Confesiones... {Ly}
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Confesiones... {Ly}
Afortunadamente mi amiga accedió a salir del local, en cuanto hizo su pregunta hice un ademan con la mano, para ser sincero me importaba bien poco a cuál casa fuéramos, sólo quería estar en un lugar absolutamente privado en el cual nadie nos pudiera molestar así como nadie nos pudiera escuchar, haberle contado de mi homosexualidad era una cosa, pero decirle que una vez al mes me transformaba en un verdadero monstruo era otra totalmente diferente, ni siquiera sabía cómo podría verla a la cara después de mi confesión, lo que me hizo pensar en cómo Ever había reaccionado con la noticia hace tan sólo dos semanas atrás, la pobre pequeña se había quedado dormida entre llanto implorándome estar presente cuando me transformara para seguirme el rastro y poder cuidar de mí por la mañana, esperaba que Ly no tuviera la misma idea ni reaccionara de la misma forma, no podría lidiar con ver aquel sufrimiento en un ser querido, no de nuevo, de hecho esa era exactamente la razón por las que había mantenido mi boca cerrada, no soportaba ver a los demás sufrir por algo que era mío y sólo mío…
Caminamos en silencio hasta llegar a mi casa, a donde mis pies me condujeron de forma instantánea, durante el camino pude notar el semblante pensativo y preocupado de Ly y por un momento me sentí la peor persona del universo al tenerla en suspenso por tanto tiempo, pero no sabía que otra cosa hacer, claramente no podía lanzarle la bomba en la calle. Apreté el dedo pulgar en el detector de huella digital de mi portón para poder ingresar al ante jardín mientras que comenzaba a buscar las llaves de mi mansión en uno de los bolsillos dl abrigo, sabía que mi casa era demasiado ostentosa para habitarla solo, pero era un hombre demasiado fiestero y era agradable tener suficiente espacio para poder realzarlas en mi propia residencia en vez de estar gastando dinero extra en arrendar un local, además mientras pudiera pagar los gastos no sabía por qué no me podía dar un ligero lujo, para ser honesto era un hombre bastante sencillo, pero en cuanto a hogar y auto se refería no lo demostraba en lo absoluto… ironías de la vida.
Entramos por la puerta que daba a la cocina, necesitaba un trago y el bar que se encontraba en el living no tenía lo que me apetecía, allí sólo habían tragos muggles, mientras que donde estábamos habían variedades de bebidas alcohólicas del mundo mágico. - ¿Quieres servirte algo? - pregunté algo nervioso mientras comenzaba a sacarme el abrigo, el cual dejé sobre la barra para sacar dos copas y en una vaciar de inmediato un poco de Whisky de fuego el que me mandé al seco sin esperar respuesta de Ly.
Caminamos en silencio hasta llegar a mi casa, a donde mis pies me condujeron de forma instantánea, durante el camino pude notar el semblante pensativo y preocupado de Ly y por un momento me sentí la peor persona del universo al tenerla en suspenso por tanto tiempo, pero no sabía que otra cosa hacer, claramente no podía lanzarle la bomba en la calle. Apreté el dedo pulgar en el detector de huella digital de mi portón para poder ingresar al ante jardín mientras que comenzaba a buscar las llaves de mi mansión en uno de los bolsillos dl abrigo, sabía que mi casa era demasiado ostentosa para habitarla solo, pero era un hombre demasiado fiestero y era agradable tener suficiente espacio para poder realzarlas en mi propia residencia en vez de estar gastando dinero extra en arrendar un local, además mientras pudiera pagar los gastos no sabía por qué no me podía dar un ligero lujo, para ser honesto era un hombre bastante sencillo, pero en cuanto a hogar y auto se refería no lo demostraba en lo absoluto… ironías de la vida.
Entramos por la puerta que daba a la cocina, necesitaba un trago y el bar que se encontraba en el living no tenía lo que me apetecía, allí sólo habían tragos muggles, mientras que donde estábamos habían variedades de bebidas alcohólicas del mundo mágico. - ¿Quieres servirte algo? - pregunté algo nervioso mientras comenzaba a sacarme el abrigo, el cual dejé sobre la barra para sacar dos copas y en una vaciar de inmediato un poco de Whisky de fuego el que me mandé al seco sin esperar respuesta de Ly.
