Toda travesura tiene sus consecuencias -Chris-

Cuando sentí que debía despertarme, pensé que era una cruel broma que alguno de mis compañeros de habitación me estaban gastando. No podía ser que ya hubiesen pasado mis horas de sueño. Además, normalmente solía ir a correr por el lago antes de despertarme, a veces con Jean, pero ayer ya había previsto que no lo haría.

Me había acostado bastante tarde ya que me había tocado hacer mi guardia de prefecto por la noche, para asegurarme de que los alumnos no quebrantasen ninguna norma. Realmente, era algo estúpido ya que los alumnos sabían perfectamente que deambulábamos por el castillo por las noches, y estarían preparados para que no los encontrásemos en nuestras patrullas. De no ser así, es que eran un poco idiotas. No me gustaba encontrar a un Gryffindor infringiendo las notas, ya que eso significaría reducir los puntos de mi propia casa y, a veces, intentaba hacer la vista gorda, cuando no era demasiado evidente.

Mi mente intentaba sumergirse en sus propios pensamientos para que ignorase que me tenía que levantar, pero la voz de mi conciencia me atormentaba y comenzaba a desvanecer la pequeña neblina de aturdimiento a causa del sueño que me rodeaba. Estiré mis piernas y mis brazos mientras bostezaba, tras lo que salí poco a poco de la cama en dirección al baño. Podría haber ido al de prefectos, pero no disponía de demasiado tiempo. Después de volverme a desperezar, me metí en la ducha después de asearme, lavarme el pelo, secarme y vestirme, comencé a peinarme, que era lo que más tiempo me llevaba gracias a todos los remolinos que tenía en la cabeza.

Tras acabar de arreglarme, comencé a bajar las escaleras, bostezando nuevamente. Mataría por dormir dos horas más. En el espejo había visto una sombra negra contorneando mis ojos, pocas veces tenía ojeras, no me gustaban, pero hoy era uno de esos días. Lo único que conseguía despejarme un poco, y que me hacía sentir ganas de ponerme de mejor humor era pensar en el desayuno en el gran comedor, tenía un hambre voraz *O*

Al llegar a la primera planta, vi de espaldas a una alumna que se dirigía a la enfermería cojeando, apoyándose en la pared. Fruncí el ceño. Me preguntaba quien sería, pero me acercaría para ayudarla, ya que si se había hecho algo en la pierna debía de estar pasándolo muy mal. Caminé con paso firme y rápido hacia ella, y no frené hasta quedar a su lado. Cuando observé el rostro de Adhara, me sorprendí un poco. A saber lo que habría hecho para acabar así. Seguramente había sido producto de alguno de sus intentos de fastidiar a alguien. Me entraron ganas de reirme al imaginarme la escena, aunque por respeto, ni lo hice ni mostré ganas de hacerlo.

- ¿Ya desde por la mañana? Madre mía... ojalá me levantase con la misma energía que tú

Bostecé nuevamente, aunque me coloqué la mano por delante para intentar taparlo. Sabía que si intentaba ofrecerle mi ayuda, me mandaría a paseo, aunque me daba algo de lástima que fuese así sola. Vi mi sueño de ir a desayunar al gran comedor esfumarse, pero me daba igual. al fin y al cabo, pese a nuestras diferencias, no me caía mal e incluso la consideraba una amiga.

- ¿Te importa que te ayude? Después de todo, no tengo nada mejor que hacer. Así podrías contarme como has llegado a esta situación

Esbocé una sonrisa cómica, mientras que me agachaba un poco, animándola a que pasase su brazo alrededor de mi cuello y haciendo un amago de pasar el mio alrededor de su cintura, para que apoyase el peso en mi y para que fuese más cómoda

Fruncí el ceño ligeramente por sus comentarios, sobre todo por el de mi cara. Si hubiese sido otra persona, quizás hubiese ido corriendo a mirarme un espejo o de vuelta a la cama, pero conocía el humor de Aldhara, y de ella esas cosas no me molestaban ya que era su forma de ser. Acabé soltando una suave risotada antes de hablar.

- He de decir que tu comentario ha sido muy agudo, creo que me plantearé incluso el subirle los puntos a tu casa.

Bromeaba, evidentemente. Eso no se podía hacer y, aunque se pudiera, no le regalaría puntos a Slytherin, no estaba tan loco. Pese a que mi relación con ella no fuese mala, no podía decir lo mismo del resto de los compañeros de su casa, la mayoría me caían mal. Quizás fuese culpa más de la vieja rivalidad entre casas que otra cosa, pero también era verdad que había muchos que eran completamente estúpidos.

- Y no te metas con mi energía, no tengo la culpa de estar siempre así. Mis compañeros de habitación roncan demasiado alto y mi sueño no es tan reparador como debería serlo.

