#1° Round: Resnick v/s Nordenström -LIBRE-

Tercera Semana de Octubre. Luego de la cena, al atardecer.

-¡Eres un idiota, Nordenström! - le grité a Samie luego de que el Sauce Boxeador me mandara a volar por los aires por SU culpa.
Hacía unos días había visto a Potter, el Gryffindor, entrar por un agujero bajo el Sauce Boxeador. Al parecer había un truco para calmarlo y el ducto conducía a algún lugar pero no podía averiguarlo solo, por lo que le pedí ayuda a Samie para que me ayudara a entrar y burlar las defensas del Sauce, sin embargo cuando le pedí que lo distrajera no me hizo ni caso y el árbol me mandó a volar cuando traté de acercarme a él.

- Si no me vas a ayudar, ¿para qué has venido? - pregunté mientras sacudía mi túnica y me acercaba al Slytherin con total prepotencia. No iba a golpearlo, no era tonto, y sabía que en un enfrentamiento físico lo único que conseguiría sería una nariz rota y alguna que otra contusión. - Solo tienes que llamar su atención y cuando las ramas te ataquen yo correré y veré que hay en ése maldito agujero - sonreí de medio lado alzando el mentón. - ¿No te parece un trato justo? - rodé los ojos y me crucé de brazos frunciendo el labio. Quizás habría que pensar en otra idea para burlar el maldito Sauce, un plan en que ninguno de los dos saliera afectado.

Las maldiciones de Resnick se aunaron con la risa del noruego que salía con sorna de los más profundo de su cuerpo, aquel día se lo estaba pasando especialmente bien con Nick, para qué mentir. Se mantuvo de brazos cruzados, allí postrado a escasos metros del sauce boxeador, pero dentro del perímetro de seguridad.

-Así que ese es tu plan, que yo me lleve todos los golpes para que tu puedas comprobar si el arbolito este es hembra?- su sonrisa altanera rivalizaba con la de Resnick de manera sana y para nada enfadada, así solía ser su amistad muy a menudo. -Tenemos que buscar otra manera de entrar... ¿Potter pronunció un hechizo el día que lo viste?- interrogó mientras se acercaba peligrosamente al árbol que dejó caer pesadamente una de sus ramas haciendo que el noruego saltara hacia un lado para esquivar el fuerte golpe. -Sí que está enfadada la maldita planta...- afirmó finalmente.

-Hey, ¿y si la drogamos?- se imaginó al arbusto aquel menear sus ramas de forma suave, adormecida por alguno de lo estupefacientes y no pudo evitar reír con sorna. - Dios, una planta drogada, eso si que sería algo ÉPICO.- recalcó la palabra antes de acercarse a su compañero.

-Sea lo que sea esa pequeña caverna, tiene algo interesante, desgraciadamente Potter sabe lo que hace con todo esto y siempre podemos encontrar algún modo de extorsión, Nickie.- le recalcó con malicia, para luego curvársele los labios en una un tanto extraña sonrisa.

-Ya lo tengo, quemémoslo, sólo sirve para molestar, su existencia es una mierda.- y si estuviesen bajo los efectos totales del alcohol o las drogas seguro que ya habrían hecho aquello mucho antes. Inspiró y suspiró con fuerza, mientras clavaba su mirada en el arbolito de marras, buscando una solución.

El día que vi a Potter entrar al Sauce me escondí como una rata en los arbustos para que no me viera. ¿Cómo iba a saber si dijo algún conjuro si apenas podía divisarlo?. Lo único que vi fue que esquivó un par de ramas y se aferró al Sauce como si estuviera acariciándolo. Pero cuando yo quise acercarme me mandó a volar tal como hacía un rato.

Comencé a imaginarme donde meter drogas en el árbol, ¿tendría alguna boca? O quizás algún conducto trasero... pero el colmo fue cuando comencé a imaginarlo drogado y meciendo sus ramas de forma perezosa. Negué con la cabeza apartando mis pocos convencionales pensamientos. - No digas tonteras, Samie - reí junto con él ante lo ridiculo de sus palabras y mis pensamientos. Ése tipo siempre me hacía pensar estupideces. - Además, no desperdiciaría nuestros "dulces" en éste árbol tan pesado - fruncí el labio y lo mordí tratando de buscar algún medio para entrar.

