No pares de correr -Nordenström-

-Corre Addy- Y antes de que la frase terminara ahí estaba yo corriendo, Cassie había corrido en dirección contraria, si descubrían que habíamos intentado entrar a las bódegas a buscar esas pociones estaríamos castigadas de por vida, Cassie desaparecio hacia el quinto piso mientras yo corría en dirección hacia los pasillos secretos, esos malditos me habían salvado ya de varios castigos.

¿Que estabamos buscando? Algo para ayudar un poco a Albus con un dolor de cabeza que siempre estaba constante desde su internamiento, ¿Por que no habíamos ido a la enfermería? Por que Al no quería que nadie se enterará. ¿Por que a la fuerza? Por que para eso eramos Sly's haciamos las cosas a nuestro modo, pero parece que no había sido buena idea usar un bombarda contra la puerta del almacén, estaba de acuerdo, pero ya había intentado con todos los hechizos y ninguno funcionaba, lo que menos esperabamos era toparnos con el profesor dentro, por suerte y la explosión no nos había visto, y ahí estabamos como siempre huyendo de los castigos, ¿Porque como podríamos alegar que no habíamos sido nosotras?.

Gire justo a tiempo frente a la estatua que hacia un mes había visto y gracias al tonto de Potter, ahora conocía un tanto mejor, la estatua sería un buen escondite, escuche el bullicio afuera, con una sonrisa de triunfo en su rostro, solo esperaba que Cassie estuviera bien.

-Expecto Patronus- Dije mientras un lindo canguro de color plata se materializaba frente a mí. -ve con Cassie, pregunta si todo esta bien- Era arriesgado enviarlo pero si Cass estaba en problemas ella misma iria a salvarla. El canguro salió dando sus tipicos saltos hasta desaparecer, me oculte bien detras, era una suerte que apenas mis amigas hubieran visto a mi patronus, en clases solo salía como un rayo de luz, por que jamás pensaba en algo realmente feliz.

Mi recuerdo para invocarlo normalmente siempre tenía que ver con aquel viaje a Francia, pero eso no importaba ahora, unos pasos se escucharon a través del pasillo, acompañado de la voz del profesor. -Fueron dos estudiantes de Slytherin, alcancé a ver sus túnicas, pero corren rápido-

Osea que Cassie estaba bien, suspiré contenta, pero a la vez estaba preocupada solo esperaba que ninguno del resto de los Sly's estuviera cerca de la zona del desastre, acomodé mi cabello mientras cerraba los ojos, mi corazón aun golpeteaba en mi pecho, amaba esos golpes de adrenalina, pero algún día mi corazón no iba a resistirlo. -Creo que soy adicta- Me susurré a mi misma.

Volvía de un intenso entrenamiento en el baño de prefectos, lo que constituía una práctica casi diaria en el escandinavo. Sus fuertes brazos ya se habían ejercitado demasiado por aquel día en una ronda de suficientes flexiones. Con una toalla al cuello había salido hacia el pasillo, secándose el pelo con total libertad, aún sabiendo que cualquiera podría deducir que había utilizado las instalaciones selectas de prefectos. Estaba retomando su viaje hacia la sala común de Slytherin dispuesto a buscar a Nickie, Anette o alguien con quien pasar el rato cuando un espectro canguro que dejaba una estela detrás de sí salió del pasadizo secreto que conectaba aquel lugar con las bodegas de la mazmorra.

Sonrió con total interés y caminó en dirección contraria, acercándose al pasillo secreto al que entró, finalmente dando con Adhara afirmando que era adicta en un susurro que hizo a su sonrisa tomar un toque mucho más arrogante.

-¿Adicta?- preguntó con cierto interés, cruzado de brazos contra una de las paredes de piedra que envolvían aquel pasadizo. Su mirada clavada en ella con total tranquilidad, aquella mirada tan fría e impenetrable, la puerta acorazada a su terrible e inmediato pasado, a su enfado, soledad y todo cuanto ahondaba en el chico.

-¿En qué lío te metiste ahora, Adhara?- ciertamente inquisitivo, pero a la vez tranquilo. -Estoy seguro de que Cassie formaba parte del plan.- eran inseparables aquellas dos, o por lo menos la mayor parte de las veces las veía juntas. Por el aspecto un tanto alterado que tenía su amiga pudo deducir que se trataba de alguna evasión del profesorado.

