Halo {Albus Potter}

Sabado 8 de Octubre / Despues de Almuerzo / Tarde fria y despejada

Una semana completa que no lo veia y que practicamente no sabia nada de el. Las lechuzas eran un medio muy antihigenico para San Mungo, por lo que se limitaba su uso en lo minimo posible. Ademas de eso no me gustaba molestar. No queria ser una chica de aquellas que molestan al tipo hasta que lo cansan. ¿Y que tanto le podia contar a Albus en una carta?. La semana habia sido poco interesante. Las practicas de Quidditch cansadoras. Y el estudio habia sido agonizante. Si no fuera por Addy y su buen humor mis dias habrian sido tan tediosos como una clase continuada de Historia de la Magia, y con ello no hay que explicar mucho mas al respecto.
Segun habia podido averiguar gracias a Roxy, Albus llegaria a Hogwart antes de almuerzo. Se suponia que Scor, Addy y yo lo estariamos esperando en el Gran Comedor, y de ahi iriamos a la Sala Comun para ponernos al dia. Me habia cambiado tres veces de ropa en la mañana, ante lo cual Addy habia enarcado una ceja mirandome divertida. Despues de descartar algo tan provocador, decidi vestirme con unos jeans ajustados y una camiseta blanca bajo la chaqueta gris. El dia estaba helado, y de seguro Albus querria dar un paseo por el jardin en vez de ir a encerrarse todo el dia entre las paredes del castillo.

Asi fue que esperamos y esperamos durante el almuerzo a Albus, quien nunca llego. Me preocupe y le pregunte a Scor si el creia que algo le habia pasado, pero nosotros no lo sabiamos. Y al parecer ninguno del clan Weasley tenia ninguna otra nueva informacion. Frustrada y decepcionada por la estupida espera, me puse de pie con el semblante molesto. Scor y Addy me invitaron a jugar Quidditch un rato, para ver si con ello me calmaba. Pero yo me negue. No tenia ganas de seguir evadiendo mis preocupaciones. Preferia caminar y meditar sobre todo ello, porque los nervios me habian impedido comer, y no sabia bien como serian las cosas ahora que Albus volvia. Ya no estaba segura de nada, ni siquiera si lo de fingir todo esto habia sido una buena idea en primer lugar.

Fue por ello que en ese momento me encaminaba al lago. Con mi varita habia atraido con un accio mis apuntes de estrategia de Quidditch, y caminaba en busqueda del arbol donde me solia apoyar desde que habia entrado al Colegio. La brisa despeinaba mi cabello, y mis manos iban enfundadas en unos guantes de cuero negro. Llegue a mi arbol favorito, donde en segundo año habia tallado mi nombre, y tome asiento bajo el, observando el lago que ondeaba a unos metros y sintiendo con agrado el aire limpio que ahi se podia respirar. Lejos de todo lo demas emane un largo suspiro, y deje el cuaderno sobre mi regazo, esperando que de un momento a otro la inspiracion del juego llegara a mi.

Cassandra se mostró negativa y comenzó a sacarse los zapatos y los calcetines tirándolos al pasto y se puso de pie "¿Qué estás haciendo Cassandra?" negué con la cabeza mientras ella comenzaba a hablar mientras se alejaba de mí y se acercaba al lago. Me levanté del pasto.

El cielo ya estaba poniendose de un rojo intenso anunciando el inminente ocaso y la luz que aún quedaba se comenzó a poner rojiza. - Se te olvidó decir que es una chica poco observadora y arrogante - completé su descripción mientras me acercaba a ella paso a paso calmado. - Que la mayor parte del tiempo es despistada y que necesita a alguien que la cuide - afirmé sin esperar a que ella mi diera un voto a favor, porque yo sabía que en el fondo aunque Cass fuera una chica completamente autosuficiente, neceistaba de alguien que la cuidara y ese alguien era yo, porque nadie más podía comprender la naturaleza de ella como yo y nadie la querría de la manera en la que yo la quería. - Que es la más hermosa de todas las chicas que he visto antes - tomé su mano en ese momento haciendo que separara sus pies del borde del lago y que se arrojara, que por unos instantes pensé que lo haría antes de que pudiera sujetarla. - Y que justo en este momento quiere arruinar un perfecto momento por los nervios que la corroen y no me deja preparar una cursilería digna de ella para pedirle oficialmente que sea mi novia - no despegué ni un momento mis ojos de los de ella y poco a poco la fuí jalando hacia mí para que su cuerpo que ahora se encontraba muy frío se pudiera acoger entre mis brazos.

