Sonidos en la noche {LIBRE}
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Sonidos en la noche {LIBRE}
Jueves Noche-Baño de Prefectos-Tercera semana de curso
Sonidos que lo envolvían, el fuerte borboteo que producía el agua que salía de los amplios grifos contra su coetánea yacente en la enorme piscina del lugar. El calor impregnó su frío y pálido cuerpo casi desnudo, a excepción de unos boxers que llevaba consigo. El sonido que formó su cuerpo al entrar en contacto con la capa líquida fue limpio y se resumió en un amplio eco que recorrió toda la sala. Los jueves eran su día de relax, gracias a algún que otro contacto conocía de buena manera una manera eficiente de entrar al baño de prefectos para disfrutar de un par de brazadas y del líquido elemento que poco a poco lo envolvía.
Sus movimientos siguieron resonando en el amplio lugar mientras se movía de forma exagerada, moviendo ambos hombros de lado a lado, todavía sin sumergir su torso... sus brazos alzados, músculos recalcados. Al llegar al centro terminó por sumergirse totalmente en el agua, sintiendo su piel destensada ante el cambio de temperatura, aquello era para él la gloria. Asomó su cabeza y suspiró con fuerza, de gusto, dejándose llevar por aquella quietud extrema. Cerró ambos ojos.
Los jueves eran sus días de relax habiéndose enfrentado a una semana más; un momento de recapacitación mental ante las depravadas ideas que surgirían de su cabeza y de la de Nick durante los próximos tres días parcialmente libres. Sus pensamientos derivaron hacia el pequeño asunto de que ya podía abandonar de por siempre el mundo muggle y aquello le causó una pequeña sonrisa que se desvaneció con total rapidez, presa de lo poco que importaba finalmente en él.
Un sonido lo alertó y se posicionó de nuevo verticalmente, observando la entrada de alguien en la oscuridad al baño y por un momento deseó que no fuera ningún tipo de persona que pudiera molestarlo de veras con alguna sanción. Su varita estaba cercana a una mala y no dudaría en usarla si era el caso.
Sonidos que lo envolvían, el fuerte borboteo que producía el agua que salía de los amplios grifos contra su coetánea yacente en la enorme piscina del lugar. El calor impregnó su frío y pálido cuerpo casi desnudo, a excepción de unos boxers que llevaba consigo. El sonido que formó su cuerpo al entrar en contacto con la capa líquida fue limpio y se resumió en un amplio eco que recorrió toda la sala. Los jueves eran su día de relax, gracias a algún que otro contacto conocía de buena manera una manera eficiente de entrar al baño de prefectos para disfrutar de un par de brazadas y del líquido elemento que poco a poco lo envolvía.
Sus movimientos siguieron resonando en el amplio lugar mientras se movía de forma exagerada, moviendo ambos hombros de lado a lado, todavía sin sumergir su torso... sus brazos alzados, músculos recalcados. Al llegar al centro terminó por sumergirse totalmente en el agua, sintiendo su piel destensada ante el cambio de temperatura, aquello era para él la gloria. Asomó su cabeza y suspiró con fuerza, de gusto, dejándose llevar por aquella quietud extrema. Cerró ambos ojos.
Los jueves eran sus días de relax habiéndose enfrentado a una semana más; un momento de recapacitación mental ante las depravadas ideas que surgirían de su cabeza y de la de Nick durante los próximos tres días parcialmente libres. Sus pensamientos derivaron hacia el pequeño asunto de que ya podía abandonar de por siempre el mundo muggle y aquello le causó una pequeña sonrisa que se desvaneció con total rapidez, presa de lo poco que importaba finalmente en él.
Un sonido lo alertó y se posicionó de nuevo verticalmente, observando la entrada de alguien en la oscuridad al baño y por un momento deseó que no fuera ningún tipo de persona que pudiera molestarlo de veras con alguna sanción. Su varita estaba cercana a una mala y no dudaría en usarla si era el caso.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
Puntos de Canje : 74390
Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Ya habían pasado tres semanas de curso y la cosa se ponía peor por momentos. Aún no sabía que era peor, si tener a una manada de francesas exigentes que no saben pronunciar la "r", un grupo de chicos musculados con serrín entre ceja y ceja o la ebullición de hormonas que eso había despertado entre los alumnos, veteranos o no, del colegio birtánico. Desde el primer día de curso que no podía no mirar mal a los nuevos. ¿Porqué coño los tuvieron que meter en Hogwarts? ¿No había suficientes mestizos como para que tuvieran que venir más?
Esperaba que la cosa terminara pronto, o por lo menos, lo que al castillo respeta. Ojalá ese grupo de lameculos con máscara se salieran con la suya, pero ya podían haber empezado por Hogwarts ¿no? Tanto jaleo para que, al fin y al cabo, los que iniciaron todo el marrón que hay ahora fueran originalmente de aquí.
Me escapé del comedor justo cuanto la cena del jueves concluyó, y fui directa a las mazmorras para dejar allí la túnica y algunos libros de la última clase que no pude dejar con anterioridad. Me aseguré que nadie estuviera muy percatado de mis intenciones y me encaminé hacia la quinta planta con la intención de meterme en el baño de prefectos durante un buen rato. Lo tenía prohibido, claro, pero pasaba bastante de lo que me pudieran decir. Los malditos prefectos siempre tenían que tener sus preferencias...
Cuando llegué al quinto piso, me quité los zapatos y entré haciendo el menor ruido posible, a pesar de esto, al abrir la puesta escuché ese sonido tan característico del agua del baño. Había alguien, pero ya era demasiado tarde, seguramente me habría visto.
Mis ojos recorrieron toda la estancia, intentando encontrar y reconocer al sujeto que estuviera bañándose. Lo único que parecía moverse eran esas vidrieras que adornaban el baño con ciertas luces de colores, pero al final descubrí una figura masculina sorprendentemente familiar. Era Sammy, aparentemente desnudo y rodeado por una espuma blanquecina del agua.
Acabé de entrar en la estancia, cerrando la puerta detrás de mi y me acerqué al borde espumoso de la bañera, arrodillándome justo detrás del chico, arqueando una ceja algo juguetona.
- ¿No sabes que no puedes estar aquí, señor rebelde? - le sonreí, pues claro que no. Yo tampoco podía estarlo - Espero que no te importe que me de un baño contigo... -
Sin esperar respuesta, me levanté y le di la espalda, quitándome el jersey, la falda y lo demás, quedando simplemente con las bragas, dejando que el cabello me tapara el pecho. Me metí en el agua, la cual estaba a una temperatura perfecta, y noté como todos mis músculos se relajaban de golpe. Eso sí era vida. Me sumergí un momento y volví a la superficie, frotándome los ojos para que pudiera abrirlos de nuevo.
No tenía vergüenza para desnudarme ante alguien, realmente no me importaba ni que fuera un chico tan... sexy como él.
- Te habrías llevado un buen chasco si hubiera sido un prefecto, ¿eh? - reí y moví las manos hacia afuera, agarrando y soltando la espuma.
Esperaba que la cosa terminara pronto, o por lo menos, lo que al castillo respeta. Ojalá ese grupo de lameculos con máscara se salieran con la suya, pero ya podían haber empezado por Hogwarts ¿no? Tanto jaleo para que, al fin y al cabo, los que iniciaron todo el marrón que hay ahora fueran originalmente de aquí.
Me escapé del comedor justo cuanto la cena del jueves concluyó, y fui directa a las mazmorras para dejar allí la túnica y algunos libros de la última clase que no pude dejar con anterioridad. Me aseguré que nadie estuviera muy percatado de mis intenciones y me encaminé hacia la quinta planta con la intención de meterme en el baño de prefectos durante un buen rato. Lo tenía prohibido, claro, pero pasaba bastante de lo que me pudieran decir. Los malditos prefectos siempre tenían que tener sus preferencias...
Cuando llegué al quinto piso, me quité los zapatos y entré haciendo el menor ruido posible, a pesar de esto, al abrir la puesta escuché ese sonido tan característico del agua del baño. Había alguien, pero ya era demasiado tarde, seguramente me habría visto.
Mis ojos recorrieron toda la estancia, intentando encontrar y reconocer al sujeto que estuviera bañándose. Lo único que parecía moverse eran esas vidrieras que adornaban el baño con ciertas luces de colores, pero al final descubrí una figura masculina sorprendentemente familiar. Era Sammy, aparentemente desnudo y rodeado por una espuma blanquecina del agua.
Acabé de entrar en la estancia, cerrando la puerta detrás de mi y me acerqué al borde espumoso de la bañera, arrodillándome justo detrás del chico, arqueando una ceja algo juguetona.
- ¿No sabes que no puedes estar aquí, señor rebelde? - le sonreí, pues claro que no. Yo tampoco podía estarlo - Espero que no te importe que me de un baño contigo... -
Sin esperar respuesta, me levanté y le di la espalda, quitándome el jersey, la falda y lo demás, quedando simplemente con las bragas, dejando que el cabello me tapara el pecho. Me metí en el agua, la cual estaba a una temperatura perfecta, y noté como todos mis músculos se relajaban de golpe. Eso sí era vida. Me sumergí un momento y volví a la superficie, frotándome los ojos para que pudiera abrirlos de nuevo.
No tenía vergüenza para desnudarme ante alguien, realmente no me importaba ni que fuera un chico tan... sexy como él.
- Te habrías llevado un buen chasco si hubiera sido un prefecto, ¿eh? - reí y moví las manos hacia afuera, agarrando y soltando la espuma.
Invitado- Invitado
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Sí, sin duda aquello era vida, más aún sabiendo que ninguna persona solía acechar aquel lugar, una pena porque disfrutaría de algún que otro momento de suspense. Pero algún día tenía que suceder y alguien entró en aquel momento al baño del quinto piso y Samuel clavó su vista en la semi-oscuridad del lugar, tenuemente iluminado por los ventanales. Al ver que se trataba de Kirby se decidió por dejarle algo de espacio personal, posicionándose de nuevo de espaldas a la puerta y por ende, de espaldas a la slytherin. Las palabras de ella lo alertaron de nuevo, haciendo que una pequeña sonrisa arrogante se formara en sus labios ante aquel "señor rebelde".
Se giró hacia ella, clavando su perturbada mirada con determinación, sonrisa todavía presente. -¿Usted se excluye de saber sobre la prohibición, señorita rebelde?- cuestionó con total tranquilidad mientras se acercaba más al bordillo si cabía y dejaba descansar sobre este ambos brazos, observando con diversión aquel deleite de las amadas circunstancias. - Claro, Müller, el lugar es amplio...- informó con tranquilidad, contemplando todavía como se desvestía su amiga, algo lascivo.
La siguió con la mirada, mientras se adentraba en las calientes y reconfortantes aguas del baño de prefectos. Kirby emergió de las aguas y se dignó a preguntarle a Samuel sobre su reacción si se hubiera tratado de de un prefecto.
-No del todo...- reacio a admitirlo.-Vengo aquí todos los jueves desde quinto, sé tomar mis precauciones en caso de algún tipo de peligro.- más bien era un artista de la improvisación y no tenía ningún plan a la vista más que el de usar alguna maldición contra el desafortunado que se decidiera a entrar con ganas de molestar. Pero aquella no era la intención de Kirby, o eso esperaba Nordenström, los jueves eran sus días de "tranquilidad" y no quería demasiadas hostilidades.