Henry St. Jones- Profesor/a del Club de duelo
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Re: Confesiones... {Ly}
"No vayas a llorar Lils, por lo que más quieras, NO LLORES" Se repetía la pelirroja durante todo el tiempo que estuvieron caminando hasta la casa de Henry, el dolor en el pecho la estaba matando, era una persona demasiado frágil aunque no lo aceptara nunca, la pequeña había sufrido tanto en la vida que ya no tenía las fuerzas para enfrentarse a nada más, por pequeño que fuera, al entrar miró de arriba a abajo el apartamento de su amigo, que había sido su hogar hace tanto tiempo, donde podía entrar siempre que quisiera, eso había sido una de las mayores confianzas que le había dado Henry, permitirle entrar a su casa cada vez que quisiera, y muchos de los colores que ahora adornaban esa casa ella misma los había elegido.
Se sentó sintiendose completamente ausente en un sofá mientras escuchaba la voz de su amigo, y una vez que la pelirroja lo vió sintiendosé en casa sintió que no podría retener más las lágrimas, se sentía tan mal, por que estar en casa la hacía sentir a un más frágil, recordó aquella pequeña niña de solo 17 años, que aporreaba la puerta suplicando que su amigo saliese y le permitiese quedarse, para ese entonces lo único que tenía eran dos mudas de ropa que podía cargar, y lo demás se lo había dado su amigo, él la había apoyado siempre, por eso no soportaba ese silencio entre los dos, por que entre ellos jamás habían silencios, siempre cada momento estaba cargado de sonrisas, o de lágrimas contenidas pero siempre había algo, más que ese sentimiento de desconocimiento, no era bueno para el corazón de la chica, ¿Cuantos más secretos habrían?, Ella le había dicho lo de sus pensamientos y premoniciones, cada uno de sus pensamientos profeticos ella SE LOS HABÍA DICHO. Y él le había ocultado dos cosas. ¿Por qué? Era quizás que Lils nunca lo había querido tanto como ella a él.
-No quiero nada- Chilló la chica, mientras se levantaba caminando hasta el bar de la casa de su amigo, mientras se paraba frente a él, con los ojos nublados de lágrimas de dolor, lo miró sin sentencia en sus ojos, era lágrimas de suplica, una mirada dolida, mientras estiraba la mano para tomar la de su mejor amigo. -Dimelo ya, no más rodeos por favor- Suplicó mientras rodeaba el bar y lo abrazaba suavemente metiendo su rostro en el pecho de Henry, mientras acariciaba su pecho suavemente. -Por favor- Se sentía como una chiquita, llorandole a sus papás, para que le diesen algo, pero Henry no era su papá, era más que eso, era el amigo de su vida, y no estaba suplicando por algo a cambio, solo quería que le soltará la verdad, aunque a la pelirroja se le partiera el corazón en mil pedazos.
Se sentó sintiendose completamente ausente en un sofá mientras escuchaba la voz de su amigo, y una vez que la pelirroja lo vió sintiendosé en casa sintió que no podría retener más las lágrimas, se sentía tan mal, por que estar en casa la hacía sentir a un más frágil, recordó aquella pequeña niña de solo 17 años, que aporreaba la puerta suplicando que su amigo saliese y le permitiese quedarse, para ese entonces lo único que tenía eran dos mudas de ropa que podía cargar, y lo demás se lo había dado su amigo, él la había apoyado siempre, por eso no soportaba ese silencio entre los dos, por que entre ellos jamás habían silencios, siempre cada momento estaba cargado de sonrisas, o de lágrimas contenidas pero siempre había algo, más que ese sentimiento de desconocimiento, no era bueno para el corazón de la chica, ¿Cuantos más secretos habrían?, Ella le había dicho lo de sus pensamientos y premoniciones, cada uno de sus pensamientos profeticos ella SE LOS HABÍA DICHO. Y él le había ocultado dos cosas. ¿Por qué? Era quizás que Lils nunca lo había querido tanto como ella a él.