Esbocé una sonrisa bastante divertido, eso también era una broma. La culpa era sólo mía, y mi gusto por quedar durmiéndome hasta tarde. Además, no hacía mucho que nos habíamos reincorporado al colegio, y aún no me había acostumbrado al horario. Aunque sinceramente, este año no estaba muy seguro dw que fuera a hacerlo, no los días que tuviera que dar esos paseo nocturno.

Como había predicho, parecía reticente a aceptar mi ayuda, pero cuando intentó mover el pie pude observar como se dibujaba una mueca de dolor en su cara. Rodeé los ojos y dejé que se acomodase en mi, tras escuchar su comentario. Arqueé las cejas, como haciéndome el sorprendido.

- Vaya.. ¿Tanto se me nota? Tendré que disimular más.

Ahora fui yo quien le echó la lengua después de suspirar, haciendo como si me hubiese pillado. sonreí cuando apoyó su cabeza en mi hombro, satisfecho, y comencé a caminar junto a ella, despacio, para llegar a la enfermeria intentando evitar que le doliese. Su mano estaba en la mitad de mi espalda, ella era muy bajita. Se me había ocurrido cogerla entre mis brazos, pero sabía que sería demasiado denigrante para ella, así que esa idea la había descartado casi al momento. Me sacó de mis pensamientos cuando comenzó a comentarme que le había ocurrido, y no pude evitar unirme a su carcajada.

- Eres un caso perdido, pero bueno, he de decir que yo me hubiese apuntado al momento. Quizás si hubiese estado allí podría haber distraído al profesor de vuelo mientras tu huías con calma y así no terminarías así. ¿Es que la gente no tiene otra cosa que hacer antes de ir a clase como comer?

Volví a reirme a carcajadas. Realmente, la escena era curiosa para quien nos viera. Un Gryffindor ayudando a una Slytherin a llegar a la enfermería, y riéndose por el camino. Podríamos ser el ejemplo a seguir por nuestras casas, así se podrían echar abajo esa tonta tradición. Me preguntó el porqué de mi estado, y yo la miré como preocupado.

- Deja de decir que tengo mala cara o acabaré pensando que me pasa algo malo y me encerraré en la habitación

Con mi mano libre me acaricié la cara, como preocupado por si algo raro hubiese aparecido mientras bajaba las escaleras. Si, era cierto que mis ojeras estaban bastante pronunciadas, pero parecía como si me hubiese salido un bicho o algo.

- Si, la guardia nocturna es la causa de esto. Yo necesito mis 8 horas diarias, sino no soy nada. Además, para las veces que encontramos algo... Como si los alumnos no supieran donde meterse para no ser descubiertos.

volví a usar mi mano libre, para rascarme la nuca y me encogí de hombros. Estaba clarísimo que a algunos les encantaban los paseos nocturnos, y pocas veces nos habíamos encontrado con ellos. La puerta de la enfermería cada vez estaba más cerca, aunque aun nos quedaban unos minutos, ya que no quería apurarme y que forzase más la pierna.

- Parece que les hace gracia que rondemos por el castillo por las noches para que al día siguiente nos muramos de sueño. Bah... Creo que me plantearé el salir de mi habitación el día que me toque mi próxima guardia

Si señores, empezábamos bien el curso intentando librarme de mis tareas de prefecto. Obviamente, no lo iba a hacer, aunque ganas no me faltaban.

- ¿Tu no tuviste ningún paseo nocturno? Realmente me sorprendería si no lo hubieses dado.

giré mi cabeza para mirarla a los ojos con una sonrisa. Aunque ahora lo admitiese era obvio que no le descontaría puntos ni la castigaría. Además, acababa de confesarme que había sido ella la que había intentado hacer esa broma, así que castigarla por salir de noche sería una estupidez.

Su rostro había pasado de mostrar muecas de dolor, a tener una amplia sonrisa. Realmente, cuando estábamos juntos, nos reíamos bastante. quizás fuese debido más bien a mi humor, usualmente tenía una sonrisa para casi todo el mundo, parecía que estaba constantemente de buen humor. Eso era también, en gran parte, debido a que mis momentos de bajón prefería pasarlos sólo ya que no tenía la necesidad de que nadie me viese en esa situación. Quizás fuese un método de defensa, si, no lo discutía, pero lo prefería así. Comenzó a coquetearme, y yo le lancé una mirada cómplice. Normalmente, en estas situaciones, solía ponerme un poco nervioso, pero Adhara y yo ya teníamos este tipo de relación de coqueteos y aunque me parecía muy guapa, nunca me había planteado otra cosa con ella. Eso ayudaba a mantener mis nervios a ralla. chasqué la lengua, y asentí lentamente.

- He de reconocer que tu oferta es tentadora.. y que me has pillado de pleno, siempre he estado detrás tuya, incluso antes de conocerte en Hogwars, ya soñaba contigo por las noches

Me encogí de hombros y miré hacia el frente, con la mirada perdida, como pensativo, parecía que era un momento de reflexión y sinceridad por lo que le había dicho con anterioridad, pero sólo era para seguirle el juego.