-¿Y qué te trae aquí, Kirby?- pregunta con tranquilidad, su mirada todavía clavada en ella. -¿Alguna que otra pesadilla que no deja dormir?- añadió finalmente, dejándose recostar contra el bordillo, cruzándose de brazos debajo del agua, semi-marcando sus ejercitados músculos.
Sus grisáceos ojos no dejaban ver demasiado dentro de él, devanándose los sesos por el mero hecho de que allí estaba la inaccesible Müller, la "íntima amiga" de Nicholas según quería creer. No quería aventurar demasiado ni ahondar en el tema con rapidez, era algo delicado, siempre se había mostrado bien hostil a cualquier intento de flirteo y aquello enfadaba más aún al noruego.
Se giró hacia ella, clavando su perturbada mirada con determinación, sonrisa todavía presente. -¿Usted se excluye de saber sobre la prohibición, señorita rebelde?- cuestionó con total tranquilidad mientras se acercaba más al bordillo si cabía y dejaba descansar sobre este ambos brazos, observando con diversión aquel deleite de las amadas circunstancias. - Claro, Müller, el lugar es amplio...- informó con tranquilidad, contemplando todavía como se desvestía su amiga, algo lascivo.
La siguió con la mirada, mientras se adentraba en las calientes y reconfortantes aguas del baño de prefectos. Kirby emergió de las aguas y se dignó a preguntarle a Samuel sobre su reacción si se hubiera tratado de de un prefecto.
-No del todo...- reacio a admitirlo.-Vengo aquí todos los jueves desde quinto, sé tomar mis precauciones en caso de algún tipo de peligro.- más bien era un artista de la improvisación y no tenía ningún plan a la vista más que el de usar alguna maldición contra el desafortunado que se decidiera a entrar con ganas de molestar. Pero aquella no era la intención de Kirby, o eso esperaba Nordenström, los jueves eran sus días de "tranquilidad" y no quería demasiadas hostilidades.
-¿Y qué te trae aquí, Kirby?- pregunta con tranquilidad, su mirada todavía clavada en ella. -¿Alguna que otra pesadilla que no deja dormir?- añadió finalmente, dejándose recostar contra el bordillo, cruzándose de brazos debajo del agua, semi-marcando sus ejercitados músculos.
Sus grisáceos ojos no dejaban ver demasiado dentro de él, devanándose los sesos por el mero hecho de que allí estaba la inaccesible Müller, la "íntima amiga" de Nicholas según quería creer. No quería aventurar demasiado ni ahondar en el tema con rapidez, era algo delicado, siempre se había mostrado bien hostil a cualquier intento de flirteo y aquello enfadaba más aún al noruego.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Asentí mientras escuchaba la respuesta de "Midgard". Parecía seguro de si mismo y parecía tener un buen plan en el hipotético caso de que un prefecto con ganas de darse un buen baño nocturno entrase y nos encontrara aquí, cosa que, está "castigado" con unos cuantos puntos menos para la casa. Respondí con un "aham" y me eché hacia atrás, apoyándome en el surtidor que había en medio de ese baño, observando la vidriera que mostraba una sirena de colores mientras se tocaba el cabello, sentada en una piedra. Cuando volví a escuchar la voz de Sammy, volví mis ojos hacia él, buscando los suyos con tranquilidad.
- Simplemente me apetecía darme un baño. No vengo muy a menudo, pero dado el caso que me has revelado tus planes nocturnos de los jueves quizá venga más a menudo - le sonreí algo pícara mientras le guiñaba un ojo y bajaba, por unos segundos, mis ojos hacia su torso. Todo aquello que no le quedaba bajo la jabonosa superficie denotaba las horas que había perdido ejercitándolo. Sus músculos se marcaban de buena forma y eso me sonsacó una sonrisílla que no pude evitar, divertida.
Con esa misma diversión volví a mirar los imperturbables ojos de Sammy, ese hombre era como una roca, o por lo menos, a mis ojos, era totalmente distinto de Nick, y eso me despertaba cierto interés, a pesar de que una cosa si la tuvieran en común; ambos tenían parte de ese espíritu mujeriego, cada cual particular a su manera. En especial, me gustaba jugar con él. En esos seis años que habíamos compartido en el castillo, sabía que Sammy no se implicaba de forma emocional con ninguno de sus ligues, ya fueran de una noche o de largo plazo, y siempre se había salido con la suya, siempre. Y ahí estoy yo, en el baño de prefectos con él, semi desnuda en la misma bañera, sin la menor intención de ceder a la primera. Como siempre, tengo que ser la excepción que confirme la regla.
- Por cierto. No te he visto en el gran comedor durante la cena. ¿Dónde te habías metido? -
- Simplemente me apetecía darme un baño. No vengo muy a menudo, pero dado el caso que me has revelado tus planes nocturnos de los jueves quizá venga más a menudo - le sonreí algo pícara mientras le guiñaba un ojo y bajaba, por unos segundos, mis ojos hacia su torso. Todo aquello que no le quedaba bajo la jabonosa superficie denotaba las horas que había perdido ejercitándolo. Sus músculos se marcaban de buena forma y eso me sonsacó una sonrisílla que no pude evitar, divertida.
Con esa misma diversión volví a mirar los imperturbables ojos de Sammy, ese hombre era como una roca, o por lo menos, a mis ojos, era totalmente distinto de Nick, y eso me despertaba cierto interés, a pesar de que una cosa si la tuvieran en común; ambos tenían parte de ese espíritu mujeriego, cada cual particular a su manera. En especial, me gustaba jugar con él. En esos seis años que habíamos compartido en el castillo, sabía que Sammy no se implicaba de forma emocional con ninguno de sus ligues, ya fueran de una noche o de largo plazo, y siempre se había salido con la suya, siempre. Y ahí estoy yo, en el baño de prefectos con él, semi desnuda en la misma bañera, sin la menor intención de ceder a la primera. Como siempre, tengo que ser la excepción que confirme la regla.
- Por cierto. No te he visto en el gran comedor durante la cena. ¿Dónde te habías metido? -
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Su mirada, como de costumbre, era indescifrable, sus labios completamente horizontales, en una seriedad un tanto extraña teniendo a Kirby delante. La tenía ahí delante, casi desnuda exceptuando la ropa interior y no podía hacer absolutamente nada. Por un momento se vio a sí mismo sujetándola de los brazos contra las delimitaciones de la amplia piscina, acorralada, muy a su pesar... para qué mentir, su pensamiento era firme, duro y cruel, había pensado muchas veces en llegar incluso a violarla. Pero aquello cambiaba drásticamente por el hecho de que se trataba de su mejor amiga y tenía vínculo familiar con Resnick, por mucho que a veces le exacerbara el hecho de que no pudiera poseerla todavía le tenía cariño.
Las palabras de ella le sacaron una pequeña sonrisa divertida, ausente, su mirada clavada en ella mientras dejaba divagar sus pensamientos. -El lugar es libre, no me importa compartirlo con alguna que otra persona, siempre y cuando no vengan a molestar.- explicó firme, sencillo y el silencio se hizo de nuevo. La pregunta de ella le despistó y se vio obligado a responder de forma un tanto esquiva, no quería informar sobre las cosas que hacía por su cuenta, sólo, a espalda de los demás. - No tenía hambre.- fue sagaz, tranquilo, escuchando el poco sonido que se propagaba por el lugar, el goteo, aquel goteo continuo de un grifo desgastado o mal cerrado. -Espero no me hayáis echado mucho en falta durante la cena.- con tranquilidad, el chico había hecho una incursión al invernadero donde se había quedado observando, impasible, la planta. Aquella planta había acabado con la vida de sus padres de acogida, aquella planta lo había vuelto un hombre y más pobre si es que le era posible. Durante varios minutos se había quedado delante de ella, sentado en el suelo, brazos apoyados sobre sus rodillas mientras dejaba divagar su pensamiento. Ninguno de sus amigos sabía acerca del pequeño incidente en el mundo muggle, nadie en el colegio lo sabía y si se diera el caso de que fuera conocido tomaría medidas drásticas rápidamente.
-Seguramente Resnick habrá llorado como pequeño cuando ha visto que no me encontraba por allí.- comentó con cierta diversión mientras sonreía de lado. El chico se acercó algo más a ella, consciente, interesado de ver la reacción que tendría su amiga, sin segundas intenciones, de momento. Su mirada ahora se posó en la vidriera que ambos tenían prácticamente delante, una vidriera de colores primarios y vivos que se movían en sincronización perfecta, mostrando la figura geométrica de una sirena. A veces se preguntaba cómo demonios podía suceder algo así en el mundo, tanto muggle como mágico. Habiendo vivido siempre como muggle hasta los once años seguía fascinado por la magia, por mucho que fuera reacio a mostrar la sorpresa que causaba en él.
Las palabras de ella le sacaron una pequeña sonrisa divertida, ausente, su mirada clavada en ella mientras dejaba divagar sus pensamientos. -El lugar es libre, no me importa compartirlo con alguna que otra persona, siempre y cuando no vengan a molestar.- explicó firme, sencillo y el silencio se hizo de nuevo. La pregunta de ella le despistó y se vio obligado a responder de forma un tanto esquiva, no quería informar sobre las cosas que hacía por su cuenta, sólo, a espalda de los demás. - No tenía hambre.- fue sagaz, tranquilo, escuchando el poco sonido que se propagaba por el lugar, el goteo, aquel goteo continuo de un grifo desgastado o mal cerrado. -Espero no me hayáis echado mucho en falta durante la cena.- con tranquilidad, el chico había hecho una incursión al invernadero donde se había quedado observando, impasible, la planta. Aquella planta había acabado con la vida de sus padres de acogida, aquella planta lo había vuelto un hombre y más pobre si es que le era posible. Durante varios minutos se había quedado delante de ella, sentado en el suelo, brazos apoyados sobre sus rodillas mientras dejaba divagar su pensamiento. Ninguno de sus amigos sabía acerca del pequeño incidente en el mundo muggle, nadie en el colegio lo sabía y si se diera el caso de que fuera conocido tomaría medidas drásticas rápidamente.
-Seguramente Resnick habrá llorado como pequeño cuando ha visto que no me encontraba por allí.- comentó con cierta diversión mientras sonreía de lado. El chico se acercó algo más a ella, consciente, interesado de ver la reacción que tendría su amiga, sin segundas intenciones, de momento. Su mirada ahora se posó en la vidriera que ambos tenían prácticamente delante, una vidriera de colores primarios y vivos que se movían en sincronización perfecta, mostrando la figura geométrica de una sirena. A veces se preguntaba cómo demonios podía suceder algo así en el mundo, tanto muggle como mágico. Habiendo vivido siempre como muggle hasta los once años seguía fascinado por la magia, por mucho que fuera reacio a mostrar la sorpresa que causaba en él.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Sam no dio muchos rodeos para contestar la pregunta que le acababa de formular. Es más, su respuesta fue rápida pero tranquila. No tenía hambre. Arqueé ambas cejas y le miré desconfiada hasta que agregó que esperaba que nadie le hubiera echado de menos durante la cena.
Solté una carcajada algo apagada y ladeé la cabeza.
- Más o menos. Suerte que no es la primera vez, porque si no capaz de echarse a llorar mientras te busca como un desesperado por todo el castillo - añadí a su comentario en tono de broma absurda.
