Marie Had a Little Lamb [ Albus Potter]

Una lechuza se había posado en mi regazo cuando estaba plácidamente tomando el poco sol que se podía tomar en ese castillo aislado de la civilización, tenía mucho sueño, era la hora del día en la que me encantaba tomar una siesta y mi cuerpo tendido en los jardines del colegio bajo un árbol eran la cobija perfecta para la siesta cuando esa lechuza me interrumpió.

Abrí la carta que llevaba en la pata y era una nota con una caligrafía perfecta que conocía muy bien "Nos vemos fuera de los invernaderos al atardecer" no tenía firma pero sabía de quien era además de que podía reconocer a la lechuza. Miré el cielo y aún faltaba un poco para que el sol se metiera así que me tomé mi tiempo para levantarme y salir de ahí a paso calmado, mi cabello estaba despeinado como de costumbre y no me preocupé por acomodarlo, la camisa estaba ligeramente desfajada y mi andar era muy despreocupado.

Llegué a los invernaderos y no había nadie aún, así que iré una corteza de árbol muerto y me senté sobre ella. Encorvé un poco la espalda por el cansancio y cuando pegué un gran bostezo, La voz de alguien demasiado familiar para mi gusto llegó a mis oídos mientras que unas manos se metían por dentro de mi túnica y unos labios que me conocían bien comenzaban a besar mi cuello, suspiré suavemente dejando que Allie hiciera de las suyas sabiedo que no le duraría mucho tiempo - Perfecto hasta que llegaste, querida - una sonrisa sarcastica apareció en mi rostro en el momento en el que sacaba sus manos de mi pecho - pero creo que te equivocaste de Potter. Allie estaba loca. Así me encantaba.


Giré el torso y con un movimiento hábil la hice caer literalmente sobre mis piernas, la acerqué a mi juntando peligrosamente mi rostro con el de ella. - No tan rápido muñeca- le dije mientras detenia mis labios que se quedaron justo sobre los de ella, sin tocarlos y sonreí de medio lado.

La voz de Allie siempre era fresca y tan igual a como la recordaba, me encantaba su voz, me encantaba ella, aún y apesar de los años no podía dejar de sentirme irremediablemente atraído a ella pero había cosas que Albus Potter no olvidaba y mucho menos perdonaba... y algunas de esas cosas las había logrado hacer ella, así que siempre que se me acercaba ponía una barrera a mis emociones cuando sentía un gran nudo en mi garganta y tragaba saliva con fuerza. -Estoy esperando a alguien, pero veo que la puntualidad no es un don en las mujeres de este colegio- solté un corto suspiro y traté de no ponerme nervioso por su cercanía con mi cuerpo, porque debía de reconocerlo, aunque nos conocíamos demasiado bien y teníamos esa confianza de estar tan cerca, esa distancia que nos separaba hacía que me pusiera nervioso cuando se acercaba tanto.

La moví con los brazos y la senté a mi lado para evitar tentaciones no necesarias y revolví mi cabello despeinándolo un poco, arrugué la nota de la lechuza que aún tenía en mi mano y la metí en el bolsillo de mi pantalón. - ¿Tú que haces aquí? Es tarde... hace frío, no sea que te vayas a enfermar... - dije aparentando preocupación, pero sabia que ella podía cuidarse sola, era solo que en ocasiones como esa, si... me quedaba sin mucho que decir.

Mi cuerpo había adoptado una posición tensa y no lo había notado, pero justo en el momento en el que me dí cuenta relajé los músculos y solté un suspiro disimulado. Ella se apoyó en mi hombro y entrelazó su brazo con le mío, buscando mis dedos, tontee unos momentos con mis propias manos para dificultarle el proceso, pero sabía que al final lo conseguiría, como siempre que se proponía algo. - Soy demasiado fuerte para resfriarme, además aunque estuviera muriéndome jugaría - Esa era una verdad universal, todos los Potter estabamos orgullosos de ser buenos jugadores de quidditch y los nombres de las últimas generaciones estaban en la vitrina en el cuarto de trofeos, mi mayor orgullo era la insignia de cazador de mi abuelo.

De pronto me sacó de mis pensamientos familiares cuando afirmó que esperaba que "Ella" llegara pronto. "¿En verdad lo deseas?" pregunté para mí mismo sin atreverme a decirlo en voz alta, el tiempo en el que me importaba y demostraba abiertamente lo que ella pensara, ya había pasado y no quería doblegarme.

Decidí no contestarle nada, nos sumimos en un profundo silencio y dejé que sus dedos apresaran los míos, dejé que el silencio nos abrigara como tiempo atrás, apoyé mi cabeza ligeramente contra la de ella y cerré los ojos un instante hasta que ella misma rompió el silencio con dos palabras. Abrí los ojos de golpe y separé mi cabeza de la de ella -Eh?- salió de mi boca aquel monosílabo y sonreí, traté de sonreír lo más despreocupadamente que pude y separé mis dedos de los de ella. - Mucho... - fué todo lo que contesté y luego me levanté quedando de frente a ella. - ¿Qué quieres Allie? - pregunté directamente mientras cruzaba los brazos en mi pecho.