- He de admitir que tu idea me parece tentadora... pero está el pequeño problema de tus compañeros de habitación, en primer lugar, y no olvidarnos de tus compañeros de casa. Seguro que sería muy divertido que un leoncito estuviese en medio de una madriguera de serpientes

Fruncí el ceño. Esa visión me hacía sentir escalofríos, sería digna de mis peores pesadillas. No quería ni imaginarme la cara de algunos Slytherins si dispusiesen de un Gry en su sala común. Me hizo gracia su siguiente comentario, y la miré arqueando una ceja.

- Sería mejor que lo dijeses de otra forma: tienes pijama en la sala de castigos porque te metes en demasiados problemas. No culpes a tu forma de escapar de los líos, no creo que seas tan negada. Yo diría.. más bien patosa.

Bajé mi mirada hacia su pie e hice una mueca de dolor. Estaba seguro de que eso tenía que doler. El tobillo estaba hinchado, seguramente tendría un esguince. Tras contarle como había sido mi noche, ella se colocó delante mia, agarrando con fuerza mi espalda. no pude evitar sonreír un poco, y quizás ponerme algo nervioso ante sus comentarios. Me quedé un poco bloqueado, aunque intenté reaccionar con total normalidad. No acababa a acostumbrarme a estas cosas

- Creo que empezaré a usar mi varita para encontrarte por las noches, así ya no tendremos ese problema

Acerté a decir sin que me temblase la voz, ya que era una estupidez. Hacía unos momentos, no me había puesto así, pero al sentirla tan cerca, si que sentí un ligero nerviosismo. Me reí con ella, eso ayudaría a liberar poco de nerviosismo. Habíamos llegado ya hasta la puerta de la enfermería. apoyé mi brazo sobre el marco y giré mi cuerpo hacia ella.

- ¿Te acompaño? Ya sabes, es una buena excusa para no ir a clase, y así tendría las faltas justificadas. Además, se que sin mi compañía te aburrirías mucho

Obviamente, estar en la enfermería sola debería de ser bastante aburrido, no me importaba acompañarla para que no estuviese sola. Decírselo así era una forma para que no le fuese tan violento aceptar, ya que si pensaba que yo también tenía un beneficio, pensaría que lo haría por mis propios intereses. Además, seguramente ya me perdería el desayuno, así que me daba igual.

Abrí mucho los ojos por su comentario, haciéndome el sorprendido, y no pude evitar que se me escapase una risa a través de la comisura de mis labios. ciertamente esta chica a veces me hacía sentir incómoda, pero siempre me esforzaba para pensar que era broma y así evitar mis nervios, aunque estaba casi seguro que ella los había notado, y eso quizás hiciese que me pusiese más incómodo y nervioso, hasta el punto que no podía mantener mi vista fija en ningún sitio. Tragué saliva y respiré con calma para intentar que mi corazón recuperase su frecuencia cardíaca normal.

- Realmente, no pierdes el humor pase lo que te pase. Es una de las muchas cualidades que tienes que me gustan de ti.

Ladeé ligeramente la cabeza, con una sonrisa en mis labios y le di un suave golpe en la nariz con mi dedo índice. Suspiré ante su comentario y asentí enérgicamente.

- siempre podríamos colarnos en la cocina.. no creo que nadie nos dijese nada, los elfos domésticos no creo que se lo dijesen a nadie.

Me encogí de hombros inocentemente aunque en mis labios había una sonrisa traviesa. Creo que eso era la mejor idea que había escuchado en toda la semana. Si, si.. a parte de dormilón, glotón *O*. no podía evitarlo, pero tenía una buena excusa. Mi cuerpo necesitaba combustible para funcionar. Mis ojos se iluminaron ante esa idea y mi boca comenzó a salivar ante la idea de comer en poco tiempo. Estaba seguro de que sino ingería comida, pronto mis tripas comenzarían a rugir, a modo de protesta.

Una vez entramos en la enfermería, nos indicó donde debía esperar Addy ya que ella estaba ocupada, y la acompañé hasta la camilla, ayudándola a llegar dejando que apoyase su peso nuevamente en mi. Sabía que no me lo iba a pedir, pero a mi eso me daba igual. Escuché sus palabras, mostrándome como impaciente esperando la hora en la que me tocase hablar a mi.

- Bien, a lo que te ocurrió hoy.. lo llamo ser patosa, y realmente si hubiese estado presente, creo que me hubiese reído mucho. Después, seguramente me hubiese arrepentido al ver que te habías hecho daño, pero esos minutos de risa no me los habría quitado nadie.

Me reí un poco usando mi mente para recrear el momento, ver a Addy caer al tropezar con un chico más pequeño tendría que haber sido muy divertido. cuando paré de reirme, carraspeé un poco para continuar hablando.

