Una Nott en la Biblioteca... cosa curiosa (LIBRE)
2 participantes
Página 1 de 1.
Una Nott en la Biblioteca... cosa curiosa (LIBRE)
Hora de la Cena / Segunda semana de Septiembre
¿Aburrida?. Claro. ¿Quién se podía divertir en la Biblioteca?. Bueno, había ciertas personas a las que le parecía divertido estar ahí, pero nunguna de esas personas eran dignas de recordar por mí. ¿Qué hacía ahí? Esa era una buena pregunta, ya que durante mis años de alumna eran contadas las veces que había pisado ese lugar, y la mayoría de esas veces había sido llevada a rastras. En las pocas ocasiones que había ido por mi propia voluntad era porque buscaba a algún nerdy que hiciera mis tareas, o necesitaba responder una duda que sólo estaba en los libros. Y aún cuando así era siempre intentaba consultar otros lugares antes que la Biblioteca, pero nadie me daba respuesta. En esta ocasión sucedía esto último.
Después de lo sucedido con mi padre había decidido que debería encontrar la forma de ser inmune a su "Imperius". Del cruciatus sólo podría vencerlo con mi agilidad, pero el Imperius era total voluntad. Por ello buscaba algún libro que diera algún dato de cómo incrementar mi voluntad y lograr así contrarrestar el poder de aquel hechizo. No permitiría que mi padre me volviera a dominar a voluntad por el uso de una maldición. Mi libertad no tendía como límite la capacidad asombrosa de mi padre de provocar humillación con la destreza de su maldita varita. De hecho, no había nadie que pudiese poner límite a mi libertad, sólo yo, y no sabía si deseaba limitarme.
A esa hora no era común ver mucha gente ahí, y por eso había ido. No quería que se acercara alguíen aburrido que me molestara con sus idioteces. Además que casi nunca iba gente que me divirtiera a la Biblioteca, por lo que no tenía necesidad de levantar la vista y ver quién estaba a mi alrededor. Estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas, justo en el pasillo donde estaban los manuales de DCAO. Claro, todos ellos hablaban de hechizos mínimos, y sus referencias a las maldiciones imperdonables casi eran un susurro en las páginas. Mi ceño estaba algo arrugado y mordía mi labio inferior, mientras hojeaba un pequeño libro de tapas rojizas. Tenía sueño y hambre, pero sobretodo tenía curiosidad. Sólo por ello estaba ahí.
¿Aburrida?. Claro. ¿Quién se podía divertir en la Biblioteca?. Bueno, había ciertas personas a las que le parecía divertido estar ahí, pero nunguna de esas personas eran dignas de recordar por mí. ¿Qué hacía ahí? Esa era una buena pregunta, ya que durante mis años de alumna eran contadas las veces que había pisado ese lugar, y la mayoría de esas veces había sido llevada a rastras. En las pocas ocasiones que había ido por mi propia voluntad era porque buscaba a algún nerdy que hiciera mis tareas, o necesitaba responder una duda que sólo estaba en los libros. Y aún cuando así era siempre intentaba consultar otros lugares antes que la Biblioteca, pero nadie me daba respuesta. En esta ocasión sucedía esto último.
Después de lo sucedido con mi padre había decidido que debería encontrar la forma de ser inmune a su "Imperius". Del cruciatus sólo podría vencerlo con mi agilidad, pero el Imperius era total voluntad. Por ello buscaba algún libro que diera algún dato de cómo incrementar mi voluntad y lograr así contrarrestar el poder de aquel hechizo. No permitiría que mi padre me volviera a dominar a voluntad por el uso de una maldición. Mi libertad no tendía como límite la capacidad asombrosa de mi padre de provocar humillación con la destreza de su maldita varita. De hecho, no había nadie que pudiese poner límite a mi libertad, sólo yo, y no sabía si deseaba limitarme.
