Un poco de adrenalina {Frutillita con Crema ñami ñami}
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Un poco de adrenalina {Frutillita con Crema ñami ñami}
Jueves, tercera semana de clases, cinco de la tarde.
La muchacha quedó mirando el regalo que le había enviado su prima mayor con alegría infinita aunque su hermano lo único que tenía en sus ojos era recelo, para empezar porque era un artefacto muggle y su prima los odia y en segundo y muy sospechoso lugar porque en las tres semanas que habían estado en la casa de su abuelo ni siquiera una sonrisa por cortesía le había dedicado Antonella a Caroline ni a él - ¿No crees que es algo sospechoso? – Preguntó Stefan con el ceño fruncido mirando la patineta - ¡Ay Stefan! Siempre piensas lo peor de las personas, voy a probarla – comentó entusiasmada tomando el casi rectangular artefacto saliendo a prisa de la sala común - ¡Caro ni siquiera puedes estar arriba de una escoba! – Gritó tratando de alcanzarla pero le fue imposible, la pequeña ya había salido del barco – Te caerás en dos segundos – se encogió de hombros su hermano menor entrando nuevamente a la sala común sabiendo que su hermana ya no podía escucharlo.
La rubia apenas tocó la tierra que rodeaba el lago dejó la patineta en el suelo notando como sus ruedas quedaban atascadas con el barro que se formaba por la humedad que provocaba la estación en la que se encontraban, quedaba muy poco para el invierno y los al rededores ya estaban comenzado a gritarlo con su naturaleza. Frunció el ceño pensando en la forma de hacer que el artefacto pudiera andar sin mayores problemas y apenas se le ocurrió un hechizo sacó su varita y con una expresión de entusiasmo típico de una niña de cinco años subió a la patineta tratando de ocultar un poco su nerviosismo pues nunca había hecho algo tan loco antes de que comenzara a tomar clases de vuelo con Adhara, al parecer la Sly había logrado que Caro desarrollara un pequeño cariño por hacer cosas algo extremas. La patineta poco a poco comenzó a andar cada vez más rápido hasta que la muchacha comenzó a asustarse de verdad - ¡AAAH! – Gritó con miedo para luego subir su mirada que estaba constantemente en el suelo fijándose de que había una chica a unos pocos metros de ella - ¡Frutillita cuidado! – Gritó al darse cuenta de que era la primera amiga que había hecho en el colegio.
Lamentablemente la patineta iba más rápido de lo que la pequeña Caroline hubiese deseado y su amiga no alcanzó a hacerse a un lado por lo que chocaron y ambas rodaron por el pasto que rodeaba el lago mientras observaban como la patineta chocaba contra un árbol rompiéndose en mil pedazos – ¿Frutillita estás bien? – le preguntó la blondy preocupada sin embargo al notar que estaba todo en orden estalló en risas sin poder contenerse aún acostada en el césped sin poder levantarse debido a las carcajadas que salían de su boca. Al principio se preocupó un poco por su patineta, pero era consciente de que con un simple hechizo todo volvería a la normalidad dejando su regalo de una sola pieza.
La muchacha quedó mirando el regalo que le había enviado su prima mayor con alegría infinita aunque su hermano lo único que tenía en sus ojos era recelo, para empezar porque era un artefacto muggle y su prima los odia y en segundo y muy sospechoso lugar porque en las tres semanas que habían estado en la casa de su abuelo ni siquiera una sonrisa por cortesía le había dedicado Antonella a Caroline ni a él - ¿No crees que es algo sospechoso? – Preguntó Stefan con el ceño fruncido mirando la patineta - ¡Ay Stefan! Siempre piensas lo peor de las personas, voy a probarla – comentó entusiasmada tomando el casi rectangular artefacto saliendo a prisa de la sala común - ¡Caro ni siquiera puedes estar arriba de una escoba! – Gritó tratando de alcanzarla pero le fue imposible, la pequeña ya había salido del barco – Te caerás en dos segundos – se encogió de hombros su hermano menor entrando nuevamente a la sala común sabiendo que su hermana ya no podía escucharlo.
