Long time no see ya.. { Cassandra }

Primera semana de Septiembre / Medio dia

Llevaba dos dias en el colegio y las clases ya me habian agotado. Los profesores se mostraban algo histericos por tener mas alumnos que atender, y muchos de ellos incluso se mostraban algo desorientados, pues eran conscientes que Hogwart parecia ser el proximo objetivo de los ataques neo mortifagos que estaban surgiendo. A mi todo eso ma traia algo alterada, con una intuicion que no aseguraba nada bueno expeliendo un aroma negro en mi nariz. Las pesadillas se habian hecho mas potentes y profundas en los ultimos meses, y ya era comun tener una cada noche, como si el destino me estuviese anunciando algo que no queria saber; pero que de todas maneras me lo iba hacer entender a puntas de jugar con mi subconsciente.
Aquel dia la clase de Encantamiento estuvo rodeado de ese ambiente tenso. Addy asintio cuando se lo comente, y nuestras miradas se dirigieron hacia Scor y Albus, el primero practicamente dormia en su asiento, y el segundo tenia su mirada clavada en el pizarron, aunque por lo que deduje estaba perdido en sus propias cavilaciones. Todo Slytherin sabia que esos ataques probablemente venian de su circulo social. La mayoria de magos seguidores de Voldemort habian sido de nuestro bando, y por ello ya veiamos venir las consecuencias del miedo que se estaba desatando. No seria extraño que los prejuicios se hicieran mas fuertes. Que los susurros se hiciesen mas abrumadores. De a poco los hijos de muggle comenzaban a temernos una vez mas, y eso no me gustaba. Nunca me habian gustado ese tipo de prejuicios por el origen de mi apellido.
Al finalizar la clase recorde que habia olvidado mi libro para Transformaciones, la clase que vendria despues de almuerzo. La profesora habia amenazado que el sexto lo usariamos para todas las clases, y que quien llegara sin el seria el causante de puntos descontados para su casa. Asi que ni modo, tuve que separarme de mis amigos e ir a buscar el maldito libro, sabiendo que si no llegaba a la clase con el Scor me regañaria por no llevar mas de dos dias en Hogwart y ya ser causante de otro descuento para Slytherin.
El camino a la Sala Comun fue veloz, pues esperaba alcanzar a mis amigos aunque fuera para compartir con ellos, ya que la comida del colegio nunca habia sido de mi agrado. Tome el libro de mi baul y lo guarde en mi bolso de cuero. Sin mas camine velozmente hacia la planta baja donde quedaba el comedor. Mis pasos eran firmes y seguros, y mi menton alzado demostraban que no iba a permitir que nadie me pisoteara. Mi vista iba fija en lo que me rodeaba, y fue entonces cuando una persona llamo mi atencion. Fue como tener una vision, ya que hace dos años era comun ver esa cara caminando por el castillo. Aunque el uniforme que acompañaba a ese rostro me desconcerto, ya que no era el mismo... no era el de mi casa. Quieta y observando la verdad me llego y de inmediato una sonrisa se poso en mis labios. No era una vision de Amanda la que se habia aparecido de pronto en el pasillo, sino la de su hermana, mi antigua amiga, Loreley.
Olvidando del todo a mis serpientes favoritas que almorzaban en el gran comedor, me dirigi hacia ella. Carrapee cuando llegue a su lado y alce una ceja-. ¿No es esta mi francesa favorita?- pregunte llevando un mecho de mi cabello hacia atras y sonriendo con sinceridad-. ¡Tanto tiempo!. Casi crei que olvidaria tu rostro- dije sintiendo el sol calentar mi rostro con sus rayos que atravesaban la ventana. Ver a Loreley ahi me recordaba a mi infancia y a los veranos pasados en Paris. Lo mejor de mis vacaciones la mayoria de las veces-. ¿Y que hace la chica mas popular de Beauxbeaton sentada sola y de manera antisocial?- le pregunte buscando la respuesta en sus ojos-. ¿O sera que esperas a algun chico que te gusto?. Ya sabes que yo te puedo ser de guia con respecto a ello. Conozco a todos los chicos que son medianamente interesantes de Hogwart- agregue riendo levemente y apoyando mi cuerpo contra la pared. Si habia una chica que rompia corazones por donde pasaba esa era Loreley. Sabia que si quisieramos podriamos hacer un buen equipo coqueteandole a chicos por mera diversion.

