Jean de Valois

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

NOMBRE COMPLETO: Jean de Valois APODOS: Jeansy, de Valois, Jeanny EDAD: 16 años HABILIDAD O TIPO DE MAGO: Aprendiz de animago en Lobo Negro TIPO DE SANGRE: Sangre Pura ORIENTACIÓN SEXUAL: Heterosexual NACIONALIDAD: Francesa OCUPACIÓN/CLUB: Estudiante / Club de Duelo y Aparición

[/justify]Jean es alto y de cuerpo definido. Le gusta el ejercicio y eso hizo que sus músculos crecieran a pesar de tener 16 años. Cuando lleva puesto el uniforme deja mucho a desear, ya que la larga túnica oculta su perfecto cuerpo pero, cuando se deshace de ella, de la camisa se pueden notar sus abdominales trabajados, unos brazos fuertes, la espalda bien forma, etc.
Su piel es blanca, un poco bronceada ya que le gusta estar bajo el sol. Sus ojos bajo una luz brillante dan la apriencia de ser color verde, bajo un cielo gris o nublado se ven grises.
Suele llevar el cabello corto y peinado con estilo, color castaño. No le gusta el pelo facial, aunque igual no le crece mucho. Sus manos son masculinas, grandes pero cuidadas, dedos delgados y largos como de pianista. Los movimientos de su cuerpo son elegantes y nada toscos.
Bonita sonrisa y voz masculina, seductora alguna veces y más cuando se trata de chicas. Cuando se enoja ese tono puede llegar a parecer golpeado, cargado de hostilidad.[/justify]





La familia Valois tenía ya tres hijos, todos ellos varones. Isabel se había embarazado una cuarta vez con la esperanza de que tuviera a un niña, pero no se concibió a un sólo ser, sino a dos. Dentro del vientre de la señora Valois, crecían dos criaturas que, estarían unidas quizás por el resto de sus vidas, y no precisamente por que andarían pegados de algún órgano, sino algo muchos más especial.
Era una noche de otoño, de esas que parecen melancólicas y donde la luna llena brila en lo alto del cielo, sin estrellas a su alrededor que quieran opacarla, sin nubes negras que la escondan. El viento en aquel día soplaba de forma tranquila y se colaba dentro del palacio de los Valois. La habitación de su madre tenía las ventanas abiertas de par en par, las cortinas de seda se movían cuando el viento las tocaba. Dentró, la luz era tenue a causa de las velas que había por todos los muebles. Isabe había experimentado ya 3 partos, donde había dado a luz a tres varones grandes y fuertes. Ahora tendría que esforzarse al doble, pues eran dos lo que tenían que llegar al mundo.
Un gemido de dolor salió desde las entrañas de Isabel, el momento había llegado. Los sanadores tenía todo listo ya para la llegada del primer bebé. No sabían aún el sexo de los gemelos, pero lo que fueran, toda la familia estaría realmente feliz. El primero de ellos nació y fue varón. Esperaban que llorara pero no lo hizo, parecía tranquilo como si aquel cambio tan traumático no lo hubiera afectado en lo más mínimo. Jean fue entregado a los brazos de su padre y ahora esperaban el momento de que llegara el segundo bebé. Pasaron a penas unos minutos cuando el proceso volvió a empezar. Más dolor debido a las contracciones y llegó al fin, la criatura tan esperada por Isabel. Cuando Sophie fue recibida en este mundo, lloró como cualquier otro ser humano recién nacido y justo cuando la pequeña empezaba a gritar, Jean se unió a ella.
Los primeros años de vida, Jean fue mimado en demasía por sus hermanos, tenían a otro varón entre ellos y estaban emocionados de que creciera para así poder divertirse los cinco. Lo consentían demasiado, de igual manera que a su hermana gemela. La mayoría del tiempo estaban juntos, los bañaban juntos, comían juntos, dormían en la misma cuna. A pesar de la corta edad de ambos, siempre sintieron que entre ellos había algún tipo de unión especial.
Cuando Jean cumplió 4 años, sus padres le regalaron una varita de juguete que lanzaba chispas de colores cuando era agitada en el aire. Principalmente se la regalaron debido a que siempre buscaba las varitas de ellos y la de sus hermanos para jugar con ellas. Le gustaba bastante ver como de la punta de esos pequeños trozos de madera, se podían hacer muchas cosas. Alguna en especial y que recuerda bastante bien, fue cuando con la varita de su hermano Mathew le predió fuego al lomo de un gato. Desde ese entonces, el pequeño gato nunca se volvió a acercar a Jean, siempre que lo veía salía corriendo.
A la edad de 5 años, sus hermanos André y Gerard lo llevaron a las costas Francesas a que conociera el mar. Ahí, Jean pasó momentos realmente divertidos. Construyó junto con sus hermanos castillos de arena que nadie más pudo haber hecho sin la ayuda de su trozo de madera. Disfrutaba mucho la sensación de calor en su piel, de la arena rasposa bajo sus pequeños pies. Aunque, después de todo un día de estar bajo el sol, el pobre quedó con la piel demasiado quemada, donde tuvo que ser atendido por su madre para que se le fuera el ardor. Por supuesto André y Gerard recibieron su respectivo regaño.
Cuando los gemelos cumplieron 6 años pasó algo que ya sabían desde siempre, pero que hasta ahora había ignorado. Era una tarde mucho calor en verano, el sol estaba en su cenit y no había ninguna corriente de arie que refrescara la piel. Los dos gemelos estaban en el patio, jugando con sus muñecos. Jean entró a casa para pedirle a su madre que le diera un poco de té helado y justo cuando bebía con gusto aquella bebida refrescante, empezó a llorar por que sentía dolor en su rodillas derecha. Sentía como si se la hubiera golpeado contra algo. Su madre desconcertada le preguntó que pasaba y él solo se tocaba su rodillas, a los pocos segundos la pequeña Sophie entró a la habitación con la rodilla llena de sangre, al parecer se había caído y raspado.