La rubia apenas tocó la tierra que rodeaba el lago dejó la patineta en el suelo notando como sus ruedas quedaban atascadas con el barro que se formaba por la humedad que provocaba la estación en la que se encontraban, quedaba muy poco para el invierno y los al rededores ya estaban comenzado a gritarlo con su naturaleza. Frunció el ceño pensando en la forma de hacer que el artefacto pudiera andar sin mayores problemas y apenas se le ocurrió un hechizo sacó su varita y con una expresión de entusiasmo típico de una niña de cinco años subió a la patineta tratando de ocultar un poco su nerviosismo pues nunca había hecho algo tan loco antes de que comenzara a tomar clases de vuelo con Adhara, al parecer la Sly había logrado que Caro desarrollara un pequeño cariño por hacer cosas algo extremas. La patineta poco a poco comenzó a andar cada vez más rápido hasta que la muchacha comenzó a asustarse de verdad - ¡AAAH! – Gritó con miedo para luego subir su mirada que estaba constantemente en el suelo fijándose de que había una chica a unos pocos metros de ella - ¡Frutillita cuidado! – Gritó al darse cuenta de que era la primera amiga que había hecho en el colegio.
Lamentablemente la patineta iba más rápido de lo que la pequeña Caroline hubiese deseado y su amiga no alcanzó a hacerse a un lado por lo que chocaron y ambas rodaron por el pasto que rodeaba el lago mientras observaban como la patineta chocaba contra un árbol rompiéndose en mil pedazos – ¿Frutillita estás bien? – le preguntó la blondy preocupada sin embargo al notar que estaba todo en orden estalló en risas sin poder contenerse aún acostada en el césped sin poder levantarse debido a las carcajadas que salían de su boca. Al principio se preocupó un poco por su patineta, pero era consciente de que con un simple hechizo todo volvería a la normalidad dejando su regalo de una sola pieza.
Caroline DunstPREFECTO/A DE DURMSTRANG - Mensajes : 176
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Fecha de inscripción : 06/04/2011
Re: Un poco de adrenalina {Frutillita con Crema ñami ñami}
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Mi cuarto estaba todo desordenado y habían miles de papeles de chocolates por todos lados, mis libros botados, la cama desecha y en sima de ella dormía tranquilamente mi gato, no tenia la menor idea de lo que había pasado, al sentarme en mi cama me di cuenta de que mi gato tenia toda su boca manchada de chocolate, -¡Hey te comiste todos mis chocolates!- el gato salto de un brinco al escuchar mi regaño, - Mi... mi.. dormitorio ¿Qué es lo que paso aquí?- Levantándome rápidamente de donde me encontraba sentada tome al gato en mis brazos y lo desafié con la mirada -¿Tu hiciste todo este desorden?- el pobre gato miraba a todos lados, y el terrible desorden que había, no era ni capas de mirarme a los ojos, ya no le daría mas pescado, y lo castigaría por una semana por todo lo que había echo, deje el gato en el suelo y empece a ordenar mi dormitorio con un poco de magia.
Al fin había terminado de ordenar el desorden que había dejado chocolate, mi tonto gato, estaba arrepentida de a verle puesto ese nombre, tal ves por eso tenia esa misma adicción que yo por esa bendita golosina, saque dentro de mi baúl mi capa y me la puse sobre mi espalda, amarrándola cerca de mi cuello, tome mi barita que me había servido de mucha ayuda al limpiar el desorden y salí de mi dormitorio, necesitaba aire fresco, había casi desperdiciado todo mi tiempo, pase por la biblioteca ya que quedaba cerca de mi sala común y tome el primer libro que me intereso y le pedí al bibliotecario si podría prestarme el libro por algún tiempo, el bibliotecario aceptó y empece a buscar en mi mente algún lugar donde poder leer tranquilamente pero fuera del castillo.