- Y eso no te lo discutiré, desde luego que eres como una caja llena de sorpresas que esperan ser descubiertas. Cada día que se te ocurre alguna de tus "pequeñas" travesuras - remarqué lo de pequeñas mientras que con mis manos hacia señas como de comillas - me sorprendes más

La enfermera atendió a Addie, y como había pensado, fue a por algo para desinflamar su pie. Levanté una silla que había cerca de la camilla y la coloqué justo a su lado, para sentarme. Simplemente había sido una maniobra para intentar ocultar la risa que me había salido al decir esas palabras Addy. Cuando la enfermera se hubo ido, la miré divertido, arqueando mi ceja izquierda.

- ¿Tropezaste? vaya.. estoy casi seguro de que se lo ha creído.

Volví a reírme, había sido bastante ocurrente su respuesta, aunque poco creíble. como siguiese riéndome tanto creo que acabaría llorando. Menos mal que reir supuestamente alargaba la vida, sino creo que ya estaría en mi tumba. Carraspeé un poco ante su comentario y la miré un poco sorprendida.

- ¿ Qué?

La miré con cara de sorpresa e incredulidad. No sabía muy bien a qué había venido esa pregunta, ni a que se refería. Si, era evidentente que había tenido algo con algunas chicas del colegio, pero distaba mucho de ahí a tener admiradoras. Además, me había hecho sentir un poco incómodo.

- yo.. no tengo admiradoras. Obviamente tuve algo con algunas, pero de ahí a.. no ser, tener un club de fans, hay un gran camino

Remarqué lo de club de fans. Era completamente inverosímil lo que me acababa de preguntar. ¿Acaso sabía algo que yo no? Era completamente cierto que los hombres teníamos como un sexto sentido que no nos permitía darnos cuenta de esas cosas, estaba completamente a favor de la cultura general cuando se decía que las mujeres eran más listas que los hombres. Al menos en este ámbito, sí.

- Además, aquí la que disfruta de atención, eres tu... que por donde pasas, arrasas.

Dije esta vez divertido. Addy atraía a los chicos como las flores a las abejas. Era lógico, era una chica bastante guapa y divertida. Sinceramente, era la que mejor me caía de su casa con diferencia. La enfermera volvió justo cuando terminó de hablar, y le dio un ungüento para echarse en el tobillo y un bote con un líquido para el dolor. Cuando volvió a irse, suponía que a por unas vendas o algo así, volvía dirigir mi mirada hacia ella.

- Seguro que si te quedas hasta después de que acaben las clases se forma una cola de chicos para ver como está su chica

Esbocé una sonrisa de oreja a oreja, claramente divertido por mi afirmación.

Me quedé en silencio, sopesando sus palabras. ¿Mal amigo? No lo creo, había captado su tono de broma, y sabía que ella tenía la certeza de que no lo era, sino en estos momentos no estaríamos hablando. Yo también sabía que ella no era una mala amiga, sino, tampoco estaría donde estaba. Se había dedicado a andarme en el pelo mientras hablaba, y yo se lo había permitido. Me gustaba que me andasen en el pelo, aunque dependía de quien fuese, a un completo desconocido, obviamente, no se lo permitiría. Pero Addy y yo ya llevábamos varios años de amistad. quizás el motivo por el que no eramos más amigos fuese la casa en la que estábamos, aunque fuese patético admitirlo, y nuestro fuerte carácter. Ninguno de los dos reconocíamos nuestros errores, y eso era algo que a veces provocaba que chocásemos un poco. De todas formas, eso no ocurría con asiduidad.

- Sabes perfectamente que mi primer instinto sería reirme.. aunque después me preocupase por ti y me arrepintiese. Pero estoy seguro de que cuando el dolor desapareciese tu también te reirías... y no me quiero imaginar las carcajadas que soltarías si yo hubiese estado en tu lugar.

La miré fijamente con una media sonrisa, porque sabía que tenía razón, aunque ella no lo admitiese. ella siguió con su broma del club de fans y yo la miré atentamente, conteniendo la risa para que no chocase con su aspecto tristón. Finalmente di rienda suelta a una sonora risotada.Cuando acercó su cabeza hacia mi, incliné mi espalda para darle un beso en la frente.

- Eso por ser mi mayor fan.. en el fondo era completamente consciente. Nuestros encuentros casuales sabía que estaban programados perfectamente por ti.. Incluso llegaría a afirmar que esto solo fue uno de tus juegos para encontrarnos.

Bromeé. La verdad es que esta charla con Addy estaba haciendo que todo mi sueño se desvaneciese, y mi humor mejorase en gran medida. Cuando me desperté hacía ya aproximadamente una hora, hubiera matado a todo el que se hubiese cruzado conmigo. Pero ahora estaba de un extraño buen humor que, realmente, no era nada inusual en mi.

