Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
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Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
- Aclaraciones:
- LA FIESTA ES EN EL JARDÍN. TODA LA FAMILIA ESTÁ REUNIDA EN EL JARDÍN, NO DENTRO DE LA MADRIGUERA. Y RECUERDEN QUE TODA LA FAMILIA (A EXCEPCIÓN DE LOS CANNONS ACTIVOS) ESTÁ YA EN LA FIESTA.
Se deberá postear cada tres post. Por ejemplo; postea Harry, luego Ginny, Lily, Hermione y Harry podrá volver a postear, para evitar que la conversación se centre solo en dos personas.
Recuerden poner en la comienzo del post con quienes interactuan en el mismo.
Les dejaré un link de donde saqué la información para ambientar post por si quieren ayudarse de ella. http://eldiccionario.org/lugares/lamadriguera.htm
En el post están invitados todos los Weasley, Potter y los Scamander por ser amigos de la familia sobre todo del trío invencible (?) Si alguien quiere puede invitar a los Longbottom también.
Y procuren no olvidar el regalo para la tía Mione (?) xD
{Ginny, Lily, los abuelos Weasley. Se hace mensión a: James, Albus, Roxanne, Molly, Hermione y los Scamander}
Los verdes praderos que acompañaban las costas sureñas nos indicaban que ya estábamos en Ottery St. Catchpole; hogar de la naturaleza, hogar de muggles, hogar de tiempos, espacios, y familias. Familias como los Diggory, los Fawcett y antiguamente los Lovegood, que tomarían el apellido de Scamander una vez Luna contrajo matrimonio. Pero lejos de todo eso, la familia más destacable era la familia Weasley, una familia de miembros humildes y generosos, muy diferentes unos de otros, pero todos con un elemento en común: el color rojiso de sus cabellos y las simpáticas pecas. ¿Cómo olvidar la primera vez que estuve en la madriguera? Ese olor a lavanda y orines, acompañados del calor humano que cada uno de los miembros profesaba. Si hay un lugar en el que me sintiera como "en casa", ése era La Madriguera.
El estanque seguía igual de verde y repleto de ranas, tal como la última vez que lo vi, en el verano recién pasado. La mesa familiar estaba ahí, al aire libre, pues si no fuera de otro modo no cabríamos todos en aquella estrecha cocina a la hora de cenar. Por suerte el clima de aquella tarde nos acompañaba, no parecía que llovería, a pesar de que estaba algo nublado, pero el sol, escondido, nos brindaba levemente su calor, acompañado de esas gélidas ráfagas de vientos que se asomaban de vez en cuando alborotando los rebeldes cabellos de Ginny y Lily, quienes me acompañaban en ese momento. Albus y James llegarían por su cuenta, pues ambos tenían "asuntos pendientes" según nos habían comentado, aunque ya estábamos acostumbrados a los retrasos de varios de la familia, sobre todo de James, Roxanne y Molly que parecían no entender el significado de la palabra puntualidad. ¿Cómo lo haríamos para dormir? Ya nos la arreglaríamos después. Seguramente nos tocaría dormir en sacos cual boy's Scout al aire libre, contemplando el hermoso firmamento que Ottery St. Catchpole nos entregaba cada noche, o todos acurrucados en la estrecha pero acogedora sala de estar. De cualquier forma nos las arreglaríamos para que todo saliera como esperábamos y nuestra celebración se llevara a cabo. ¿Qué celebrábamos? Pues el cuadragésimo tercer cumpleaños de la mujer más brillante que había conocido en mi vida; Hermione Weasley.
Sería un día largo y divertido en el que trataríamos de olvidarnos de los problemas y solo disfrutar de la buena comida y la grata y entretenida compañía de la familia. Los sucesos recientes en el mundo mágico no eran muy alentadores como para avalar una celebración. La muerte y traición del ministro aún no terminaba de creérmela. ¿En qué mundo Kingsley Shacklebolt era un traidor? Fue un golpe muy duro enterarme de ese suceso, pero por suerte el señor Knnox y actual Ministro descubrió lo sucedido y pudo controlar la situación. Sí, estaba preocupado, pero aún así éste día nos olvidaríamos de todo tema que no fuera el celebrar el cumpleaños de Mione. Entramos a la madriguera y el abuelo Artur y la Abuela Molly nos recibieron a los tres con un caluroso abrazo, ya habian varios integrantes de la familia en casa pero aún faltaba gente para la cena. Así como íbamos, si teníamos que esperar a todos terminaríamos cenando a la luz de la luna. Nada nuevo.
Última edición por Harry Potter el Lun Abr 25, 2011 3:52 pm, editado 1 vez
Harry Potter- Líder de los Aurores
Líder de los Mortífagos - Mensajes : 54
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
(Interacción nula. Mencionan Harry, James, Ron y Abuela Weasley)
Dejé la taza de café sobre la mesa y ordené los papeles que habían en mi escritorio. Era un nuevo proyecto de ley sobre la regulación de las escobas y su certificado de calidad, algo que nunca me había llamado mucho la atención, pero que debía revisar de todas formas. Mi ojo crítico había encontrado unos cuantos errores ortográficos, y una que otra falta de redacción. Esas cosas me molestaban bastante, ya que no entendía quién podía salir de Hogwart escribiendo así. Por ello emané un suspiro y denegué el proyecto antes de que subiera al siguiente escalafón. Hice un timbre con mi varita, y lo mandé con la misma hacia la canasta azul de los DENEGADOS. Luego Mary, mi secretaria, las haría llegar a los lugares correspondientes.
Me puse de pie y tomé la ligera chaqueta azul que ese día había llevado a la oficina. Me la puse sobre los hombros y tomé mi cartera antes de salir de mi despacho hacia el corredor-. Adiós, señora Weasley. Que tenga una hermosa celebración- me dijo con su voz aguda Mary, mirándome a través de sus lentes de aument-. Muchas gracias, Mary. Que tengas un descansado fin de semana- le desee rodando mis ojos y sonriendo, para alejarme camino al ascensor.
Hace un tiempo ya que mis fines de semana no eran descansados. A pesar de que los niños estaban en el colegio hace tres semanas ya, con Ron habíamos estado ocupados planeando las estrategias de la Orden del Fénix. No me gustaba mantener esto oculto a Harry, pero Ron tenía su cuota de razón. Algo le pasaba a mi amigo y no sabía qué era. Por ello llevaba días leyendo y leyendo buscando alguna respuesta. Incluso había pensado en ir a Hogwart y revisar la Biblioteca prohibida. De seguro McGonagall estaría encantada con mi visita. Así que en eso me pasaba los días: trabajo y ese nuevo extraño misterio que no pasaba desapercibido frente a mis ojos. Y a ello había que sumarle la labor de James que también me tenía atenta a los movimientos escolares. No quería involucrar a niños inocentes en ello, pero sabía que si atacaban el colegio sólo ellos podrían comenzar la primera defensa, que solía ser la más brutal. No estaba del todo segura de que James estuviera capacitado para la misión. A veces me parecía tan niño. Pero Ron me había dicho que tenía la temple de su padre y un liderazgo innato, y eso no podía negarlo, desde que James llegó a la familia siempre tuvo esa parada de lider frente a todos sus primos. Sonreí al recordar aquellos viejos sucesos.
Me puse de pie y tomé la ligera chaqueta azul que ese día había llevado a la oficina. Me la puse sobre los hombros y tomé mi cartera antes de salir de mi despacho hacia el corredor-. Adiós, señora Weasley. Que tenga una hermosa celebración- me dijo con su voz aguda Mary, mirándome a través de sus lentes de aument-. Muchas gracias, Mary. Que tengas un descansado fin de semana- le desee rodando mis ojos y sonriendo, para alejarme camino al ascensor.
Hace un tiempo ya que mis fines de semana no eran descansados. A pesar de que los niños estaban en el colegio hace tres semanas ya, con Ron habíamos estado ocupados planeando las estrategias de la Orden del Fénix. No me gustaba mantener esto oculto a Harry, pero Ron tenía su cuota de razón. Algo le pasaba a mi amigo y no sabía qué era. Por ello llevaba días leyendo y leyendo buscando alguna respuesta. Incluso había pensado en ir a Hogwart y revisar la Biblioteca prohibida. De seguro McGonagall estaría encantada con mi visita. Así que en eso me pasaba los días: trabajo y ese nuevo extraño misterio que no pasaba desapercibido frente a mis ojos. Y a ello había que sumarle la labor de James que también me tenía atenta a los movimientos escolares. No quería involucrar a niños inocentes en ello, pero sabía que si atacaban el colegio sólo ellos podrían comenzar la primera defensa, que solía ser la más brutal. No estaba del todo segura de que James estuviera capacitado para la misión. A veces me parecía tan niño. Pero Ron me había dicho que tenía la temple de su padre y un liderazgo innato, y eso no podía negarlo, desde que James llegó a la familia siempre tuvo esa parada de lider frente a todos sus primos. Sonreí al recordar aquellos viejos sucesos.
A través de polvos flú llegué a mi hogar. Dejé mi cartera en el sillón de la sala y miré a mi alrededor-. ¿Ron?- pregunté. No tuve respuesta. Enarqué una ceja y tomé mi cartera una vez más, subiendo al segundo piso donde estaba mi alcoba. Ron parecía no estar. Eso me extrañó un poco, ya que en la mañana me dijo que llegaría temprano para ir a la Madriguera. Él había insistido en que debíamos ir a celebrar mi cumpleaños en familia, cosa a la que yo me había negado. ¿Pero quién era yo para negarme a lo que mi suegra decía?. Negarse a Molly Weasley era imposible, aún más cuando te invitaba cordialmente a través de un vociferador a las seis de la mañana. Había sido la primera en decirme feliz cumpleaños, y ni hablar que Ron saltó hasta el techo al oír la voz de su madre en la habitación. El pobre se sintió nuevamente en la adolescencia.
Riéndome por mi último pensamiento me comencé a arreglar, dejando sobre la cama lo que Ron se pondría para el evento y escogiendo mi ropa. A penas Ron llegara lo obligaría a cambiarse rápido y nos iríamos a comer torta. Ufff... cuarenta y tres años. ¡Por Merlín, estaba una vieja!.
Hermione J. Weasley- Puesto en el Ministerio
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
Era tarde, el día estaba nublado, mas se sentía cómodo, quería que lloviese, mas el cielo no parecía querer escuchar mi deseo, seguía igual de gris queriendo y al mismo tiempo sin querer llover o mostrar el sol, quedándose en ese detestable punto intermedio, pero agradecía que el clima estuviese igual, en el punto medio, el punto exacto para sentirse uno cómodo trajeses puesto lo que trajeses.
Me mire en el espejo una última vez, creía que estaba presentable, mas no podía estar segura, siempre había algo que terminaba por disgustarme, cualquier cosa, por pequeña que fuese, lo malo era que no podía preguntarle a mis padres ya que ellos eran muy poco imparciales, de hecho, podía decir con completa seguridad lo que me dirían: “te ves preciosa, hija” o algo parecido, padres tenían que ser, mas no podía preguntarles a mis hermanos porque ambos estaban ocupados o al menos ese fue el pretexto que ambos dieron a mis padres para llegar después, así que ahí estaba yo, mirándome con ojo crítico en el espejo, quizá me debería de cambiar el short que traía por uno más largo, ese estaba muy veraniego, aunque en si mi atuendo lo era, si me hacia una cola de caballo… no, así no, el sombrero no quedaba y no me gustaba como me veía…
Suspire y me aleje del espejo, eso sería lo mejor, así no observaría el desastre que traía o no, así no me pondría más nerviosa, además, así ya podía bajar, estaba segura ya me esperaban para irnos.
Ya se veía todo verde, claro indicio de que ya estábamos muy cerca, faltaba muy poco para estar con los abuelos, eso era tan emocionante, ya quería verlos, amaba a los abuelos, siempre eran lindos, solo detestaba los abrazos quita aliento de la abuela, pero los soportaba, además, el abuelo siempre me daba algún chocolate por debajo de la mesa para que no lo fuesen a regañar mi madre o la abuela, era tan lindo.
Continúe jugando con mi sombrero hasta que llego el momento: saludar a los abuelos. Me lo puse con tan poca delicadeza que podía asegurar que más de uno de mis cabellos se había enredado y quedado en una posición extraña, pero no importo, corrí hacia los abuelos y deje que me abrazasen tanto como quisiesen, cualquiera diría que llevaba años sin verlos en vez de unas cuantas semanas. Si, aquellos eran mis abuelos, aquella era mi reacción para con ellos. Aquella era yo.
Me mire en el espejo una última vez, creía que estaba presentable, mas no podía estar segura, siempre había algo que terminaba por disgustarme, cualquier cosa, por pequeña que fuese, lo malo era que no podía preguntarle a mis padres ya que ellos eran muy poco imparciales, de hecho, podía decir con completa seguridad lo que me dirían: “te ves preciosa, hija” o algo parecido, padres tenían que ser, mas no podía preguntarles a mis hermanos porque ambos estaban ocupados o al menos ese fue el pretexto que ambos dieron a mis padres para llegar después, así que ahí estaba yo, mirándome con ojo crítico en el espejo, quizá me debería de cambiar el short que traía por uno más largo, ese estaba muy veraniego, aunque en si mi atuendo lo era, si me hacia una cola de caballo… no, así no, el sombrero no quedaba y no me gustaba como me veía…
Suspire y me aleje del espejo, eso sería lo mejor, así no observaría el desastre que traía o no, así no me pondría más nerviosa, además, así ya podía bajar, estaba segura ya me esperaban para irnos.
- algo así va:
Ya se veía todo verde, claro indicio de que ya estábamos muy cerca, faltaba muy poco para estar con los abuelos, eso era tan emocionante, ya quería verlos, amaba a los abuelos, siempre eran lindos, solo detestaba los abrazos quita aliento de la abuela, pero los soportaba, además, el abuelo siempre me daba algún chocolate por debajo de la mesa para que no lo fuesen a regañar mi madre o la abuela, era tan lindo.
Continúe jugando con mi sombrero hasta que llego el momento: saludar a los abuelos. Me lo puse con tan poca delicadeza que podía asegurar que más de uno de mis cabellos se había enredado y quedado en una posición extraña, pero no importo, corrí hacia los abuelos y deje que me abrazasen tanto como quisiesen, cualquiera diría que llevaba años sin verlos en vez de unas cuantas semanas. Si, aquellos eran mis abuelos, aquella era mi reacción para con ellos. Aquella era yo.
Lily Luna Potter*GRYFFINDOR - Mensajes : 161
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
Llegué de una excursión muy placentera a un pequeño lago cercano de mi taller/laboratorio. Un lago de aguas verdosas, y con un penetrante olor a pescado. Lo curioso de aquel lago es que tenía muchas criaturitas mágicas en él, y necesitaba tomar descripciones de algunas.
Cuando llegué a mi casa lo primero que vo fue una lechuza parada en una ventana abierta, en la cocina,era enorme y preciosa de un color pardo. Movió la cabeza con curiosidad y depositó una carta sobre la canastita para la correspondencia.
--Gracias--le dije y con mi varita le aparecí un cuenco para el agua. De una de las alacenas bajé una cajita de golosinas lechuciles y le di dos--. Una para disfrutar y una para el viaje.