-¿Hicisteis algo en las mazmorras?- el pasadizo aquel sólo tenía como punto de unión la quinta planta con las mazmorras de Slytherin; ¿por qué no se le había ocurrido antes bajar por aquel atajo y evitar cualquier tipo de obstáculo encontrado por el camino? mera ignorancia. Se secó más aún el cabello, restregando la toalla contra éste en un movimiento y rápido que lo semi-despeinó.

Cuando había dejado de escuchar el ruido, sonreí complacida estaba lejos del peligro me quité la capa aplicandole un encojedor para que si se encontraban conmigo me vieran sin la túnica, así no habría posibilidades de que me enculparan por lo sucedido, cuando una voz extremandamente masculina me preguntaba acerca de mi adicción, era Sam, a ese chico lo había conocido en cuanto entro a el colegio, pero jamás habían sido extremadamente cercanos tal vez solo por que eramos de "grupos diferentes", pero lo consideraba un amigo, alguien a quien podía confiarle mis travesuras sin problema de salir perjudicada, Sam estaba secandose el cabello, ¿Quién sabe Merlin de donde vendría?, me mordí los labios sin poder evitarlo ante la escena, siempre era extasiante ver a un chico, más si este es Slytherin, recién entrenado, con las mejillas sonrosadas, sacudi la cabeza varias veces para sacarme esas ideas de la cabeza. "¿Por eso estamos como estamos no Adhara?, no has ni salido de un problema y ya estas buscando más". -Adicta a meterme en líos ya sabes mis tendencias, lo hago con una facilidad que asusta-.

Admití levantando los hombros, pero por sus declaraciones me dí cuenta de que ya suponía mis problemitas, asentí con su frase. -Sí lo supieras Samuel- Dijo haciendo una mueca con la boca de lado, sonriendo. -Y si Cassie, esta involucrada, Pero por tu seguridad no te voy a contar nada- Simule ponerme un zipper en la boca reafirmando el que no iba a contar nada, principalmente por proteger a Al.

Pero ante su pregunta final, negué varias veces, era incapaz de...Bueno no, muchas veces ya habíamos hecho travesuras en las mazmorras, pero esta vez no. -No que va, en las bódegas- Susurré acercandome un poco a él, para que nadie más escuchara. -Creo que se me paso un poquitin la mano con la puerta- Hice la seña con los dedos de que de verdad era algo pequeño, aunque no era tan cierto, para mí habían cosas peores, que hasta yo misma había hecho. -Pero...¿de donde vienes tú?- Pregunte dandole una vuelta completa. -Mirate con el cabello húmedo, sonrosado- Aquella frase sonó llena de morbo, indicandole claramente que tal vez andaba en una de las conocidas fechorías de los Sly's que encontraban cualquier lugar perfecto para sus "cositas". -¿Donde estabas Samy?- Finalicé parandome frente a él de nuevo.

Parecía coherente su contestación, la sonrisa del chico se mantuvo escasos segundos, tras comprobar que sacudía la cabeza con cierta fuerza tras que sus mejillas se sonrojaran; aquello sólo le subía el ego. Conocía de primera mano que sabía como meterse en líos, por lo menos lo había demostrado en las diferentes fiestas en las que ambos coincidían, solía ser de costumbre un pilar importante para que el chico pudiera divertirse. Finalmente dejó al chico con las ganas de saber sobre su último lío pero evidentemente, tan cerrado como de normal era, no insistiría demasiado en conocerlo. -Bueno, si es por mi seguridad entonces mantén esa boquita cerrada.- dijo con cierta diversión, todavía apoyado contra la fría pared del castillo en un lugar que llevaba sin limpiar más de lo debido.