OFF: Disculpa la falta de tildes, pero mi teclado se desconfiguro -.-

Pero no tardarían en notar el impresionante parecido y eso provocaría una lluvia de tormentosas preguntas que no tenía intensión de responder. No quería imaginar como habían sido los años de Amanda en la academia. Más allá de que en un pasado hayan sido muy unidas todo lazo se había destruido, y todo gracias a que ella tenía en mente seguir ciertos caminos que Loreley se negaba a seguir. El pensar en como ellas habían acabado tan distanciadas, le trajo la clara imagen de su padre. Aquel hombre elegante, estricto, frio y materialista del cual ella nunca hablaba. Se había negado a llevar su apellido cuando su madre murió, ni siquiera le llamaba padre. No había que ser listo para darse cuenta cuanto ella lo despreciaba, y claro, esa era otra razón por la cual las gemelas no se llevaban tan bien.

Amanda siempre había sido su preferida, y más lo fue cuando entro a Slytherin. Loreley sabía que ella no tardaría en convertirse en el reflejo de su padre. Jamás se atrevería a decirlo en voz alta pero agradecía que ella estuviera muerta, porque cualquier cosa era mejor antes de verla haciendo uso indebido de la magia .

Pestañeó demostrando signos de vida. Era como si estuviera despertando de un trance, de un acto de hipnosis. Se sentía tan entupida cada vez que se quedaba perdida en sus pensamientos, y lo peor era que no podía evitarlo. Tomó una bocada de aire y exhaló como si la intensión fuera dejar salir toda tensión que tenía dentro. “ Relájate.” Se dijo a si misma como modo de aliento. Conociendo a su hermana era muy probable que haya sido una busca problemas, a clase de chica que atrapaba a cualquier chico por más que tuviera novia , que arrasaba con todo sin importarle nada más que ella misma. “ No somos iguales, no por dentro..” siguió diciéndose. No había razón para que los enemigos de Amanda la odiaran a ella. Una meta del año.. – Permitiré que me conozcan. – murmuró . – Y luego que juzguen. – Sí, así definitivamente iba a ser.

Soltó su cuadernos que calló sobre sus delgadas piernas cuando una voz familiar e inconfundible se dirigió a ella. Sus ojos se pusieron en blanco. Era increíble, no había tardado en encontrarla. Giró su rostro y alli la vio, hermosa, esbelta, rubia y llena vida como la recordaba, aunque un poco más alta. – Cassie ¡! – sus voz sonó alegre y aliviada, por fin un rostro conocido. La había echado tanto de menos. Rio por su comentario. – Dudo que eso llegara a suceder…. Siempre me aseguro de que nunca me olviden. – Dijo incorporándose para así verla directo a los ojos. Su tono había sido bastante presumido, pero sabía que alguien como Cassandra , que le conocía tan bien, no se lo tomaría mal.

Todo desagradable recuerdo había desaparecido con la presencia de Cassie. Fue notable cuando su amargado animo fue barrido por una fresca y amplia sonrisa. – Me gustaría decir que estoy con uno de esos días pero sería mentira. – elevó sus hombros. – Simplemente quería estar sola un momento, estaba escribiendo a mis abuelos. Se molestan si no lo hago seguido. – Rodeo sus ojos. No le molestaba escribir pero le parecía tedioso hacerlo tan seguido.

La mirada de Loreley se volvió más traviesa cuando Cassie nombro a los chicos. – Una de las tantas razones por las que te adoro. – hizo una pequeña pausa. – Yo no me niego a nada. El tour puede comenzar cuando gustes .. – rió. La siguiente pausa se hizo un poco más larga porque se quedó atontada viendo a su amiga. Mordió su labio inferior mientras tomaba sus manos un poco nerviosa. – Lamento haber dejado de escribir. Fui de lo peor. - Se acercó a ella sin pensarlo siquiera y la rodeo con sus brazos. Hacía mucho tiempo que no la abrazaba. – Soy una sentimental de mierda – le murmuró en el oido seguido de una risita.

