Venganza ¿haz oido esa palabra?{Christopher Felton}

Miercoles seis de la tarde, luego de la clase de transformaciones

"Tal vez si volvieramos y le mostraras de lo que realmente estas hecha nada de esto estaría pasando, busquemos venganza, te LO EXIJO" aquella voz marchita, que nunca se quedaba ronca, que siempre estaba lista para sermonearla volvía a atacar su materia gris e invadir sus pensamientos como niebla densa, nublaba todo a su paso, pero pronto ella estaría libre y dejaría de atormentarla tanto, podía sentir cada hueso de su cuerpo la nueva llegada de la luna, como si de a poco comenzara su cuerpo a reclamar ese lado salvaje que la mayoría del tiempo dormía y que ahora comenzaba a molestarla de forma retorcida y cruel.

Alice caminaba con sus libros en la mano derecha, su túnica la había olvidado por salir rápidamente de aquél lugar, todavía recordaba con nitidez el suceso.

#Flashback#

-Longbottom, creí que tu pequeño trasero ya se había esfumado de estos lugares ¿Acaso me estas siguiendo?-Alice levanto la vista de su pupitre, donde hasta cinco segundos había estado terminando de anotar los deberes de transformaciones, chasqueo la lengua al reconocer esa apestosa voz que llevaba días torturandola, no solo en clase con papelitos voladores, sino también en el Gran comedor y todos los malditos lugares que ella estaba el sujeto aparecia ¿Acaso estaba esperando que lo maldijera un rato y luego se marcharía?
-Mira dejame en paz ¿quieres? tengo muchas cosas que hacer y charlar contigo perdiendo el tiempo no esta en ninguna parte de mi itinerario-De lengua afilada cuando lo requería, Alice se regodeo de la fingida cara de sorpresa, tomo sus cosas y salío del aula siempre mirando por encima de su hombro, aquél sujeto del cual no sabía el nombre iba siguiendola con dos pares de gorilas de la misma casa¿Cuando se cansaría? esa respuesta no llegaba por lo que al doblar en un pasillo y mirar hacía atrás se habían esfumado, un suspiro de alivio se reflejo en cada una de las expresiones de Alice quién aferro sus libros a su pecho y siguío su camino con prudencia pero aún guardaba la sensación de ser observada, su instinto le decía que no obedeciera a su cerebro que corriera pero su lado racional le decía que Moon debía quedar solo para las lunas llenas y no inmiscuirse donde no le importaba.
Sus pensamientos estaban embebiendola de forma consideraba, absorviendo del mundo cuando una mano tosca y varonil tironeo de su túnica y la acorralo contra la pared, fueron cinco segundos de los cuales no tenía idea de su estado de prisión; Moon ahuyaba dentro de ella regodeandose de que su advertencia hubiera sido razonable, abriendo sus ojos grandes por el exabrupto Alice forcejeo con el Slytherin más de la cuenta-¡Si me sueltas ahora olvidare esto!-No es que ella fuera alguien dócil, ella estaba acostumbrada a realizar las cosas a su manera intenta impedirselo y sufriras las consecuencias, era algo que la caracterizaba, pero debía ir despacio una chispa más de locura a la poción y estaría rayando más sobre el lado de la demencia que de la sagacidad.
-Mira Longbottom lo hare fácil, tu cierras el pico yo toqueteo y compruebo lo que todos pensamos, ganó la apuesta y todos felices-Sonrío de lado, su mano derecha jugaba con los libros en mi pecho, de vez en cuando miraba en dirección de la escasa delantera y negaba con la cabeza divertido.
Alice olfateo el aire no porque realmente le gustara ese sujeto sino por mero instinto, un olor a menta y loción de afeitar "Ahora podremos rastraerlo donde se encuentre y partirle el cuello" sus ojos por un momento s eperdieron, al igual que su conciencia, su rostro giró levemente sobre su eje y miró al chico de lado con una sonrisa siniestra sobre sus labios, la voz que saldría a continuación era un poco más aguda que la de siempre, dos tonos por arriba-¿Sabes lo que le sucede a los calenturientos?-Pregunto mientras dejaba caer los libros a sus pies y se ganaba la mirada del sujeto con exceptismo-Se quedan sin pelotas-dulcifico estas últimas palabras y antes de que el pudiera preeverlo bajo su mano izquierda rápidamente hasta su entrepierna y apreto fuertemente retorciendo todo lo que conllevaba la maniobra.
El sujeto solto insultos y un ahullido lastimero d edolor, para cuando los gorilas fueron en su ayuda Alice había escapado con cara de desconcierto y triunfo en su mirar, corrío todo lo que sus piernas les permitian.

