Is it too late?,.-

Segundo domingo de septiembre por la mañana / 16°. / Pius Malfoy

¿Qué podía hacer ella al respecto? Nada, absolutamente nada. Si sus amigas seguían molestándole terminaría por reaccionar mal, no quería oír una palabra más acerca de James Potter por una semana entera. Sus músculos aún sentían el peso del entrenamiento del día anterior, aunque claro que era normal, habían entrenado hasta el cansancio, cómo debía ser si querían dar un buen papel en el primer partido contra Slytherin, ni más ni menos. Suspiró con ganas, no tenía hambre así que se salteó el desayuno y se dirigió hacia los jardines, con la mochila colgandole al hombro y Marvin entre sus brazos. Su gato se volvía algo más robusto todos los días, tal vez debería comenzar a restringir más sus alimentos, y basarlo un poco más en vegetales y en porciones más chicas. Le gustaba que estuviera bien y sería malo si enfermara y tuviera que molestar a alguien pidiendo ayuda por eso. Había sido un regalo muy especial por parte de su hermano y lo cuidaba con la vida.
Entre bostezos, abandonó el castillo. Iba lo suficientemente abrigada como para no pasar demasiado frío, pero tampoco en exageración.

Buscó un lugar bajo un árbol que estaba cerca al famoso sauce, seguro que pronto el calor empezaría a aflorar y no quería tener que volver a moverse. Suspirando levemente, apoyó su espalda contra el árbol, semi acostándose en él. Con su mascota tranquilamente recostada sobre su regazo, se estiró y alcanzó su mochila. Buscó la novela que había empezado a leer la noche anterior y la abrió. Se distraería de los libros de texto de las asignaturas con aquello que poseía entre las manos.
Acaricia suavemente el pelaje del felino, sintiendo sus suaves ronroneos que lograban quitarle una sonrisa y uno que otro bostezo. Eso siempre la calmaba, pero eran pocos los que estaban al tanto de ello.

Pero podía presentir que su calma no dudaría mucho, y su pensamiento se hizo físico cuando vió que Scorpius Malfoy salía del castillo al igual que ella.Entre bufidos, se ocultó tras su libro, no tenía ganas de discutir con el por aquellas horas.

Maldito James Sirius Potter! Esta vez si que se las cobraría, lo había agarrado infragati en el baño de prefecto mientras el rubio intentaba arreglarse el cabello y se miraba en el espejo pensando en que no había nada más lindo que verse al despertar, su prima mentía al decir que era un despojo humano al levantarse por la mañana, ya estaba cambiado y listo para una mañana tranquila en el castillo cuando el grifo se había vuelto loco y lo había empapado de pies a cabeza. Esta vez el maldito Gryffindor se las iba a pagar de veras. Como alma que lleva el diablo Scorpius salió de allí tomando su bolso en el camino y corrió en dirección hacia dode creía haber visto la sombra de ese malnacido esconderse. Estaba furioso y eso no era bueno, era un hombre calmo, hasta que le tocaban las narices. Sus pasos retumbaron en las paredes del pasillo que daba al jardín hasta dejar de oírse cuando salió de éste. El rubio miró a su derecha y solo vió a un par de alumnos de Dumstrang hablando entre ellos, volteó a la izquierda pero no había nada que le diera indicios de que Potter estaba por allí.

Sacó su varita y se secó la túnica caminando, sin dejar de estar atento a cualquier ruido por si veía al idiota ese. A la distancia había visualizado a la pequeña Potter pero en un primer momento había pasado de ella. No le agradaba, en realidad le importaba muy poco pero era la hermana de James y de seguro sabía donde éste estaba. Con ese paso firme y elegante Malfoy caminó sacudiendose el agua del cabello que caía en pequeñas gotitas, dos chicas de Hufflepuff suspiraron al verlo aunque las hubiera salpicado.

- Lily Luna Potter.. - murmuró con esas arrastradas palabras, com si la chica aún no supiera como se llamaba - Es una suerte encontrarte aquí, aunque diría que la suerte es mía, no me iré por las ramas.. - su varita estaba alzada, Scorpius había hecho levitar al gato mierdero ese por los aires, a la altura de la copa del árbol. - Ahora dime, donde está el idiota de tu hermano si no quieres que tu gato sea pisoteado por el sauce.. - le dijo en un tono más suave, como si de verdad no la estuviera amenazando. Scorpius la miraba con el ceño fruncido.

