En un lugar prohibido [Allie]

Segunda tercera de octubre, 18 // martes por la noche 20:00 hrs. // Baño de prefectos


Eran exactamente las ocho de la noche cuando cerré con fuerza mi libro de DCAO en la página que había estado leyendo, esa semana leíamos todo sobre los hombres lobos y estabamos preparándonos para un exámen que la profesora Zerga hacía cada año por esas fechas era su "Examen" secreto, pero de secreto no tenía nada, todos en el castillo sabían que a los alumnos de sexto año se les abrumaba cada año con eso y todos debíamos de estar preparados, había algo en el tema que a mí me ponía un poco nervioso. Hacía casi un mes que un hombre lobo me había atacado, decían los sanadores y los medimagos que no me había mordido y que por eso no me convertiría en lobo, que no me habían pasado la maldición, pero la verdad era que yo estaba temeroso, cada noche me sentaba en la sala común y me quedeba imaginando a la luna llena y lo que podría suceder a la próxima vez que se llenara. Una serie de escalofríos se apoderaban de mí y sentía que me ahogaba al pensar que podía estar maldito, que mi piel se transformara en pelaje y que mis huesos tomaran formas cánidas, que mi parte racional me dejara y que mi instinto animal me controlara completamente, decían que era algo muy doloroso, también decían que cuando completabas tu transformación con la primera muerte siempre era alguien a quien amabas y yo no podía imaginarme matando a alguien aunque fuera por un accidente.

Cuando esos pensamientos comenzaron a rondar por mi cabeza decidí que era hora de salir de la sala común, ya tenía mucho tiempo agoviándome con todo eso y no necesitaba más de mi autoflagelación, así que se me ocurrió una travesura. Allie me había dado hacía ya bastantes ayeres la contraseña del cuarto de baño de prefectos y lo que necesitaba en esos momentos era meterme a esa enorme tina llena de grifos con burbujas, colores y olores que seguramente me iban a relajar, así que tomé la capa de invisibilidad que mi padre me había heredado, una pertenencia familiar, algo que poseía y respetaba por sobre todas las cosas y caminé en silencio através de los pasillos hasta el baño de prefectos. Destapé mi cabeza y en voz baja pronuncié la contraseña - Fragancia de pino - la puerta se abrió sin hacer ruido y me introduje destapando mi cuerpo de la capa de invisibilidad, si había alguien dentro no iba a ser cómodo explicar porque únicamente se veía mi cabeza, pero para mi buena suerte no había nadie dentro, así también tendría que ahorrarme explicar el porqué de mi presencia en un lugar en el que se supone no debía de estar.

Dejé la capa de invisibilidad en una banca y me quité los zapatos y los calcetines. Me acerqué a los grifos y abrí casi una docena de ellos viendo como el agua de colores y la espuma comenzaba a llenar la gran tina que se encontraba en el centro del lugar. Una sirena me observaba desde un cuadro en la pared y se acomodaba el cabello como si quiesiera seducirme, decían que siempre intentaba lo mismo con los chicos nuevos, y que a las chicas les tiraba basura de los cestos. Después de unos minutos en los que el agua comenzó a llegar el límite de la tina, me quité toda la ropa y la dejé a un lado de la toalla y mis demás pertenencias en el banco. Metí los pies dentro de la tina y el agua estaba deliciosa para un zambullido así que brinqué y todo mi cuerpo se metió al agua tapando completamente mi cabello, abrí los ojos y el agua se veía en tonos rosas con rayos azules, podía ver perfectamente debajo del agua y cuando miré hacia la superficie no pude ver nada puesto que había una capa de burbujas que cubrían la superficie. Saqué la cabeza y tomé aire, mi cabello escurría por mi rostro y mi espalda. Me recargué en el borde dejando que mi cuerpo flotara y me relajé con el agua caliente que calmaba mis hombros y me reconfortaba, solo faltaba un buen par de manos que me dieran un masaje en la espalda para sentirme en la gloria....