- Vale, es cierto. Lo admito... Realmente, yo también tengo un club de fans. si vieses mi habitación, verías que las paredes están repletas de fotos tuyas en distintos lugares de Hogwarts. Algún día conseguiré declararte mi amor, cuando reúna el suficiente valor

Le guiñé un ojo. Vi sorprendido como movía su pie, parecía que lo que le había dado había sido milagroso. Iba a pedirle que parase, ya que no quería que la fastidiase, pero no me dio tiempo. antes de poder decírselo, ya se había levantado y tiraba de mi para que nso fuésemos. Suspiré, y decidí no contrariarla, ya que sabía que no iba a cambiar de opinión.

- De acuerdo, de acuerdo..

Negué con la cabeza, sorprendido por su pronta recuperación y su capacidad para intentar escabullirse de los problemas sobre todas las cosas. Me acerqué a ella caminando con cuidado, y asegurándome previamente de que la enfermera no miraba hacia la puerta, ya que estaba mirando unos papeles, salí de allí tirando de la túnica de Addy para que me siguiese. Cuando salimos, me llevé un dedo a los labios, indicándole que estuviese en silencio. Una vez que nos separamos lo suficiente, me relajé un poco y la miré con el ceño fruncido.

- Como después te quejes del pie, te haré un esguince en el otro.

Miré hacia los lados, como alguien nos pillase en estos momentos, no sabía que excusa íbamos a poner. Bueno si, que acabábamos de salir de la enfermería y que nos dirigíamos a nuestras clases. Además yo era prefecto, así que serñia bastante creíble. La miré, emocionado, y le di un ligero codazo en el costado, suavemente para no hacerle daño, para que me prestase atención.

- ¿Vamos a la cocina? Tengo un hambre que me muero....

ella seguía acariciándome el pelo, y yo entrecerré un poco los ojos disfrutando la sensación. Quien hubiese visto la escena, habría pensado que Addy era mi dueña y yo una especie de gatito por lo dócil que me volvía, solo me faltaba ponerme a maullar. ella dijo que era un amigo grandioso, y no pude emitir una sonrisa por su comentario. Objetivamente, no me consideraba mal amigo. Quizás no fuese el mejor, pero desde luego jamás traicionaría a nadie de mi circulo, pasara lo que pasase, aunque nos enfadásemos.

- Eso ya lo sé... no me dices nada nuevo. Tu tampoco te quedas atrás

Le guié un ojo. ciertamente lo pensaba, sino no se lo hubiera dicho. Lo primero que había dicho había sido más que nada una exageración, tampoco creía que mereciese un calificativo tan grande. La miré atentamente cuando decía que se metía en líos para que yo la rescatase, y asentí.

- Ya lo sé, si en verdad no eres para nada conflictiva ni rebelde.. simplemente quieres llamar mi atención.

Afirmó que ya sabía que yo también era su fan y me reí, sin poder evitarlo. Realmente me daban ganas de hacerme una camiseta a modo de broma, seguro que entonces Addy se moriría de risa. cuando me fuese a mi casa, la encargaría en una tienda de camisetas muggles que había cerca de mi casa. Tras huir de la enfermería, y de que yo amenazase bromeando a Addy, ella no me tomó en serio. yo suspiré sonoramente.

- Nadie se toma en serio mis amenazas... ¿tan transparente soy?

Siempre que decía algo por el estilo, siempre me respondían lo mismo. Eso me hacía sentir bien, porque significaba que confiaban en mi y significaba que sabía que no les haría daño, pero nadie me tomaba en serio -.-"

- Obviamente, no sería capaz ni de.. no se, arrancarte un pelo.

Fruncí el ceño, haciéndome el enfadado por tener que admitir eso, y me reí. Tras darle el codazo, ella me dio un golpe en el hombre

- Ay..

Exclamé yo también, y me acaricié la zona que me había golpeado, fingiendo como si me doliese. Iba a decirle algo, pero me interrumpió con su pregunta, que hizo que en mi cara se me dibujase nuevamente una radiante sonrisa *O*

- cualquier cosa me sirve, con que sea dulce y en grandes cantidades

En mi rostro se dibujó una expresión muy infantil, de felicidad absoluta, como si fuese el dñia de navidad y tuviese ante mi muchos regalos, pues la idea de comer ahora se me antojaba deliciosa. ella me agarró de la mano y comenzamos a correr hacia una de las puertas secretas de la cocina. Nos aproxímabamos a gran velocidad, saqué mi varita apuntando a la zona

- Dissendium

el pasadizo se abrió de par en par, y así pudimos seguir corriendo sin detenernos. Guardé nuavemente la varita y seguí corriendo hacia allí con Ady.

- ¿alguna sugerencia de desayuno?

La boca ya se me hacía agua imnaginándome el gran manjar del que dispondríamos cuando llegásemos. Seguro que los elfos nos daban todo lo que pidiésemos, siempre lo hacían.

- Creo que por la gran sugerencia que has tenido, has escalado muchos puestos en mi lista

Dije bromeando y le eché la lengua. Parecía como si me hubiese leído la mente en ese momento.