Loreley recibio mi cercania con entusiasmo, lo cual me agrado. Sus ojos adquirieron nuevamente un brillo, y yo le sonrei realmente feliz de verla ahi. Siempre era agradable encontrarse con antiguas amistades, aun mas cuando los tiempos parecian tornarse negros. Ademas que sabia que a Loreley le alegraba verme. Al fin y al cabo sus ultimos años no debieron haber sido para nada faciles. Mi madre me habia comentado que su hermana habia fallecido, cosa de lo que me di cuenta al llegar a Hogwart y escuchar las palabras de la Directora. Siempre un silencio amargo se mantenia durante la cena cuando se anunciaba algun acontecimiento de ese tipo.

Sin dudar Loreley acepto mi guia. Claro, ¿quien mejor que yo para enseñarle las maravillas de este castillo?. Ademas que asi le advertiria desde un inicio a que chico mirar y a cual no. Habian tantos bobos con cara bonita en Hogwart que lo mejor era evitar llevarse sorpresas desagradables-. Entre antes conozcas el colegio, mejor- respondi antes de que tomara mis manos entre las suyas. Me abrazo y yo hice lo mismo, sabiendo que tras sus palabras habia algo mucho mas profundo que un descuido. No debia ser facil superar la muerte de un familiar, y menos aun de aquel que habia compartido contigo hasta el mismo utero. Yo no era tan apegada a mi familia, a excepcion de mi hermano, y sin embargo no me imaginaba como enfrentaria la muerte de cualquiera de ellos. Incluso la del abuelo Nott que me parecia tan desagradable.

- No te preocupes. Mirale el lado positivo, asi tenemos mucho en que ponernos al dia- dije acompañando su risa y separandome de ella. De reojo note como dos chicos de Ravenclaw nos miraban. Parecia que estaban en quinto, y si no me equivocaba uno de ellos era un completo imbecil. Yo le sonrei a ese que me era conocido y mande un grito para asegurarme que todos los alumnos que transitaba por ahi me escucharan-. ¿Linda mi amiga, no?. Pero no la mires tanto, jamas sera tuya- y explote en una carcajada al ver como el pobre chico se ponia mas rojo que un tomate y apresuraba paso hacia el interior del Gran Comedor. Aun con una sonrisa en el rostro mire a Loreley. Sabia que muchos chicos posarian sus ojos en ella. Nada mejor que una chica nueva para intentar tener suerte-. Primera regla. Deshecha a la mayoria de los Ravenclaw, porque son unos aburridos sin remedio. Yo los utilizo solo para que me hagan la tarea. Ademas suelen pecar de arrogancia por ser taaaan inteligentes- le explique exagerando el "tan" y rodando mis ojos. Volvi a sonreir y la tome del brazo para ir hacia el Gran Comedor. Por esta vez me sentaria en su mesa con los alumnos franceses, a ver si todos eran tan simpaticos como Loreley-. Segunda regla, desafia a un Gryffindor... nunca podra decirte que no y, ademas, lo tendras en la palma de tu mano- me volvi a reir y note como muchas personas nos miraban. Sin importarme ello camine directo a la mesa de Beauxbeaton-. ¿Aunque antes de seguir... alguna casa en especial llama tu atencion?- le pregunte mirandola a los ojos y deteniendome antes de llegar a su mesa. Esperaba su respuesta.

- Por supuesto! Estoy muy ansiosa por conocer cada rincon de este lugar. - Dijo regresando por su cuaderno que había dejado junto a la ventana. - oh por lo menos los que no esten bloqueados. - agregó esto ultimo dibujando una mueca de disgusto y rodeando sus ojos. En su antigua academia tenían lugares prohibidos, era claro que en Hogwarts también los había.