Claro que lo sabía, todo el mundo lo sabía era como el gran cotilleo del colegio, a todos les gustaban los chismes y obviamente que Cassandra Nott involucrados en un escándalo amoroso con James Potter era algo que sonaba y odiaba eso, por ese tipo de cosas era que odiaba ser hijo del Gran Harry Potter.

Solté un gran respiro y el cierta manera me relajó que Allie tomara mi nuca y me sobara en donde me había estirado el cabello. - Yo sé que no todo lo que dicen en esa revista es lo que realmente es pero... - no me atrevía nisiquiera a decir que Cassandra y James me lo habían confirmado, es más, ni siquiera sabía porque me estaba sincerando con ella a ese nivel. Me sentía de nuevo como cayendo a un barranco en el que día con día estaba luchando. Todas las mañanas me despertaba sin ánimos por hacer nada, a veces no asistía a la primera clase y me quedaba dormido o tratando de dormir pensando en cosas que no debía de pensar. Siempre visualizaba lo mismo, a Cassandra con mi hermano juntos...


Ella jaló mi mano y primero me quedé meditabundo y cuando me volvió a jalar con más insistencia dejé que me llevara con ella e incliné mi cabeza hacia trás finalmente dejando que mi pecho saliera del agua dejándome flotar pero mis piernas seguían bajo el agua. Mi cuello estaba ligeramente tenso porque no quería que el agua entrara por mis oídos. Traté de respirar con calma. Agradecía a Allie que no hubiera preguntado más porque no iba a soportar contarle a alguien más de lo que ya había dicho.

El efecto que eso tuvo en mí fué contrario a lo que ella esperaba porque cada vez que mi mente trataba de calmarse conseguía el efecto contrario. Comencé de nuevo a imaginar a James tocando a MI novia, poniendo sus inmundos labios sobre su piel en donde yo había puesto los mismos propios, rozando con sus dedos la piel desnuda de Cassandra y sin darme cuenta mi rostro estaba tenso de nuevo, gracias a Merlín que Allie no pudo ver eso porque ella también se había dejado flotar y ahora los dos mirábamos el techo. Su mano rozaba la mía.- Estoy pensando que necesito sexo furtivo - dije de broma tratando de aligerar mis pensamientos. Tragué saliva y respiré profundamente.

Luego como mágicamente realmente pensé que tenía hambre porque llevaba como 3 días sin comer y se me antojaba terriblemente una ensalada de lechuga con jitomate y mucho aderezo blanco. También se me antojaba un vaso extra grande de zumo de zanahoria helado.

El agua golpeaba ligeramente en mis oídos, mi cuerpo se mecía ligeramente y no sabía que tanto me había arrastrado el agua de el lugar en el que me había puesto a flotar originalmente, solo estaba seguro que seguía cerca de Allie porque nuestras manos estaban sujetas aún. Me sentía muy cómodo con ella, era algo que no podía explicar, pero estaba seguro que ella sentía lo mismo por mí, porque cuando estabamos solos, sin nadie que mirara ella se comportaba tan cómoda a mi lado como yo con ella; su compañía era algo que necesitaba y no me había puesto a pensar en ello hasta ese momento. ¿Qué haría cuando ella no estuviera más en el castillo el año siguiente? Ese pensamiento pudo haber ensombrecido la falsa tranquilidad de ese momento pero su carcajada me sacó de mis meditaciones y tuve que sonreír abiertamente dejando que una risilla gutural saliera de mis labios muy grave. - ¿En verdad? - pregunté retóricamente cuando dijo que yo ya era más avanzado que ella. Era algo difícil de imaginar por todo lo que se decía de ella en el castillo y en cierta manera me sentía mal porque yo era un poco responsable de que la gente pensara que ella era una "Cuatro letras" siendo que yo sabía que no era verdad, nuestro noviazgo había sido tan inocente que nunca pasó de unos cuantos besos, caricias y agarrones de mano.

