía dejar que nadie viera que yo era un Mortífago. Mi túnica volaba detrás de mis pies mientras que mis pasos me llevaron hasta donde estaba Él. Lo saludé hincándome con una rodilla en el suelo delante de él - Mi Señor - fué todo lo que le dije y esperé a ver si me daba su mano para besarla y si no me retiraría. Al final me puse de pie y tomé asiento junto a los demás caballeros de Walpurgis.
Observé en silencio como un joven atrevido perdía la vida por su insolencia y no comenté nada. Mi estómago estaba explotando, una energía vital me envolvía cada vez que estaba cerca de Él y me sentía más vivo que nunca. Uno de los caballeros limpió la escena y me quedé en silencio en mi sitio hasta que Él decidiera continuar la reunión.
Hacía años que estaba en "La Búsqueda" así se le denominaba a búsqueda del Señor Tenebroso, una pequeña parte de sus seguidores habíamos creído firmemente que él seguía en algún lugar, reducido como la primera vez que ese imbécil de Potter lo había derrotado y después de la Batalla de Hogwarts yo estaba seguro que Él se encontraba en algún lugar, había que encontrarlo y ayudarlo a levantarse nuevamente, ésta vez nos encargaríamos de matar a ese Potter para que no pudiera tocar a Nuestro Señor.
Recuerdo...]
...Noche fría, tenía apenas 28 años, mi padre me había puesto tantos maleficios encima que ya no recordaba cuando fué el primero y la manera en la que me había defendido para que no impusiera su voluntad sobre mí. Una parte de mi alma estaba fracturada, mi cuerpo estaba cansado y mi ser estaba rendido completamente a mi padre. Si él decía que brincara, yo solo podía remitirme a preguntar "¿Qué tan alto?" No oponía resistencia, había aprendido a mantenerme sosegado ante la presencia paterna y a obedecer sin chistar. Mi padre había mencionado que tenía que entregarme un negocio familiar, que él no podía más y que debía de comenzar a hacerme cargo de él. No me negué, acepté gustoso de que mi padre me confiara algo más y de ayudarlo en todo lo que estuviera en mi mano, por supuesto no quería decepcionarlo y ahora que mi carrera iba en ascenso me sentía con sed de poder.
No sabía bien de que se trataba todo aquello pero esa fría noche descubrí que mi padre estaba dejándome su lugar en las filas de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado. Me sentí orgulloso de que mi padre decidiera nombrarme a mí y no a Patrick si seguidor que mi alegría estaba casi sin tapujos y Él se dió cuenta de ello, por supuesto recibí mi castigo pero fué la sensación más placentera que pude haber recibido en toda mi vida. Ni siquiera los años que había vivido bajo el yugo de mi padre habían sido tan dolorosos como ese primer castigo bajo su mano y Merlín es testigo que había disfrutado que me castigara. Desde ese momento, cuando su varita marcó mi piel de mil maneras me juré y le juré lealtad eterna, mi alma le pertenecía y mi libre albredrío decía que estar de su lado era lo correcto.
Inclusive después de su segunda caída mi espíritu seguía con él...
[Media noche, mansión Riddle ]
El Señor Tenebroso había dicho "Media Noche" así que puntualmente llegué y supe que mi hermano también lo haría porque claro después de que me uní a las filas de Mi Señor se esperaba que mi hermano también lo hiciera y él gustoso, aunque no tanto como yo, también lo hizo.
Mis pasos resonaron huecos en la planta superior del lugar mientras que algunas personas estaban sentadas. Tenía bien puesta mi máscara, no me gustaba esconderme pero ahora que tenía un puesto de vital importancia en el Ministerio, uno que le servía a Mi Señor no podía dejar que nadie viera que yo era un Mortífago. Mi túnica volaba detrás de mis pies mientras que mis pasos me llevaron hasta donde estaba Él. Lo saludé hincándome con una rodilla en el suelo delante de él - Mi Señor - fué todo lo que le dije y esperé a ver si me daba su mano para besarla y si no me retiraría. Al final me puse de pie y tomé asiento junto a los demás caballeros de Walpurgis.