La miré con los ojos muy abiertos, escuchando atentamente lo que me decía que iba a desayunar. Mis ojos estuvieron a punto de salirse de sus órbitas. Tenía todo una pintaza tremenda. Acababa de cambiar mi menú para desayunar, y creo que comería exactamente lo mismo que ella. Uno de los motivos por los que hacía tanto ejercicio era porque la comida era uno de mis mayores placeres, y prefería comer más, aunque después tuviese que hacer algo de ejercicio. Mi barriga gruñó ligeramente, al escuchar hablar de todos esos manjares y aun no tenerlos delante o estarlos ya saboreando. Desvié mi mirada hacia abajo y me acaricié el abdomen con la mano que tenía libre.

- Tranquila pequeña, pronto estarás a punto de reventar.

Giré mi vista hacía Addy, eso acababa de sonar a enfermo mental. Me empecé a reír ruidosamente hasta el punto que casi me salen algunas lágrimas.

- No sabes lo violenta que se puede llegar a poner mi barriga sin alimento, es como si fuese una persona a parte en vez de una parte de mi.

Me rasqué la nuca mientras le echaba la lengua. violenta, desde luego que no se ponía porque era una parte de mi, pero que gruñía como si fuese un animal enfadado, de eso no había ninguna duda. Además, eso era muy incómodo porque me avergonzaba completamente. Ella se quedó rezagada, no sabía bien porque, así que aminoré el paso para que no se quedase muy atrás. De pronto noté como saltaba encima mía y me reí cuando me dio el mordisco.

-¿ Mi cara de niño bueno? empezaré a ensayar ante el espejo expresiones de mal humor y me dibujaré alguna cicatriz, así seguro que se me toma en serio

Lo dije sin titubear, y como si lo estuviese diciendo completamente en serio, aunque de momento no estaba tan loco. Se bajó de mi espalda y me adelantó unos pasos. Arqueé una ceja, expectante. Sabía que ahora probablemente Adhara fuese a hacer alguna de sus actuaciones, y eso me intrigaba. Me dio unas clases prácticas de actuación. En la primera, la verdad es que hubo un momento que incluso me lo tomé en serio y pensé en dejar de bromear.

- Ad...

Le dije con un tono que decía: para. La miré a los ojos, y le di otro beso en la frente. Era el sitio que me quedaba más a mano ya que era bastante más alto que ella.

- Desde luego, tendrías un gran futuro como actriz pero... no vuelvas a hablarme como en tu primera actuación, si? Impones... mucho respeto, demasiado quizás

Cuando me dio el beso, gruñí y asentí como enfurruñado. Giré mi vista sus ojos.

- Más te vale.. que así das algo de miedo. Además, sé que en el fondo eres un sol, conmigo no tienes que sobre actuar

Esbocé una sonrisa burlona como ella me había dirigido a mi anteriormente y le eché la lengua. Realmente, en ese momento, se había comportado como una Slytherin de pura sangre, realmente lo era. Pero sabía que en el fondo no era así, y que esa apariencia fría simplemente era una cubierta. Me alegraba que conmigo no se comportarse de esa forma, porque me daba a entender que le importaba, y ella a mi también lo hacía. No sabía como habíamos llegado a ese punto, pero lo habíamos hecho.

cuando llegamos a la cocina, carraspeé cuando Addy empezó a pedirle a los elfos de mala forma comida, aunque ante mi sonido se relajó y lo pidió finalmente de buenas maneras. Sonreí por como lo había hecho y le guiñé un ojo. Tras pedir lo que queríamos, Addy se dirigió a mi y yo no pude evitar reirme.

- ¿Los gryffindors? Tampoco es que todos seamos iguales, generalizar es malo, deberías de saberlo. Si hubiesemos generalizado, ¿crees que ahora mismo estaríamos hablando? Sé que es lo que te digo siempre, pero... lo diré hasta que se te meta en la cabecita

Le di un golpe suave en la cabeza con el puño, sin hacerle daño, y volví a reirme. Probablemente no me hiciese caso, pero era demasiado persistente como para dejar que lo dijese y yo no responderle.

- ¿Realmente vamos a tener esta conversación?

Me rasqué la nuca. Siempre que hablábamos de estos temas, acabábamos discutiendo. Y ambos eramos demasiado testaduros como para reconocer que el otro tenía razón, aún así yo seguiría intentándolo.

- Precisamente porque son seres, como nosotros, deberíamos de tratarlos igual. Cada uno tiene su función en el mundo mágico, si alguien faltase, la vida sería más complicada.

Me quedé pensativo, para exponerle un ejemplo y pudiese comprenderme mejor.

- Piensa por ejemplo en los duendes. Si no fuese por ellos, Gringotts no existiría. Los magos no tendrían donde guardar su dinero o sus objetos más valiosos y protegerlos de cualquier ladrón o mago oscuro.

Me rasqué la barbilla, mirando hacia el techo esperando que me llegase más inspiración. Era obvio que cada miembro de la comunidad tenía su papel.

