¿Ácido o dulce? [Allie]

El otoño avanzaba, había estado casi dos semanas en San Mungo y por fin había podido salir de ahí. El olor limpio de la calle me hacía agradecer a cada instante de ya estar fuera del maldito hospital y su nauseabundo olor a pociones curativas. Respirar el aire inundado de naturaleza era increíble, creo que nunca en la vida respiré con tanta intensidad el oxígeno de los parques de Hogsmeade, estaba realmente contento de tener mi vida en mis manos nuevamente y no en manos de gente no conocía aunque en esos días se hicieron cercanos a mí.

Justo antes de salir del hospital tomé un pergamino y le escribí una nota a Allie, teníamos demasiado de que hablar y ahora que regresaba al colegio me gustaría platicar con ella fuera, en un ambiente neutro donde no hubiera tensión ya que la última vez que estuvimos cerca me sentí cómodo y tenso al mismo tiempo.

"Allie, no me gustó esa mirada de reprobación y si quieres podemos hablar, el sábado salgo del hospital por la mañana y me gustaría verte en Honeydukes si quieres. Estaré en Hogsmeade antes de regresar al colegio. Albus"

Esa había sido mi nota y ella dijo que la podía ver a medio día en el comercio, así que cuando al fin mis padres me llevaron a Hogsmeade les dije que quería verme con ella antes de regresar al colegio y no pudieron objeción, mi madre la adoraba y en cuanto escuchó su nombre se llevó a rastras a mi padre. Ese día me sentía de maravilla, tenía una gran cicatríz en el pecho pero los sanadores habían asegurado que la maldición del hombre lobo no me había alcanzado porque la bestia no me había mordido y agradecí tanto que ya no tenía palabras. Cuando estás en una posición como la que yo tomé cuando me atreví a entrarl al bosque, casi morir y volver a despertar, ves los colores más vivos y los aromas huelen con mucha más intensidad. Amaba estar vivo.

Entré a Hogsmeade y me colé hacia el pasillo de las gomitas, mis dulces favoritos (además de los chocolates blancos con galleta) eran las gomitas de todos los tipos, dulces, ácidas, acidulces, con sabor a chocolate, de menta, con azúcar, todas me gustaba y no discriminaba. En el hospital me habían dicho que me midiera con los dulces pero comenzaba a sospechar que lo decían porque en mi estancia encontraron varios cadáveres de chocolate bajo la cama. Tomé muchas cajitas de gomitas dulces y otras tantas ácidas.

[Esto debe ser como sábado 8 de octubre, el ataque fué primero, luego del ataque fué lo del lobo y san mungo, dos semanas después es esto.]

Sentí como saliva salía de su escondite y escocía en mi hiel por el antojo inmediato que me dió comerme una de esas gomitas ácidas, casi pude saborearlas en mi imaginación, a pesar de que en el hospital estuve lleno de chocolates, nunca me dieron gomitas de las que más me gustaban aunque se las pedí a Victoire como un centenar de veces, creo que tenían prohibido darme más azúcar.

Miré en ambas direcciones del pasillo y cuando no ví a nadie saqué una gomita y me la comí dándo un salto cuando escuché la voz de Allie que me llamaba por mi nombre, por un instante casi pienso que me habían descubierto, no estaba haciendo nada malo de todos modos iba a pagar los dulces, pero quería uno antes de ir a la caja. Sonreí a Allie y la miré quedarse parada a una distancia prudente de donde me encontraba. Alcé una ceja en semblante interrogativo. - Ahm... Hola me llamo Albus y no muerdo.... - no tenía idea de en qué término estabamos Allie y yo y con su actitud de no acercarse solo me hacía pensar que no quería hacerlo.

