Noche sin Luna [Alice Longbottom]
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Noche sin Luna [Alice Longbottom]
Primera Semana de Octubre, al anochecer.
Las hojas secas crujían tras mi andar en las afueras del castillo. La cena había sido satisfactoria y a penas encontré el momento adecuado me escabullí sin que nadie, ni mucho Frank, me viera. Aveces sentía como si me escondiera de él, pero él me conocía mejor que nadie, y se molestaría mucho si supiera que tenía una cita con Alice en nuestro lugar de encuentro. Con Alice solíamos pasar noches enteras conversando, por lo menos dos veces al mes, una a principio de éste y la otra a finales, en Luna Llena. Por suerte, ésta era una de aquellas noches de luna menguante, pero ésta de seguro no se apreciaría pues el cielo nublado no dejaba ver ni siquiera las estrellas.
Yo mismo le había enseñado aquel atajo a la casa de los gritos. Gracias al mapa del merodeador descubrí que el Sauce Boxeador llevaba a la casa de los gritos por un callejón subterráneo, aunque obviamente no pude enseñarle el mapa a Alice, pues solo Frank y Fred sabían de su existencia, pero desde que descubrimos ése atajo Alice lo tomó como un lugar de refugio y yo como un lugar de encuentro para ambos. Mi animagia mejoraba cada día y ya me sentía capacitado para pasar una noche de luna llena junto a ella, o al menos eso creía, ya que en la última luna llena tuve que enfrentarme a un hombre-lobo verdadero y nada resultó como esperaba, por suerte salí vivo del altercado pero Albus salió muy lastimado y yo no pude hacer nada para protegerlo y mucho menos para protegerme a mi mismo. Si algo salía mal, Alice podría matarme y no quería que cargara con una muerte más sobre su haber, aunque tampoco estaba seguro de si habría o no matado a alguien en sus años como Mujer-Lobo.
Sobé el nudo del Sauce Boxeador para que se tranquilizara y entré por el piso subterráneo. Avancé deslizando mi mano por la pared rocosa hasta llega a la compuerta que me llevaría a la planta baja de la casa de los gritos. La abrí y trepé por ella para luego subir las escaleras que me llevaría al primer piso donde Alice de seguro me estaría esperando. - Buenas noches - musité esbozando una amplia sonrisa mientras habría la puerta de la vieja habitación, ahí estaba ella, sentada sobre la vieja cama observando el exterior por la ventana, pensando sabe Merlín qué cosas. Sonreí, como hacía días no había sonreído, tenía muchas cosas que contarle, tenía muchos deseos de abrazarla, tenía mucho tiempo que no veía a mi amiga.
Yo mismo le había enseñado aquel atajo a la casa de los gritos. Gracias al mapa del merodeador descubrí que el Sauce Boxeador llevaba a la casa de los gritos por un callejón subterráneo, aunque obviamente no pude enseñarle el mapa a Alice, pues solo Frank y Fred sabían de su existencia, pero desde que descubrimos ése atajo Alice lo tomó como un lugar de refugio y yo como un lugar de encuentro para ambos. Mi animagia mejoraba cada día y ya me sentía capacitado para pasar una noche de luna llena junto a ella, o al menos eso creía, ya que en la última luna llena tuve que enfrentarme a un hombre-lobo verdadero y nada resultó como esperaba, por suerte salí vivo del altercado pero Albus salió muy lastimado y yo no pude hacer nada para protegerlo y mucho menos para protegerme a mi mismo. Si algo salía mal, Alice podría matarme y no quería que cargara con una muerte más sobre su haber, aunque tampoco estaba seguro de si habría o no matado a alguien en sus años como Mujer-Lobo.
Sobé el nudo del Sauce Boxeador para que se tranquilizara y entré por el piso subterráneo. Avancé deslizando mi mano por la pared rocosa hasta llega a la compuerta que me llevaría a la planta baja de la casa de los gritos. La abrí y trepé por ella para luego subir las escaleras que me llevaría al primer piso donde Alice de seguro me estaría esperando. - Buenas noches - musité esbozando una amplia sonrisa mientras habría la puerta de la vieja habitación, ahí estaba ella, sentada sobre la vieja cama observando el exterior por la ventana, pensando sabe Merlín qué cosas. Sonreí, como hacía días no había sonreído, tenía muchas cosas que contarle, tenía muchos deseos de abrazarla, tenía mucho tiempo que no veía a mi amiga.