- Por ejemplo, los Thestral, son los que tiran de los carros del colegio. Realmente, ejercen trabajos que nos facilitan la vida a nosotros, pero no por ello podemos degradarlos. Al fin y al cabo, esto fue simplemente suerte. Imagínate que los elfos un día se revelasen contra nosotros y nos convirtiésemos en sus esclavos. No es una idea tan descabellada, poseen magia como nosotros... Imagínate por un segundo que trabajases para un elfo y estuviese todo el día reclamándote cosas, insultándote y tratándote mal..¿que te parecería?

Tragué saliva, casi me había ahogado. Había dicho todo esto de carrerilla sin descansar, pero es que siempre que me trataban ese tema me exaltaba demasiado.

- O imaginate por ejemplo, que el día de mañana trabajases en el Ministerio. ¿Te gustaría que te tratase como algunos magos tratan a los elfos?

Adhara parecía escucharme con atención, aunque sabía que las cosas no se quedarían así, con tal facilidad. Era una chica que luchaba por los ideales que tenía, y me sorprendería que a estas alturas lo dejase correr. De todas formas, por la expresión de su mirada y de sus facciones, sabía que ahora me tocaría escuchar a mi atentamente su exposición. Mientras escuchaba, comía poco a poco, con cuidado de no mancharme ya que no miraba a mi plato, sino hacia ella. Me gustaba mirar a los ojos cuando hablaba con alguien.

Como había hecho ella, decidí que acabase de hablar para participar nuevamente. Arqueé las cejas y no pude reprimir una sonrisa, cuando me dijo que podía tener algo de razón. Escuchar esas palabras salir de sus labios era más suculento que la gran comida que estaba saboreando.

- De acuerdo, de momento no hablaré más porque estamos comiendo... pero sabes que otro día retomaremos la conversación

Me reí. Fuese por ella o por mi, siempre acabábamos hablando de lo mismo. Parecía que estábamos destinados a terminarla aunque ninguno de los dos no quisiera para no discutir más. Seguía comiendo con tranquilidad, hasta que me hizo su pregunta. Alcé mi vista hacia ella nuevamente, con la boca llena, y mastiqué rápidamente para responderle.

- Pues.. ciertamente no, sabes que yo solo soy tuyo.. y tu me desprecias, así que tendré que pasarme toda la vida en soledad

Me encogí de hombros, como si fuese evidente. Fuera bromas, no me veía ahora mismo con pareja estable. Desde que tenía uso de razón jamás me lo había imaginado, era un alma bastante libre. Era una persona bastante amable y cariñosa, pero lo del amor.. me parecía demasiado cursi. No creía en amar tanto una persona como para desear pasar toda la vida con ella. En mi opinión era mucho mejor estar con quien quisieras en el momento adecuado.

- Eso de una relación cerrada... a nuestra edad al menos, no me parece una opción demasiado atrayente. Y una relación abierta, no la veo como una relación.. así que sólo creo que se está mucho mejor.

Bajé mi mirada hacia el plato y me mordí el labio inferior. Lo que había dicho era cierto. No sabía como había sonado en oídos de otros, pero no iba a mentir.

- Creo que tu eres partidaria de lo que digo.. ¿no? Sería muy extraño verte de la mano de algún chico y jurarle amor eterno... algún chico que no fuese yo, evidentemente

Bromeé y me reí. Volví a bajar la mirada a mi plato para comer más. Ya casi había terminado, había comido bastante deprisa.

Ella me dijo que acabaríamos juntos, no asentí con una sonrisa, como si sus palabras estuviesen cargadas de razón. Ciertamente, Adhara y yo teníamos muchas cosas en común, formas de pensar y comportamientos. Tenía una conexión con ella que no tenía con otra gente, y no podía negar que era una chica preciosa. Sin embargo, nuestra amistad estaba muy avanzada, y pensar en lal como algo más... sería un poco extraño.

- ahora lo entiendo.. entonces ahora pasas de mi para que ambos disfrutemos porque nuestro futuro, claramente, es estar juntos. Me gusta como piensas.

Ciertamente estaba disfrutando de la comida, y de la compañía. sino estuviese tan ocupado comiendo, ahora mismo le habría dado otro golpecito en el hombro. Cogió un racimo de uvas, y comencé a comer de dos en dos mientras escuchaba lo que Adhara opinaba sobre las relaciones. Mientras masticaba, asentía y hacía ruidos con la garganta, dándole la razón. Con 17 años, la misión de buscar al amor de tu vida me parecía completamente subrealista. Había demasiadas cosas por vivir de momento. Me reí por sus últimas palabras y su pose. Tuve que darme unos golpes en el pecho, porque me había atragantado y tosí un poco.