A esa hora no era común ver mucha gente ahí, y por eso había ido. No quería que se acercara alguíen aburrido que me molestara con sus idioteces. Además que casi nunca iba gente que me divirtiera a la Biblioteca, por lo que no tenía necesidad de levantar la vista y ver quién estaba a mi alrededor. Estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas, justo en el pasillo donde estaban los manuales de DCAO. Claro, todos ellos hablaban de hechizos mínimos, y sus referencias a las maldiciones imperdonables casi eran un susurro en las páginas. Mi ceño estaba algo arrugado y mordía mi labio inferior, mientras hojeaba un pequeño libro de tapas rojizas. Tenía sueño y hambre, pero sobretodo tenía curiosidad. Sólo por ello estaba ahí.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
Puntos de Canje : 74666
Fecha de inscripción : 19/03/2011
Localización : En un lugar que nunca adivinarás
Re: Una Nott en la Biblioteca... cosa curiosa (LIBRE)
Lysbeth se levantó temprano ese día, y como siempre, tuvo unas cuantas charlas con los pocos alumnos de primer curso de Beaux. Dichas charlas se resumían en: "Modere el lenguaje", "no ataques a nadie", "no le molestes"... Algo parecido al año pasado. La suerte de este año era que en la nueva común de Beauxbatons quedaban pocos mestizos y se respiraba un aire algo más... puro.
Ya llevaba una semana en el colegio y le resultaba una eternidad. No había tenido noticias de su padre, y solamente había hablado con Dimitri un par de veces de cosas meramente escolares.
Ese día lo pasó en el campo de quidditch mientras no estaba en clases. Ella era buscadora del equipo francés y su posición en el equipo era importante. Por su sorpresa, se encontró el campo vacío por lo que estuvo las siguientes cuatro horas totalmente sola, volando con la escoba y con la ropa gris perla y azul celeste con la insignia de su ex-colegio en la espalda.
A la rubia le pasaba el tiempo demasiado rápido cuando se trataba de volar a velocidades vertiginosas, por lo que, inconsciente de la hora, no se dio cuenta de que debería de estar en el castillo hasta que empezó a anochecer y los sonidos de los alrededores se empezaban a apaciguar. Milagrosamente no encontró ningún profesor o adulto que le pudiera decir una buena, y al pasar por delante de la entrada del gran comedor, echó un vistazo a la mesa del personal en busca del bibliotecario, el cuan parecía que también iba a llegar tarde a la cena.
Subió a ducharse y a ponerse el uniforme lo más rápido que pudo y al salir de la común vio a una serpiente rubia que entraba a la biblioteca.
Lys arqueó una ceja y sonrió levemente mientras sus finas y estilizadas piernas la llevaban a la biblioteca, a curiosear porque esa joven no estaba en el gran comedor, junto con los demás. Y ya puestos, vería si Matt se encontraba en ella.
Nada mas entrar en la polvorienta biblioteca perdió a la verde de vista y eso hizo que aumentara la velocidad de sus pasos, mirando a cada pasillo para descubrir su paradero. Finalmente la encontró sentada en el suelo con las piernas cruzadas junto a la estantería de Defensa Contra las Artes Oscuras, curioseando un libro algo viejo.
Con sumo cuidado y un silencio casi sepulcral, la francesa se acercó a la rubia y curvó su espalda para tener una perspectiva desde arriba y averiguar que era lo que estaba leyendo. ¿Como defenderse de los maleficios prohibidos?
Lysbeth sonrió, suprimiendo una carcajada por sus adentros.
- ¿Es interesante la lectura? - preguntó con su acento francés mientras se ponía rígida de nuevo y avanzaba con un par de pasos, esquivando otros libros que estaban en el suelo, hasta ponerse frente a la Slytherin.
Ya llevaba una semana en el colegio y le resultaba una eternidad. No había tenido noticias de su padre, y solamente había hablado con Dimitri un par de veces de cosas meramente escolares.
Ese día lo pasó en el campo de quidditch mientras no estaba en clases. Ella era buscadora del equipo francés y su posición en el equipo era importante. Por su sorpresa, se encontró el campo vacío por lo que estuvo las siguientes cuatro horas totalmente sola, volando con la escoba y con la ropa gris perla y azul celeste con la insignia de su ex-colegio en la espalda.
A la rubia le pasaba el tiempo demasiado rápido cuando se trataba de volar a velocidades vertiginosas, por lo que, inconsciente de la hora, no se dio cuenta de que debería de estar en el castillo hasta que empezó a anochecer y los sonidos de los alrededores se empezaban a apaciguar. Milagrosamente no encontró ningún profesor o adulto que le pudiera decir una buena, y al pasar por delante de la entrada del gran comedor, echó un vistazo a la mesa del personal en busca del bibliotecario, el cuan parecía que también iba a llegar tarde a la cena.