Parecía una vagabunda no encontraba ningún lugar para leer tranquilamente, que lugar piensa Camille, piensa -¡El lago!- dije motivada, y algunas personas se quedaron mirándome como si fuera una completa loca, simplemente los ignore y seguí mi camino. Me senté cerca de la orilla del lago y comencé a leer, pero un ruido como ruedas me distraía, seguí leyendo como si no hubiera escuchado nada hasta que escuche mi sobrenombre, frutillita, era ¡Caro! mi primera amiga que había conocido en Hogwarts, pero analizando bien sus palabras ¿De qué tenia que tener cuidado? dándome vuelta, supe la respuesta la pequeña rubia venia a toda velocidad en una patineta, no alcance ni siquiera a mover un dedo cuando sentí el choque que hubo entre las dos y ambas rodamos por el pasto que rodeaba el lago, -Si... creo- respondí ala pregunta con el ceño un tanto fruncido, no estaba segura si me sentía de el todo bien, ya que me había pegado fuerte en la cabeza, pero al ver como caro se reía a carcajadas, empece a reírme sin poder parar también la risa de caro era pegajosa, respirando profundo me levante y ayude a caro a pararse también, -No sabia que Hogwarts permitía patinetas asesinas- dije entre risas no podía parar de reírme y ya me dolía el estomago por tanta risa.
Al fin había terminado de ordenar el desorden que había dejado chocolate, mi tonto gato, estaba arrepentida de a verle puesto ese nombre, tal ves por eso tenia esa misma adicción que yo por esa bendita golosina, saque dentro de mi baúl mi capa y me la puse sobre mi espalda, amarrándola cerca de mi cuello, tome mi barita que me había servido de mucha ayuda al limpiar el desorden y salí de mi dormitorio, necesitaba aire fresco, había casi desperdiciado todo mi tiempo, pase por la biblioteca ya que quedaba cerca de mi sala común y tome el primer libro que me intereso y le pedí al bibliotecario si podría prestarme el libro por algún tiempo, el bibliotecario aceptó y empece a buscar en mi mente algún lugar donde poder leer tranquilamente pero fuera del castillo.
Parecía una vagabunda no encontraba ningún lugar para leer tranquilamente, que lugar piensa Camille, piensa -¡El lago!- dije motivada, y algunas personas se quedaron mirándome como si fuera una completa loca, simplemente los ignore y seguí mi camino. Me senté cerca de la orilla del lago y comencé a leer, pero un ruido como ruedas me distraía, seguí leyendo como si no hubiera escuchado nada hasta que escuche mi sobrenombre, frutillita, era ¡Caro! mi primera amiga que había conocido en Hogwarts, pero analizando bien sus palabras ¿De qué tenia que tener cuidado? dándome vuelta, supe la respuesta la pequeña rubia venia a toda velocidad en una patineta, no alcance ni siquiera a mover un dedo cuando sentí el choque que hubo entre las dos y ambas rodamos por el pasto que rodeaba el lago, -Si... creo- respondí ala pregunta con el ceño un tanto fruncido, no estaba segura si me sentía de el todo bien, ya que me había pegado fuerte en la cabeza, pero al ver como caro se reía a carcajadas, empece a reírme sin poder parar también la risa de caro era pegajosa, respirando profundo me levante y ayude a caro a pararse también, -No sabia que Hogwarts permitía patinetas asesinas- dije entre risas no podía parar de reírme y ya me dolía el estomago por tanta risa.