- No mi amor, no juego contigo... Simplemente deseo que disfrutes un poco más tu vida de soltería, porque después sólo seremos tu y yo, abrazaditos y dándonos besos tooodo el día

Remarqué ese todo. Pese a que era bastante cariñoso con mis amigos, la idea de pasarme todo el día con alguien colgado, dándome besos y abrazos me horrorizaba y me estresaba. Un escalofrío me recorrió en medio de esos pensamientos. Escuché nuevamente lo que Addy me decía y una sonrisa se mostró en mi rostro. Sabía que lo decía de broma. Ladeé la cabeza y la miré fijamente a los ojos.

- Sabes que no... yo te esperaré. Pero el día que te rapte tu futuro amor... tendré que buscarme la vida. Aún así, todo el mundo sabría que estábamos hechos el uno para el otro y la gran pareja que hacíamos cuando eramos amigos

Le eché la lengua. Estaba seguro de que Addy acabaría antes con alguien que yo, y sino, sería al mismo tiempo. Estas cosas me hacían pensar en que nos quedaba poco tiempo para que nuestras andanzas en Hogwarts acabasen, y era algo que no me gusta imaginar. Si, no me gustaba estudiar, lo hacía porque era mi deber y punto. Pero otra cosa era irme de ese sitio y dejar atrás a todos mis amigos, porque digan lo que digan, al final la distancia siempre hace que olvidemos los buenos momentos vividos.

- Yo.. sólo te voy a decir una cosa Addy. Deberías de ir pensando en algo para que hagamos en séptimo, antes de irnos, para ser recordados por siempre en este colegio. Sería divertido ver las caras de todos si hiciésemos algo grandioso.

Me reí, imaginándolo. En estos momentos no se me ocurría nada que pudiésemos hacer, pero estaba seguro que si ambos nos centrásemos en eso lo conseguiríamos.

- Sería genial convertir a algún profesor en un pollo... si me imagino al ex-director de Dumstrang convertido en pollo,creo que no podría parar de reírme.

Con lo serio que era ese hombre, sería un contraste bastante divertido. Aunque si llegásemos a hacerlo creo que nos arrepentiríamos en ese momento. Aún así, esbocé una sonrisa divertido.

Realmente, no me desagradaba la idea de pasar tiempo con Addy. Pese a nuestras discusiones, que tampoco solían durar mucho porque ambos sabíamos que ninguno cedería, el resto del tiempo disfrutaba mucho su compañía. Me hizo gracia lo que dijo acerca de cambiar mi comportamiento, y no tardé en negar enérgicamente con mi cabeza. Me llevé la mano derecha al pecho, colocándola sobre el corazón.

- Te prometo que eso jamás ocurrirá. Además, yo también odio ese comportamiento. Y no me gustan nada las parejas que van por la calle como si estuviesen en su casa, en la intimidad, metiendose mano todo el rato, o que se ponen apelativos ñoños y están todo el día diciéndo que no podrían vivir el uno sin el otro

En mi cara se podía observar claramente una mueca de asco. Odiaba a esas parejas, era un horror estar todo el día así, como si no hubiese nada más en el mundo.

- Sé que no lo harás, pero como acabes con alguien y te haga cambiar y te vuelvas así... te encerraré en unas mazmorras y te haré todo tipo de bromas y maldades hasta que vuelva a aflorar tu carácter. Se que me lo acabarías agradeciendo

Le eché la lengua, aunque se lo decía en serio. No veía a Addy como la mítica chica que se comportaba así, pero la advertencia quedaba en el aire. Parecía que le había gustado mi idea, sonreí satisfecho.

- ¿Repetir? Que va... siempre se puede culpar a otro

Le eché la lengua. Sabía que este plan no lo llevaríamos a cabo, era demasiado quizás, pero había que admitir que era muy gracioso y que si alguien llegase a hacerlo se convertiría en mi ídolo.

- Es una gran idea... Aunque si lo pillamos de improvisto, no creo que lograse hacer nada. Al fin y al cabo, no creo que sospechase que querríamos convertirlo en pollo. Después lo metemos en algún sitio de cristal para que todo el mundo pueda disfrutar de nuestra obra

Podría llegar a ser algo grandioso. En mis ojos se reflejaba felicidad, quizás un poc infantil, que se vio borrada por su insinuación sobre una broma que iba a gastar a las chicas de mi casa. Fruncí el ceño, aunque me relajé un poco más cuando dijo que a Sarah podría advertirla para que no le pasase nada.

- Estoy completamente en contra, pero me gusta que excluyas a Sarah. De todas formas, Lily y Everleigh podrían ser salvadas también, ¿no?

La miré haciendo pucheros y poniendo cara de pena, para ver si se le reblandecía el corazoncito y me permitía apartarlas también a ellas de sus planes.

- De todas formas, no sabía que te llevases bien con Sarah.

Le dije un poco sorprendido. La verdad es que pocas veces las había visto hablando, si lo había hecho, realmente no me acordaba de si tan si quiera las había visto alguna vez juntas, y Sarah no me había comentado nada (?)

- Es muy buena niña, de lo mejorcito de Hogwarts desde luego. Creo que podrías llegar a llevaros muy bien