James S. PotterGRYFFINDOR - Mensajes : 918
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Re: Noche sin Luna [Alice Longbottom]
El sol se había ocultado, el crepúsculo había comenzado y cuando volvío a levantar la vista al cielo la luna asomaba sobre el cielo, muchas veces la había odiado, maldecido e incluso escupido al aire por aquello que ella no había elegido pero que según su padre era otra prueba más a mi voluntad, a mi enteresa y liderazgo, era otro obstáculo más a superar con el tiempo pero ¿hasta cuando? ¿Cuando ella se podría mirar al espejo y verse de la forma en que sus padres la veían?
Su cabello bailaba a merced de la brisa que ahora mecía cada uno de sus mechones sueltos que la coleta no había logrado apresar; el gran comedor había estado con demaciado murmullos, odiaba sentirse intrusa en su propio colegio, sentirse insegura "te sientes así por que eres débil y lo sabes" aquellos díalogos ya comenzaban a hartarla de sobremanera pero jamás se haría algún tipo de daño físico por que no era idiota y segundo porqué jamas caería tan bajo su orgullo.
Saltearse la comida tal vez no había sido el mejor plan trazado pero aquella habilidosa mentecilla, pero ahora en la casa de los gritos poco importaba y según tenía entendido la comida era algo que nose podía fabricar con magia, se debía tener algún tipo de reserva para poder lograr multiplicarla, incluso en un momento como aquél había logrado traer a la mente un concepto de clase "eso es porque tu vida social apesta tal vez si no tuvieras esa cara de estar oliendo algo podrido todo el tiempo las cosas mejoraran" su ceño se fruncio ante aquella afirmación porque lo era, malditamente bien o mal aquella jodida voz tenía la razón ahora-¿Desde cuando eres más sabía que yo?-Inquirio con una vocecilla bastante peculiar mientras frotaba las palmas de sus manos en busca de calor, de vez en cuando soplaba su aliento entre medio de estas como un hábito más de la castaña.
La relación con James era algo complicada, ni ella misma entendía como aveces sin decir nada podía decirse todo, los gestos, la forma de observarse uno a otro, el silencio era incómodo en la mayoria de los cosas con las personas extrañas e incluso familiares pero el respetaba su espacio y agradecía aquello, aquél trato particular con su persona, una chica de dieciseis años enloquecería abruptamente más de lo que se encontraba si no contara con un mero confidente, alguien por el que darías un brazo con tal de tener su presencia por tan solo unos instantes, embebiendote de serenidad y paz interior que era lo que a Alice tanto le faltaba.
Unos ruidos procedentes del piso inferior lograron captar su atención, con calma se quedó en la misma posición mirando el paisaje y a la vez desenfocada, sin prestarle atención a nada más que no fueran las pisadas irregulares de su invitado, su voz llegó a sus oidos tan rápido como el sonido podía permitirse colarse entre un espacio cerrado, con una pequeña sonrisa entre sus labios, Alice volteo levemente su cuerpo en su dirección y dejó ver aquél gesto que pocos conocía, pero del que el era la excepción-Buenas Noches James ¿haz tenido algún percance?-Inquirio, sabía que estos encuentros no estaban bien vistos para nadie o eso sospechaba ella, su hermano siempre la había celado y odiaba aquello, ya tenía suficiente con aislarse ella del mundo como para añadirle otra capa más de sobreprotección absurda, estaba claro que los encuentros clandestinos tenían un propósito, burlar la guardía de Frank.
Su cabello bailaba a merced de la brisa que ahora mecía cada uno de sus mechones sueltos que la coleta no había logrado apresar; el gran comedor había estado con demaciado murmullos, odiaba sentirse intrusa en su propio colegio, sentirse insegura "te sientes así por que eres débil y lo sabes" aquellos díalogos ya comenzaban a hartarla de sobremanera pero jamás se haría algún tipo de daño físico por que no era idiota y segundo porqué jamas caería tan bajo su orgullo.