Hundí ambas manos en el agua caliente, moviéndolas con suavidad, haciendo notar como la espuma de la parte superior se amontonaba a mi alrededor. Miré de reojo al nórdico, como este se acercaba algo más a mi y sonreí fingiendo desinterés. Los ojos de ambos se desviaron hacia las vidrieras de colores, pero casi al acto volví a mirarle a él, arqueando una ceja.
- ¿Intentas despistarme, Nordenström? - pregunté divertida mientras apoyaba la cabeza en el surtidor y escrutaba cada milímetro de su rostro en busca de cualquier señal. Él no era como Nick, el cual para mi era algo así como un libro abierto, totalmente transparente. Más bien era el contrario, de hecho, cuando le miraba directamente a los ojos no podía ver más allá de ese color grisáceo. Está cerrado, no podía ver nada, o más bien, no quería mostrar nada.
Solté una carcajada algo apagada y ladeé la cabeza.
- Más o menos. Suerte que no es la primera vez, porque si no capaz de echarse a llorar mientras te busca como un desesperado por todo el castillo - añadí a su comentario en tono de broma absurda.
Hundí ambas manos en el agua caliente, moviéndolas con suavidad, haciendo notar como la espuma de la parte superior se amontonaba a mi alrededor. Miré de reojo al nórdico, como este se acercaba algo más a mi y sonreí fingiendo desinterés. Los ojos de ambos se desviaron hacia las vidrieras de colores, pero casi al acto volví a mirarle a él, arqueando una ceja.
- ¿Intentas despistarme, Nordenström? - pregunté divertida mientras apoyaba la cabeza en el surtidor y escrutaba cada milímetro de su rostro en busca de cualquier señal. Él no era como Nick, el cual para mi era algo así como un libro abierto, totalmente transparente. Más bien era el contrario, de hecho, cuando le miraba directamente a los ojos no podía ver más allá de ese color grisáceo. Está cerrado, no podía ver nada, o más bien, no quería mostrar nada.
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Negó con tranquilidad ante sus palabras, pequeña sonrisa que rápidamente se esfumó de nuevo, perdida entre los vapores de la sala. El silencio reinaba de nuevo y el chico ya había movido ficha en aquel juego, habiéndose acercado con la mayor sutileza posible hacia ella. Su mirada se mantuvo en la vidriera largo y tendido hasta que ella terminara de cuestionar una pregunta; buen movimiento, jaque, veamos cómo podía salir de esa con algún que otro toque kamikaze.
-Puede...- lo dejó al aire, como solía hacer con todo, nunca era exacto, siempre dejaba la duda en suspensión, estrategia que de costumbre le otorgaba buen juego. Su mirada se volvió de nuevo a ella, ahora más cercana que antes, pero tampoco siendo atosigada por el noruego. Se recostó en el bordillo sin decir nada más, cruzado de brazos, mirada de nuevo hacia la vidriera.
Aquello le ponía enfermo, de normal ninguna chica le salía con preguntas como aquellas o si sucedía el chico las acallaba rápidamente con un intenso beso, pero aquello era diferente, muchísimo más delicado y, para qué mentir, le gustaba estar bajo presión.
Sus ojos se centraron en los de ella con extrema brutalidad y rudeza, en una expresión metálica, seria y fría; le tocaba a él preguntar.
-¿Intentas huirme?- aquella pregunta debería ir seguida de un claro "por qué", pero siquiera se dignó a pronunciar una simple sílaba de ésta. Las preguntas siempre debían ser claras y concisas si se deseaban respuestas del mismo calibre. Pero aquella pregunta iba cargada también de cierto enfado, de la rabia que experimentaba a menudo por el mero hecho de que ella era la inaccesible; no podía dar tanto juego como Anette u otras Slys.
-Puede...- lo dejó al aire, como solía hacer con todo, nunca era exacto, siempre dejaba la duda en suspensión, estrategia que de costumbre le otorgaba buen juego. Su mirada se volvió de nuevo a ella, ahora más cercana que antes, pero tampoco siendo atosigada por el noruego. Se recostó en el bordillo sin decir nada más, cruzado de brazos, mirada de nuevo hacia la vidriera.
Aquello le ponía enfermo, de normal ninguna chica le salía con preguntas como aquellas o si sucedía el chico las acallaba rápidamente con un intenso beso, pero aquello era diferente, muchísimo más delicado y, para qué mentir, le gustaba estar bajo presión.
Sus ojos se centraron en los de ella con extrema brutalidad y rudeza, en una expresión metálica, seria y fría; le tocaba a él preguntar.
-¿Intentas huirme?- aquella pregunta debería ir seguida de un claro "por qué", pero siquiera se dignó a pronunciar una simple sílaba de ésta. Las preguntas siempre debían ser claras y concisas si se deseaban respuestas del mismo calibre. Pero aquella pregunta iba cargada también de cierto enfado, de la rabia que experimentaba a menudo por el mero hecho de que ella era la inaccesible; no podía dar tanto juego como Anette u otras Slys.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Mi sonrisa aún no se había desvanecido de mis labios tras escuchar ese "puede..." que me entregó como respuesta. Esa era una de las cosas que me atraían de él, ya que a parte de parecer un hombre hecho a base de piedra y hielo se daba el placer de dar esos toques misteriosos con sus frases inacabadas. Quizá ese truco le funcionaba bien con las demás chicas, y la verdad era que tenía intención de averiguar si conseguiría hacerme ceder. Vale que no he sido precisamente una santa durante los últimos años, pero me gustaba jugar con los chicos y más con aquellos que me parecían realmente interesantes. No tenía intención de meterme en el mismo saco que todas esas revolucionadas hormonalmente que se tiraban al primero que encontraban. Soy más selecta, con más clase.
Noté sus ojos sobre los míos, y aguanté esa fría y ruda mirada que me lanzaba mientras seguía apoyado al borde. Me acerqué algo a él, manteniendo aún ciertas distancias, mientras formulaba esa corta y rotunda pregunta con ciertos ápices de rabia. Ladeé la cabeza y solté una muy débil sonrisa de medio lado.
- ¿Y tu intentas ligarme? - respondí a su pregunta, dejando pasar ese aparente enfado que él mostraba, dejando ver cierta diversión asomada en mis palabras. - Porque si es así, creo que tendrás que hacerlo mejor... - las últimas palabras de dicha frase estuvieron acabadas con cierta entonación melódica.
Arqueé ambas cejas y volví hacia atrás, apoyándome de nuevo en el surtidor, mientras pestañeaba rápidamente un par de veces y le sonreía de forma inocente, sin apartar mis ojos de los suyos ni un solo instante.
Noté sus ojos sobre los míos, y aguanté esa fría y ruda mirada que me lanzaba mientras seguía apoyado al borde. Me acerqué algo a él, manteniendo aún ciertas distancias, mientras formulaba esa corta y rotunda pregunta con ciertos ápices de rabia. Ladeé la cabeza y solté una muy débil sonrisa de medio lado.
- ¿Y tu intentas ligarme? - respondí a su pregunta, dejando pasar ese aparente enfado que él mostraba, dejando ver cierta diversión asomada en mis palabras. - Porque si es así, creo que tendrás que hacerlo mejor... - las últimas palabras de dicha frase estuvieron acabadas con cierta entonación melódica.
Arqueé ambas cejas y volví hacia atrás, apoyándome de nuevo en el surtidor, mientras pestañeaba rápidamente un par de veces y le sonreía de forma inocente, sin apartar mis ojos de los suyos ni un solo instante.
Invitado- Invitado
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
El chico resopla con cierto enfado ante su respuesta que no resulta ser más que otra maldita pregunta. Mueve su cabeza, alejando su mirada de ella, posicionándola ahora en un punto no-concreto, en medio de dos de las vidrieras. No le gusta aquella respuesta, necesita que ella le sea sincera y que le diga de una maldita vez por qué demonios rehúsa a divertirse con él de una manera que, según el noruego cree, ambos están deseando. Pero no, ella se lo tomaba con total diversión y aquello no hacía más que torturar a Samuel que no veía salida alguna, habiéndose negado a la fuerza bruta para contra ella. Con tono melodioso le afirmó que debía cambiar de estrategia con todo aquel tema del "cortejo".
Sus ojos se encontraron de nuevo, esta vez los de ella pestañeaban en un guiño de vacile que el chico soportaba a duras penas. Serio, como de costumbre, quedó segundos pensativos mientras observaba a la de sexto o la parte de su cuerpo que no cubría el agua. -Sí.- afirmó con tranquilidad a su pregunta, claro que intentaba ligar con ella, quería experimentar con la slytherin de una manera un tanto diferente, por mucho que soliese negarlo. -Mujer de costumbres, el cortejo ya pasó de moda...- se semi-quejó con aquella frase seca. -Vamos, ¿en serio nunca has pensado lo divertido que sería?- preguntó alzando una ceja. -O quizás es que hay otras razones...- lo dejó caer, como quien no quiere la cosa, los votos de castidad, más si eran de amigas, solía respetarlos. Podía dejar atrás un "jueves de relax" por una opción con Müller; sin duda lo haría.
-Bueno, no te presionaré más...- el tú te lo pierdes ya estaba dejado en el aire cuando el chico dejó descansar su cabeza recostada en el bordillo, extendiendo el cuello mientras observaba los motivos del techo. No hablaría más de momento, era hombre de pocas palabras en estado sobrio por lo que se dignó a disfrutar del agua, cerrando ambos ojos y suspirando con fuerza de pura tranquilidad, sin sonrisa.
Sus ojos se encontraron de nuevo, esta vez los de ella pestañeaban en un guiño de vacile que el chico soportaba a duras penas. Serio, como de costumbre, quedó segundos pensativos mientras observaba a la de sexto o la parte de su cuerpo que no cubría el agua. -Sí.- afirmó con tranquilidad a su pregunta, claro que intentaba ligar con ella, quería experimentar con la slytherin de una manera un tanto diferente, por mucho que soliese negarlo. -Mujer de costumbres, el cortejo ya pasó de moda...- se semi-quejó con aquella frase seca. -Vamos, ¿en serio nunca has pensado lo divertido que sería?- preguntó alzando una ceja. -O quizás es que hay otras razones...- lo dejó caer, como quien no quiere la cosa, los votos de castidad, más si eran de amigas, solía respetarlos. Podía dejar atrás un "jueves de relax" por una opción con Müller; sin duda lo haría.
-Bueno, no te presionaré más...- el tú te lo pierdes ya estaba dejado en el aire cuando el chico dejó descansar su cabeza recostada en el bordillo, extendiendo el cuello mientras observaba los motivos del techo. No hablaría más de momento, era hombre de pocas palabras en estado sobrio por lo que se dignó a disfrutar del agua, cerrando ambos ojos y suspirando con fuerza de pura tranquilidad, sin sonrisa.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
No pude evitar rodar mis ojos y dejarlos en blanco por milésimas de segundo. ¿Mujer de costumbres? Creo que esa no era exactamente la definición que le tocaba, pero no pude hacer caso omiso de dicho comentario. Claro que no.
- ¿Mujer de costumbres? Nah. Pero siento no ser tan estúpida como para no caer en tus redes con una simple miradita o una rápida exhibición de tus músculos, como muchas otras sucias zorras de poca monta... - respondió mientras se ayudaba de unos cuantos movimientos secos de muñeca, mano la cual se encontraba fuera del agua precisa y única mente para eso. Hice caso omiso del segundo comentario, respondiendo solo y únicamente en mi mente. Estaba claríssimo que sí, sería divertido.