Aún así pudo saber sobre la localización y el problema por el cual habían sido cazadas; demasiado ruido en un pillaje en toda regla; aquel "poquitín" sonaba a más que poco. La pregunta de ella, inquisitiva y su pronta afirmación sobre el aspecto del chaval le hicieron llevar una mano a su peinado para intentar darle algo de uniformidad; al ser pálido como lo eran la mayoría de los noruegos cada vez que realizaba mucho deporte y se sonrojaba o simplemente sucedía lo último sus mejillas se teñían de un color rosado demasiado evidente que muchas veces descontentaba al slytherin. Se reafirmó de nuevo en su pregunta, cuestionando por el lugar del que venía.

-Llámame rebelde.- dijo en un tono claramente irónico. -Pero vengo del baño de prefectos, es el mejor lugar para entrenar bíceps.- admitió, de normal solía salir afuera a correr, pero aquel día lo había dedicado a realizar ejercicios de brazo. -Además después siempre puede disfrutar uno de un pequeño chapuzón.- aunque aquel no había sido el caso del chico; había comenzado bañándose y luego se había decidido por realizar los abdominales.

Unas cuantas flexiones y un cuarto de hora después ya estaba fuera, cuando se había encontrado con el patronus. -Muy aconsejable para aquellos días en los que no surge plan o no hay fiesta alguna en la sala común.- eso quizás era una recriminación, pero no pasaba de ser una divertida y simple recriminación.

Sonreí cuando me dijo que me mantuviera callada, así que levante mis hombros suavemente mientras hacia como si nunca se iba a hablar de eso, al verlo peinarse le sacó la lengua por que ya le había insinuado que estaba desarreglado, aunque tampoco es que se viera tremendamente mal, es más ese aspecto desaliñado solo lograba que se viera aún más apuesto. -Que rebelde eres- Soltó aquella frase de manera recriminante como si yo no fuera capaz de hacer algo como eso, aunque claro Scor siempre me facilitaba contraseñas y lugares para entrar a hurtadillas a los baños de los prefectos.

-Entrenar bíceps- Repetí mientras asentía como aprobando aquella frase. -Gracias por el dato, nada más que pasame los días a los que vas a entrenar, para ir a fisgonearte- Dije con aquella sonrisa de sinceridad que la caracterizaba, a sabiendas de que Sam lo tomaría como la broma que era, a pesar de que era un chico guapo y demás, siempre se habían visto como amigos, bromeado hasta llorar pero nunca había habido una insinuación de ninguna de las dos partes, o sí las había habido pero pura joda.

-¿Ah lo ves?, eso es por falta de confianza, Sam me extraña viniendo de tí- Golpeé con una mano mi cadera con cara de decepción finjida. -Puedes llegar y decidir Adhara sácate unas botellas y venga a beber, pero ah no prefieres ir sin compañía a el baño de los prefectos- Sonreí de lado, desde que Cassie y yo nos habíamos dedicado a meter licor a el colegio, era que nos habíamos vuelto tan populares y amadas por nuestros amigos Sly's.

Me arrecosté a la pared suavemente mientras me miraba las uñas, sabiendo que ya todos los problemas afuera se habían calmado, mire a Sam con una sonrisa suave en el rostro, sin orgullo alguno. -¿Entonces deberíamos hacer plan no crees?- Acepté debido a que desde la pijamada para chicas, las cosas en Slytherin habían estado muy calmadas.

Negó riendo, cabeza agachada, clavando su mirada en ella tras aquel comentario tras su instintivo movimiento de pelo; no le gustaba parecer desaliñado, más aún cuando su cabello siempre era uniforme, algo perfecto, no como en aquellos momentos. La broma le hizo quedar unos segundos pensativo; ¿debería darle en serio los días en los que se dedicaba a entrenar? ¿Realmente tenía una cadencia contínua? No, él no entrenaba con un horario, él se dejaba llevar por su instinto y cuando quería entrenar, entrenaba.

-Quedaría completamente sorprendido si llevaras algo de alcohol encima ahora mismo, Adhara.- informó retomando aquella seriedad tan propiamente suya mientras se mantenía apoyado contra la pared, todavía cruzado de brazos. Era verdad, por mucho de que ella y Cassie fueran importantes contrabandistas, no podía llegar a creer que llevaran consigo la mercancía a todos los lados; aunque bueno, siempre existían los hechizos reductores.