Mi mente se detuvo en ese pensamiento. Nosotros nunca tuvimos esa intimidad porque ninguno de los dos estaba preparado, aún eramos muy pequeños y no es que ahora fuéramos muy adultos pero podía hablar por mí y decir que el sexo y la sexualidad eran temas muy normales para mí en la actualidad, me había acostado con dos chicas y no era que fuera un genio en la materia pero cuando comencé mi vida sexual me dí cuenta que no era tan "Complejo" como se puede pensar aún antes de hacerlo. Siempre había pensado que la persona con la que tenía que hacerlo la primera vez tenía que ser alguien a quien amara, alguien con quien pudiera compartir y había idealizado ese pensamiento, en parte por Allie, porque sabía que eso era lo que ella quería, pero cuando tuve mi primera experiencia me había dado cuenta de que la primera vez no es ni remotamente mágica aún estando con una persona a la que quieres, había idealizado tanto ese primer encuentro que mi sorpresa había sido demasiado pesada cuando no era lo que había esperado. Estaba seguro ahora que... aunque me oyera como un rompecorazones como mi hermano, tenía que acostarme con tantas mujeres como me fuera posible para poder tener un punto de comparación y saber cuando hubiera encontrado a la mujer ideal para mí; no me iba a volver un mujeriego como James, pero si que estaba dispuesto a experimentar, porque el sexo ya no era un tabú para mí y no lo veía mal.

De pronto tuve una extraña necesidad por cuidar de Allie, una sensación que nunca había sentido por nadie. Me enderecé verticalmente e intoduje nuevamente la parte baja de mi cuerpo al agua dejando solo mi cabeza y mis hombros al descubierto, la miré como hacía mucho que no lo hacía, con un cariño que solo le tenía a ella, me sentí más cercano de lo que ya estabamos. Había disfrutado cantarle, sin duda ella tenía razón en lo que me decía y era una de las mejores noches de todo el año que habíamos tenido juntos pero había algo más ahora. - La primera vez no es tan especial como puedes llegar a pensar, incluso si estás con alguien a quien amas - claro que Allie no sabía quien había sido mi primera vez, podía pensar que fué Cassandra pero no fué así. - De hecho puedes sentirte mal luego de que lo hayas hecho si la persona con la que lo hagas no tiene el suficiente tacto - estaba seguro que la mayoría de los chicos no iba a tener el tacto con Allie, tuve la convicción en ese momento que nadie tenía la sensibilidad que yo para con ella.

Y lo que había empezado como una necesidad ahora era un impulso que me acercó a ella y acaricié su mejilla delicadamente con el dorso de mis dedos. Era demasiado egocéntrico y tenía demasiada confianza en mí como hombre - Sé que nadie te ha acariciado como yo - tenía una dulce sonrisa puesta en mis labios. Hacía unos minutos, cuando estabamos jugueteando había sentido una extraña lujuria que me acompañaba a veces cuando estaba con ella pero ahora era algo completamente diferente, a pesar de que su cuerpo desnudo podía encender a cualquier hombre porque en verdad era un manjar a la vista, no estaba sintiendo ese deseo carnal por ella. - Y no quiero que te lastimen - lo decía completa y sinceramente mientras acercaba un poco más mi rostro al de ella lentamente. La palma de mi mano acarició todo el contorno de su mejilla. - Quiero estar contigo en ese momento Allie -No había ni rastro de lujuria en mis palabras ni en mi sentir. Mi nariz casi estaba rozando la suya ahora y ambas manos estaban a los costados de su rostro sujatándola con delicadeza. - Me gustaría poder llevarte a esa experiencia porque tengo esta necesidad de protegerte, no quiero que nadie te haga daño - era verdad. Estaba seguro de que ella podía entender lo que quería decirle, no me le estaba insinuando, no pretendía que dejaramos de ser amigos, es más, lo que le estaba proponiendo lo hacía porque tenía la confianza de que eramos amigos y podía decirle algo como aquello sin ofenderla. Porque era alguien a quien quería con tanto ahinco que no quería que nadie la lastimara, la primera vez puede ser una experiencia traumática, tanto para chicos como para chicas. La necesidad que tenía en ese momento era de mostrarle todo lo que yo no había tenido y había necesitado en ese momento porque la persona con la que lo había hecho era tan inexperta como yo y no había sido nada satisfactorio aunque ella había sido mi novia y en verdad la quería, es más aún manteníamos una relación de amigos y le tenía un afecto muy especial por haber compartido aquella hermosa noche con ella, quería que ese momento fuera especial para ella. No quería que Allie sintiera ese malestar que yo había sentido y tenía este sentimiento imperioso de protegerla, aunque no estaba seguro que ella pudiera comprenderlo de esa manera y aceptar lo que le decía. - Quiero que me dejes estar contigo en tu primera vez - le susurré apenas audiblemente pero estabamos ya tan cerca que no era necesario usar un tono de voz más alto.

