Conociendo a alguien nuevo... [Caroline Dunst]

La muchacha salió de la mansión de su abuelo roja de pura furia, por primera vez podía decir que su sonrojo no se debía a la vergüenza, pero es que apenas podía entender cómo es que los familiares de su padre podían ser tan distintos a su progenitor, de hecho para ella lo único bueno de estar en esa inmensa casa era su tío Nicholas y su prima Alexandra, sin ellos ese lugar sería un verdadero fastidio imposible de soportar. Caminó sin rumbo por unos cuantos segundos hasta que se encontró con uno de los transportadores para ir a Hogsmeade y sin pensarlo dos veces, luego de comprobar que andaba trayendo algo de dinero, tomó el artefacto y apareció en una de las calle de su verdadero mundo.

Apenas llegó se percató de que las calles estaban bastantes transitadas y a decir verdad eso no la sorprendió, Arthur a menudo decía que en Inglaterra la gente dejaba todo para última hora y como mañana era el primer día de clases lo más probable es que la gente siguiera haciendo sus compras, algo verdaderamente ridículo para la joven y madura Caroline que tenía todas sus cosas ya empacadas desde hacía una semana, era maniática por el orden y la puntualidad, no por nada era prefecta de su casa desde quinto año.
Con una ceja arqueada observando como la gente a penas podía pasar al lado de la otra encontró una tienda de libros que hizo que se detuviera en seco, si había una debilidad para la pequeña rusa era esa, amaba los libros tanto como deseaba volver a su país natal.

Al comprobar que tenía dinero suficiente para comprarse unos cuantos libros, entró al local con una sonrisa dispuesta a dejar todo la rabia y malos pensamientos atrás, no permitiría que su desagrado por su nueva familia le quitaran el preciado momento que tenía con los libros. Comenzó a recorrer sus estanterías hasta encontrarse con una que le llamó la atención más que las demás pues había visto un libro que de hecho no debería estar ahí, la estantería era de hechizos básicos, pero el hechizo Homorphus era tan complejo de hacer e imposible de creer que la muchacha siempre pensó que sólo era una mito. Su mente comenzó a procesar especulaciones de todo tipo al ver el nombre de ese hechizo en la cubierta del libro y comenzó a ponerse de puntitas para poder alcanzar dicho documento, sin embargo en ese momento un joven pasó a su lado provocando que la muchacha perdiera el equilibrio y varios de los libros cayeran al suelo, incluido el que ella quería - ¡Oh, genial! - la ironía y un poco de rabia que se escuchó en sus palabras quedaron impregnadas en el aire mientras se agachaba en busca del bendito libro escuchando las palabras burlescas del joven - Ouh, lo siento... no quería incomodarle - comentó sentándose en el suelo para que el caballero pudiera seguir con su rumbo, lo que menos quería era problemas, odiaba los problemas y necesitaba encontrar lo que andaba buscando para poder comprarselo.

El muchacho no tardó en pasar por el lado de Caro provocando que nuevamente volviera a su tarea segura de que ya no tendría más interrupciones, sin embargo no pasó mucho tiempo antes de que el moreno volviera esta vez agachándose a su lado. La pequeña rubia se quedó paralizada por un momento al verlo ser tan cordial y mucho más después de sus palabras, la verdad es que no estaba acostumbrada a que los ingleses fueran cortés con ella, debía ser porque en casa de su abuelo casi todos la ignoraban, eso por decir lo menos - Gra - gracias... - murmuró de forma suave sintiendo como sus mejillas comenzaban a sonrojarse, cosa que le pasaba casi la mayor parte del día, pues el hecho de que su piel fuera extremadamente blanca hacía que hasta el más leve rubor se le notara.

Mientras recogían los libros escuchó atenta las palabras de su ayudante y su ceja izquierda se arqueó de forma perfecta ante la mención del segundo hechizo, Caroline era la típica niña que nunca había sido aventurera y prefería las cosas seguras antes de lo nuevo, pero lo que no se podía poner en duda era que parecía una enciclopedia andante, leía tanto que en su mente tenía todas las aventuras que podría desear y toda la información que alguien pudiera necesitar así que podíamos decir con toda certeza que si bien nunca había realizado el hechizo "Fidelius" lo conocía a la perfección. Lo miro por unos segundos sintiendo como su ceja volvía a la normalidad para dar paso a un ceño fruncido - Pues claro que le puedo ayudar - su voz sonó con cortesía en todo momento mientras recordaba donde había visto un libro con hechizos de ese tipo, la curiosidad por saber por qué quería un libro así se había posado en su interior, pero por más que le pareciera curioso o algo turbio la muchacha no se negaría a ayudarle, nunca le negaba la ayuda a nadie.

Terminaron de recoger los libros y Caro se aferró a la mano del moreno con fuerza para poder levantarse - Muchas gracias - la cortesía en los hombres era algo agradable de ver para la pequeña - Un gusto señor de Vaolis, mi nombre es Caroline Dunst - una sonrisa se curvó en los labios y se agrandó al ver que el apuesto joven le correspondía, lo que no sabía la pequeña es que era muy probable que el muchacho reconociera su apellido, pues su abuelo, Anthony, había sido uno de los más leales mortífagos en su tiempo, muy amigo de Lucius Malfoy, cosa que no estaba en el conocimiento de la pequeña, de hecho ni siquiera sabía lo que era un mortífago.

Lentamente se dio la vuelta para acercarse a la mesa más cercana y dejar todos los libros que llevaba en su mano esperando que el joven Matthew la siguiera con los libros que él había recogido pues tenía que rebuscar entre todos hasta dar con el que le interesaba - si mal no recuerdo - comentó apenas llegaron a la mesa - entre uno de estos libros pueden haber hechizos que le interesen - sus azules ojos miraron directamente al joven pensando en si confesarle o no el hechizo que había encontrado en la cubierta de uno de dichos libros - pues antes de que se me cayeran producto de mi torpeza, habría jurado leer el hechizo Homorphus en uno de ellos - con sutileza corrió una silla para poder sentarse a gusto para luego volver a mirar al joven - ¿Le interesa buscar conmigo? - su mirada pensativa quedó pegada en el rostro de Matthew esperando respuesta.