-No quiero nada- Chilló la chica, mientras se levantaba caminando hasta el bar de la casa de su amigo, mientras se paraba frente a él, con los ojos nublados de lágrimas de dolor, lo miró sin sentencia en sus ojos, era lágrimas de suplica, una mirada dolida, mientras estiraba la mano para tomar la de su mejor amigo. -Dimelo ya, no más rodeos por favor- Suplicó mientras rodeaba el bar y lo abrazaba suavemente metiendo su rostro en el pecho de Henry, mientras acariciaba su pecho suavemente. -Por favor- Se sentía como una chiquita, llorandole a sus papás, para que le diesen algo, pero Henry no era su papá, era más que eso, era el amigo de su vida, y no estaba suplicando por algo a cambio, solo quería que le soltará la verdad, aunque a la pelirroja se le partiera el corazón en mil pedazos.
Lilliam B. Whyte- Mensajes : 90
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Re: Confesiones... {Ly}
En cuanto ella se acercó a mí supe que estaría perdido, en cuanto vi sus lágrimas me odié, o por Dios, me odié como hacía mucho tiempo no me odiaba, había causado tanto dolor a tanta gente que no entendía cómo es que seguían a su lado, estaba seguro que de haber sido yo el engañado no la miraría de la misma forma, pero ella no, ella me lloraba y suplicaba que le dijera la verdad de forma tan sincera que dolía, me dolía. Abracé su frágil cuerpo sintiendo como mis lágrimas corrían por mis mejillas y llegaban a sus cabellos, tenía que decírselo, sabía que debía decírselo, sólo que encontraba la forma ¿y qué pasaba si después de eso ella no me quería volverá a hablar? O ¿qué pasaba si me comenzaba a mirar como un monstruo? Demonios no lo podría soportar.
Solté un gran suspiro mientras que comenzaba a acariciar sus cabellos tratando de calmarla y calmarme, aunque sabía que era prácticamente imposible - Soy licántropo - solté a duras penas abrazándola más fuerte para que no se separara de mí, no quería verla a los ojos, no podía... temía ver decepción, odio, rencor, asco... no sé, todo menos lo que había visto en ellos hacía tan sólo cinco segundos atrás, ¿por qué la vida de las personas podían desmoronarse tan fácilmente? - Te dije que debías servirte algo - intenté bromear, pero la broma resultó ser más un lamento que nada, pues mis lágrimas ya no podían contenerse lo que dio paso a un ligero sollozo, ¿qué me depararía el destino ahora?
Solté un gran suspiro mientras que comenzaba a acariciar sus cabellos tratando de calmarla y calmarme, aunque sabía que era prácticamente imposible - Soy licántropo - solté a duras penas abrazándola más fuerte para que no se separara de mí, no quería verla a los ojos, no podía... temía ver decepción, odio, rencor, asco... no sé, todo menos lo que había visto en ellos hacía tan sólo cinco segundos atrás, ¿por qué la vida de las personas podían desmoronarse tan fácilmente? - Te dije que debías servirte algo - intenté bromear, pero la broma resultó ser más un lamento que nada, pues mis lágrimas ya no podían contenerse lo que dio paso a un ligero sollozo, ¿qué me depararía el destino ahora?
Henry St. Jones- Profesor/a del Club de duelo
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Re: Confesiones... {Ly}
"Soy un licantropo" Aquella frase hizo que la pequeña dejara de sollozar, su mirada, su mente estaba lejos de ahí, aunque su cuerpo seguía aferrado al de su mejor amigo, no quería soltarlo, puso su rostro de lado en el pecho de su amigo, mientras su mente se iba muchos años atrás...
