De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
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De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Mediados de Octubre / Sàbado/ Viento Otoñal
La ráfaga de viento me empujó contra las gradas y caí al suelo como una hoja más de este otoño que promete un horrible invierno. Así no más, dejé de tener control sobre mi escoba y fui a parar al césped, haciéndome una horrible herida en el codo y alguna dobladez en el brazo derecho que me da miedo de pensar que pueda ser un esguince. ¡No puedo herirme de tal modo a tan poco del primer partido de la temporada!.
Ahora voy camino a la enfermería. En el pasillo más de una persona se detiene a preguntarme qué me pasó, ya que mi traje de deporte está embarrado y camino sujetándome el brazo derecho con la otra mano. Yo sólo doy como respuesta - Nada, nada grave- y continúo mi camino, admirando como va quedando menos para llegar a la enfermería.
Me detengo frente a la puerta y entro sin tocar. Mis pies han dejado a lo largo del camino las huellas de mis pasos con barro. Ese pasillo está desierto, pues la mayoría de los alumnos van rumbo al Gran Comedor a esa hora, con hambre de cena.
La penumbra de la habitación me recibe y me cuesta acomodar mis ojos a tal oscuridad. Me adentro en esa sala de peculiares aromas, a alcohol y a pociones ácidas propias de los menjunjes que usa la enfermera.
- ¿Aló?- llamo parándome frente a una camilla y apoyando el peso de mi cuerpo sobre ella, sin tomar asiento aún-. Necesito ayuda- señalo con un tono de mandamás que se parece al de mi madre, muy distinto al rogar ayuda, sino más parecido a exigirla.-. ¿Dónde se encontrará la enfermera?- murmuro arrugando un poco el ceño. Lo que me faltaba... ¡estar adolorida y que nadie me pueda calmar este molesto dolor!
La ráfaga de viento me empujó contra las gradas y caí al suelo como una hoja más de este otoño que promete un horrible invierno. Así no más, dejé de tener control sobre mi escoba y fui a parar al césped, haciéndome una horrible herida en el codo y alguna dobladez en el brazo derecho que me da miedo de pensar que pueda ser un esguince. ¡No puedo herirme de tal modo a tan poco del primer partido de la temporada!.
Ahora voy camino a la enfermería. En el pasillo más de una persona se detiene a preguntarme qué me pasó, ya que mi traje de deporte está embarrado y camino sujetándome el brazo derecho con la otra mano. Yo sólo doy como respuesta - Nada, nada grave- y continúo mi camino, admirando como va quedando menos para llegar a la enfermería.
Me detengo frente a la puerta y entro sin tocar. Mis pies han dejado a lo largo del camino las huellas de mis pasos con barro. Ese pasillo está desierto, pues la mayoría de los alumnos van rumbo al Gran Comedor a esa hora, con hambre de cena.
La penumbra de la habitación me recibe y me cuesta acomodar mis ojos a tal oscuridad. Me adentro en esa sala de peculiares aromas, a alcohol y a pociones ácidas propias de los menjunjes que usa la enfermera.
- ¿Aló?- llamo parándome frente a una camilla y apoyando el peso de mi cuerpo sobre ella, sin tomar asiento aún-. Necesito ayuda- señalo con un tono de mandamás que se parece al de mi madre, muy distinto al rogar ayuda, sino más parecido a exigirla.-. ¿Dónde se encontrará la enfermera?- murmuro arrugando un poco el ceño. Lo que me faltaba... ¡estar adolorida y que nadie me pueda calmar este molesto dolor!
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
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Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Mi uniforme terriblemente sucio cayó a una cesta de ropa mientras tomaba una ducha tibia, el clima había estado realmente frío este día, mis manos quitaron todo rastro de barro y hojas de mi cabello con cuidado mientras terminaba de caer aquel rastro de suciedad de mi cuerpo, mis manos se alejaron de mi cabello atrapando una toalla que se enredo facilmente en mi cabello que gracias a que no había tocado tijeras en meses caía libremente por mi espalda media, me salí del baño secando cada parte de mi cuerpo mientras me colocaba un uniforme limpio, un leve escosor en mi rodilla me advirtió que el lugar donde la bluddger había golpeado se había roto un poco, me agaché para observar mientras quitaba el paño de mi cabeza, alguien entro en la habitación y me gire suavemente para toparme de frente con un rostro infantil que no pertenecía a ninguna de mis compañeras, mis labios se separaron suavemente. -¿Que quieres?- le dije a la pequeña que estaba frente a mi.
-Acabo de ver a Cassandra, iba malherida hacia la enfermería- La pequeña ni había acabado cuando estaba colocandome las botas y rápidamente corrí hacia la enfermería, no sabía que le había pasado exactamente a Cassie, pero había insistido en quedarse entrenando un rato más con el pretexto de que la temporada de quidditch estaba cerca.
Mi cabello húmedo golpeteaba mi espalda cubierta por mi camisa solamente a pesar del frío que hacía, mis pies volaban por los pasillos, hacia el lugar más cercano a la enfermería, era como sí de pronto un golpe de adrenalina hubiese recorrido mi cuerpo, no sabía que tan grave sería lo de Cass, pero conociendo su cabeza dura, no aceptaría lo mal que estaba hasta que alguien más se lo dijera.
Cassie era como mi hermana, y a veces como si fuera la menor, había que cuidarla de sus propias manos, mis pies frenaron justo enfrente de la enfermería mientras veía a la enfermera venir por el pasillo opuesto, abrí la puerta mientras buscaba con la mirada a la rubia, mis ojos se toparon con los suyos, mientras corría hacia ella, con cuidado de no chocar con su cuerpo. -Cassie, ¿Que paso?-.
La voz de la enfermera me hizo voltearme suavemente sin esperar respuesta alguna de mi amiga, hacia ella, indicandole con la cabeza que Cass estaba lastimada, después de todo no entendía por que no la habían atendido aún, di un paso hacia atrás colocandome junto a Cassie, mientras mi mano se posaba en su hombro suavemente dandole mi apoyo emocional.