Volví a sonreirle y la abracé con energía para que se acercara a mi cuerpo, le dí un beso en la mejilla y luego de quedarme un par de segundos abrazándola la solté. - ¿Qué te pasa? ¿Porqué llegas así? - era evidente que con el "Así" me refería a sin darme ni un besito. Se veía muy bonita, aunque trajera el uniforme de su trabajo, casi olvidaba que había entrado a trabajar a las tres escobas.

[Disculpa si no pongo tildes pero se descompuso mi teclado u_u ]

Ella correspondio a mi abrazo de manera tierna y me senti un poco aliviado de saber que no se sentia mal a mi lado, pero de todos modos era algo que queria aclarar porque no sabia el porque de su actitud, si yo habia hecho algo para que ella se portara asi o si me habia perdido de algo que debia de recordar. Rei ante su broma -si bueno ten cuidado, no se me haya pegado alguna tendencia de lobo con ese ataque...- solte a broma yo tambien con ademan de morderla como un lobo.

Allie parecia de un excelente humor cosa que me alegro demasiado. - Gracias por tomarte tiempo para verme, porque no entiendo que sucede ultimamente con nosotros, ese tipo de comentarios como "La ultiva vez que te bese parecio como que te mordio una serpiente" ¿a que viene todo eso? - debia de reconocer que no tenia idea de a que beso se referia, si fue alguno en el hospital, o en el bosque el dia que nos atacaron o cuando estuvimos solos la ultima vez en los invernaderos. - Explicame si algo anda mal, si?- Allie debia de importarme mucho todavia porque no me tome la molestia en regresar al colegio con mis amigos sin antes verla a ella.

[Ya tengo teclado nuevoooooo, soy feliiiiiiz!!!!!!]

Era muy vigorizante estar junto a Allie y verla así de contenta, con ese brillo en sus azules ojos, ese brillo que siempre me había gustado, pues significaba que estaba bien; cuando ella estaba triste o mal, me transmitía esos sentimientos puesto que odiaba verla así. Su tacto fué muy emotivo, tierna y sensible, como solo ella podía ser conmigo.
Su mirada se encontró conmigo e hizo una pausa luego de un "Pero después Cassandra..." lo que me hizo pensar que Cass había hablado con ella, pero continuó y recosntruyó su frase, aún así quería estar seguro de que a mi linda "novia" no se le hubiera ocurrido hablar con Allie, aunque estaba seguro de que uno de los motivos por los que Cassandra quería decir que era mi novia era para joderse a Allie, no era un secreto para nadie que la odiaba, "Una mosca muerta" decía siempre que se refería a ella. Mi pregunta sobre Cassandra se quedó en el aire entendiendo que en efecto la rubia había hablado con ella. - ¿Que te alejaras de mi?- pregunté interrumpiéndola momentaneamente algo confuso, Cassandra no era así... ¿O sí?.

Bajó su mano de mi mejilla y la dejé terminar mientras los hechos se iban reconstruyendo en mi cabeza. No debía de estar entendiendo en absoluto lo que Allie me estaba diciendo. - ¿Cómo que te alejaras de mi? No entiendo... ¿Cassandra habló contigo? - pregunté algo molesto.

Había gente en el lugar que nos veía y que podía decirle a Cassandra que estaba con Allie pero yo no pensaba negarlo, nadie podía decirme con quien juntarme o con quien no y por ningún motivo me alejaría de Allie aunque le molestara a quien le molestara, ella había sido muy importante en mi vida desde el primer momento en el que la ví por los pasillos del colegio y sería así hasta que ella o yo lo decidiéramos así.