Tenía esa imperiosa necesidad de cuidarla que por un momento me hizo olvidar el hecho de que Cassandra y yo estuvieramos en una situación complicada, había olvidado el hecho de que Cassandra me había mandado a "La soberana mierda" en sus propias palabras y había olvidado que me sentía debastado. Estaba enfocado en la persona que estaba delante de mí, en el aquí y el ahora, por lo que el silencio a nuestro al rededor era más etéreo y el ligero movimiento del agua demasiado palpable en mi cuerpo desnudo.

Estaba seguro de que ella se negaría porque sabía que su moral le impediría estar conmigo a sabiendas de que estaba con Cassandra porque no le había mencionado cual era completamente mi situación actual y realmente no quería hablar de ello. Sus brazos rodearon mi cuello y me abrazó, ese acto hizo que yo cerrara los ojos sintiendome muy tranquilo y la abracé a la altura de la cintura atrayéndo más a mí su cuerpo aunque eso era casi imposible puesto que ella misma se había acercado todo lo que pudo a mí. Nuestra desnudéz no fué relevante. Luego de un momento besó mi mejillay abrí los ojos encontrándome con el inmenso azul de los suyos. En realidad mi ego me había permitido pensar que ella me tenía en mente para ser su primera vez pero por supuesto que no estaba 100% seguro de ello, hasta pensaba que ella ya había tenido esa primera vez con alguien más y no me hubiera sorprendido que ese alguien también fuera un Potter.

Volví a acariciar su mejilla pero esta vez solo fué con una mano, con la otra mano seguí manteniendo la cercanía entre ambos. - ¿Porque no me dejas decidir a mí si puedo estar contigo o no? - Comprendía que ella no quisiera ser "La otra" o "El plato de segunda mesa" pero no le estaba proponiendo eso, le estaba proponiendo que como amigos quería tener esa experiencia con ella apesar de los peros y los problemas alternos en nuestras vidas, estaba seguro de que ella tenía otras cosas en la cabeza además de este momento, al igual que yo tenía muchas cosas en mi vida, pero eso no me impidió querer estar con Allie, estaba seguro dentro de mí que estar con ella no sería solo tener sexo, la quería tanto... podía decir que la amaba, ya no con ese amor enfermo y abrasivo que me había lastimado y también a ella, estaba seguro que haríamos el amor en toda la extensión de la palabra porque nos amabamos.