Se alejó de Cassie un tanto apenada pero con la misma sonrisa cálida que solía ser el disfraz perfecto para sus tristezas. No era fanática de las demostraciones afectivas y eso se debía a que la única persona que la había amado por sobre todas las cosas y que siempre se lo demostraba había muerto cuando ella era una pequeña e inocente niña de 8 años. La muerte de su madre la había convertido alguien más... distante, un poco fría pero aún sentimental. Nunca jamás, desde aquel día, se permitió a si misma que los jueguitos de su hermana y menos que menos los malos tratos de su padre le afectaran. - Tienes toda la razón. Hay mucho. Y.. eso está bueno. - Odiaba no tener temas para hablar. Por suerte, si pensaba cuidadosamente, encontraría muchos interesantes.

Deslizó sus manos por su entallado vestido color cielo, el mismo que usaban sus compañeras de Beauxbatons, y el cual le quedaba tan bien como cada una de sus finas prendas. Una muchacha con su figura y su bellísimo rostro jamás pasaba desapercibida, y no es una exageración decir que lucía como modelo de catálogo. Pero por más extraño que pueda parecer, tanta belleza no siempre le jugaba a favor. Inevitablemente intimidaba a los cobardes muchachos que balbuceaban tonterías cuando la tenían cerca o peor, ni siquiera le miraban.

Puso los ojos en blanco y sin poder contenerse dejó salir una risotada que se unió a la de Cassie formando una malvada e hiriente melodía. Loreley observó al chico retirarse avergonzado. - Cruel.. - volvió su mirada a Cassie que le sonreía. - pero divertido de ver. - Rió. El muchas veces incomprensible sexo opuesto y la frustrante inmadurez de muchos de sus compañeros fueron unos de los causantes de que ella buscara afecto en su mismo sexo. Está de más decir que es abiertamente bisexual, y no se avergüenza en lo más mínimo. - Revenclew - Asintió tomando nota mental. No quería cometer la idiotez de relacionarse con algún perdedor, no si eso arruinaría su reputación. - Dato interesante. Mantendré distancia entonces. - Le devolvió la sonrisa y dejó que la lleve al Gran Comedor, lugar que había evitado en un comienzo.

Estaba lleno de alumnos que se encontraban cada uno en sus respectivas mesas. La rivalidad en ciertas casas era notable, no había que ser muy listo para notarlo. Las reglas continuaban y ella seguía atenta. - Chequeado!! Desafiar a un Gryffindor. - Repitió en un tono gracioso como si lo estuviera dejando plasmado en un anotador. Se sorprendió que Cassie no se acercara a sus amigos ahora que estaban en el comedor, pero no dijo nada al respecto, ignoró el asunto al igual que las miradas chismosas. Loreley se detuvo pensativa. - Hmmm... pues... siempre tuve curiosidad por conocer Slytherin. Mi padre formó parte de esa casa al igual que mi hermana. Me gustaría saber que tiene de especial. Que me perdí... - dijo con absoluta sinceridad elevando sus hombros. A su padre le hubiera gustado que ella entrara a esa casa pero ella en lo más profundo estaba feliz de no haberlo hecho. Sus compañeras de Beauxbatons las miraban expectantes. Ella les dedicó una mirada desafiante. - Almorzarás conmigo o sigues camino ? - preguntó.

Loreley fue un busqueda de su cuaderno que estaba junto a la ventana y yo di una vuelta en mi eje. De a poco los alumnos comenzaban a congregarse en el lugar, ya que los estomagos rogaban por la comida de medio dia. El almuerzo era la hora en la que me daba mas hambre, y necesitaba ir a comer algo, aunque la comida de este colegio fuera un soberano asco. Lo unico que echaba de menos de mi casa a llegar a Hogwart era la comida que hacian en ella. Nada mejor que la comida que los elfos domesticos hacian en mi hogar.