La abracé y atrajé su cuerpo lo más que pude al mío para intentar que sus pies subieran a los míos y dejara de tocar el pasto frío con la piel descanza. - En serio crees que deliveradamente pasaría por alto las indirectas completamente directas que me has estado tirando desde que llegué? Por supuesto que quiero que seas mi novia...- acaricié su mejilla retirando un mechón de cabello que estorbaba y lo acomodé detrás de su oreja - ...quiero que desees solo estar a mi lado y hace días que sé que eso es lo que quieres, pero no me has dado ni siquiera tiempo de llegar al colegio! - dije lo último alegre con una sonrisa en los labios.

Tomé su mentón con mi dedo índice y acerqué su rostro al mío obligándola a levantar la mirada hacia mí y pegué mis labios con los de ella sin besarla en el estricto modo de la palabra. - Sé mi novia, Cassandra - susurré muy bajo sin dejar de mirarla y con los labios unidos a los de ella. No era una pregunta, nuevamente era una especie de exigencia, una que provenía de lo más profundo de mis sentimientos.

Albus iba interrumpiendo mis palabras, mas yo no le hacia el menor caso. Necesitaba decirlo todo para no quedarme atascada con ello. No podia controlar mi lengua, pues era como que hablaba sola. Y mis ojos se mantenian fijos en los de el para no perderme detalle de su reaccion. Mi mano estirada hacia el, fue entonces tomada por la suya, y sus palabras me robaron una sonrisa a pesar de lo nerviosa que estaba. Mi piel estaba totalmente fria en comparacion a la de el, y mis labios se habian tornado algo palidos por el frio. Sin mas me deje guiar hacia sus brazos, agradeciendo el calor de ellos y su acogida. Durante un instante me imagine su rechazo, y con ello estaba dispuesta a saltar al lago y quedarme ahi hasta que el agua fria limpiara mi humillacion, si es que eso era posible-. Sabes que no me gustan las cursilerias- dije en un tono bajo y coqueto, parandome sobre sus pies y quedando totalmente cerca de el. Mis brazos rodearon su cuello para no volver a pisar el cesped humedo.

Su mano acaricio mi mejilla y me rei despacio al escuchar sobre mis indirectas-directas. La verdad es que nunca habia sido buena para las indirectas. Ese no era mi modo de actuar, y el lo sabia. Me apegue mas a su pecho y senti su calor. Mis ojos pegados en sus labios vieron su sonrisa, notando asi como el tambien parecia divertido con la situacion. Mas luego su dedo elevo mi menton hasta transportar mi admiracion a sus ojos. Se acerco a mi, y ya entonces mi corazon volvio a latir de prisa. El frio que sentia en mis extremidades era contrastado con el calor que sentia en mi corazon. Mis mejillas se volvieron a arrebolar, y sus palabras hicieron eco en mis oidos llevandome a dibujar una sonrisa en mis labios pegados a los suyos-. Pense que ya lo era...- respondi en un susurro, y antes de decir cualquier otra cosa lo bese, abriendo mi boca y hundiendome en sus labios, cerrando los ojos. Fue tal el impetu de mi beso al inclinarme hacia el, que Albus resfalo hacia atras, y seguimos besandonos avanzando hacia su espalda hasta chocar con el arbol bajo el cual habia estado tendida. Rei por ello pero no deje en ningun momnto de besarlo. Escuche como su cuerpo chocaba contra el tronco de madera y yo volvi a tomar lugar sobre sus pies. Una de mis manos se enredo en los cabellos de su nuca, mientras la otra se mantenia firme en su espalda para seguir asi, besandonos bajo la luz del atardecer. Aquel atardecer que anunciaba que ese dia extraño terminaba de la mejor manera posible, una que hace un mes atras jamas habria imaginado.