#Fin Flashback#

Y ahora estaba allí en el lago caminando de un lado al otro con temor a realizar un zanjón, el calamar gigante saltaba de su morada y trataba de atrapar a las sirenas que rondaban, a pesar del paisaje ella no podía despejar su cabeza, sabía que tendría venganza en algún momento, ese sujeto volvería para saldar cuentas y temía volver a ser esa esquizofrénica que se había perdido por solo segundos.
Acerco sus manos que temblaban al agua, las lavo como si tuviera alguna especie de supuración en ellas y miró su reflejo en el agua.

La clase de hoy de transformaciones no había sido muy entretenida. Habíamos tenido que pasarnos toda la hora intentando convertir una taza en un pollito. La mayoría de la gente lo había conseguido. Yo a lo que más me había aproximado era a conseguir que el asa se hubiera convertido en las patas del pollo y que se movieran, y que pasase de una taza blanca a amarilla.. No.. transformaciones no era mi punto fuerte. Además, como no me gustaba no me ocupaba mucho de la asignatura sino había examen.

Cuando sonó la campana, me quedé cinco minutos más en clase intentando conseguirlo y, una vez logrado, recogí las cosas rápidamente con una sonrisa y salí de clase. Había sido el último en salir. Me dirigía hacia las escaleras, para subir a mi sala común, cuando me pareció escuchar unas voces en un pasillo cercano. Me asomé, y vi a una chica de mi clase, Alice, siendo atacada por un Slytherin. Antes de que pudiese reaccionar, ella le golpeó y se escapó corriendo. Noté que las serpientes querían ir detrás de ella, así que corrí hacia ellos.

- Creo que sería mejor que la dejaseis en paz.. creo que el único trabajo que te haría, ya lo hizo.

Dije mirando hacia el Slytherin. Los tres eran más bajos que yo, y desde luego menos musculosos, aunque parecían muy subidos y bastante prepotentes, se podía ver un brillo en sus ojos de altanería propio de la casa verde. El chico que había agarrado con anterioridad a Alice, se dirigió hacia mi, adelantando a sus amigos, con una sonrisilla de autosuficiencia.

- ¿Y eso quien lo dice? ¿Yú? ¿Y que ejército?

Miró a nuestro alrededor, como buscando a alguien más. Yo me limité a esbozar una sonrisa, mientras imitaba sus movimientos. Mi brazo derecho estaba tenso, el puño cerrado, cogí algo de impulso y le di un puñetazo en la nariz. El golpe debía de haber roto algo, porque al instante de dárselo comenzó a chorrear sangre y, del impulso del golpe, se cayó al suelo.

- Me basto y me sobro y solito, pero gracias

Uno de sus amigos me lanzó un puñetazo en la cara, dándome en la boca, y el otro en la nariz. Me quedé un poco atontado por el golpe. Había retrocedido unos pasos sin llegar a caerme, sacudí un poco la cabeza, recobrando a tiempo la compostura para pararle otro puñetazo, con mis libros, a uno de sus amigos. El otro estaba curándole la nariz al Slytherin. Le di un puñetazo en la boca, tirándolo también al suelo. Los otros dos me miraron, y decidieron que era hora de irse. El que había atacado a Alice había dejado de sangrar, pero de regalo se había llevado un cambio de nariz. Los tres chicos se escaparon corriendo. Me llevé inconscientemente la mano a la boca, donde me habían golpeado, y noté que tenía algo de sangre. Me pasé la lengua para recogerla, ya curaría solo, no iba a ir a la enfermería por esa estupidez. Además, sino seguramente tendría que explicar como me lo había hecho y no me apetecería. Bajé la vista al suelo y vi que había un par de libros. Seguramente fueran de la chica. Los recogí, y bajé corriendo hasta la planta baja, preguntando a distintos Huffs si la habían visto.

Cuando llegué a los terrenos, uno me dijo que la habían visto ir hacia el lago, así que sin perder ni un segundo fui corriendo hatsa la orilla del lago. Según me acercaba, pude distinguir su figura. PArecía un poco inquieta. quizás esperase la visita nuevamente de ese gilipollas. Según me acercaba, iba a minorando la marcha, y cunado quedé en frente suya, le extendñi sus libros, con mi mano derecha, para que los cogiese.