Se seguia riendo de ver al pobre chico que casi explota de la verguenza tras su broma-. Me gusta ser un poco cruel- le repondi a Loreley sin dejar de reir, llamando la atencion de todo el Gran Comedor con mi risa. Siempre habia reido asi, de forma estruondosa y llamativa. Ademas que solia reir asi, como si el mundo entero fuera una gran broma. Ahora, que por fin habia vuelto al colegio despues de unas vacaciones miserables, lo mejor era reir y olvidar todo lo que habia sucedido ese verano. Comenzando asi por dejar de lado la existencia de mi padre, y en segundo lugar intentar bloquear que habia pasado con James ese verano. Algo de lo que tarde o temprano tendriamos que conversar, a pesar de que ninguno queria tocar el tema de lleno.

Detenida mirando a Lore me llamo la atencion que quisiera conocer a los Slytherin. Sin duda alguna eramos la mejor casa de toda, cosa que yo habia tenido que descubrir y reconocer olvidando que en un principio no queria pertenecer a ella. Las serpierntes eramos leales unos con otros, divertidos, sinceros, astutos y con una gran personalidad que se comia a las de las demas casas. Todos nos admiraban y respetaban solo por ser Sly, y a pesar de los prejuicios de las guerras pasadas, de a poco recobrabamos la dignidad perdida por batallas que no habiamos peleado-. ¿Slytherin?- pregunte enarcando una ceja y sonriendo divertida. Los chicos me amarian si llevaba a una chica tan hermosa como Loreley a mi mesa-. Yo te puedo dar una clase sobre Slytherin. Hay muchas cosas de mi casa que el resto del castillo desconoce- admiti en un susurro acercandome a ella. Lleve mi cabello hacia atras y mire ambas mesas, una junto a la otra-. ¿Prefieres almorzar dode Slytherin entonces?- dude un poco-. ¿O no estas del todo segura?- si hacia tanta pregunta era porque muchas personas se solian intimidar con los Slytherin, y Loreley siendo nueva los podria encontrar extraños. Aunque habiendo compartido casi toda su vida con ex Slys no creo que se viera complicada al respecto. Asi que sin esperar su respuesta volvi a tomar su brazo y la dirigi hacia mi mesa. Por lastima no habian puestos vacios cerca de mis amigos, asi que tomamos asiento en una esquina cerca de unos niños de tercero. Le sonrei a uno que me quedo mirando embobado y volvi hacia mi amiga-. Te advierto que la comida del castillo es un asco, asi que no es dificil mantener la linea- dije divertida sacando un poco de ensalada de un pote. Mire a Loreley a los ojos y le empuje la ensalada para que se sirviera-. Ya, ahora, hablame de ti. ¿Que ha sido de tu vida?. Cuentamelo todo- exigi sin sonar grave y llevando a mi boca el tenedor en el cual habia pinchado unas hojas de lechuga. Al menos la ensalada seguia sabiendo bien.

Cassanda le murmuró al oído de modo que nadie pudo oírle, ni siquiera las niñas que estaban tan cerca. Su voz era como una helada brisa de otoño, tan suave y fresca pero capas de hacer que la piel se erice. Por lapso de segundos, Loreley pensó que había sido mala idea decir que Slytherin era la casa que le interesaba, y que tal vez debía haber mentido y nombrar a otra, o simplemente decir que ninguna era de su interés. La positiva reacción de Cassandra le hizo entender que no había sido un error ser sincera después de todo.

Estaba por dejar su libro sobre la mesa en la que estaba almorzando sus compañeras cuando Cassandra dejó salir de sus labios una inesperada pregunta. Se quedó inmóvil mirando su cuadernillo. ¿Almorzar con ellos? ¿Acaso era buena idea acercarse y presentarse así como así? De seguro muchos de ellos habían sido amigos de Amanda y las reacciones serían de todos los estilos, pues no todos los días te encuentras con la hermana nunca mencionada de una ex compañera. Pero ella no era cualquier desconocida hermana, era su gemela, lo cual lo hacía más extraño, complicado y algo... espeluznante.