Saltearse la comida tal vez no había sido el mejor plan trazado pero aquella habilidosa mentecilla, pero ahora en la casa de los gritos poco importaba y según tenía entendido la comida era algo que nose podía fabricar con magia, se debía tener algún tipo de reserva para poder lograr multiplicarla, incluso en un momento como aquél había logrado traer a la mente un concepto de clase "eso es porque tu vida social apesta tal vez si no tuvieras esa cara de estar oliendo algo podrido todo el tiempo las cosas mejoraran" su ceño se fruncio ante aquella afirmación porque lo era, malditamente bien o mal aquella jodida voz tenía la razón ahora-¿Desde cuando eres más sabía que yo?-Inquirio con una vocecilla bastante peculiar mientras frotaba las palmas de sus manos en busca de calor, de vez en cuando soplaba su aliento entre medio de estas como un hábito más de la castaña.
La relación con James era algo complicada, ni ella misma entendía como aveces sin decir nada podía decirse todo, los gestos, la forma de observarse uno a otro, el silencio era incómodo en la mayoria de los cosas con las personas extrañas e incluso familiares pero el respetaba su espacio y agradecía aquello, aquél trato particular con su persona, una chica de dieciseis años enloquecería abruptamente más de lo que se encontraba si no contara con un mero confidente, alguien por el que darías un brazo con tal de tener su presencia por tan solo unos instantes, embebiendote de serenidad y paz interior que era lo que a Alice tanto le faltaba.
Unos ruidos procedentes del piso inferior lograron captar su atención, con calma se quedó en la misma posición mirando el paisaje y a la vez desenfocada, sin prestarle atención a nada más que no fueran las pisadas irregulares de su invitado, su voz llegó a sus oidos tan rápido como el sonido podía permitirse colarse entre un espacio cerrado, con una pequeña sonrisa entre sus labios, Alice volteo levemente su cuerpo en su dirección y dejó ver aquél gesto que pocos conocía, pero del que el era la excepción-Buenas Noches James ¿haz tenido algún percance?-Inquirio, sabía que estos encuentros no estaban bien vistos para nadie o eso sospechaba ella, su hermano siempre la había celado y odiaba aquello, ya tenía suficiente con aislarse ella del mundo como para añadirle otra capa más de sobreprotección absurda, estaba claro que los encuentros clandestinos tenían un propósito, burlar la guardía de Frank.
Alice M. Longbottom- Mensajes : 125
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Re: Noche sin Luna [Alice Longbottom]
Avancé encontrándome con aquella acogedora sonrisa de Ali. Una sonrisa que tardó años en llegar, pero que luego de que hubiera iluminado su rostro por primera vez se volvió completamente mía, a solas, a escondidas, pero mía al fin y al cabo. Me dejé caer de un brinco sobre la cama y algo de polvo se alzó entre ambos. Tosí cubriéndome la boca y volví a enfocarme en ella, en su sonrisa. - Hey, hablas con J.S Potter, amo y señor de las escapadas y de escabullirse del colegio. ¿Acaso no recuerdas quien te enseñó el atajo hasta aquí? - sonreí con patanería, aunque para ella de seguro no había nada de arrogancia en mis bromas, pues solo era eso; bromas.
Aveces cuando la vida te ha tocado dura sientes que ni el amor de tus seres queridos es suficiente. Yo lo sentía, Albus lo sentía, y así muchos jóvenes de hoy en día desearían tener algo que los demás tienen. Alice, a pesar de tener una acogedora y encantadora familia, de seguro también los tenía. No los definiría como celos, solo como un "por qué a mi". Aunque por mi punto de vista, debería estar agradecida con poder disfrutar de una vida plena. No cualquiera sobrevive al ataque de un hombre lobo, y mucho menos a una mordida del mismo, ya bien lo sabía yo que me salvé por un pelo en el bosque prohibido la última luna llena. - ¿Pasa algo? - me aventuré a preguntar. Conocía esa expresión nostálgica y contradictoria en su rostro. Conocía sus estragos psicológicos, su esquizofrenia, así como conocía su yo interno, aquel que desde niña venía cultivando y se estropeó luego del ataque en luna llena, y de su primera transformación. Conocía a Alice que no todos conocían, la que cada vez que sentía cerca alegraba mi día con solo una sonrisa, con una caricia.
