Una reunión algo oscura

Cuando por fin vi que las clases se comenzaban a acabarse no pude evitar sonreír un poco, y sentir que por fin saldría de ese maldito lugar, no lo tenía que pensar dos veces para salir de aquella clases de defensa contra las artes oscuras, y la verdad a veces me preguntaba cómo se llamaba mi maestro, lo había visto desde el tercer año y nunca se me había pasado por la cabeza como se llamaba, aun así yo siempre me refería a él cómo orejas de asno, y créanme llamarlo así no lo hago solo como una manera de sarcasmo o demostración del poco respeto que le tengo al tipo, si cogieran con un metro y le midieran esas pequeñas orejas se darían cuenta a lo que me refería; cuando Salí de aquel lugar, camine sin rumbo fijo dejándome llevar por mis piernas las cuales me guiaron hasta las afueras del castillo, para mí era un castillo su estructura y todo el cuento, no sé por qué algunos dicen que es un instituto, para mi es igual a un prisión, igual azkaban.

Cuando por fin decidid poner atención por donde iba ya me encontraba cerca a las tres escobas, genial pensé mientras organizaba mi bufanda, la cual la traía en mi mano derecha, también termine de abrigarme un poco bien, prefería que los demás me vieran un poco inofensivo para así poder ganarme su confianza, y luego hacer de las mías, camine hacia adentro de esta, y con una pequeña sonrisa tímida en mi rostro, quien me viera ahora pensaría que era un tonto, quien me viera a los ojos sabría que algo no anda bien, me senté en una pequeña mesa cercana, mientras la camarera me decía que quería – una cerveza de mantequilla – le pedí mientras le sonreía amablemente esta solo pudo responderme con algo de torpeza en sus movimientos, mientras se veía realmente sonrojada, yo solo buje cuando ella se fue, ser inferior, pensé claro que no la culpaba yo era una ser técnicamente perfecto, aunque me hiciera pasar por un despistado a veces, acaricia mis manos con algo de pereza para tratar de darme algo de calor, pues la tarde había sido realmente helada, poco común para mi, de seguro un mal presagio, aunque la adivinanza nunca había sido lo mío, prefería el hoy, el ahora.


Vi aun chica de cabello largo cerca de mí, nunca antes me había llamado la atención alguien para que mi vista se posara en ella o bueno solo una persona en este mundo y ella se encontraba de vacaciones con su familia, pero ella se me parecía demasiado, mas de dos segundos, o que sinceramente la viera con cierta sonrisa sincera en mi rostros, cuando la camarera volvió con mi cerveza de mantequilla, la note algo molesta al ver como recibía mi pedido sin ni siquiera mirarla, o decirle al menos un gracias, pero mi atención estaba en aquella chica del a lado, acaso una canción muggle no decía así, bueno que más da, la detalle con sumo cuidado, pero que hacia el aquí pensé al ver aquella mujer acaso no andaba de vacaciones; entonces la chica del al lado es, mire con sumo interés a la mujer con la que llevaba un año de relacion, la unica que no habia lastimado físicamente, sonrei al verla, cuando nuestros ojos se cruzaron una chispa pudo haber salido del medio, alce mi baso en señal de que la había reconocido, sonreí amablemente y si no fuera por que esto era un lugar publico, iría por ella para besadla con gran pasión.

No tenía ni unos días que había vuelto de unas vacaciones con mi padre, era bueno estar de vuelta, en cierta parte, claro. Mis deberes se vieron terminados mucho antes de lo que había previsto, siempre había sido así porque por algo portaba la funda azul en el interior de mi capa, y por supuesto, aquel escudo que no sólo me llenaba de orgullo a mí, sino a mi hermano y a mi padre también; seguramente mi madre también se hubiese sentido orgullosa de no haber sido por su asesinato. Mis primeros TIMOs se iban a ver retrasados sólo unos días, pues ahora que estaba de vuelta, sólo me iba a tomar un par de días para ponerme al corriente y así mismo, prepararme para los exámenes que se me presentarían para validar mis primeras evaluaciones. Guardé mis libros dentro de mi mochila después de clases, como siempre, subí completamente sola hasta la torre de Ravenclaw, abriéndome paso de aquellos mestizos, sangres sucias, e incluso unos cuantos traidores a la sangre. Definitivamente a veces pensaba que no había absolutamente anda que valiera la pena en aquel castillo, sin embargo, eso no me importaba demasiado, mi único interés se basaba en mis libros que noche tras noche leía con atención, todo para poder formar parte de las filas del gran señor Poderoso y ayudarle en la exterminación de aquellos que no merecían pisar el mismo suelo que yo.