-----------Flashback---------
Una pequeña pelirroja de solo 16 años estaba jugando a las orillas del bosque prohibido, miro el cielo y una hermosa luna llena reinaba en el cielo, opacando las estrellas del firmamento, ella terminó de recoger aquellas plantas bajo encargo, cuando un aullido hizo que la pequeña se enderezase y mirará hacia atrás, y un lobo no no era un lobo, era un licantropo, le mostraba los colmillos molesto a la pequeña, ella dió un pasito hacia atrás topandose con las raíces de un árbol y antes de que ella pudiese gritar el había acabado con ella, la pelirroja yacía muerta en el bosque.
---------fin del flashback-------
Su muñequito la había convencido que era un sueño tonto, pero no para ese entonces Lils había desarrollado su don de vidente lo suficientemente bien, para saber ahora muchos años después que si tan solo hubiera impedido la salida de su amigo, él no viviría con esa naturaleza que lo dominaba, y había sido ese mismo año, la pelirroja ni siquiera dudaba que fuera el mismo año en que había ocurrido esa desgracia a su amigo, escuchó su broma e intento alejarse de su amigo. -Yo...mi sueño...en sexto- Ni siquiera era capaz de narrar una frase coherente. Se alejo un paso de su amigo shockeada, sin mirarlo, por que se sentía culpable, de no haber tomado su visión con seriedad, pero era solo una niña. Pensó durante meses que era ella la que debía cuidarse del lobo, pero no era ella, era su amigo. -Es mi culpa- Clavó sus ojos verdes en el rostro de su amigo, mientras se tiraba a su pecho para llorar de nuevo. -Yo lo ví y no te previne- De pronto Lils, se dio cuenta de que su amigo, le había ocultado algo tan grave, y abrió los ojos, mientras con sus pequeños puñitos golpeaba el pecho de su amigo, no para hacerle daño sino para que se diera cuenta de su molestia. -¿Por qué haces eso muñequito? Por que me excluyes de todo lo que crees que puede dañarme- Sería incapaz de molestarse de verdad, menos de temerle, jamás podría verlo como un mounstruo, aunque viviera con ese lobo dentro, Henry era su Henry.
-----------Flashback---------
Una pequeña pelirroja de solo 16 años estaba jugando a las orillas del bosque prohibido, miro el cielo y una hermosa luna llena reinaba en el cielo, opacando las estrellas del firmamento, ella terminó de recoger aquellas plantas bajo encargo, cuando un aullido hizo que la pequeña se enderezase y mirará hacia atrás, y un lobo no no era un lobo, era un licantropo, le mostraba los colmillos molesto a la pequeña, ella dió un pasito hacia atrás topandose con las raíces de un árbol y antes de que ella pudiese gritar el había acabado con ella, la pelirroja yacía muerta en el bosque.
---------fin del flashback-------
Su muñequito la había convencido que era un sueño tonto, pero no para ese entonces Lils había desarrollado su don de vidente lo suficientemente bien, para saber ahora muchos años después que si tan solo hubiera impedido la salida de su amigo, él no viviría con esa naturaleza que lo dominaba, y había sido ese mismo año, la pelirroja ni siquiera dudaba que fuera el mismo año en que había ocurrido esa desgracia a su amigo, escuchó su broma e intento alejarse de su amigo. -Yo...mi sueño...en sexto- Ni siquiera era capaz de narrar una frase coherente. Se alejo un paso de su amigo shockeada, sin mirarlo, por que se sentía culpable, de no haber tomado su visión con seriedad, pero era solo una niña. Pensó durante meses que era ella la que debía cuidarse del lobo, pero no era ella, era su amigo. -Es mi culpa- Clavó sus ojos verdes en el rostro de su amigo, mientras se tiraba a su pecho para llorar de nuevo. -Yo lo ví y no te previne- De pronto Lils, se dio cuenta de que su amigo, le había ocultado algo tan grave, y abrió los ojos, mientras con sus pequeños puñitos golpeaba el pecho de su amigo, no para hacerle daño sino para que se diera cuenta de su molestia. -¿Por qué haces eso muñequito? Por que me excluyes de todo lo que crees que puede dañarme- Sería incapaz de molestarse de verdad, menos de temerle, jamás podría verlo como un mounstruo, aunque viviera con ese lobo dentro, Henry era su Henry.