- Ven aquí... - murmuré atrayéndola contra mi pecho. Apoyé mi espalda en el marco del catre y la aprisioné entre mis brazos. Deposité un beso en su frente y luego alcé mi rostro para posar mi pera sobre sus cabellos. Mi mirada se concentró en el exterior, aquel exterior sin luna, sin amenazas, hoy no tenía por qué estar triste, ya había llegado yo para divertirla. - Por cierto, te traje un obsequio - señalé sacando de mis bolsillos una barra de chocolate envuelta. Conociéndola de seguro se había saltado la hora del almuerzo, eso la ayudaría a mantener energías durante la noche. Estaba ahí para consentirla, para apoyarla, para ayudarla y divertirla, pero antes debía escucharla, y saber como se encontraba, luego habría tiempo de hacerla reír un poco.
Aveces cuando la vida te ha tocado dura sientes que ni el amor de tus seres queridos es suficiente. Yo lo sentía, Albus lo sentía, y así muchos jóvenes de hoy en día desearían tener algo que los demás tienen. Alice, a pesar de tener una acogedora y encantadora familia, de seguro también los tenía. No los definiría como celos, solo como un "por qué a mi". Aunque por mi punto de vista, debería estar agradecida con poder disfrutar de una vida plena. No cualquiera sobrevive al ataque de un hombre lobo, y mucho menos a una mordida del mismo, ya bien lo sabía yo que me salvé por un pelo en el bosque prohibido la última luna llena. - ¿Pasa algo? - me aventuré a preguntar. Conocía esa expresión nostálgica y contradictoria en su rostro. Conocía sus estragos psicológicos, su esquizofrenia, así como conocía su yo interno, aquel que desde niña venía cultivando y se estropeó luego del ataque en luna llena, y de su primera transformación. Conocía a Alice que no todos conocían, la que cada vez que sentía cerca alegraba mi día con solo una sonrisa, con una caricia.
- Ven aquí... - murmuré atrayéndola contra mi pecho. Apoyé mi espalda en el marco del catre y la aprisioné entre mis brazos. Deposité un beso en su frente y luego alcé mi rostro para posar mi pera sobre sus cabellos. Mi mirada se concentró en el exterior, aquel exterior sin luna, sin amenazas, hoy no tenía por qué estar triste, ya había llegado yo para divertirla. - Por cierto, te traje un obsequio - señalé sacando de mis bolsillos una barra de chocolate envuelta. Conociéndola de seguro se había saltado la hora del almuerzo, eso la ayudaría a mantener energías durante la noche. Estaba ahí para consentirla, para apoyarla, para ayudarla y divertirla, pero antes debía escucharla, y saber como se encontraba, luego habría tiempo de hacerla reír un poco.
James S. PotterGRYFFINDOR - Mensajes : 918
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Re: Noche sin Luna [Alice Longbottom]
Era cierto el había sido quién luego de sospechar y animarse a preguntarle sobre su estado le había enseñado aquél pasaje, allí ella se transformaba y se alejaba del mundo por una noche y volvía a ser ella misma cuando el gallo cantaba nuevamente, dándole paso al amanecer y su cuerpo nuevamente.
-Disculpe señor avece solvido que estoy hablando con James Potter-Bromeo levemente mientra smovía su cabeza divertida por la situación, el lograba sacar aquella Alice que con el tiempo se había desgastado, aquella que saltaba en los charcos y llegaba a casa llena de lodo.
Una nube de partículas se elevo ante nosotros logrando que ella tosiera levemente por la intromisión de estas en sus fosas nasales, ahora podía percibir el olor de la loción que James usaba y el polvo en su lengua.
Su pregunta la lleno de incertidumbre e inmediatamente negó con la cabeza, no quería cargar a nadie con sus problemas de autodescubrimiento, es más siempre estaba preparada para escuchar a los demás pero cuando de ella se trataba le costaba mucho abrirse a la otra persona era como si ella misma se hubiera sellado hace mucho tiempo y el temor de entreabrirse y no saber que encontraría le daba pavor, no porque los demás pudieran salir huyendo de su presencia, eso ya lo hacían sin necesidad alguna ya, sino con lo que ella pudiera revelarse y odiarse por ello.
Caminó lentamente hasta la cama y se sentó en la orilla, sintío las manos de él atraerla y acunarla entre ellas como cuando eran niños, se aferó a el con sus manos atrapando entre sus dedos la túnica que el llevaba esa noche, aquella de su casa preciada.