La única persona a la que quería ver realmente, no me la había topado en el par de días en los que llevaba en el colegio, por momentos llegaba a pensar que quizá él también estaba de vacaciones y que lo vería en cuanto pudiera. No quise avisarle de mi regreso, había estado lejos por un corto tiempo pero aún así lo extrañaba demasiado, quería regresar y darle la sorpresa que estaba de vuelta. Llevábamos de relación aproximadamente un año o un poco más, si de algo estaba segura era de que Dann era el chico más sobresaliente que había conocido, y no precisamente por cosas buenas, sino porque era un egolatra, purista y bulleador en el colegio, justo los chicos que siempre habían llamado mi atención y él, desde el primer momento la obtuvo. Comencé a descender las escaleras de la torre, aún llevaba el uniforme puesto y así pensaba salir del castillo, sólo quería dar una vuelta en Hogsmeade y tomar una cerveza de mantequilla en las 3 escobas, esperando que no estuviera concurrido por aquella peste que siempre me provocaba esa rabia en mi interior.

Bajé la colina sin mucho afán, en el camino me topé con unos cuantos conocidos con los que tan sólo llevaba un trato cordial, pues siendo yo de aquella manera tan voluble, no me gustaba que se me acercaran demasiado, no sino era Ethan, mi padre o Dann. Una vez en el pequeño pueblo, comencé a caminar por entre las tiendas, para mi buena suerte el lugar estaba casi desierto y suponía que se debía a que la mayoría debían estar en el castillo en clases. Realmente no había nada interesante, todo estaba completamente vacío e incluso algunas tiendas estaban cerradas. Comencé a caminar directo a aquel pub al que me había propuesto ir. Abrí la puerta lentamente, no estaba muy concurrido y eso al menos me hizo sentir más aliviada, tan siquiera no iba a estar molesta todo el tiempo. Me abrí paso entre las mesas de aquel lugar y caminé hasta la barra para pedir la cerveza que sinceramente, era la mejor del pueblo. Di vuelta para buscar una mesa vacía, pero eso no fue necesario porque al voltear mi rostro, mi mirada se detuvo en él, en Dann, estaba frente a mi. Sonreí de medio lado y sentí como las mejillas se me encendían. Caminé hasta él y al ponerse de pie, rodeé su cuello con mis brazos - Te extrañé - susurré depositando un beso en su mejilla, siendo discreta y sin dejar de lado esa manera tan propia que me caracterizaba.

Tome un poco de aquella sabrosa cerveza de mantequilla mientras miraba como ella se acercaba a mi con una gran sonrisa en su rostro, lo cual me extraño, aunque los demás dijeran que su expresión no había cambiado nada en estar feliz o enojada, yo la conocía bastante bien, para saberlo, sonreí ante ello, y me levante de la mesa para recibirla por los brazos abierto, ella rodeo mi cuello con sus delicadas manos, y su aroma en el ambiente lo sentí de inmediato, su beso en mi mejilla, me hizo solo abrazarla mas; al diablo si nos ven, pensé para mi mientras me apartaba un poco de su rostro para mirarla directamente a los ojos sin romper aquel bello abrazo, en el que ambos estábamos fundidos; sonreí amablemente mientras le daba un tierno beso en sus labios, para los demás en el bar había sido una escena tierna pero cuando vieron con exactitud de quienes se trataban todos dieron media vuelta y trataron de ignorarnos, los mas valientes para mi habían optado por irse de las tres escobas.

Me separe de ella, como si nada hubiera pasado, ella me dijo que me había extrañado, pero yo no le respondí, ella sabia que era para mi especial, pero también que esas expresiones de cariño no iban mucho conmigo, me acerque donde hace un rato ella estaba tome su cerveza y mire a la camarera con algo de odio, indicándole que no me volviera a atender mientras estuviera con ella, me acerque a Mel, y la abrace por sus caderas haciendo que nos sentáramos en la mesa, puse su cerveza a su lado y tome un poco de mi cerveza, mientras acariciaba su cabello con algo de indiferencia - por que no me dijiste que venias - le dije con algo de intriga, - acaso, ¿andabas con alguien mas? - eso ultimo sonó sobre todas las cosas con algo de rencor y amenaza, ella era mía, y aunque sonara posesivo con ella, así era, no perdonaría alguien que se acercara a ella con otras intenciones que no sean las de asesinarla, pues estaba seguro que ella no dudaría en eliminarlo.

