Bosques de París (Dimitri)

Salí de Honeydukes con una enorme bolsa de grageas de sabores y ranas de chocolate, tenía unos dias libres en el colegio, las clases habían dado comienzo y yo cada vez soportaba menos estar allí. Necesitaba salir de allí lo antes posible, hechaba de menos Beauxbatons, su disciplina, sus enormes y hermosos jardines. Su gente y ambiente en general, todo muy muy distinto de lo que encontrabas en Hogwarts. Tomé el metro en dirección a Hogwarts, tras unas horas llegué a la estación y caminé hacia el centro de la ciudad.

Me dirigia a la zona mas cutre y vieja de Paris, todas las casas alli eran viejas y antiguas, la mayoria estaban destruidas y dudaba mucho que alli pudiera vivir alguien. Poco tarde en encontrar un pequeño camino que conocia perfectamente, me adentre en un pequeño laberinto de callejuelas estrechas y alguna que otra sin salida, finalmente llegue a las afueras de la ciudad, desde alli todo se veia mucho mas bonito.

Me gire a observar la ciudad que practicamente habia dejado atras, era una mezcla de luces de colores de las diferentes casas y edificios que habian en la ciudad y solo sobresalia uno, el mas bonito de todos, La Torre Eiffel, era preciosa su luminosidad me encantaba, cuando aun era humana recuerdo haber viajado alli subiendo por sus multiples pisos, de dia no de apreciaba bien la calidad de aquella torre pero de noche era un fantastico espectaculo para la vista.

Decidi seguir mi camino dejando atras esa fantastica obra de arte, continue por el sendero que llevava al bosque, aquel bosque irradiaba vitalidad por cada rama de sus árboles, era fantástico, de pequeña iba allí con mis hermanas a jugar en un claro. Me adentre en el y trepe a un arbol, me gustaba saltar las ramas como si fuera un mono, en el centro del bosque estaba el claro con un lago donde no sabia muy bien porque llegaba la luz del cielo, los arboles se separaban y dejaban entrar luz en el centro de tanta oscuridad.

Queria darme un baño asique me quite la ropa dejandola en la orilla y salte al lago, el agua estaba fria y me encantaba, nade hasta el fondo recorriendo cada centimetro de aquel lago, nadar en agua tan fria me hacia sentir mas viva y fuerte. Una vez me cansé de nadar me apoyé en la orilla aún dentro del agua, con los brazos fuera y la cabeza apoyada en el suelo, el agua me llegaba hasta el cuello, cerré los ojos y disfruté de la soledad del lugar.

Por cuestiones familiares mi padre me consiguió un permiso del colegio y me envió a nuestro País, Francia. Necesitaba de urgencia que yo le trajera unos papeles y el no podía moverse de donde estaba, se suponía mi tarea tardaria al menos un día completo en concretarse puesto que no solo papeles necesitaba, también algo que debía ser entregado a manos responsables. Y quien mejor que su hijo mayor.

El traslador no pudo dejarme en peor lugar, se entendía el error, lo habían aprobado en tan poco tiempo que hasta tenía cara de ilegal. Observe a mi alrededor, estaba a las afueras de París, asi que tendría que aparecerme con poco esfuerzo, pero al mirar un poco más allá vi unas ropas en el suelo, de una chica. Trate de buscar por alrededor otras que me dijeran cuantas personas había por ahi semi-desnudas, pero nada. Escuche un leve chapoteo en el agua y me gire hacia el lago que estaba a mis espaldas -¿bonjour personne sans honte? [¿hola persona sin pudor?]- llamé sin saber a quien me dirigia.