-No pasa nada James, sabes que mi vida es rutinaria, no ha surgido nada especial-Murmuro entredientes mientra sobservaba aún las motas de polvo surcar el aire con su mirada ausente.
El beso en la frente y el peso de el sobre su cabeza a pesar de ser algo loco por que nunca lograba decir con palabras exactas sus pensamientos o dialogar de forma coherente el lograba comprenderla sin encesidad de hacerlo, esa relación no relación era algo decadente pero lograba mantenerla en pie frente a las adversidades que se avecinaban en estos días oscuros, temía por él, era su mejor amigo, la única persona aparte de su familia que conocía su condición y no la repudiaba por ello.
-¿Un obsequio?-Pregúnto con su melodiosa voz mientras sus ojos grises se abrían ante la sorpresa de recibir algo, poso sobre sus manos un chocolate de los que le gustaban, un brillo particular adquirieron sus ojos solo por un momento para leugo volver a apagarse con su habitual desconcierto, lo tomo entre sus dedos y sonrío-Gracias James aveces me asustas que me conozcas más que yo misma-Dijo aquello de forma sincera, y así era ¿Comó lograba meterse en su mente y comprenderla? no lo sabía pero eso le gustaba, decidio agradecerle el gesto por lo que volteo levemente su rostro y deposito un casto beso sobre su mejilla, para luego vovler a retomar su posición y abrir la envoltura para sacar el preciado chocolate.
-¿Y tu? ¿Tienes algo que contarme a mi?-Pregunto curiosa dándole un mordisco a su reciente obsequio y deleitandose con la textura y els abor de este.
-Disculpe señor avece solvido que estoy hablando con James Potter-Bromeo levemente mientra smovía su cabeza divertida por la situación, el lograba sacar aquella Alice que con el tiempo se había desgastado, aquella que saltaba en los charcos y llegaba a casa llena de lodo.
Una nube de partículas se elevo ante nosotros logrando que ella tosiera levemente por la intromisión de estas en sus fosas nasales, ahora podía percibir el olor de la loción que James usaba y el polvo en su lengua.
Su pregunta la lleno de incertidumbre e inmediatamente negó con la cabeza, no quería cargar a nadie con sus problemas de autodescubrimiento, es más siempre estaba preparada para escuchar a los demás pero cuando de ella se trataba le costaba mucho abrirse a la otra persona era como si ella misma se hubiera sellado hace mucho tiempo y el temor de entreabrirse y no saber que encontraría le daba pavor, no porque los demás pudieran salir huyendo de su presencia, eso ya lo hacían sin necesidad alguna ya, sino con lo que ella pudiera revelarse y odiarse por ello.
Caminó lentamente hasta la cama y se sentó en la orilla, sintío las manos de él atraerla y acunarla entre ellas como cuando eran niños, se aferó a el con sus manos atrapando entre sus dedos la túnica que el llevaba esa noche, aquella de su casa preciada.
-No pasa nada James, sabes que mi vida es rutinaria, no ha surgido nada especial-Murmuro entredientes mientra sobservaba aún las motas de polvo surcar el aire con su mirada ausente.
El beso en la frente y el peso de el sobre su cabeza a pesar de ser algo loco por que nunca lograba decir con palabras exactas sus pensamientos o dialogar de forma coherente el lograba comprenderla sin encesidad de hacerlo, esa relación no relación era algo decadente pero lograba mantenerla en pie frente a las adversidades que se avecinaban en estos días oscuros, temía por él, era su mejor amigo, la única persona aparte de su familia que conocía su condición y no la repudiaba por ello.
-¿Un obsequio?-Pregúnto con su melodiosa voz mientras sus ojos grises se abrían ante la sorpresa de recibir algo, poso sobre sus manos un chocolate de los que le gustaban, un brillo particular adquirieron sus ojos solo por un momento para leugo volver a apagarse con su habitual desconcierto, lo tomo entre sus dedos y sonrío-Gracias James aveces me asustas que me conozcas más que yo misma-Dijo aquello de forma sincera, y así era ¿Comó lograba meterse en su mente y comprenderla? no lo sabía pero eso le gustaba, decidio agradecerle el gesto por lo que volteo levemente su rostro y deposito un casto beso sobre su mejilla, para luego vovler a retomar su posición y abrir la envoltura para sacar el preciado chocolate.