Lilliam B. Whyte- Mensajes : 90
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Re: Confesiones... {Ly}
Fruncí mi ceño ante los balbuceos que salían de la boca de la pequeña, qué sueño ¿de qué estaba hablando? ¿Es que acaso mi amiga ya tenía sueños premonitorios en sexto año? Dejé que se alejara de mí sin entender nada de lo que estaba pasando para luego ser víctima de sus golpes que más que dolor me causaban cosquillas - Ly, ly.. ¡Ly, PARA! - exclamé al ver que no me hacía caso - ¿De qué estás hablando? Esto no es tu culpa ¿cómo puede ser tu culpa? - solté un sollozo temiendo volver a llorar, demonios era un maldito llorón, pero es que no podía creer que ahora mi amiga se estaba culpando por algo que evidentemente no era culpa de nadie más que mía por mi irresponsabilidad al estar en un lugar prohibido, por algo era PROHIBIDO, pero ¿qué más daba? ya no podía cambiar el pasado así que no sacaba nada con lamentarme, lo hecho, hecho estaba y tenía que aprender a vivir con las consecuencias de mis actos.
Solté un gran suspiro después de escuchar su pregunta, ¿cómo es que no podía descubrir por si sola aquella respuesta? - Oh, pequeña - susurré atrayéndola hacia mí para volver a abrazarla y así se pudiera desahogarse a gusto - ¿Qué clase de amigo sería si no te protejo de lo que puede herirte? - Susurré junto a su cabello que besaba una y otra vez - Ly, este es un tema tan complejo que ni siquiera mi familia lo sabe... no puedo verlos a la cara y decirles que una vez al mes soy un monstruo... no debería ni siquiera tener amigos - solté un suspiro, ¿mi amiga estaría consciente de que a un descuido en una luna llena yo podía matarla? Habían muchas veces que por A, B o C motivo no alcanzaba a llegar a un lugar seguro donde poder transformarme y había herido a gente inocente... no podía dejar que eso le pasara a mis seres queridos... simplemente no podía.
Solté un gran suspiro después de escuchar su pregunta, ¿cómo es que no podía descubrir por si sola aquella respuesta? - Oh, pequeña - susurré atrayéndola hacia mí para volver a abrazarla y así se pudiera desahogarse a gusto - ¿Qué clase de amigo sería si no te protejo de lo que puede herirte? - Susurré junto a su cabello que besaba una y otra vez - Ly, este es un tema tan complejo que ni siquiera mi familia lo sabe... no puedo verlos a la cara y decirles que una vez al mes soy un monstruo... no debería ni siquiera tener amigos - solté un suspiro, ¿mi amiga estaría consciente de que a un descuido en una luna llena yo podía matarla? Habían muchas veces que por A, B o C motivo no alcanzaba a llegar a un lugar seguro donde poder transformarme y había herido a gente inocente... no podía dejar que eso le pasara a mis seres queridos... simplemente no podía.
Henry St. Jones- Profesor/a del Club de duelo
Auror - Mensajes : 361
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Re: Confesiones... {Ly}
No lo estaba escuchando, solo quería llorar, por que no había logrado entender sus sueños hasta muchos años después de pronto se daba cuenta de que todos sus sueños se cumplían, aún metida en el pecho de su amigo empezó a hablar. -En sexto, te conté que soñe que un hombre lobo me mataba, y mató una parte de mí, cuando te atacó, ¿Porqué no lo ví venir, por que no hice nada, estúpida Berenice- Se reclamó usando su segundo nombre, como hacian sus padres hace tantos años, suspiró. -Mi Henry- Dijo mientras lo escuchaba hablar de por que le había ocultado eso, su pecho empezó a subir y a bajar suavemente tratando de contenerse, para poder escucharlo, de pronto necesitaba algo que le quemará la garganta.