Retiré un mechón de cabello que se había pegado con el agua a su mejilla - No estoy con Cassandra ahora y no sé si vuelva a estarlo, lo que sí sé es lo que te estoy ofreciendo. Comprendo si no quieres hacerlo, no te estoy obligando - sonreí de medio lado - Pero me sentiría estupendo, tú me enseñaste tantas cosas, me guiaste por tantos caminos que no puedo explicarte lo que es pensar que podría guiarte por esto, además ciertamente me halagas al decir que me tuviste en mente para eso, yo siempre pensé que algún día tú y yo... - volví a acercar mi rostro al de ella y rocé a propósito mi nariz con la de ella. - Tampoco dije que tenía que ser en este momento - mi voz sonó dulce y tierna, algo que no había escuchado en mí desde hacía mucho, muchísimo tiempo. Deposité un beso fugáz en su frente y le sonreí con ternura. No esperé que ella cambiara de opinión, pero ya le había explicado las razones que se contraponían a lo que ella decía, si esto hubiera sido una competencia para ver quien tenía la razón, era seguro que yo hubiera ganado, pero no lo era y de pronto me sentí muy bien de darme cuenta que ella y yo seguíamos siendo tan cercanos y buenos amigos como hacía seis años, cuando nos conocimos. Si alguien se atrevía a lastimarla estaba seguro de que lo partiría en dos.

No iba a obligar a Allie a nada, si ni siquiera obligaba a Cassandra a nada, menos a ella. Por sobre todas las cosas la respetaba porque era mi amiga y había sido un gran amor en mi vida, sin duda nunca la olvidaría. La escuché atentamente. Ella no estaba muy al tanto de lo que pasaba con Cassandra y agradecía que no me lo preguntara más porque no quería ponerme triste de nuevo, ahora que por fin había mejorado mi ánimo.

Era cierto cuando ella decía que yo amaba a Cassandra, no podía ocultar algo así, la amaba tanto que apesar de estar en una picina con otra chica era evidente que amaba a mi chica, si es que todavía lo era... que patético debía de ser eso. Ella besó mi mejilla y le sonreí. Estaba a punto de romper con la seriedad del momento, iba a jalarle una pierna para que cayera dentro del agua pero dijo algo que era completamente cierto y me hizo sentir feliz, contento de saber que había alguien que me amaba de una manera que nadie me amaría y que sabía eso no cambiaría apesar de las cosas que hiciera en la vida. Era muy dichoso porque así fuera, era una persona súmamente afortunada porque Allie fuera a estar para mí siempre. Pero antes de poder decir nada y antes de jalar su pierna, ella agarró mi cabeza y me introdujo en el agua "Maldita embustera!" pensé mientras el aire salía por mi nariz y entonces si que la tomé por la cintura y la obligué a entrar al agua. Saqué apenas la cabeza al exterior y tomé aire, luego volí a introducirme jalándola hasta el fondo y luego de solo un par de segundos le saqué la lengua y la solté.

Salimos del agua y tosí un par de veces porque había ingerido algunos líquidos por la nariz. - Sabes que si Cassandra se entera que nadamos desnudos me matará y luego irá por tí de postre? - mi voz sonaba alegre, pero era verdad. Mala manera de terminar la plática tan formal que habíamos tenido pero no podía dejar de pensar en ella. - Pero no te preocupes la dejará cansada para que te sea sencillo acabar con ella - le guiñé un ojo para destacar que realmente bromeaba, nunca dejaría que Cassandra fuera a molestar a Allie, no después de la última vez que se habían visto y ella le había dicho que se alejara de mí. Dí un par de brazadas hacia la orilla y con un salto quedé sentado fuera de la pequeña alberquita, completamente desnudo. Tomé mi toalla y me sequé la cabeza, me puse de pie dándole la espalda a Allie y me puse la toalla al rededor de la cadera.

Acerqué las cosas de Allie a la orilla de la picina y me puse en cuclillas mientras me ponía la playera. - Te agradezco mucho todo, ha sido agradable que podamos platicar así, te quiero - le lancé un beso con la mano hacia el aire y guiñé un ojo. Me puse la ropa interior y los pantalones rápidamente, mi cabello aún escurría agua. Tomé los tennis con la mano y enrredé mi bufanda en mi cuello. - Debo irme porque tengo que terminar el trabajo de Zerga o me matará... no te pierdas de regreso a la torre - me despedí una última vez con la mano y salí del baño no sin antes mirar a la sirena del cuadro que nos había estado observando todo el rato.