Subió a ducharse y a ponerse el uniforme lo más rápido que pudo y al salir de la común vio a una serpiente rubia que entraba a la biblioteca.
Lys arqueó una ceja y sonrió levemente mientras sus finas y estilizadas piernas la llevaban a la biblioteca, a curiosear porque esa joven no estaba en el gran comedor, junto con los demás. Y ya puestos, vería si Matt se encontraba en ella.
Nada mas entrar en la polvorienta biblioteca perdió a la verde de vista y eso hizo que aumentara la velocidad de sus pasos, mirando a cada pasillo para descubrir su paradero. Finalmente la encontró sentada en el suelo con las piernas cruzadas junto a la estantería de Defensa Contra las Artes Oscuras, curioseando un libro algo viejo.
Con sumo cuidado y un silencio casi sepulcral, la francesa se acercó a la rubia y curvó su espalda para tener una perspectiva desde arriba y averiguar que era lo que estaba leyendo. ¿Como defenderse de los maleficios prohibidos?
Lysbeth sonrió, suprimiendo una carcajada por sus adentros.
- ¿Es interesante la lectura? - preguntó con su acento francés mientras se ponía rígida de nuevo y avanzaba con un par de pasos, esquivando otros libros que estaban en el suelo, hasta ponerse frente a la Slytherin.
Admin No activo- Mensajes : 253
Puntos de Canje : 75050
Fecha de inscripción : 16/03/2011
Re: Una Nott en la Biblioteca... cosa curiosa (LIBRE)
Un sonido de pasos me sobresaltó, y alcé mi mirada al escuchar que alguien me hablaba. Una sonrisa se dibujó en mis labios, y entorné los ojos al ver que Lys esquivaba los libros y se mantenía de pie frente a mí-. Tan interesante como un partido de Ajedrez- respondí haciendo eco de lo aburrido. Nunca me había gustado ese juego, ya que mantenerme quieta en algo tan aburrido me era insoportable. Y tal como en aquel juego, la biblioteca se me hacía igual de densa.
Era primera vez que me encontraba con Lys a solas desde que habían comenzado las clases. De todas formas nos habíamos visto en el verano, cuando viajé junto a mi madre a Francia, así que por eso mi saludo no era extremadamente entusiasta. Sin embargo verla era agradable, ya que Lys solía ser entretenida, además de saber lo suficiente de mi familia como para no buscar explicaciones estúpidas a mi investigación-. No te preguntaré si te gusta Hogwarts, porque me imagino que no le llega ni a los tobillos a Beauxbeaton- dije cerrando el libro y apartándolo hacia un lado. No había encontrado información que me fuera útil ahí, por lo que debería observar otros volúmenes para hallar algo que me pudiera servir. Con destreza me puse de pie y alisé mi falda con mis dedos. No estaba con túnica, ya que me sentía ahogada en ella, por lo que andaba con un aspecto totalmente veraniego. Así me acerqué al estante y comencé a leer los libros buscando alguno que me pudiera servir. Mi cabello iba tomado en una cola, pero mi flequillo siempre se mantenía libre e indómito, como mi personalidad. Tomé un libro de color beige y lo abrí con lentitud, buscando el índice-. Lys- le llamo sin mirarla, ya que mis ojos estaban posados en las páginas color sepia del libro-. ¿Cómo pasan en Beauxbeaton las Maldiciones imperdonables?- le pregunto sin importarme que alguien más pudiera escuchar. Estábamos prácticamente solas ahí, así que no habían tantos oídos atentos a nuestra conversación. Y de ser escuchada, tampoco me importaría. Muchos creían que todos los Slytherin estábamos marcados por nuestro pasado, ¿y quién era yo para sacarlos de su error?. Que pensaran lo que desearan y que me dejaran tranquila. No había nada que me gustara más que jugar... aunque ese juego pudiese traerme problemas.