Observé en silencio como un joven atrevido perdía la vida por su insolencia y no comenté nada. Mi estómago estaba explotando, una energía vital me envolvía cada vez que estaba cerca de Él y me sentía más vivo que nunca. Uno de los caballeros limpió la escena y me quedé en silencio en mi sitio hasta que Él decidiera continuar la reunión.
Ezra Knnox- Puesto en el Ministerio
Neo-Mortífago - Mensajes : 25
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Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
Durante toda mi vida me sentí como la oveja negra de la familia, todos mis tíos me hacían sentir como la basura de los Potter, estaba seguro que estaban concientes del mal que me hicieron durante toda mi infancia. Se dedicaban día y noche a destacar las cualidades de mi hermano mayor y dieron por resultado que dentro de mí terminara odiándo a mi propia sanfre, se supone que cuando eres el hermano de enmedio tienes que idolatrar a tu hermano mayor y seguirlo en todas las aventuras infantiles que se les ocurran, tienes la obligación de cuidar a tu hermana pequeña y de ser cuidado por tu hermano mayor sin que nadie critique esta conducta pero desafortunadamente en mi familia no fué así. La única persona que me trataba con dignidad era mi madre y aunque yo la amo no fué suficiente.
Crecí bajo la sombra de James y muy probablemente fué por ello que con la edad resentí su conducta hacia mí y al mismo tiempo él se comenzó a comportar como si fuera el único que valía la pena, como el orgullo de mis padres y por su parte LilyLú es la ternura, por ser la menor era la consentida y todo el mundo la mimaba y decía lo linda y tierna que es. Por supuesto no hubo lugar para un halago para mí, un slytherin que desfiguró a una familia de Gryffindors, desde mis abuelos hasta mis hermanos no hubo nadie que no fuera Gryffindor tanto de la familia de mi madre como de la familia de mi padre, yo era el frijol negro dentro del plato de arroz blanco y creo que lo peor de todo es que estoy orgulloso de serlo. Estoy orgulloso de ser un Slytherin, cada razgo de mi temperamento me dice que lo soy. No me arriesgo si no sé que voy a ganar, si una bomba va a explotar yo corro del lugar no me acerco para tratar de desactivarla. Me siento superior que muchos de los alumnos del colegio porque sé que valgo más por mis méritos y mi apellido que por los intentos que haga para conseguir algo aunque finalmente no lo consiga o tratar de ser alguien que no soy. Por eso estoy orgulloso de que en mis actos siempre esté grabado el legado de Salazar Slytherin y como lo dijo mi padre el día que tomé por primera vez el Expreso de Hogwarts "Te nombramos Albus Severus por dos grandes directores de Hogwarts y uno de ellos era Slytherin, el otro fué un Gran mago que pasará a la historia por milenios".
En el colegio aprendí que la amistad es importante, pero yo no la veo como los demás alumnos del colegio, no soy como esos Hufflepuffs que todos son amigos y se apoyan en tonterías escolares, para mí la amistad es mucho más que eso. La amistad es ponerte la piel del otro y comprender cuando tiene alguna dolencia física o anímica. Para mí tener un amigo es apostar todo lo que tienes cuando él te lo pide, nunca perderás cuando lo haces por alguien que de verdad te importa sea cual sea el resultado y yo era muy afortunado porque tenía 3 amigos, eran los mejores amigos del mundo, y aunque no lo decía estaba orgulloso de tenerlos en mi vida, haría cualquier cosa por verlos felices y ayudarlos a salir de sus problemas, por eso no cualquiera pordía ser amigo de Albus Potter. Para mí Adhara, Cassandra y Scorpius era más mi familia que cualquiera de mis tíos o primos, para mí no existía familia más consolidada que ellos.
Eso precisamente fué lo que me había llevado a estar esa noche en donde estaba. Era cerca de la media noche. Todos habíamos salido del colegio para comprar nuestros atuendos para Halloween y era la noche que El Señor Tenebroso había elegido para darnos una misión. ¿Porqué estoy aquí? Claro que por mi verdadera familia.