-Acabo de ver a Cassandra, iba malherida hacia la enfermería- La pequeña ni había acabado cuando estaba colocandome las botas y rápidamente corrí hacia la enfermería, no sabía que le había pasado exactamente a Cassie, pero había insistido en quedarse entrenando un rato más con el pretexto de que la temporada de quidditch estaba cerca.
Mi cabello húmedo golpeteaba mi espalda cubierta por mi camisa solamente a pesar del frío que hacía, mis pies volaban por los pasillos, hacia el lugar más cercano a la enfermería, era como sí de pronto un golpe de adrenalina hubiese recorrido mi cuerpo, no sabía que tan grave sería lo de Cass, pero conociendo su cabeza dura, no aceptaría lo mal que estaba hasta que alguien más se lo dijera.
Cassie era como mi hermana, y a veces como si fuera la menor, había que cuidarla de sus propias manos, mis pies frenaron justo enfrente de la enfermería mientras veía a la enfermera venir por el pasillo opuesto, abrí la puerta mientras buscaba con la mirada a la rubia, mis ojos se toparon con los suyos, mientras corría hacia ella, con cuidado de no chocar con su cuerpo. -Cassie, ¿Que paso?-.
La voz de la enfermera me hizo voltearme suavemente sin esperar respuesta alguna de mi amiga, hacia ella, indicandole con la cabeza que Cass estaba lastimada, después de todo no entendía por que no la habían atendido aún, di un paso hacia atrás colocandome junto a Cassie, mientras mi mano se posaba en su hombro suavemente dandole mi apoyo emocional.
Adhara RubinsenSLYTHERIN - Mensajes : 608
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Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Mis ojos se acostumbrarona la oscuridad de la enfermería cuando la puerta se abrió. Rápidamente identifiqué a Addy, quien se notaba se había mandado toda una carrera desde donde sea que hubiese estado hasta acá. A veces me sorprendía la capacidad de los alumnos de esparcir una noticia- y en muchos casos sólo rumores-, pues yo a penas me había sentado sobre la camilla cuando Addy ya estaba en el lugar, de seguro avisada por alguno de los curiosos que me había visto caminar rumbo a la enfermería.
- Sólo me caí. Nada grave- le dije a mi amiga sin dejar de sujetar mi braco con mi mano. Estaba segura que ella no me creeria eso de "no es nada grave", pero lo importante era que la enfermera lo creyera, pues no me podía perder el primer partido de la temporada.
A los pocos segundos la puerta se abrió nuevamente y entró la enfermera. La miré aún con el ceño algo enojado, y ella nos dirigió una sonrisa mientras prendía la luz. La enfermería estaba vacía, y el aroma a alcohol y hierbas se elevaba por la estancia. Giré la cabeza y miré a Addy, sonriéndole para tranquilizarla-. Si casi ni me duele- repetí en el momento que la enfermera se acercaba a nosotras y comenzaba a inspeccionar.
Lo primero que hizo la muy bruta fue tomar mi brazo y estirarlo del todo. Me mordí el labio inferior con fuerza para evitar un grito. ¡Eso me había dolido!, aunque no tenía ni la menor intención de reconocerlo.
- ¿Te duele? - me preguntó mirándomes con una dulzura en sus ojos que me enfermaba un poco.
- No...- respondí en un hilo de voz-. No sentí nada raro- me atreví a agregar, afirmando mi voz y relajando mi mandíbula.
Sin embargo, el problema de la situación no sería tanto engañar a la enfermera. Sino que la difiultad estaba en engañar a Addy, pues ella sabía que yo era capaz de mentir a todo lo que me diera y soportar cualquier dolor con tal de jugar al Quidditch.
- Sólo me caí. Nada grave- le dije a mi amiga sin dejar de sujetar mi braco con mi mano. Estaba segura que ella no me creeria eso de "no es nada grave", pero lo importante era que la enfermera lo creyera, pues no me podía perder el primer partido de la temporada.
A los pocos segundos la puerta se abrió nuevamente y entró la enfermera. La miré aún con el ceño algo enojado, y ella nos dirigió una sonrisa mientras prendía la luz. La enfermería estaba vacía, y el aroma a alcohol y hierbas se elevaba por la estancia. Giré la cabeza y miré a Addy, sonriéndole para tranquilizarla-. Si casi ni me duele- repetí en el momento que la enfermera se acercaba a nosotras y comenzaba a inspeccionar.
Lo primero que hizo la muy bruta fue tomar mi brazo y estirarlo del todo. Me mordí el labio inferior con fuerza para evitar un grito. ¡Eso me había dolido!, aunque no tenía ni la menor intención de reconocerlo.
- ¿Te duele? - me preguntó mirándomes con una dulzura en sus ojos que me enfermaba un poco.
- No...- respondí en un hilo de voz-. No sentí nada raro- me atreví a agregar, afirmando mi voz y relajando mi mandíbula.
Sin embargo, el problema de la situación no sería tanto engañar a la enfermera. Sino que la difiultad estaba en engañar a Addy, pues ella sabía que yo era capaz de mentir a todo lo que me diera y soportar cualquier dolor con tal de jugar al Quidditch.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
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Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
-No es nada grave- Salió de la boca de mi mejor amiga, y a ver es que si alguien conocía a Cassie era yo, por lo mismo sabía que cualquier intento de persuación sería en vano, además no podíamos perder a la mejor cazadora del equipo no en este momento, sí nos ibamos a enfrentar a Dumstrang y a Gryffindor, necesitabamos el equipo completo, y no era solamente una cazadora, Cassie era capaz de hacer con sus ordenes muchas veces que Scor, Al y yo reaccionaramos con fiereza, definitivamente la necesitabamos en todos los aspectos posibles, sin embargo no pude evitar rodar los ojos enfadada por la mentira.