La lechuza ululó contenta, tomó su agua y golosinas y salió volando. Con tranquilidad, y apareciendo primero una taza de té helado, tomé la carta, era de Harry, y mencionaba que harían una fiesta para Hermione. Sonreí, hacía tiempo que no veía a ningún miembro del Ejército de Dumbledore. Me sentiría encantada de ir. Ahora bien, ¿qué sería adecuado para ello? la gente solía mirarnos raro a mi y a mi padre cuando nos vestíamos de amarillo sol... tal vez si llevaba algo más formal... para nada, el amarillo sol era para alegrar las fiestas. Pero que fenomenal, habría que improvisar algún regalo genial. Esperaba que Rolf qusiera ir, últimamente tenía demasiado trabajo... Ah, también tendría que darle una sorpresa a él.
Cuando llegué a mi casa lo primero que vo fue una lechuza parada en una ventana abierta, en la cocina,era enorme y preciosa de un color pardo. Movió la cabeza con curiosidad y depositó una carta sobre la canastita para la correspondencia.
--Gracias--le dije y con mi varita le aparecí un cuenco para el agua. De una de las alacenas bajé una cajita de golosinas lechuciles y le di dos--. Una para disfrutar y una para el viaje.
La lechuza ululó contenta, tomó su agua y golosinas y salió volando. Con tranquilidad, y apareciendo primero una taza de té helado, tomé la carta, era de Harry, y mencionaba que harían una fiesta para Hermione. Sonreí, hacía tiempo que no veía a ningún miembro del Ejército de Dumbledore. Me sentiría encantada de ir. Ahora bien, ¿qué sería adecuado para ello? la gente solía mirarnos raro a mi y a mi padre cuando nos vestíamos de amarillo sol... tal vez si llevaba algo más formal... para nada, el amarillo sol era para alegrar las fiestas. Pero que fenomenal, habría que improvisar algún regalo genial. Esperaba que Rolf qusiera ir, últimamente tenía demasiado trabajo... Ah, también tendría que darle una sorpresa a él.
Luna Scamander- Puesto en El Quisquilloso
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
Esperaba realmente mucho de ese día. No por él, sino por Hermione, su esposa. Era el cumpleaños número cuarenta y tres de ella, y como en cada 19 de septiembre quería celebrar por su amada y que se divirtiera. Que ambos dejaran las responsabilidades de lado y se divirtieran en familia, tanto fuese con los Granger o con los Weasley. Aunque su madre siempre hacía fiestas para la castaña, y no aceptaba negaciones al respecto; Ronald le había dicho más de una vez que dejara que Mione decidiera si quisiera o no fiestas, pero luego ella se quejaba y comenzaban todas las disputas, al fin y al cabo terminaban aceptando la propuesta de la fiesta y los altercados habían sido en vano. El pelirrojo ya sabía que Molly Weasley planeaba una velada para la familia por el cumpleaños que se aproximaba, pero no se esperaba su carta de invitación el mismo día del festejo, a las seis de la mañana. Vociferador, qué linda. Con uno que otro insulto malhumorado bastante suave para lo que podría haber dicho, tuvo que acallar el vociferador con su varita que descansaba en la mesita de noche. Ronald dejó el enojo repentinamente para dedicarse a saludar a su castaña con un tono meloso y dulce en la voz, susurrando un feliz cumpleaños Mione.
Habían desayunado juntos, como era costumbre, pero Ron se había encargado de preparar todo. En realidad Hermione nunca preparaba las comidas solas porque cocinar no era su actividad favorita, y eso era bueno. Las mañanas eran agradables cuando estaban en pareja, normalmente Weasley esperaba a que ella se apareciera en el Ministerio y sólo entonces él se aparecía en Sortilegios Weasley, o a veces viajaban por medio de los polvos Flu, dependiendo el día y sus ganas. Ese viernes, Ron se había despedido de ella diciéndole que llegaría temprano, así podrían ir donde La Madriguera. Pero el asunto se le había complicado: el regalo. Tenía hecho su regalo hacia ella hacía días ya - no había soportado la espera, y lo había buscado con mucha anticipación -; a ser sinceros, él tenía muy poco tacto para los regalos, nunca sabía qué regalar porque alguien siempre había pensado en eso en su lugar. Aunque por suerte, Hermione ya estaba muy al tanto de eso, y confiara en que comprendiera su torpeza en el asunto. Aún así, ese año había sido diferente. Bien sabía que era el típico obsequio que todo el mundo hace pero, rara vez él compraba joyas. No era una joya muggle, a decir verdad, era un modelo de giratiempo nuevo muy elegante. Tenía reservado todo, pero el jodido dependiente no encontraba el pedido. Ronald estaba fuera de sí, no comprendía inutilidad de las personas de hoy en día. Así que, hasta que habían encontrado su pedido, tardó unos cuantos minutos más de lo debido.
El pelirrojo llegó a su hogar en silencio, notando que su esposa ya estaba allí por las luces prendidas. Caminó en silencio con la cajita fundada en rojo, y un ramo de rosas rojas bastante tupido. No es que fuera el señor romance, pero tenía su ternura que jamás perdería. Subió las escaleras en silencio y, tras sorprenderla mientras se arreglaba, Ronald le había obsequiado lo suyo con una enorme sonrisa en los labios, alegre. Tras esas pequeñas demoras, la pareja siguió arreglándose para la fiesta. Weasley se duchó y, más que satisfecho con las prendas que Mione había dejado sobre la cama matrimonial, se vistió sin muchas más vueltas. Se aparecerían en los terrenos de La Madriguera, ya estaba pactado.
Obsequio.
Habían desayunado juntos, como era costumbre, pero Ron se había encargado de preparar todo. En realidad Hermione nunca preparaba las comidas solas porque cocinar no era su actividad favorita, y eso era bueno. Las mañanas eran agradables cuando estaban en pareja, normalmente Weasley esperaba a que ella se apareciera en el Ministerio y sólo entonces él se aparecía en Sortilegios Weasley, o a veces viajaban por medio de los polvos Flu, dependiendo el día y sus ganas. Ese viernes, Ron se había despedido de ella diciéndole que llegaría temprano, así podrían ir donde La Madriguera. Pero el asunto se le había complicado: el regalo. Tenía hecho su regalo hacia ella hacía días ya - no había soportado la espera, y lo había buscado con mucha anticipación -; a ser sinceros, él tenía muy poco tacto para los regalos, nunca sabía qué regalar porque alguien siempre había pensado en eso en su lugar. Aunque por suerte, Hermione ya estaba muy al tanto de eso, y confiara en que comprendiera su torpeza en el asunto. Aún así, ese año había sido diferente. Bien sabía que era el típico obsequio que todo el mundo hace pero, rara vez él compraba joyas. No era una joya muggle, a decir verdad, era un modelo de giratiempo nuevo muy elegante. Tenía reservado todo, pero el jodido dependiente no encontraba el pedido. Ronald estaba fuera de sí, no comprendía inutilidad de las personas de hoy en día. Así que, hasta que habían encontrado su pedido, tardó unos cuantos minutos más de lo debido.
El pelirrojo llegó a su hogar en silencio, notando que su esposa ya estaba allí por las luces prendidas. Caminó en silencio con la cajita fundada en rojo, y un ramo de rosas rojas bastante tupido. No es que fuera el señor romance, pero tenía su ternura que jamás perdería. Subió las escaleras en silencio y, tras sorprenderla mientras se arreglaba, Ronald le había obsequiado lo suyo con una enorme sonrisa en los labios, alegre. Tras esas pequeñas demoras, la pareja siguió arreglándose para la fiesta. Weasley se duchó y, más que satisfecho con las prendas que Mione había dejado sobre la cama matrimonial, se vistió sin muchas más vueltas. Se aparecerían en los terrenos de La Madriguera, ya estaba pactado.
Obsequio.
Ron B. Weasley- Dueño de Sortilegios Weasley
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
Viernes 19 movidito, como todos los días en realidad. Me había levantado temprano para mi turno en el hospital, en el cual se estaba durante todas las horas de trabajo de arriba abajo, era de los pocos empleos que se podía decir no tenia descanso. Y es tal vez esa la razón por la que nunca veo como está el día por las mañanas, y me entero al terminar mi turno que el sol no está en esta época y que solo contamos con brisa fría, y el cielo esta oscuro. Mas intento sonreír, hoy seria de esos días en que te juntas con tus seres queridos, comparten un tazón de chocolate para abrigarte cuando es tarde y conversan de las cosas mas estúpidas que puedan ocurrir. Y eso mejoraba mi dia sin duda alguna.
Camine por las calles de Londres muggles buscando aquella joyería que era tan conocida para ellos, debía encontrar un regalo muy de mi tipo para Hermione. Si no me equivocaba era su cumpleaños 43 o 42, no estaba del todo segura; pero debía ser un regalo que le gustara, que la haga sentir más bella al pasar de los años y nada mejor que una joya.
Tras buscar alguna no tan costosa pero si preciosa, corrí hasta el callejón más cercano en busca de alguna chimenea y llegar así temprano a mi departamento "Mierda" Fruncí el ceño al ver la hora que era así que cogí un vestido y me arregle de forma natural esperando que Teddy llegara por mí, como habíamos quedado. Pero tras pasar al menos media hora me informo por la misma chimenea que no se había desocupado aun, por lo que tendría queirme sola. Refunfuñando por ello agarre una túnica negra que me cubriera completa para que al tomar la red flú no me ensuciara -La madriguera- Pronuncie fuerte y claro para aparecer en la casa de los más viejos Weasley que conocía con mi regalo en la mano.
Camine por las calles de Londres muggles buscando aquella joyería que era tan conocida para ellos, debía encontrar un regalo muy de mi tipo para Hermione. Si no me equivocaba era su cumpleaños 43 o 42, no estaba del todo segura; pero debía ser un regalo que le gustara, que la haga sentir más bella al pasar de los años y nada mejor que una joya.
Tras buscar alguna no tan costosa pero si preciosa, corrí hasta el callejón más cercano en busca de alguna chimenea y llegar así temprano a mi departamento "Mierda" Fruncí el ceño al ver la hora que era así que cogí un vestido y me arregle de forma natural esperando que Teddy llegara por mí, como habíamos quedado. Pero tras pasar al menos media hora me informo por la misma chimenea que no se había desocupado aun, por lo que tendría queirme sola. Refunfuñando por ello agarre una túnica negra que me cubriera completa para que al tomar la red flú no me ensuciara -La madriguera- Pronuncie fuerte y claro para aparecer en la casa de los más viejos Weasley que conocía con mi regalo en la mano.
Victoire Weasley- Medimaga de San Mungo
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
[Cassandra y Harry. Alusión a Ginny que no la veo xD]
Viernes... terminamos las clases y sabía que tenía que ir a casa de los tíos porque era el cumpleaños de la tía Hermione, la verdad me daba igual ya que ella era la presidenta del club de fans "Amémos a James que es el único Potter varón que vale la pena" pero la verdad no quería hacer sentir mal a mi madre que estaba tan emocionada con la fiesta que cuando me mandó la invitación y dijo que llevara a quien quisiera, no me pude negar, la ocasión era tan especial que nos dejarían salir del colegio.
Decidí invitar a Cassandra, seguro aceptaría gustosa de ir a darselas de mi novia frente a mi familia y joder a quien se dejara, seguro que a nadie le importaría demasiado que tuviera novia pero siendo una Nott muy probablemente algunos se llevarían un enojo, sobre todo la tía Hermione, así que invité a Cass al cumpleaños dichoso y ella aceptó. Terminando las clases del viernes a medio día en vez de dirigirnos al Gran Comedor con los demás estudiantes, nos dirigimos a nuestra sala común, nos cambiamos de ropa por algo casual y luego al despacho de la Porfesora McGonagall quien nos dejaría usar su chimenea para llegar a La Madriguera, esperé ver por ahí a James o a Molly, porque sabía que Lily se iría temprano, pero ninguno estaba por ahí, así que Cass y yo fuimos a nuestro destino sin contratiempos.
Aparecí en la estancia de la casa inclinada y un segundo después cuando Cassie llegó le sonreí con cierto aire de patanería y tomé su mano para salir al jardín en donde seguramente todos se encontraban. Estaba rezando porque no hubiera gnomos por todo el lugar y para mi buena fortuna no fué así. - No te espantes, esta gente siempre ha sido algo rara...- le susurré a Cass al oído mientras salíamos al pasto húmedo del jardín.
Ahí se veían a Luna, Ginny, mi padre... los tíos... y un largo etcétera de pelirojos de la familia, siemrpe dí las gracias por parecerme más a mi padre que a mi madre, no hubiera soportado ser otro Weasley más en el mundo. Apreté la mano de Cass y nos dirigimos hacia la gente. Debía de admitir que el que se veía casual era yo, con unos jeans azules, converse negros, una playera verde y un saco negro que me daba la única apariencia medio formal, Cassandra en cambio lucía hermosa, era como una muñeca de porcelana que había sacado de su envoltura y ahora la exhibía a mi familia, seguro sacaría más de un disgusto. Últimamente la relación con mi padre era excelente, no tenía una noción del porqué pero sentía que me aceptaba más ahora y me sentía cómodo con eso, el ser el chico que nadie quiere en la familia por estar en Slytherin ahora no me importaba pero llevarme bien con mi padre era algo genial.
- Vamos, te presentaré al Honorable Señor Potter - Le sonreí y la llevé hacia donde se veía mi padre, aún no veía a mi madre y no sabía como tomaría mi relación con Cassandra, mi madre adoraba a mi última novia, Allie, y no sabía como se tomaría que ya estuviera con otra chica que además de ser Slytherin era hija de Theodore Nott. Llegamos con el legendario Señor Potter y estreché su mano para después darle un abrazo aún sujetando su mano - Hola papá, traje a mi novia, te la quería presentar - sonreí - Se llama Cassandra, me parece que su padre estudió contigo en Hogwarts, Theodore Nott - miré a Cassie - Te presento a mi padre, el legendario Harry Potter en persona - hice la presentación y esperé a ambas reacciones.
Viernes... terminamos las clases y sabía que tenía que ir a casa de los tíos porque era el cumpleaños de la tía Hermione, la verdad me daba igual ya que ella era la presidenta del club de fans "Amémos a James que es el único Potter varón que vale la pena" pero la verdad no quería hacer sentir mal a mi madre que estaba tan emocionada con la fiesta que cuando me mandó la invitación y dijo que llevara a quien quisiera, no me pude negar, la ocasión era tan especial que nos dejarían salir del colegio.
Decidí invitar a Cassandra, seguro aceptaría gustosa de ir a darselas de mi novia frente a mi familia y joder a quien se dejara, seguro que a nadie le importaría demasiado que tuviera novia pero siendo una Nott muy probablemente algunos se llevarían un enojo, sobre todo la tía Hermione, así que invité a Cass al cumpleaños dichoso y ella aceptó. Terminando las clases del viernes a medio día en vez de dirigirnos al Gran Comedor con los demás estudiantes, nos dirigimos a nuestra sala común, nos cambiamos de ropa por algo casual y luego al despacho de la Porfesora McGonagall quien nos dejaría usar su chimenea para llegar a La Madriguera, esperé ver por ahí a James o a Molly, porque sabía que Lily se iría temprano, pero ninguno estaba por ahí, así que Cass y yo fuimos a nuestro destino sin contratiempos.
Aparecí en la estancia de la casa inclinada y un segundo después cuando Cassie llegó le sonreí con cierto aire de patanería y tomé su mano para salir al jardín en donde seguramente todos se encontraban. Estaba rezando porque no hubiera gnomos por todo el lugar y para mi buena fortuna no fué así. - No te espantes, esta gente siempre ha sido algo rara...- le susurré a Cass al oído mientras salíamos al pasto húmedo del jardín.