Era primera vez que me encontraba con Lys a solas desde que habían comenzado las clases. De todas formas nos habíamos visto en el verano, cuando viajé junto a mi madre a Francia, así que por eso mi saludo no era extremadamente entusiasta. Sin embargo verla era agradable, ya que Lys solía ser entretenida, además de saber lo suficiente de mi familia como para no buscar explicaciones estúpidas a mi investigación-. No te preguntaré si te gusta Hogwarts, porque me imagino que no le llega ni a los tobillos a Beauxbeaton- dije cerrando el libro y apartándolo hacia un lado. No había encontrado información que me fuera útil ahí, por lo que debería observar otros volúmenes para hallar algo que me pudiera servir. Con destreza me puse de pie y alisé mi falda con mis dedos. No estaba con túnica, ya que me sentía ahogada en ella, por lo que andaba con un aspecto totalmente veraniego. Así me acerqué al estante y comencé a leer los libros buscando alguno que me pudiera servir. Mi cabello iba tomado en una cola, pero mi flequillo siempre se mantenía libre e indómito, como mi personalidad. Tomé un libro de color beige y lo abrí con lentitud, buscando el índice-. Lys- le llamo sin mirarla, ya que mis ojos estaban posados en las páginas color sepia del libro-. ¿Cómo pasan en Beauxbeaton las Maldiciones imperdonables?- le pregunto sin importarme que alguien más pudiera escuchar. Estábamos prácticamente solas ahí, así que no habían tantos oídos atentos a nuestra conversación. Y de ser escuchada, tampoco me importaría. Muchos creían que todos los Slytherin estábamos marcados por nuestro pasado, ¿y quién era yo para sacarlos de su error?. Que pensaran lo que desearan y que me dejaran tranquila. No había nada que me gustara más que jugar... aunque ese juego pudiese traerme problemas.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
Puntos de Canje : 74666
Fecha de inscripción : 19/03/2011
Localización : En un lugar que nunca adivinarás
Re: Una Nott en la Biblioteca... cosa curiosa (LIBRE)
La francesa sonrió por debajo de la nariz cuando la hija mayor de los Nott hizo su comentario sarcástico respecto al libro que sostenía en las manos. Quizás no era el mejor libro para leer (claro que no, en la sección prohibida habían mejores), pero cualquiera se lo pasaría bien ojeando un libro de Defensa Contra las Artes Oscuras, pues al parecer, más de la mitad de el castillo británico tenía preferencia desde siempre por dicha asignatura. También cabía decir que, a pesar de que Lysbeth no conocía a Cassandra al cien por cien, sabía lo suficiente como para saber que su presencia en la biblioteca era algo digno de alabanza, ya que no acostumbraba a frecuentarla.
La ultima vez que vio a Cassandra fue el verano pasado, ya que su familia viajó a Francia de mera visita cordial por todo lo que los mortífagos hicieron al castillo. Al fin y al cabo, tampoco tenía mucha razón de ser, porque tanto mi padre como el suyo eran compañeros de trabajo. Y no solo en el Ministerio. Lysbeth siempre ha visto a Cassandra como una buena chica; rebelde y con carácter. Le caía bien, no lo negaría, pero tampoco podía ser totalmente ella. El verano pasado, tras el incidente en los otros dos colegios, tanto Dimitri como ella habían hecho una prueba para alistarse a las filas del Tenebroso, la cual implicaba asesinato y múltiples torturas. Obviamente, y al ser estudiantes, tenían que mantenerlo en secreto, por lo que solo la familia Grey y los cinco más cercanos al Tenebroso (en los que se incluyen el señor Nott) sabían que los hijos de Nathan lucían en secreto ese tatuaje negro azabache en el antebrazo izquierdo. Ella ni siquiera se lo había comentado a Sophie, una de sus mejores amigas en la academia francesa y así debía de ser, por lo menos, hasta el tercer incidente.
- No te lo voy a negar - comentó sobre lo que Cassandra dijo sobre Hogwarts. Los mestizos abundaban aquí. Si, era verdad que desde la caída del Tenebroso todos los colegios mágicos europeos se vieron infestados de mestizos, pero el Londinense era algo extremo. Con lo elitistas que eran los franceses y noruegos...
Lysbeth observó como Cassandra se levantaba del suelo y se alisaba la falda con la yema de los dedos para acercarse de nuevo a la estantería de Defensa Contra las Artes Oscuras. La francesa apartó sus vidriosos ojos de su compañera y observó a su alrededor, comprobando que el bibliotecario no estuviera cerca. ¿Dónde se había metido Matt?
Cuando escuchó que la voz de la joven Nott la llamaba, volcó toda su atención en la Slytherin que sujetaba un libro de tapas color sepia y se ponía a ojearlo con rapidez mientras le preguntaba como pasaban en el colegio francés las Maldiciones Imperdonables.