No pude evitar lanzar una de esas miradas de "¿Te estás quedando conmigo?" ante su comentario sobre las "otras razones".
- No existen "otras razones", idiota. - respondí secamente y con ligero enfado mientras mientras entre cerraba los ojos y terminaba por apartar mi mirada de él para dirigirla a la espuma que se amontonaba a nuestro alrededor por culpa del surtidor, el cual no dejaba de renovar el agua del baño en cada momento.
Vacilé cuando dejó descansar su cabeza en el bordillo, extendiendo el cuello mientras observaba el techo sin expresión específica en su rostro. "Bueno, no te presionaré más..." me repetí. Hombre de poca fe...
La de veces que había oído eso de su boca en los últimos años.
- Muy bien. - le respondí mientras me movía ligeramente en el apoyo del surtidor para que el agua cayera sobre mi cabeza, deslizándose por los costados. El baño era muy relajante, pero esa situación exacta del baño era perfecto. El agua cayendo en cascada masajeaba de forma estupenda. Se me puso la carne de gallina por unos instantes, y sonreí complacida con los ojos cerrados.
Ojalá no tuviera necesidad de salir del agua en lo que quedaba de curso...
Abrí un ojo con cuidado, mirando a Samuel y la sonrisa desapareció.
- ¿Siempre vas a ser así de distante y callado? - pregunté abriendo el otro ojo con una expresión de indiferencia. A pesar de los años que habían pasado en el castillo, me paraba a pensar y siempre veía que seguía siendo alguien desconocido de alguna forma. No sabía si a Nick le había contado algo al respeto, pero en mi caso, no conocía casi nada de su pasado. Ni sus padres, ni nada. ¿Qué había de todo eso?
- ¿Mujer de costumbres? Nah. Pero siento no ser tan estúpida como para no caer en tus redes con una simple miradita o una rápida exhibición de tus músculos, como muchas otras sucias zorras de poca monta... - respondió mientras se ayudaba de unos cuantos movimientos secos de muñeca, mano la cual se encontraba fuera del agua precisa y única mente para eso. Hice caso omiso del segundo comentario, respondiendo solo y únicamente en mi mente. Estaba claríssimo que sí, sería divertido.
No pude evitar lanzar una de esas miradas de "¿Te estás quedando conmigo?" ante su comentario sobre las "otras razones".
- No existen "otras razones", idiota. - respondí secamente y con ligero enfado mientras mientras entre cerraba los ojos y terminaba por apartar mi mirada de él para dirigirla a la espuma que se amontonaba a nuestro alrededor por culpa del surtidor, el cual no dejaba de renovar el agua del baño en cada momento.
Vacilé cuando dejó descansar su cabeza en el bordillo, extendiendo el cuello mientras observaba el techo sin expresión específica en su rostro. "Bueno, no te presionaré más..." me repetí. Hombre de poca fe...
La de veces que había oído eso de su boca en los últimos años.
- Muy bien. - le respondí mientras me movía ligeramente en el apoyo del surtidor para que el agua cayera sobre mi cabeza, deslizándose por los costados. El baño era muy relajante, pero esa situación exacta del baño era perfecto. El agua cayendo en cascada masajeaba de forma estupenda. Se me puso la carne de gallina por unos instantes, y sonreí complacida con los ojos cerrados.
Ojalá no tuviera necesidad de salir del agua en lo que quedaba de curso...
Abrí un ojo con cuidado, mirando a Samuel y la sonrisa desapareció.
- ¿Siempre vas a ser así de distante y callado? - pregunté abriendo el otro ojo con una expresión de indiferencia. A pesar de los años que habían pasado en el castillo, me paraba a pensar y siempre veía que seguía siendo alguien desconocido de alguna forma. No sabía si a Nick le había contado algo al respeto, pero en mi caso, no conocía casi nada de su pasado. Ni sus padres, ni nada. ¿Qué había de todo eso?
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
No pensaba discutirle a ella, no en su "jueves de relax" ni tampoco pelearía más de lo que había estado haciendo desde quinto, tres malditos años intentándolo y seguía sin conseguirlo, quizás era hora de dar por finiquitada la campaña y apartarse ahora que todavía tenía orgullo. -Las zorras de poca monta son simples tentempiés...- y era así, conocía quizás a muchas mujeres que de alguna manera u otra habían acabado demasiado rápido junto a Samuel pero de normal gustaba de las mujeres un poco más resistentes. - Me gustan más los retos, que suelen llevar cierto tiempo.- que no demasiado, como aquel que ya lo estaba si bien no cansando, enfadando. El pequeño enfado de ella le hizo sonreír durante breves momentos en una mueca arrogante que se perdió con su mirada hacia el techo.
Pasó poco tiempo hasta que sintió que aquella melodía, la del agua cayendo sobre su igual, se había interrumpido y cambiado y no pudo evitar girar su vista hacia el artífice; Kirby. La observó allí, disfrutando del masaje que le ofrecía el líquido elemento y se decidió por no apartar la mirada hasta tiempo después, cuando no quiso pecar de voyeur y se decidió por observar la techumbre que los envolvía en aquella noche de jueves. Entonces llegó otra pregunta, esta vez por parte de ella, que le hizo suspirar con rudeza mientras levantaba la cabeza, abandonando aquella postura tan relajante. Su mirada se posó de nuevo sobre ella y el gesto de indiferencia que le profesaba el hecho de que siempre fuera tan distante y callado.
-Las palabras de más son para imbéciles, más vale decir mucho en poco, que hablar por los codos sin interés alguno para mi persona.- una pequeña conclusión filosófica fusionada con la arrogancia propia del slytherin que no gustaba de las conversaciones amplias que le ofrecían poco donde hincar el diente. -¿Y si soy así?- de nuevo, no abandonaría las preguntas, jodido. -¿Te gustaría saber toda la mierda que guardo dentro?- preguntó con brusquedad. "Porque sólo hay eso; Mierda". Sí, cualquiera podía pensar que era una simple estratagema para hacerse el profundo chico duro que esconde un pasado problemático y vacío; esta vez no era una estratagema, era la verdad por más que le doliera reconocerlo a Samuel, cosa que no haría en vida.
¿Y si decía que sí? ¿Y si quería saber sobre su pasado? ¿Le contaría lo de su familia de acogida, el altercado, el asesinato, la pobreza en la que ha vivido, el hecho de que su apellido es sinceramente un apellido muggle más? ¿El mero hecho de que por mucho tiempo pensó que era un insignificante muggle más y que ha vivido pegado a la cultura de estos desde que nació? Eso sería traicionar sus ideales serpentiles y su figura, la figura que se había forjado. Su mirada se centró en ella y no se despegó, tragó saliva con fuerza, haciendo que su mandíbula se moviera unos centímetros, quizás había cometido un error diciendo aquello de "Mierda que guardo dentro".
Pasó poco tiempo hasta que sintió que aquella melodía, la del agua cayendo sobre su igual, se había interrumpido y cambiado y no pudo evitar girar su vista hacia el artífice; Kirby. La observó allí, disfrutando del masaje que le ofrecía el líquido elemento y se decidió por no apartar la mirada hasta tiempo después, cuando no quiso pecar de voyeur y se decidió por observar la techumbre que los envolvía en aquella noche de jueves. Entonces llegó otra pregunta, esta vez por parte de ella, que le hizo suspirar con rudeza mientras levantaba la cabeza, abandonando aquella postura tan relajante. Su mirada se posó de nuevo sobre ella y el gesto de indiferencia que le profesaba el hecho de que siempre fuera tan distante y callado.
-Las palabras de más son para imbéciles, más vale decir mucho en poco, que hablar por los codos sin interés alguno para mi persona.- una pequeña conclusión filosófica fusionada con la arrogancia propia del slytherin que no gustaba de las conversaciones amplias que le ofrecían poco donde hincar el diente. -¿Y si soy así?- de nuevo, no abandonaría las preguntas, jodido. -¿Te gustaría saber toda la mierda que guardo dentro?- preguntó con brusquedad. "Porque sólo hay eso; Mierda". Sí, cualquiera podía pensar que era una simple estratagema para hacerse el profundo chico duro que esconde un pasado problemático y vacío; esta vez no era una estratagema, era la verdad por más que le doliera reconocerlo a Samuel, cosa que no haría en vida.
¿Y si decía que sí? ¿Y si quería saber sobre su pasado? ¿Le contaría lo de su familia de acogida, el altercado, el asesinato, la pobreza en la que ha vivido, el hecho de que su apellido es sinceramente un apellido muggle más? ¿El mero hecho de que por mucho tiempo pensó que era un insignificante muggle más y que ha vivido pegado a la cultura de estos desde que nació? Eso sería traicionar sus ideales serpentiles y su figura, la figura que se había forjado. Su mirada se centró en ella y no se despegó, tragó saliva con fuerza, haciendo que su mandíbula se moviera unos centímetros, quizás había cometido un error diciendo aquello de "Mierda que guardo dentro".
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
El agua seguía golpeando con mezcla de fuerza y suavidad sobre mis hombros mientras se formulaba un corto silencio antes de que pudiera escuchar la respuesta de Samuel. Fue algo rápido y contundente, pero sobre todo filosófico. Arqueé ambas cejas de forma casi automática. Me esperaba cualquier cosa de él menos eso. Ladeé un poco la cabeza mientras movía mi torso para acomodarme algo más y seguí escuchando sus palabras. Cuando escuché su pregunta, mi rostro se volvió algo serio. Su pregunta, formulada con brusquedad, rozaba los limites de la seriedad. Parecía que no existía una respuesta camuflada con humor. Solo la cruda realidad que guardaba tras esos opacos ojos grisáceos. Y, no voy a mentir, mi curiosidad ganaba a la pasividad de decir "no tienes porque hablar de lo que no quieras". Quería saberlo. Quería saber porqué era así. ¿Tenía derecho? No, pero eso tampoco me importaba demasiado. Quizá más tarde aprendería a mirar por los demás antes que por mi misma. Solo quizás.
Dejé de apoyarme en el surtidor y me hundí algo más en la bañera, acercándome un par de pasos de forma lenta hacia Samuel, guardando aún las distancias.
- Pues sí, me gustaría saberlo - respondí simple ante su cuestión. No daría rodeos ni justificativos para querer saberlo. Simplemente quería y punto.
Detrás de mi, oía como el agua volvía a caer directamente a la bañera, y ese era el único ruido que se oía cuando ambos manteníamos ese silencio, ahora algo incómodo. Nunca había confiado plenamente en nadie, puede que el sujeto en el que más confianza haya dipositado en mi vida fuera a mi primo no-biológico, Nick. Si era verdad que Samuel tenía la intención de explayarse con su vida, por mera cortesía, ella también tendría que empezar a confiar algo en él, a pesar que no le gustaba mostrar mucho esa faceta.
Y me quedé allí, parada a menos de un metro de él, esperando expectante a que dijera algo más. Algo significativo. Quizá el artífice de su comportamiento, o quizás una excusa para rehusarse de la pregunta que acababa de formular.
Dejé de apoyarme en el surtidor y me hundí algo más en la bañera, acercándome un par de pasos de forma lenta hacia Samuel, guardando aún las distancias.
- Pues sí, me gustaría saberlo - respondí simple ante su cuestión. No daría rodeos ni justificativos para querer saberlo. Simplemente quería y punto.