Ahí se veían a Luna, Ginny, mi padre... los tíos... y un largo etcétera de pelirojos de la familia, siemrpe dí las gracias por parecerme más a mi padre que a mi madre, no hubiera soportado ser otro Weasley más en el mundo. Apreté la mano de Cass y nos dirigimos hacia la gente. Debía de admitir que el que se veía casual era yo, con unos jeans azules, converse negros, una playera verde y un saco negro que me daba la única apariencia medio formal, Cassandra en cambio lucía hermosa, era como una muñeca de porcelana que había sacado de su envoltura y ahora la exhibía a mi familia, seguro sacaría más de un disgusto. Últimamente la relación con mi padre era excelente, no tenía una noción del porqué pero sentía que me aceptaba más ahora y me sentía cómodo con eso, el ser el chico que nadie quiere en la familia por estar en Slytherin ahora no me importaba pero llevarme bien con mi padre era algo genial.
- Vamos, te presentaré al Honorable Señor Potter - Le sonreí y la llevé hacia donde se veía mi padre, aún no veía a mi madre y no sabía como tomaría mi relación con Cassandra, mi madre adoraba a mi última novia, Allie, y no sabía como se tomaría que ya estuviera con otra chica que además de ser Slytherin era hija de Theodore Nott. Llegamos con el legendario Señor Potter y estreché su mano para después darle un abrazo aún sujetando su mano - Hola papá, traje a mi novia, te la quería presentar - sonreí - Se llama Cassandra, me parece que su padre estudió contigo en Hogwarts, Theodore Nott - miré a Cassie - Te presento a mi padre, el legendario Harry Potter en persona - hice la presentación y esperé a ambas reacciones.
Albus S. PotterSLYTHERIN - Mensajes : 608
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
[Albus y Harry Potter. Se mencionan Molly y James]
La invitación de Albus me pareció de lo más curiosa, ya que yo no tenía intención de hacer tan formal lo “nuestro” por el momento. Quería joder a Scor, eso era verdad, y también a la mosquita muerta de Raven para que dejara de jugar con Albus y se fuera a ponerle ojos de cordero a otra persona; pero de ahí a ir como una novia oficial al cumpleaños de una de las “Heroínas de Guerra” había un gran cambio. ¿Albus no se estaría tomando muy en serio el trato? Negué ante ese pensamiento y escuche su propuesta con atención. De seguro solo lo hacía para joder de igual forma a su familia. Algo me decía que a los Weasley no le agradaría que llegara alguien como yo a su fiesta. No me gustaba ser prejuiciosa, nunca lo había sido, pero si muchas veces lo habían sido conmigo y mi apellido. Y eso me daba cierta reticencia de aceptar la invitación. Pero habíamos hecho un trato, y por ello debíamos ayudarnos mutuamente, por lo que acepte con una sonrisa y besé su mejilla antes de ir a la clase siguiente.
El día viernes llego, y con ello la celebración. Sabía que estaría toda la familia Weasley presente, lo cual sería un alivio en cuanto alguno de sus integrantes me caían muy bien. Con Molly siempre había tenido una buena relación, además esperaba que James no fuera un idiota si me veía en dificultades. Y por ultimo estaba segura que Albus no dudaría en levantar la voz si alguien era poco amable conmigo. Así que me arregle como si fuera a un coctel, de aquellos que a mi mama le gustaba organizar. Me puse un vestido corto de un azul oscuro y botines negros, con tacón. Las medias transparentes me cobijaban del frio, y además me puse una chaqueta de cuero negra que combinaba con la muñequera que siempre usaba para tapar mi tatuaje. Vestida así, y sin olvidar mi varita al interior de mi cartera, nos dirigimos al despacho de McGonagall de donde, a través de polvos flu, llegamos a la famosa “Madriguera”
Aquella casa era lo completamente opuesto a mi casa. No había opulencia ni ese orden extremo que siempre había en la Mansión Nott. Todo se veía apretado y desordenado, mas no sucio. Solo era como si no cupieran tantas cosas en el lugar. En una pared me fije que había muchísimos retratos, resaltando en ellos las personas pelirrojas. Note que había un chico que era muy parecido a Fred, pero no fui capaz de seguir viéndolos al seguir a Albus hacia el patio sin soltar su mano de la mía. Su comentario hizo que se dibujara una sonrisita en mis labios. De seguro a todos nos parecía que nuestra familia era algo rara.
Sonreí al ver la mucha gente que conversaba en el lugar. Había una gran mesa en el jardín, y muchos de los presentes se giraron a mirarnos. Apreté más la mano de Albus y camine con la cabeza en alto, evitando el nerviosismo. La situación se me hacia tan ajena que me sorprendía parecer calmada. ¿Yo, Cassandra Nott, siendo presentada como novia de alguien? Eso no lo había visto venir ni en el más loco de los sueños, y me descolocaba un poco. No me gustaban las etiquetas como “hija de”, “hermana de” y menos aun “novia de”. Esa era una de las razones por las que nunca había tenido intención de tener un novio. Pero ahí estaba yo, la chica más libre del universo entero, siendo presentada a una de las familias con mayor prestigio en la comunidad y sin poder escapar de tanto familiar junto.
- Claro- respondí ante la propuesta de Al de llevarme a conocer a su padre. Caminé siguiendo la dirección de Albus hacia un hombre que, de primera impresión, me pareció algo pequeño para ser el famoso “Harry Potter”. Mis ojos azules se fijaron en los suyo, tan verdes como los de Albus, y eso me hizo sonreírle con simpatía, ya que era como ver a Albus en unos años más-. Un gusto, señor Potter- lo salude de forma amable-. Y por favor olvide que soy Nott, con Cassandra esta más que bien- dije de forma rápida, casi a la defensiva. No me gustaba que la gente supiera de quien era hija, menos ahora que ese hombre había sido casi sepultado para mí. Di una mirada a mi alrededor y entrelace de forma absoluta mis dedos con los de Albus. Mi cuerpo se inclino hacia él y nuestros brazos se mantuvieron juntos. Entonces recordé lo que me había dicho James sobre la Orden del Fénix, de aquella que Harry Potter no sabía nada. Me pregunte porque no le querrían decir sobre aquella Orden, a mi parecer el Señor Potter se veía amable-. Su hijo es maravilloso, Señor Potter- dije con una sonrisa traviesa, ideando alguna forma de poner en vergüenza a Albus ya que estábamos ahí-. Es un caballero. Siempre lleva mis cuadernos, me ayuda en los deberes, y hasta ha querido sacrificarse en los ensayos de Quidditch por mí, claro que eso último no se lo permito- agregué apretando una mejilla de Albus con mis dedos y riendo libremente. Albus nunca había hecho ninguna de esas cosas, pero si íbamos a aparentar ser una pareja sería bueno inventar ciertas cosas, ¿no?.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
[Ron, Abuelos Weasley, y se menciona a Harry]
El aroma a rosas me sorprende y me volteo para ver a Ron. Una sonrisa sincera se dibuja en mis labios y recibo la caja con el regalo en una mano, y en la otra las rosas, las cuales deposito en un florero vacio al cual le vierto agua con aquamenti-. ¿Y esto?- le pregunto a mi esposo abriendo el regalo con curiosidad. Mis dedos desatan la cinta y abren la caja, admirando con sorpresa lo que ahí había. Definitivamente eso no me lo esperaba-. ¡Amor! ¿Cómo lo conseguiste?- le pregunto alzando mi mirada hacia Ron mientras saco el giratiempo de la caja. Es hermoso, mucho más que aquel que McGonagall me había pasado en mi época escolar. Y es ideal para llevarlo en el cuello cuando lo necesitara. Sonreí y negué con la cabeza a la vez que Ron se iba a duchar después de depositar un beso en mis labios. Sabía que ser “héroe de guerra” nos podía brindar ciertos beneficios. Uno de ellos era la posibilidad de conseguir lo imposible. Y aunque nunca me había gustado aprovecharme de aquellas facilidades, bien sabia que un giratiempo me podía ser muy útil. Mucho más desde que las cosas se estaban volviendo tan turbias.
Ataviada en un traje de dos piezas blanco, con una blusa melocotón bajo la chaqueta, los señores Weasley se dirigieron a La Madriguera. Llegaron a ese jardín que se les hacia totalmente familiar, con su terreno barroso y los gnomos de tierra. Hermione avanzo de la mano con su esposo, sonriendo a su suegra quien fue la primera en acercarse-. Hermione, feliz cumpleaños- dijo Molly Weasley, abrazando a su nuera con sus brazos regordetes. Una de esas eternas sonrisas completaba su rostro rubicundo, mientras se dirigía a su esposo, el Señor Arthur, para que se acercara-. Trae el regalo- le dijo con su voz autoritaria. A tal orden el abuelo Weasley se encamino con un paquete en sus brazos. Hermione lo recibió, al igual que el abrazo, y comenzó a abrir aquella caja para ver como en ella había un sweater rojo oscuro con una “H” en el centro, y un aparato muggle que reconoció como una batidora, de seguro idea de Arthur-. Muchas gracias- dijo amablemente, aunque sabía que no usaría ninguna de las dos-. Mira, cariño, ahora podremos hacer panqueques en casa- agrego a modo de broma, mostrándoselo a Ron y avanzando junto a sus suegros hacia la gran mesa que habían puesto en el jardín.
- ¿Quieren algo para beber?- pregunto Molly limpiando sus manos en su delantal y trayendo dos vasos-. Jugo de zarzamora. Luego viene la champaña para hacer el brindis. Eso fue idea de Harry- comento la abuela Weasley señalando a su yerno-. A mi jamás se habría ocurrido comprar champaña- agrego con un tono de una tanta molestia, observando a Harry, quien conversaba con su hijo Albus y con una chica que Hermione nunca antes había visto. Tomando la mano de su esposo, Hermione dio una vuelta con su mirada al Jardín-. Veo que Rosie y Hugo aun no han llegado de Hogwart- dijo algo decepcionada, ya que quería ver a sus pequeños-. ¿No les habrá pasado algo?- pregunto algo preocupada. No le gustaba ser sobreprotectora, pero con los actuales tiempos no se podía confiar en nadie, menos aun cuando no se sabía quién podía ser su enemigo. Ante esos pensamientos la mirada de Hermione se topo con el semblante de Harry. Recordó la Orden del Fénix y el secreto que por ella le estaba ocultando a su mejor amigo. Eso siempre le traía ecos de culpa. Pero antes de hablar debía saber qué le pasaba a Harry. Debía saber porque él venía actuando de esa manera tan extraña en el último tiempo.
Hermione J. Weasley- Puesto en el Ministerio
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
Las nubes que estaban sobre nosotros se movían dispersas de un lado para el otro, el clima de otoño creaba una brisa que las balanceaba en lo alto del cielo mientras mi cabeza seguía apoyado en el firme césped del campo de Quidditch. Había estado volando junto a un compañero de séptimo año, no lo conocía demasiado pero ama el Quidditch y eso era lo que importaba. Él era bastante bueno, seguro y muy rápido pero su agilidad dejaba bastante que desear. Reí por su último comentario, tenía mucha razón, el profesor Selwyn era tan extraño y su imitación de él me hizo llorar de la risa. En aquel lugar faltaba James para... ¡James! Me puse de pie de un salto y tomé mi escoba. ¿Cómo lo había olvidado? Mamá me iba a matar o mejor dicho, quería ver el rostro de la abuela Molly cuando todos sus nietos llegasen tarde como siempre o Ginny, con su mirada de "compórtate Roxanne" o Percy con aquella sonrisa irónica que refleja "Tu y James siempre serán unos inmaduros, compórtate", aunque evidentemente lo que más me importaba era la sonrisa de George con su expresiva felicidad y ese destello que se reflejaba en su mirada de solo verme. Tenía claro que pasase lo que pasase, siempre estaría de mi lado. Tomé mis cosas y luego de despedirme corrí al castillo en dirección a mi sala común.
Rápidamente me arreglé para salir, tomé una ducha y junto a unos jeans rasgados, una camiseta blanca y unas converse grises me dirigí hacia la oficina de McGonagall quien nos dejaría usar su chimenea para llegar a La Madriguera. Observó mi atuendo talmente muggle y espantada me sonrió, yo de la misma forma le sonreí con seguridad y murmuré con claridad mi destino, solo esperaba no ser la última en llegar... como siempre. Crucé los dedos al llegar a la estancia de aquel acogedor lugar. Tenía muy buenos recuerdos de aquella residencia, me encantaba visitar aquel lugar cuando era una niña pequeña y ya mayor disfrutaba de las reuniones familiares, eran una mezcla de risas, rica comida y diversión. Pude distinguir el cabello anaranjado de Ginny a lo lejos, el abuelo, la abuela, Hermione, Ron, Harry, Albus y ¿Cassandra? Alcé una ceja ligeramente confundida, volví a parpadear para asegurarme de que la rubia que acompañaba a mi primo era ella, una de mis más divertidas amigas y sí, era ella, sonreí de medio lado. Al parecer la velada sería más interesante de lo que imaginé, solo esperaba que no todos fuesen con parejas o estaría tan foreveralone.* Me pregunté dónde estaba Lily que no podía verla por ningún lado, estaba segura que ella no había ido con pareja o Harry lo hubiese interrogado hasta hacerlo llorar. Él con su pequeña nena era tan sobreprotector.
- ¡HOLA todo el mundo! - Exclamé alzando el volumen de mi voz, con ese timbre agudo que me acaracterizaba y que nunca pasaba desapercibido. Luego me encargaría de saludarlos a todos uno por uno, por el momento tía Hermione y los abuelos eran los más importantes. Llegué al lado de Mione en unas cuantas zancadas y con una caja entre mis manos. El regalo venía en vuelto en una caja de estampado negro y blanco con una cinta amarilla verdosa metálica. Pero evidentemente no era una caja común y corriente, si no que debía abrir aproximadamente seis cajas antes de encontrarse con su verdadero regalo. - ¡Feliz cumpleaños! - Me acerqué y la ahogué en un abrazo apretado como los que siempre daba, con tanta efusividad al mas estilo Roxanne Weasley. Me alejé un poco y puse el envoltorio donde pudiese verlo - Es para ti - Si, siempre abusando de la confianza - Espero que te guste, ábrelo - Recomendé como si estuviese hablando con Rose y no con alguien mayor, en algún momento debía cambiar aquello pero no había llegado el momento. Sonreí esperando que aceptase el regalo* con todo el cariño con que me había dedicado a encontrar algo que fuese de su agrado, solo debía darse el tiempo de encontrarlo al fondo. Mantuve mi sonrisa tan llena de inocencia y esperé.
*Foreveralone es un tipo de caricatura muggle que se inició al comienzo del año 2010 y que sigue manteniendose en la jerga común de la sociedad no mágica.
*Regalo: Un pequeño elfo de felpa con una poleron en donde está grabado "+Elfos libres, + amor" y un libro llamado "La sabiduría que hay en ti" de un autor joven mago de por ahí.