Desde el primer día en Hogwarts Scorpius y yo nos hicimos cercanos, con el paso de los años él se convirtió en mi hermano más que James. Era afortunado en cuanto a la confianza que Scorpius me tenía y yo estaba al tanto de muchas de las cosas que su padre le mandaba a hacer por mandato de El Señor Tenebroso. Cualquier hijo sensato de Harry Potter hubiera corrido inmediatamente a contárselo a su padre para detenerlo por tercera vez, lástima que yo no fuera ese "otro" hijo. Scorpius me había compartido que iba a haber una reunión en la que quería que lo apoyara, quería que me uniera a las líneas de Lord Voldemort. Él no aguantaba tanto peso sobre sus hombros, no estaba seguro de que él hubiese hablado con Cassandra y Adhara de aquello pero yo no podía más que apoyarlo y cada día que pasaba comencé a compartir esos pensamientos destructivos que me habían empujado hasta esta funesta noche en donde me encontraba sentado en un taburete con una capucha que tapaba la mitad de mi rostro dejando a la vista unicamente mis labios y la parte de arriba de mi cara además llevaba una máscara como me había indicado mi mejor amigo.
Estando ahí sentado tenía dudas, estaba seguro que muchos de los presentes las tenían y si no ¿Porqué la tensión se podía cortar con un cuchillo en el aire? Todos estaban demasiado tensos, todos estaban controlando sus movimientos como si su vida dependiera de ellos, como si el dar dos pasos en un segundo en vez de solo uno les costara la vida... y muy probablemente así sería. Había compartido durante tanto tiempo con Scorpius los ideales de su familia que los sentía ahora míos y sobretodo no quería que él siguiera sufriendo con toda esa carga a solas, íbamos a lidiar con eso juntos y al final triunfaríamos como siempre lo hacíamos cuando nos apoyábamos. Estaba seguro de que unirme al Señor Tenebroso lo complacería ¿Qué mejor que, que el hijo de quien lo derrotó dos veces se uniera a Él y le mostrara los puntos débiles de su padre para terminar con toda esa tontería de que los débiles e impuros también tiene una oportunidad? Si ellos no me habían dado una oportunidad a mí, yo no se las daría a ellos. La primera en la lista era esa maldita sangre sucia... Hermione Granger.
Crecí bajo la sombra de James y muy probablemente fué por ello que con la edad resentí su conducta hacia mí y al mismo tiempo él se comenzó a comportar como si fuera el único que valía la pena, como el orgullo de mis padres y por su parte LilyLú es la ternura, por ser la menor era la consentida y todo el mundo la mimaba y decía lo linda y tierna que es. Por supuesto no hubo lugar para un halago para mí, un slytherin que desfiguró a una familia de Gryffindors, desde mis abuelos hasta mis hermanos no hubo nadie que no fuera Gryffindor tanto de la familia de mi madre como de la familia de mi padre, yo era el frijol negro dentro del plato de arroz blanco y creo que lo peor de todo es que estoy orgulloso de serlo. Estoy orgulloso de ser un Slytherin, cada razgo de mi temperamento me dice que lo soy. No me arriesgo si no sé que voy a ganar, si una bomba va a explotar yo corro del lugar no me acerco para tratar de desactivarla. Me siento superior que muchos de los alumnos del colegio porque sé que valgo más por mis méritos y mi apellido que por los intentos que haga para conseguir algo aunque finalmente no lo consiga o tratar de ser alguien que no soy. Por eso estoy orgulloso de que en mis actos siempre esté grabado el legado de Salazar Slytherin y como lo dijo mi padre el día que tomé por primera vez el Expreso de Hogwarts "Te nombramos Albus Severus por dos grandes directores de Hogwarts y uno de ellos era Slytherin, el otro fué un Gran mago que pasará a la historia por milenios".
En el colegio aprendí que la amistad es importante, pero yo no la veo como los demás alumnos del colegio, no soy como esos Hufflepuffs que todos son amigos y se apoyan en tonterías escolares, para mí la amistad es mucho más que eso. La amistad es ponerte la piel del otro y comprender cuando tiene alguna dolencia física o anímica. Para mí tener un amigo es apostar todo lo que tienes cuando él te lo pide, nunca perderás cuando lo haces por alguien que de verdad te importa sea cual sea el resultado y yo era muy afortunado porque tenía 3 amigos, eran los mejores amigos del mundo, y aunque no lo decía estaba orgulloso de tenerlos en mi vida, haría cualquier cosa por verlos felices y ayudarlos a salir de sus problemas, por eso no cualquiera pordía ser amigo de Albus Potter. Para mí Adhara, Cassandra y Scorpius era más mi familia que cualquiera de mis tíos o primos, para mí no existía familia más consolidada que ellos.