- Toma. Creo que esto es tuyo. Antes.... bueno, vi como te ibas y dejabas esto en el suelo. ¿Estás bien?

No sabía si preguntar o no... pero al final lo había hecho. No me gustaba meterme en los asuntos de los demás de esa forma, pero era prefecto. No debería de haberme portado así, debería de haberlos castigado o algo, pero.... no soportaba ver esas cosas. No entendía como se podía aprovechar así de alguien.

- Sino me quieres responder, no pasa nada, ¡eh! Yo presencié lo que supongo que sería el final de la escena sin querer y sólo quería darte eso y asegurarme de que estabas perfectamente.

-¡Mierda mierda mierda la he cagado tal vez he sido demaciado ruda!-Murmuraba caminando d eun lado al otro del lago, sus manos aún conservaban la humedad de haber sido sumergidas en el lago anteriormente.
Su rostro siempre sereno se encontraba dividido, era una mezcla de alivio, tensión y frustración, un cóctel algo nauseabundo para guardar, necesitaba descargarse, la frustración no era buena reservarla ella sabía en su interior que si la encerraba como hacía con todos sus sentimientos aquello explotaría de una manera tóxica para los demás ylos primeros en pagar los platos rotos serían las personas más cercanas en su vida; la imagen de Mary-Ann se dibujo en su mente y negó levemente con su cabeza, antes amputarse un brazo que dañar a su hermana ¿Cuántas veces había logrado que se levantara de la cama?

Una voz procedente a sus espaldas murmuraba palabras que no había alcanzado a oir del todo, su cuerpo giró levemente sobre su eje arrastrando algo de polvo al aire ante aquella maniobra, sus ojos grises miraron al extraño que se encontraba frente a ella, sabía que lo había visto en algún lado pero lamentablemente la mente de Alice solo retenía las cosas esenciales, aquellos para los cuáles era invisible no figuraban en su catálogo de cumplidos ni presentación grata, solo vacío.
Su mirada observadora recorrío el rostro del chico sin pudor alguno, solo había curiosidad en ellos por lo que al ver sus libros en sus manos las propias que se encontraban colgando inerte sobre los costados cobraron vida y tomaron de forma sutil, arrebatandolos de las de el con cautela, como si estudiara la posibilidad de que el quisiera realizar algún tipo de treta en su contra.

La desconfianza estaba a la orden del día en el mení de ella, por lo que los coloco sobre su pecho aferrándolos, sus ojos asomaban por detrás de ellos, apenas mirando por encima de ellos de forma tímida y algo a la defensiva-¡Gracias por los libros!-Su voz apenas un susurro pero luego una tímida sonrisa se dislumbro por encima de los libros para luego esfumarse tan rápido como había llegado-Creo que me extralimitado aunque creo que el mensaje quedó claro ¿no te parece?-Agregó con algo de fanfarronería en sus palabras, no podía evitarlo muchas veces asumía que esa parte de ella que quería tomar el control era una mierda pero en situaciones de alerta nunca se equivocaba y debía admitir que ha partir de ahora le soltaría la correa un poco más.

¿Porqué el se preocupada por alguien como ella?, bajo los libros uevamente hacía su pecho y divisó la placa de prefecto sobre su pecho, enganchada sobre la solapa como muestra de talento y superioridad entre la marea de alumnos de categoría ordinaria-No te preocupes solo ha sido algo que he solucionado y...-Sus ojos se detuvieron en el corte que el chico poseía sobre su labio superior del lado izquierdo, el olor a la loción del Slytherin aún flotaba en el aire, por un momento pensó que era ella que apestaría a ese sujeto hasta que estuviera debajo de la ducha con su jabón cítrico, pero no, el aroma estaba mezclado con el del chico delante de ella, uno más uno hicieron dos y Alice pudo deducir que el prefecto había intercambiado más que palabras con los agresores; las barreras de Alice cayeron levemente, se acuclillo deposito los libros a sus pies y se puso nuevamente de pie de forma ágil, se acerco tres pasos hacía el chico con la interrogación en su mirar-¿Puedo echarle un vistazo?-Consultó ha pesar de que una parte de ella quería ser compulsiva y admirar de cerca el corte, nunca nadie había hecho algo así por ella que no fuera su hermano y no entendía el porqué.