Cuando la enfermera jalo el brazo de mi amiga, mi ceño se arrugo severamente. -Tenga cuidado, es una jugadora de quidditch- Dije como si fuera evidente que por eso merecía un trato especial además de su casa, su apellido y tantas cosas más, por lo que cualquiera de nosotras merecía ser tratada con el cuidado de un ángel. Ella me miró con fastidio. -Se lo que hago señorita Rubinsen- Una respuesta de duda iba a salir de mis labios, pero bien sabía que donde me atreviera a hablar podría lastimar más a la rubia, cosa que obviamente no deseaba.
-Estaras bien- Dije colocandome a su lado y estrechando suavemente su mano para que sirviera de apoyo, aunque donde la estrujara con fuerza, ya seriamos dos del equipo fuera, la enfermera prosiguió masajeando el brazo de mi amiga, mientras yo la miraba con recelo, mi mirada se clavó en los ojos claros de mi amiga.
-¿Que fue lo que te sucedio, Cassie?- Pregunté mientras me sentaba cerca de ella, para que no se sintiera sola, hasta la más ruda de las personas necesita un poco de ayuda cuando esta adolorida, la enferma se quedo mirando nuestra conversación más de la cuenta, por lo que carraspé y le indiqué con la barbilla que prosiguiera con los cuidados para con mi amiga.
Cuando la enfermera jalo el brazo de mi amiga, mi ceño se arrugo severamente. -Tenga cuidado, es una jugadora de quidditch- Dije como si fuera evidente que por eso merecía un trato especial además de su casa, su apellido y tantas cosas más, por lo que cualquiera de nosotras merecía ser tratada con el cuidado de un ángel. Ella me miró con fastidio. -Se lo que hago señorita Rubinsen- Una respuesta de duda iba a salir de mis labios, pero bien sabía que donde me atreviera a hablar podría lastimar más a la rubia, cosa que obviamente no deseaba.
-Estaras bien- Dije colocandome a su lado y estrechando suavemente su mano para que sirviera de apoyo, aunque donde la estrujara con fuerza, ya seriamos dos del equipo fuera, la enfermera prosiguió masajeando el brazo de mi amiga, mientras yo la miraba con recelo, mi mirada se clavó en los ojos claros de mi amiga.
-¿Que fue lo que te sucedio, Cassie?- Pregunté mientras me sentaba cerca de ella, para que no se sintiera sola, hasta la más ruda de las personas necesita un poco de ayuda cuando esta adolorida, la enferma se quedo mirando nuestra conversación más de la cuenta, por lo que carraspé y le indiqué con la barbilla que prosiguiera con los cuidados para con mi amiga.
Adhara RubinsenSLYTHERIN - Mensajes : 608
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Fecha de inscripción : 22/03/2011
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Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Tal vez hoy no tendría que haberme levantado de la cama y simplemente seguir sumergido en ese mundo de descanso apacible que era un sueño para todo aquel que le guste dormir. Hubiese sido lo mejor ya que no sé porque obra o acto del destino me había despertado con un dolor de cabezas insoportable. Parecía que había una guerra con bombas y armas nucleares dentro de mi cráneo haciendo trizas mi cerebro. Bueno tal vez exageraba un poco pero si dolía bastante.
El aire afuera estaba algo frio y pensé que lejos del ambiente apretado donde estaban todos los alumnos. En un lugar abierto donde mi mente se despeje ese dolor iba a pasar pero todo lo contrario. La luz del sol me parecía de cierta forma insoportable, ni bajo la sombra de un árbol podía pasarme y al contrario de todo lo que pensaba solo siguió insoportable como había estado desde que me levante. Estaba tomando frio para el colmo de los colmos en la sombra. Además de tener un dolor insoportable en la cabeza iba a pescar un resfriado. Con eso iba a estar mi día completo sin faltas de detallo. Me levante para volver a entrar y dirigirme a la sala común donde iba a tratar de estar relajado para que se me pasara. Tal vez era hambre o me estaba por enfermar gravemente o migraña. Esperaba que no sea lo ultimo porque sino juro que me cortaría la cabeza.
Llegue a la sala común de Gryffindor luego de un paso calmado por el castillo. Mi cara era la peor que se podría haber visto desde hace mucho tiempo. Me senté en el sofá entre suspiros y tome un diario de los que estaban sobre la mesa. Era raro que lea teniendo dolor de cabeza tan molesto pero trataba de distraerme por ahí si no estaba tan atento se me pasaría. Tan rápido como agarre el diario un compañero me miro raramente – Hey Caleb te ves pésimo hoy ¿Te pasa algo? – Dijo mientras le dirigía la mirada dejando el diario sobre la meza porque no lo iba a leer menos como me encontraba – Pu… pues es este do… dolor de cabeza que me está molestando – Conteste. No me había visto bien en el espejo, y no podía verme en el reflejo que provocaban los ojos de mi compañero porque estaba lejos así que no sabía cómo se veían mis expresiones – Parece que un Trol te paso por arriba. Deberías ir a la enfermería – Hice un gesto diciendo que si con la cabeza y me pare para dirigirme a la enfermería. Iba a ser como la tercera vez que vería ese lugar, trataba de evitarlo pero muchas veces era muy difícil.
Me encontré con la enfermería luego de varios minutos de caminar. Entre con la cabeza agachada escuchando la voz de dos chicas conversar mientras le enfermera las atendía. Me senté en una camilla esperando que me atendiera. Solo quería que no me haga esperar porque ya estaba bastante a disgustado con este dolor tan molesto. Otra enfermera llego a mi rescate mirándome, viendo mi apariencia que daba pena - ¿Tu que tienes? – Pregunto con una voz bastante gruñona – hemm… pues… me… me duele la ca… cabeza – Me miro como “¿Y por algo así vienes?” y preparo una extraña cosa en un recipiente – Toma, bebe – Dijo y se retiro. Bebí aquello que me ordeno tomar. Al tocar mi lengua sentí un sabor horrible… mejor no describir a que sabia y me dejo medio mareado. Comencé a escupir y hacer cara de asco. Me quede sentado sobre la camilla porque ahora me encontraba algo mareado.