Eso precisamente fué lo que me había llevado a estar esa noche en donde estaba. Era cerca de la media noche. Todos habíamos salido del colegio para comprar nuestros atuendos para Halloween y era la noche que El Señor Tenebroso había elegido para darnos una misión. ¿Porqué estoy aquí? Claro que por mi verdadera familia.
Desde el primer día en Hogwarts Scorpius y yo nos hicimos cercanos, con el paso de los años él se convirtió en mi hermano más que James. Era afortunado en cuanto a la confianza que Scorpius me tenía y yo estaba al tanto de muchas de las cosas que su padre le mandaba a hacer por mandato de El Señor Tenebroso. Cualquier hijo sensato de Harry Potter hubiera corrido inmediatamente a contárselo a su padre para detenerlo por tercera vez, lástima que yo no fuera ese "otro" hijo. Scorpius me había compartido que iba a haber una reunión en la que quería que lo apoyara, quería que me uniera a las líneas de Lord Voldemort. Él no aguantaba tanto peso sobre sus hombros, no estaba seguro de que él hubiese hablado con Cassandra y Adhara de aquello pero yo no podía más que apoyarlo y cada día que pasaba comencé a compartir esos pensamientos destructivos que me habían empujado hasta esta funesta noche en donde me encontraba sentado en un taburete con una capucha que tapaba la mitad de mi rostro dejando a la vista unicamente mis labios y la parte de arriba de mi cara además llevaba una máscara como me había indicado mi mejor amigo.
Estando ahí sentado tenía dudas, estaba seguro que muchos de los presentes las tenían y si no ¿Porqué la tensión se podía cortar con un cuchillo en el aire? Todos estaban demasiado tensos, todos estaban controlando sus movimientos como si su vida dependiera de ellos, como si el dar dos pasos en un segundo en vez de solo uno les costara la vida... y muy probablemente así sería. Había compartido durante tanto tiempo con Scorpius los ideales de su familia que los sentía ahora míos y sobretodo no quería que él siguiera sufriendo con toda esa carga a solas, íbamos a lidiar con eso juntos y al final triunfaríamos como siempre lo hacíamos cuando nos apoyábamos. Estaba seguro de que unirme al Señor Tenebroso lo complacería ¿Qué mejor que, que el hijo de quien lo derrotó dos veces se uniera a Él y le mostrara los puntos débiles de su padre para terminar con toda esa tontería de que los débiles e impuros también tiene una oportunidad? Si ellos no me habían dado una oportunidad a mí, yo no se las daría a ellos. La primera en la lista era esa maldita sangre sucia... Hermione Granger.
Albus S. PotterSLYTHERIN - Mensajes : 608
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Re: Welcome my Home, Knights of Walpurgis.
Algo cambiaría la rutina de Caelum Morrow ése día. Todo había transcurrido con normalidad, siempre los mismos problemas estúpidos en el Departamento que parecían no saber arreglar sin él. Sin embargo, algo estaba por cambiar. Al finalizar la jornada se mostraba especialmente animado, cualquiera que fuese un poco más observador que la mayoría podría darse cuenta de ello. La interrogante era ¿por qué? Eso nadie lo sabía, nadie en ése lugar sabía qué era lo que tenía al jefe del Departamento con ésa apenas perceptible media sonrisa de arrogancia permanente en sus labios. La medianoche se acercaba, a juzgar por el exacto reloj que reposaba en una de las paredes de su oficina, presagiando un momento que –estaba seguro- cambiaría su vida para siempre. Se puso de pie del asiento de piel tras el escritorio y se dirigió a la ventana, tras éste, apreciando cómo la noche había decidido estar de su lado, convertirse en su cómplice al no permitir que la luna alumbrara. Las sombras siempre serían cómplices de los más aptos, de los elementos lo suficientemente listos como para considerarla una ayuda. Se dispuso a salir, sin importarle el desorden en que se encontraba su escritorio, sin importarle siquiera si era el último en irse del departamento. Odiaba los retrasos y el llegar tarde a su importante asunto era imperdonable. Tomó su capa negra del perchero junto a la puerta y salió por ésta, a paso rápido y firme, mientras se cubría con ésta.