-¿Y tu? ¿Tienes algo que contarme a mi?-Pregunto curiosa dándole un mordisco a su reciente obsequio y deleitandose con la textura y els abor de este.
Alice M. Longbottom- Mensajes : 125
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Re: Noche sin Luna [Alice Longbottom]
¿En qué mundo una Lycan tiene una vida rutinaria? Aunque si con rutina se refería a tener que debía fingir todo el día que todo estaría bien, entonces supuse que había sido un día como cualquier otro, por suerte. Mis dedos recorrieron su brazo, por sobre su túnica, en leves caricias, hasta que sus palabras me desconcertaron. ¿Conocerla más que ella misma? ¿Qué había hecho ahora?. Fuera lo que fuera me alegraba que pensara de esa forma. No me alegraba que tuviera miedo, pero al menos me alegraba saber que se sentía reconocida a mi lado. Solo esperaba que se diera cuenta de que no para todos pasaba desapercibida, que aquí hay alguien que siempre estará a su lado. Ví como habría su chocolate y escuché su pregunta. ¿Qué si tenía algo contarle? ¡Miles de cosas!, pero no sabía ni por donde empezar.
- ¡Claro! - exclamé y me aparté de ella para ponerme de pie. - ¿No supiste la última? Estuve todo el fin de semana pasado en San Mungo con mi hermano - señalé exaltado por contar todo lo ocurrido. - Un hombre lobo nos atacó en el bosque prohibido, nos salvamos por un pelo - expliqué a grandes rasgos y comencé con la historia de la forma más detallada posible. Imité cada una de nuestras acciones, algunas de forma más graciosas que otras, y dramaticé donde se pudiera para darle más emoción a la misma. Le conté como Lilylú y yo habiamos llegado al Bosque Prohibido en busca de Albus, pues Malfoy nos había dicho que se juntaría con Allie en ése lugar. Le hablé de las acromantulas bebés que Albus tenía escondidas y como éstas salieron uyendo cuando el lobo hizo su aparición y nos atacó a Albus y a mi y tambien como aquella luz nos salvó la vida.
- ... Era cómo si Merlín hubiera llegado para salvarnos... luego de eso desperté en San Mungo al día siguiente y Albus estuvo inconsciente toda la noche hasta que lo operaron. - culminé mi historia. - Lo rescatable es que pude transformarme en zorro completamente. Si practico un poco más podré ayudarte en tu próxima luna llena y cuidar que no le hagas daño a nadie - señalé con una amplia sonrisa. Si lograba controlar mi animagia en su totalidad ya no tendría por qué pasar penas en las lunas llenas, yo podría acompañarla y eso me hacía mucha ilusión.
- ¡Claro! - exclamé y me aparté de ella para ponerme de pie. - ¿No supiste la última? Estuve todo el fin de semana pasado en San Mungo con mi hermano - señalé exaltado por contar todo lo ocurrido. - Un hombre lobo nos atacó en el bosque prohibido, nos salvamos por un pelo - expliqué a grandes rasgos y comencé con la historia de la forma más detallada posible. Imité cada una de nuestras acciones, algunas de forma más graciosas que otras, y dramaticé donde se pudiera para darle más emoción a la misma. Le conté como Lilylú y yo habiamos llegado al Bosque Prohibido en busca de Albus, pues Malfoy nos había dicho que se juntaría con Allie en ése lugar. Le hablé de las acromantulas bebés que Albus tenía escondidas y como éstas salieron uyendo cuando el lobo hizo su aparición y nos atacó a Albus y a mi y tambien como aquella luz nos salvó la vida.
- ... Era cómo si Merlín hubiera llegado para salvarnos... luego de eso desperté en San Mungo al día siguiente y Albus estuvo inconsciente toda la noche hasta que lo operaron. - culminé mi historia. - Lo rescatable es que pude transformarme en zorro completamente. Si practico un poco más podré ayudarte en tu próxima luna llena y cuidar que no le hagas daño a nadie - señalé con una amplia sonrisa. Si lograba controlar mi animagia en su totalidad ya no tendría por qué pasar penas en las lunas llenas, yo podría acompañarla y eso me hacía mucha ilusión.
Off: Para mayor información aquí está el post del ataque.
James S. PotterGRYFFINDOR - Mensajes : 918
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