- ¿Cómo pasan? ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó arqueando una ceja mientras posaba una mano en la cintura y se apoyaba a la estantería. - ¿Qué es lo que estás buscando en concreto a estas horas? -
Sentía curiosidad por el motivo en el cual la grande de los Nott estaba en la biblioteca a esa hora de la noche en lugar de estar en el gran comedor, con su primo y los demás.
La ultima vez que vio a Cassandra fue el verano pasado, ya que su familia viajó a Francia de mera visita cordial por todo lo que los mortífagos hicieron al castillo. Al fin y al cabo, tampoco tenía mucha razón de ser, porque tanto mi padre como el suyo eran compañeros de trabajo. Y no solo en el Ministerio. Lysbeth siempre ha visto a Cassandra como una buena chica; rebelde y con carácter. Le caía bien, no lo negaría, pero tampoco podía ser totalmente ella. El verano pasado, tras el incidente en los otros dos colegios, tanto Dimitri como ella habían hecho una prueba para alistarse a las filas del Tenebroso, la cual implicaba asesinato y múltiples torturas. Obviamente, y al ser estudiantes, tenían que mantenerlo en secreto, por lo que solo la familia Grey y los cinco más cercanos al Tenebroso (en los que se incluyen el señor Nott) sabían que los hijos de Nathan lucían en secreto ese tatuaje negro azabache en el antebrazo izquierdo. Ella ni siquiera se lo había comentado a Sophie, una de sus mejores amigas en la academia francesa y así debía de ser, por lo menos, hasta el tercer incidente.
- No te lo voy a negar - comentó sobre lo que Cassandra dijo sobre Hogwarts. Los mestizos abundaban aquí. Si, era verdad que desde la caída del Tenebroso todos los colegios mágicos europeos se vieron infestados de mestizos, pero el Londinense era algo extremo. Con lo elitistas que eran los franceses y noruegos...
Lysbeth observó como Cassandra se levantaba del suelo y se alisaba la falda con la yema de los dedos para acercarse de nuevo a la estantería de Defensa Contra las Artes Oscuras. La francesa apartó sus vidriosos ojos de su compañera y observó a su alrededor, comprobando que el bibliotecario no estuviera cerca. ¿Dónde se había metido Matt?
Cuando escuchó que la voz de la joven Nott la llamaba, volcó toda su atención en la Slytherin que sujetaba un libro de tapas color sepia y se ponía a ojearlo con rapidez mientras le preguntaba como pasaban en el colegio francés las Maldiciones Imperdonables.
- ¿Cómo pasan? ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó arqueando una ceja mientras posaba una mano en la cintura y se apoyaba a la estantería. - ¿Qué es lo que estás buscando en concreto a estas horas? -
Sentía curiosidad por el motivo en el cual la grande de los Nott estaba en la biblioteca a esa hora de la noche en lugar de estar en el gran comedor, con su primo y los demás.
Admin No activo- Mensajes : 253
Puntos de Canje : 75050
Fecha de inscripción : 16/03/2011
Re: Una Nott en la Biblioteca... cosa curiosa (LIBRE)
Mis dedos acariciaban las hojas del libro sin leer del todo lo que decían sus letras. Después de haber formulado mi pregunta a Lys esperaba su respuesta, ya que sabía que los colegios extranjeros tenían un enfoque distinto de las clases de Defensa Oscura. Mi madre en algún momento pensó en mandarme a Beaxbeaton, donde podría compartir tiempo con mis abuelos. A mí esa idea me gustaba, ya que desde pequeña había tenido esa necesidad de separarme de mis padres, buscando mi completa independencia. Pero mi padre estuvo en total desacuerdo con esa deicisión y exijió que fuera a Hogwart, sin aceptar ningún argumento en contrario. Por lo que terminé enfrascándome en el viaje en tren aquel 1 de Septiembre hace seis años.