Detrás de mi, oía como el agua volvía a caer directamente a la bañera, y ese era el único ruido que se oía cuando ambos manteníamos ese silencio, ahora algo incómodo. Nunca había confiado plenamente en nadie, puede que el sujeto en el que más confianza haya dipositado en mi vida fuera a mi primo no-biológico, Nick. Si era verdad que Samuel tenía la intención de explayarse con su vida, por mera cortesía, ella también tendría que empezar a confiar algo en él, a pesar que no le gustaba mostrar mucho esa faceta.
Y me quedé allí, parada a menos de un metro de él, esperando expectante a que dijera algo más. Algo significativo. Quizá el artífice de su comportamiento, o quizás una excusa para rehusarse de la pregunta que acababa de formular.
Invitado- Invitado
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
La respuesta fue clara, concisa y lo llevó a un punto muerto entre sus pensamientos; ¿Debía o no debía?¿Podía poner en cuestión la confianza que tenía con ella?¿Y con todos sus demás amigos? Había cosas que se mantendrían en secreto, era evidente, pero al final siempre acaban saliendo a flote, quieras o no. El pasado te persigue, Samuel, la has jodido. Tragó de nuevo saliva con fuerza, ahora su mirada plateada se mantenía perdida en el reflejo de la luna sobre la superficie líquida. Cerró ambos ojos, inspiró y suspiró con fuerza, por el mero hecho de que ya lo había jodido en el primer momento que había citado la palabra "mierda".
Chasqueó la lengua girando sus ojos, posándolos en los de ella todavía con completa seriedad, rígidos, fríos, pero con cierta añoranza a tiempos pasados. No sabía si debía o no sincerarse con ella, pero simplemente le daría datos firmes, cortos y poco reveladores; no quería para nada entrar en detalles y si ella quería más recibiría una clara negativa por parte del chico.
-Mi apellido oficial es Nordenström, pero provengo de otra familia... mágica.- recalcó aquello, dejando claro que ambas familias habían sido de descendencia pura cuando una de ellas, la de sus padres de acogida, estaba compuesta por los muggles más sucios e inmundos que podían poblar los fríos páramos noruegos. -No llegué a conocer a mis verdaderos padres ni queda constancia de ellos en los archivos del ministerio.- no le dio mucho más interés, su mirada seguía clavada en ella, a fuego, si quería conocer la historia podía constatar que esta había derivado en el aspecto y personalidad que el chico mostraba.
-Mis padres de acogida siempre fueron unos hijos de puta, nunca se preocuparon de mí, sólo lo hicieron por los pocos galeones que les ofrecía mensualmente el ministerio- donde galeones eran euros y ministerio era la agencia de protección familiar. -Pero ya tengo los diecisiete, ya no tengo que vivir ese infierno nunca más.- "y además están muertos" le faltó añadir a su historia.
-Así es como he llegado a ser lo que soy hoy; ¿Satisfecha?- seguía con la misma expresión, el sentimentalismo no iba con él. No había llorado desde hacía algo más de tres o cuatro meses cuando había descubierto la negativa de la agencia de protección familiar a ofrecerle otro hogar de acogida. Aquel lloro no había sido más que una muestra de rabia e impotencia que se había canalizado en la destrucción parcial de la sala de espera.
Finalmente se decidió a apartar la mirada de ella y la clavó de nuevo en la vidriera donde la sirena seguía peinándose tan tranquila, como si su relato o el mero hecho de que dos intrusos estuvieran allí no la molestara en absoluto. Por un momento deseó ser una vidriera más, mucho más duro de lo que actualmente era, evitando dejarse llevar por contratiempos, impasible ante cualquier cosa que sucedía a su alrededor.
Chasqueó la lengua girando sus ojos, posándolos en los de ella todavía con completa seriedad, rígidos, fríos, pero con cierta añoranza a tiempos pasados. No sabía si debía o no sincerarse con ella, pero simplemente le daría datos firmes, cortos y poco reveladores; no quería para nada entrar en detalles y si ella quería más recibiría una clara negativa por parte del chico.
-Mi apellido oficial es Nordenström, pero provengo de otra familia... mágica.- recalcó aquello, dejando claro que ambas familias habían sido de descendencia pura cuando una de ellas, la de sus padres de acogida, estaba compuesta por los muggles más sucios e inmundos que podían poblar los fríos páramos noruegos. -No llegué a conocer a mis verdaderos padres ni queda constancia de ellos en los archivos del ministerio.- no le dio mucho más interés, su mirada seguía clavada en ella, a fuego, si quería conocer la historia podía constatar que esta había derivado en el aspecto y personalidad que el chico mostraba.
-Mis padres de acogida siempre fueron unos hijos de puta, nunca se preocuparon de mí, sólo lo hicieron por los pocos galeones que les ofrecía mensualmente el ministerio- donde galeones eran euros y ministerio era la agencia de protección familiar. -Pero ya tengo los diecisiete, ya no tengo que vivir ese infierno nunca más.- "y además están muertos" le faltó añadir a su historia.
-Así es como he llegado a ser lo que soy hoy; ¿Satisfecha?- seguía con la misma expresión, el sentimentalismo no iba con él. No había llorado desde hacía algo más de tres o cuatro meses cuando había descubierto la negativa de la agencia de protección familiar a ofrecerle otro hogar de acogida. Aquel lloro no había sido más que una muestra de rabia e impotencia que se había canalizado en la destrucción parcial de la sala de espera.
Finalmente se decidió a apartar la mirada de ella y la clavó de nuevo en la vidriera donde la sirena seguía peinándose tan tranquila, como si su relato o el mero hecho de que dos intrusos estuvieran allí no la molestara en absoluto. Por un momento deseó ser una vidriera más, mucho más duro de lo que actualmente era, evitando dejarse llevar por contratiempos, impasible ante cualquier cosa que sucedía a su alrededor.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Observé al noruego, aún entre el silencio que nos separaba. Tras inspirar y suspirar, se limitó a chasquear con la lengua y a mirarme de la misma forma en la que lo había hecho antes. Seriedad, frialdad y rigidez. Parecía que lo que iba a decir era serio, nada que se pudiera tomar en broma de ninguna forma. Dudaba, estaba claro. Si, hipotéticamente, la escena fuera al revés también dudaría, pero seguramente no hubiera elegido lo mismo que él.
Arqueé ambas cejas ante el primer dato. ¿Era adoptado? Vaya, sorpresa número uno. ¿Y porqué narices yo no sabía eso?
Asentí a la aclaración sobre sus verdaderos padres. En cierto modo eso habría sido difícil para él, y no podía decir "te entiendo" porque no podría hacerlo nunca. Mi situación era totalmente contradictoria a la suya. Mi familia no me había abandonado o desvanecido del mapa, al contrario, y eso me causaba lástima hacia él. A pesar de que, exteriormente, no la mostré.
Con el siguiente comentario, respecto a su familia adoptiva, entendí algo más de él. Pudo haber sido adoptado por una familia... "normal" dentro de lo que cabe, pero si la familia adoptada habían sido unos grandes hijos de puta... La rudeza que había en él era normal, al igual que esos deseos de abandonarlos de una vez e independizarse. Quizá podría verlo todo con otros ojos.
Me eché algo atrás, sin alejarme de él y ladeé ligeramente la cabeza.
- Lo siento - dije por cortesía cuando hubo terminado. ¿Satisfecha? Bueno, podríamos decir que sí. - ¿A Nick le has contado algo de esto? - pregunté con curiosidad. Si bien sabía que ambos habían hecho buenas migas desde un buen principio, es más, le había conocido a él a través de Nick, pero por la forma en la que... "escupía" las palabras, daba la sensación de que hablar de ello no era su más grande pasión. Aunque eso ya se podía haber deducido cuando añadió el termino "mierda" a todo el asunto.
Samuel apartó la mirada de mi y la lanzó de nuevo hacia la vidriera de la sirena. Mi boca se desencajó en una mueca de resignación un tanto extraña justo antes de acercarme más a él, y para terminar rodeándole el cuello con mis brazos, depositando un abrazo reconfortante, o por lo menos, esa era la intención. Inevitable sentir el roce de su torso con el mio, separado por escasos milímetros de agua caliente.
Tampoco quise decir nada más al respeto. Era uno de mis más buenos amigos y tampoco quería meterme de alguna forma con aquello de lo que no quería hablar.
Arqueé ambas cejas ante el primer dato. ¿Era adoptado? Vaya, sorpresa número uno. ¿Y porqué narices yo no sabía eso?
Asentí a la aclaración sobre sus verdaderos padres. En cierto modo eso habría sido difícil para él, y no podía decir "te entiendo" porque no podría hacerlo nunca. Mi situación era totalmente contradictoria a la suya. Mi familia no me había abandonado o desvanecido del mapa, al contrario, y eso me causaba lástima hacia él. A pesar de que, exteriormente, no la mostré.
Con el siguiente comentario, respecto a su familia adoptiva, entendí algo más de él. Pudo haber sido adoptado por una familia... "normal" dentro de lo que cabe, pero si la familia adoptada habían sido unos grandes hijos de puta... La rudeza que había en él era normal, al igual que esos deseos de abandonarlos de una vez e independizarse. Quizá podría verlo todo con otros ojos.
Me eché algo atrás, sin alejarme de él y ladeé ligeramente la cabeza.
- Lo siento - dije por cortesía cuando hubo terminado. ¿Satisfecha? Bueno, podríamos decir que sí. - ¿A Nick le has contado algo de esto? - pregunté con curiosidad. Si bien sabía que ambos habían hecho buenas migas desde un buen principio, es más, le había conocido a él a través de Nick, pero por la forma en la que... "escupía" las palabras, daba la sensación de que hablar de ello no era su más grande pasión. Aunque eso ya se podía haber deducido cuando añadió el termino "mierda" a todo el asunto.
Samuel apartó la mirada de mi y la lanzó de nuevo hacia la vidriera de la sirena. Mi boca se desencajó en una mueca de resignación un tanto extraña justo antes de acercarme más a él, y para terminar rodeándole el cuello con mis brazos, depositando un abrazo reconfortante, o por lo menos, esa era la intención. Inevitable sentir el roce de su torso con el mio, separado por escasos milímetros de agua caliente.
Tampoco quise decir nada más al respeto. Era uno de mis más buenos amigos y tampoco quería meterme de alguna forma con aquello de lo que no quería hablar.
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Sus ojos plateados se mantenían todavía en la vidriera, pensativo, había sufrido mucho en aquella vida, pero esperaba que todo terminara con su salida de Hogwarts. Dejaría atrás el robo, las prendas heredadas o de algún grupo de caridad, la mala alimentación y las frías noches a la intemperie en su Noruega natal. El "lo siento" de Kirby se esperaba, era lo típico, por mucho que al chico le jodiera que alguien se apiadara de él; no, él no tenía de qué estar avergonzado, aquello que había vivido lo había convertido en alguien fuerte, frío, meticuloso, un hombre hecho y derecho.