Estaba apunto de dormirme, puesto que tanta paz y tranquilidad me habían dado algo de sueño, recordaba de pequeña dormir en los amplios prados de aquel bosque junto a mi hermana, era una sensación muy agradable que hacía años que había olvidado. Mi mente viajó a otra dimensión quedando profundamente dormida, tuve un sueño un poco extraño donde aparecían duendecillos de cornualles y acromántulas, me pregunté qué demonios hacía soñando con eso, cuando escuché un "clack" en la oscuridad y me giré para ver de dónde provenía aquel ruido, no ví a nadie, pero percibí la presencia de alguien. Me dí la vuelta apoyando mis manos en la orilla, con el cuerpo aún dentro del agua pero esta vez mirando hacia la espesura del bosque. Las ramas crugieron bajo el peso de alguien, me puse en guardia aún en el lago preparada por si tenia que atacar, cuando escuché una voz masculina, de un chico que no sería mucho más mayor que yo.

Observé la figura en la oscuridad un par de metros mas allá, por un momento estuve tentada de coger la varita y apuntarle en la oscuridad para ver de quién se trataba, pero lo pensé bien y me limité a responder. - Bonnes nuits cavalier de l'obscurité. (Buenas noches caballero de la oscuridad)
Mi francés era perfecto, suave y delicado, mi tono de voz lo bastante fuerte para que él lo escuchara y lo bastante suave como para ser de una dama. Me quedé quieta, aún en el lago mirando a la figura que se acercaba poco a poco.

La persona sin pudor se digno a contestarme, asi que segui su voz hasta que la vi en el lago. Al principio su voz me había resultado conocida, ahora ya no tenía dudas de que conocia a esta chica. Sonreí de lado, ¿no se daba cuenta ella de que estaba a mi merced mientras yo en mis manos tuviese su ropa?

-Melissa- dije acercandome al lago para que pudiese verme mejor, ya que quizas la sombra de lo arboles no se lo hubiese permitido -¿tienes complejo de sirena?- Aunque el detalle es que las sirenas se encuentran en el mar y ella estaba en el lago.

Observe con picardia la ropa y la tomé en mis manos -¿te das cuenta de que si me voy con tu ropa tendras que salir de ahi y caminar con lo puesto por la ciudad? Seras la sensación de París-. Me causaría algo de diversión eso, verla caminar por ahi con lo que tuviese puesto, aunque no sabía que tan desnuda estaba, no veía bien por la viscocidad del lago.

Me quedé clavada en el sitio observando a la sombra cada vez más cerca. Pronunció mi nombre y alcé una ceja algo dubitativa, sin terminar de adivinar quién era, aunque realmente esa voz me sonaba bastante. Una vez llegó enfrente mio le reconocí al instante, se trataba de Dimitri, un chico de Beauxbatons con el que había coincidido alguna que otra vez. Escuché su pregunta y respondí nadando un poco por el lago, sumergiendome y saliendo de nuevo con el pelo empapado.

- Puede ser, no hay nada más reconfortable que un buen baño de agua fría. Le observé tomar mi ropa con una extraña sonrisa, aquello no me supo nada bien. ¿Quería pelea? Me encogí de hombros ante su fantástica idea y salí del lago, sin más prendas en mi cuerpo que mis bragas rosas. Me acerqué a él un par de pasos sintiendo como gotas de agua provenientes de mi cabello corrían por mis pechos desnudos. - Seguro que algún artista estaría encantado de dibujarme. Sonreí pasando la punta de mis dedos desde mi pecho hasta mis caderas y mis muslos con sensualidad. - Siempre me ha gustado llamar la atención y estoy acostumbrada a ello. La verdad que el pudor no era una de mis características y el hecho de andar semi-desnuda por París no me causaba problema alguno.

La observe un rato en el agua, con sus prendas en mi manos. Para mi sorpresa salió asi, solo en bragas y sonreí de lado ante su falta de pudor, como lo había mencionado desde un principio. -Probablemente haya más de uno, y los turistas también que te tomarían fotografías... y no faltara un auror muggle que te quiera llevar a sus carceles por andar mostrandote en publico faltando a la descencia de este País-. Eso es si a este país le quedaba descencia que guardar.

Mire las ropas con una sonrisa, yo seguía teniendo la ventaja, aunque le gustara llamar la atención no podía evitar admitir esto -pero claro... siempre hay formas en que tu puedas recuperar tus prendas... si es lo que quieres -. Tal caballero que era yo, que no evitaria una señorita tuviese la oportunidad de recuperar sus ropas si estaba desnuda.