No era necesario que ella se comportara fría y distante para que me lastimara, a veces había otras cosas que dolían mucho más que la distancia y la frialdad. La vida estaba hecha de detalles y había detalles que me habían marcado, había detalles que me habían lastimado por más insignificantes que hubieran sido y habían detalles que mi hermano se encargaba de restregarme en el rostro cada que podía. Bajé la mirada pero tuve que verla nuevamente cuando se puso de pie y me tomó por el brazo. - No necesitas ningún motivo, pero hay veces... que prefiero que estés lejos...- dije sinceramente sin querer que ella se alejara, la energía que irradiaba me hacía querer estar cerca, pero por otro lado me sentía mal cuando quería estar con ella. Todo había sido mi culpa, los eternos coqueteos con otras chicas y esas cosas habían hecho que ella se alejara de mí, la confianza que tenía en mí, de que nunca me iba a dejar era lo que más me pesaba, me sentía estúpido y desdichado, sobre todo cuando mi madre preguntaba por ella, como lo había hecho esa mañana en su última carta, tal vez por eso el verla me había desestabilizado tanto.

Era cierto que eramos amigos pero me dolía que ella ya no me viera como otra cosa, era mi ego... si, eso tenía que ser, nada más.

Besó mi mejilla y se separó, la tomé del brazo con cierta brusquedad y la atraje a mí de nuevo, era más alto que ella por varios centímetros, a pesar de que ella fuera más grande en edad siempre fuí más corpulento que ella, yo no me veía como un niño de 16 años, de hecho no me sentía como uno.

Sujeté su nuca por debajo de su cabello con la mano que tenía libre y la atraje a mi rostro inclinandome un poco hacia ella. Era por eso que no me gustaba estar cerca cuando tenía esas increibles ganas de tenerla más cerca de lo debido. Mis labios se precipitaron deseosos de ella y la besé un tanto violentamente, pero en ese momento me desconocí y la solté negando con la cabeza para mí mismo. -Tal vez deberías de dejar de quererme...- "Porque me lastima...." pensé luego de soltarla del brazo sin despegar mi mirada de sus ojos, una mirada bastante viperina.

Sus palabras apretaron un nudo en mi garganta pero me pusieron en una posición de ventaja de la que no pude dejar pasar por alto. Mientras ella se volteaba y no me miraba, puse mi mano contra mi cuello y lo masajeé rápidamente para desapretar la sensación que se había formado dentro de mi garganta. Ladeé de cada lado de cabeza y sentí que pude hablar de nuevo.

Tal vez no todo el colegio, pero muchas personas, más de las que me hubiesen gustado, sabían lo que había pasado con James y Allie, porque mi hermano era un maldito patán que se enorgullecía de serlo y no le importaba andar pregonando lo que hacía con las personas, si tan solo respetara a su propia familia... - Vamos a ser honestos por una vez, ok?- sentencié firme mientras bajaba la mano de mi cuello y volvía a cruzar los brazos para no tomarla en un aire de brusquedad como el anterior. - No digas que me respetas porque si lo hubieras hecho a lo mejor nunca te hubieras acercado tanto al imdiota que lamentablemente llevo por hermano, a mí no me importa que salgas con la mitad del castillo, pero.. ¿Porqué James? Pudiste haber escogido a cualquier otro, pero NO! Tenías que ir con mi hermano!- Negué con la cabeza y fué en ese momento, cuando me escuché a mí mismo hablar que la frialdad volvió a mí y todos aquellos sentimientos viscerales desaparecieron, tornandose mi mirada fría y muy distante.

- No contestes, no es necesario, puedes ir con quien te plazca, en realidad creo que esto ha estado muy fuera de lugar- de nuevo distante y frío, no quería y no tenía intenciones de hablar con ella sobre el tema de James, ya sabía que tenía que decir, lo que decía todas y es que mi hermano era "Tan irresistible" yo sabía lo que era en realidad... trataba de llenar el vacío emocional de su vida con chicas... patético...

Me encaró y aunque le dije que no era necesario que me contestara, ella lo hizo y lo único que provocó era que esa hostilidad que a veces emanaba de mí para con ella saliera a flote y solo se hacía quedar en mayor desventaja puesto que el que me dijera que podría estar burlándose de mí con James no le ayudaba mucho. - ¿Nada más un beso? ¿Es que pensaste que ibas a necesitar más para lastimarme? Se que todo fue mi culpa, porque no puedo negar que me gusta coquetear con las otras chicas, pero MI HERMANO!!! habiendo tantos chicos en el colegio, eres demasiado calculadora como para que fuera algo al azar - estaba seguro que lo había hecho a proposito para hacer lastimarme por lo que la lastimé yo, pero ella nunca iba a entender que para mi, ella siempre había significado lo único bueno que pensé que siempre tendría a mi lado, cuan equivocado estaba cuando pensé eso, un romance infantil, eso había sido.