El aire afuera estaba algo frio y pensé que lejos del ambiente apretado donde estaban todos los alumnos. En un lugar abierto donde mi mente se despeje ese dolor iba a pasar pero todo lo contrario. La luz del sol me parecía de cierta forma insoportable, ni bajo la sombra de un árbol podía pasarme y al contrario de todo lo que pensaba solo siguió insoportable como había estado desde que me levante. Estaba tomando frio para el colmo de los colmos en la sombra. Además de tener un dolor insoportable en la cabeza iba a pescar un resfriado. Con eso iba a estar mi día completo sin faltas de detallo. Me levante para volver a entrar y dirigirme a la sala común donde iba a tratar de estar relajado para que se me pasara. Tal vez era hambre o me estaba por enfermar gravemente o migraña. Esperaba que no sea lo ultimo porque sino juro que me cortaría la cabeza.
Llegue a la sala común de Gryffindor luego de un paso calmado por el castillo. Mi cara era la peor que se podría haber visto desde hace mucho tiempo. Me senté en el sofá entre suspiros y tome un diario de los que estaban sobre la mesa. Era raro que lea teniendo dolor de cabeza tan molesto pero trataba de distraerme por ahí si no estaba tan atento se me pasaría. Tan rápido como agarre el diario un compañero me miro raramente – Hey Caleb te ves pésimo hoy ¿Te pasa algo? – Dijo mientras le dirigía la mirada dejando el diario sobre la meza porque no lo iba a leer menos como me encontraba – Pu… pues es este do… dolor de cabeza que me está molestando – Conteste. No me había visto bien en el espejo, y no podía verme en el reflejo que provocaban los ojos de mi compañero porque estaba lejos así que no sabía cómo se veían mis expresiones – Parece que un Trol te paso por arriba. Deberías ir a la enfermería – Hice un gesto diciendo que si con la cabeza y me pare para dirigirme a la enfermería. Iba a ser como la tercera vez que vería ese lugar, trataba de evitarlo pero muchas veces era muy difícil.
Me encontré con la enfermería luego de varios minutos de caminar. Entre con la cabeza agachada escuchando la voz de dos chicas conversar mientras le enfermera las atendía. Me senté en una camilla esperando que me atendiera. Solo quería que no me haga esperar porque ya estaba bastante a disgustado con este dolor tan molesto. Otra enfermera llego a mi rescate mirándome, viendo mi apariencia que daba pena - ¿Tu que tienes? – Pregunto con una voz bastante gruñona – hemm… pues… me… me duele la ca… cabeza – Me miro como “¿Y por algo así vienes?” y preparo una extraña cosa en un recipiente – Toma, bebe – Dijo y se retiro. Bebí aquello que me ordeno tomar. Al tocar mi lengua sentí un sabor horrible… mejor no describir a que sabia y me dejo medio mareado. Comencé a escupir y hacer cara de asco. Me quede sentado sobre la camilla porque ahora me encontraba algo mareado.
Caleb WhiteGRYFFINDOR - Mensajes : 60
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Fecha de inscripción : 02/08/2011
Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Soportaba el dolor estoicamente, evitando levantar sospecha sobre la enfermera para que no me impidiera jugar al Quidditch. Addy estaba sentada a mi lado, brindándome su apoyo mientras yo mantenía mi rostro sin gesto alguno. Cualquier mueca de dolor me podía descubrir de mi asombrosa actuación.
- Sólo tuve unos ligeros problemas técnicos- le dije a mi amiga sin entrar en detalles, pues la enfermera parecía de lo más atenta a nuestra conversación. La puerta entonces se abrió y noté a un chico que entraba a la sala. Su rostro estaba pálido y, de primera impresión, él parecía más necesitado de un calmante que yo.
Tuve que soportar un gemido mordiéndome los labios cuando la enfermera giró mi brazo con un poco más de brusquedad. Aparté mi brazo de las manos de la enfermera, y la miré algo enojada elevando mi mentón, en un gesto propio de mi madre que había adquirido con los años de convivir entre Nott's-. ¿Puede darme un calmante y ya?- pregunté con un tono autoritario. La enfermera negó con la cabeza y me miró de manera amenazante. Esa mujer parecía tener un gran carácter-. No. Tienes una lesión, así que deberás guardar reposo de tu brazo y usar un yeso durante una semana- me dijo sin más.
En un actuar impulsivo me puse de pie, exclamando un exagerado-. ¡¿Qué?!- mientras mi brazo caía a mi lado. Tras ello sentí un dolor intenso como si una aguja enorme fuera clavada en cada nervio de mi antebrazo. Rápidamente tomé con mi brazo bueno mi brazo malo, mas mi mirada se mantuvo desafiante hacia la enfermera-. Yo no puedo usar nada así. Tengo que practicar Quidditch hasta morir en el intento. ¿Entendió?. ¡Hasta morir!- grité en un arranque de furia como los que me daba contra mi padre cada cierto tiempo.
Me alejé de la camilla y caminé por la enfermería buscando algún calmante en alguna de las mesas-. Sólo necesito un calmante y estaré bien- repetí en voz alta mirando para todas partes-. ¡Deme un calmante!- exigí, caminando de espalda y chocando con el chico que había entrado hace unos minutos, golpeando sus piernas que colgaban de la camilla con mi cuerpo.
- Sólo tuve unos ligeros problemas técnicos- le dije a mi amiga sin entrar en detalles, pues la enfermera parecía de lo más atenta a nuestra conversación. La puerta entonces se abrió y noté a un chico que entraba a la sala. Su rostro estaba pálido y, de primera impresión, él parecía más necesitado de un calmante que yo.