–¿Tu lo sentiste?– preguntó la pequeña.
Jean asintió de forma tímida –Me empezó a doler mi rodilla– dijo señalando su pierna derecha.
–A mi me pasa también cuando veo que te golpeas mientras juegas con Gerard– declaró ella.

Fue en ese entonces cuando Jean empezó a dudar muchas veces de que sus sentimientos fueran verdaderos, pues siempre que se encontraba cerca de Sophie, sentía cambios de humor demasiado rápido. Para Jean el tener este tipo de conexión con su hermana gemela le pareció genial, al parecer estaban más unidos de lo que pensaban. Ambos supieron aprovechar esto para beneficio de los dos. Ahora estaban más unidos que nunca.
Las cosas que Jean más recuerda fue cuando pasaba largas horas sentado en el regazo de su padre. Le gustaba acompañarlo a la pequeña biblioteca que tenían en casa para que le leyera. Jean amaba el olor de los libros nuevos, su piel se ponía de gallina cuando olisqueba el olor a viejo de los libros más gastados. Amaba pasar sus dedos por las hojas suaves y rugosas de aquellos objetos tan maravilloso. Aprendió a leer de forma estupenda gracias a su padre. Él le enseñó demasiadas cosas cuando ambos se encerraban en la biblioteca. Desde cosas básicas como etiqueta, como comportarse ante las niñas, como desenvolverse en una conversación. Su padre también le enseñó valores buenos, Jean aprendió a distinguir entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto. Jean recibió lecciones que se quedarían en él para siempre, y una de ellas fue que cuando fuera grande, quería seguir los pasos de su padre, hasta convertirse en un gran y respetado auror.
Los años pasaron tranquilos para Jean, siguió frecuentando la biblioteca para leer, siguió charlando con su padre acerca de intereses en común. Con su madre siempre fue un dolor de cabeza, travieso y necio, pero igual ella siempre sonreía con sus ocurrencias. La relación con Mathew y André se fueron haciendo débiles, sospechaba que algo no iba bien con ellos, pero nunca se interesó demasiado como para investigar de que se trataba. Con su hermano Gerard la relación se hizo tremendamente fuerte, no sólo eran hermanos, Jean veía en él a su mejor amigo, lo admiraba y le encantaba pasar el rato con él para que le contara bromas, él (Gerdad) y su padre, eran sus dos ejemplos a seguir. Con sophie también todo fue de maravilla.
El día de las cartas llegaron y para Jean fueron dos. La primera venía desde los países escadivanos. Durmstrang lo había aceptado para que fuera estudiar a su academia. Pero Jean la descartó inmediatamente, él iría a Hogwarts para seguir el ejemplo de su padre. Querría pertenecer a la misma casa, a Ravenclaw.
En el momento de la partida todo fue demasiado difícil, más que nada por que se separaría de la personas con quien había estado casi toda su vida, incluso desde antes que naciera. Dejar a Sophie fue una de las cosas más difícil para Jean, y para ambos fue peor pues sentían ese sentimiento de tristeza, multiplicado por dos. Pero sabía que la vería en vacaciones en Francia y eso calmaba un poco sus tristes sentimientos.
Llegó a Hogwarts y tal como lo había deseado, fue elegido en la casa de los de mente dispuesta. Ahora daría todo de él para ser un buen alumno, llegando a la Academia de Aurores como Gerdad, y después ser Auror como su padre.

Gustave de Valois; Poderoso mago, dueño de muchas riquezas que le fueron heredadas de sus antepasados Valois, recibiendo este, toda la fortuna, al ser el ultimo vivo, después de la muerte de su abuelo, Enrique de Valois. Una fortuna que a su muerte, pasará a manos de sus hijos e hija. Es un reconocido Auror, tiene sus ideales bien claros y siempre han sido para el bien de aquellas personas que sufren el maltrato de esos que se creen superior a todos. Es un buen padre y desde siempre trata de inculcarle buenos valores a sus hijos. Miembro del Wizengamot. Jean simplemente admira a su padre, la relación que tienen es más que excelente y cuando salga de Hogwarts, quiere seguir sus mismos pasos.