Los brazos de Allie me atraparon en un abrazo un tanto posesivo, pero me gustó, esa manera de demostrarme que iba a estar ahí cuidandome era reconfortante pero solté una ligera risita puesto que yo ya no era un niño y si alguien debía de cuidar al otro alguien era yo. - Oye, ya no soy un pequeño, y la que necesita que la rescaten del malvado hechicero eres tú - Yo ignoraba lo que le había sucedido realmente cuando la dejé en el bosque porque imaginé que me había hecho caso y se había ido corriendo del bosque como le indiqué, así que me tomé la molestia de bromear al respecto. - Tú también eres muy importante para mí, Allie. - la abracé pasando mis brazos por su espalda pegando su cuerpo al mío disfrutando al igual que ella de esa cercanía tan conocida de estar a su lado. Podía comprender el porqué no quería estar lejos de mí puesto que para mí hubese sido igual de dificil alejarme de ella, la única diferencia era que nunca lo hubiera intentado aunque en un arranque de ira se lo hubiera dicho, Allie era una persona que siempre estaría conmigo aunque me negara o ella se negara, lo que teníamos iba un poco más allá de lo que la gente pudiera comprender y me sentía realmente bien sabiendo que ella estaba en mi vida. - No soy ningún desconocido Al, soy yo, mírame, puedes confiar en mí siempre. - le sonreí y besé su mejilla sin soltarla del abrazo hasta que siguió hablando, más reconfortada y dijo que Cassandra había hablado con ella.

Solté mis brazos despacio de su cuerpo cuando ella bajó la mirada y contuve un suspiro en los pulmones. ¿Porqué Cassandra se estaba comportando en verdad como una novia celosa? Rodé los ojos mientras ella aún no me miraba y solté de a poco el suspiro que había contenido. Iba a decir algo pero no me dejó, siguió hablando y dijo que no se interpondría entre Cassandra y yo, claro que no lo haría porque no lo iba a permitir yo en primera instancia, pero tampoco iba a permitir que nadie decidiera por mí quien debía de ser mi amigo y quien no. Volví a contener mis palabras cuando mencionó a James porque si había algo que no podía concebir era escuchar a Allie hablando de mi hermano, era como si una mula me diera una patada más abajo del estómago, me quedé rígido y solté completamente mis brazos de ella - No me importa lo que hagas con ese - solté de golpe con un evidente matíz de enojo, la sonrisa que había tenido hacía un instante se había borrado y había separado mi cuerpo del de ella al acto. - Puedes estar en mi vida el tiempo que tú quieras - dije aún con la voz seria, sin sonrisa. - Sólo evita que te vea con Sirius, sabes que... bueno algún día tendré que olvidarlo pero... - no encontraba las palabras para decirle que estaba aún resentido más que con ella, con él por haber traicionado ese lazo de hermandad que teníamos y la verdad, también con ella por haberse metido con mi hermano, no podía olvidarlo, mucho menos perdonarselo aún. Ese había sido la gota que derramó el vaso y que temrinó por desencadenar mi abierto rencor hacia mi hermano mayor. ¿Quién diría que de ser mi héroe ahora era mi villano favorito? "Perdona... jamás olvides...." me recordé a mi mismo y tomé aire. - Tú puedes hacer lo que quieras Allie, eres una persona libre y yo también, ya no soy el niño pequeño que te idolatraba y estaba enamorado de tí, de hecho creo que con los años he podido verte como realmente eres, te quiero y te acepto así, no quiero que estés lejos porque te quiero demasiado, solo no hables de mi hermano, si? Y no hagas mucho caso de lo que Cassandra te dijo, hablaré con ella. - eso era un hecho.

Por un momento casi olvidé que estabamos en la tienda de dulces y que el barullo de las personas apagaba nuestra conversación. Traté de no pensar más en las palabras "¿No lo sabías Albus? James tuvo un ligero romance con Allie!" respiré profundo, miré un estante y ví unos chocolates ácidos y los metí en la canastita de dulces que llevaba en la mano.

No me importaba demostrar mi enojo, realmente una parte de mi quería decirle lo molesto que seguía con ella pero mi parte "racional" me decía que no valía la pena decírselo puesto que esa parte de nuestra relación ya estaba enterrada o eso estabamos intentando ambos.

