Una larga noche (Melanie & Melissa Mcking)

¿Bosque prohibido? ¿Prohibido para quien? Para mi no, eso estaba claro. Siempre que me apetecia bajaba al bosque y paseaba, habia miles de criaturas fascinantes alli y y no iba a permitir perdermelas solo porque una norma dijera que el bosque era prohibido para los alumnos. De hecho ese era uno de los principales motivos por los que me expulsaron de Hogwarts en primer año, por caminar por el bosque prohibido y escaparme de la escuela. Para mí aquella expulsión habia sido toda una suerte, ir a Beauxbatons era lo mejor que me podia haber pasado.

Ahora ya conocia aquel bosque como la palma de mi mano, pasaba alli la mayor parte del tiempo en compañia de los arboles y los animales unicamente. Casi siempre me gustaba estar sola, no encontraba a mucha gente de mi agrado en aquel castillo, probablemente devido a mi bipolaridad no solia entablar amistades muy profundas con nadie, pero ese no era un hecho que me molestara demasiado.

Me adentre en el oscuro bosque guiandome por mi instinto, en un camino que conocia bastante bien, logre llegar a un amplio claro, el unico lugar del bosque donde podias ver el cielo. Me tumbe en el cesped frio y observe aquella maravilla de cielo lleno de estrellas, ajena a cualquier persona que pudiera haber cerca.

Había salido de la Sala Común en la noche, ¿porqué?... No sabía, sentía una terrible ansiedad, y no quería dar vueltas en el dormitorio despertando a las demás chicas y la Sala Común no era demaciado abierta para que pudiera caminar. Cuando salí, me detuve a mirar el águila de la puerta... ¿Cuál sería el acertijo cuando volviera?.

Decidí no pensar en eso, y rondé por los pasillos de Hogwarts con precaución de que nadie me encontrara, pues realmente era de las pocas reglas que no quería romper... Era necesidad, me sentía encerrada.

A los pocos minutos de caminar, vislumbré una sombra caminando, me escondí cuando me dí cuenta de que era Melissa. La seguí, pues me dejé llevar por los impulsos de nuevo.

Caminé detrás de ella hacia el bosque prohibido, no entré mucho pues el sueño empezaba a invadirme. A pocos pasos ví otra figura cercana, recargada en un árbol, pero no despegé mi vista de mi hermana hasta estar cerca de la figura, que me detuve en seco, rompiendo una rama sin querer.