Mordi su labio inferior y me separe solo un poco de su boca para tomar una bocanada de aire. No sentia frio por estar tan cercana a el, y poco me importaba el posible resfrio que cogeria-. ¿Sabes? Me encantas- le dije juguetonamente atrapando nuevamente mi labio entre sus dientes-. Pero este arbol no se ve muy comodo para demostrarlo- señale acariciando mi nariz con la suya y sin dejar de sonreir. Mi mano que acariciaba su cabello se deshizo de aquel y bajo por su pecho, lo cual me hizo perder el equilibrio y posar uno de mis pies en el cesped frio. Observe sus ojos-. ¿Vamos?- pregunte justo en el momento que una brisa golpeaba mi cuerpo y me ocasionaba un escalofrio. Aun estaba mi ropa regada en el suelo, y me habia dado cuenta que la humedad de mis pantalones no me permitia temperarme otra vez, ni aunque quisiera.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro ante su respuesta "Ya lo eres" pensé mientras mis labios y sus albios se fundían en un beso intenso del que no quería ni iba a intentar escapar. Cerré los ojos dejando que la suavidad de sus labios perdieran mis sentidos y solo encontraran el camino correcto de la vida entre sus labios. Nuestros cuerpos avanzaron sin poder detenerse hacia mi espalda haciendo que ésta se estampara contra el árbol que anteriormente nos cubría del sol que estaba en el cielo y que ahora se comenzaba a esconder por el horizonte. Abrí los ojos en ese instante y me topé con su mirada juguetona.

Mi labio fué atrapado por sus dientes y me acerqué más atrapando al mismo tiempo su labio inferior con mi boca. Su sabor era indescriptible, tenía un gusto muy peculiar que solo me indicaba que era ella y una fragancia única que podría reconocer en cualquier lugar. - Eres muy amable, la verdad es que me gustaría hacer las cosas como se deben - le dije sugestivamente recordándole que la primera y única vez que estuvimos juntos en la intimidad ella ahbía prometido que a la siguiente vez me llevaría a un lugar cómodo y el tronco de un árbol no era precisamente la mayor comodidad que pudiera imaginarme, lejos estaba de serlo. - Si vamos, quiero comprobar eso que me dices, aún tengo mis severas dudas al respecto - bromeé, pero mi voz sonó ansiosa de que me demostrara cuanto era que le encantaba y sonreí con un ligero toque de patán.

La sujeté con ambos brazos por las piernas y la espalda, como una novia de Iglesia llegando a la Luna de miel y me incliné sujetándola con fuerza para que pudiera tomar sus cosas - No te sueltes - al momento de decirla esa frase sonó demasiado metafórica y así lo era, le había prometido que no la dejaría, ahora que le decía que no se soltara. Esperé a que tomara sus cosas para poder llevármela a la sala común. - Mi mochila, no la dejes - no podía olvidar ahí mi mochila puesto que llevaba mi resguardo de golosinas para la semana y hasta la próxima salida a Hogsmeade y la recordadora modificada que Allie me había regalado.

Albus no dudo en seguirme el juego, cosa que yo ya suponia, y le sonrei abiertamente ante su frase de la supuesta comprobacion que debiamos hacer acerca del encanto que ejercia sobre mi. Acerque mi rostro a su cuello y deposite ahi un beso, justo en el momento que me tomaba en brazo y yo dejaba escapar una risa por aquel movimiento que no me esperaba-. Que galante- comente colgandome de su cuello con una mano, para asi dejar libre la otra. Se inclino hacia adelante para que yo pudiera tomar mis cosas, y tome asi mi varita que se habia caido al suelo cuando nos tendimos en el cesped. Con ella en mi mano gire mi muñeca y dije-. Accio - apuntando mis cosas que estaban en el cesped, todas las cuales se elevaron del suelo y recayeron en mi regazo con suavidad, siguiendo el movimiento de mi varita. Le sonrei a Albus y me afirme mas fuerte cuado se volvio a inclinar, notando que esto no iba a resultar del todo bien. Mi mano se estiro para sujetar su mochila por una de sus azas, y entonces todo su contenido se vacio en el cesped, al igual que mis cosas que, al inclinarme a recogerlas, cayeron de mi vientre hacia el suelo.

Rei abiertamente hacia esto y negue con la cabeza-. Hasta ahi llego la galanteria- dije aun divertida y soltandome de Albus para ir a parar al suelo. Me agache para recoger mi calcetin y ponermelo, pero al levantarlo... vi algo curioso bajo el. Una pequeña bolita con humo en su interior que no sabia reconocer. Era un objeto curioso, aun mas para mi que creia conocer de todas esas cosas, pues mi padre era un amante de objetos magicos; y aunque me parecia que era una recordadora algo tenia de inusual.