Roxanne C. WeasleyGRYFFINDOR - Mensajes : 102
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
[Después de llegar, Luna Scamander descubrió una lechuza que la esperaba. Una nota en hoja de pergamino le colgaba de una pata, ella la retiró con cariño y le dio una golosina lechucil, cuando la lechuza hubo terminado ella le dio otra y le dio una breve indicación. Luego de eso subió las retorcidas escaleras en busca de su esposo, y al no encontrarlo una breve mueca cruzó su rostro. Miró a la nada unos momentos y después simplemente entró al baño de la casa, comenzaría a arreglarse para la fiesta de Hermione. Mientras, pensaba también en qué podría regalarle...]
Salí de la ducha e inmediatamente me dirigí a la habitación que compartía con mi esposo. Observé el guardaropa, y me fijé en qué podía ponerme. Había muchos colores llamativos en un extremo y en el otro, colores sobrios. Tenía que usar ropa formal de vez en cuando. Por fin me decidí por una túnica azul claro en cuyos bordes había flores plateadas y azul oscuro. Ahora ya había pensado en qué regalarle a Hermione, y afortunadamente quedaba a una aparición de distancia.
Luna se desapareció de su casa para llegar a una pequeña tienda de objetos extravagantes. Compró lo que buscaba y con la misma rapidez se desapareció para llegar a La Madriguera. Antes de entrar observó los alredores... pensando que había crecido cerca de ahí, no pudo evitar sonreír con nostalgia y algo de tristeza mezclada con alegría. Después caminó hacia la puerta, con una gran caja amarilla y moño rojo, los colores que más se acercaron a los del escudo de Gryffindor.
—Hello, everyone—saludó con entusiasmo.
Luna se desapareció de su casa para llegar a una pequeña tienda de objetos extravagantes. Compró lo que buscaba y con la misma rapidez se desapareció para llegar a La Madriguera. Antes de entrar observó los alredores... pensando que había crecido cerca de ahí, no pudo evitar sonreír con nostalgia y algo de tristeza mezclada con alegría. Después caminó hacia la puerta, con una gran caja amarilla y moño rojo, los colores que más se acercaron a los del escudo de Gryffindor.
—Hello, everyone—saludó con entusiasmo.
Luna Scamander- Puesto en El Quisquilloso
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
"Llegas más tarde que mago perdido en el metro" pensaba con algo de sarcásmo Alice ha medida que avanzaba de forma perezosa sobre la acera de Ottery Sant Catchmole pateando las piedras que se atravesaban en el camino de la rubia.
Chasqueo la lengua ante la incertidumbre de lo que ahora pesaba sobre sus manos, un regalo envuelto en papel de color pastel, un gran moño rojo adornaba el regalo y una pequeña tarjeta de color hueso resaltaba de esta con un hilo de color dorado que bailaba con la brisa que en ese momento surcaba los caminos al encuentro de la fiesta.
No es que no quisiera ver a los demás, solía añorarlos cuando estos se esfumaban y no tenia noticias de estos en semanas y sentía una conexión especial con varios miembros de la familia pero de ahí a ir sola había un largo trecho, si estuviera con su padre todo sería diferente, se camuflarian entre los Weasley y pasarían desapercibidos, solo esperaba ser lo suficientemente cordial con todos, estaba en los días próximos a la luna llena y cuando ello ocurría mi modo taciturno de actuar dejaba mucho que desear, en especial a los que realmente me consideraban parte de ellos.
Sus pasos resonaron en el rellano de la Madriguera, se paró frente a la puerta y golpeo tres veces algo sonrojada no solo por el clima que azotaba sino también por ser la única miembro del clan Longbotton, no tenía certeza si Frank o Mary vendrían al igual que mis padres ya que ambos estaban ocupados en sus respectivos trabajos, en espcial mi padre quién se sentía frustrado por la paz del mundo mágico perturbada y quería volver a recuperarla.
Su cabello suelto, su pantalon de jean rasgado y una camiseta más grande de lo normal envolvían el cuerpo con comienzo de curvas de la pequeña Alice.
para completarlo un sobretodo negro y una bufanda de su casa llamaban más la atención por sus colores, iba agolpear nuevamente cuando vío que la puerta se encontraba entre abierta, asomo su cabeza oxigenada entre el marco y antes nombrada y se adentró en el lugar, cerró la puerta detrás de ella y vío a la gente reunida, en un intento de mantener sus lazos afectivos levantó su vista del suelo y con una pequeña mano al aire, moviendola de un lado al otro en su tímido saludo murmuro-¡Felicidades!
Chasqueo la lengua ante la incertidumbre de lo que ahora pesaba sobre sus manos, un regalo envuelto en papel de color pastel, un gran moño rojo adornaba el regalo y una pequeña tarjeta de color hueso resaltaba de esta con un hilo de color dorado que bailaba con la brisa que en ese momento surcaba los caminos al encuentro de la fiesta.
No es que no quisiera ver a los demás, solía añorarlos cuando estos se esfumaban y no tenia noticias de estos en semanas y sentía una conexión especial con varios miembros de la familia pero de ahí a ir sola había un largo trecho, si estuviera con su padre todo sería diferente, se camuflarian entre los Weasley y pasarían desapercibidos, solo esperaba ser lo suficientemente cordial con todos, estaba en los días próximos a la luna llena y cuando ello ocurría mi modo taciturno de actuar dejaba mucho que desear, en especial a los que realmente me consideraban parte de ellos.
Sus pasos resonaron en el rellano de la Madriguera, se paró frente a la puerta y golpeo tres veces algo sonrojada no solo por el clima que azotaba sino también por ser la única miembro del clan Longbotton, no tenía certeza si Frank o Mary vendrían al igual que mis padres ya que ambos estaban ocupados en sus respectivos trabajos, en espcial mi padre quién se sentía frustrado por la paz del mundo mágico perturbada y quería volver a recuperarla.
Su cabello suelto, su pantalon de jean rasgado y una camiseta más grande de lo normal envolvían el cuerpo con comienzo de curvas de la pequeña Alice.
para completarlo un sobretodo negro y una bufanda de su casa llamaban más la atención por sus colores, iba agolpear nuevamente cuando vío que la puerta se encontraba entre abierta, asomo su cabeza oxigenada entre el marco y antes nombrada y se adentró en el lugar, cerró la puerta detrás de ella y vío a la gente reunida, en un intento de mantener sus lazos afectivos levantó su vista del suelo y con una pequeña mano al aire, moviendola de un lado al otro en su tímido saludo murmuro-¡Felicidades!
Alice M. Longbottom- Mensajes : 125
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
OFF: SE LES RECUERDA A LOS QUE ESTÁN LLEGANDO QUE LA FIESTA ES EN EL JARDÍN. TODA LA FAMILIA ESTÁ REUNIDA EN EL JARDÍN, NO DENTRO DE LA MADRIGUERA. Y RECUERDEN QUE TODA LA FAMILIA (A EXCEPCIÓN DE LOS CANNONS ACTIVOS) ESTÁ YA EN LA FIESTA.
[Albus, Cassandra, Ron, Roxanne, Hermione. Tambien se nombran a Teddy, Victorie, Luna, Alice y los abuelos Weasley]
- Traje Champagne - sonreí entregándole la botella al Sr. Arthur. La Sra. Molly y yo reímos con complicidad al ver la expresión de agrado su esposo. Al igual que yo, Arthur siempre había admirado los productos muggles, sobre todo si de licores se trataba. La señora Molly se llevó a Ginny y la botella de champagne mientras Arturh me hablaba de los últimos acontecimientos en el mundo muggle. Salimos de la Madriguera hasta el jardín y me pareció ver a Victorie, pero sin Teddy, saliendo de ésta. Jóvenes desconsiderados con sus parejas, muchas veces le había dicho a Teddy que si no comenzaba a tomar más responsabilidades su prometida se le escaparía de las manos. Y hablando de parejas, Arthur me hizo un gesto para que mirara a mis espaldas. Volteé y vi que mi hijo Albus se aproximaba hasta nosotros con una hermosa chica a su lado. Me separé de Arthur y avancé un par de pasos hasta que estuvimos a una distancias prudente. Mi brazo rodeó su espalda y deposité un beso en su mejilla, mientras mi con mi otra mano estrechaba la suya. - Albus, hijo - sonreí ampliamente hasta que lo escuché presentar a la rubia como su novia. Una expresión instantánea de sorpresa se impregnó en mi rostro. Siempre me había gustado la sociabilidad de mi hijo y la facilidad con que podía hacer buenas amistades dentro del colegio. Scorpius Malfoy era un buen ejemplo de ello, un joven correcto e inteligente. Si Draco y yo hubiéramos tenido una relación tan cercana como la de Albus y su hijo nuestra historia hubiera sido muy distinta. Aunque eso eran temas del pasado, anectodas de la niñez. Hoy en día Draco no era ni la sombra de lo que fue en su infancia. Y su preocupación constante por el bienestar del mundo mágico lo demostraba.
Cassandra Nott era el nombre de la chica. - Claro, Nott, un hombre muy correcto - sonreí. Nott siempre destacó en mis años en Hogwarts por ser un Slytherin algo solitario, alguien que jamás iba en pandillas o grupos de Slytherin como Draco o la mayoría de las serpientes. Hoy en día trabaja en el ministerio conmigo. Nunca se supo si estuvo involucrado en la guerra de Hogwarts, pero su padre, al parecer, era un Mortifago, hoy en día era un hombre compuesto, aunque algo resentido. Cassandra por su parte tenía esa mirada altanera de su madre, pero una mirada que lejos de incomodarme se me hizo muy agradable, sobre todo al bromear con su apellido. Jóvenes, todos con sus "problemas" familiares. - Bienvenida seas, Cassandra, espero que disfrutes de la fiestas, somos muchos y algo ruidosos pero una vez te acostumbras solo te preocupas de divertirte - anuncié y pensé en comparar el comportamiento de Allie, al ex pareja de mi hijo, quien tenía una relación muy cercana con muchos miembros de la familia, pero preferí callar. No conocía a ésta nueva chica, pero una fiesta con toda la familia sería la prueba de oro. Para mi gusto algo prematuro presentar a tu novia frente a toda la familia sin previo aviso, pero eso ya sería decisión de Albus y sus motivos tendría. ¿Es necesario decir que mi pecho se infló de orgullo al escuchar las alabanzas de Cassie hacía Albus? Pues así fue, como si todos mis años de enseñanza hubiera dado buenos frutos, aunque sus últimas palabras parecieron más una burla que un alago. Apoyé mi mano en el hombro de mi hijo y le sonreí mirándolo a los ojos, esos ojos que siempre se habían compenetrado a la perfección con los míos. - Y eso que no has visto sus fotos de bebé, es una ternura - sonreí desviando la mirada hasta la joven. - Algún día te las mostraré cuando vayas a casa, espero verte por allá pronto - señalé mientras notaba por sobre Cassandra, a sus espaldas, que la cumpleañera ya había llegado y se encontraba junto a la mesa principal. - Ha llegado la cumpleañera, será mejor que vaya a saludar, si me disculpan... - asentí y me separé de los niños rumbo a la mesa donde la Sra. Molly, Ron, Roxanne y Hermione se encontraban. Ésta última curiosamente había posado su mirada en mi, sonreí.
- Para mi cumpleaños, el papel que envolvía el regalo tenía pegamento, y no pude quitármelo en toda la noche - sonreí abrazando a Roxanne y trayéndola con fuerza. Era una diablilla tal como su padre y su tío. - Felicidades, cada día más viejos - reí alzando mis brazos y rodeando a Hermione, presionándola con fuerza y calidez contra mi pecho. - Ayúdame... - susurré en un tono casi inaudible y pestañeé con brusquedad ante mis palabras. Me aparté de Mione y la observé unos segundos algo perplejo. ¿De dónde había salido eso? Aquellas palabras salieron de mi boca por inercia y ni siquiera comprendía el significado de éstas mismas. - Ayúdame a conservarme tan bien como tu, no sé como lo haces - negué con la cabeza divertido y mi amplia sonrisa se posó en el acompañante de mi amiga; mi cuñado, mi amigos, mi hermano, Ron Weasley. No obstante el frío en su mirada me recordó nuestras últimas discuciones, discuciones sin sentido pero que de una u otra forma había deteriorado la relación. - Ron... - saludé e hice un amago por abrazarlo dando un paso, pero me detuve como si una fuerza me impidiera acercarme a mi amigo. Estiré mi mano, simplemente estiré mi mano para estrechar la de mi amigo, una muestra de la distancias que habíamos puesto ambos éste último tiempo. Un silencio incomodo se hizo presente hasta que una vocesilla, que logró sacar una sonrisa por inercia de mis labios, se hizo presente. Era Luna. Detrás de ella también se aproximaba una de las hijas de Neville. La fiesta ya estaba casi completa, Molly comenzó a hacer sonar una hoya con una cuchara o con un platillo, o quizás qué cosa. El punto es que un pitido en mi oído me dejó sordo unos instantes, pero no lo suficientemente sordo como para no escuchar sus palabras. - ¡LA COMIDA SE SERVIRÁ PRONTO, VENGAN A LA MESA, NIÑOS! - exclamó la señora Weasley anunciando a su manera la hora de la comida. Ya casi toda la familia estaba presente, al menos todos los adultos y varios niños, solo faltaban unos pocos para que llegaran.
[Albus, Cassandra, Ron, Roxanne, Hermione. Tambien se nombran a Teddy, Victorie, Luna, Alice y los abuelos Weasley]
- Traje Champagne - sonreí entregándole la botella al Sr. Arthur. La Sra. Molly y yo reímos con complicidad al ver la expresión de agrado su esposo. Al igual que yo, Arthur siempre había admirado los productos muggles, sobre todo si de licores se trataba. La señora Molly se llevó a Ginny y la botella de champagne mientras Arturh me hablaba de los últimos acontecimientos en el mundo muggle. Salimos de la Madriguera hasta el jardín y me pareció ver a Victorie, pero sin Teddy, saliendo de ésta. Jóvenes desconsiderados con sus parejas, muchas veces le había dicho a Teddy que si no comenzaba a tomar más responsabilidades su prometida se le escaparía de las manos. Y hablando de parejas, Arthur me hizo un gesto para que mirara a mis espaldas. Volteé y vi que mi hijo Albus se aproximaba hasta nosotros con una hermosa chica a su lado. Me separé de Arthur y avancé un par de pasos hasta que estuvimos a una distancias prudente. Mi brazo rodeó su espalda y deposité un beso en su mejilla, mientras mi con mi otra mano estrechaba la suya. - Albus, hijo - sonreí ampliamente hasta que lo escuché presentar a la rubia como su novia. Una expresión instantánea de sorpresa se impregnó en mi rostro. Siempre me había gustado la sociabilidad de mi hijo y la facilidad con que podía hacer buenas amistades dentro del colegio. Scorpius Malfoy era un buen ejemplo de ello, un joven correcto e inteligente. Si Draco y yo hubiéramos tenido una relación tan cercana como la de Albus y su hijo nuestra historia hubiera sido muy distinta. Aunque eso eran temas del pasado, anectodas de la niñez. Hoy en día Draco no era ni la sombra de lo que fue en su infancia. Y su preocupación constante por el bienestar del mundo mágico lo demostraba.