Podía sentir aún un poco de tensión en el ambiente, como si no terminaramos completamente de fluir como antes y aún quedaban vestigios de una barrera que no sabía si yo había construído o había sido ella. Solté un suspiro intentando pensar que las cosas en algún momento vovlerían a ser como antes. - Yo no diría que no te amo, si no lo hiciera no estaría aquí el día que salí del hospital aún antes de ir con mis amigos a decirles que me dieron el alta - enarqué una ceja acentuando el hecho de que ella era muy importante para mí.

Ella tomó unas esferas de sus bolsillos y alzó una para que pudiera verla, era una recordadora peculiar puesto que no tenía un humo blanquecino ni rojo, tenía un humo negro que en ese momento se identificaba con el humor que me evocaba James.

Escuché la explicación sobre las recordadoras y sonreí ligeramente, luego escuché su titubeo... - No Allie! Deja de pensar que no me interesa nada de lo que tiene que ver contigo! - atrapé la mano con la que sujetaba la recordadora con la mía y la jalé hacia mí. - ¿Porqué no habría de querer algo que me hiciste para nosotros? - le respondí como si fuera una obviedad, ahora me daba cuenta de que la barrera no la ponía yo y no entendía porque ella se empeñaba en estar lejos de mí, pero no iba a buscar más que las cosas fueran como antes si ella no ponía de su parte.

Siempre iba a estar ahí para ella, cuando ella quisiera ver que era su amigo y que siempre la iba a amar, entonces en ese momento podía buscarme. Le dí un beso en la mejilla y le quité la recordadora. - Creo que conservaré esto - el humo de la recordadora cambiaba de color....

[Creo que Albus y yo vamos a necesitar una tablita de colores para saber que significa cada uno xD]

Tomé la recordadora en mi mano y el humo dentro de ella comenzó a cambiar de color a un tono anaranjado casi rojizo y la verdad fué que no supe que significado, me costaba algo de comprender que iba a significar exactamente cada color pero analizaba y por el gesto de Allie lo que se veía en esta recordadora eran sus sentimientos, así que lo que tenía en la mano era lo que ella estaba sintiendo. Me hubiese gustado saber exactamente que significaba ese color de humo, traté de analizar la mirada de Allie pero no logré identificar gran cosa salvo que tal vez ella estaba avergonzada porque yo sabría lo que ella sentía, y no iba a decirle que no era del todo cierto porque no sabía que significaba ese color, o que significaría si se tornaba morado intenso o verde claro...

En ese momento la ira que sentí con el tema de mi hermano cesó completamente y me centré en lo que me decía pegando mi recordadora a mi oído para tratar de percibir algún sonido de risa, llanto o enfado y podía percibir una ligera risita dentro de la esfera, pero era una risita incorpórea, una risa prefabricada y hubiese sido más lindo escuchar la voz de Allie dentro de ella. - Un poco nerdy? Me parece que es la nerdéz explicada a su máxima potencia! - reí y pude escuchar como si una risita también emanara de la recordadora que ella tenía en su mano. Me abrazó y pegó su cuerpo contra el mío.

Correspondí ese abrazo y pegué mis labios a su frente como si fuera a darle un beso pero ahí los dejé un momento mientras disfrutaba del tamborileo del corazón de Allie en mi cuerpo y como el tenerla cerca me reconfortaba. Ella siempre sería mi amiga y no quería que lo dudara, sin embargo no podía decir que era como mis demás amigas, porque con ella tenía una relación peculiar, tantos meses de noviazgo no podían olvidarse, sobre todo porque aprendí a no tener vergüenza de mostrar algunas cosas en mí con ella que con las demás personas aún me apenaba, inclusive con mis más allegados amigos.