Isabel de Borbón; Una gran bruja y famosa bailarina de Ballet, quien tuvo que dejar su trabajo cuando quedó embarazada de su primer hijo, con su prometido, con el cual contrajo matrimonio antes de dar a luz. Desde entonces solo le dedica su tiempo a su marido e hijos, procurando ser la mejor de las madres. Fue ella quien, al recordar lo hermoso del baile, le inculco desde pequeñita a Sophie, el ballet. Ex bailarina de Ballet. Relación excelente y no se puede decir más. Jean ama a su madre y la admira por tener la paciencia divina de cuidar de tantos hijos.

Matthew de Valois; Siempre intachable, con la sociedad y con la familia, el hijo ideal de cualquier padre, o al menos eso muestra al mundo, porque tras esa mascara de buen hombre, se oculta su verdadero yo, un hombre que disfruta dañando a muggles y sangres sucia, un seguidor de la magia oscura. Gustos que traspasa a dos de sus hermanos. Es frío y conoce muy poco el significado de la palabra compasión. Es orgulloso y muy egocéntrico. Odia mas que a nada que las cosas no salgan como él las planea. Está dispuesto a todo con tal de lograr librar al mundo mágico de sangres sucia y todo aquel que no merezca tener magia. Hijo mayor de los De Valois. Subjefe del Departamento de Misterios. Relación hostil y totalmente diplomática. A Jean no le agrada para nada y siempre trata de evitarlo por que sabe que si se encuentran solos, la situación podría dar paso a los golpes y hasta una pelea con magia.

André de Valois; El segundo hijo del matrimonio de Valois. Un amante de los deportes, especialmente el Quidditch. Era el mejor cazador mientras estudió en Durmstrang, por lo que le fue fácil conseguir un empleo en el ministerio, como Organizador de Eventos Deportivos, trabajo que le permitía estar en movimiento, puesto que lo que menos le gusta es permanecer quieto en un mismo lugar. El tiempo libre que le queda luego del trabajo, lo usa para practicar su otro gran amor, la magia oscura. Al igual que su hermano mayor, cree en la pureza de la sangre y en eliminar a todo aquel que ensucie el mundo mágico. Es divertido con sus amigos y familia, pero extremadamente reservado y frío con otros. Organizador de Eventos Deportivos ~ Ministerio. Jean tampoco soporta a André, de hecho piensa que le cae peor que Matthew, ya que André es todavía más hostil.

Gerard de Valois; El bromista de la familia, el que siempre se estaba metiendo en líos y arrastrando a sus hermanos menores con él. A pesar de personalidad arrebatada y alocada, siempre fue bondadoso y no fue nunca un problema el demostrarlo. Siempre ayudando a quien lo necesite, especialmente a su familia. Sus metas a futuro son llegar a convertirse en auror, ya solo le queda un año para eso. Su padre, uno de los mejores aurores, no ejerce como tutor, pero aún así en su tiempo libre se encarga de preparar todo lo que puede a Gerard. Es, al igual que su mejor amigo y hermano, Jean, un mujeriego por excelencia, no hay mujer hermosa que se le escape, si te tiene en la mira, sabe que caerás. Estudiante de Auror. HERMANO FAVORITO y otro ejemplo a seguir. Jean se ve en Gerard en un par de años.

Sophie de Valis; Leal, divertida, inteligente, calculadora, manipuladora y vengativa. Es hija de Gustave de Valois (Auror) y Isabel de Borbón y hermana de Matthew, André, Gerard y Jean. Es Animaga en practica (loba blanca). Le gustan las fiestas, aprender encantamientos y luego practicarlos en gente sin importancia, los duelos, especialmente si ella los comenzó y su pasatiempo favorito es leer, especialmente los libros de magia oscura. No le agradan los impuros ni los traidores, odia que le mientan y que quieran pasarse de listos con ella. La relación que tiene son Sophie es única y especial. La ama y la protege con todo. Jean es capaz de cambiar solo por Sophie y por nadie más. Aunque detesta que se junte con Matthew y con André.


Alto. Su padre Gerard recibió una terrible herencia que todos sus antepasados había acumulado a lo largo de los años.

Chicas
Libros
Té helado
Café
Fresas
Chocolate
El sol
La playa
Golosinas
Estar junto a Sophie
Tocar piano
Las bromas de su hermano Gerard
Salir a correr todos los días
Quidditch
Duelos
Transformaciones y encantamientos

Estar con Matthew y André
Té extremadamente caliente
El purismo
El frío
El chocolate amargo
La enfermería y hospitales en general
Ver a Sophie coqueteando
El jugo de calabaza
Que le griten


Tamborilear con sus dedos cuando está desesperado
Tocarse la oreja izquierda cuando está concentrado
HAcer sonidos extraños cuando está aburrido


Verse como un neo mortífago

35 centímetros, madera de olmo color azulada, nucleo sangre de hombre lobo. Especialiedad en Transformaciones, Encantamientos y Duelos.

Alergia a las nueces y al kiwi
Oesed: Verse como su padre. Buen auror y un gran mago.
Amortentia: Nunca ha estado cerca de una como para saberlo