El primer despiste del año {LIBRE}

Una chica castaña caminaba despacio por los pasillos. En su túnica se apreciaba el escudo de la casa de los trabajadores tejones y en sus manos se encontraba abierto un gran mapa con varias pestañas y marcas de tinta de colores, a pesar de lo cual parecía totalmente perdida.

-No entiendo que he hecho mal esta vez-dijo mientras se apoyaba en una pared que estaba libre de cuadros y armaduras. Un suspiro de resignación escapó de sus labios mientras dejaba en el frío suelo de piedra su mochila marrón abarrotada de libros y plumas que se vislumbraban desde el exterior. -Deberían inventar un GPS mágico, aunque claro, creo que yo sería la única que tendría la aplicación de Hogwarts.

La chica se dejó caer al suelo mientras cerraba los ojos. Ahora sólo le quedaba esperar a que algún alumno o profesor apareciera por allí y se compadeciera de ella, cosa que sería bastante díficil ya que el pasillo parecía no haberse utilizado en mucho tiempo.

La chica vió al Griffindor correr, sin embargo tardó demasiado en recoger los pies. Tal vez fuera porque no esperaba ver a nadie o porque realmente estaba asustada por la caida que había provocado, el caso es que ahora en su cara había un dulce muestra de sorpresa y temor mezcladas. La chica dejó a un lado el mapa y, tras recuperarse de la impresión, se acercó al chico preocupada por el quejido de dolor que había soltado y con intenciones de ayudarlo y enmendar su error.

-¡Lo siento mucho!-exclamó con un tono de voz que realmente denotaban preocupación y remordimientos.-¿Estás bien?¿Te has hecho mucho daño?-Le extendió la mano al chico esperando que este la aceptara y que no se hubiera enfadado mucho, con la mano que tenía libre retorcía un mechón de su cabello detonando nerviosismo.

Todo en ella denotaba preocupación por el chico, remordimientos desmesurados por lo que había provocado y nerviosismo por no saber que iba a pasar ahora. Tal vez era una reacción desmesurada pero ella estaba dispuesta a suplicar perdón de rodillas para no tener que sufrir una vendetta si el chico resultaba ser de esos que veían enemigos en todos lados y que maquinaban tu muerte perfecta si les dedicabas una simple mirada.

La chica dejó de retorcerse el pelo para ayurdarle a levantarse mientras en su rostro aparecía una sonrisa por lo que había dicho el chico, aunque aún estaba preocupada.
Esperó a que el Griffindor se incorporara totalmente y se sacudiera el polvo para separarse e ir hacia sus cosas que seguían tiradas en el suelo.

La castaña le dedicó una mirada de reconocimiento cuando él pronunció su nombre, al fin y al cabo todo el mundo había oído hablar del primogénito de los Potter y en este caso, por muy despistada que fuera, ella no era la excepción. Al oir la pregunta un leve sonrojo tiñó sus mejillas, al fin y al cabo tenía 15 años y aún así seguía perdiéndose como si estuviera en primero. A pesar de ello decidió contestar a la pregunta, después de todo ella había provocado una caída.

-Me perdí-contestó susurrando mientras desviaba la mirada.-Estaba esperando a que alguien pasara y me dijera por dónde tengo que ir.-Agregó en un tono más despreocupado y, al darse cuenta de que aún no se había presentado, extendió la mano.-Soy Chloé Ivoire.

La chica ladeó la cabeza enternecida ante el gesto tan caballeroso y olvidado del chico, confirmando, gracias a su referencia a una película, el hecho de que no era uno de esos locos que iban por la vida amenazando a todos aquellos que no eran sangre limpia y burlándose de todos los maravillosos inventos de los muggles...En fin, ellos se lo perdían.