Aprendí a reconocer una de sus miradas y saber que quería o cuando pasaba una mano por su cabello significaba que estaba nerviosa, cuando sabía que quería irse de un lugar, podía leer su lenguaje corporal, al igual que ella podía leer el mío y eso no era de amigos comunes, iba más allá de todo eso. - Yo no - contesté animado entre una risa. - Yo te adoro Marie!- casi nunca la llamaba por su segundo nombre, pero me gustaba, era más cercano puesto que no conocía a nadie que la llamara así, salvo yo.

Le sonreí y me pasé una mano por el cabello despeinándomelo un poco antes de mirar a ambos lados del pasillo para ver por donde comenzar, aunque estabamos en mi lugar de comienzo, siempre que entraba a Honeydukes, aquel era el primer lugar al que ingresaba, las gomilonas dulces y ácidas eran mis favoritas, si se me terminaban era un eterno suplicio.

- Yo creo que cuando se me terminen las gomitas, de la recordadora va a salir un olor a gomitas que tendrás que comerte una para detenerlo en verdad que esos eran mis dulces favoritos, seguidos del chocolate blanco con galletitas.

- Vamos a los chocolates, aún no llevo mi ración y como estaré encerrado escribiendo todos los deberes en los que voy rezagado, necesitaré muchos para aguantar las largas noches. - dejé mi mano entre la suya y nos encaminé al siguiente pasillo, en donde al ponerte de frente a él podías capturar un salvaje olor a todos los tipos de chocolate que existíeran en el mundo. Era verdad.

Había todos los tipos de chocolate en esa sección. Tomé un chocolate en forma de un osito polar, de chocolate blanco con los ojitos de galleta y se lo dí. - Toma, es mi favorito - le entregué el osito y metí dos de ellos en mi mochila, el osito se movía por las extremidades y sujetaba los demás dulces intentando asesinarlos, la verdad no era una imagen muy linda, era como un oso asesino que quería exterminar a las gomitas para que solo quedaran ellos en la canasta pero eso no iba a suceder.

Reí con ella cuando dijo que la recordadora se iba a poner como un arcoiris cuando me llenara de todos los dulces que estaba comprando. - Estoy seguro de que le saldrá un rico olor a gomitas - le guiñé un ojo y pesqué su nariz en un movimiento juguetón antes de seguir.

Su oferta era muy caritativa, pero estaba completamente seguro de que si le comentaba a Cassandra que Allie me ayudaría con esos deberes que me faltaba, ella misma los escribiría con sangre, así que aceptar su ayuda de dientes para afuera, no iba a pedírsela en el futuro. - Muchas gracias, cuando ya no pueda con los callos en los dedos te lo haré saber - me reí. El momento estaba sin tensiones, me sentía nuevamente yo mismo con ella, era bastanta reconfortante pasear por ahí con ella sin sentirme presa de mis emociones, las mismas que me habían dominado por mucho tiempo atrás, y gran parte de eso tenía que agradecerselo a cierta rubia.

- Creo que me llevaré algunos de esos! - exclamé al ver los chocolates que cambiaban de forma, nunca los había visto, y cuando lo sujeté dejó de cambiar de formas adquiriendo una forma amorfa. - Así no se vé tan lindo, creo que le llevaré uno a Scorpius - lo metí a la canasta e inmediatamente comenzó a cambiar de forma.

Allis sujetó el osito en su mano y éste intentó atacar sus dedos, fué una escena cómica, por supuesto que esos chocolates eran de mis favoritos porque me recordaban a Allie, bueno a su patronus. Cuando metió el osito en una de las bolsas de su delantal saqué un galeón, solo funcionaba con monedas de esa denominación el truco. Metí la moneda en su bolsillo sobre la cabeza del osito, que de inmediato la sujetó entre sus bracitos de chocolate y la abrazó con fuerza quedándose dormido. - Esa es la clave para que se tranquilice, ponle un galeón. Te dije que son mis favoritos!- dejamos al osito descansar acompañado del galeón.