-No quiero que me protegas, si para eso tienes que alejarme de tí- Sollozó aunque se encontraba más tranquila, levantó las manos mientras empezaba a jugar con el cabello de su amigo, y levantaba la mirada para toparse con aquellos ojitos, que podían hacerla derretirse. -Henry no me alejes de tí, NO ERES UN MONSTRUO- Se acercó suavemente a su rostro para depositar un beso en su mentón, y luego uno en cada una de sus mejillas, sus besos eran húmedos por todas las lágrimas que había derramado.
-Henry, ¿somos los mejores amigos desde cuando? desde el primer año de escuela, cuando yo era una niñita flaca de pelo alborotado, que apenas llegaba hasta mi cuello, y se me paraba para los lados- Eran tan inevitable no reirse de aquel recuerdo, que la chica empezó a reirse. -Y tú eras un flacucho altisimo, que no sabía jugar quidditch- Le sonrió mientras lo despeinaba, cuantos años habían pasado de eso, y que feliz había sido en todos estos años. -No me alejaré de tí ni aunque todas las malditas noches haga luna llena Henry NUNCA-
-No quiero que me protegas, si para eso tienes que alejarme de tí- Sollozó aunque se encontraba más tranquila, levantó las manos mientras empezaba a jugar con el cabello de su amigo, y levantaba la mirada para toparse con aquellos ojitos, que podían hacerla derretirse. -Henry no me alejes de tí, NO ERES UN MONSTRUO- Se acercó suavemente a su rostro para depositar un beso en su mentón, y luego uno en cada una de sus mejillas, sus besos eran húmedos por todas las lágrimas que había derramado.
-Henry, ¿somos los mejores amigos desde cuando? desde el primer año de escuela, cuando yo era una niñita flaca de pelo alborotado, que apenas llegaba hasta mi cuello, y se me paraba para los lados- Eran tan inevitable no reirse de aquel recuerdo, que la chica empezó a reirse. -Y tú eras un flacucho altisimo, que no sabía jugar quidditch- Le sonrió mientras lo despeinaba, cuantos años habían pasado de eso, y que feliz había sido en todos estos años. -No me alejaré de tí ni aunque todas las malditas noches haga luna llena Henry NUNCA-
Lilliam B. Whyte- Mensajes : 90
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Re: Confesiones... {Ly}
Mis manos seguían acariciando el pelo de Ly mientras que escuchaba sus palabras sin poder creer que se culpara por lo que mi torpeza me había regalado, solté un suspiro casi inaudible tratando de pensar en la forma de explicarle que nada era su culpa, absolutamente nada, sabía que mi amiga era demasiado sensible así como también sabía que cuando algo se le metía en la cabeza no había quien la sacara de ahí, pero confiaba en que más temprano que tarde se convenciera de que la culpa de eso no era de nadie más que mía por ser tan irresponsable sintiéndome invencible incumpliendo reglas que por algo habían sido puestas por el mismo director de la escuela ¡Demonios! Si tan sólo me hubiese dedicado a escuchar lo que me estaban advirtiendo nada de esto estaría pasando y yo sería un hombre normal con una familia normal sin tener que preocuparme una vez al mes por el daño que causaba al mundo.
- No eres estúpida – susurré junto a su cabello depositando suaves besos - ¿cómo podrías saber que se trataba de mí? ¿Cómo podrías siquiera interpretar tu sueño siendo tan pequeña? Ni siquiera si lo hubiese hecho yo habría dejado de ir al bosque a hacer travesuras, Ly, estaba en mi naturaleza… era un rompe reglas nato – solté una ligera risa sin poderlo evitar al recordar al niño que fui – así que no quiero que te sigas culpando ¿vale? – tomé sus hombros con delicadeza para hacer que sus ojos miraran el interior de los míos viendo la preocupación y sinceridad en ellos, no me gustaba ver a mi pequeña mal y mucho menos por mi culpa, de hecho odiaba cuando veía a una mujer llorar fuera por el motivo que fuera – Y no me des órdenes – le sonreí con ternura – te protegeré hasta el día que me muera te guste o no, así que más te vale que te vayas acostumbrando – lentamente me separé de ella para poder llenar mi vaso con Whisky de nuevo, me había desahogado y ya no tenía más secretos para con ella, pero eso no significaba que no necesitara un trago. - ¿Segura que no quieres nada? – le pregunté haciendo caso omiso a sus palabras sobre mi monstruosidad, estaba seguro que si ella viviera lo que yo vivía pensaría de forma distinta, pero no quería seguir discutiendo, no le veía el punto.