Tenía ganas de jugar, y si eso era lo que quería yo no iba a negarme. Sonreí ante sus palabras, ¿creía que me iba a molestar por un estúpido auror muggle? Estaba muy equivocado. Si quería chantagearme había mejores formas. - Oh, que miedo...¡un muggle querrá llevarme! Dije irónicamente. Caminé quedando a escasos milímetros de él y me acerqué a su oreja susurrando. - Quizá no quiera recuperarlas...Pasé mis manos por su pecho y desabroché un par de botones de su camisa. - Quizá qiera perder lo poco que me queda. Me mordí el labio inferior y le solté un par de botones más.

Mi forma de jugar, era mucho más divertida sin duda. Seguro que nos lo pasabamos mucho mejor que peleándonos por ver quién tenía mis estúpidas ropas. Mordí su oreja y luego le solté sonriendo picaramente. Camine de nuevo a la orilla y me senté dándole la espalda, con los pies en el agua.

Era innevitable, cuando sentí sus toqueteos sobre mi cuerpo sabía donde quería ir, pero yo no queria hacerlo demasiado rapido, me gustaba el jugueteo. Después de todo, al contrario de los chicos de mi edad, yo no era un facil que se dejaba seducir por la primera chica que se levantaba la falda, tenia clase. Y un gran control.

Sin embargo dejé que me toqueteara y desabrochara los botones de mi camisa de forma que se veía algo mi pecho. El contacto de su boca con mi oreja me puso algo y cuando se alejo, camine detrás de ella -quizas, quizas, pero mi juego si te interesa contempla que yo pierda algunas prendas también - y por el camino de sus manos y su mordida podía inferir que no era algo que no le interesaría -ahora bien... ¿podrás aceptar mis reglas de este juego?- sonreí levemente de lado -prometo que te vas a divertir-

Como era de esperar, caminó detras de mí. Escuché sus palabras y me giré aún sentada en la orilla del lago mirándole. ¿Reglas? ¿Desde cuando yo seguía reglas de alguien? Medité un minuto sobre su propuesta, no me gustaba en absoluto la idea de ser la sumisa, me gustaba llevar el control de la situación y que las cosas se hicieran a mi manera, pero por otro lado quería divertirme.

- No me agrada la idea de seguir reglas, jamás he seguido las reglas, ¿qué te hace pensar que ahora si lo voy a hacer? Me quedé mirándole y luego sonreí pícaramente. - ¿Y qué gano yo a cambio? Chicos dispuestos a divertirse conmigo podía encontrar miles en cualquier sitio, si quería que aceptara su juego y fuera sumisa esta vez, tendría que ofrecerme algo que realmente me interesara. Y estaba claro que el chantage por recuperar o no mis prendas no era la mejor idea, puesto que podría encontrar otras en cualquier lado.

Definitivamente debí suponer que al comienzo se iba a negar, solo por el hecho de negarse, porque no dejó la posibilidad completamente cerrada. Dejé la ropa de ella sobre un tronco roto y me acuclille a su lado sin tocar el agua del lago con mi pies. -Porque te interesa- dije sin tapujos, no me importaba ser directo, porque sabía lo que podría pasar y ella también, asi que para que engañarnos en este momento.

Ladee el rostro -¿que quieres conseguir?- pregunté, era obvio que tendría algo en mente, o no hubiera hecho esa pregunta. Por lo demás yo estaba dispuesto a entregarle lo que quisiera -pues, si el juego no te es divertido... haré lo que quieras- y eso consideraba todo, que ningun reto iba a poder conmigo. Yo podría incluso hacer lo más improbable por solo no perder.