Miré el libro que Allie me mostraba y negué con la cabeza, por más chocolate que fuera, me negaba a comerme algo que tuviera cara de libro, iba en contra de mi moral, segro me causaría indigestión. - Jamás! va en contra de mi credo - negué con la cabeza mientras mantenía los ojos abieros como si estuviese espantado y la alejé del libro antes de que lo tomara y luego solté una carcajada porque en verdad no me asustaba pero no compraría algo asi.

Parecía que los ositos si le habían gustado a Allie al final, no eran tan bestiales como les gustaba mostrarse, sobre todo porque les gustaban las cosas brillantes de las que pudieran abrazarse, solo si eran de oro. - Y ten cuidado con tus aretes porque también les gustan y si sin muy pequeños pueden comérselos - recordé como una vez uno de mis ositos se había comido un pendiente de Adhara y cuando me comí el osito, el arete apareció en mi boca.

Una cajita de monedas voló hacia las manos de Allie con monedas de Gringotts y me la dió. HAbían 60 monedas de los chocolates más raros que hubiese visto en una tienda de artículos mágicos. - Sabía que los muggles hacían dulces así, pero nunca me hubiera imaginado que los magos también lo hicieran, yo creo que les han copiado la idea- le susurré lo último mientras metía la cajita de chocolates en mi canastilla y le daba un beso en la mejilla. Al separarme le sonreí un poco tímidamente, ese sonrojo en ella era muy lindo, me recordaba muy buenos tiempos en donde era producido por mí y no por una escena un poco fuera de lugar en una tienda de golosinas. - Gracias Al, te lo agradezco - sentí como casi me sonrojaba pero eso no sucedió porque me dí media vuelta y me despeiné casi eufórico, ella solía provocarme diversas sensaciones de las cuales no quería encontrar respuesta a su origen.

Miré una vitrina en donde se podían ver unas calaveritas de dulce, de tamaño muy grande, calaveritas que siempre me preguntaban que hacían en esa tienda y que nunca había comprado porque no se me antojaba ese dulce, demasiada glucosa en mi sistema (Si claro, si la juntabamos con el chocolate y las gomitas, eso sería una bomba para la diabetes)


Cuando sentí que mis mejillas volvían a estar normales y el estremecimiento desaparecía volví la mirada hacia ella - Te robo unos minutos más o debes volver al trabajo? - aún me placía estar un rato más con ella aunque tenía una ansiedad por regresar al castillo, no sabía bien a que se debía pero lo ligaba a que tenía demasiado tiempo afuera y quería ya ver a mis amigos.

Sería muy poco caballeroso no llevarla hasta su trabajo siendo que la había sacado de él para platicar y ahora que lo habíamos hecho sentía como que un peso se había esfumado de mis hombros y me sentía mucho mejor conmigo y con ella. - Creo que no quiero exagerar en esta neuva etapa de nuestra relación así que creo que dejaré que te vayas sola porque yo debo de correr a encontrarme con mis amigos o me matarán si no les llevo dulces! - levanté la canastilla feliz de que ahora ya estaba llena y les había comrpado dulces a todos, tal vez debía de tomar unos pocos chocolates más para Scorpius porque me iba a cobrar caras las clases para convertirme en animago.

Tomé los dulces que ella había tomado, inluídas las monedas de chocolate y pagué todo en la caja, no iba a permitir que gastara el dinero que estaba ganando en las tres escobas cuando mis padres me acababan de dar bastantes galeones para mis provisiones, mi madre me mimaba demasiado. - Te agradezco las moneda, no creo que pueda comérlas, las guardaré y cuando más necesidad tenga las morderé - le sonreí y luego le dí un beso en la frente - Cuidate Allie Marie Moore, te estaré vigilando - le guiñé un ojo y la apunté con los dedos como formando una pistola. Salimos del lugar y nos separamos, yo en el camino hacia el colegio y ella hacia su nuevo empleo. "Nos veremos pronto" pensé mientras caminaba y abría una bolsita de gomitas dulces.