Nunca había hablado con ella. Sabía que era la hija del profesor de herbología, pero era algo sabido por todo el colegio. Al que conocía un poco mejor era a su hermano, ya que era Gryffindor como yo, sólo que un año mayor. Parecía una joven bastante peculiar. Cuando se giró para observarme, mantuve mis ojos clavados en los suyos. Casi podía captar un brillo de desconfianza, completamente justificado después de lo que acababa de pasar al menos, pero quizás fueran imaginaciones mías. Ella me lo agradeció. Yo esbocé una sonrisa, sincera.

- No hay de que

Desde luego no se lo había devuelto con ningún propósito oculto. Parecía un poco reacia a hablar sobre lo que había ocurrido, usando un tono de voz un poco fanfarrón. Me llevé la mano a la nuca, y me la rasqué con suavidad. Sabía que mi pregunta había sido un poco indiscreta, y quizás inadecuada. Pero mi pregunta carecía completamente de curiosidad, sino que el motivo era más bien ejercer mi función como prefecto. Decidí no responder a eso, y desviar mi mirada hacia el lago. Me gustaba observar la superficie, el agua cristalina. A veces me daban ganas de bañarme en sus aguas, algo no muy recomendado por la presencia del calamar. Giré mi vista nuevamente hacia ella y noté como su mirada se posaba sobre mi insignia de prefecto. Me daba la sensación de que su mirada era muy penetrante, que tenía una mente ágil y curiosidad ávida de obtener la mayor información posible, como si me estuviese sometiendo a un test, valorando si merecía la pena hablarme o no. Parecía que la conversación se iba a zanjar ya, pero se acercó a mi. Casi podía sentir su mirada en mi labio e, instintivamente llevé mi mano hacia él. La chica se acercó un poco hacia mi tras dejar los libros. Aparté mi mano y flexioné ligeramente mis rodillas para quedar más o menos a la misma altura y que pudiera observarme el corte. Realmente, escocía ligeramente, pero nada del otro mundo. Seguramente en un par de días ya desapareciese. Eché ligeramente la cabeza hacia atrás para que su campo de visión justo quedase a la altura de mis labios. Realmente la situación era un poco extraña. Permití que lo observara, sin hacer ningún movimiento, limitándome a respirar con tranquilidad.

- En dos días ya no tendré nada, seguramente.

De todas formas, me había merecido la pena haber recibido ese par de puñetazos, porque yo también había repartido, teniendo toda la razón. Sé que ese comportamiento no es el adecuado, pero el suyo tampoco lo estaba siendo precisamente. Y aunque no era una justificación, no iba a dejar que volviesen a molestarla. De todas formas, había perdido un poco los estribos. Soy prefecto, no podía olvidarme de ello, y debería de haber actuado como tal, no llegando a la violencia gratuitamente. No sabía si ella sabría que el corte era por haberme pegado con ellos, o por otro motivo, pero tampoco esperaba que me lo agradeciese ni mucho menos, no me lo había pedido. Había sido mi decisión el haberme metido en esa pelea.

- ¿A ti te hicieron daño?

Fruncí ligeramente el ceño. Realmente me parecía una falta de respeto lo que le habían intentado hacer, una violación a su intimidad y una degradación a su persona. Quizás el daño físico no fuese tan importante como el que le podrían haber causado a nivel mental. Esperaba que tras lo de hoy no volviesen a intentar nada con ella.

- Por cierto, soy Chris.

Le tendí la mano, con cuidado. No sabía muy bien como comportarme con ella. Parecía una chica que medía mis movimientos. No quería hacer ningún tipo de gesto que le diese a entender que quería hacerle daño, por que no era así. Tampoco entendía la finalidad de ese observacionismo, pero era mejor actuar con seguridad, no me gustaría que me hiciese lo que le había echo al Slytherin con anterioridad, que pese a no poder haberlo visto bien, por los gemidos de dolor del otro y la posición de la mano de la chica, podía llegar a hacerme una idea de lo que le había producido.