Tuve que soportar un gemido mordiéndome los labios cuando la enfermera giró mi brazo con un poco más de brusquedad. Aparté mi brazo de las manos de la enfermera, y la miré algo enojada elevando mi mentón, en un gesto propio de mi madre que había adquirido con los años de convivir entre Nott's-. ¿Puede darme un calmante y ya?- pregunté con un tono autoritario. La enfermera negó con la cabeza y me miró de manera amenazante. Esa mujer parecía tener un gran carácter-. No. Tienes una lesión, así que deberás guardar reposo de tu brazo y usar un yeso durante una semana- me dijo sin más.
En un actuar impulsivo me puse de pie, exclamando un exagerado-. ¡¿Qué?!- mientras mi brazo caía a mi lado. Tras ello sentí un dolor intenso como si una aguja enorme fuera clavada en cada nervio de mi antebrazo. Rápidamente tomé con mi brazo bueno mi brazo malo, mas mi mirada se mantuvo desafiante hacia la enfermera-. Yo no puedo usar nada así. Tengo que practicar Quidditch hasta morir en el intento. ¿Entendió?. ¡Hasta morir!- grité en un arranque de furia como los que me daba contra mi padre cada cierto tiempo.
Me alejé de la camilla y caminé por la enfermería buscando algún calmante en alguna de las mesas-. Sólo necesito un calmante y estaré bien- repetí en voz alta mirando para todas partes-. ¡Deme un calmante!- exigí, caminando de espalda y chocando con el chico que había entrado hace unos minutos, golpeando sus piernas que colgaban de la camilla con mi cuerpo.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
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Fecha de inscripción : 19/03/2011
Localización : En un lugar que nunca adivinarás
Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
-Cassandra relajate- Exigió por encima de la voz de la rubia y de la enfermera, mientras se levantaba tratando de que su amiga volviese a su lugar y descansará. -A ver Cass solo usalo estarás bien para la temporada de quidditch. ¡Que te calmes!- Pero mi amiga se había puesto de pie y tropezado con un chico que recién había entrado a la enfermería, pero estaba tan absorta en cass que ni siquiera le había prestado atención hasta ese momento, era Caleb White uno de los Gryffindor's más timidos de la historia, sonreí suavemente mientras caminaba hacia mi amiga, tomandola por el brazo sano. -Ven Cass, deja que te pongan esa cosa, te prometo que igual entrenare contigo- Ladeé mi cabeza y mi cabello cayó en efecto cascada sobre ese lado. -Hola White-.
Dije mientras me sentaba de nuevo en la camilla, esperando a que Cass me siguiera, sabía que su incapacidad era una tragedia, pero entre más interrumpiera el proceso de sanación, sería peor tanto para ella como para el equipo, me quedé viendola seriamente mientras mis ojos pasaban del gryffindor a mi amiga y así sucesivamente.
-¿Y a tí que te paso White? Dejame adivinar, alguno de tus chistosos amigos, te tiro por las escaleras movedizas- Me animé a soltar alguna de mis ocurrencias hipoteticas, aunque en verdad se le veía una mala cara, talvez era solamente una de esas gripes mágicas, que recordando eso alguna vez papá había dicho que había una tan fuerte que cuando estornudabas desaparecías por 4 segundos, rodeé los ojos, eso probablemente era una exageración de mi padre.
Dije mientras me sentaba de nuevo en la camilla, esperando a que Cass me siguiera, sabía que su incapacidad era una tragedia, pero entre más interrumpiera el proceso de sanación, sería peor tanto para ella como para el equipo, me quedé viendola seriamente mientras mis ojos pasaban del gryffindor a mi amiga y así sucesivamente.
-¿Y a tí que te paso White? Dejame adivinar, alguno de tus chistosos amigos, te tiro por las escaleras movedizas- Me animé a soltar alguna de mis ocurrencias hipoteticas, aunque en verdad se le veía una mala cara, talvez era solamente una de esas gripes mágicas, que recordando eso alguna vez papá había dicho que había una tan fuerte que cuando estornudabas desaparecías por 4 segundos, rodeé los ojos, eso probablemente era una exageración de mi padre.
Adhara RubinsenSLYTHERIN - Mensajes : 608
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Fecha de inscripción : 22/03/2011
Localización : Donde menos lo esperas
Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Dolor de cabezas, mareos, dolor, mareos. El bochinche de mis compañeras por una razón específica claro estaba. A todo eso se le sumaba que ahora la boca me sabía rara, con un gusto amargo que había aparecido desde que tome aquella pócima que me dio de mala gana la enfermera. Supongo que ahora tendría que esperar a que haga efecto o se me vaya el mal gusto de la boca para ir a descansar a mi cuarto. Mientras pensaba que hacer con el dolor de cabeza vigente. La chica de cabellos rubios empezó a hacer un escándalo pidiendo un calmante a los gritos, no quería meterme en su conversación simplemente la observe y escuche quejarse hasta que comenzó a caminar hacia atrás de espaldas y choco sin intención contra mis piernas – este… ¿Perdón? – Se me ocurrió decir en ese momento con tono bajo… ¿Me disculpe? ¿Por qué si ella había chocado contra mí? Cuando choco me di cuenta que era Cass ¿Qué le habría pasado? Apareció su amiga ¿Adra? ¿Arada? ¡Adhara! Me pude acordar de su nombre. Con una sonrisa camino hasta donde estaba su amiga para que vuelva a sentarse a su lado y mientras saludarme – Ho… Hola Adhara – Sonreí tímidamente con un tono amable en mi voz tratando de ser lo más cortes aunque no lo intente era algo autóctono, disculparme, ser cortes. Todo era parte de mi raro ser.