Giró la cabeza cuando ella le preguntó por si había hablado de aquello con Nick. -Nadie.- por mucho que fuera su mejor amigo no podía aventurarse a contar aquello. - Nadie lo sabe, puede haber muchos malentendidos que pueden joderme la reputación y conociendo a Resnick, no me la juego.- admitió finalmente, la gente podía pensar que era mestizo o algo por el estilo y eso supondría una degradación extrema. Esperaba que Kirie se mantuviera apartada de hacer mención alguna delante de los demás sobre la precariedad de su antigua vida familiar y sobre el hecho de que siquiera podía conocer con certeza nada sobre su persona; ¿era realmente noruego? ¿Cual era el nombre que habían proyectado sus padres para él? ¿Cuáles eran sus verdaderos apellidos? ¿Había heredado esa mirada de parte materna o paterna? Tantas preguntas que habían quedado irresolubles y que nunca podrían encontrar solución; aparentemente.
Su mirada volvió a la vidriera y poco después pudo sentir los brazos de ella rodeándole el cuello, en un gesto semi-reconfortante, por más que su expresión siguiera igual de fría y distante; "Patético, Samuel, que tengas que recurrir a estas mierdas para conseguir contacto con ella" se dijo, intentando desviar el tema de que su amiga intentaba reconfortarlo. Con esas mierdas no se había ganado el roce seguro, no podía aceptar que dando pena consiguiera que ella se acercara; era para él una pérdida de orgullo total si aprovechaba aquella ocasión, degradante en todos los sentidos.
-Pero bueno, tampoco es para tanto.- si bien no pensaba actuar de ninguna manera no intentó desembarazarse del cálido abrazo de ella, girando finalmente su cabeza y depositando su fría y seria mirada de nuevo en ella.
Giró la cabeza cuando ella le preguntó por si había hablado de aquello con Nick. -Nadie.- por mucho que fuera su mejor amigo no podía aventurarse a contar aquello. - Nadie lo sabe, puede haber muchos malentendidos que pueden joderme la reputación y conociendo a Resnick, no me la juego.- admitió finalmente, la gente podía pensar que era mestizo o algo por el estilo y eso supondría una degradación extrema. Esperaba que Kirie se mantuviera apartada de hacer mención alguna delante de los demás sobre la precariedad de su antigua vida familiar y sobre el hecho de que siquiera podía conocer con certeza nada sobre su persona; ¿era realmente noruego? ¿Cual era el nombre que habían proyectado sus padres para él? ¿Cuáles eran sus verdaderos apellidos? ¿Había heredado esa mirada de parte materna o paterna? Tantas preguntas que habían quedado irresolubles y que nunca podrían encontrar solución; aparentemente.
Su mirada volvió a la vidriera y poco después pudo sentir los brazos de ella rodeándole el cuello, en un gesto semi-reconfortante, por más que su expresión siguiera igual de fría y distante; "Patético, Samuel, que tengas que recurrir a estas mierdas para conseguir contacto con ella" se dijo, intentando desviar el tema de que su amiga intentaba reconfortarlo. Con esas mierdas no se había ganado el roce seguro, no podía aceptar que dando pena consiguiera que ella se acercara; era para él una pérdida de orgullo total si aprovechaba aquella ocasión, degradante en todos los sentidos.
-Pero bueno, tampoco es para tanto.- si bien no pensaba actuar de ninguna manera no intentó desembarazarse del cálido abrazo de ella, girando finalmente su cabeza y depositando su fría y seria mirada de nuevo en ella.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Dejé mi mejilla apoyada en su hombro durante aquel abrazo se prolongó más de lo esperado, pues no pensaba que él no haría nada para deshacerse de mi. No le había dicho nada de eso a Nick. Bueno, era algo normal. Sin tener tanta información de un pasado, quizá... quizá su sangre no era limpia, o quizá si y se hiciera una bola de malentendidos. Reí algo secamente mientras dirigía mi mirada a la espuma que había entre ambos.
- Y haces bien de no decirle nada. A pesar de que sea un buen tipo, las personas como él... y como yo, acostumbramos a hablar más de la cuenta - comenté justo antes de desvanecer la sonrisilla. - Pero tampoco tengo la intención de decir nada - y eso era verdad. Estaba dispuesta a guardarle el secretillo el tiempo que hiciera falta, aunque siempre habrá esos egoístas "pero" de por medio. Cosa que, mejor suprimir en voz alta.
Sus ojos se apartaron de la sirena, la cual llevaba un buen rato observándonos en silencio mientras se acariciaba el cuello y movía la punta de su cola de pez de una tonalidad verde clara, y volvieron hacia mi. Moví ligeramente la cabeza hacia el extremo de su hombro y subí la mirada hacia sus ojos, encontrándolos igual de fríos que antes. ¿Se aprovecharía de la situación? No me había acercado a él por el hecho de que me diera pena, pero hacerlo en ese momento equivalía a sentir como una parte de su orgullo se derrumbaba a mis pies. Sería penoso por su parte, la táctica del cachorrito herido.
Arqueé una ceja con diversión y sonreí con cierta provocación a la vez que levantaba la cabeza de su hombro y acortaba aún más las distancias entre ambos. Nuestros labios no se rozaron, pero lo único que los separaban eran milímetros, escasos y sucios milímetros. Sonreí de nuevo.
- ¿Estás esperando a que caigan babosas carnívoras del cielo? - algo irónica, mis ojos se volvieron a clavar en los suyos mientras susurraba dicha pregunta.
Sin dejarle tiempo para reaccionar ante nada, volví a echarme hacia atrás, desenlazando mis brazos de su cuello mientras le lanzaba una mirada que avecindaba cualquier cosa que se le hubiera pasado por esa misteriosa mente con anterioridad. Llevaba desde... ¿Quinto? Quizá ya era hora de darle lo que quería... quizá. Sonreí y me apoyé al surtidor de nuevo, cortando otra vez la cascada de agua caliente que caía de él.
- Y haces bien de no decirle nada. A pesar de que sea un buen tipo, las personas como él... y como yo, acostumbramos a hablar más de la cuenta - comenté justo antes de desvanecer la sonrisilla. - Pero tampoco tengo la intención de decir nada - y eso era verdad. Estaba dispuesta a guardarle el secretillo el tiempo que hiciera falta, aunque siempre habrá esos egoístas "pero" de por medio. Cosa que, mejor suprimir en voz alta.
Sus ojos se apartaron de la sirena, la cual llevaba un buen rato observándonos en silencio mientras se acariciaba el cuello y movía la punta de su cola de pez de una tonalidad verde clara, y volvieron hacia mi. Moví ligeramente la cabeza hacia el extremo de su hombro y subí la mirada hacia sus ojos, encontrándolos igual de fríos que antes. ¿Se aprovecharía de la situación? No me había acercado a él por el hecho de que me diera pena, pero hacerlo en ese momento equivalía a sentir como una parte de su orgullo se derrumbaba a mis pies. Sería penoso por su parte, la táctica del cachorrito herido.
Arqueé una ceja con diversión y sonreí con cierta provocación a la vez que levantaba la cabeza de su hombro y acortaba aún más las distancias entre ambos. Nuestros labios no se rozaron, pero lo único que los separaban eran milímetros, escasos y sucios milímetros. Sonreí de nuevo.
- ¿Estás esperando a que caigan babosas carnívoras del cielo? - algo irónica, mis ojos se volvieron a clavar en los suyos mientras susurraba dicha pregunta.
Sin dejarle tiempo para reaccionar ante nada, volví a echarme hacia atrás, desenlazando mis brazos de su cuello mientras le lanzaba una mirada que avecindaba cualquier cosa que se le hubiera pasado por esa misteriosa mente con anterioridad. Llevaba desde... ¿Quinto? Quizá ya era hora de darle lo que quería... quizá. Sonreí y me apoyé al surtidor de nuevo, cortando otra vez la cascada de agua caliente que caía de él.
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Ella comprendió con rapidez el por qué de ocultar todo aquello incluso a su mejor amigo; esa noticia sería una bomba de relojería, algo que lo destruiría por completo, que lo volvería más metálico, más áspero por el mero hecho que, cortando las relaciones con sus amigos Slytherin, estaba de por sí cortando cualquier lazo emocional que había tenido. Sí, podía decirse que el duro del noruego no estaba más que luchando por mantener aquella amistad, evitando dar explicaciones de más que pudieran hacer tambalear los cimientos de su "felicidad". Le alegró interiormente que Kirby aceptara no tener intención alguna de contar nada sobre aquello y esperaba que no llevara consigo ningún tipo de segunda intención por la cuenta que le traía.
No apartó la mirada de ella y pudo comprobar aquella sonrisa con cierta provocación mientras levantaba la cabeza y la acercaba hacia el chico, haciendo que la distancia entre ambos labios se volviera algo irresistible para el noruego. La pregunta de ella lo semi-despertó, no se dignó a responder pero vio como ella se echaba hacia atrás y se deslizaba hacia el surtidor de agua. Se movió escasos centímetros, vacilante y se acercó dispuesto a besarla, pero en el mismo instante en el que los separaban escasos milímetros y podía escuchar incluso la respiración de ella entre el agua retrocedió con fuerza. Simplemente giró el cuello, cerrando ambos ojos con fuerza, de perfil ahora hacia ella. Inspiró y suspiró; no, no podía hacer aquello, podía ser compasión y por mucho que la tentación pudiera con él, el mero hecho de haber dado lástima a la chica ya le hacía imposible el probar siquiera intentarlo aquella vez.
-Qué bajo he caído.- masculló, todavía en aquella posición. Acababa de echar por tierra todas sus posibilidades para con Kirby, no era un maldito aprovechado -de normal- y para nada se aprovecharía de su peiorativa situación. ¿Compasión? ¿Por qué Samuel? ¿Por ser alguien fuerte, que soporta y sabe vivir por su cuenta? Se autohalagó en un momento en el que sin duda lo necesitaba. Soltó una risa seca, despreciable, en una mueca con la que alzó levemente su labio. -Compasión...
No apartó la mirada de ella y pudo comprobar aquella sonrisa con cierta provocación mientras levantaba la cabeza y la acercaba hacia el chico, haciendo que la distancia entre ambos labios se volviera algo irresistible para el noruego. La pregunta de ella lo semi-despertó, no se dignó a responder pero vio como ella se echaba hacia atrás y se deslizaba hacia el surtidor de agua. Se movió escasos centímetros, vacilante y se acercó dispuesto a besarla, pero en el mismo instante en el que los separaban escasos milímetros y podía escuchar incluso la respiración de ella entre el agua retrocedió con fuerza. Simplemente giró el cuello, cerrando ambos ojos con fuerza, de perfil ahora hacia ella. Inspiró y suspiró; no, no podía hacer aquello, podía ser compasión y por mucho que la tentación pudiera con él, el mero hecho de haber dado lástima a la chica ya le hacía imposible el probar siquiera intentarlo aquella vez.
-Qué bajo he caído.- masculló, todavía en aquella posición. Acababa de echar por tierra todas sus posibilidades para con Kirby, no era un maldito aprovechado -de normal- y para nada se aprovecharía de su peiorativa situación. ¿Compasión? ¿Por qué Samuel? ¿Por ser alguien fuerte, que soporta y sabe vivir por su cuenta? Se autohalagó en un momento en el que sin duda lo necesitaba. Soltó una risa seca, despreciable, en una mueca con la que alzó levemente su labio. -Compasión...
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Me sentí complacida al ver como el noruego reaccionaba ante tal provocación. Si bien vaciló al principio, pero cuando me eché hacia atrás, volviendo a la postura apoyada al surtidor del baño de los prefectos, él parecía decidido a ir a por mi. Pero algo lo aturó cuando no faltaba nada más que un leve empujón por su espalda. Enarqué ambas cejas y miré como apartaba su rostro del mio, mostrándome su perfil.