La pelirroja no pudo evitar observar por encima de su libro que el rubio estaba empapado ylo primero que se le vino a la mente fue la cara de su hermano. Genial, ahora como el otro no tenía mejor idea quehuir tendría que arreglarselas con el. Perfecto, simplemente genial, ahi se iba a la basura sus planes de pasar un rato relajada. Acarició a Marvin, a el tampoco es que le agradara demasiado el rubio. Suspiró con fuerza y siguió fingiendo leer aquella novela hasta que Malfoy finalmente se acercó. Le miró ceñuda, escuchando como la trataba y haciendo caso omiso a las chicas que se babeaban por el. De seguro si Scorpius las molestara como a ella, se harían pipi encima. Menudas tontas.

Lily reaccionó de inmediato al sentir como su gato se quejaba al ser elevado por los aires-¡Malfoy! Bájalo!-pidió, o más exijió, totalmente fuera de quicio, se acercó a el con la intención de golpearle, no tenía ni la más mínima idea de donde estaría James, pero si le pasaba algo a su gato moriría la mitad de hogwarts, fijo.
Se acercó a el, llena de furia, haciendo honor a su cabello color fuego. Le tomó por la solapas de su camisa y lo atrajo hacia ella con brusquedad-Lo bajas-le dijo, cerca, invadiendo su espacio personal con la mirada. No le costaría demasiado sacar su varita, aunque no muchos tendrían las agallas de enfrentarse a uno de último curso, o más bien al mismísimo Malfoy.

Merlín, aquello no podría llegar a tener un buen fin, no era más que un poco de agua y ella no había tenido nada que ver, y mucho menos su pobre mascota.

Así era el caso, James lo molestaba y podía llegar a agarrarselas con cualquiera que lo conociera y siente un mínimo de cariño por el castaño, exceptuando a Rose y Albus claro estaba, todos los demás le molestaban, no deberían estar allí, paboneandose, idiotas, cerdos y todo lo demás que no se atrevería a nombrar en palabras, primero estaba el respeto. Já. Y allí el respeto se lo pasaba por donde no le daba el sol en verano. Scorpius se entrentó a la pelirroja bajita, a pesar de ser solo un año menor que él le parecía un bebé recien nacido, nada que activase su persuación natural ni las ganas de follarla como a las demás de su lista.

El gato se acercaba peligrosamente al sauce boxeador, si ella hacía algo sería mejor que comenzase a preparar el lecho de muerte del bicho asqueroso ese. Cuando la pelirroja lo tomó de la camisa frunció el ceño pidiendole distancia de inmediato, no le gustaba que lo tocaran, y si, era caprichoso y estaba enfadado, su mano temblaba apuntando al gato y mirandola a ella. - Quiero saber a donde está Potter.. - volvió a espetarle, perdiendo los estribos, el rostro rojo de Lily Luna no era nada comparado con las mejillas sonrrojadas del rubio, demasiado pálido como para que ese color inundase éstas como manchas fuertes debajo de los ojos.

Estaba realmente enojado, le importaba un comino todo lo que el rubio podría llegar a decir, meterse con Marvin por James, simplemente, era un gravísimo error con ella. Sus ojos prácticamente se lo comieron vivo durante unos pocos segundos más, antes de que le empujara con fuera, poniendo un pie detrás de los suyos para que cayera de espalda. Rápidamente logró sacar su varita y le miró, apuntandole con la expresión más seria que jamás había adoptado con el, probablemente.- No sé en dónde está James, baja a mi gato-amenaza con su varita, hay algo desconocido fluyendo por sus venas en ese instante, esas insaciables ganas de matar al rubio frene a ella. Gruñe, inevitablemente, como un perro a punto de morder- ¡AHORA MALFOY!- exije, en voz alta.

No suele levantar el tono pero la situación ya la ha superado por lo que ahora, no puede detenerse, se acerca incluso más a él mientras está recostado en el suelo. Tiene tan solo dos o tres segundos más antes de que ella intente reaccionar rápido, petrificarlo y enseguida después, recuperar a su pobre e indefenso gato. No le entraba en la cabeza, simplemente, porque mierda el y su hermano tenían que tener tantos problemas, era insorpotable pero si se ignoraran, la vida de unos cuántos estudiantes sería más sencilla, INCLUYENDOLA A ELLA.
-Tienes tres segundos-avisa,entrecierra los ojos-Uno..-comienza a contar, con esa sasón inundandole la boca. Furiosa, molesta, completamente molesta-Dos...