¿Ácido o dulce? [Allie]

Nunca había sido amante de comer dulces, quizás era por mi crianza. Albert siempre me hacia comer cosas de adultos, incluso el café fue mi alimento preferido por las mañanas, negro y con crema. Me llevaba a comer cosas, elaboradas incluso los postres lo eran, pero le había tomado cariño a esas comidas, las cosas dulces y empalagosas. Todo gracias a la persona que estaba a mi lado, él era… un fanático de algunos productos de esta tienda, siempre que íbamos a comprar juntos terminamos en la sección de gomitas. Le dirigí una mirada graciosa al escuchar que se le terminarían, conociéndolo seguro tenia una dotación exagerada de ellas, y se las tragaba como si fuese el fin del mundo o su ultimo día de vida.

- es casi imposible que eso pasa Albus, pero lo segundo me parece mas real ajaja… claro que la recordadora se va teñir de un arco iris después de que comas todas las gomitas.- solté una risa simpática mientras negaba con la cabeza e íbamos llegando a donde él me guiaba.-

Volví a reír con sus declaraciones de convertirse en un esclavo de los deberes, se me hacia difícil, Albus no era un mal alumno pero le gustaba divertirse, aunque en estos años había cambiado eso, pero seguía saltándose las clases. El azúcar que contenían los chocolates era asombroso, les daba esa larga duración y como dejar de notar el aroma de chocolate, me gustaba ese producto pero no me volvía loca por comerlo.

- no te quejes, si tienes problemas con tus deberes yo puedo ayudarte… pero solo los días de semanas, el fin de semana se me hace muy difícil hacer un poco de horario con el trabajo..- podía pedir permiso pero me los estaba guardando para cuando fuera una emergencia, algo relacionado con lo de James.- ajajá mira eso..-

Señale unos chocolates, algo… peculiares. Se trataba de chocolates que cambiaban de forma, de cuadrados, círculos flores y luego volvía a repetir la forma, tenían diferentes diseños. De pronto él volví a llamarme la atención, estaba un poco distraída y esperaba que solo fuera el momento que estaba con él.

- ah! Que lindo..- dije solo con saber que era un oso, como mi patronus, pero en cuanto lo tome, intento agarrar mis dedos para arrancarlos, era como si fuera un oso de verdad. Levante una ceja con una sonrisa algo divertida y perturbada.- bueno… ya no es tan lindo, ajajaja… espero que no me arranque los dedos..- lo guarde en un bolsillo diferente al que tenia mis otras cosas, no quería que atacara a mis otros regalos.- mira te gusta eso?…- señale un libro de cubierta de galleta y hojas de chocolate amargo, dulce y blanco… era mas una burla que una regalo.- seguro sería el mejor libro que has comido en tu vida… ajajá..- me volví a burlar y le di un beso en la mejilla agradeciendo el gesto de oso.-

Ya había visto algo que le gustaría, eran unas galletas de monedas, como las del banco, no todas eran del mismo sabor, pero si todas eran galletas recubiertas con chocolates y el estampado característicos de las monedas.

Me estaba riendo un montón, era divertido volver a lo que era. Me sentía muy bien, como antes, sin dudas, sin problemas… quizás era un avance muy importante para mí, iba a ser bueno ver a Erick hoy, quizás le llevaría algo para que comiera, me sorprendí pensando en él… y me volví a sonreí, verlo jugar con su balón había sido diferente así que me había llevado una grata sorpresa. Después de ver como Albus freno la agresión del oso, decidí que era bueno llevarle uno de los mismo a él, después de todo a él le gustaría luchar por su comida.

- ajaja ya veo… entonces tomare dos más..- con cuidado los tome y les puse sus galeones correspondientes, no quería que le hicieran daño a mis otros regalos. Ya me hacia ilusión dárselo.- ajajá ahora volvieron a ser lindos..-

Alce las dos cejas cuando sonreí, volví a enfocarme en su regalo, yo era persona de palabra, por mucho que dudara al final siempre cumplía lo que decía. La caja de monedas era un buen regalo, ya que el libro solo era una broma, pero me gusto ver la reacción de su cara. Negue agitando la mano derecha y mis ojos se fueron hacia el cielo en una actitud soñadora.

- era una broma, conozco tu creo!… se que va en contra de todos sus principios..- bromeé nuevamente mientras me iba por detrás de él soltando su mano, la caja de monedas estaba a su espalda y como era baja saque la varita para hacerlo mas fácil. - Accio caja Gringotts..- dije y la caja de tamaño considerable fue a dar a mis manos, me dio un leve empujón y pase a golpear a Albus por su espalda, nada fuerte pero divertido, me gire en el acto con una sonrisa muy grande.- este será tu regalo..- como si fuera modelo de cosas, pose y mis manos señalaron el nombre del producto con una sonrisa suave y encantadora… luego la lleva cerca de mi rostro y como aquellas modelos de los años 70 u 80 que promocionaban las cosas hablando de manera lenta y tierna..- La nueva caja Gringotts, el mejore regalo para amigos atacados por los hombres lobos, después de una larga recuperación sus amigos lo agradecerán. Las cajas Gringotts tienes 10 galeones de galleta de chocolate cubiertos con chocolate blanco, también 12 sickles de galletas de vainillas con recubierta de chocolate bitter y por supuesto 20 knut de galletas de coco con cubierta de chocolate dulce!..- mis ojos parecían bailar con las palabras y mi expresiva vos me hizo tan llamativa que hasta algunos alumnos me miraban, pero a mi me importo muy poco porque estaba intentado hacerlo sonreí.-