¡Quemarlo! Eso podría funcionar. - Buena idea... ¡Bombarda! - exclamé apuntando con mi varita al Sauce pero bastó con una rama para que el hechizo se esfumara y mi cuerpo se vio impulsado nuevamente haciéndome volar por los aires hasta caer entre los arbustos, los cuales amortiguaron mi ciada. La carcajada de Samie se escuchó hasta dentro de las paredes del castillo. Me puse de pie de un salto como una serpiente al asecho y corrí hasta él. - ¡Sabias que ésto pasaría, Maldito! - exclamé atrapándolo con mis brazos desde los hombros de su túnica y cuando iba a golpearlo alguien nos interrumpió...

-No digo tonterías, Nickie, ni borracho.- le recalcó antes de seguir escuchando su negativa a utilizar sus provisiones para con el árbol. - Como veas, pero yo creo que con lo que tenemos podemos permitirnos dejar algo de ello en la savia del pinchos este.- señaló al árbol con la cabeza, mientras observaba a su amigo dispuesto a lanzarle un bombarda.

El cuerpo de Nick voló por los aires para dar finalmente con una serie de arbustos que por desgracia pararon la divertida caída. Esta vez el noruego simplemente sonrió con sorna mientras se acercaba a él con paso aburrido y tranquilo. Su amigo se enfadó y en poco tiempo ya se encontraban en una nueva pelea, sintiendo las manos de su amigo sobre sus brazos dispuesto a pegarlo. El chico se zafó de ello concierta dificultad y empujó a Resnick hacia atrás, intentando desequilibrarlo un poco antes de atacar él; esto era la guerra.

Una voz conocida vino a su mente cuando estaba dispuesto a prepararse para el asunto bélico en cuestión, Anette preguntaba si se habían decidido finalmente a realizar un "esperado" yaoi. -Sí, estamos en ello Annie, dame cinco segundos y el chico no podrá moverse durante una semana entera.- dijo con cierto enfado, brutalidad que le salía de su interior mientras observaba que Nickie se acercaba dispuesto también a continuar con la pelea. Alzó su brazo derecho dispuesto a golpearle intentando esquivar el que seguramente sería un puñetazo o patada en el estómago -tal como solía suceder a menudo; experiencia- contrajo su abdomen listo ya para el ataque pero su necesidad de protección/ataque se esfumó cuando Anette sujeto a Resnick de la cintura mientras tiraba de él hacia atrás, alejándolo. El noruego se relajó y rió con sorna ante la imagen de su amigo siendo llevado por una mujer, ¿Dónde estaban sus fuerzas?

Iba a responder al comentario de Anette cuando Araziel hizo acto de presencia con un comentario divertido que sacó a Samuel una sonrisa arrogante, siniestra. - Podría arreglarle la cara, Araziel, porque es imposible dejarlo más feo.- derivó su mirada de Arie a Nickie con una sonrisa divertida que estaba pidiendo más pelea. Su mirada se posó finalmente en Anette y asintió con lentitud, mostrándole que no pensaba matarse con Resnick, si eso ya lo harían ambos más tarde.

-Tus comentarios son placer para mis oídos.- informó a Araziel, sin retroceder ni un ápice, sosteniéndole la mirada hasta que recordó que quizás aquellas dos mujeres pudieran ayudarles. - Nick tiene pruebas de que el arbolito de marras tiene un agujero que algún que otro gryffindor utiliza...- soltó aquello, simple, cruzado de brazos mientras, tras observar a su grupo de amigos, clavaba la mirada de nuevo en el sauce boxeador aquel.