Sosteniendo mi calcetin con una mano y la bolita con la otra, la admire en contraluz con el sol del atardecer. Arrugue mis labios y, mi ceño al notar como tenia inscrita dos letras "A" entrelazadas. Por lo general yo no era muy fijada en los detalles, pero no tenia que preguntar para saber de donde venia eso. Senti un leve golpe en el pecho y le lance la bolita a Albus a sus manos sin comentar nada al respecto. Habian ciertas cosas que preferia no saber, asi como otras que no queria que me preguntara. Por lo tanto me sente en el suelo entre el mar de cosas desparramadas y me puse mis calcetines en los pies desnudos. Me quede callada, actitud bastante extraña en mi. ¿Pero que podia preguntarle?. ¿Que era eso?. ¿Para que era?... ¿por que lo andaba trayendo en su mochila?. Recorde mi conversacion con la nerdy tontona esa y mis gestos aun no se alisaban, pero al estar agachada poniendome los zapatos no se notaba, pues mi cabello cubria mi rostro a proposito.

Habia algo en todo eso que no me gustaba, que no me gustaba nada de nada. Pero yo apreciaba mi libertad, y por eso apreciaria la de Albus... al menos hasta un punto. Y cuando aquel punto llegara podria ser que Cassandra Nott explotara. Oh, a nadie le gustaria ver a Cassie explotar.

Al parecer el intento de salir de ahí galantemente se vió empañado cuando Cassandra intentó sujetar mis cosas por una de las asas de la mochila y todo su contenido cayó al suelo, las cajas de chocolates, y dulces cayeron al césped y a su lado la recordadora también lo hizo. Antes de que pudiera levantar las cosas, ella ya sujetaba la recordadora y la miraba a contra luz, era obvio que no era una recordadora normal puesto que el humo que tenía en ese momento no era ni rojo ni blanco, solté el aire con lentitud para no hacer notar que algo andaba mal porque ahora no sabía como abordar el tema con Cass sobre Allie. No me había gustado en absoluto que ella hubiese ido a buscar a mi amiga para decirle que se alejara de mí haciéndole creer que yo era quien así lo deseaba.

Me incliné sobre mis rodillas y metí el contenido de mi mochila dentro de ella nuevamente y tomé la recodadora metiéndola dentro de uno de los bolsillos de mi chaqueta ¿Me preguntaba de que color estaría en ese momento el humo en la recordadora de Allie? Esa era una pregunta que comenzaba a formularse en mi cabeza seguido.

Cassandra se puso los zapatos y me tiré de nuevo en el suelo esperándola. - ¿Porqué le dijiste a Allie que se alejara de mí? - pregunté secamente, era muy obvio que por el silencio de Cass, ella se había dado cuenta de las dos A's entrelazadas y por mi historia, era un hecho que eran de "Allie & Albus" ella estaba molesta, y yo quería saber porque había ido con ella a decirle esas cosas cuando se suponía que no eramos novios.

La miré esperando a que mi devolviera la mirada, su cabello separaba sus ojos de los míos y guardé silencio esperando su respuesta.

Me ponia los zapatos con calma esperando que el rubor de la colera se esfumara de mis mejillas. Note de reojo que Albus tomaba asiento una vez mas en el suelo, y escuche su pregunta tornandome tensa tras ella. Habia tantas cosas que podia responder a su pregunta, pero en tal caso preferia decir la verdad. Total, no habia nada de malo en lo que yo habia hecho.

Lentamente alce mi mirada una vez que mis zapatos estaban en su lugar. Me puse de pie con agilidad, de un brinco practicamente, y me abrigue mis brazos desnudos con la chaqueta que habia llevado al jardin. Deje que un silencio sordo se pusiera entre nosotros mientras me preocupaba de espantar el frio de mi cuerpo. No tenia apuro por responder. Ademas que no estaba del todo segura como Albus se podria tomar mi respuesta.