Última edición por Camille A. Blumer el Jue Abr 21, 2011 8:31 am, editado 1 vez
Camille A. BlumerBEAUXBATONS - Mensajes : 116
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Fecha de inscripción : 31/03/2011
Localización : Un lugar donde todo es de chocolate
Re: Un poco de adrenalina {Frutillita con Crema ñami ñami}
La castaña no tardó en comenzar a reírse junto a la culpable de que ambas estuvieran tiradas en el suelo lo que provocó que las risas fueran aumentando su tono considerablemente, Caroline no sabía qué tan contagiosa era su risa, pero lo que sí tenía claro era que una vez comenzaba a reír no había nada que la hiciera parar en un buen tiempo, ta y como le estaba pasando ahora que estaba en posición fetal tirada en el suelo con ambas manos sobre su estómago meciéndose de un lado a otro tratando de mitigar el dolor que le provocaba tanta risa. Un poco más calmada la muchacha sacó una de sus manos de su estómago para llevarla hasta su mejilla con el fin de eliminar la lágrima que había caído de su ojo a causa de las tremendas carcajadas. Lentamente fue abriendo sus ojos sin dejar de reír - Ay ay ay - pequeños sonidos salían de su boca mientras observaba como su amiga se levantaba del suelo para luego tenderle una mano con el fin de ayudarla a levatanrse - Gracias - murmuró la joven para luego volver a estallar en risas contagiándose con las de Camille.
- Ya, ya ¡para! - exclamó sin poder seguir riendo mientras intentaba limpiar sus ropas que habían quedado repletas con tierra mezclada con un poco de pasto - ¡Oh Dios mío! Hacía tiempo no me reía tanto - comentó al mismo tiempo que se dirigía hacia su destruida patineta - te juro que no sabía que era asesina - su voz esta vez sonó más calmada volviendo a la normalidad, sacó su varita sin perder más tiempo y apuntó hacia los trozos de su regalo - ¡Reparo! - pronunció con su marcado acento ruso provocando que su patineta quedara intacta - Es que no sé usar esta cosa, así que la hechicé para que se deslizara en la tierra ¡Pero no sabía como detenerla! - le explicó a su amiga pidiéndole disculpas por lo que había hecho - Lo siento, traté advertirte, pero era demasiado tarde - una ligera risa volvió a salir de su boca al recordar como ambos cuerpos habían colisionado.
La pequeña Caroline tomó la patineta entre sus manos y comenzó a caminar hacia su amiga - ¿tú sabes usarla? - le preguntó con curiosidad, quizás como su amiga era mestiza supiera más de artefactos muggles que ella, aunque la joven rubia, si bien tenía toda su sangre pura, le encantaba mucho ese mundo que podía arreglar sus problemas sin una varita mágica, para un mago debía ser todo un desafío estar UN SÓLO DÍA sin varita... definitivamente ella no podría sobrellevarlo. Sus ojos recorrieron el lugar por si se le había caído algo mientras rodaban y pudo percatarse por primera vez del libro que yacía abierto a unos pocos centímetros de donde se encontraban - ¡Pobre libro! Espero que no le haya pasado nada malo - exclamó soltándo la patineta mientras se agachaba a recoger el libro, si es que algo le había pasado se sentiría realmente culpable, Caro no encontraba maldad más grande que dañar un inofensivo y valioso libro.
- Ya, ya ¡para! - exclamó sin poder seguir riendo mientras intentaba limpiar sus ropas que habían quedado repletas con tierra mezclada con un poco de pasto - ¡Oh Dios mío! Hacía tiempo no me reía tanto - comentó al mismo tiempo que se dirigía hacia su destruida patineta - te juro que no sabía que era asesina - su voz esta vez sonó más calmada volviendo a la normalidad, sacó su varita sin perder más tiempo y apuntó hacia los trozos de su regalo - ¡Reparo! - pronunció con su marcado acento ruso provocando que su patineta quedara intacta - Es que no sé usar esta cosa, así que la hechicé para que se deslizara en la tierra ¡Pero no sabía como detenerla! - le explicó a su amiga pidiéndole disculpas por lo que había hecho - Lo siento, traté advertirte, pero era demasiado tarde - una ligera risa volvió a salir de su boca al recordar como ambos cuerpos habían colisionado.