Lysbeth me respondió con una contrapregunta, algo confundida por la que yo le había hecho. Se apoyó en el estante con una mano, mientras la otra la depositaba en su cintura. Yo cerré el libro que había estado mirando- inútil, claramente- y lo volví a dejar en el espacio del cual lo había sacado. El desorden en el suelo ya anunciaba que una "no amante" de la lectura había estado desordenando la Biblioteca, y no quería que se acercara el Bibliotecario nuevo a regañarma. Parecía algo.... peligroso. Así que mis dedos pasaron pos los demás volúmenes que descansaban en ese estante a la vez que una sonrisita misteriosa se implantaba en mis labios. Mi flequillo cubría mi ojo derecho, y lo llevé hacia atrás, sin el mejor de los resultados-. Busco sobre las maldiciones imperdonables, Lys- reconocí con aquel tono de voz calmado que había estado usando. Los murmullos siempre atraían a los curiosos, así que lo mejor era hablar con un tono de voz normal para ser una Biblioteca. Mi mirada se posó en Lys-. Quiero saber cómo contrarrestarlas-. Comenté sacando un nuevo libro. Este parecía más grueso, y en su tapa grisácea tenía dibujado un dragón en la esquina superior. Lo abrí hacia el final para buscar el índice, donde debía estar la página que hablara de aquellas maldiciones. Lo encontré y me fui a la página 325, donde le título rezaba "Las Maldiciones". Elevé mi mirada a Lys una vez más-. Me gustaría saber cómo evitar, contrarrestar o hacer un escudo de voluntad contra el Imperius- mi mirada revelaba seriedad, cosa muy poco común en mí-. ¿Tú sabes algo de eso?- le cuestioné acariciando el lomo del libro abierto en la página requerida, pero sin mirarlo aún. Quizás no tendría necesitada de estar leyendo ese mamotetro si Lys me ayudaba. Además siempre había tenido buenísima memoria auditiva, mucho mejor que la que guardaba en mi cabeza cuando leía la información de libros.
Lysbeth me respondió con una contrapregunta, algo confundida por la que yo le había hecho. Se apoyó en el estante con una mano, mientras la otra la depositaba en su cintura. Yo cerré el libro que había estado mirando- inútil, claramente- y lo volví a dejar en el espacio del cual lo había sacado. El desorden en el suelo ya anunciaba que una "no amante" de la lectura había estado desordenando la Biblioteca, y no quería que se acercara el Bibliotecario nuevo a regañarma. Parecía algo.... peligroso. Así que mis dedos pasaron pos los demás volúmenes que descansaban en ese estante a la vez que una sonrisita misteriosa se implantaba en mis labios. Mi flequillo cubría mi ojo derecho, y lo llevé hacia atrás, sin el mejor de los resultados-. Busco sobre las maldiciones imperdonables, Lys- reconocí con aquel tono de voz calmado que había estado usando. Los murmullos siempre atraían a los curiosos, así que lo mejor era hablar con un tono de voz normal para ser una Biblioteca. Mi mirada se posó en Lys-. Quiero saber cómo contrarrestarlas-. Comenté sacando un nuevo libro. Este parecía más grueso, y en su tapa grisácea tenía dibujado un dragón en la esquina superior. Lo abrí hacia el final para buscar el índice, donde debía estar la página que hablara de aquellas maldiciones. Lo encontré y me fui a la página 325, donde le título rezaba "Las Maldiciones". Elevé mi mirada a Lys una vez más-. Me gustaría saber cómo evitar, contrarrestar o hacer un escudo de voluntad contra el Imperius- mi mirada revelaba seriedad, cosa muy poco común en mí-. ¿Tú sabes algo de eso?- le cuestioné acariciando el lomo del libro abierto en la página requerida, pero sin mirarlo aún. Quizás no tendría necesitada de estar leyendo ese mamotetro si Lys me ayudaba. Además siempre había tenido buenísima memoria auditiva, mucho mejor que la que guardaba en mi cabeza cuando leía la información de libros.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
Puntos de Canje : 74666
Fecha de inscripción : 19/03/2011
Localización : En un lugar que nunca adivinarás
Re: Una Nott en la Biblioteca... cosa curiosa (LIBRE)
Lysbeth seguía con una ceja arqueada observando a la británica mientras cerraba el libro tras ojearlo unos segundos. Parecía que no encontraba lo que buscaba en ninguno de los libros. Se giró y agachó para recoger todos esos tomos que seguían desperdigados por el suelo sin orden y los colocó de nuevo en su sitio. Mientras lo hacía, la francesa notó que una sonrisa algo misteriosa se dibujaba en los labios de Cassandra justo antes de mencionar que buscaba cualquier tipo de información sobre las maldiciones. Luego se volvió hacia ella aclarando que quería saber como contrarrestarlas.