La pregunta de ella le iluminó el rostro, sin duda disfrutar todos juntos en la Sala Común de Slytherin era un plan que no le disgustaba, en absoluto. Las fiestas de Slytherin eras las mejores, por mucho que él no diera mucho juego en ellas le gustaba estar allí, ser parte de la risa -fingida, real o provocada por alcohol/sustancias varias- que emanaba de sus compañeros Sly's o simplemente probar suerte con alguna de las chicas.

-¿Hay algún plan a la vista, Adhara?- preguntó ciertamente inquisitivo, con mucho interés. Sí, pagaría por volver a hacer de las suyas junto a Nickie en una de esas fiestas, siempre y cuando gente que no aprobara no se encontrara entre la lista de invitados. -¿O es que quieres que te ayude a realizar una buena fiesta al estilo serpentil?- inquirió, evidente.

-Claro que creo que deberíamos hacer planes, por algo tenéis la fama que tenéis Cassie y tú; nunca defraudáis.- recalcó.

Todo el mundo esperaba que los dos grupos muy bien marcados de Sly, se llevaran mal, pero yo era lo suficientemente imparcial para llevarme con ellos de manera tal que podiamos al menos mantener una platica más o menos normal, aunque nunca me había sentido inmensamente apegada a ellos, al menos en las fiestas la pasabamos genialmente bien. -¿Alcohol encima?- Mis dedos negaron enfrente de mi rostro con una sonrisita traviesa. -No Samm soy una traficante profesional, sabes que donde descubran algo, sera historia las posibilidades de hacer una fiesta-

Adhara Rubinsen, jamás organizaría una fiesta de la nada, pero se merecía cuando menos dos semanas, para organizar con Cassie la entrada de licores, con Ari y Annie lo de sus sustancias y Samm con la música junto con el maldito de Resnick.

Sonreí mientras me fijaba detrás de la estatua con cuidado, solo para cerciorarme de que no hubiese nadie cerca, ni escuchando, mi cabello se hizo todo para un lado gracias a aquella posición. -Bien hablemos de negocios- Sugerí con una sonrisa pícara. -Habla con tu team, yo hablare con el resto, ahí estaremos- No era un trabajo arduo pedirles a los Sly's que se apuntaran a una fiesta, solo había que tener algunos cuantos tragos, música alta, sustancias que favorecieeran alucinaciones para algunos de ellos, chicas en minifalda y chicos dispuestos a pasarla bien.

-Fiesta pre-Halloween- Afrimé mientras sonreía y estiraba la mano para que él la estrechara, eso sería un trato de organizadores de la primera fiesta GRAN SLY del año.

Asintió a su explicación, todavía en aquella posición tan egocéntrica como podía ser la de mantenerse apoyado contra el muro de los pasadizos, cruzado de brazos, en una muestra auténtica de lo bien formado que estaba su cuerpo; tal como a él le gustaba. Y era verdad, daban gracias a Merlín que los profesores no habían encontrado nunca "demasiado" alcohol en el colegio o las medidas represivas serían de cuento. El problema de la sociedad mágica era que al tener tanto poder era más difícil evadir las reglas y normas; delinquir suponía un esfuerzo o sacrificio demasiado grande y peligroso como para que la mayoría de los alumnos sopesaran el intentarlo. Adhara era una contrabandista como las de antaño, como las de historias de corsarios y piratas nórdicos que se contaban en Noruega, con cuevas especiales en las que la entrada sin conocimiento alguno era una locura y que sabían bien despistar a las autoridades. Cassie y ella, por mucho que formaran un grupo de Slytherin distinto al suyo, eran sin duda grandes compañeras a las que poder loar.

Rubinsen cercionó con una rápida mirada que ambos se encontraban solos y podían por lo tanto hablar bien de negocios. Y así fue, firme y sencillo; habla con tu team. Estaba hecho, todos los miembros de su grupo de amigos serían advertidos -incluso Jake, a quien podría joderle un poco durante la fiesta- de los planes de fiesta conjuntos. Una mezcla tan explosiva como el grupo de amigos de Adhara y el del noruego no podía dar mayor resultado que una fantástica velada llena de excesos, de las que tanto le gustaban.