La voz de Cassie volvió a escucharse con una nueva pregunta y se dio cuenta que tenía que reaccionar rápido. No lo estoy.. no lo estoy. Dijo para sus adentros desesperada, pero ya era demasiado tarde, Cassie la había tomado del brazo. El movimiento fue tan rápido que casi se le cae el cuaderno al suelo pero por suerte no sucedió así. Sus compañeras de Beauxbatons miraron la escena llenas de confusión y curiosidad. Loreley tenía bien en claro que la atormentarían con preguntas, pues ninguna de ellas eran consientes de la amistad que esta tenía con la atractiva rubia de Slytherin.

- Ehh ... Cassie estás segura de esto. – Era extraño escucharle hablar llena de incertidumbre y temor, pero así sonaba ella en ese momento.– Crees que es buena idea acercarme a socializar así como si nada?. No sé si… - Se detuvo un segundo y bajó el tono de su voz porque ya estaba demasiado cerca y no le parecía correcto que escucharan su conversación, especialmente porque se estaba refiriendo a las personas con las que se iba a sentar. – No sé si es buena idea… - finalmente murmuró pegándose a su amiga. No se atrevió a mirar a nadie de la mesa mientras caminaba junto a Cassandra. Sentía las miradas clavadas en su nuca como puñales filosos. Maldita seas hermana. Se dijo para sus adentros. Ya no tenía la cabellera rubia con la que todos habían conocido a Amanda, debido a que la había oscurecido cuando ella murió. Pero no era el camuflaje perfecto, hasta el menos observador notó el impresionante parecido de Loreley con su difunta hermana. Suspiró rendida y llenándose de valor alzó la cabeza haciendo oído sordo a los murmullos que se oían.

Ya estaban en la mesa, y ya se habían sentado en esos asientos que tan lejanos le parecieron en el corto trayecto que hicieron. Dejó el cuaderno a un lado y como si nada hubiera sucedido le dedicó una inocente sonrisa al joven que estaba a su lado. Giró su rostro para ver a Cassie. – Oh.. jee pues nunca tuve problema con eso. Excelente metabolismo. - Dijo tocando su panza. Era poco divertido oír que la comida era un asco. A Lore le gustaba comer, se cuidaba pero también se daba los gustos. No era para nada la clase de chica que pasaba hambre para que un vestido le quedase, algo que le parecía estúpido. Miró la ensalada que Cassandra le había pasado con un poco de rechazo. – Ñamii – dijo con ironía y se sirvió un poco. Si no le quedaba otra, iba a comer eso y jugar a la vegetariana por un rato. Se estaba por llevar un bocado a la boca cuando se sintió abofeteada por un “cuéntame todo”. No había tiempo para todo. Introdujo en tenedero en su boca y saboreó la ensalada que su amiga le había ofrecido, no sabía tan mal después de todo. Miró a su amiga que estaba expectante. – Fueron dos años… Pasaron muchas cosas, pero si dejo a un lado las menos interesaaantes y no me explayo demasiado… creo que puedo darte un resumen de todo. – Le sonrió y volvió la mirada a su ensalada. – Estoy viviendo en Bulgaria con mis abuelos desde la muerte de Amanda. Mi padre terminó por aceptar mi decisión de vivir con ellos. Bue! Ni que le importara… - rodee sus ojos. - Pero como sea, solo paso parte del verano con ellos, tú sabes. - dijo volviendo a mirarla. – A mi padre ni le veo, le da lo mismo que haga con mi vida. Para él no soy más que un caso perdido, una desilusión. Y más lo fui cuando su “predilecta” hija murió… - su voz se entrecortó cuando finalizó la oración, y sonaba un poco molesta. – A veces creo… NO. – se corrigió. - Sé que le gustaría ver mi nombre en una lapida y no el de mi hermana. – Su voz era fría y dura, no había sentimiento allí, hablar de él no le producía tristeza sino más bien rechazo, odio, desilusión . – Imagínate que ni siquiera llamó o escribió para saber cómo estaba cuando mi academia fue atacada. – Elevó sus hombros y tomó el vaso que tenía frente a ella. Le dejó a su amiga meter un bocado en la conversación.