Cassandra Nott era el nombre de la chica. - Claro, Nott, un hombre muy correcto - sonreí. Nott siempre destacó en mis años en Hogwarts por ser un Slytherin algo solitario, alguien que jamás iba en pandillas o grupos de Slytherin como Draco o la mayoría de las serpientes. Hoy en día trabaja en el ministerio conmigo. Nunca se supo si estuvo involucrado en la guerra de Hogwarts, pero su padre, al parecer, era un Mortifago, hoy en día era un hombre compuesto, aunque algo resentido. Cassandra por su parte tenía esa mirada altanera de su madre, pero una mirada que lejos de incomodarme se me hizo muy agradable, sobre todo al bromear con su apellido. Jóvenes, todos con sus "problemas" familiares. - Bienvenida seas, Cassandra, espero que disfrutes de la fiestas, somos muchos y algo ruidosos pero una vez te acostumbras solo te preocupas de divertirte - anuncié y pensé en comparar el comportamiento de Allie, al ex pareja de mi hijo, quien tenía una relación muy cercana con muchos miembros de la familia, pero preferí callar. No conocía a ésta nueva chica, pero una fiesta con toda la familia sería la prueba de oro. Para mi gusto algo prematuro presentar a tu novia frente a toda la familia sin previo aviso, pero eso ya sería decisión de Albus y sus motivos tendría. ¿Es necesario decir que mi pecho se infló de orgullo al escuchar las alabanzas de Cassie hacía Albus? Pues así fue, como si todos mis años de enseñanza hubiera dado buenos frutos, aunque sus últimas palabras parecieron más una burla que un alago. Apoyé mi mano en el hombro de mi hijo y le sonreí mirándolo a los ojos, esos ojos que siempre se habían compenetrado a la perfección con los míos. - Y eso que no has visto sus fotos de bebé, es una ternura - sonreí desviando la mirada hasta la joven. - Algún día te las mostraré cuando vayas a casa, espero verte por allá pronto - señalé mientras notaba por sobre Cassandra, a sus espaldas, que la cumpleañera ya había llegado y se encontraba junto a la mesa principal. - Ha llegado la cumpleañera, será mejor que vaya a saludar, si me disculpan... - asentí y me separé de los niños rumbo a la mesa donde la Sra. Molly, Ron, Roxanne y Hermione se encontraban. Ésta última curiosamente había posado su mirada en mi, sonreí.
- Para mi cumpleaños, el papel que envolvía el regalo tenía pegamento, y no pude quitármelo en toda la noche - sonreí abrazando a Roxanne y trayéndola con fuerza. Era una diablilla tal como su padre y su tío. - Felicidades, cada día más viejos - reí alzando mis brazos y rodeando a Hermione, presionándola con fuerza y calidez contra mi pecho. - Ayúdame... - susurré en un tono casi inaudible y pestañeé con brusquedad ante mis palabras. Me aparté de Mione y la observé unos segundos algo perplejo. ¿De dónde había salido eso? Aquellas palabras salieron de mi boca por inercia y ni siquiera comprendía el significado de éstas mismas. - Ayúdame a conservarme tan bien como tu, no sé como lo haces - negué con la cabeza divertido y mi amplia sonrisa se posó en el acompañante de mi amiga; mi cuñado, mi amigos, mi hermano, Ron Weasley. No obstante el frío en su mirada me recordó nuestras últimas discuciones, discuciones sin sentido pero que de una u otra forma había deteriorado la relación. - Ron... - saludé e hice un amago por abrazarlo dando un paso, pero me detuve como si una fuerza me impidiera acercarme a mi amigo. Estiré mi mano, simplemente estiré mi mano para estrechar la de mi amigo, una muestra de la distancias que habíamos puesto ambos éste último tiempo. Un silencio incomodo se hizo presente hasta que una vocesilla, que logró sacar una sonrisa por inercia de mis labios, se hizo presente. Era Luna. Detrás de ella también se aproximaba una de las hijas de Neville. La fiesta ya estaba casi completa, Molly comenzó a hacer sonar una hoya con una cuchara o con un platillo, o quizás qué cosa. El punto es que un pitido en mi oído me dejó sordo unos instantes, pero no lo suficientemente sordo como para no escuchar sus palabras. - ¡LA COMIDA SE SERVIRÁ PRONTO, VENGAN A LA MESA, NIÑOS! - exclamó la señora Weasley anunciando a su manera la hora de la comida. Ya casi toda la familia estaba presente, al menos todos los adultos y varios niños, solo faltaban unos pocos para que llegaran.
Harry Potter- Líder de los Aurores
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
Para ser sinceros, había sido más fácil de lo que llegó a pensar; en sí la joyería era muggle, pero el dueño al parecer no. Ronald tenía años conociendo objetos extraños, tanto mágicos cómo no, además, no olvidaría su tercer año en Hogwarts cuando Harry y Hermione desaparecieron de la enfermería en un santiamén, aunque le habían explicado aquel hecho mucho después. Sí, era fácil reconocer un giratiempo a la edad de 42 años y con las experiencias que el trío había juntado. Ya dentro de la ducha, el pelirrojo fue comentándole cómo había encontrado aquella reliquia con tanta casualidad, recargada y a simple vista en la vidriera de la joyería. Salió del baño envuelto en una toalla y, una vez listo con pantalones de jean informales - Ron jamás dejaría de ser sencillo - pero oscuros para que complementaran mejor con Hermione, y una camisa a rayas verticales de color marrón, y de elogiar a su esposa por el precioso conjunto que llevaba, ambos se aparecieron en La Madriguera completamente preparados para el evento.
Una amplia sonrisa se dibujó en sus labios al inspirar el aroma familiar de su antiguo y eterno hogar, césped húmedo, animales en el corral, el exquisito olor de comida que su madre preparaba: ninguna sensación se confundía con aquella. Su madre se acercó a la anfitriona y, tras saludarla efusiva y afectuosamente, llamó a su padre para que trajera el obsequio. Ronald frunció el ceño cuando, mientras Mione habría el regalo, Molly Weasley le susurraba al oído que estaba muy delgado y que el regalo que le habían hecho a la castaña quizás cambiara eso. Sonrió cómplice a su mujer preferida cuando ambos vieron el suéter con su inicial, ¡qué extraño! Dejó un beso en su frente tras su comentario y se rió, afirmándolo; ahora que lo había dicho no podría echarse atrás, extrañaba esos panqueques calientes de cuando era un adolescente.
Ronald cruzó miradas con Harry quien estaba hablando con Albus y una muchacha rubia que se le hacía horriblemente familiar. Oh sí, debía conocerla, era ver la viva imagen de alguien, pero no veía quién. - Es excelente, madre. A ninguno de nosotros se nos hubiese ocurrido comprar champaña - comentó resuelto, con una sonrisa sincera y sin malas intenciones. Su mejor amigo había sido muy inteligente en tener esa idea, los Weasley no tenían ideas como esas en la mente nunca. De la mano de Mione, caminaron por el jardín en dirección a la gran mesa que había decorada allí, estaban llegando los demás y algunos se aproximaban desde el dentro de la casa. También notó la ausencia de sus hijos allí, frunciendo el ceño se preguntó por qué tardaban - los regañaría luego por hacer preocupar a su madre -, pero para tranquilizarla estaba él. - Tranquila amor, deben estar esperando a alguno de los otros chicos, quizás McGonagall esté dándoles alguna perorata para desearte una "alegre festividad" a ti, ya sabes cómo es - le dijo mientras apretaba ligeramente su mano, con la intención de aliviar su posible drama.
El timbre de voz de Roxanne se escuchó tras sus espaldas, y ambos se giraron. Ronald soltó la mano de su esposa para que su sobrina pudiese saludarla cuánto y cómo quisiera. Sonrió, la pequeña castaña estaba tan mal de la cabeza como su hermano George. Observó los obsequios y aplaudió cortamente, elevando la comisura derecha de sus labios. - Te pasaste, Roxy - murmuró contento, todo porque la felicidad de Mione se le contagiaba. Harry se acercó a ellos en ese momento, y Ron frunció los labios hacia adelante intentando una sonrisa extraña. Ya, no iba a negar que se ponía feliz de sólo ver a su mejor amigo abrazando a su esposa, ellos seguían siendo lo mismo que dos décadas atrás, bueno, no en el último tiempo. Hizo una cabeceada mientras el antes llamado niño que sobrevivió se acercaba a él. Imposible había sido no notar el amago del abrazo, porque él mismo había participado. Se encontró con los hombros inclinados hacia adelante y un brazo apenas fuera de su lugar; tragó saliva, odiaba esa situación pero no daría paso a torcer. La mirada celeste de Ronald se tornó ligeramente diferente, ruda hacia con él. Estrechó la mano que él le tendía, con una sonrisa torcida poco sincera. Esa situación pareció prolongarse, y el silencio de la misma fue estúpido. Odiaba aquello, odiaba no poder, ni siquiera, ofenderse como un crío como cuando estaban en Hogwarts. El pelirrojo estaba seguro de lo que creía, hasta había notado que Hermione lo había observado diferente en un momento.
Luna y Alice, hija de su querido amigo Neville llegaron, sonrió a ambas con notoria felicidad, hacía tiempo no veía a su amiga Lunática, ya se dedicaría a hablar con ella durante la fiesta. Al igual que con la rubia enana, quería saber cómo andaban las cosas con Nev y Hannah. La voz comandante de su madre se oyó y el hombre pelirrojo más joven de la anterior generación de Weasley llevó a su esposa aún de la mano a sentarse en el centro de uno de los flancos de la mesa. Él, como era debido, fielmente a su lado, y Harry del otro, junto al pequeño diablo viviente de su hermana.
Una amplia sonrisa se dibujó en sus labios al inspirar el aroma familiar de su antiguo y eterno hogar, césped húmedo, animales en el corral, el exquisito olor de comida que su madre preparaba: ninguna sensación se confundía con aquella. Su madre se acercó a la anfitriona y, tras saludarla efusiva y afectuosamente, llamó a su padre para que trajera el obsequio. Ronald frunció el ceño cuando, mientras Mione habría el regalo, Molly Weasley le susurraba al oído que estaba muy delgado y que el regalo que le habían hecho a la castaña quizás cambiara eso. Sonrió cómplice a su mujer preferida cuando ambos vieron el suéter con su inicial, ¡qué extraño! Dejó un beso en su frente tras su comentario y se rió, afirmándolo; ahora que lo había dicho no podría echarse atrás, extrañaba esos panqueques calientes de cuando era un adolescente.
Ronald cruzó miradas con Harry quien estaba hablando con Albus y una muchacha rubia que se le hacía horriblemente familiar. Oh sí, debía conocerla, era ver la viva imagen de alguien, pero no veía quién. - Es excelente, madre. A ninguno de nosotros se nos hubiese ocurrido comprar champaña - comentó resuelto, con una sonrisa sincera y sin malas intenciones. Su mejor amigo había sido muy inteligente en tener esa idea, los Weasley no tenían ideas como esas en la mente nunca. De la mano de Mione, caminaron por el jardín en dirección a la gran mesa que había decorada allí, estaban llegando los demás y algunos se aproximaban desde el dentro de la casa. También notó la ausencia de sus hijos allí, frunciendo el ceño se preguntó por qué tardaban - los regañaría luego por hacer preocupar a su madre -, pero para tranquilizarla estaba él. - Tranquila amor, deben estar esperando a alguno de los otros chicos, quizás McGonagall esté dándoles alguna perorata para desearte una "alegre festividad" a ti, ya sabes cómo es - le dijo mientras apretaba ligeramente su mano, con la intención de aliviar su posible drama.
El timbre de voz de Roxanne se escuchó tras sus espaldas, y ambos se giraron. Ronald soltó la mano de su esposa para que su sobrina pudiese saludarla cuánto y cómo quisiera. Sonrió, la pequeña castaña estaba tan mal de la cabeza como su hermano George. Observó los obsequios y aplaudió cortamente, elevando la comisura derecha de sus labios. - Te pasaste, Roxy - murmuró contento, todo porque la felicidad de Mione se le contagiaba. Harry se acercó a ellos en ese momento, y Ron frunció los labios hacia adelante intentando una sonrisa extraña. Ya, no iba a negar que se ponía feliz de sólo ver a su mejor amigo abrazando a su esposa, ellos seguían siendo lo mismo que dos décadas atrás, bueno, no en el último tiempo. Hizo una cabeceada mientras el antes llamado niño que sobrevivió se acercaba a él. Imposible había sido no notar el amago del abrazo, porque él mismo había participado. Se encontró con los hombros inclinados hacia adelante y un brazo apenas fuera de su lugar; tragó saliva, odiaba esa situación pero no daría paso a torcer. La mirada celeste de Ronald se tornó ligeramente diferente, ruda hacia con él. Estrechó la mano que él le tendía, con una sonrisa torcida poco sincera. Esa situación pareció prolongarse, y el silencio de la misma fue estúpido. Odiaba aquello, odiaba no poder, ni siquiera, ofenderse como un crío como cuando estaban en Hogwarts. El pelirrojo estaba seguro de lo que creía, hasta había notado que Hermione lo había observado diferente en un momento.
Luna y Alice, hija de su querido amigo Neville llegaron, sonrió a ambas con notoria felicidad, hacía tiempo no veía a su amiga Lunática, ya se dedicaría a hablar con ella durante la fiesta. Al igual que con la rubia enana, quería saber cómo andaban las cosas con Nev y Hannah. La voz comandante de su madre se oyó y el hombre pelirrojo más joven de la anterior generación de Weasley llevó a su esposa aún de la mano a sentarse en el centro de uno de los flancos de la mesa. Él, como era debido, fielmente a su lado, y Harry del otro, junto al pequeño diablo viviente de su hermana.
Ron B. Weasley- Dueño de Sortilegios Weasley
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
[Hermione, Ron, Harry, Ginny. Como no tenemos a Hugo activo, me he tomado la libertad de "traerlo" a la fiesta, que por lo menos esté por aquí. ]
Llegaba tarde. Ella odiaba llegar tarde, pero había ocasiones en las que no le quedaba más remedio. Tampoco le gustaba escaparse del colegio, pero al igual que con su problema de puntualidad, no había podido evitarlo. Había pasado los últimos tres días en busca del regalo ideal para su madre, que por su cumpleaños se merecía lo mejor. Estaba segura de que le sobrarían regalos, por supuesto. Entre toda la familia y los innumerables amigos que sus padres tenían, no le faltarían obsequios. Sin embargo, ella quería regalarle algo especial. Algo que tuvieran en común, algo que su madre siempre recordase como regalo suyo. Era obvio cuál podía ser el regalo. Páginas encuadernadas, tinta sobre papel. Un libro, obviamente, pero ¿cuál?
Había pasado la última semana prácticamente entre las paredes de la biblioteca de Hogwarts, repasando títulos hasta llegar al punto de que todos los tomos le parecían iguales. A primera hora de esa mañana todavía no se había decidido, y para colmo su hermano Hugo no ayudaba. El tiempo se escapaba con cada pulsación de los relojes, mientras el resto de la familia ya debía estar llegando a la casa. ¡Qué gran desastre! Sn embargo, como si de una aparición se tratase, lo encontró. Sección de ley muggle, cubiera relativamente nueva pero llena de polvo. Tras una hojeada rápida, cogió el volumen y salió de la estancia corriendo. Había oído hablar de ese libro hacía tiempo, pero nunca antes lo había encontrado; se trataba de una recopilación de leyes muggles para la defensa de los ciudadanos, comparadas con las leyes del mundo mágico que se debían mejorar. Sabía del gusto de su madre por la defensa de los seres mágicos, y ese libro podría ayudarla. Tal vez no fuera el regalo más divertido del mundo, pero seguramente las joyas y la ropa le sobrarían. Tras pedirle permiso a la bibliotecaria para llevárselo, explicándole que era un regalo y que nadie lo echaría de menos, corrió en busca de su hermano Hugo. Lo encontró en el gran comedor, buscándola a ella también, y juntos corrieron al despacho de McGonagall, quien les había prometido dejarles usar su chimenea para llegar a La Madriguera.