La pequeña Caroline tomó la patineta entre sus manos y comenzó a caminar hacia su amiga - ¿tú sabes usarla? - le preguntó con curiosidad, quizás como su amiga era mestiza supiera más de artefactos muggles que ella, aunque la joven rubia, si bien tenía toda su sangre pura, le encantaba mucho ese mundo que podía arreglar sus problemas sin una varita mágica, para un mago debía ser todo un desafío estar UN SÓLO DÍA sin varita... definitivamente ella no podría sobrellevarlo. Sus ojos recorrieron el lugar por si se le había caído algo mientras rodaban y pudo percatarse por primera vez del libro que yacía abierto a unos pocos centímetros de donde se encontraban - ¡Pobre libro! Espero que no le haya pasado nada malo - exclamó soltándo la patineta mientras se agachaba a recoger el libro, si es que algo le había pasado se sentiría realmente culpable, Caro no encontraba maldad más grande que dañar un inofensivo y valioso libro.
Caroline DunstPREFECTO/A DE DURMSTRANG - Mensajes : 176
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Fecha de inscripción : 06/04/2011
Re: Un poco de adrenalina {Frutillita con Crema ñami ñami}
Nunca me había reído tanto en mi vida, mis ojos estaban llorosos de tanta risa, toda la rabia y cansancio que tenia por culpa de mi gato se había ido, mi mandíbula me dolía y no la podía volver a la normalidad ya que me había reído demasiado, cualquier persona que nos hubiera visto pensarían que eramos unas locas de remate, pero era imposible reírse de la caída, -Creo que se me durmió mi mandíbula- trate de volver mi boca a la normalidad y dejar de reír pero era imposible, respirando profundo deje de reírme y me tranquilice, vi como la patineta de caro estaba echa añicos en el suelo, pero eso no era un problema ya que se puede arreglar con tan solo un hechizo. -Deberían hacer inspecciones... por poco y nos mata a las dos- hable de forma dramática, pero quien sabe tal ves hubiéramos caído dentro del lago y nos hubiéramos ahogado, o chocado contra un árbol y incluso perder la memoria, -No te preocupes no paso nada grave y ya que tu patineta nos tubo compasión estamos vivas- me daba miedo andar en patineta, aunque hubo un tiempo que me encantaba jugar con aquel aparato, pero una ves un amigo se había rompido un hueso por bajar unas escaleras en ese aparato y de ese día en adelante deje de utilizar mi patineta.
-Si pero... la ultima ves que me subí a una patineta tenia doce años- mire con mala cara el aparato con ruedas, si le enseñaba a caro como utilizarla tal ves terminaría con un hueso roto y en la enfermería, -Sabes caro.... es muy peligroso andar en ese aparato con ruedas, por favor prométeme que tendrás cuidado la próxima ves que la utilices- no quería que terminara con un brazo o una pierna rota me sentiría culpable si le pasara algo. Al ver que me faltaba algo en la mano, me acorde del libro que estaba leyendo lo empece a buscar con la mirada pero caro lo encontró a unos poco centímetros donde nos encontrábamos, -Eso es pero... por que si le pasa algo.. estoy muerta- sentándome en el suelo suspire de alivio al ver que el libro se encontraba bien, solo estaban algunas hojas dobladas pero tenia arreglo, me recosté en el pasto y me quede mirando la belleza del cielo,-Es hermoso...- un rugido me saco de mis pensamientos, era mi estomago, no había comido nada ya que mi tonto gato se había comido todos mis chocolates -Oye caro tu.... tal ves... tienes un poquito... de chocolate- me daba un poco de vergüenza pedirle a mi amiga chocolate, pero el hambre era tanto que no pude resistirme a preguntar, en una de esas tenia una barra.
Mi vista estaba pegada en una nube que tenia forma de chocolate creo que me estaba volviendo loca -Caro es mi idea o esa nube tiene forma de chocolate- apunte con el dedo para que viera la nube y así comprobar si estaba loca, la nube se veía tan deliciosa.... sinceramente estaba pensando en ir a buscar mi escoba y comerme la nubchoco, ese era el nombre que le había puesto.