No me di ni cuenta que Loreley sí parecía incómoda con la idea de ir a tomar asiento junto a mi mesa. Por lo que la guié hasta ella y olvidé por un momento que muchas personas la mirarían extrañados. Para mí ella era mi amiga de Francia, desvinculada de su parecido con su hermana. Tener a Loreley a mi lado era como retomar mis vacaciones veraniegas y sumirme en una conversación a la luz del sol, dejando de lado los uniformes y las casas. Fue por eso que actué de forma tan normal, alcanzándole la ensalada y preguntándole abiertamente qué había sido de su vida. Por mi cabeza sólo pasaban aquellos días de sol intenso y risas al aire libre, antes de que el colegio me obligara a volver a Inglaterra a sumirme a la aburrida rutina.
Lore llevó el tenedor a su boca y yo hice lo mismo, mirándola mientras saboreaba la hoja de lechuga aliñada con limón. Incluso sal le faltaba a las verduras en Hogwart. Jamás me acostumbraría a esa comida. Sin quitar los ojos de mi amiga la comencé a escuchar. Dos años podían significar muchos cambios, aún más cuando esos dos años tomaban el camino que traía el cambio de la niñez a la pubertad. Sus palabras me hicieron sentirme identificaba con lo que contaba con respecto a su padre. Cada vez que yo miraba al mío podía sentir la misma decepción en sus ojos. Y no dudaba que si tuviera que escoger entre mi vida y la de Theo su decisión sería tan rápida como si le dieran de escoger entre té o un vaso de Whisky. Theodore sería la respuesta sin duda alguna. Fue por ello que sentí una empatía directa a las palabras de Loreley y tomé su mano sobre la mesa durante un segundo. Recién entonces, cuando hablaba de la muerte de Amanda, me llegó a la cabeza el porqué todos nos miraban con tanta incredulidad. Arrugué el céño y con ello hice que unos chicos de cuarto y de tercero desviaran su mirada hacia otro lado. No deseaba que Lore se sintiera incómoda cuando recién venía llegando a Hogwart.
Solté su mano y asentí cuando habló del ataque de su colegio. Todo ello me recordó a mis pesadillas. Esos sueños confusos que se repetían y a los cuales nadie hacía el menor caso, nisiquiera yo. Dejé el tenedor sobre el plato y emané un largo suspiro. Aún habían unos cuantos alumnos que nos miraban, pero de reojo, esperando que yo no me diera cuenta de su indiscresión-. Los padres son una mierda- fue mi primer comentario salido de la sinceridad de mi corazón. Ese verano la antipatía por mi padre se había transformado en odio. Puro y absoluto odio-. Yo estoy segura que me podría morir e iría a mi funeral sólo por las apariencias, nada más- dije elevando mis ojos a los de Lore y dibujando en mis labios una sonrisa nostálgica-. Al menos tú tienes a tus abuelos con los quien vivir. Lo que es yo tengo un plan para cuando cumpla diescisiete- le confesé a Lore. Incliné mi cuerpo hacia ella y me fije que muchos de los chicos ya no nos tomaban tanta atención. De seguro esperarían a que nos pusieramos de pie para murmurar de dónde había salido esa chica que se parecía tanto a la olvidada Amanda-. Pretendo escapar. No volveré a Hogwart a terminar séptimo año- le anuncié en un leve murmuro. No le había dicho mi plan a muchas personas. No se lo había dicho ni a Scor y menos a Albus. Ese plan lo había ido ideandod esde el verano, cuando la crueldad de mi padre había superado todos los límites. No estaba dispuesta a soportar su potestad, y menos aún cuando ya tenía la mayoría de edad para ser autosuficiente. Me faltaba ajustar unos pocos detalles. Pero todos e lograría... sólo necesitaba la valentía para llevarlo a cabo.

Al terminar mi confesión sonreí. Tomé el tenedor y llevé un nuevo bocado de ensalada a mi boca. Mastiqué aún con el sabor de limón en mis amigdalas, y al tragar miré a Lore-. ¿No te han dado ganas de escapar de todo?- le pregunté pensando que quizás... ella me podría acompañar, si así lo deseaba, a esa nueva aventura.