Time to get relax... or not? {libre}

El camino al colegio esta vez fue todo menos bueno, debo de decir que tener a un montón de niñitos de primero en el compartimiento de al lado y al otro a un montón de – no tengo idea que casa – chicos escandalosos, provoco que mi viaje fuera el peor de todos los que había tenido en esa cosa de tren que si no estaba más viejo era porque no se podía, realmente ¡eso había sido frustrante!

Creo que con nada mas acordarme ya tenía una jaqueca de esas que no te dejan ni con pastillas ¡Merlín, la gente cada vez era más desconsiderada! Si, esa había sido la otra yo, no la Slytherin, si no la chica que jamás salía a flote, que siempre estaba en mi cabeza, a menos que me diera alguna clase de crisis de depresión masiva, aunque en ese caso solía salir la otra. Si, es cansado ser mas de una persona en uno, pero llega un punto en el que te acostumbras y dejas de preguntar: “¿esa fui yo? ” aunque, es cierto, todavía hay veces que me hago la misma pregunta, pero…

Mis pensamientos murieron en mi cabeza al ver aquella desgastada puerta que llevaba al aula de Astronomía, era un lindo lugar… cuando no había nadie más por ahí, tenía una de las mejores vistas de todo el castillo, realmente ahí podía pasar el día entero y no aburrirme, siempre era distinto, simplemente… magnifico. No había otra palabra. Lo siento.

Abrí la puerta con sumo cuidado de no ser vista por nadie, observe a través de la pequeña rendija que deje que no hubiese nadie dentro, cuando estuve segura de que era así, entre y volví a cerrar con el mayor sigilo posible. Di un par de pasos hacia atrás como si en cualquier momento alguien fuese a entrar y a decirme: “aja, te encontré, tu turno de buscarme” obviamente ni seria así ni buscaría a quien fuese me dijese eso, pero aun así, era bueno asegurarse ¿cierto?

Cuando supe que nada pasaría me acerque a una de las ventanas, pase una de mis piernas hacia afuera hasta que esta quedo colgando y me senté en el alfeizar para poder observar con mayor tranquilidad, al mismo tiempo que sentía el aire enredar mi cabello, luego me preocuparía por ello, por ahora estaba muy bien y tranquila en aquel lugar.

Uno de mis favoritos. Uno de mis refugios.

Aquel lugar era tan tranquilo, tan relajante, tan des estresante, tan en paz, tan… bueno, había tantos tan que jamás acabaría, pero es que realmente amaba ese lugar con todo mi ser, era tan tranquilo, te sacaba de todo aquello que terminaba por estresarte, generalmente estaba vacío ¿Quién, en su sano juicio, visitaba un aula de clase? Pues yo, ¿Quién más? Hacia tan poco había descubierto lo buenos que eran cuando no había gente que no planeaba desperdiciarlo.

En algún momento de todo aquello mis ojos terminaron por cerrarse y yo suspire relajada recargando mi cabeza en uno de los lados de la ventana, tan relajada, tan tranquila, que no me importaba estarme perdiendo unas vistas muy buenas, aunque bueno, no tenía mi cámara ahora para retratarlas y si eran muy buenas me enfadaría por no tomarlas, aunque fuera al estilo muggle. De cualquier manera, ese lugar y ese momento era fantástico.

Pero claro, lo bueno no dura ni la cuarta parte de lo que uno quiere.

Escuche el cerrar de la puerta y al instante me puse a la defensiva, luego un grito, una chica, lo que me hacia volverme al instante con la varita en ristre. La mire curiosa, mas mi rostro no mostraba nada de eso, solo mostraba la frialdad y neutralidad que me caracterizaba, entrecerré los ojos viendo con fijeza su túnica, aquella que me dijese de que casa era, pronto encontré el escudo: Slytherin, igual que yo. Baje y guarde mi varita por donde la había sacado y solo continúe observándola por unos minutos más, seguramente también había ido a relajarse “¡Diablos, deberé buscarme otro lugar”, después, rompí el silencio: - ¿Qué haces aquí? Y, sobre todo, ¿quién eres? – pregunte de manera despectiva, pero tranquila, sin dejar que ningún sentimiento lograse pasar mi barrera de frialdad, solo observando con fingida tranquilidad.