Bebí un trago de mi copa mientras que las nuevas palabras de Ly inundaba mi cocina provocando que una risa saliera de mi boca – jajajá, maldito juego estúpido ¡No lo logro entender! Es como handball, fútbol, basquetball y toda la mierda junta – dije entre risas recordando la vez que Ly me había hecho jugar en un partido amistoso cuando la había invitado a mi casa junto a mi familia, mis hermanos aún se reían de aquel día ¡Demonios si ni siquiera podía ver la quaffle bien! Y más encima me habían dejado de guardián… Dios santo estas personas que buscan reírse del más débil (xD) – Gracias, mariposita – la abracé sin poder evitarlo – lamento no habértelo dicho antes, de verdad… pero es algo que aún me cuesta asimilar… ya van seis años, pero no termino de convencerme… lo único que anhelo es encontrar una maldita cura – susurré para luego volver a tomar un poco de Whisky - ¡Ya basta de lamentos! Quiero compartir este día contigo bien, de forma alegre, no con tristezas ¿quieres tomar algo? – pregunté por ENÉSIMA VEZ y lo seguiría preguntando hasta que me diera una respuesta afirmativa.
- No eres estúpida – susurré junto a su cabello depositando suaves besos - ¿cómo podrías saber que se trataba de mí? ¿Cómo podrías siquiera interpretar tu sueño siendo tan pequeña? Ni siquiera si lo hubiese hecho yo habría dejado de ir al bosque a hacer travesuras, Ly, estaba en mi naturaleza… era un rompe reglas nato – solté una ligera risa sin poderlo evitar al recordar al niño que fui – así que no quiero que te sigas culpando ¿vale? – tomé sus hombros con delicadeza para hacer que sus ojos miraran el interior de los míos viendo la preocupación y sinceridad en ellos, no me gustaba ver a mi pequeña mal y mucho menos por mi culpa, de hecho odiaba cuando veía a una mujer llorar fuera por el motivo que fuera – Y no me des órdenes – le sonreí con ternura – te protegeré hasta el día que me muera te guste o no, así que más te vale que te vayas acostumbrando – lentamente me separé de ella para poder llenar mi vaso con Whisky de nuevo, me había desahogado y ya no tenía más secretos para con ella, pero eso no significaba que no necesitara un trago. - ¿Segura que no quieres nada? – le pregunté haciendo caso omiso a sus palabras sobre mi monstruosidad, estaba seguro que si ella viviera lo que yo vivía pensaría de forma distinta, pero no quería seguir discutiendo, no le veía el punto.
Bebí un trago de mi copa mientras que las nuevas palabras de Ly inundaba mi cocina provocando que una risa saliera de mi boca – jajajá, maldito juego estúpido ¡No lo logro entender! Es como handball, fútbol, basquetball y toda la mierda junta – dije entre risas recordando la vez que Ly me había hecho jugar en un partido amistoso cuando la había invitado a mi casa junto a mi familia, mis hermanos aún se reían de aquel día ¡Demonios si ni siquiera podía ver la quaffle bien! Y más encima me habían dejado de guardián… Dios santo estas personas que buscan reírse del más débil (xD) – Gracias, mariposita – la abracé sin poder evitarlo – lamento no habértelo dicho antes, de verdad… pero es algo que aún me cuesta asimilar… ya van seis años, pero no termino de convencerme… lo único que anhelo es encontrar una maldita cura – susurré para luego volver a tomar un poco de Whisky - ¡Ya basta de lamentos! Quiero compartir este día contigo bien, de forma alegre, no con tristezas ¿quieres tomar algo? – pregunté por ENÉSIMA VEZ y lo seguiría preguntando hasta que me diera una respuesta afirmativa.
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