Mi hermano tenia esa especial habilidad para hacerlas sentir a todas especiales, lo odiaba por eso, era un cazanova, podia tener a todas las chicas del castillo, es más, no dudaba que mientras besaba a Allie ya tuviera otra cita esperándolo. Era un total imbécil. - Y tú nunca entendiste que tú eras la única persona importante para mí, si no me hubieses importado, te hubiera dejado en el primer momento que se me pasó otra chica por delante - mi voz sonó monótona y apagada, pero forzada, quería gritarle todo eso pero me controlé. - Pero una cosa si te puedo decir... apesar de sentirte sola nadie nunca pudo hacerte sentir como yo, ni siquiera James, porque sabes que al final de todo eres otra más de su colección, y para mí era MI novia, la que tenía el lugar más especial en mí y si fuiste tú la que decidió irse esta conversación no tiene sentido, no soy quien para reclamarte con quien te besas, solo imagina como te ven los demás por andar con dos hermanos....- si, mis palabras estaban maquinadas para hacerla sentir igual de mal que yo cuando me enteré que el Potter que ahora tenía su atención era otro. Me preguntaba cuanto tiempo iba a pasar hasta que James jugara con Allie de nuevo, él era un chico al que le gustaba restregar su patanería en sus victimas, siempre lo hacía, nunca cambiaría y la única que quedaba mal, era ella...

No podía no sentirme victorioso cuando mis palabras dieron justo en el clavo y Allie comenzó a llorar, pero el gusto me duró mucho menos de lo que planeaba porque me destrocé por dentro de hacerla sentir así, a veces, no medía mis palabras y mis acciones, era por ese motivo que nuestra relación se había terminado hacía ya mucho, nosotros eramos amigos y no tenía caso remover las espinas enterradas, solo causaban más dolor del debido y ese era el último año de Allie en Hogwarts, con un poco de suerte no la volvería a ver nunca y entonces si cerraría ese capítulo de mi vida. - Allie.. no llor... no... por favor... - pasé mi mano nerviosa por mi cabello despeinándome y luego apreté un puño, estaba frustrado porque no podía soportar verla así, pero esas palabras, las había soñado, había soñado que se las decía pero nunca había visto como terminaba la escena, seguro en mis sueños no terminaba así.

Dí un par de zancadas cuando ella comenzó a caminar y la tomé entre mis brazos obligándola a que se quedara encerrada en ellos, con su rostro húmedo en mi pecho, su aroma era tan peculiar que me traía recuerdos de lo más dolorosos y más felices. - No creo ser perfecto, así que no soy quien para juzgar lo que haces...- iba a terminar mi oración con un "Pero porque mi hermano?" pero creí que ya estaba más que claro que me dolía que hubiese sido él. -Por favor, deja de llorar, no lo soporto- la abracé pegando mi mejilla a su frente, aferrándo su cuerpo a mis brazos, grabando en mi memoria el tamaño exacto de su cuerpo en ese abrazo, que, aunque no era el más indicado, había anhelado por tanto tiempo en mis más locas fantasías. - Somos amigos Allie, siempre vamos a serlo..- No podía alejarme de ella, si no la cuidaba yo, ¿quien la cuidaría? ¿Si no la quería yo... quien lo haría?

Su tacto contra mi piel era como si me quemara, mi mejilla se sentía ardiendo cuando me tocó, tomé aire, muchísimo aire, llenando mis pulmones para no flaquear, aún no me explicaba como era que la quería tanto, tal vez era porque me conocía demasiado bien, porque era tan tierna conmigo que sentía que en verdad nadie podría quererme alguna vez como ella me quería, porque me sentía completamente incomprendido por el resto del mundo y solo sentía que ella me entendía? Los personas que más quieres son a las que más lastimas y las que más te lastiman, por eso Allie y yo estabamos en esa penosa situación en esos momentos.

No callé sus palabras, dejé que lo dijera todo mientras la abrazaba sin tanta fuerza pero con mucha intensidad, suavemente, como solo podía ser con ella, con nadie más me mostraba cariñoso, bueno, únicamente con Lily. -Entonces que vamos a hacer?- Era una pregunta estúpida pero "Si eramos más que amigos, pero no quería lastimarme y no podíamos admitirlo..." No quedaban muchas opciones sanas. - No volveré a decir nada así... te lo prometo- besé su frente y poco a poco fuí soltándola de mi abrazo, tal vez no era el mejor momento para hablar de esas cosas, necesitabamos estar calmados ambos, solo no quería verla llorar más.