Ése tonto de Nordenström me empujó logrando que perdiera el equilibrio pero fui sostenido por Anette, quien jaló de mi para separarme del cabeza de musculo. Araziel también llegó al rescate. ¿Qué era ésto? Sabía que me amaban, pero no tanto como para tal preocupación. Aunque no todo podía ser tan perfecto, pues una burla tras otra me calló encima.

- ¡Hey! - le grité a Samie con la intención de apartar a Arie y darle un buen puñetazo para acomodarle esa fea nariz, pero mi amigo les explicó a las chicas lo que hacíamos. Cogí las manos de Anette que estaban sobre mi abdomen y giré en mi eje, dándole la espalda a Samie y mi prometida.

- Así es, si nos ayudan podrán tener todas las orgías que quieran conmigo. Me sacrificaré, les doy mi palabra - señalé divertido y me aventuré buscando el lóbulo de la oreja de mi amiga, en frente de los ojos de mi "tierna y adorada" prometida. Rodeé la cintura de Anie para quedar de frente al otro par y la abracé juntando mi entrepierna a su protuberante trasero. - ¿Qué dices chicas, nos ayudarán? Yo creo que podrían distraer al sauce con un buen streptease. Estoy casi seguro que vi a Potter acariciar ése nudo del árbol - señalé con el dedo el lugar exacto donde el mayor de los Potter había parecido acariciar al Sauce Boxeador para tranquilizarlo.

- Piénsenlo... debe conducir a un lugar muy especial si está custodiado por el trozo de madero añejo éste - añadí con una sonrisa de medio lado mientras recorría con caricias el vientre de Anie por sobre su túnica. Obviamente mi mirada divertida no se separa de Araziel. Quería ver cada una de sus expresiones mientras coqueteaba con mi amiga, ¿qué tan poco le importaba nuestro compromiso a la desquiciada de Arie? Ahora lo descubriría.

Se cruzó de brazos al ver la parafernalia de Resnick intentando dar celos a su prometida. La forma lasciva en la que se comportaba su amigo hizo que alzara una ceja con diversión mientras clavaba su mirada en Anette, su expresión evidenciaba que conocía de primeras las segundas intenciones de Nickie para con su prometida. Las palabras de Araziel le hicieron rodar la vista hacia ella de nuevo, escuchando su agradecimiento, finalmente el noruego acompañó con una divertida mueca la risa de su amiga. De nuevo saltó la alarma sexual de Resnick y este propuso "sacrificarse" a cambio de que ambas les ayudaran distrayendo al arbolito con un streptease. Si bien las ideas de Nick le parecían propias de un lunático no podía negar que no se le haría divertida la situación, realmente muy divertida. Siguió con la vista donde señalaba su amigo, dando con la que parecía ser una pequeña hendidura que seguro con algún tipo de triquiñuela se transformaría en pasadizo o en algún refugio; quién sabía.

Araziel dirigió de nuevo sus palabras a él, esta vez delante del noruego que rápidamente sintió cómo apoyaba su rostro contra su bien formado pecho, la sonrisa arrogante Slytherin, sello de la casa, rápidamente se hizo presente mientras llevaba su vista unos segundos hacia su amigo. -Prometo recompensar a ambas más tarde.- sólo quería molestar un poco más a su compañero de fatigas, ser partícipe de aquella pequeña "pelea" que parecían mantener los dos comprometidos y en la que ahora figuraban momentáneamente Anette y él.

Rápidamente Chénier corroboró el uso que hacía Potter del agujero aquel del árbol y por primera vez emanó vida inteligente de los labios de su amigo cuando dedujo que aquello, custodiado por un árbol con tan mal carácter, debía contener un secreto importante. - Aunque parezca mentira creo que Nickie tiene razón.- simple, su mirada ahora rodando por sus tres amigos y finalmente postrándose en Anette que termina señalando el agujero aquel mientras le dedica una mirada traviesa. El chico sonríe con diversión y asiente lentamente a su amiga, comprendiendo su interesante y excitante pensamiento acerca de aquel lugar; cambiar un poco de paisaje no les vendría mal a ambos en sus encuentros. Convencidas ambas mujeres finalmente dedicó una mirada final a su amigo, pensando en enviarlo de nuevo mientras él lo "protegía" de las ramas pero se le ocurrió una idea mejor.