"Correra" pensó con algo desdén pero el chico volvío a sorprenderla y se acerco dejando que ella acortara la distancia y observara don detenimiento el corte del labio, era pequeño pero profundo tenía mala pinta esperaba que nose creara un hematoma alrededor del corte o estaría en evidencia que había estado en alguna pelea y no quería que eso sucediera, lo mejor era bajar la hinchazón con un poco de agua helada.
Alice dejó de observar mientras el hablaba, se giro hacía el lago, camino lentamente hasta el observo su camiseta, la tomó entre sus manos y jaló con fuerza haciendo que la camiseta se rompiera con facilidad, un pequeño trozo de ella colgaba inerte de su mano, se acuclillo frente al lago y embebío el paño en esta, nuevamente de pie fue al encuentro del chico y con cautela coloco el paño sobre su labio lastimado y sonrío levemente-No queremos que el prefecto de Gryffindor ande por allí con evidencia de pelea-Murmuro entredientes divertida dejando el paño mojado sobre su labio para que no se inflame.
Esperaba que aquél gesto no lo tomara como un gran atrevimiento de su parte, solo quería ayudar.

-Es un placer conocerte Chris, soy Alice-Dijo estrechando la mano de él con su mano libre mientras veía como el agua corría levemente aliviando el dolor o eso esperaba, ella sabía que cualquier lesión podría sentirse mejor con algo fresco sobre esta, un pedazo de carne sería ideal pero no creía que conjurar algo de ello de las cocinas y ganarse la ira de los elfos fuera buena idea.

-No te preocupes, conozco las patrañas que los chicos suelen decir no me importa, nunca me ha importado no creo desarrollar la necesidad ahora-Solto una pequeña carcajada, algo que nadie había logrado escuchar ya que era más del tipo de niñas que prefieren martirizarse o algo por el estilo.

-Un leve hechizo sobre el labio y sanara ¿Crees que me permitas ejecutarlo? no quisiera imponer mi magia si no lo deseas-Y Allí estaba de nuevo la enigmática Alice, siempre siendo algo modesta y recidida en si misma pero no por ello servicial "siempre pregunta antes" su madre siempre le decía aquello aunque pocas veces lo tomaba en cuanta, esta vez haría lo correcto preguntaría y en caso de que se negara simplemente se limitaría a aliviar la hinchazón.

Me quedé un poco sorprendido cuando la Hufflepuff se acercó a mi, tomó mi camiseta y me la rasgó. Suponía lo que pretendía a hacer, pero me había cogido algo de sorpresa. Me rasqué la nuca ante sus palabras mientras asentía.

- Si, la verdad es que no daría demasiada buena impresión, más siendo prefecto. Pero en estos momentos eso es lo que menos me importa.

Iba a fruncir un poco el labio, pero en medio de la acción me detuve ante el dolor. Odiaba como se comportaban algunos chicos de mi edad que se creían con derecho a hacer lo que quisiesen. Quizás me ganase una buena reprimenda, peor no me arrepentía de lo que había hecho ni lo más mínimo. Colocó el paño húmedo en mi labio, que se comportó como si de un bálsamo se tratase, enfriando la zona y anestesiándomela levemente. Estrechó mi mano tras presentarse. Alice. Bonito nombre.

- No creo que las palabras fuesen lo peor que te habrían hecho. A veces pienso que deberían de hacer una selección para entrar aquí a parte de lo mágico de cada persona, a veces hay unas ratas que no deberían de haber salido de casa.

Comenté con algo de asco. Realmente me enfurecían esos comportamientos, sacaban la parte más oscura de mi. Pero era algo que no podía evitar. La simple idea de lo que podrían haber llegado a hacerle, hacía que mi ira volviese a incrementarse, aunque intentaba mantenerme calmado. Suspiré lentamente para relajarme y escuché atentamente sus palabras. Hice como un gesto de recelo, bromeando, y me reí. Aunque en seguida me arrepentí de eso porque el pequeño corte de mi labio me recordó su existencia con un punzante dolor. Me llevé la mano hacia el y lo toqué levemente, como intentando que así dejase de doler.

- Claro que puedes, seguramente lo hagas perfecto. Además, si sucede algo siempre está la enfermería del primer piso

Giré mi cabeza hacia la puerta del castillo para observarla. Estábamos cerca de allí, desde el lago no tardaríamos demasiado en llegar.

- Aunque.. antes de dejar que lo hagas. Tengo que pedirte un favor. si se te vuelven a acercar esos tipos, avísame. Tengo una cuenta pendiente con ellos, pero si se tranquilizan y continua dejando en paz a la gente la olvidaré.