En una nube de polvos flu desaparecieron del colegio, aterrizando en el destino deseado tras un viaje nada agradable. Rosie odiaba la red flu, pero no le quedaba otro remedio que usarla. Sin desperdiciar un segundo más de su tiempo, salió al jardín en busca de su madre. Tarde no, llegaban tardísimo. Todo el mundo se estaba sentando ya a la mesa, y no le costó distinguir a su madre en la cabecera, junto a su padre y al tío Harry. Con las prisas ni siquiera se había preocupado en arreglarse demasiado, y su atuendo sencillo contrastaba con los vestidos de algunas invitadas, como Victorie, tan radiante como siempre.
Rodeó la mesa saludando con una sonrisa a todo aquel que reparó en su presencia, hasta llegar a su madre. Se agachó tras su asiento, aprovechando que todavía no había reparado en su presencia, para susurrar en su oido - ¡Feliz cumplaños! - Acompañó sus palabras con un beso en la mejilla de su madre, tendiéndole el regalo que había envuelto a toda prisa - Siento llegar tarde - añadió, encogiéndose de hombros a modo de disculpa. Mientras su madre abría el paquete, se acercó a saludar a su padre y a sus tíos Harry y Ginny, sentados carce - ¡Estais guapísimos todos! - añadió, con una sonrisa radiante. A pesar de no haber dormido apenas, su humor era exceltente. Las nubes que cubrían el cielo no empañaban en absoluto la felicidad de estar con toda su familia allí reunida.
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Llegaba tarde. Ella odiaba llegar tarde, pero había ocasiones en las que no le quedaba más remedio. Tampoco le gustaba escaparse del colegio, pero al igual que con su problema de puntualidad, no había podido evitarlo. Había pasado los últimos tres días en busca del regalo ideal para su madre, que por su cumpleaños se merecía lo mejor. Estaba segura de que le sobrarían regalos, por supuesto. Entre toda la familia y los innumerables amigos que sus padres tenían, no le faltarían obsequios. Sin embargo, ella quería regalarle algo especial. Algo que tuvieran en común, algo que su madre siempre recordase como regalo suyo. Era obvio cuál podía ser el regalo. Páginas encuadernadas, tinta sobre papel. Un libro, obviamente, pero ¿cuál?
Había pasado la última semana prácticamente entre las paredes de la biblioteca de Hogwarts, repasando títulos hasta llegar al punto de que todos los tomos le parecían iguales. A primera hora de esa mañana todavía no se había decidido, y para colmo su hermano Hugo no ayudaba. El tiempo se escapaba con cada pulsación de los relojes, mientras el resto de la familia ya debía estar llegando a la casa. ¡Qué gran desastre! Sn embargo, como si de una aparición se tratase, lo encontró. Sección de ley muggle, cubiera relativamente nueva pero llena de polvo. Tras una hojeada rápida, cogió el volumen y salió de la estancia corriendo. Había oído hablar de ese libro hacía tiempo, pero nunca antes lo había encontrado; se trataba de una recopilación de leyes muggles para la defensa de los ciudadanos, comparadas con las leyes del mundo mágico que se debían mejorar. Sabía del gusto de su madre por la defensa de los seres mágicos, y ese libro podría ayudarla. Tal vez no fuera el regalo más divertido del mundo, pero seguramente las joyas y la ropa le sobrarían. Tras pedirle permiso a la bibliotecaria para llevárselo, explicándole que era un regalo y que nadie lo echaría de menos, corrió en busca de su hermano Hugo. Lo encontró en el gran comedor, buscándola a ella también, y juntos corrieron al despacho de McGonagall, quien les había prometido dejarles usar su chimenea para llegar a La Madriguera.
En una nube de polvos flu desaparecieron del colegio, aterrizando en el destino deseado tras un viaje nada agradable. Rosie odiaba la red flu, pero no le quedaba otro remedio que usarla. Sin desperdiciar un segundo más de su tiempo, salió al jardín en busca de su madre. Tarde no, llegaban tardísimo. Todo el mundo se estaba sentando ya a la mesa, y no le costó distinguir a su madre en la cabecera, junto a su padre y al tío Harry. Con las prisas ni siquiera se había preocupado en arreglarse demasiado, y su atuendo sencillo contrastaba con los vestidos de algunas invitadas, como Victorie, tan radiante como siempre.
Rodeó la mesa saludando con una sonrisa a todo aquel que reparó en su presencia, hasta llegar a su madre. Se agachó tras su asiento, aprovechando que todavía no había reparado en su presencia, para susurrar en su oido - ¡Feliz cumplaños! - Acompañó sus palabras con un beso en la mejilla de su madre, tendiéndole el regalo que había envuelto a toda prisa - Siento llegar tarde - añadió, encogiéndose de hombros a modo de disculpa. Mientras su madre abría el paquete, se acercó a saludar a su padre y a sus tíos Harry y Ginny, sentados carce - ¡Estais guapísimos todos! - añadió, con una sonrisa radiante. A pesar de no haber dormido apenas, su humor era exceltente. Las nubes que cubrían el cielo no empañaban en absoluto la felicidad de estar con toda su familia allí reunida.
Rose Weasley*- Mensajes : 6
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
(Ron, Roxie, Harry, Albus, Rosie y se nombran a otros)
De la mano de Ronald camino hacia la mesa. Una sonrisa surcaba los labios de Hermione, aunque no estaba del todo segura que tanta celebracion fuera lo adecuado para los tiempos que se cernian sobre ellos. Miro a su esposo, y luego poso su mirada en una de sus sobrinas: Roxanne. La pequeña la envolvio en un abrazo, el cual fue devuelto con fuerza. Esa niña era una Gryffindor de pies a cabeza, valiente y audaz-. Gracias, Roxanne- le dijo al aceptar aquel regalo de curiosos colores. Sonrio alegremente y comenzo a desenvolverlo, tarea que le ocuparia un par de minutos. Una a una iban apareciendo cajas en su interior, hasta que finalmente llego al original regalo. Sonrio otra vez mas a su sobrina-. Me encanta, me recuerda a Hogwart- comento rememorando su primer beso con Ron, durante la guerra, cuando el se preocupo por el bien de los elfos domesticos.
No paso ni un segundo cuando por fin su mejor amigo se acerco a ella. Hermione elevo una ceja de forma divertida, ya que lo habia visto conversando a unos metros con Albus sin acercarse a ella como correspondia. Los brazos de Harry se elevaron para abrazarla, y al hacerlo un susurro que salio de sus labios como casualidad le encrisparon los cabellos de su nuca-. Muy viejos...- murmuro ante el comentario de su mejor amigo sin ahondar en palabras. No era necesario, a esta altura se podian comunicar sin decir palabra alguna.
Confusion se revolvio en sus ojos ante ello, y no pudo evitar sentir un sentimiento de culpa y desesperacion al notar luego el frio saludo que se daban Harry y Ron, como si nunca hubiesen sido los mejores amigos. En la cabeza de Hermione Weasley todos esos datos comenzarian a dar vueltas para buscar una solucion. Sabia que algo andaba mal, ya que su mente analitica se fijaba en esas pequeñas cosas. Solo que no sabia que era, y eso la traia mal.
La pequeña de Neville y Luna aparecieron. Le sonrio a ambas, pero no se alcanzo a acercar a ellas cuando la mano de su esposo la guiaba hacia la mesa-. ¿De cabecera?... No es necesario, yo puedo ir donde siempre...- comenzo a excusarse para sentarse al otro lado de Ron, como siempre. Pero su suegra se interpuso posando una mano regordeta sobre el hombro de Hermione. Y a Molly Weasley nadie la podia hacer cambiar de opinion, asi que basto una mirada para que la cumpleañera terminara por sentarse donde le habian señalado, tras lo cual su suegra se fue al otro lado de la mesa, admirando con encanto a todos sus hijos y nietos que llenaban el lugar.
- Me preocupa que no llegue, Rose- comento Hermione a su marido haciendo contacto visual con Albus, su sobrino, quien siempre habia sido muy cercano a su hija-. Albus, ¿sabes por que se retrasa Rosie?- le pregunto elevando el tono de voz. No era comun en su hija llegar tarde, menos aun cuando el evento era su cumpleaños. Miro a Harry a su lado y le dio una sonrisa-. ¿Y que es de James, Harry?. De seguro se le olvido la cena familiar- comento emanando un suspiro al pensar en su ahijado. James era una version desordenada de Harry. Aunque eso se podia deber de que a Harry le habia tocado una realidad dura, muchisimo mas dura que a cualquiera de los demas que estaban alrededor de esa mesa. Fue entonces cuando una voz conocida la alarmo. Salto en su puesto ante las palabras de su hija y sonrio-. ¡Por fin llegas, hija!- exclamo recibiendo el regalo y viendo a lo lejos a Hugo quien ya conversaba con sus primos-. Gracias, Rosie- dijo abriendo el regalo de su hija y encontrandose con una edicion de un libro cuya tapa ya le habia llamado enormemente la atencion, pero aun mas lo hacia el ver que tenia el logo de Hogwart en la segunda hoja. Miro a su pequeña y emano un suspiro-. Definitivamente heredaste genes Weasley- agrego con una sonrisa y espero que su pequeña tomara asiento junto a su padre.
Aun faltaban unos cuantos invitados, pero era imposible que con una familia tan grande todos hicieran aparicion a la hora. Su mano tomo sobre la mesa la de Ron, y luego busco la de Harry. Tener a sus dos chicos con ella era un alivio, pues le demostraba cuando habian cruzado para llegar ahi: alrededor de una mesa feliz-. Cuanto me habria gustado haber tenido una fiesta asi al cumplir los dieciocho- comento mirando a Ron y luego a Harry, apretando las manos de ambos. Un suspiro nostalgico escapo de sus labios, observando a todas las personas que ahi habian, esperando que se unieran unas cuantas mas antes de comenzar con el brindis.
Hermione J. Weasley- Puesto en el Ministerio
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Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
[Usé a Fred porque sé que su user es un vago al que no le gustan los post de fiestas y no posteará xD luego hablo con él, y usé a Frank y la abuela Molly por ser cannon sin dueños.
Rosie, Roxie, Alice, Ginny, Lilylú, Harry, Mione, Ron, Fredo, Franky, Molly y Hugo. También se nombra a Cassie y Snivellus]
- ¡Apresurate, Fredo, que ya vamos muy atrasados! - le grité al bobo de Fred Weasley que parecía una tortuga voladora sobre su escoba. - No vayas a tirar el saco, Franky - le inquirí a Frank que iba jugando con la misma, pero por lo menos me seguía a la par, cada uno con su propio saco negro en mano y montado en su escoba. Lastima que no hubiera dado con Roxanne antes para que ella también nos ayudara, pero con los tres merodeadores bastaba y sobraba para darle nuestro regalo al estilo Marauders a la tía Mione. Aquello lo veníamos planeando hacia semanas y el tío George nos había ayudado con productos que nos regaló el mismo de Sortilegios Weasley en agradecimiento por haberle ayudado lo que llevaba de periodo estudiantil, pues en el año escolar es cuando más trabajo tenía. Vieran como los alumnos se tiraban como carroña por conseguir polvos explosivos o fuegos artificiales con figuras. Un saco de éstos mismos era lo que llevaba aferrado a mi mano, con muchos diseños y colores, todos los cuales representaban la festividad que se celebraría hoy; un nuevo cumpleaños de la tía Hermione.
Cuando al horizonte logramos divisar la Madriguera gritamos al compás, cada uno a su manera y estilo. - ¡YAH JU JUUUÚ! - ok, no fue un grito, pero lo estoy practicando aún. El punto es que los tres sobrevolamos la mesa donde ya prácticamente toda la familia estaba sentada y lanzamos los fuegos artificiales sobre la mesa, los cuales comenzaron a explotar a poca distancia de sus cabezas. - ¡YAAAAAAAAAAAAJUUUUUUUUUH! - reí al pasar de largo y volví la vista a la mesa, donde los fuegos artificiales comenzaban a tomar forma antes de explorar; pasteles y frases como "Feliz cumpleaños, tía regañona" o "Feliz cumpleaños tía, Mione" se formaban sobre las cabezas de todos y al explotar luces de todos colores y chispas por todos lados se consumían en el aire antes de llegar a los que estaban sentados. Saqué el último polvo del saco que me quedaba y los soplé en dirección a la mesa. Un enorme dragón tomó forma y recorrió la extensa mesa hasta posarse frente a la tía Mione. La observó unos instantes y abrió la boca como si fuera a comérsela, pero antes de tocarla siquiera la rodeó completamente y explotó logrando que todas chispas volvieran a reunirse en el cielo y dibujaran una gran frase en el cielo nublado que dibujaba: "FELIZ CUADRAGÉSIMO TERCER CUMPLEAÑOS, HERMIONE WEASLEY" . Poco a poco, las chispas comenzaron a caer de forma lenta y perezosa como si de nieve se tratase desfigurando la frase y consumiéndose en el aire.
Yo por mi parte ya estaba devuelta sobrevolando la mesa y chocamos los cinco con Fred y Frank para luego descender junto a los demás. Dejé caer la escoba y corrí hasta donde la tía se encontraba, justo en medio de la mesa, saludando a los que se me cruzaban en el camino. Aunque obviamente me detuve ante Roxie y Alice para darles un buen abrazo y algún que otro beso juguetón. Al llegar con la tía Mione la respiración ya se me entrecortaba. - ¡Felicidades, tía Mione! - una sonrisa de lado a lado se dibujó en mi rostro - espero que le haya gustado su regalo, tendrá uno mejor el próximo año - arqueé una ceja divertido mientras incorporaba mi cuerpo correctamente. Observé a los que estaban al rededor de tía mione y en frente de ellos vi a Albus con... ¡¿CASSANDRA NOTT?! ¿Qué coño hacía Cassandra en ése lugar? No lo negaré, los quedé mirando un buen rato sin comprender por qué mi hermanito había invitado a su amiga a la fiesta. ¿Acaso no sabía que era una fiesta FAMILIAR?. Negué con la cabeza poniéndole mala cara a ambos y preferí omitir comentarios por respeto a la tía Mione y los demás presentes. Por suerte vi a Lilylú y Mamá junto a Harry o me habría dado un colapso nervioso ahí mismo. - ¡Pecosita! - exclamé rodeando a Lilylú por la espalda y llenándola de besos babosos hasta el punto de hostigarla. - ¡Momy! - luego fue el turno de Ginny, como no, ¡si la extrañaba un montón! - Harry... - musité una vez me aparté de mamá a modo de saludo. Lo curioso es que lo vi sonreír mientras lanzaba los fuegos artificiales, o eso me pareció, quizás hoy estaba de mejor humor pues incluso ahora sonrió y me saludó como si no hubiéramos estado discutiendo todas las vacaciones ése verano recién pasado. - ¡Tío Ron! - anuncié ésta vez rodeando a la tía Mione, y junto a él se encontraban Rose y Hugo. - Hola, Rosie ¿dónde escondiste tu libro de pociones que no lo veo? - pregunté arqueando una ceja divertido, me preguntaba cuando duraría sin un libro en mano y cuando vi el regalo de tía Mione rodé los ojos por inercia, como no, un libro. - ¡Hey, granuja! - saludé a Hugo revolviendo sus cabellos divertido. En ése momento la abuela Molly se puso de pie y me apresuré a sentarla nuevamente. - ¡Para donde va, abuelita! - le inquirí apoyando mis manos en sus hombros para que se sentara nuevamente. - Luego del susto que me has hecho pasar he recordado que olvidé el pastel de cumpleaños dentro - respondió algo malhumorada, siempre tan estricta. - ¡No se preocupe! - le grité, siempre era bueno gritar para evitar que no me fuera a escuchar - El tío Ron y yo iremos por ella, ¿cierto, tío? - ladeé mi rostro y le hice un gesto con la cabeza para que me siguiera el juego. - Usted quédese aquí, chu-chu-chú - le dije en un tono empalagoso estirando mis labios mientras la llenaba de besos en las mejillas, las cuales luego presioné con descaro de manera burlona. - Atienda a sus invitados, nosotros nos preocupamos del resto - culminé emprendiendo el viaje en dirección a la Madriguera.