Seguramente siendo ellas tan perfeccionistas vieron mi cara hecha pedazos por el dolor de cabeza, si un compañero lo noto casi sin mirarme. Tendría que haberme mirado al espejo y sacarme una foto, seguramente hubiese sido gracioso. Addy alzo la voz preguntándome que me había pasado con una hipótesis algo loca - ¿Eh?... n… no, no paso nada de eso – Solté una risa mirando al piso con mi cabeza inclinada – Me duele… - Lo pensé dándome cuenta que ya no me dolia, de hecho solo tenía sabor amargo – perdón… me dolía la cabeza y no exagero, dolía mucho – comente para luego levantar con curiosidad y timidez mi mirada hacia ambas chicas - ¿Y… y ustedes que… que les paso? ¿O… o solo Cassie tiene algo? – Sonreí amablemente luego de terminar de hacer preguntas que notaban curiosidad en su tono – Po… por ciert… to… Hola Cass – Reí porque no la había saludado y como a la media hora me acorde de saludarla. Era un poco gracioso aunque me veía como un bobo a la vez.
Seguramente siendo ellas tan perfeccionistas vieron mi cara hecha pedazos por el dolor de cabeza, si un compañero lo noto casi sin mirarme. Tendría que haberme mirado al espejo y sacarme una foto, seguramente hubiese sido gracioso. Addy alzo la voz preguntándome que me había pasado con una hipótesis algo loca - ¿Eh?... n… no, no paso nada de eso – Solté una risa mirando al piso con mi cabeza inclinada – Me duele… - Lo pensé dándome cuenta que ya no me dolia, de hecho solo tenía sabor amargo – perdón… me dolía la cabeza y no exagero, dolía mucho – comente para luego levantar con curiosidad y timidez mi mirada hacia ambas chicas - ¿Y… y ustedes que… que les paso? ¿O… o solo Cassie tiene algo? – Sonreí amablemente luego de terminar de hacer preguntas que notaban curiosidad en su tono – Po… por ciert… to… Hola Cass – Reí porque no la había saludado y como a la media hora me acorde de saludarla. Era un poco gracioso aunque me veía como un bobo a la vez.
Caleb WhiteGRYFFINDOR - Mensajes : 60
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Fecha de inscripción : 02/08/2011
Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
¿Yeso? ¡Yeso! Eso significaría una semana de reposo, y por ende una semana de limitarse a pasar las tardes sentada en su Sala Común viendo el fuego. ¡Que aburrido!. Arrugué el entrecejo con un claro gesto de fastidio y miré a Addy, quien me prometía que de todas formas entrenaría conmigo si tenía que estar con yeso toda una semana. ¿Pero cómo se podría entrenar de forma eficiente con un pedazo de... de... de yeso en el brazo?, ¿eh?.
La enfermera, ya molesta con la situación, llevó ambas manos a su cadera y me miró harta de la escena-. Jovencita, no saldrás de este lugar sin yeso, así tengamos que llamar a McGonagall para solucionarlo- espetó, ante lo cual yo me molesté más aún y di un paso más hacia atrás, volviendo a chocar con el chico, quien, al parecer, me había saludado-. ¡¿Escuchaste, Addy?!- exclamé hacia mi amiga que se había puesto a conversar con Caleb-. ¡Esta loca quiere obligarme!- señalé apuntando a la enfermera con el brazo lesionado, ante lo cual retuve un grito de dolor mordiendo mi labio inferior y cerrando los ojos durante un segundo.
Ok, eso no podía ser normal. No me podía doler el brazo de sólo levantarlo. Bajé mi brazo rápidamente y me senté junto a mi amiga, emanando un suspiro. Alcé la mirada y dije en un tono bajito, casi tan bajito que parecía irreal-. Está bien, usaré el yeso- me resigné, ladeando mi rostro y mirando al chico de Gryffindor quien parecía algo espantado con mis reacciones-. Escapa antes de que sea demasiado tarde para ti también- le dije como si estuviéramos en plena guerra y la muerte fuera inminente. A veces me daba por ser teatrera.
La enfermera sonrió complacida y fue por el menjunje para realizar el yeso. Al menos tener yeso haría que me viera privada de tomar apuntes durante una semana... la excusa perfecta para buscar algo más entretenido que hacer.
La enfermera, ya molesta con la situación, llevó ambas manos a su cadera y me miró harta de la escena-. Jovencita, no saldrás de este lugar sin yeso, así tengamos que llamar a McGonagall para solucionarlo- espetó, ante lo cual yo me molesté más aún y di un paso más hacia atrás, volviendo a chocar con el chico, quien, al parecer, me había saludado-. ¡¿Escuchaste, Addy?!- exclamé hacia mi amiga que se había puesto a conversar con Caleb-. ¡Esta loca quiere obligarme!- señalé apuntando a la enfermera con el brazo lesionado, ante lo cual retuve un grito de dolor mordiendo mi labio inferior y cerrando los ojos durante un segundo.
Ok, eso no podía ser normal. No me podía doler el brazo de sólo levantarlo. Bajé mi brazo rápidamente y me senté junto a mi amiga, emanando un suspiro. Alcé la mirada y dije en un tono bajito, casi tan bajito que parecía irreal-. Está bien, usaré el yeso- me resigné, ladeando mi rostro y mirando al chico de Gryffindor quien parecía algo espantado con mis reacciones-. Escapa antes de que sea demasiado tarde para ti también- le dije como si estuviéramos en plena guerra y la muerte fuera inminente. A veces me daba por ser teatrera.
La enfermera sonrió complacida y fue por el menjunje para realizar el yeso. Al menos tener yeso haría que me viera privada de tomar apuntes durante una semana... la excusa perfecta para buscar algo más entretenido que hacer.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
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Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Claro ahora comprendía la mala cara del pobre Caleb, un dolor de cabeza podía causar malas pasadas que lo dijera yo que era victima de ellas de vez en cuando, el medimago me había recomendado usar lentes cuando estuviera muy cansada pero ni de coña usaría esos aparetejos para muggles. -Vale así al menos no tendré que planear una venganza contra Potter y compañía- Le sonreí levemente. Contesté a su pregunta de quien estaba enferma o lesionada. -Es solo Cass, yo estoy aquí por buena amiga y por que conozca a cierta rubia resistente- Me acerqué a Cass suavemente mientras tomaba su mano libre. -Creo que no hay necesidad de llamar a la directora, no sea tan exagerada ¿ok?- Dije con tono de mandar por encima de la tipeja esa. -Ya cass mejor acepta el maldito yeso o está es capaz de llamar a los aurores del ministerio o a los dementores- Solté enfadada mientras tomaba la mano de mi amiga, mientras escuchaba a Cass aceptar el yeso a regañadientes.