-Si pero... la ultima ves que me subí a una patineta tenia doce años- mire con mala cara el aparato con ruedas, si le enseñaba a caro como utilizarla tal ves terminaría con un hueso roto y en la enfermería, -Sabes caro.... es muy peligroso andar en ese aparato con ruedas, por favor prométeme que tendrás cuidado la próxima ves que la utilices- no quería que terminara con un brazo o una pierna rota me sentiría culpable si le pasara algo. Al ver que me faltaba algo en la mano, me acorde del libro que estaba leyendo lo empece a buscar con la mirada pero caro lo encontró a unos poco centímetros donde nos encontrábamos, -Eso es pero... por que si le pasa algo.. estoy muerta- sentándome en el suelo suspire de alivio al ver que el libro se encontraba bien, solo estaban algunas hojas dobladas pero tenia arreglo, me recosté en el pasto y me quede mirando la belleza del cielo,-Es hermoso...- un rugido me saco de mis pensamientos, era mi estomago, no había comido nada ya que mi tonto gato se había comido todos mis chocolates -Oye caro tu.... tal ves... tienes un poquito... de chocolate- me daba un poco de vergüenza pedirle a mi amiga chocolate, pero el hambre era tanto que no pude resistirme a preguntar, en una de esas tenia una barra.
Mi vista estaba pegada en una nube que tenia forma de chocolate creo que me estaba volviendo loca -Caro es mi idea o esa nube tiene forma de chocolate- apunte con el dedo para que viera la nube y así comprobar si estaba loca, la nube se veía tan deliciosa.... sinceramente estaba pensando en ir a buscar mi escoba y comerme la nubchoco, ese era el nombre que le había puesto.
Camille A. BlumerBEAUXBATONS - Mensajes : 116
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Fecha de inscripción : 31/03/2011
Localización : Un lugar donde todo es de chocolate
Re: Un poco de adrenalina {Frutillita con Crema ñami ñami}
El día seguía igual de resplandeciente que hacía unos momentos, el sol - que apenas daba calor en esta época del año – iluminaba las hojas café que se encontraban esparcidas por el césped que rodeaba el lago, Caro – que adoraba la naturaleza – no pudo evitar fijarse en lo hermoso que se veía el paisaje ahora que lo podía apreciar pues ambas amigas habían dejado de reír. La muchacha soltó un suspiro anunciando que ya había sido suficiente de risas mientras se sentaba en el césped al lado de su frutillita luego de que ambas comprobaran una vez más de que estaba todo bien, afortunadamente el libro había tenido más suerte que su patineta pues no había hecho falta ningún hechizo para arreglarlo, estaba en perfecto estado y estaba segura de que Camille se aseguraría de que así siguiera.
El pelo rubio de la mayor de los mellizos Dunst quedó sobre una de las tantas hojas que se caían de los árboles anunciando el otoño mientras que se concentraba en las hermosas nubes blancas que cubrían el cielo tratando de buscar alguna que tuviera una forma peculiar, sin embargo la castaña allí presente le ganó en su búsqueda - Tienes un problema, lo sabes ¿verdad? – preguntó la pequeña riendo por la ocurrencia de Camille, a decir verdad sabía que su amiga no estaba bromeando, al principio le había costado un poco entender el comportamiento de la chica de Beauxbatons, de hecho llegó a pensar de que se estaba riendo de ella, sin embargo conforme pasaba el tiempo Caro se dio cuenta que la dueña de “Chocolate” – el hermoso gato de pelo lacio – realmente creía en cada una de sus palabras que salía de su boca, lo que la colocaba en una categoría algo confusa para la Durmstrang, pues la rubia no sabía si catalogarla de loca sin remedio o ingenua fantasiosa, y lo más probable es que muriera con aquella duda – Pues yo no le encuentro forma a Chocolate, Cami y ciertamente no puedes comerte una nube – bromeó negando con la cabeza tratando de hacer que su amiga comprendiera lo que era realidad y lo que era ficción o, mejor dicho, aprendiera a diferenciarlo. – Creo que estás muy obsesionada con ese dulce, ¿cuántos te has comido hoy? – la rusa posó sus ojos en el perfil de la castaña, realmente su expresión mostraba preocupación, no es que fuera un peligro comer chocolate, pero todo en exceso hacía mal y no sólo estábamos hablando de calorías y grasa lo que se traducía en kilos demás, sino que también se debía considerar que los niveles de azúcar que estaba consumiendo Camille eran demasiado altos y Caro no quería que el día de mañana su amiga tuviera que estar controlándose una diabetes.