-Me gusta una fiesta pre-Halloween.- afirmó con una sonrisa arrogante en los labios. -Sala Común, ¿cierto?- preguntó mientras estiraba él también su mano y se la estrechaba a la chica. Trato hecho, aquella fiesta sería apoteósica, tal como lo habían sido las demás. -¿Debo ocuparme de algo más que de avistar a mi team?- preguntó con cierta curiosidad, dispuesto a ayudar finalmente. Podían ser una especie de grupos antagónicos que se debatían el poder en Hogwarts pero juntos ambos grupos podían ser invencibles, reyes indiscutibles de Slytherin.

Muy pocas personas conocían ese lugar por suerte para mí y para mi acompañante, así que volvía a centrarme en lo que me decía, mientras acomodaba mi fleco compulsivamente como tenía por costumbre. Mi mirada se centró en todos los movimientos de aquel chico que estaba frente a mí, era muy masculino, de hecho tal vez el chico más masculino del colegio, por lo que no podía evitar mirarlo mientras caminaba o le sonreía a los demás, es más mi mirada mucha veces se centró en él y en Resnick, desde los pasillos antes de bajar de mi habitación, con una sonrisa de lado, estaban locos y parecia que la pasaban bastante bien juntos.

Mi mirada se dirigió a su cuerpo, tan bien formado, por lo que ahora sabia eran horas de ejercicios en los baños de los prefectos, su abdomen bien formado se marcaba por encima de su camiseta, tentando a mis dedos a marcar cada uno de esos musculos que lo formaban de manera tan deseable, rodeé los ojos molesta conmigo, no podía tener una conversación madura sin empezar a disvariar por el cuerpo de mi compañero.

Empecé a caminar suavemente solo para tener que evitar mirarlo directamente, el único contacto que tendriamos era ese momento cuando nuestras manos se encontraron cerrando aquel trato, le sonreí mientras lo escuchaba. -Claro que en la Sala Común, es el lugar más seguro que tenemos- Llevé las manos a cada costado de mi cabello para echarlo para atrás de pronto tenía calor, y ganas de fiesta.

-Claro que haras algo más que avisarle a tus chicos, y llevar ese sexy cuerpo a la fiesta- Y ya lo había soltado sin querer, jamás aprendería a tener su bocota cerrada, y dejar de comentar todo cuanto se le venía a la mente. Para intentar quitarle importancia a la frase antes dicha proseguí hablando con naturalidad. -Encarguense de conseguir música, y las cositas de consumo- Sonreí deteniendome justo a sus espaldas, mirando su espalda con una sonrisa, yo jamás había consumido de esas cosas pero si a ellos los hacia pasarla bien, pues que las consumieran mientras los demás enloqueciamos únicamente con licor. -¿Esta en tus posibilidades Samm, o necesitaras ayuda?- Dije solo para molestarlo un poco.

Samuel se mantuvo impasible, con su mirada siguiendo de cerca a Adhara mientras quedaba todavía reclinado en aquella posición de brazos cruzados; altanería no le faltaba. Asintió algo despistado a la evidencia que le presentó, su mirada se centró de nuevo en ella cuando se decidió por llevar ambos manos y echar su cabello hacia atrás, seguramente presa del calor. La respuesta a su pregunta fue concisa y con un pequeño elemento que le hizo sonreír de lado con arrogancia, aquel sexy cuerpo le había costado muchísima dedicación a lo largo de todo aquel tiempo, sin duda había sido un buen sacrificio de tiempo, estaba orgulloso de sí mismo. Su propia altanería nacía indiscriminadamente de su aspecto físico simple y llanamente; no podía basarse en la destreza mágica ni en la opulencia propia de la mayoría de los Slytherins. Él era pobre, ciertamente mediocre en los encantamientos, pero su fuerza física era propia de un alumno ejemplar de Durmstrang.

Evidentemente contaba con que se ocuparían de los diferentes consumos un poco más ilegales; el tesoro que guardaban bajo llave Resnick y él en su dormitorio. Sí, sin duda no podían faltar sus gominolas y golosinas si querían hacer de aquella fiesta una celebración completamente serpentil. -Está bien, chica sexy...- afirmó devolviendo el pequeño "cumplido". - No hay problema, nosotros nos ocuparemos de ese consumo un poco más restringido.- asintió, el sólo pensar que se encargaban de algo tan prohibido como el consumo de drogas le traía una prepotencia horrible, se sentía uno más de los malos, uno más de los que no siguen órdenes de nadie.