Ladeé la cabeza, apoyándola de lado en el surtidor, para verle mejor. No iba a hacerlo. Su orgullo se lo impedía. Podría decirle la verdad, decirle que no me había echado encima suyo por pena, pero tampoco me creería en esos momentos. Demasiado orgulloso para todo.
Se me escapó una sonrisita cuando soltó ese comentario, una sonrisita que se volvió una mueca un tanto arrogante por mi parte.
- No seas imbécil - comenté arqueando una ceja, lánzandole una mirada que traía consigo un ligero desprecio mezclado con leves ápices de diversión.
Saqué la mano derecha del agua, con ligeras acumulaciones de espuma entre los dedos y dirigí el índice hacia su mejilla que daba a mi cara. La rocé con una suavidad extrema, dibujando pequeñas figuras abstractas sin sentido, hasta que finalmente mi mano entera, por el palmo, se deslizó por su mentón hasta llegar a la otra mejilla, haciendo leve presión para que girara de nuevo la cabeza hacia mi.
- ¿En serio dejarás pasar la oportunidad por eso? - puse los ojos en blanco unos segundos y volví a apoyar la cabeza al surtidor, apartándome ligeramente de él mientras me pasaba la mano por la melena rubia completamente mojada. Seriamente estaba decepcionada con él. Sabía el orgullo que almacenaba en su interior, como todos los que nos encontrábamos en la misma casa, ¿pero esto...?
Seguí acariciándole la mejilla con delicadeza, picariona, y con obvias segundas intenciones. Si de verdad interponía su orgullo de por medio por eso, ya se podía despedir de mi en ese tema, a pesar de que en eso también perdía yo. Le tenía ganas, no mentiré.
Ladeé la cabeza, apoyándola de lado en el surtidor, para verle mejor. No iba a hacerlo. Su orgullo se lo impedía. Podría decirle la verdad, decirle que no me había echado encima suyo por pena, pero tampoco me creería en esos momentos. Demasiado orgulloso para todo.
Se me escapó una sonrisita cuando soltó ese comentario, una sonrisita que se volvió una mueca un tanto arrogante por mi parte.
- No seas imbécil - comenté arqueando una ceja, lánzandole una mirada que traía consigo un ligero desprecio mezclado con leves ápices de diversión.
Saqué la mano derecha del agua, con ligeras acumulaciones de espuma entre los dedos y dirigí el índice hacia su mejilla que daba a mi cara. La rocé con una suavidad extrema, dibujando pequeñas figuras abstractas sin sentido, hasta que finalmente mi mano entera, por el palmo, se deslizó por su mentón hasta llegar a la otra mejilla, haciendo leve presión para que girara de nuevo la cabeza hacia mi.
- ¿En serio dejarás pasar la oportunidad por eso? - puse los ojos en blanco unos segundos y volví a apoyar la cabeza al surtidor, apartándome ligeramente de él mientras me pasaba la mano por la melena rubia completamente mojada. Seriamente estaba decepcionada con él. Sabía el orgullo que almacenaba en su interior, como todos los que nos encontrábamos en la misma casa, ¿pero esto...?
Seguí acariciándole la mejilla con delicadeza, picariona, y con obvias segundas intenciones. Si de verdad interponía su orgullo de por medio por eso, ya se podía despedir de mi en ese tema, a pesar de que en eso también perdía yo. Le tenía ganas, no mentiré.
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
"No seas imbécil" resonó con fuerza en su cabeza, negándose a abandonarla, uniéndose a su orgullo y conjugándose en una simple y llana opción; "tu orgullo, Samuel, es lo que te hace ser imbécil". Se desquitó de aquello rápidamente, sin todavía querer siquiera retomar el contacto visual con su amiga. Su mano derecha se acercó a la mejilla izquierda y pudo sentir el roce de éste con una suavidad en extremo, algo que le hizo sentir un pequeño escalofrío que pronto se evaporó en el agua que los envolvía a ambos. Aquello no había sido un simple escalofrío, había sido una rápida tentativa de apartarse de aquella tensión, una tentativa que había fracasado enormemente al dejarse acariciar por el dedo índice de ella; estaba seguro de que pronto retomarían contacto visual y se le haría todo demasiado difícil.
Y así fue, su mano acabó deslizándose hacia el mentón, atrayendo la mirada del noruego hacia ella y en aquel momento en el que ya había quedado de nuevo delante de ella, su mirada imperturbada, clavada en los ojos de la rubia, en cierto tono de desafío mientras las palabras de ella se grababan en su mente. ¿Dejar pasar la oportunidad? Capaz, el orgullo podía con él demasiado. Se quedó durante unos segundos pensativo, observando las intenciones que ahora mismo tenía Kirby para con él. Un haz de rabia atravesó todo su cuerpo y en un momento pensó seriamente en golpear los antiguos motivos que rodeaban la amplia piscina. Cerró ambos ojos con fuerza, inspiró y espiró.
-¿Ahora eres tú la que me tienta?¿Cambiamos realmente los papeles?- preguntó retóricamente, mientras se acercaba peligrosamente a ella, con una sonrisa divertida que salió de mitad de la nada. Ella lo estaba tentando, para qué mentir y él no era de piedra, por mucho que su orgullo se mantuviera firme. Se acercó peligrosamente a ella y se decidió finalmente por acortar la distancia entre sus labios, probándolos con intensidad. Uno de sus brazos fue directo al brazo de ella, sujetándolo con delicadeza, todavía perdido en sus labios.
Se separó momentáneamente y dejó su mirada posada de nuevo sobre ella, con una expresión seria en el rostro. - No necesito de tu caridad, Müller...- afirmó. -Quiero ganarme el poder disfrutar contigo de una manera menos... patética.- esa era la palabra, patética, era patético que sólo hubiera conseguido ese acercamiento con ella por haber mostrado lo invulnerable que podría llegar a ser. Nadó escasos metros y salió de la piscina por el bordillo, con el calzoncillo empapado. Fue directo a donde su varita y rápidamente, con un movimiento, secó la prenda y se dispuso a vestirse, empezando por la camiseta de interior blanca que había traído consigo.
Y así fue, su mano acabó deslizándose hacia el mentón, atrayendo la mirada del noruego hacia ella y en aquel momento en el que ya había quedado de nuevo delante de ella, su mirada imperturbada, clavada en los ojos de la rubia, en cierto tono de desafío mientras las palabras de ella se grababan en su mente. ¿Dejar pasar la oportunidad? Capaz, el orgullo podía con él demasiado. Se quedó durante unos segundos pensativo, observando las intenciones que ahora mismo tenía Kirby para con él. Un haz de rabia atravesó todo su cuerpo y en un momento pensó seriamente en golpear los antiguos motivos que rodeaban la amplia piscina. Cerró ambos ojos con fuerza, inspiró y espiró.
-¿Ahora eres tú la que me tienta?¿Cambiamos realmente los papeles?- preguntó retóricamente, mientras se acercaba peligrosamente a ella, con una sonrisa divertida que salió de mitad de la nada. Ella lo estaba tentando, para qué mentir y él no era de piedra, por mucho que su orgullo se mantuviera firme. Se acercó peligrosamente a ella y se decidió finalmente por acortar la distancia entre sus labios, probándolos con intensidad. Uno de sus brazos fue directo al brazo de ella, sujetándolo con delicadeza, todavía perdido en sus labios.
Se separó momentáneamente y dejó su mirada posada de nuevo sobre ella, con una expresión seria en el rostro. - No necesito de tu caridad, Müller...- afirmó. -Quiero ganarme el poder disfrutar contigo de una manera menos... patética.- esa era la palabra, patética, era patético que sólo hubiera conseguido ese acercamiento con ella por haber mostrado lo invulnerable que podría llegar a ser. Nadó escasos metros y salió de la piscina por el bordillo, con el calzoncillo empapado. Fue directo a donde su varita y rápidamente, con un movimiento, secó la prenda y se dispuso a vestirse, empezando por la camiseta de interior blanca que había traído consigo.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Conseguí atraer su mirada de nuevo con esas suaves caricias en su mejilla, y aproveche ese instante para escrutar cada milímetro de sus ojos. Su mirada seguía imperturbada, quizá interesado, pero sobre todo con ese leve tono de desafío ante las palabras que acababa de comentar. Dudó.
Sonreí divertida a su pregunta retórica, sin la más mínima intención de soltar algún comentario mientras dejaba caer esa mano de las caricias hacia el agua de nuevo. Fue en ese momento en el que, visto desde mi lado personal, parecía dejar de vacilar por su comentario y sus impenetrables pensamientos para romper esa penosa distancia que nos separaba. Cerré los ojos con suavidad cuando empecé a notar ese roce. Eran suaves y ligeramente duros, pero sobretodo demasiado apetecibles. El beso fue intenso pero a su vez extrañamente corto.
Cuando él se separó abrí los ojos y di un par de pestañeos rápidos. ¿Solo eso?
Y con su expresión seria dejo claro que no necesitaba de mi caridad. Su orgullo le corroía por dentro y parecía ser mas fuerte que cualquier otro deseo que tuviese en mente, tras esos misteriosos y grisáceos ojos.
"...Patética". Eso me divertió en especial.
Sonreí coqueta y observé como se alejaba de mi, dejándome apoyada aún en ese surtidor de piedra adornado a juego con los demás motivos de ese baño. Se limitó a salir de la bañera por el bordillo y secó su ropa, dispuesto a vestirse. Mientras tanto, no perdía de vista ninguno de sus movimientos, los cuales hacían que la luz de colores de las vidrieras le diera una gama de colores un tanto abstracta a su pálida piel.
- Me gustará saber la forma en la que te vas a ganar eso... - comenté con desinterés mientras estiraba ambos brazos hacia arriba, notando como crujían algunos huesos de mi espalda y apartando la vista hacia mi ropa, que se encontraba tirada cerca de la suya.
Me acerqué al bordillo de la bañera en silencio y apoye ambos brazos en él, apoyándome mientras seguía observando, con todo descaro, al chico.
- ¿Te vas ya a la cama? Qué chico más bueno... - comenté mientras mi voz se ponía algo más grave en la frase irónica que seguía a la pregunta cuya respuesta era, quizá, no tan obvia.
Sonreí divertida a su pregunta retórica, sin la más mínima intención de soltar algún comentario mientras dejaba caer esa mano de las caricias hacia el agua de nuevo. Fue en ese momento en el que, visto desde mi lado personal, parecía dejar de vacilar por su comentario y sus impenetrables pensamientos para romper esa penosa distancia que nos separaba. Cerré los ojos con suavidad cuando empecé a notar ese roce. Eran suaves y ligeramente duros, pero sobretodo demasiado apetecibles. El beso fue intenso pero a su vez extrañamente corto.
Cuando él se separó abrí los ojos y di un par de pestañeos rápidos. ¿Solo eso?
Y con su expresión seria dejo claro que no necesitaba de mi caridad. Su orgullo le corroía por dentro y parecía ser mas fuerte que cualquier otro deseo que tuviese en mente, tras esos misteriosos y grisáceos ojos.
"...Patética". Eso me divertió en especial.