Como había esperado, se acercó a mi y se acuchilló a mi lado, Dimitri y yo siempre chocábamos por el mero hecho de tener una personalidad bastante parecida, a ambos nos gustaba llevar el control y ambos queríamos que las cosas se hicieran a nuestra manera. - ¿Me interesa? había dicho las palabras exactas, me interesa. - ¿Cómo me vas a hacer divertirme? Quizá por una vez estuviera bien dejarse hcer y ser un poco sumisa, no era una idea que me terminara de agradar del todo, pero no iba a negar que estaba empezando a sopesarla.

Sonreí de lado ante su pregunta, ¿qué queria conseguir? muchas cosas...podía conseguir todo aquello que quisiera... - Juega conmigo...muéstrame que tan divertido eres, y sino...ya pensaré yo como me recompensarás le guiñé un ojo de forma juguetona y me incliné para coger un poco de agua y tirarmela por encima ya que mi cuerpo se estaba secando. Me coloqué en la posición inicial y lo observé.

Sonreí algo de lado y mordi de labio, ahora tenía menos de un segundo para inventarme un juego puesto que no tenía nunguno en mente. Sin embargo mi rápidamente se le ocurrio algo que no sonaba tan mal. -Un juego simple de preguntas y respuestas... solo yo haré las preguntas... si aciertas, puedes tomar una prenda tuya o pedirme una mia... si te equivocas... bueno lo mismo haré yo, tomare prenda tuya o mia-.

El juego era sencillo pero manejable, si quería darle una pequeña ventaja haría preguntas faciles que fueran posibles de contestar por ella. Si por el contrario quería ganar yo, no sería dificil hacerle preguntas que fuera imposible que pudiese contestar. -Vamos empezar por algo sencillo... ¿como se llama mi hermana?- era imposible que alguien de Beauxbatons no conociera Lys, hermosa e inteligente, mi hermanita sabía como hacerse notar, en su colegio. O en cualquier lugar. Como seguramente aceptaría, esperé dijera que quería, una prenda de ella o una prenda mia.

Me giré aún sentada en el suelo y le miré de forma seductora, esperando a escuchar su maravilloso juego. Pareció pensarlo durante un segundo y pronto habló, sonreí de lado, al principio me pareció un juego estúpido pero sopesé la idea y podría tener cierto morbo. - El juego está bien, aunque dificilmente me quitarás muchas prendas, puesto que estoy desnuda, asique cambiaremos un poco la dinámica, tomaremos prendas o pondremos un reto para cumplir, entre nosotros. Yo ya estaba desnuda y a él le quedaba poco, lo más divertido serían cuando llegaramos a los retos, ahí entonces ya tendía mucho mas morbo la cosa.

Escuché su pregunta y sonreí, claramente me había puesto una pregunta muy fácil para que acertara y dejarme iniciar a mi el juego. Me acerqué un poco a él quedando a escasos milimetros de su cuerpo y susurré muy cerca de su oreja. - Lisbeth, y ahora quitate la camiseta. me separé para ver como se quitaba la camiseta. Empezaríamos poco a poco, primero quería ver bien su torso y ver que tan buen cuerpo tenía y cómo andaba de abdominales.

Enarqué una ceja. Estaba yendo mucho más allá del juego, no estaba sometiendose a mi, como yo deseaba, pero de igual manera terminé asintiendo, porque el ganador indiscutido siempre era yo. Me puse de pie, para jugar, en cuclilla no podía hacer mucho, o mejor dicho, era mucho más incomodo -¿que pasó con eso de empezar a pedir los zapatos?- bromee de forma ironica, mientras sin demora me quitaba la camisa botón por botón dejando mi torso lentamente descubierto. El deporte había logrado dejar mi cuerpo bien formado, no solo tenía una gran espalda, sino que también los músculos marcados.

-Disfruta lo que ves- jugué mientras dejaba caer mi ropa a un lado de donde estaba la de ella. Ahora era momento de seguir con esto -¿Que año estoy cursando ahora en... Hogwarts?- la ultima palabra la dije con cierta decepción e incluso asco. No escondía mi rechazo hacia el colegio que ahora me acogía, a nadie, para mi siempre sería un asco y una desgracia estar ahi.