La muchacha soltó un suspiro para luego volver su vista al cielo descubriendo una figura al fin - ¡Oh mira esa! ¿A qué parece un ruiseñor? Es hermoso - comentó entusiasmada para luego dejar de sonreír y cubrir su rostro con una tenue tristeza al recordar que el patronus de su mejor amiga era dicho animal.
El pelo rubio de la mayor de los mellizos Dunst quedó sobre una de las tantas hojas que se caían de los árboles anunciando el otoño mientras que se concentraba en las hermosas nubes blancas que cubrían el cielo tratando de buscar alguna que tuviera una forma peculiar, sin embargo la castaña allí presente le ganó en su búsqueda - Tienes un problema, lo sabes ¿verdad? – preguntó la pequeña riendo por la ocurrencia de Camille, a decir verdad sabía que su amiga no estaba bromeando, al principio le había costado un poco entender el comportamiento de la chica de Beauxbatons, de hecho llegó a pensar de que se estaba riendo de ella, sin embargo conforme pasaba el tiempo Caro se dio cuenta que la dueña de “Chocolate” – el hermoso gato de pelo lacio – realmente creía en cada una de sus palabras que salía de su boca, lo que la colocaba en una categoría algo confusa para la Durmstrang, pues la rubia no sabía si catalogarla de loca sin remedio o ingenua fantasiosa, y lo más probable es que muriera con aquella duda – Pues yo no le encuentro forma a Chocolate, Cami y ciertamente no puedes comerte una nube – bromeó negando con la cabeza tratando de hacer que su amiga comprendiera lo que era realidad y lo que era ficción o, mejor dicho, aprendiera a diferenciarlo. – Creo que estás muy obsesionada con ese dulce, ¿cuántos te has comido hoy? – la rusa posó sus ojos en el perfil de la castaña, realmente su expresión mostraba preocupación, no es que fuera un peligro comer chocolate, pero todo en exceso hacía mal y no sólo estábamos hablando de calorías y grasa lo que se traducía en kilos demás, sino que también se debía considerar que los niveles de azúcar que estaba consumiendo Camille eran demasiado altos y Caro no quería que el día de mañana su amiga tuviera que estar controlándose una diabetes.
La muchacha soltó un suspiro para luego volver su vista al cielo descubriendo una figura al fin - ¡Oh mira esa! ¿A qué parece un ruiseñor? Es hermoso - comentó entusiasmada para luego dejar de sonreír y cubrir su rostro con una tenue tristeza al recordar que el patronus de su mejor amiga era dicho animal.
Caroline DunstPREFECTO/A DE DURMSTRANG - Mensajes : 176
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Fecha de inscripción : 06/04/2011
Re: Un poco de adrenalina {Frutillita con Crema ñami ñami}
¿Un problema? de que era lo que hablaba caro, no me había metido en ningún problema, y me sentía bien, pero fueron sus próximas palabras lo que me dio a entender lo que quería decirme, suspire, la mayoría de la gente pensaba que yo estaba loca tan solo por que me gusta un poco el chocolate, bueno me gustaba muuuucho ¿Pero que hay con eso?, es solo una golosina no era tan grave o ¿Si lo era?, yo no estaba loca y si lo estuviera no me importaba, para mi la locura no existe solo es ver la vida de otro modo diferente, la mayoría de los pintores e científicos importantes en el día de hoy lo llamaron por locos antes, tal ves ala persona que se le llamase por loco o loca fueran los mas cuerdos de todos y nosotros vendríamos siendo los locos, pero yo no entraba en ninguna de esas categorías ami solo me encantaba el chocolate, aceptaba que algunas veces me lo pasaba comiendo esa bendita golosina pero no por eso seria loca.