-Quizás si conjuramos un avis conjunto, básicamente una bandada de pájaros que lo moleste, podremos acercarnos mientras tiene sus ramas ocupadas matando aves.- comentó, no muy convencido, pero aún así podía ser factible. Esperó la respuesta de sus amigos, serio, alternando su vista entre ellos y el arbolito.

No pude enfocarme del todo en los gestos de Araziel ya que Anette se volteó bloqueándome la vista completamente. Mi mirada se centró en ella, aunque en un principio la miré con cara de "quítate de en medio que no me dejas ver mi experimento" el cual de seguro comprendió a la perfección pues sabía leerme como una libro abierto en la imagen más sexual de una cosmopolitan. Aún así mi mirada cambió drásticamente a un "¿Qué-qué estás haciendo?" cuando sus labios se alzaron hasta los míos sin llegar a tocarlos. Por un instantes pude sentir mi respiración cortada por el contorno de sus labios, los cuales cambiaron de dirección hasta posarse en mi mejilla. Respiré aliviado y a la vez algo frustrado siguiendo con la mirada a Anie. ¿Por qué me había sentido así de atraído en una circunstancia como ésa? Por un momento me dio la impresión de que si iba a besarme, y lo extraño fue que no me sentí incomodo con aquel momento, al contrario, por un instante deseé ser yo el que besaba sus labios. Mis pensamientos se apartaron de forma brusca al poder ver al fin la expresión de Araziel.No se veía molesta, menos apoyada junto al borde de Nordenström, por el contrario su rostro demostraba aquella clásica sonrisa despreocupada de "a mi me dan igual tus jueguitos", sin embargo mientras Samuel daba su idea, y fingía ponerle atensión pude apreciar cierto deje de confusión en su mirada. Sonreí, solo por ver aquella expresión que no reflejaba la serenidad que en éstas ocasiones hubiera desprendido de su rostro. Había provocado algo. ¿Celos, confusión, molestia? Fuera cual fuera era un indicio, un indicio del cual me aferraría para conseguir lo que había comenzado ése año; descubrir que tan "insensible" era Arie. Estaba seguro de que si me esforzaba podría llegar incluso a sentir una muestra de cariño sincero por su parte, algún día.

Terminé de escuchar la idea de Samuel y rasqué mi cabeza no muy convencido de la idea, aunque era mucho mejor que todas las anteriores, pero ya estaba algo cansado de ser golpeado por el Sauce. Aún así no veía otra opción factible. - Y yo pensaba que ésa cabezota estaba solo de adorno, canalla - dije presionando su cráneo con mi mano y desordenando sus cabellos. - ¿Lo hacemos a coro? - señalé con una sonrisa divertida, sacando mi varita nuevamente mientras esperaba que los demás hicieran los mismo. Ya todos sabíamos perfectamente como conjurar el hechizo por lo que no sería un mayor problema. - Una vez la bandada de aves llegue trataré de alcanzar el nudo del árbol - advertí mientras afirmaba mi varita junto a los demás.