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Desde que era niño había sabido de la existencia de los mortífagos. Su padre, especialmente, se empeñaba en hablarles a sus hijos de los ideales de la pureza de la sangre y lo importante que era conservarse limpios. Las proezas del llamado Señor Oscuro eran para los Morrow lo que serían cuentos de héroes mágicos para los niños normales. El mismo Jerome Morrow, antes de la caída de El-que-no-debe-ser-nombrado había servido fielmente en las filas mortífagas. Hasta que Potter ganó la batalla…
Así como muchos otros, su padre había sido uno de los muchos que emprendieron una rápida huida en cuanto vieron a su señor caer. Fuese por cobardía, por inteligencia o por un sentido de supervivencia, desaparecieron del lugar antes de que los aurores comenzaran a cazarlos. Caelum tenía 7 años cuando todo eso sucedió. Los vagos recuerdos que aún conservaba incluían a su padre apareciéndose en el hall de la mansión Morrow, con heridas en el rostro y cuerpo, con sangre resbalando de su sien y empapando ciertas zonas de su túnica. El alboroto que se armó ésa noche no tuvo precedentes. “¡El Señor Oscuro ha caído!” era lo que Jerome repetía una y otra vez, con la mirada perdida entre la rabia y decepción de sus palabras.
Ahora su padre ya era muy viejo para volver a ser lo que fue en ésos tiempos. Era viejo, sus manos temblaban y había perdido la velocidad necesaria para cualquier mago en un duelo. Sin embargo, Caelum era más que apto. En su puesto en el ministerio se enteraba de mucho, fuesen rumores o no, siempre tenía en cuanto a los que sonaban creíbles. Había quien decía que el Señor Tenebroso volvería. Su propio padre lo repetía en algunas ocasiones, pero nadie lo creía lo suficientemente cuerdo como para creer en sus palabras más. Sin embargo, todo eso intrigaba a Morrow.
Toda duda desapareció cuando, un día, Patrick Knnox llegó al departamento. Conocía a Knnox desde que había sido un estudiante en la ahora destruida Durmstrang. En varios aspectos, lo consideraba su mentor. Había sido el profesor que había inculcado su curiosidad por las criaturas mágicas y, en su último año, se había convertido en director del Instituto. Hasta cierto punto, lo respetaba y ganar el respeto de Caelum era algo sumamente difícil. Tenía algo que comunicarle, algo importante. No había lugar más seguro para hablar que la oficina en el Departamento de la Aplicación a la Ley Mágica, a prueba de espías y de curiosos. Todos sabían que si él no quería permitir la entrada de alguien, no podrían irrumpir.
Lo que le dijo fue inesperado. Todos ésos ideales bajo los que había sido criado estaban renaciendo en un nuevo líder, en alguien que llevaría a la gloria a los magos que lo merecían, a los magos sangre pura. Se hacían llamar neo-mortífagos y su organización apenas comenzaba. Caelum no necesitó pensarlo demasiado, sabía hacia quién iba a dar su lealtad y nada iba a impedírselo. El lugar de la reunión quedó acordado, así como la hora y el día.
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La irreconocible silueta del inglés apareció en medio frente a la descuidada mansión. La capucha le brindaba el anonimato necesario, manteniendo su rostro escondido en las sombras que ésta proyectaba. Sin más preámbulos, se adentró en el lugar, en el que ya había unas cuantas personas, algunos de pie, otros más sentados. No consideró necesario el presentarse. No estaba allí para hacer amigos, sino para algo más grande que eso y que cualquiera de ésas idioteces. Se mantuvo de pie, cuan alto era, conciente del apenas perceptible sonido de la planta superior. Esperaría, no tenía premura. Tomó una respiración profunda, casi paladeando el cargado y tenso aire en el que se mantenía la habitación que, en algún momento, fue elegante. Podría haber roto la tensión con sus propias manos, la incomodidad de algunos se notaba. Nadie hablaba. Comenzaba a sentirse más alerta. El momento se acercaba.