Me volteé para mirar a Caleb con una sonrisa en los labios. -¿Y ya te sientes mejor?- Pregunté como si todos los días hablásemos por los pasillos, para Cassie no era un secreto que desde que mis ojos se posaron en aquel Gryffindor había sido un reto para mi intelecto hacerlo caer, aunque el chico normalmente me dejaba boquiabierta pues parecía o muy decidido a no ceder o demasiado tímido. -Cuando tenía dolor de cabeza mi mamá me daba un besito en la frente, con eso mejoraba- Solté la frase con deje de insinuación tras la frase para luego dirigirme a mi amiga de nuevo, sin quitar la mirada de Caleb como sí hubiese la posibilidad de que aceptará aquel beso que había dejado en el aire. -Cassie, relájate ya buscaremos quien haga tus deberes y esas cosas, además puedes decir que amaneciste sin fuerzas y quedarte fuera de clases- Me hice a un lado cuando la enfermera volvio con sus mezclas para hacer yeso, una sonrisa se dibujo en mis labios. -¿Como preparan eso señorita?- La mencionada levanto una ceja como dando a entender que jamás me daría la receta por que podría ser usada en contra de alguien.
-Sí desea ser medimaga señorita Rubinsen, ya le enseñaran eso en sus clases- Dijo en un tono autoritario que me pareció una falta de respeto, me aleje de donde estaban acercándome a la cercana camilla de Caleb. -¿Y dime Caleb ya tienes pareja para el baile de Halloween o al menos ya tienes alguien en mente para invitar?- Pregunte con un dejo de inocencia que era claramente una manera de ponerlo nervioso.
Me volteé para mirar a Caleb con una sonrisa en los labios. -¿Y ya te sientes mejor?- Pregunté como si todos los días hablásemos por los pasillos, para Cassie no era un secreto que desde que mis ojos se posaron en aquel Gryffindor había sido un reto para mi intelecto hacerlo caer, aunque el chico normalmente me dejaba boquiabierta pues parecía o muy decidido a no ceder o demasiado tímido. -Cuando tenía dolor de cabeza mi mamá me daba un besito en la frente, con eso mejoraba- Solté la frase con deje de insinuación tras la frase para luego dirigirme a mi amiga de nuevo, sin quitar la mirada de Caleb como sí hubiese la posibilidad de que aceptará aquel beso que había dejado en el aire. -Cassie, relájate ya buscaremos quien haga tus deberes y esas cosas, además puedes decir que amaneciste sin fuerzas y quedarte fuera de clases- Me hice a un lado cuando la enfermera volvio con sus mezclas para hacer yeso, una sonrisa se dibujo en mis labios. -¿Como preparan eso señorita?- La mencionada levanto una ceja como dando a entender que jamás me daría la receta por que podría ser usada en contra de alguien.
-Sí desea ser medimaga señorita Rubinsen, ya le enseñaran eso en sus clases- Dijo en un tono autoritario que me pareció una falta de respeto, me aleje de donde estaban acercándome a la cercana camilla de Caleb. -¿Y dime Caleb ya tienes pareja para el baile de Halloween o al menos ya tienes alguien en mente para invitar?- Pregunte con un dejo de inocencia que era claramente una manera de ponerlo nervioso.
Adhara RubinsenSLYTHERIN - Mensajes : 608
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Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Creo que Cass exageraba mientras que Addy y la enfermera trataban de convencerla de que use el yeso para no ser que cosa. Seguramente se había lesionado algún hueso o algo así de otra forma no le dirían eso. En fin parecía que iba a armar una guerra pero tenía a su amiga del lado de la enfermera ya que intentaba convencerla de que se lo ponga. Solo me limite a observar sorprendido por sus reacciones tan… tan… extrañas por así decirlo. Por suerte no me dolía mas la cabeza sino ella empeoraría aquel dolor hasta matarme con los gritos. La mire cuando me hablo para que escapara evitando reírme pero la sorpresa era más que las risas – este… creo que… a mí ya me atendieron y… y… creo que sería bueno q… que te dejes poner el yeso por… tu bien – Comente tímido, algo sonrojado porque viéndola, creo que podría estar pensando que todo esto era un complot en su contra para que le pongan el yeso.
Addy volvió a hablarme con esa particular forma que tenia de tratarme. De un momento a otro parecía la mejor persona y de repente podría ser que quiera matarme. Bipolar pero agradable a la vez – S… si. Al parecer l… las pócimas de aquí son efectivas pero tienen saber horrible – Hice gesto de asco recordando el sabor de aquella bebida extraña que me habían dado para el dolor. Me daban nauseas con solo recordarlo - ¿E… ense… rio? – Pregunte mirando al suelo con timidez. Mi cabeza se agacho sola de la nada y mis vista se puso fija en el suelo algo desgastado – M… mi madre me daba a… algo para to… tomar un poco mejor que… que lo que me dieron aquí y me… me decía que descansara – Sonreí amablemente aunque los remedios de mi mama no me dejaban mareados como esta poción extraña ¿Por qué todos los remedios mágicos o la mayoría tenían que tener este feo sabor? Pregunta que no se iba a responder fácilmente o por ahí era manía de las enfermeras por torturar un poco a los alumnos.