-Todavía no ha nacido algo que esté fuera de mis posibilidades, Adhara...- su egocentrismo no encontraba límite, más sí sus palabras, concisas y útiles en todo momento. -No tienes de qué preocuparte, me encargaré de la música y consumo.- el encargarse de la música le sería un poco más difícil pero ya haría algo. Se giró para encontrarse de nuevo con ella.

-Si esque... cuando los Slytherin colaboran... no hay quien los pare.- loó a ambos con una tranquila pero fría sonrisa en el rostro, de aquellas que tan bien dibujaba y que poco decían de él.

Todas las actitudes del chico frente a mí, eran de pura altanería como si estuviera seguro de sí mismo, sería genial poder hacerlo sentir inseguro, verlo sentir que temía, pero yo estaba segura de que no sería tan sencillo deshacerse de ese coraje que había formado en todos estos años, y es que si en Hogwarts no te impones te pasan por encima. Empecé a jugar con las puntas de mi cabello mientras el hablaba acerca de su tráfico y es que los Slytherin habíamos puesto alegría a este aburrido colegio con sexo, licor y drogas, que más se le podía pedir a la vida, aparte de que nunca salieramos del colegio, aunque interiormente todos querían quedarse al mismo tiempo que largarse.

-Perfecto Samm- Sonreí complacida de que pudiera llevarse a cabo dicha fiesta con toda la despampanancia caracteristica de los Sly's. -No esperaba menos de alguien como tú- Me acerqué suavemente hasta él después de su comentario, mientras ponía mis manos en su pecho suavemente, acomodé mi cabello suavemente. -Somos imparables y lo sabes- Deposité un beso en su mejilla durando un poco más del tiempo acostumbrado, para luego separarme de él. -21 de octubre, 7 de la noche- Me aleje suavemente del chico mientras empezaba a caminar para salir del pasillo, bajé mis manos para acomodar mi falda. -No falles Samm, invertire mucho dinero en el alcohol para la fiesta- Dije mientras caminaba aún de frente. Pero en ese momento me giré mientras caminaba hacia atrás, lanzandole un beso para decirle -Ah y claro que te espero a tí, nos la podemos pasar muuuuuuuuuy bien- Sonreí mientras reacomodaba mi paso hacia el frente.

El trato estaba ya cerrado, una fiesta Slytherin se avecinaba antes del estúpido baile de Halloween de Hogwarts; por lo menos podrían realizar una fiesta exclusiva y al estilo serpiente antes de asistir a la que congregaba a tantos indeseados. Sintió las manos de ella en su pecho y, seguido de una aclaración, los labios de ella en su mejilla durante quizás más tiempo de lo normal. Una sonrisa arrogante se conjuró en su rostro mientras escuchaba la fecha para aquel acontecimiento; veintiuno de octubre a las siete de la noche, perfecto.

Asintió todavía cruzado de brazos mientras la observaba desaparecer de aquel lugar. Se llevó su mano a la toalla que colgaba de su cuello y se secó más aún el cabello mojado, todavía con su mirada puesta en la contrabandista. Escuchó su última petición, tomó entre sus manos aquel beso lanzado en un gesto si bien tonto, demasiado arrogante.

-No fallaré Rubinsen.- nunca fallaba en tales celebraciones, siempre podía divertirse, con y sin Resnick a su lado. -Y nos lo pasaremos bien.- afirmó mientras se despedía. - Nos vemos pronto, Adhara.

Acto seguido se volvió por donde había venido, si bien los pasillos secretos eran un buen recurso para ahorrar tiempo a él le sobraba y se decidió por bajar las escaleras hasta llegar a las mazmorras donde informó debidamente primero a Resnick, los dulces eran de ambos y había que someterlos a un primer juicio y catálogo antes de escoger cuales entraban y cuales no. Además le pediría expresamente que no dijera nada a Jake de momento, no quería invitarlo directamente, si eso ya se enteraría tarde o temprano.