Las palabras de caro me dejaron mil dudas en mi cabeza y no hallaba las respuesta me sentía confundida como si mi amiga tratara de hacerme cambiar por algo que yo no era, -Tal ves no lo ves así por que tu imaginación no es igual a la miá- no entendía por que las personas no podían entender mi manera de ser, yo era diferente y eso me hacia única -al menos eso era lo que me recordaba cada día mi madre-, no sabia con certeza cuantos chocolates me había comido al parecer solo dos barras -ya que mi gato se había comido todos mis dulces sin dejarme ninguno-, -Solo me e comido dos barras.. se que me gusta el chocolate pero no creo que este obsesionada- ¿Sera cierto lo que había dicho Caro?, ¿Realmente yo me estaba obsesionando con esta golosina?, la mirada de la rubia mostraba algo de preocupación pero también algo de duda por lo que le había dicho, yo no le había mentido, mi felina mascota se había comido todo, y cuando digo todo es por que es así, ami no me gustaban las mentiras y tampoco decir una.
Seguí mirando las nubes en el cielo, pero esta bes ignoraba por completo a la nubchoco, si esa era la prueba de mi locura, era mejor que ya no la tomara en cuenta, me fije en la nube que había dicho Caro, y la mira fijamente para ver con exactitud su forma, después de observarla bien me di cuenta que mi amiga tenia razón, si tenia forma de ruiseñor, -¡Tienes razón! si parece un ruiseñor- dije con una sonrisa en mi rostro pero desapareció de golpe a ver que la Durmstrang tenia un síntoma de tristeza en su rostro, -¿Estas bien? ¿Por que esa cara triste?- me preocupaba lo que le pasaba a Caro, ¿Acaso había dicho algo que la hiciera sentir mal?, o tal vez se había lastimado con la caída, no sabia lo que le pasaba y me sentía culpable sin saber por que.
Las palabras de caro me dejaron mil dudas en mi cabeza y no hallaba las respuesta me sentía confundida como si mi amiga tratara de hacerme cambiar por algo que yo no era, -Tal ves no lo ves así por que tu imaginación no es igual a la miá- no entendía por que las personas no podían entender mi manera de ser, yo era diferente y eso me hacia única -al menos eso era lo que me recordaba cada día mi madre-, no sabia con certeza cuantos chocolates me había comido al parecer solo dos barras -ya que mi gato se había comido todos mis dulces sin dejarme ninguno-, -Solo me e comido dos barras.. se que me gusta el chocolate pero no creo que este obsesionada- ¿Sera cierto lo que había dicho Caro?, ¿Realmente yo me estaba obsesionando con esta golosina?, la mirada de la rubia mostraba algo de preocupación pero también algo de duda por lo que le había dicho, yo no le había mentido, mi felina mascota se había comido todo, y cuando digo todo es por que es así, ami no me gustaban las mentiras y tampoco decir una.
Seguí mirando las nubes en el cielo, pero esta bes ignoraba por completo a la nubchoco, si esa era la prueba de mi locura, era mejor que ya no la tomara en cuenta, me fije en la nube que había dicho Caro, y la mira fijamente para ver con exactitud su forma, después de observarla bien me di cuenta que mi amiga tenia razón, si tenia forma de ruiseñor, -¡Tienes razón! si parece un ruiseñor- dije con una sonrisa en mi rostro pero desapareció de golpe a ver que la Durmstrang tenia un síntoma de tristeza en su rostro, -¿Estas bien? ¿Por que esa cara triste?- me preocupaba lo que le pasaba a Caro, ¿Acaso había dicho algo que la hiciera sentir mal?, o tal vez se había lastimado con la caída, no sabia lo que le pasaba y me sentía culpable sin saber por que.
Camille A. BlumerBEAUXBATONS - Mensajes : 116
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