Cerré mis ojos por unos segundos, mientras veía que al final las tres escobas se habían vaciado técnicamente, en el escenario solo estaban dueños del lugar, pero vi de reojo que no estaba la camarera también, una pequeña sonrisa en mi rostro se hizo, carajo que fama la nuestra, solo por que a veces en medio de nuestros entrenamientos de hechizos y preparacion de posimas habíamos echo estañar mas de medio pueblo, no significaba que en verdad fueramos a ser algo malo, bueno siempre hay una primera vez para todo.

Aquel beso en los labios me había alejado de la realidad tan burda y asquerosa en la que realmente vivíamos, Dann y yo llevábamos ya un año y medio de relación formal, recuerdo bien que había sido algo inmediato, me había bastado verlo molestando a hufflepuffs para que me diera cuenta de que él era la persona con la que quería pasar un buen rato. Caí en la cuenta, al separarse, de que eramos el centro de atención, y no me hubiese molestado en lo absoluto si se hubiese tratado de un lugar mucho más digno y con sangres puras de buenas familias rodeándonos, pero no, eran magos impuros, mestizos y traicioneros a la sangre los que nos veían enternecidos. Ladeé mi cara hacia hecho haciendo notar a quienes eran los que estaban mirando. Automáticamente mis facciones frías y serias hicieron que muchos cambiaran su rostro lleno de ternura, a uno de miedo, respeto e incomodidad. Poco a poco el lugar comenzó a vaciarse, sentí una especie de placer ante eso y en mi rostro se dibujo una sonrisa maliciosa, mirando como se alejaban de nosotros y los murmuros comenzaban a invadir aquel lugar en un siseo - al menos saben como comportarse - musité volteandome nuevamente hacia Dann y probando de sus labios una vez más, embriagándome en el sabor de su saliva y perdiéndome en aquella loción que me volvía completamente loca.

Ignoré a los pocos que quedaban y separé mis labios de los suyos para tomar asiento en la mesa dónde él ya se encontraba. Dejé mi cerveza al lado de la suya y crucé mi pierna con delicadeza y discreción mientras sentía sus manos acariciar mi cabello. Enarqué ambas cejas completamente sorprendida. Tomé de su mano que pasaba por los mechones de mi cabello y entrelacé mi mano con la suya - Sino te dije que volvía, era porque quería sorprenderte - respondí - incluso era hace un par de días que volví pero no te encontré en el castillo. Pensé que te habías ido de vacaciones al igual que yo - seguí hablando mientras llevaba un sorbo de la cerveza de mantequilla y al escuchar su último comentario me dieron ganas de reír a carcajadas ¿Yo con alguien más? - No, amor... eso no - respondí después de haberme pasado la cerveza - [color=dodgerblue]No tengo a nadie más porque te amo a ti, y sinceramente no hay nadie que valga la pena ni aquí, ni en ningún otro lado - contesté mientras me recargaba en el respaldo de la silla y lo miraba con un auge de ternura e ironía a la vez. Si estaba con él era por algo, yo era una chica bastante especial y mucho más si del aspecto amoroso se trataba. Mi carácter no era fácil de dominar y mis gustos por los hombres eran selectos, y que hasta ahora, sólo había encontrado en él.

Con ayuda de mi mano, ladeé mi cabello en uno de mis hombros sin prisa alguna. En el lugar no quedaban más que algunos magos y entre ellos estaba la bruja dueña del lugar. Sus miradas estaban en nosotros de reojo, y aunque estaban bastante alejados de nuestra mesa, sabía que podían hacer uso de algún hechizo para escuchar mejor nuestra platica. Saqué la varita de la parte de adentro de la capa y apunté al aire, sin si quiera importarme el cinismo que estaba haciendo notorio hacia aquellos pocos que realmente me importaban poco. Un muffliato no verbal rodeó y protegió nuestra mesa de los demás, sabían que estábamos ahí pero ya no eramos ni visibles, ni audibles, incluso para la mesera que no dejaba de mirarlo y que comenzaba a fastidiarme por arrastrada. Regresé mi mirada a él y recargando mi codo sobre aquella mesa vieja de madera, apoye mi mentón en mi puño mientras con mi otra mano, acariciaba la suya - Parece que me extrañaste, querido - dije, rompiendo aquel silencio que se había provocado después de que me distrajera con los que nos rodeaban - ¿Cómo te ha ido? ¿Ha pasado algo nuevo? - pregunté soltando de su mano para tomar mi vaso de cerveza y beber un sorbo nuevamente. Si bien la gente era repugnante en aquel pueblo, no lo era la cerveza.

ecordaba.