volvía sonreí y mis mejillas se tiñeron de rosa, me sentía avergonzada pero solo un poco así que me cubrí la cara con la caja soltando unas sonoras carcajadas, me sentí un poco tonta pero bueno… no había estado mal mi actuación.

- ajajá… lo siento no pude aguantar…- le dije una ves que mi risa se calmo, sacando la cara de la caja y retomando la postura normal.- bueno… te parece si te regalo esto?…- le pregunte después de tanta actuación, lo que me hizo sonreír contenidamente.-

Después de que los otros dejaron de mirarme mis mejillas dejaron de estar tan rosas.

Toque con mis dedos la cara, ya no las sentía tan ardientes y seguro el color me había abandonado, no le puse mucha atención a Albus en ese momento ya que me preocupaba más que el sonrojo no se fuera. Mientras estaba en eso miraba unas babosas, eran como de una pasta color moco, bien desagradable… aunque en su cubierta parecían tener hilos finos de chocolate blanco, aun así no me gusto su apariencia y seguramente no los comería. Me gire ahora si ya calmada, justo Albus se sacudía frenéticamente el cabello, parecía todo un animal cuando hacia eso y le di unos golpecitos suaves en su espalda, seguro sería un muy mal gato.

- jaja no es nada Albus…- le respondí y entonces vino la pregunta… más tiempo. Mis labios se abrieron pero se cerraron de inmediato, mire gire a ver el reloj de la tienda… aun me quedaban un par de minutos, pero era un corto tiempo para seguir haciendo compras..- me gustaría quedarme más… pero…- alce los hombros resignada, así era mi vida, copada de compromisos y cosas, siempre ocupada y haciendo.- creo que es muy poco tiempo, aunque me puedes acompañar de camino…- sí, era un poco masoquista, con lo que había dicho la revista de mi y los Potter, el sentido común dictaba alejarse.- bueno si te vas al castillo ahora, sino…- mis ojos azules se posaron en los verdes.- nos toca despedirnos….- esa ultima frase la dije con algo de tristeza como quien no quiere dejar ir las cosas.-

Seguro que me quedaba tiempo para comer algo, pero era mejor picar entre la atención de los clientes, y comer una fruta para variar, o tomar una cerveza de mantequilla, pero en suma, el día había estado excelente, una buena reconciliación para dos viejos amigos.

La llamada intuición femeninas, esa que muchos comparaban con neurosis, bueno en esa y otros llamados sextos sentidos, confiaba en ellos porque jamás me había defraudad, aunque no siempre hacían un buen trabajo ya que muchas veces demoraban un poco en alertarme de las cosas. Aunque no podía decir que esta ves era algo parecido, ya que solo sentí una pequeña molestia, algo dentro de mi estomago, como una buena mente lo atribuía al hambre y lo deje pasar. Mis ojos aun seguían mirándolo, creo que jamás me cansaría de hacerlo, a veces sentía que era por costumbre, si… debía ser eso y que pronto pasaría, como todo lo demás.

- esta bien… la exageración no es uno de tus fuertes..- le dije con el mismo tono de burla que había usado durante toda la jornada, me estaba buscando una pequeña venganza de juego.- pero eso sí…- toque su nariz con el dedo índice..- prométeme que te iras directo al castillo, sin escalas para explorar…- otra broma más, como sí el deseara volver a meterse al bosque prohibido a jugar.-

Me reí de buena gana mientras asentía con la cabeza a las cosas que decía, e incline la cabeza para recibir su beso, me recordaba mucho a los que me deba mi papá de niña, ya que siempre lo hacia cuando me revelaba sus afectos. Seguro que mis ojos brillaban, y como no sí estaba muy feliz, dichosa… no solo de ver a Albus, sino de saber que yo seguí figurando en su lista de cariños. Hice como si recibiera su bala invisible, como si hubiera llegado directo al corazón provocando una muerte inmediata, de tener más tiempo me tiraba al suelo, pero un show por día era más que suficiente.

- y tu también Albucituuuu.- dije su nombre como si aullara, me guiñe un ojo a la ves que levantaba mi mano derecha para despedirme sacudiéndola.- nos vemos en el castillo..-

Fue lo ultimo que le dije para salirme de la tienda y emprender el camino de regreso a las tres escobas, me quedaban un par de minutos sueltos, me iba a tragar un chocolate y comer algo de la cocina para volver a atender las mesas, la señora no era mala persona pero yo era una maniática cuando se trataba de los empleos, esa era la mala influencia de Albert.

CERRADO