Tan lindo que había estado todo hasta ese momento para que una pequeña, si, pequeña, pues debía ser, mas chica que yo, máximo de mi edad, aunque ¿a quién engañaba? Fuera más grande o más pequeña sería inferior para mí, pero decir pequeña era algo que me hacía sentir aun mas superior, así que ¿a quién molestaba que dijese eso? A nadie, y si lo hacía pues me importaba un reverendo escreguto.

El tono de su voz, las palabras que empleo y como las empleo me hicieron sonreír divertida, mientras enarcaba una ceja a mi puro estilo, no había nadie en la faz de la tierra que las pudiese enarcar igual que yo, nadie, absolutamente.

Sacudí la cabeza y asentí hacia aquella chica – realmente pienso igual que tu, no hay tranquilidad ni en los lugares más tranquilos, en estos días – me volví a acomodar en mi lugar con aire despreocupado y volviendo a cerrar los ojos, aunque afinando el oído, tenía que estar todavía alerta, por mas Slytherin que fuese uno jamás se podía confiar – ahora, tienes razón, fue una pregunta idiota que no debí de hacer, no quiero que tampoco se metan en mis asuntos, así que solo omítela ¿quieres? Ahora, por la segunda – me quede unos momentos en silencio, sabía que había algo especial por lo que había dicho su nombre completo, pero no estaba segura el que, me parecía haber escuchado aquel nombre en algún otro lugar, pero aun no acababa de acomodarme a esto – y ya llevaba un año ahí, realmente ¿se notaba que no me interesaba? Note que se desesperaba, lo que me hiso reír para mis adentros, pero no quería molestarla, realmente no era mi intención, estaba a favor de la unión de “Casa” – aclaro, solo la unión de Slytherin me venían importando una reverenda calabaza las demás casas – por lo que mantener la tranquilidad, aunque fuese tensa, era lo primordial, así que, abriendo los ojos mientras la volvía a ver, conteste a su pregunta – soy Veronika McKing – conteste con tranquilidad, también usando mi nombre completo, aunque de mi no había por qué temer, tampoco esperaba – es más, deseaba que no fuera así – que saltara gritando la “hija de…” como parecía lo típico por ahí.

Asentí aunque realmente no era importante el “omitir” mi comentario, pero, suponía, aquello era solo para asegurarlo. Bostece un poco tapando mi boca con mi mano derecha y continúe observando el horizonte, era relajante, demasiado, la verdad, no importaba que estuviese ahí, seguía siendo uno de los lugares más tranquilos de todo el castillo. Escuche su pregunta y ladee levemente la cabeza analizándolo, realmente jamás me había imaginado “cayendo” solo había imaginado que volaba, una cosa algo boba en ocasiones, pero, a decir verdad, muy relajante, lo que si es que había soñado que después de volar caía. Sacudí la cabeza – la verdad es que no, no del todo, al menos, he soñado que caigo cuando estoy volando, pero siempre es por una corriente de aire o algo parecido, jamás me he caído – admití, para, luego, sonreír cuando agrego lo de que le encantaba el vacio, si, debía de ser así, si no sería una jugadora de Quidditch – así que me he topado con una amante de la adrenalina, interesante, la verdad también a mí me gusta y, si he de ser sincera, es mejor cuando te da un poco de miedo las alturas, la adrenalina se vuelve más intensa – le guiñe un ojo antes de volver mi mirada al horizonte sonriendo.

Ya me sentía mas relajada, aquel lugar tenía ese poder sobre mí, me relajaba hasta niveles insospechados, cosa que me encantaba. Me acomode mejor en mi orilla del alfeizar, mientras me garraba el cabello con una liga negra que traía como pulsera alrededor de la muñeca derecha.