Una vez dentro de ésta esperé a que el tío Ron llegara y saqué de mi túnica una hoja de papel. No teníamos mucho tiempo o podrían sospechar por lo que fui breve. - Aquí está la lista que me pidió, Tío - señalé entregándole al misma a él. En la lista dibujaba todos los alumnos con los que había hablado y reclutado para la Orden del Fénix, tal como el tío me lo había pedido era un secreto y todos eran personas en las que se podía confiar.
Rosie, Roxie, Alice, Ginny, Lilylú, Harry, Mione, Ron, Fredo, Franky, Molly y Hugo. También se nombra a Cassie y Snivellus]
- ¡Apresurate, Fredo, que ya vamos muy atrasados! - le grité al bobo de Fred Weasley que parecía una tortuga voladora sobre su escoba. - No vayas a tirar el saco, Franky - le inquirí a Frank que iba jugando con la misma, pero por lo menos me seguía a la par, cada uno con su propio saco negro en mano y montado en su escoba. Lastima que no hubiera dado con Roxanne antes para que ella también nos ayudara, pero con los tres merodeadores bastaba y sobraba para darle nuestro regalo al estilo Marauders a la tía Mione. Aquello lo veníamos planeando hacia semanas y el tío George nos había ayudado con productos que nos regaló el mismo de Sortilegios Weasley en agradecimiento por haberle ayudado lo que llevaba de periodo estudiantil, pues en el año escolar es cuando más trabajo tenía. Vieran como los alumnos se tiraban como carroña por conseguir polvos explosivos o fuegos artificiales con figuras. Un saco de éstos mismos era lo que llevaba aferrado a mi mano, con muchos diseños y colores, todos los cuales representaban la festividad que se celebraría hoy; un nuevo cumpleaños de la tía Hermione.
Cuando al horizonte logramos divisar la Madriguera gritamos al compás, cada uno a su manera y estilo. - ¡YAH JU JUUUÚ! - ok, no fue un grito, pero lo estoy practicando aún. El punto es que los tres sobrevolamos la mesa donde ya prácticamente toda la familia estaba sentada y lanzamos los fuegos artificiales sobre la mesa, los cuales comenzaron a explotar a poca distancia de sus cabezas. - ¡YAAAAAAAAAAAAJUUUUUUUUUH! - reí al pasar de largo y volví la vista a la mesa, donde los fuegos artificiales comenzaban a tomar forma antes de explorar; pasteles y frases como "Feliz cumpleaños, tía regañona" o "Feliz cumpleaños tía, Mione" se formaban sobre las cabezas de todos y al explotar luces de todos colores y chispas por todos lados se consumían en el aire antes de llegar a los que estaban sentados. Saqué el último polvo del saco que me quedaba y los soplé en dirección a la mesa. Un enorme dragón tomó forma y recorrió la extensa mesa hasta posarse frente a la tía Mione. La observó unos instantes y abrió la boca como si fuera a comérsela, pero antes de tocarla siquiera la rodeó completamente y explotó logrando que todas chispas volvieran a reunirse en el cielo y dibujaran una gran frase en el cielo nublado que dibujaba: "FELIZ CUADRAGÉSIMO TERCER CUMPLEAÑOS, HERMIONE WEASLEY" . Poco a poco, las chispas comenzaron a caer de forma lenta y perezosa como si de nieve se tratase desfigurando la frase y consumiéndose en el aire.
Yo por mi parte ya estaba devuelta sobrevolando la mesa y chocamos los cinco con Fred y Frank para luego descender junto a los demás. Dejé caer la escoba y corrí hasta donde la tía se encontraba, justo en medio de la mesa, saludando a los que se me cruzaban en el camino. Aunque obviamente me detuve ante Roxie y Alice para darles un buen abrazo y algún que otro beso juguetón. Al llegar con la tía Mione la respiración ya se me entrecortaba. - ¡Felicidades, tía Mione! - una sonrisa de lado a lado se dibujó en mi rostro - espero que le haya gustado su regalo, tendrá uno mejor el próximo año - arqueé una ceja divertido mientras incorporaba mi cuerpo correctamente. Observé a los que estaban al rededor de tía mione y en frente de ellos vi a Albus con... ¡¿CASSANDRA NOTT?! ¿Qué coño hacía Cassandra en ése lugar? No lo negaré, los quedé mirando un buen rato sin comprender por qué mi hermanito había invitado a su amiga a la fiesta. ¿Acaso no sabía que era una fiesta FAMILIAR?. Negué con la cabeza poniéndole mala cara a ambos y preferí omitir comentarios por respeto a la tía Mione y los demás presentes. Por suerte vi a Lilylú y Mamá junto a Harry o me habría dado un colapso nervioso ahí mismo. - ¡Pecosita! - exclamé rodeando a Lilylú por la espalda y llenándola de besos babosos hasta el punto de hostigarla. - ¡Momy! - luego fue el turno de Ginny, como no, ¡si la extrañaba un montón! - Harry... - musité una vez me aparté de mamá a modo de saludo. Lo curioso es que lo vi sonreír mientras lanzaba los fuegos artificiales, o eso me pareció, quizás hoy estaba de mejor humor pues incluso ahora sonrió y me saludó como si no hubiéramos estado discutiendo todas las vacaciones ése verano recién pasado. - ¡Tío Ron! - anuncié ésta vez rodeando a la tía Mione, y junto a él se encontraban Rose y Hugo. - Hola, Rosie ¿dónde escondiste tu libro de pociones que no lo veo? - pregunté arqueando una ceja divertido, me preguntaba cuando duraría sin un libro en mano y cuando vi el regalo de tía Mione rodé los ojos por inercia, como no, un libro. - ¡Hey, granuja! - saludé a Hugo revolviendo sus cabellos divertido. En ése momento la abuela Molly se puso de pie y me apresuré a sentarla nuevamente. - ¡Para donde va, abuelita! - le inquirí apoyando mis manos en sus hombros para que se sentara nuevamente. - Luego del susto que me has hecho pasar he recordado que olvidé el pastel de cumpleaños dentro - respondió algo malhumorada, siempre tan estricta. - ¡No se preocupe! - le grité, siempre era bueno gritar para evitar que no me fuera a escuchar - El tío Ron y yo iremos por ella, ¿cierto, tío? - ladeé mi rostro y le hice un gesto con la cabeza para que me siguiera el juego. - Usted quédese aquí, chu-chu-chú - le dije en un tono empalagoso estirando mis labios mientras la llenaba de besos en las mejillas, las cuales luego presioné con descaro de manera burlona. - Atienda a sus invitados, nosotros nos preocupamos del resto - culminé emprendiendo el viaje en dirección a la Madriguera.
Una vez dentro de ésta esperé a que el tío Ron llegara y saqué de mi túnica una hoja de papel. No teníamos mucho tiempo o podrían sospechar por lo que fui breve. - Aquí está la lista que me pidió, Tío - señalé entregándole al misma a él. En la lista dibujaba todos los alumnos con los que había hablado y reclutado para la Orden del Fénix, tal como el tío me lo había pedido era un secreto y todos eran personas en las que se podía confiar.
Lista:
Rose Weasley
Roxanne Weasley
Sarah Doyle
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James S. PotterGRYFFINDOR - Mensajes : 918
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Fecha de inscripción : 16/03/2011
Localización : En Sortilegios Weasley.
Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
Se me habían sonrojado hasta las orejas por el comentario de Cassandra y estuve a punto de gruñir un ligero "Yo no cargo tus cosas así" pero entonces mi papá la interrumpió y al parecer él comprendía que no era del todo cierto lo que Cassandra decía y lo había tomado a una broma de estudiantes jovenzuelos como eramos nosotros, seguramente alguna vez también mi mamá lo había avergonzado frente a los abuelos.
Sujeté la mano de Cass cuando mi papá se despidió disculpándose y lo ví alejarse. - Sabes que eso te va a costar caro, verdad "Amorcito"? - bufé y le saqué a lengua ahora se había sacado un pase gratis a mi casa y lo había ganado ella solita con sus propios méritos. - Me pregunto como te vas a safar de una ttuosa visita en mi casa, en donde mi madre te va a analizar bajo lupa - Sonreí divertido alzando ambas cejas rítmicamente, estaba seguro de que la rubia no era del tipo de chicas que se mostraban alegres de conocer a los padres de sus novios, sobretodo cuando era un novio de mentiras. Solté una risita.
La acerqué más a mí y besé su mejilla cuando mi padre se acercó a la tía del cumpleaños a quien miré con bastante pereza y nisiquiera me acerqué a saludar. - Gracias por acompañarme, Cass. No soporto que todo el mundo le lama las botas a mi herm...- en ese momento mis palabras se vieron interrumpidas por una lluvia de fuegos artificiales de todos los colores en donde James era el cabecilla que las manipulaba. Decenas de formas de decir feliz cumpleaños. Solté un bufido fastidiado. Negué con la cabeza y apreté la mano de Cassandra mientras el momento "Mágico" se desataba y todo el mundo miraba el cielo. Como lo odiaba.
Las luces cesaron y la gente miró a mi hermanito que se acercaba a saludar a todos. Hubo un largo momento en el que se nos quedó mirando a Cassandra y a mí, casi se le derrama la baba de la bocota que casi se le salía de lugar por vernos ahí, juntos en la fiesta de la familia. Pasé uno de mis brazos por el hombro de Cass y la acerqué a mí como si no me hubiera fijado que mi hermano nos miraba desde la distancia. Acerqué mi nariz a su mejilla y le sonreí dándole a entender que me mirara y luego solté una risita cuando ella volteó y mordí juguetonamente su nariz. De reojo pude ver como James aún nos veía y luego se iba con no se quién a seguir saludando La estrellita de la familia estaba haciendo acto de presencia y ahora todos estaban felices. - No puedes imaginarte como me siento cada ve que hace cosas como esa - seguía sonriéndole por si alguien nos miraba pero mi mirada me delataba, me sentía humillado cada vez que el hijo mayor refulgía como brillante estrella. Apreté a Cassandra más y uní mi otro brazo al rededor de su espalda con intensidad, cerré los ojos e intenté no darme cuanta de todo lo que pasaba a metros de donde nos encontrabamos, no quería estar ahí, quería irme antes de que todo esto siguiera atormentándome . - Odio las fiestas de mi familia - a la única persona que amaba fuera de mi madre, era al abuelo Arthu, él no me miraba como un bicho raro, fuera de él, todos me veían como si fuera adoptado, y tal vez si lo fuera, hubiese sido más feliz de saber que nada más que un trámite burocrático me ataba a esa familia. - Ya me quiero ir - me reí, puesto que acababamos de llegar y aún debía de acercarme, diplomáticamente a felicitar a la tía - No le traje nada- me encogí de brazos y me separé un poco de Cassandra mientras torcía el ceño. La verdad no me importaba no haberle llevado nada, ni siquiera quería acercarme y aunque le hubiera llevado un anillo de diamantes, nada podría acercársele al espectáculo de pirotecnia que James había montado.
Albus S. PotterSLYTHERIN - Mensajes : 608
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Fecha de inscripción : 23/03/2011
Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
(Albus, James, Hermione Weasley, Harry Potter y la Abuela Molly)
El Señor Potter me parecio una persona muy amable. A pesar de que su nombre me intimidaba un poco, despues de todo era un heroe para la comunidad, su hablar sencillo hizo que de inmediato lo sintiera como el padre de un amigo, nada mas. Al compartir esas frases con el pense en lo que James me habia dicho, eso acerca de cuanto habia cambiado. Yo no sabia como era antes, pero al menos a mi me parecia un hombre sencillo y sincero. Aunque las apariencias siempre podian engañar. Me rei cuando dijo que me mostraria fotos de Albus de bebe. Me imagine un pequeño de cabello negro desordenado y ojos verdes. Le sonrei al despedirse, y lo vi alejarse rumbo a quien reconoci, por las fotos de los periodicos, como Hermione Weasley "la bruja mas inteligente" de su epoca.
Mire a Albus y le saque la lengua de vuelta, sin soltar su mano-. ¿Acaso no te he dicho que los padres siempre me adoran?- le pregunte burlonamente. Claro que nunca habia sido presentada como nuera a nadie, y no me imaginaba como debia actuar en tal caso. Pero siempre preferia mostrarme como era, asi me evitaba todo tipo de problemas. Albus, mas mimoso que de costumbre, beso mi mejilla y yo solo sonrei. Se notaba muy agradecido con mi presencia. Mi mirada se poso en sus ojos en el momento que unos gritos nos distrajeron. Mire hacia el cielo y vi a James Potter aparecer. Su espectaculo de fuegos me robo una sonrisa, a la vez que mis ojos eran iluminados por los colores de los fuegos artificiales. James siempre sabia como hacer sus entradas, unas de ellas inolvidables, como la que ahora veia dibujarse en el cielo con explosiones de variados colores. Bajo de la escoba y corrio hacia la cumpleañera. Era en ese momento que me daba cuenta de la diferencia de mi familia con la de Albus. Aquel cariño entre todos. La mesa grande. Los abrazos de dicha. Mi mano apreto la de Albus percibiendo un suave color en mis mejillas. ¿Eso era una verdadera familia, no?.
Mire a Albus y le saque la lengua de vuelta, sin soltar su mano-. ¿Acaso no te he dicho que los padres siempre me adoran?- le pregunte burlonamente. Claro que nunca habia sido presentada como nuera a nadie, y no me imaginaba como debia actuar en tal caso. Pero siempre preferia mostrarme como era, asi me evitaba todo tipo de problemas. Albus, mas mimoso que de costumbre, beso mi mejilla y yo solo sonrei. Se notaba muy agradecido con mi presencia. Mi mirada se poso en sus ojos en el momento que unos gritos nos distrajeron. Mire hacia el cielo y vi a James Potter aparecer. Su espectaculo de fuegos me robo una sonrisa, a la vez que mis ojos eran iluminados por los colores de los fuegos artificiales. James siempre sabia como hacer sus entradas, unas de ellas inolvidables, como la que ahora veia dibujarse en el cielo con explosiones de variados colores. Bajo de la escoba y corrio hacia la cumpleañera. Era en ese momento que me daba cuenta de la diferencia de mi familia con la de Albus. Aquel cariño entre todos. La mesa grande. Los abrazos de dicha. Mi mano apreto la de Albus percibiendo un suave color en mis mejillas. ¿Eso era una verdadera familia, no?.
