Con la mente en blanco y botella en mano~ {Libre}

Para ser un día por la noche se estaba tornando demasiado aburrido, aun dando vueltas en mi cama, decidí que tal ves, por una improbable razon, seria grandioso ir a la torre de astronomía, el cielo estaba despejado, por lo que se podía tener una mejor visión del cielo nocturno.
No es que encontraba fascinante el subir a las torres, fuera de horario escolar, pero si no había ninguna otra opción ¿que mas daba?.
Tome mi bolso y meti dentro una pequeña botella de licor de menta, era mi ultima adicción, bueno no adiccion si no adoracion, encontraba a ese liquido sumamente exquisito y extasioso.
Subi rapidamente a las torres y me quede mirando fijamente hacia el cielo, bien y ahora que?.
Me recosté en una de las sillas sacando mi pequeña petaca y con la mirada perdida hacia el cielo, con la mente en blanco y dando pequeños sorbos a mi bebida.

Estaba cansada. Terriblemente cansada, pero por más que lo intentaba no podía dormirme. Daba y daba vueltas en la cama sin resultado. No había forma de quedarme dormida. Suspiré y me levanté, apoyando mis pies en el frío suelo. Los miré y sacudí la cabeza para después estirar mis brazos. Me incorporé totalmente y tomé una gabardina, anudando el cinturón alrededor de mi cintura. Me dediqué a caminar por el castillo sin saber exactamente a dónde iba. Entonces vi una silueta ir hacia las torres. Decidí seguirla. Si fuera alumna de mi casa, una compañera iba a cantarle las cuarenta porque era tarde, demasiado tarde como para estar por ahí y que nos podían quitar puntos por su culpa. Bueno, vale yo estaba haciendo lo mismo, pero se podía considerar que era una ronda, como las que hacía por los pasillos cuando me tocaba, como buena prefecta que era.
Entonces subí las escaleras de la torre de astronomía y me encontré a una chica bebiendo. Alcé una ceja y esbocé una sonrisa. -Hola-la saludé mientras apoyaba mi espalda en la pared.

Me sobresalte al escuchar una voz femenina, sin duda alguna. Me incorpore de inmediato, y en ese movimiento la pequeña botella se resvalo de mis manos, di un rapido movimiento antes de que impactara en el suelo. Solte una risita nerviosa, no esperaba que nadie apareciera y menos una...slytherin.

Pero si, una chica rubia estaba parada y sonreia mientras me miraba, claro era un espectaculo, una alumna que se escapaba en la noche de su cuarto, para colmo con una botella de alcohol que casi se le caia, o mejor dicho que se le callo, pero que atrapo a tiempo.
-Hey...hola-Le sonrei amigablemente, solo esperaba que no fuera una prefecta o algun tipo de estudiante amante de las normas y me delatara.-¿Que tal?-Pregunte acomodando mi cabello detrás de mi oreja y balanceando mi peso en unas de mis piernas.

Me mordí el labio inferior al ver como, del susto, la chica casi deja que la botella se estampara contra el suelo. Suspiré y sacudí la cabeza. -Perdona-le dije-No era mi intención asustarte. Y era verdad, no pretendía asustarla puesto que podíamos divertirnos en ese lugar. Esbocé una ligera sonrisa y la miré a los ojos.

-Podrían restar puntos a tu casa, querida si te vieran así. Yo misma podría hacerlo-le dije, pero antes de que hablara sacudí la cabeza e hice un gesto con mi mano-Pero no he venido aquí para quitarle puntos a nadie, ni para delatarte. Es tarde, hasta los prefectos estamos dormidmos y este no es mi territorio, por decirlo de alguna manera. Tu prefecto se encargará de ti, si te ve claro.

Me senté a su lado y volví a mirarla-Bien, bien ¿tú?-dije contestando a su pregunta-¿Compartirías la botella?-le pregunté sonriendo y después de colocar un mechón de cabello tras mi oreja extendí mi mano-Soy Geneviève, por cierto.

Suspire aliviada al ver que por lo menos con ella no tendría problemas, bueno no habría que tener ningún problema, había sido muy precisa para escabullirme de los controles de prefectos y profesores, algo que por lo menos se me daba muy bien.Pero no esta noche, por alguna absurda cosa del destino ella había decido venir hacia aquí y me había encontrado. Era bueno saber que no me delataría, no esta noche.
-No te preocupes, fue el sentir tu voz lo que me alarmo, y agradesco por que no me delates-Le sonrei y tome su mano extendida.-Soy Lizbeth, bueno mejor Liz-Hice un mueca en cuanto dije mi nombre completo , nunca me había gustado que me dijeran Lizbeth, quedaba muy...formal.
Le tendí con mi otra mano, la botella para compartirla con ella, después de todo, una botella entera dejaría muy mal mi coordinación.-Claro, toma. Yo bien , gracias, aburrida como podras ver, pero nada que esto pueda no arreglar-Solte una risita, señalando lapetaca que ahora ella tenia en su mano.-¿Y tu? ¿Por que no estas durmiendo? Supongo que...turno de vigilar?

Escuché sus palabras y asentí levemente como modo de disculpa mientras me acomodaba en el suelo de la torre. Miré a mi alrededor, estudiando ese lugar que tan distinto se veía por la noche. Me encogí de hombros y coloqué mi cabello para vovler a mirar a la chica que se estaba presentando.-Un placer Liz-le dije-A mí todo el mundo me suele llamar Gene, o Nevie, como más te guste-le informé con una débil sonrisa en mis labios.