A la francesa le hizo gracia aquello, sonaba demasiado fácil y técnicamente estúpido. Si todo el mundo supiera como contra arrestarlas no serían prohibidas y eso sería algo que enseñarían incluso en los primeros años de los colegios por si se diera el caso de algún ataque por parte de aquellos que tienen otro tipo de cosa en mente, o para simplificar, de los malos.
La francesa se mantuvo en silencio mientras Cassandra cogía otro libro, algo más grueso que los anteriores y lo abría para ojearlo tal y como había hecho con todos los demás.
Cuando Cassandra volvió a levantar la vista hacia Lysbeth de nuevo, la francesa dejó de apoyarse en la estantería y se acercó algo más a ella con toda la tranquilidad del mundo mientras que Nott le comentaba que quería contrarrestar el Imperius, sobre y ante todo.
Lysbeth sonrió por debajo de la nariz y cruzó ambos brazos en el pecho.
- Lo que buscas no lo encontrarás en ninguno de los libros que hay aquí. - comentó tranquila mientras ladeaba ligeramente la cabeza para poner bien un largo mechón de su cabellera rubia. - Pero quizá yo pueda ayudarte - finalizó.
Sabía, por boca de su padre, que nadie era capaz de contrarrestar los efectos del Imperius fácilmente, pero si se podía fortalecer la mente para evitar cedir a los efectos de la maldición. El único mago relevante en eso fue Harry Potter, pero eso no quería decir que pudiese ser el único. Sería interesante si Cassandra lo lograra, y Lysbeth no tenía nada en contra de ser la que tuviera que echar mano de la varita para ello.
- Si de verdad quieres ser 'inmune' al Imperius - dijo ella remarcando las comillas con los dedos - tengo que avisarte que si la cosa sale mal, puedes terminar internada en San Mungo de por vida - dijo ella con una sonrisita algo lúgubre por la mala iluminación de la biblioteca.
A la francesa le hizo gracia aquello, sonaba demasiado fácil y técnicamente estúpido. Si todo el mundo supiera como contra arrestarlas no serían prohibidas y eso sería algo que enseñarían incluso en los primeros años de los colegios por si se diera el caso de algún ataque por parte de aquellos que tienen otro tipo de cosa en mente, o para simplificar, de los malos.
La francesa se mantuvo en silencio mientras Cassandra cogía otro libro, algo más grueso que los anteriores y lo abría para ojearlo tal y como había hecho con todos los demás.
Cuando Cassandra volvió a levantar la vista hacia Lysbeth de nuevo, la francesa dejó de apoyarse en la estantería y se acercó algo más a ella con toda la tranquilidad del mundo mientras que Nott le comentaba que quería contrarrestar el Imperius, sobre y ante todo.
Lysbeth sonrió por debajo de la nariz y cruzó ambos brazos en el pecho.
- Lo que buscas no lo encontrarás en ninguno de los libros que hay aquí. - comentó tranquila mientras ladeaba ligeramente la cabeza para poner bien un largo mechón de su cabellera rubia. - Pero quizá yo pueda ayudarte - finalizó.
Sabía, por boca de su padre, que nadie era capaz de contrarrestar los efectos del Imperius fácilmente, pero si se podía fortalecer la mente para evitar cedir a los efectos de la maldición. El único mago relevante en eso fue Harry Potter, pero eso no quería decir que pudiese ser el único. Sería interesante si Cassandra lo lograra, y Lysbeth no tenía nada en contra de ser la que tuviera que echar mano de la varita para ello.
- Si de verdad quieres ser 'inmune' al Imperius - dijo ella remarcando las comillas con los dedos - tengo que avisarte que si la cosa sale mal, puedes terminar internada en San Mungo de por vida - dijo ella con una sonrisita algo lúgubre por la mala iluminación de la biblioteca.
Admin No activo- Mensajes : 253
Puntos de Canje : 75050
Fecha de inscripción : 16/03/2011
Temas similares
» Fin de Semana Libre - Lilylú & libre para Ginevra Potter -
» Ser un Nott (Theodore Nott)
» Una curiosa coincidencia [Gabrielle Burke ]
» Cassandra W. Nott
» Theodore A. Nott
» Ser un Nott (Theodore Nott)
» Una curiosa coincidencia [Gabrielle Burke ]
» Cassandra W. Nott
» Theodore A. Nott
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.