Me puse a jugar con mis piernas pateando el aire mientras estaba sentado en la camilla tranquilamente. Creo que necesitaba algo de tranquilidad aunque con Cass gritando no sé si podría encontrarla pero bueno era mejor que el bullicio. No me di cuenta pero de pronto Adhara estaba al lado mío. Levante la cabeza mirándola algo sonrojado, no esperaba que dejara a su amiga para venir sentarse a mi lado a hablar – Pu… pues en… en realidad no… no tenía intenciones de… de ir pe… pero u… una chica me invito – Mis piernas dejaron de dar patadas al aire para quedarse totalmente quietas por los nervios. Mi mente se puso en blanco, solamente procesaba tímidas respuestas sin poder controlar mis nervios ni mi sonrojo - ¿Tú tienes pareja para Halloween? – Seguramente que si ya que una chica como ella debería tener un par de seguidores – Noo… no te imagino en… en la fiesta sola – Dije con un tono amable y una sonrisa cordial aunque a veces mi sinceridad me hacia decir cosas que por ahí era mejor que quedaran en mi cabeza.
Addy volvió a hablarme con esa particular forma que tenia de tratarme. De un momento a otro parecía la mejor persona y de repente podría ser que quiera matarme. Bipolar pero agradable a la vez – S… si. Al parecer l… las pócimas de aquí son efectivas pero tienen saber horrible – Hice gesto de asco recordando el sabor de aquella bebida extraña que me habían dado para el dolor. Me daban nauseas con solo recordarlo - ¿E… ense… rio? – Pregunte mirando al suelo con timidez. Mi cabeza se agacho sola de la nada y mis vista se puso fija en el suelo algo desgastado – M… mi madre me daba a… algo para to… tomar un poco mejor que… que lo que me dieron aquí y me… me decía que descansara – Sonreí amablemente aunque los remedios de mi mama no me dejaban mareados como esta poción extraña ¿Por qué todos los remedios mágicos o la mayoría tenían que tener este feo sabor? Pregunta que no se iba a responder fácilmente o por ahí era manía de las enfermeras por torturar un poco a los alumnos.
Me puse a jugar con mis piernas pateando el aire mientras estaba sentado en la camilla tranquilamente. Creo que necesitaba algo de tranquilidad aunque con Cass gritando no sé si podría encontrarla pero bueno era mejor que el bullicio. No me di cuenta pero de pronto Adhara estaba al lado mío. Levante la cabeza mirándola algo sonrojado, no esperaba que dejara a su amiga para venir sentarse a mi lado a hablar – Pu… pues en… en realidad no… no tenía intenciones de… de ir pe… pero u… una chica me invito – Mis piernas dejaron de dar patadas al aire para quedarse totalmente quietas por los nervios. Mi mente se puso en blanco, solamente procesaba tímidas respuestas sin poder controlar mis nervios ni mi sonrojo - ¿Tú tienes pareja para Halloween? – Seguramente que si ya que una chica como ella debería tener un par de seguidores – Noo… no te imagino en… en la fiesta sola – Dije con un tono amable y una sonrisa cordial aunque a veces mi sinceridad me hacia decir cosas que por ahí era mejor que quedaran en mi cabeza.
Caleb WhiteGRYFFINDOR - Mensajes : 60
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Fecha de inscripción : 02/08/2011
Re: De Quidditch y otras barbaridades (Libre)
Mis ojos se encontraron con los de la enfermera cuando se acercó a mí con su menjunje. Addy le preguntó cómo se hacía eso, pero claramente no le iba a decir. Una lástima, porque habría sido bastante gracioso emborrachar a Resnick, enyesarlo completo, y dejarlo abandonado en algunas de las gradas de la Cancha de Quidditch. El sólo pensar en eso me robó una sonrisa.
Ladeé mi rostro y noté cómo mi amiga estaba en ataque. Quería hacer caer al chico tímido de Gryffindor, lo cual parecía toda una odisea. ¿Entendería las indirectas? No estaba del todo segura, pero tanto titubeo demostraba que se encontraba nervioso. ¿Aunque quién no se pondría nervioso con una Sly dispuesta a todo para hacerlo caer?. Pobre Caleb.
La enfermera me miró y tomó mi brazo-. Primero te pondré una venda- me advirtió. Sus manos subieron la manga de mi camisera y con cuidado comenzó a fajar mi brazo con gaza blanca. Fue entonces que los oí hablar de la Fiesta de Halloween, y abrí mi boca con espanto-. ¿Segura que no tendré que usar yeso para la fiesta? - pregunté alarmada-. ¡Addy! Ahí sólo me podría disfrazar de... de... ¡Momia!- exclamé horrorizada. Disfrazarse de momia era un suicidio en una fiesta, pues parecías un papel higiénico andante más que cualquier otra cosa-. No, no te preocupes. El próximo jueves ya no tendrás yeso- me tranquilizó la enfermera; mas no sabía si creerle del todo. Así que entrecerré los ojos y la quedé mirando.
Ladeé mi rostro y noté cómo mi amiga estaba en ataque. Quería hacer caer al chico tímido de Gryffindor, lo cual parecía toda una odisea. ¿Entendería las indirectas? No estaba del todo segura, pero tanto titubeo demostraba que se encontraba nervioso. ¿Aunque quién no se pondría nervioso con una Sly dispuesta a todo para hacerlo caer?. Pobre Caleb.
La enfermera me miró y tomó mi brazo-. Primero te pondré una venda- me advirtió. Sus manos subieron la manga de mi camisera y con cuidado comenzó a fajar mi brazo con gaza blanca. Fue entonces que los oí hablar de la Fiesta de Halloween, y abrí mi boca con espanto-. ¿Segura que no tendré que usar yeso para la fiesta? - pregunté alarmada-. ¡Addy! Ahí sólo me podría disfrazar de... de... ¡Momia!- exclamé horrorizada. Disfrazarse de momia era un suicidio en una fiesta, pues parecías un papel higiénico andante más que cualquier otra cosa-. No, no te preocupes. El próximo jueves ya no tendrás yeso- me tranquilizó la enfermera; mas no sabía si creerle del todo. Así que entrecerré los ojos y la quedé mirando.
¡Que frustración! Maldito viento.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
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Fecha de inscripción : 19/03/2011
Localización : En un lugar que nunca adivinarás
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