Sonreí ante lo de no delatarla. Ahora mismo no estaba de ronda de prefectos, aunque pudiera parecerlo. No, simplemente estaba dedicándome a pasear y aunque yo podía decir si me pillaban por los pasillos que estaba de ronda, no sería demasiado justo para la chica delatarla puesto que realmente no lo estaba. No, simplemente era una mala noche en la que no podía pegar ojo.

Me tendió la botella y yo sonreí mientras le pegaba un trago. Sentí como el alcohol bajaba por mi garganta, quemándola ligeramente. Me encantaba esa sensación, la verdad es que era una de mis favoritas y no, no era una borracha ni mucho menos. De hecho detestaba a la gente que bebía hasta parecer desechos humanos. Sacudí la cabeza y miré a Liz. -Pues verás...-comencé a decir mientras le devolvía la botella para que ella también bebiera-No podía dormir, simplemente. ¡Oh, no! No estoy de guardia, por así decirlo, de hecho gané una apuesta a un prefecto de mi casa y ahora es él quien hace también mi turno... una larga historia-reí.

La miraba sorprendida, no es que nunca había hablado con algún Slytheriano, pero que fueran tan simpáticos, amables y abiertos al hablar, eso si me sorprendía rotundamente.
-El placer es mio, Gene, me gusta ese-Puse mi dedo en mi boca de forma pensante, luego la volví a mirar y sonreí.

Tome nuevamente la botella y me senté en donde había estado ubicada anteriormente, le hice un mohin de que se sentara en la silla contigua, seria incomodo estar todo el tiempo paradas.-Hey, no muerdo!-Aclare riendo en cuanto ella se sentó donde le había indicado anteriormente.

-Ser prefecto tienes sus ventajas ¿a que no? Por ejemplo esta, del salir y si te pilan decir que estabas de ronda-Le sonreí divertida, si yo fuera prefecto, creo que lo usaría mas para mi beneficioso, que velar el sueño de los demás.-Si no me equivoco eres de Slytherin ¿No?, digo al no ver tu túnica-Pregunte por preguntar, sabia que era de Slytherin, ninguna chica que fuera rubia y tan hermosa, seria de alguna casa, algo en común de la casa de Slytherin eran los rasgos perfectos que poseían, fácil de diferenciarlos del resto.

Sonreí ligeramente cuando dijo que le gustaba más Gene y asentí levemente para decirle que estaba bien, que si me quería llamar por ese diminutivo me parecía bien, puesto que me daba igual cómo me llamara y la gente solía utilizar ese.Tomé de nuevo la botella y bebí un sorbo después de levantarme y sentarme a su lado, como me acababa de indicar, dedicándola una amplia sonrisa.-Yo tampoco muerdo-le dije entre risas mientras dejaba que mi cuerpo cayera en el asiento.

Escuché sus pregutnas y no pude evitar reír. La verdad es que ser prefecta tenía sus privilegios como por ejemplo el que ella misma había dicho, aunque en ocasiones era muy cansado. Fuera como fuera, a mí me gustaba y aunque yo misma me saltaba las normas muchas veces, cuando estaba de ronda hacía que se cumplieran. Era mi deber.-Sí, la verdad es que sí que tiene privilegios-reí.

Sonreí ampliamente jugando con la botella en mi mano, me era raro estar con una de la casa de Slythern, pero siempre había una primera ves para todo ¿no?-y..Que me cuentas de ti? digo que te gusta hacer o no se algo-La mire curiosa, ya que estábamos aquí las dos solas, podríamos hablar de cualquier cosa para pasar el tiempo.

Le volví a dar otro sorbo a mi bebida y la deje apoyada en el apoya brazos del lugar donde estaba sentada.-¿Que edad tienes gene?-Pregunte al azar.

Escuché sus palabras, su pregunta y me quedé un rato pensativa. ¿Qué me contaba? ¿Qué me gustaba hacer...? Eran preguntas como otra cualquiera. Las típicas que se hacen para entablar una conversación con un simple conocido o con un prácticamente desconocido, como era el caso.

-Pues...supongo que lo normal. Ir a dar una vuelta, salir con mis amigas, las fiestas...¡Ah! Y el club de duelo, por supuesto.-le contesté mientras bebía un poco más de la botella y la miraba-¿Y a ti?

Entonces me preguntó mi edad. Sonreí ligeramente.-Tengo 16-le dije mientras jugueteaba con mi cabello-¿Y tú tejoncita?-le pregunté por curiosidad o por hablar de algo, la verdad es que no lo sabía con exactitud.

Asentí con la cabeza mientras me decía lo que le gustaba hacer, claramente era lo normal, y compartíamos eso porque también a mi me gustaba hacer esas cosas.
-Si lo mismo, pero también me gusta tomar fotografías, molestar personas, hum las fiestas sobre todo-Rei negando con la cabeza, realmente era obsesiva de las fiestas, donde había una yo estaría sin duda alguna.

Me causo gracia como me habia dicho, habia escuchado varias veces a otros alumnos decirle a mis compañeros de casa "tejones, tejoncitos, animales" o valla a saber que otras cosas, pero nunca me lo habían dicho a mi, mas que un "hey amarillita"
¿16? De veras?La mire sorprendida, era mucho mas alta que yo, y parecía mas grande, bueno de unos 18 o 19 pensé, pero no era tanto la diferencia, pero comparada yo con ella, era como un ñogmo de jardín.-Woah, te lo deben de decir seguido esto, pero realmente eres malditamente sexy para tener 16 años!- Solté una carcajada, mirando sus rastros en la cara, tenia unas facciones muy lindas, ni muy inocentes ni muy duras.-Yo tengo 17 años, aunque no paresca los tengo-