James se incorporo y su mirada se fijo en la mia. Por un instante quise soltar la mano de Albus, sintiendo verguenza de que me viera asi, pero no lo hice. El gesto de James fue de hastio absoluto y yo mire entonces a Albus cuando me abrazo, acercando su nariz a mi mejilla. Mordio la punta de la mia y yo le sonrei, sintiendome nuevamente comoda bajo el alero de su brazo. Abrazados Albus me decia cuanto no le gustaba estar ahi. Y aunque yo siempre lo habia acompañado en esos pensamientos, ahora no comprendia porque no le gustaba estar ahi... cuando su familia se veia tan genial. Arrugue un poco el ceño y acaricie su mejilla con uno de mis dedos-. Yo si le traje algo. Digamos que es de parte de los dos- le comente sacando un paquete de mi cartera. El regalo lo habia comprado Lilliam y me lo habia enviado por lechuza-. Pero vamos a saludar. Mi madre siempre dice que esa es la primera norma de buena educacion- dije con burla, imitando la voz de mi madre. En general nunca le hacia caso, pero por extraño que pudiera sonar queria demostrar en ese lugar que no era una Slytherin comun y corriente. Si James habia sido capaz de notarlo, de seguro los otros presentes tambien lo podrian notar.
Asi es como de la mano de Albus, y practicamente jalandolo conmigo, me acerque a la cumpleañera quien conversaba con el Señor Potter. El Señor Weasley se habia puesto en ese intertanto de pie y se alejaba con James rumbo al interior de la casa-. Señora Weasley, feliz cumpleaños. Soy Cassandra Nott- señale pasandole el paquete que contenia un fino perfume frances. Sonrei y mire a Albus, quien seguia sujetando mi mano-. Soy la novia de Albus- aclare ante la mirada de duda de todos los presentes, acercando mi cuerpo al de Albus y soltando su mano para abrazarlo por la espalda, en su cintura-. Espero que le guste- agregue con mis mejillas algo arreboladas y sintiendome intimidada por las miradas que me fueron dirigidas. Entonces la señora mayor del lugar - por lo que supuse que era la abuela de toda la tropa pelirroja- se acerco a mi y me abrazo de forma tan familiar que casi hace que mis ojos salgan de su orbita-. ¡La novia de Albus! Ya era tiempo que este chico trajera una novia, a ver si asi se le pasa lo malgenio- dijo sonriendo y apretando la mejilla de Albus, lo que me robo una risa-. Vengan, vengan, tomen asiento-nos dijo señalandonos dos sillas. Yo quede sentada junto a uno de los Weasley mas pequeños, quien se llamaba Hugo si no me equivocaba, y Albus se sento a mi lado-. Coman, coman, por favor, que ya viene la torta- nos explico alejandose un poco y gritando-. ¡Ron, James, la torta!- con un tono alto que me hizo reir.
Y ahi estaba Cassandra Nott, entre risas y abrazos de una familia que jamas imagino conocer en un evento tan especial. Mire aun con la risa escapando de mis labios a Albus y apoye mi rostro en su hombro para luego besar su mejilla-. Ves, no seas malgenio- le dije repitiendo las palabras de su abuelo-. Yo sere tu alegria, Albus, ya veras- señale apretando su mejilla tal como habia hecho la Abuela Weasley y observando luego la comida que habia en mi plato. Olia delicioso.
Cassandra NottSLYTHERIN - Mensajes : 703
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Localización : En un lugar que nunca adivinarás
Re: Happy Birthday, Mione! [Familia Weasley's y Amigos]
{Se nombra y se interactua con: Hermione; Rosie; Hugo; James; Fred; Cassandra; Fred; Albus}
Su madre hizo que cambiaran de lugares, y en vez de sentarse en un lado como sabía que Hermione prefería para no llamar tanto la atención, Molly Weasley hizo que la cumpleañera se sentara en la cabecera de la mesa; Ron no hizo más que sonreírle, después de todo aquella era SU fiesta, y nadie podría quitarle esa alegría. Que la disfrutara, que se sintiera realmente importante ese día más que otros porque era su día particular, sólo una vez al año uno cumplía años, y él se había jurado hacía años ya que trataría de hacer de la vida de su esposa una vida feliz y tranquila, llena de diversiones, incluso los 18 de septiembre, quizás más que otros días. Una vez ubicados, el pelirrojo tomó la mano de su esposa y le reiteró que se tranquilizara, de no llegar en unos minutos le mandarían un patronus para ver qué sucedía, pero no hizo falta porque poco después de que Herms preguntara por James a Harry, sus hijos aparecieron en el jardín y, como notó en su esencia la clandestinidad, Ron permaneció callado y no la miró más que para dedicarle una sonrisa cómplice, esperando porque sorprendiera a su madre.
Sonrió radiante a su hija ante la conversación con su madre - Espero que para mi próximo cumpleaños también me den muchos obsequios, pero nada de libro, por favor... - habló en general, extendiendo apenas los brazos para que su hija fuera donde él a abrazarlo. Sabía que Rose ya estaba grande, que era una mujer y todas esas bobadas, pero siempre sería su pequeña, su Rosie. Saludó a Hugo, con esos típicos comentarios suyos acompañados de un "campeón" o un "tigre", típicos hacia su hijo querido. Observó a Mione, que hablaba sobre sus años anteriores, cuando todo lo que surgía en sus mentes era derrotar a Voldemort y apaciguar el mundo mágico. Apretó la mano de su esposa, sonriendo levemente de lado, no habrían tenido fiestas, habían reiterado su séptimo año junto a Ginny, pero había situaciones que jamás, nada en la vida, podría equipararlas. Acarició su mano, levemente.
El espectáculo de su sobrino no le sorprendió en lo absoluto; James siempre encontraba una forma de llamar la atención, de hacer algo lindo por los demás sin dejar de darle su toque especial, como ese "tía regañona" que tanta risa le había dado en el momento, era divertido hacer rabiar a Herms con todas esas cosas a veces, porque no era el único sobrino suyo que la apodaba así, Molly, Roxy, y hasta Louis a veces. Su ahijado era el mejor, definitivamente. El dragón que volaba místicamente sobre la mesa era fascinante. Fred también hacía piruetas por allí y lanzaba los fuegos artificiales increíbles; cosas como esas le hacían recordar tanto a sus gemelos. Ronald estaba seguro de que si Fred estuviese allí aún, no serían el hijo de Harry y el de George quien haría de entretenimiento, sino esos dos grandulones. Una sonrisa nostálgica se cruzó en sus labios al ver a Fred volando, notándolo tan parecido a su tío en gestos y en físico.
- ¡Eres excelente, ahijado! - exclamó cuando James se acercó para saludar. Palmeó su espalda con sus manos rojas, apenas grandes por haber aplaudido y vitoreado tanto en el show anterior. Prestó atención al acto de James con respecto a su madre, sabía que esa reunión era clave para la Orden pero su ahijado tenía bien en claro lo que le había pedido y la necesidad de ocultar lo mismo. Frunció los labios en una sonrisa torcida ante el comentario de su madre, pobre mujer. Ella ya estaba grande para todas esas cosas, pero aún así sabía que tanto ella como su padre habían quedado fascinados. Se puso de pie con tranquilidad, asintiendo con una sonrisa caritativa en el rostro. - Claro madre, no te preocupes por nada. Ya bastante has hecho.. - dijo acercándose a ella, sonriéndole ampliamente a su madre mientras posaba una mano sobre su hombro por unos segundos como agradecimiento. Jamás había sido cariñoso con su madre, es más, detestaba todo tipo de afecto de su parte, y si bien eso había cambiado en los últimos largos años, tampoco cambiaría por completo su personalidad. Se dirigió con James hacia el interior de La Madriguera, unos pasos más atrás de él.
Le siguió los pasos rápidamente una vez dentro de la casa, conversando lejos de todo tipo de puertas o ventanas, algo complicado porque su hogar de la infancia y adolescencia tenía demasiadas aberturas del estilo. Hizo una leída rápida al pergamino, desconociendo cinco de los nombres, enorgulleciéndose de tres de ellos, conociendo una de esas personas, y sorprendiéndose - más bien horrorizándose de una de ellas. - ¿Nott? - preguntó, ignorando que esa misma Cassandra que allí aparecía era la pareja que Albus llevaba en la fiesta. - En fin, gracias James, siempre puedo contar contigo - agradeció a su ahijado, guardando la hoja en el bolsillo de sus pantalones, doblada en un cuadrado medio. Ya la uniría luego a sus planes, ya los conocería. - Te hablaré de las reuniones de la Orden uno de estos días, primero hablaré con McGonagall.. - avisó, él se merecía estar informado del asunto. - Y otra cosa, sigue hablando de la orden cuanto puedas, ya sabes, de los primos que estén en séptimo, de los amigos de la familia... mantenme informado y de nuevo, gracias ahijado - le sonrió radiante, mientras más fueran más posibilidades tenían, ellos podrían luchar como ellos lo habían hecho cuando adolescentes. Se venía una grande, Ronald lo presentía.
Tomó la torta entre sus manos - enorme y al estilo Molly Weasley, no hace falta ni decirlo - entre sus manos, apretando sus dedos a la bandeja, justo en que su madre gritaba desde el jardín. - Ya, ya, aquí viene la torta - exclamó junto a su sobrino en el umbral de la puerta, caminando hasta la mesa ubicada en el jardín de los Weasley. Ron dejó el pastel frente a Mione y dejó un beso en sus labios, corto pero dulce, rogando porque las mujeres de la familia - ¿y por qué no los hombres? - comenzaran con sus vitoreos y exclamaciones enternecidas.
Su madre hizo que cambiaran de lugares, y en vez de sentarse en un lado como sabía que Hermione prefería para no llamar tanto la atención, Molly Weasley hizo que la cumpleañera se sentara en la cabecera de la mesa; Ron no hizo más que sonreírle, después de todo aquella era SU fiesta, y nadie podría quitarle esa alegría. Que la disfrutara, que se sintiera realmente importante ese día más que otros porque era su día particular, sólo una vez al año uno cumplía años, y él se había jurado hacía años ya que trataría de hacer de la vida de su esposa una vida feliz y tranquila, llena de diversiones, incluso los 18 de septiembre, quizás más que otros días. Una vez ubicados, el pelirrojo tomó la mano de su esposa y le reiteró que se tranquilizara, de no llegar en unos minutos le mandarían un patronus para ver qué sucedía, pero no hizo falta porque poco después de que Herms preguntara por James a Harry, sus hijos aparecieron en el jardín y, como notó en su esencia la clandestinidad, Ron permaneció callado y no la miró más que para dedicarle una sonrisa cómplice, esperando porque sorprendiera a su madre.
Sonrió radiante a su hija ante la conversación con su madre - Espero que para mi próximo cumpleaños también me den muchos obsequios, pero nada de libro, por favor... - habló en general, extendiendo apenas los brazos para que su hija fuera donde él a abrazarlo. Sabía que Rose ya estaba grande, que era una mujer y todas esas bobadas, pero siempre sería su pequeña, su Rosie. Saludó a Hugo, con esos típicos comentarios suyos acompañados de un "campeón" o un "tigre", típicos hacia su hijo querido. Observó a Mione, que hablaba sobre sus años anteriores, cuando todo lo que surgía en sus mentes era derrotar a Voldemort y apaciguar el mundo mágico. Apretó la mano de su esposa, sonriendo levemente de lado, no habrían tenido fiestas, habían reiterado su séptimo año junto a Ginny, pero había situaciones que jamás, nada en la vida, podría equipararlas. Acarició su mano, levemente.
El espectáculo de su sobrino no le sorprendió en lo absoluto; James siempre encontraba una forma de llamar la atención, de hacer algo lindo por los demás sin dejar de darle su toque especial, como ese "tía regañona" que tanta risa le había dado en el momento, era divertido hacer rabiar a Herms con todas esas cosas a veces, porque no era el único sobrino suyo que la apodaba así, Molly, Roxy, y hasta Louis a veces. Su ahijado era el mejor, definitivamente. El dragón que volaba místicamente sobre la mesa era fascinante. Fred también hacía piruetas por allí y lanzaba los fuegos artificiales increíbles; cosas como esas le hacían recordar tanto a sus gemelos. Ronald estaba seguro de que si Fred estuviese allí aún, no serían el hijo de Harry y el de George quien haría de entretenimiento, sino esos dos grandulones. Una sonrisa nostálgica se cruzó en sus labios al ver a Fred volando, notándolo tan parecido a su tío en gestos y en físico.
- ¡Eres excelente, ahijado! - exclamó cuando James se acercó para saludar. Palmeó su espalda con sus manos rojas, apenas grandes por haber aplaudido y vitoreado tanto en el show anterior. Prestó atención al acto de James con respecto a su madre, sabía que esa reunión era clave para la Orden pero su ahijado tenía bien en claro lo que le había pedido y la necesidad de ocultar lo mismo. Frunció los labios en una sonrisa torcida ante el comentario de su madre, pobre mujer. Ella ya estaba grande para todas esas cosas, pero aún así sabía que tanto ella como su padre habían quedado fascinados. Se puso de pie con tranquilidad, asintiendo con una sonrisa caritativa en el rostro. - Claro madre, no te preocupes por nada. Ya bastante has hecho.. - dijo acercándose a ella, sonriéndole ampliamente a su madre mientras posaba una mano sobre su hombro por unos segundos como agradecimiento. Jamás había sido cariñoso con su madre, es más, detestaba todo tipo de afecto de su parte, y si bien eso había cambiado en los últimos largos años, tampoco cambiaría por completo su personalidad. Se dirigió con James hacia el interior de La Madriguera, unos pasos más atrás de él.
Le siguió los pasos rápidamente una vez dentro de la casa, conversando lejos de todo tipo de puertas o ventanas, algo complicado porque su hogar de la infancia y adolescencia tenía demasiadas aberturas del estilo. Hizo una leída rápida al pergamino, desconociendo cinco de los nombres, enorgulleciéndose de tres de ellos, conociendo una de esas personas, y sorprendiéndose - más bien horrorizándose de una de ellas. - ¿Nott? - preguntó, ignorando que esa misma Cassandra que allí aparecía era la pareja que Albus llevaba en la fiesta. - En fin, gracias James, siempre puedo contar contigo - agradeció a su ahijado, guardando la hoja en el bolsillo de sus pantalones, doblada en un cuadrado medio. Ya la uniría luego a sus planes, ya los conocería. - Te hablaré de las reuniones de la Orden uno de estos días, primero hablaré con McGonagall.. - avisó, él se merecía estar informado del asunto. - Y otra cosa, sigue hablando de la orden cuanto puedas, ya sabes, de los primos que estén en séptimo, de los amigos de la familia... mantenme informado y de nuevo, gracias ahijado - le sonrió radiante, mientras más fueran más posibilidades tenían, ellos podrían luchar como ellos lo habían hecho cuando adolescentes. Se venía una grande, Ronald lo presentía.
Tomó la torta entre sus manos - enorme y al estilo Molly Weasley, no hace falta ni decirlo - entre sus manos, apretando sus dedos a la bandeja, justo en que su madre gritaba desde el jardín. - Ya, ya, aquí viene la torta - exclamó junto a su sobrino en el umbral de la puerta, caminando hasta la mesa ubicada en el jardín de los Weasley. Ron dejó el pastel frente a Mione y dejó un beso en sus labios, corto pero dulce, rogando porque las mujeres de la familia - ¿y por qué no los hombres? - comenzaran con sus vitoreos y exclamaciones enternecidas.
Ron B. Weasley- Dueño de Sortilegios Weasley
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