-No soy nueva-dijo mientras intentaba estirar el arrugado mapa para que se viera mejor.-Simplemente soy muy despistada, aunque debería al menos conocer el colegio en el que llevo ya 5 años-habló mientras giraba y giraba el mapa intentando encontrar el lugar en el que estaba, sonrió cuando oyó la mentirijilla de su salvador porque por muy despistada que fuera sabía por su guiño que estaba mintiendo, aunque no le importó demasiado.

-Sinceramente, no recuerdo el lugar al que quería ir-susurró avergonzada mientras sus mejillas se tornaban de rojo. Cerró los ojos intentando recordar por qué había llegado hasta allí, pero lo único que consiguió recordar fue que esa mañana había perdido su recordadora recién comprada.-Aunque creo que debería intentar volver al Comedor o al Hall principal, tal vez allí lo recuerde.-Dijo tras soltar un suspiro y clavar su mirada en el chico esperando su reacción.

-Gracias por acompañarme.-Chloé acompañó su agradecimiento con una sonrisa y se dejó arrastrar hasta las escaleras. Mientras bajaban por las famossas escaleras cambiantes la chica intentaba memorizar algo que pudiese ayudarla a no volver a perderse.
"Cuadro campestre con animales correteando, retrato de una chica con una vela, un cuadro de querubines...". Estos abstractos pensamientos de la Hufflepuff se vieron remplazados por un intento de atender a lo que había dicho el chico, algo de Quidditch y de que era cazadora...Una bombilla se encendió en su despistada cabeza y asintió.-Sí, cazadora...Aunque no tan buena esquivando bludgers.-Agregó confirmando lo dicho por el chico y añadiendo un pequeño dato que podía ser confirmado si se revisaban los registros del año pasado de la enfermería.
-Mis padres son muggles.-Musitó ella como toda explicación para la extrañeza del chico, Chloé miró al chico de reojo evaluando la reacción que tendría cuando procesara la información que ella acababa de soltar.

La chica dibujó una media sonrisa en su cara cuando el chico le confirmó que a él también le habían dado alguna vez, pero era normal, es decir, era un riesgo que corrías si te gustaba un juego que consistía en volar con tu escoba a unas velocidades poco normales mientras esquivabas a dos pelotas que hacían lo que les daba la gana y te concentrabas en una sola pelota. Todo eso sin contar que los del equipo contrario no solían tener ningún tipo de miramientos para tirarte de la escoba.

El chico se mostró gratamente sorprendido cuando la Hufflepuff le confirmó que era hija de muggles y al momento comenzó a hablar de lo maravilloso que le parecía su modo de vida. Chloé sonrió aliviada al ver la reacción del chico y escuchó todo lo que dijo asintiendo levemente, aunque ella no compartía su fascinación por ese mundo, tal vez porque estaba demasiado acostumbrada o por el hecho de que se sentía mejor en el mundo mágico.

Cuando el chico se apoyó en una de las ventanas ella permaneció quieta mientras escuchaba al chico recordar a su abuela hija de muggles, aquella a la que nunca había comocido. Ella conocía a todos sus abuelos y tenía la suerte de que todos estaban perfectamente, aunque tampoco le prestaban demasiada atención y los que lo hacían, sus abuelos surcoreanos, vivían en la otra punta del mundo y solo iba a verlos en verano.

Escuchó algo sorprendida la propuesta del chico pero asintió con una sonrisa, después de todo James parecía bastante ilusionado con la idea y así podría librarse durante un día de todas las reuniones, cenas y fiestas que daban sus padres cuando ella estaba en casa, a pesar de que no la habían visto en los últimos meses. Su mirada se ensombreció unpoco con estos pensamientos, pero en poco tiempo recuperó su mirada brillante y positiva.
-Claro que no me importaría, tal vez podríamos ir un día durante las vacaciones de Navidad.-Chloé confirmó verbalmente que aceptaba la propuesta del chico y le propuso quedar durante las fiestas más próximas. Una risa escapó de su boca cuando oyó la promesa del chico, después de todo era James Potter; sin embargo ella también prometió algo:-En ese caso yo prometo no perderme.