- Porque es una nerdy manipuladora, mosca muerta, y que juega contigo- dije sin ningun dejo de duda en mi comentario. Yo le habia sacado el foto a esa estupida hace años atras, y no variaba nada mi opinion de ella. Si, era inteligente, pero ademas sabia manipular. Quizas habria sido una buena slytherin-. Cuando le dije que se alejara de ti fue despues de que llegaras todo confundido por cada vez que la veias- rodee los ojos al recordar aquello y negue con la cabeza. Tenia la mirada inclinada hacia Albus, con el viento desordenando mi cabello y observando que su piel se veia dorada por la luz del atardecer. Me acerque un poco hacia el y me mantuve de pie, a su lado, posando mi mano en su cabello y desordenandolo un poco-. Pero si no te quieres alejar de ella. Si prefieres tener recuerdos de ella en tu mochila. Si es tan importante en tu vida como para que no puedas vivir sin ella... pues hazlo- señale con total apatia. No parecia enojada, solo indiferente, alejando mi mano de su cabello y arrugando un poco mi nariz. Me estaba conteniendo de gritar algo o decir todo lo que pensaba en ese momento. No porque no deseara pelear, sino porque todo lo que me gustaria decirle a Albus era a algo que yo le prohibiria rotundamente que me dijera a mi-. Yo no mandare en tu vida, como espero que tu no lo hagas en la mia- sonrei burlonamente y puse el dedo indice en mi menton, pensando un segundo mientras una frase venenosa reptaba desde mi garganta hacia mis labios. Contener mis emociones no era algo facil, de hecho, era todo lo contrario. Y por lo mismo lo que dije a continuacion, aunque siendo dicho de forma maliciosa, era absolutamente impulsivo-. Asi que no me regañes si me ves conversando con mi ex- cerre el teme batiendo mis pestañas de manera coqueta y tomando mi varita con firmeza para, que con un movimiento de muñeca, mis apuntes de Quidditch llegaran a mis manos. Tras lo cual me voltee para caminar hacia el castillo... suspirando una vez le di la espalda a Albus.

Sabia que el no tenia idea que tenia un ex. No era algo de lo que yo conversara a menudo.

Cassandra se acercó a mí y tocó mi cabello diciendo cosas que si se sabían leer entre silencios podía deducir que ella estaba muy enojada pero no me lo haría saber, era demasiado orgullosa como para hacerlo pero podía darme cuenta. Además nunca había sido un secreto de que a ella le salían furúnculos cada vez que sabía que estuve con Allie y ya no sabía como hacer para que eso cambiara. Yo no sentía nada por la Ravenclaw más que una amistad, no podía decir que era una amiga común como las demás porque no era así, la amaba, pero la amaba como se podía amar a una muy buena amiga o a una hermana porque habíamos pasado demasiadas cosas juntos, desde el primer momento en el que pisé el colegio ella estuvo ahí, me guió y me enseñó la mayoría de las cosas que había que saber para sobrevivir en el colegio y no podía dejar de quererla, eso era lo que nos había llevado a una relación de noviazgo, que al final no funcionó porque nos queríamos demasiado pero solo eramos amigos. Estaba seguro de que Cassandra nunca lo entendería porque no la soportaba.

Allie si era así de importante para mí, pero era un hecho de que Cassandra jamás lo comprendería. Contuve un suspiro mientras ella soltaba su mano de mi cabello y tomaba distancia. Analicé sus palabras sin decir nada. Las desglocé de a una por una y solo me quedaba pensar que ella realmente sentía muchas otras cosas con respecto a ese tema pero que no las iba a decir porque iba a respetar mis decisiones como quería que yo respetara las de ella. Tenía que aceptarlo, a nadie le gustaba que coartaran su libertad y yo no sería quien hiciera que Cassandra cambiara, si era el principal motivo por el que me gustaba estar con ella pero al mismo tiempo sentía que una parte de mí pedía que ella se comprometiera a esto que íbamos a intentar, si ella quería ser mi novia tenía que dar una parte de ella para que estuvieramos bien ¿No? Ese último comentario me dejó helado. Venenosa como solo ella podía serlo me dejó en blanco, dió media vuelta dándome la espalda y comenzó a caminar al castillo.

Me quedé mirando como su cabellera rubia se movía al compás de su andar y sus caderas se deslizaban armoniosamente por el anochecer, puesto que ya no había ni rayo de sol en el horizonte. Solté el suspiro que había estado conteniendo. Lo que estabamos haciendo era un error, uno muy grande y peligroso. Probablemente debí dejar que las cosas siguieran así y que Cassandra siguiera deseándome, ahora que me tenía iba a comenzar a ver todas las limitaciones que una relación de verdad le generaban y yo a tener miedo de perderla ahora que en cierta manera la tenía. Bajé la mirada al suelo mirando mis zapatos sin poder moverme. De nuevo esa sensación en los brazos, como si la piel no me quedara y me doliera, se había apoderado de mis sensaciones. En ese momento no supe que hacer y la dejé ir, como estaba seguro que al final terminaría haciendo, dejándola irse de mi lado quedándome sin nada que decir.