Sonreí coqueta y observé como se alejaba de mi, dejándome apoyada aún en ese surtidor de piedra adornado a juego con los demás motivos de ese baño. Se limitó a salir de la bañera por el bordillo y secó su ropa, dispuesto a vestirse. Mientras tanto, no perdía de vista ninguno de sus movimientos, los cuales hacían que la luz de colores de las vidrieras le diera una gama de colores un tanto abstracta a su pálida piel.
- Me gustará saber la forma en la que te vas a ganar eso... - comenté con desinterés mientras estiraba ambos brazos hacia arriba, notando como crujían algunos huesos de mi espalda y apartando la vista hacia mi ropa, que se encontraba tirada cerca de la suya.
Me acerqué al bordillo de la bañera en silencio y apoye ambos brazos en él, apoyándome mientras seguía observando, con todo descaro, al chico.
- ¿Te vas ya a la cama? Qué chico más bueno... - comenté mientras mi voz se ponía algo más grave en la frase irónica que seguía a la pregunta cuya respuesta era, quizá, no tan obvia.
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Daba igual el número de veces en que había deseado estar con ella de una manera tan o más íntima que como hace cinco segundos, en aquel beso que le había dejado saborear el dulce néctar de sus labios. Por un momento deseaba golpearse hasta matarse, por el mero hecho de que su ego lo estaba controlando, por el mero hecho de que había soñado millones de veces con aquella situación y ahora la dejaba pasar. Pero no había vuelta atrás, comenzó a abrocharse la camisa blanca que constituía su uniforme y que mostraba el escudo bordado de Slytherin. No tardó mucho más en enredarse la corbata a lo largo de su cuello y empezar a atarla sin mirar hacia atrás, aguantando la tentación de romper su camiseta en dos y lanzarse de nuevo a la piscina junto a ella. Cuando ella le habló en aquel tono indiferente el chico giró el cuello, de lado, sin llegar a tomar contacto visual con Kirby.
-Lo sabrás.- se prometió que sucediera lo que sucediera, no dejaría escapar otra oportunidad, por muy bajo que cayese. Aquello constituía un duro golpe, no volvería a verlo así de indefenso, expuesto al pensamiento negativo, a la malinterpretación de sus palabras; no, no era un sangre sucia, no era un despreciable, estaba seguro de que era puro, tenía que serlo. Se giró hacia ella, clavando su mirada en su amiga Müller, allí postrada, apoyada en el bordillo y observándolo con tranquilidad. El chico hizo lo mismo, la contempló con cierto remordimiento interno, pero con una serena pose, de nuevo cerrado y frío, tal como era.
La pregunta de ella lo enfadó, no era un maldito niño, era ya casi todo un adulto y podía cuidar de sí mismo tal como lo había demostrado en las frías calles de Oslo durante todo aquel tiempo. Sonrió con cierta arrogancia, defendiéndose de aquel vacile. -Marcharé a otro lugar.- se limitó a decir. No quería cometer más errores con todo aquello, ya había cedido demasiado aquella noche, demasiado y no había pasado casi tiempo. Un par de pasos hacia uno de los lados y encontró su pantalón junto con sus pertenencias personales. Se acabo de vestir y se acercó una última vez hacia donde se encontraba ella.
-Ninguna palabra a los demás sobre esto.- clavó su mirada en ella, amenazante, si la gente se enteraba de aquello no reaccionaría para nada bien, por mucho que fuera su mejor amiga o por mucho que, aunque ahora enfadado con ella, siguiera teniéndole cariño. Metió su varita en su bolsillo derecho, sobresaliendo y finalmente, observándola de nuevo, asintió con cierta arrogancia. -Buenas noches, Kirby.- aparentando que no hubiera sucedido nada violento para él cuando era evidente que aquello había sido una sinceridad que le había costado parte de su imagen. ¿Qué haría ahora? A saber, no tenía ganas de dormir, en absoluto... ya encontraría algo que hacer, necesitaba encontrar algo que lo despistara. Finalmente desapareció del lugar, cerrando tras de sí la puerta de los baños, dejando atrás a Müller. Y en su camino de vuelta hacia la Sala Común no volvió la cabeza hacia atrás. Terminó cual niño bueno, acabó acostándose, pensativo durante minutos antes de caer en un sueño profundo.
-Lo sabrás.- se prometió que sucediera lo que sucediera, no dejaría escapar otra oportunidad, por muy bajo que cayese. Aquello constituía un duro golpe, no volvería a verlo así de indefenso, expuesto al pensamiento negativo, a la malinterpretación de sus palabras; no, no era un sangre sucia, no era un despreciable, estaba seguro de que era puro, tenía que serlo. Se giró hacia ella, clavando su mirada en su amiga Müller, allí postrada, apoyada en el bordillo y observándolo con tranquilidad. El chico hizo lo mismo, la contempló con cierto remordimiento interno, pero con una serena pose, de nuevo cerrado y frío, tal como era.
La pregunta de ella lo enfadó, no era un maldito niño, era ya casi todo un adulto y podía cuidar de sí mismo tal como lo había demostrado en las frías calles de Oslo durante todo aquel tiempo. Sonrió con cierta arrogancia, defendiéndose de aquel vacile. -Marcharé a otro lugar.- se limitó a decir. No quería cometer más errores con todo aquello, ya había cedido demasiado aquella noche, demasiado y no había pasado casi tiempo. Un par de pasos hacia uno de los lados y encontró su pantalón junto con sus pertenencias personales. Se acabo de vestir y se acercó una última vez hacia donde se encontraba ella.
-Ninguna palabra a los demás sobre esto.- clavó su mirada en ella, amenazante, si la gente se enteraba de aquello no reaccionaría para nada bien, por mucho que fuera su mejor amiga o por mucho que, aunque ahora enfadado con ella, siguiera teniéndole cariño. Metió su varita en su bolsillo derecho, sobresaliendo y finalmente, observándola de nuevo, asintió con cierta arrogancia. -Buenas noches, Kirby.- aparentando que no hubiera sucedido nada violento para él cuando era evidente que aquello había sido una sinceridad que le había costado parte de su imagen. ¿Qué haría ahora? A saber, no tenía ganas de dormir, en absoluto... ya encontraría algo que hacer, necesitaba encontrar algo que lo despistara. Finalmente desapareció del lugar, cerrando tras de sí la puerta de los baños, dejando atrás a Müller. Y en su camino de vuelta hacia la Sala Común no volvió la cabeza hacia atrás. Terminó cual niño bueno, acabó acostándose, pensativo durante minutos antes de caer en un sueño profundo.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Mis ojos, totalmente abiertos y atentos seguían cada movimiento del noruego, el cual se tomaba su tiempo para vestirse, paseándose por la zona en la que tenía su ropa seca. Todo él me resultaba interesante y la verdad era que nunca imaginé que me contara alguna cosa referente a su pasado antes de a Nick. Vale que Nick era... como era, pero en fin. Su secretito estaría a salvo conmigo, no juraba de forma eterna, pero por lo menos de momento podía confiar en mi.
Sonreí a su respuesta. Lo sabría, y seguramente pronto. No creía que la amistad que había entre nosotros se viera modificada por esa información dada por su parte, a pesar de que igual las cosas se tensaran un poco de ahora en adelante.
Dejar que me lo dijera le había constituido un duro golpe, sobre todo después de mostrarle esa compasión por mi parte. Obviamente era algo a posta. A pesar de que, quizás si en el fondo lo sintiera, el mero hecho de que lo demostrara solo había sido para joderle. De alguna forma sabía que no cedería al juego, su orgullo podía más que cualquier otra cosa. Como la mayoría de nosotros.
La pregunta que le formulé luego, sobre si se iría a dormir o no, parecía que le había molestado. Y no era para menos. Arqueé ambas cejas, ahora más expectante que nunca mientras jugueteaba con una pequeña acumulación de espuma entre los dedos de mi mano derecha, la cual seguía sobre el borde del baño donde me apoyaba para observar a Sam. Ladeé la cabeza negativamente ante su respuesta, y solté un resoplo algo resignado.
- Está bien. Yo me quedaré un rato más por aquí - solté mientras dejaba de apoyarme al borde del baño y me dejaba ir hacia atrás, hacia el agua, y observaba como Sam volvía afijar su mirada en mi. Le sonreí con arrogancia y saque mi mano derecha en modo de despedida. - Buenas noches Sammy - dije divertida ante la situación algo violenta.
Dicho eso, observé como el chico abandonaba silenciosamente el baño sin decir nada más. Había sido suficiente por esa noche. Sabía que haber preguntado más quizá hubiera sido fatal, pero aún sentía curiosidad por esos detalles que se había ahorrado. La respuesta, demasiado resumida, solo había sido suficiente en satisfacción para esa noche. Quizá pudiera sonsacarle alguna cosa más otro día.
Me hundí de espaldas en el agua, aguantando la respiración una buena tira de segundos y abrí los ojos. Veía la espuma sobre mi causando algo parecido a una tela espumosa y blanca sobre mi, como si se tratara de una gruesa capa de hielo.
Me pasé aún media hora más en la bañera, descansando apoyada en el borde, disfrutando de la tranquilidad antes de volver de nuevo a la común, la cual estaba asombrosamente vacía por la hora que era.
Sonreí a su respuesta. Lo sabría, y seguramente pronto. No creía que la amistad que había entre nosotros se viera modificada por esa información dada por su parte, a pesar de que igual las cosas se tensaran un poco de ahora en adelante.
Dejar que me lo dijera le había constituido un duro golpe, sobre todo después de mostrarle esa compasión por mi parte. Obviamente era algo a posta. A pesar de que, quizás si en el fondo lo sintiera, el mero hecho de que lo demostrara solo había sido para joderle. De alguna forma sabía que no cedería al juego, su orgullo podía más que cualquier otra cosa. Como la mayoría de nosotros.
La pregunta que le formulé luego, sobre si se iría a dormir o no, parecía que le había molestado. Y no era para menos. Arqueé ambas cejas, ahora más expectante que nunca mientras jugueteaba con una pequeña acumulación de espuma entre los dedos de mi mano derecha, la cual seguía sobre el borde del baño donde me apoyaba para observar a Sam. Ladeé la cabeza negativamente ante su respuesta, y solté un resoplo algo resignado.
- Está bien. Yo me quedaré un rato más por aquí - solté mientras dejaba de apoyarme al borde del baño y me dejaba ir hacia atrás, hacia el agua, y observaba como Sam volvía afijar su mirada en mi. Le sonreí con arrogancia y saque mi mano derecha en modo de despedida. - Buenas noches Sammy - dije divertida ante la situación algo violenta.
Dicho eso, observé como el chico abandonaba silenciosamente el baño sin decir nada más. Había sido suficiente por esa noche. Sabía que haber preguntado más quizá hubiera sido fatal, pero aún sentía curiosidad por esos detalles que se había ahorrado. La respuesta, demasiado resumida, solo había sido suficiente en satisfacción para esa noche. Quizá pudiera sonsacarle alguna cosa más otro día.
Me hundí de espaldas en el agua, aguantando la respiración una buena tira de segundos y abrí los ojos. Veía la espuma sobre mi causando algo parecido a una tela espumosa y blanca sobre mi, como si se tratara de una gruesa capa de hielo.
Me pasé aún media hora más en la bañera, descansando apoyada en el borde, disfrutando de la tranquilidad antes de volver de nuevo a la común, la cual estaba asombrosamente vacía por la hora que era.
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Tema Cerrado
Albus S. PotterSLYTHERIN - Mensajes : 608
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