- Avis... - conjuramos a coro tal como había señalado y cientos de pajaritos se envistieron contra el Sauce Boxeador. Y en efecto, el árbol, tratando de sacarse las aves de encima comenzó a mecer sus ramas con pereza. - ¡Bien! - exclamé antes de inclinar un poco mi cuerpo y correr como alma que es perseguida por el diablo entre sus ramas. Más de alguna casi me manda a volar nuevamente, pero el Sauce parecía más enfocado en sacarse los pajaritos de encima que de tumbarme a mi. ¡PUFF! ¡FLUM! ¡ZIIUM! Esquivé como pude las ramas que a iban y venían. Ni cuenta me di de cuando ya estaba bajo los yacimientos del árbol, estaba tan metido en esquivar las ramas que no lo vi venir y choqué contra su tronco cayendo de trastes debido al impacto. Negué bruscamente con la cabeza y me puse de pie nuevamente. Posé mi viste sobre aquel nudo que Potter había acariciado y noté como las aves comenzaban a desaparecer. Debía apresurarme o sería demasiado tarde. Posé mi mano en el nudo y comencé a acariciarlo, tal como Potter lo había hecho, justo cuando una rama se dirigía sopresivamente contra mi. Cerré mis ojos con fuerza listo para recibir el impacto de la rama y salir a volar por enésima vez pero para mi desconcierto no pasó absolutamente nada. Abrí un solo ojo y vi que las ramas se mecían con tranquilidad a mi alrededor. Volteé para ver a los chicos y una amplia y arrogante sonrisa de "se los dije " se asomó en mi rostro. Misión cumplida. Ahora solo restaba atravesar el pasadizo que había debajo del Sauce Boxeador y ver a donde conducía.

-Será de las buenas Araziel, sé como dar compensaciones.- afirmó con cierta arrogancia y diversión en su rostro, antes de empezar con el hechizo aquel.


Dejando atrás celos, insinuaciones o los diferentes juegos que aquellos tres estaban teniendo, el chico seguía intrigado por los interiores de aquel sauce, el arbolito refugio de Potter. Sacó su varita, sin prestar demasiada atención a la broma de su rubio amigo y ejecutó el hechizo con tranquilidad, seriedad pausada en su rostro. Las bandadas de pájaros revolotearon alrededor de las secas ramas de aquel arbusto que empezó a zafarse de las aves con incomodidad pero a la vez pereza. Así fue como Nicholas se decidió por correr hacia el tronco, esquivando alguna que otra rama, pero con una via libre; el plan estaba dando resultado. Las palabras de Araziel le hicieron reír, observando cómo su amigo aceleraba hacia el tronco de aquel desvencijado árbol.

Y así fue, un golpe seco, de esos que se podían ver en las películas muggles y que traían carcajadas maliciosas incluídas. La suya no salió; una mera sonrisa arrogante iluminó sus labios mientras su metalizada mirada esperaba que aquel elemento que tenía por amigo se levantara y finalmente acariciara el nudo del árbol. Una sonrisa hosca apareció en su rostro, rastro de una risa que se ahogó en su garganta, casi en una tos. Aquel sauce era como las mujeres, una vez les encuentras el punto exacto, las tienes bajo tu control.

Aplaudió con lentitud, acercándose hacia el tronco de aquel árbol. -Enhorabuena, amigo, lo has conseguido.- como si no fuera ya evidente. -Araziel, tu prometido es un gran chico, no lo dejes escapar.- añadió con cierta diversión mientras dirigía su vista hacia esta con una sonrisa ladeada y luego acababa posando su mirada sobre Anette. Tras unos segundos recordando su última incursión al bosque prohibido con ella se vuelve hacia el tronco de aquel árbol y lo acaricia mientras se agacha observando aquel agujero que ha dejado bajo sus raíces, parece estrecho, pero pueden perfectamente entrar por él. Un frío y húmedo viento corre fuera de aquella compuerta secreta; un nuevo pasadizo, este fuera del castillo.

-Parece ser que estamos a punto de encontrar la guarida secreta de Potters y Weasleys.- la sonrisa de satisfacción no se la podía quitar nadie. Aquel lugar parecía lo suficientemente oculto como para poder transformarse próximamente en el nuevo lugar de reunión de él y sus amigos Slys. -Habrá que ensuciarse un poco pero... siempre hay un pequeño precio.- dijo mientras sacaba su varita y lanzaba un lumos que iluminó levemente la entrada a aquel lugar.

-Un pasadizo secreto...- admitió antes de adentrarse, sin apremiar siquiera a los demás. Iluminó el lugar completamente y observó a lo lejos una puerta. ¿A donde llevaría aquello? La curiosidad le estaba matando, se giró a sus compañeros, todavía allí fuera y les apremió.

-Venga, vamos, veamos qué hay detrás de todo esto.