-Shh tranquilo el hablar de esa forma solo hace que uno se sienta culpable por cosas que no hizo, es primordial que conserves la calma y descuida, estoy segura de que ellos se acordaran más de mi persona de lo que me gustaría-Murmuro suavemente Alice mientras seguía haciendo presión con aquél trozo de camiseta sobre el labio de el chico.
Era cierto ellos se acordarían de ella, en especial el que ansio tocar de una forma poco ortodoxa y fuera de lugar, ella también había tocado pero en defensa propia y a decir verdad hubiera deseado no hacerlo, pero negar que había sentido furia e irritación sacó lo peor de ella y era todo lo que aquellos extraños se merecían.

De su bolsillo izquierdo sacó con su mano libre su varita, apunto con ella a una distancia prudente de su rostro hacía su labio partido, se concentro ¿Cuántes veces no habían hecho ese hechizo con ella cuando sus propios rasguños decoraban su espalda? quitó el pedazo de tela de su labio-¡Episkey!-Murmuro fuerte y claro, una luz brillante procedío de la misma para luego darle paso a un pequeño haz de luz de color naranja, este impacto sobre la herida de Christopher y comenzó a cerrarse suavemente, luego de unos segundos la herida termino de cerrarse dejando solo un pequeño rastro de humedad y pequeñas gotas de sangre resecas en su mentón.

Alice dejo de apuntarlo y volvío a guardar su varita nuevamente en el bolsillo, asintío en cuando a su cuestionamiento anterior y decidío darle a su voz un nuevo uso-De acuerdo, prometo que te lo dire si alguno se me acerca o intenta algo pero ¿Porque te importa?-Inquirio con un brillo de curiosidad en sus ojos grises, sabía que sus amigos eran protectores con ella, incluso ellos creían que ella poseía la fragilidad de un pétalo de rosa pero ¿El porque? ¿Le molestaría su franqueza?-Disculpa mi sinceridad no suelo dejarme las preguntas en la punta de la lengua-Sonrío aliviada.

Tuve la tentación de sonreír por su comentario, pero al estar agarrando mi labio no podía gesticular con comodidad. Me alegraba que tuviese tan mal humor, no porque me gustase la gente desagradable, sino porque tenía carácter y notaba que sabía como protegerse sola. Aún así, era algo que no podía evitar y ver como la había tratado aquel chico había provocado que mi sangre comenzase a arder.

- Eso está bien, siempre es importante dejar una buena impresión a la gente, algo para que te recuerden

Bromeé. de todas formas, ellos se lo habían buscado con su comportamiento. Me fijé como extraía de su bolsillo la varita, viendo el gesto de reojo y me dispuse a recibir el hechizo de sanación que impactaría sobre mi cara. Pronunció el hechizo y sentí como la herida de mi labio se cerraba. La zona me había quedado algo adormilada, pero por lo menos ya o me escocía. Con el paño mojado me limpié la zona, por si me quedaba algún resto y la miré a los ojos con una sonrisa.

- Muchas gracias, hice bien en fiarme en tus capacidades

Le eché la lengua. Cuando me preguntó el motivo por el cual quería que me dijese si la volvían a molestar, me quedé pensativo un instantes. Realmente, no sabía que conestarle : ¿por qué era así? ¿por qué era prefecto? No.. de siempre siempre había sido así.

- Pues... realmente, te diría que porque soy prefecto, pero a veces me lo tomo más por el ámbito personal que por otra cosa. No lo sé, no me gusta que mi alrededor pasen cosas como esas, como lo que te intentaron hacer. No lo sé... simplemente, no puedo evitarlo.

Me encogí de hombros. Realmente no soportaba a la gente que se pasaba de lista y se creían los reyes del lugar. No me gustaba mucho que la gente que estaba a mi alrededor sufriese por ese tipo de estupideces, aunque sonase a película de ficción, era así, no podía evitarlo.

- No te preocupes, a mi también me pasa. Si tengo algo que preguntar, lo pregunto. A veces va más rápida mi lengua que mi cerebro incluso.

Si, realmente a veces hablaba demasiado rápido, pero no solía arrepentirme de lo que decía, aunque quizás si de la forma de expresarme, que quizás a veces no fuese la más adecuada.

- Algo me dice que tu no necesitabas demasiado que me metiese por delante, pareces una chica con carácter, por lo que observé allí, por eso espero que no te pareciera mal que me metiese por el medio.. Simplemente a veces no puedo evitarlo

Lleve mi mano a la nuca y me la rasqué mientras sonreía nuevamente. Pese a que o parecía muy habladora, me estaba cayendo bien esta chica. Al menos, parecía sincera.