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Desde que era niño había sabido de la existencia de los mortífagos. Su padre, especialmente, se empeñaba en hablarles a sus hijos de los ideales de la pureza de la sangre y lo importante que era conservarse limpios. Las proezas del llamado Señor Oscuro eran para los Morrow lo que serían cuentos de héroes mágicos para los niños normales. El mismo Jerome Morrow, antes de la caída de El-que-no-debe-ser-nombrado había servido fielmente en las filas mortífagas. Hasta que Potter ganó la batalla…
Así como muchos otros, su padre había sido uno de los muchos que emprendieron una rápida huida en cuanto vieron a su señor caer. Fuese por cobardía, por inteligencia o por un sentido de supervivencia, desaparecieron del lugar antes de que los aurores comenzaran a cazarlos. Caelum tenía 7 años cuando todo eso sucedió. Los vagos recuerdos que aún conservaba incluían a su padre apareciéndose en el hall de la mansión Morrow, con heridas en el rostro y cuerpo, con sangre resbalando de su sien y empapando ciertas zonas de su túnica. El alboroto que se armó ésa noche no tuvo precedentes. “¡El Señor Oscuro ha caído!” era lo que Jerome repetía una y otra vez, con la mirada perdida entre la rabia y decepción de sus palabras.
Ahora su padre ya era muy viejo para volver a ser lo que fue en ésos tiempos. Era viejo, sus manos temblaban y había perdido la velocidad necesaria para cualquier mago en un duelo. Sin embargo, Caelum era más que apto. En su puesto en el ministerio se enteraba de mucho, fuesen rumores o no, siempre tenía en cuanto a los que sonaban creíbles. Había quien decía que el Señor Tenebroso volvería. Su propio padre lo repetía en algunas ocasiones, pero nadie lo creía lo suficientemente cuerdo como para creer en sus palabras más. Sin embargo, todo eso intrigaba a Morrow.
Toda duda desapareció cuando, un día, Patrick Knnox llegó al departamento. Conocía a Knnox desde que había sido un estudiante en la ahora destruida Durmstrang. En varios aspectos, lo consideraba su mentor. Había sido el profesor que había inculcado su curiosidad por las criaturas mágicas y, en su último año, se había convertido en director del Instituto. Hasta cierto punto, lo respetaba y ganar el respeto de Caelum era algo sumamente difícil. Tenía algo que comunicarle, algo importante. No había lugar más seguro para hablar que la oficina en el Departamento de la Aplicación a la Ley Mágica, a prueba de espías y de curiosos. Todos sabían que si él no quería permitir la entrada de alguien, no podrían irrumpir.
Lo que le dijo fue inesperado. Todos ésos ideales bajo los que había sido criado estaban renaciendo en un nuevo líder, en alguien que llevaría a la gloria a los magos que lo merecían, a los magos sangre pura. Se hacían llamar neo-mortífagos y su organización apenas comenzaba. Caelum no necesitó pensarlo demasiado, sabía hacia quién iba a dar su lealtad y nada iba a impedírselo. El lugar de la reunión quedó acordado, así como la hora y el día.
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La irreconocible silueta del inglés apareció en medio frente a la descuidada mansión. La capucha le brindaba el anonimato necesario, manteniendo su rostro escondido en las sombras que ésta proyectaba. Sin más preámbulos, se adentró en el lugar, en el que ya había unas cuantas personas, algunos de pie, otros más sentados. No consideró necesario el presentarse. No estaba allí para hacer amigos, sino para algo más grande que eso y que cualquiera de ésas idioteces. Se mantuvo de pie, cuan alto era, conciente del apenas perceptible sonido de la planta superior. Esperaría, no tenía premura. Tomó una respiración profunda, casi paladeando el cargado y tenso aire en el que se mantenía la habitación que, en algún momento, fue elegante. Podría haber roto la tensión con sus propias manos, la incomodidad de algunos se notaba. Nadie hablaba. Comenzaba a sentirse más alerta. El momento se acercaba.
Caelum S. Morrow- Puesto en el Ministerio
Neo-Mortífago - Mensajes : 19
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