Día lluvioso [Libre]

El Gran Comedor está vacío pero si hubiera alumnos podrían ver cómo se oscurece en cuestión de segundos. A las seis menos diez es azul cobalto, a las seis menos cinco se ha hecho de noche. Retumban las torres de Hogwarts y el primer rayo estría el cielo escocés como un encantamiento mortal, formando una cicatriz brillante que desaparece al instante. Después, el ruido. Un millón de alumnos bajando las escaleras en dirección al Gran Comedor después de la última clase del día y los corredores se llenan de sonido. Yo por supuesto no voy a comer, está lloviendo.

Me están llamando las paredes y las puertas y los jardines exteriores de Hogwarts. Al oído, como las sirenas que confundían a los navegantes. Me piden que me una, que me deje llevar, que ceda al hechizo. "No te resistas, Albus. No nos abandones". Caigo bajo el hechizo de la tormenta. Salgo a la oscuridad de los terrenos del castillo y las gotas de agua me salpican el cabello haciendo que escurra por mi rostro. Hace frío. Los prefectos vigilan a los alumnos más pequeños para que no salgan fuera. Algunos de los mayores vuelven a sus habitaciones, a descansar al fin, después de semanas de tensión debido a los examenes que hoy terminaron por fin.

La naturaleza está viva, es como si se hubiera despertado aquella noche y hubiera llamado a mi cuerpo a fundirse y ser uno mismo, la lluvia estaba viva, la tierra estaba viva, el aire estaba vivo, las hojas del sauce boxeador caían copiosamente con la lluvia y el aire que azotaba ligero en la oscuridad. Me tumbé en la hierba mojada. Mi cuerpo se estremeció por la humedad y la tela se pegó a mi piel, no me importó. Cerré los ojos y dejé que la naturaleza me hablara, escuché dentro de mí lo que ella decía afuera, era mágico, como si cada partícula del mundo tuviera magia propia y me hablara, me sentía vivo.

La lluvia mojaba cada parte de mi cuerpo haciéndome sentir como si acabara de nacer de nuevo, como si cada partícula de mi ser despertara con esa magia única en mí, única en cada una de las personas que vivían en el castillo pero sentía que en mí eso era mucho más fuerte.

Quería convertirme en perro y correr por los jardines del colegio, quería ser parte del panorama y dejarme guiar por mis instintos animales, revolcarme en la hierba y la tierra mojada, marcar el camino con mis huellas redondas y que la tierra se quedara impregnada en mi piel, que su olor me acompañara para sentirme conectado con esa parte que la mayoría quería evitar.

Podía sentir que muchos más estaban en el jardín, la gente solía salir en noches como aquella cuando la lluvia era ligera pero en el ambiente se sentía el calor del final del verano y al mismo tiempo la brisa que luego de unos días se convertiría en los fuertes vientos de otoño. El otoño era mi época favorita en todo el año.

Cerré los ojos y olvidé que me encontraba en medio de tantos problemas existenciales, en medio de tanta palabrería política y con el corazón inminentemente roto. Quise que me salieran raíces y quedarme convertido en un matorral por toda la vida en aquel tranquilo lugar, pero no iba a ser así...

La lluvia continuaba cayendo pero no era algo que me molestara absoluto. Sin embargo me sentí un tanto sola. Mi mano rebusco en el bolso hasta que hallo mi varita. Me cargue el bolso en mi hombro. Cerré los ojos concentrándome en mi momento mas feliz y luego murmure suavemente el hechizo de patronus. Una loba salio de mi varita posándose enfrente mío. Amaba mi patronus porque lo sentía una parte de mi. Los lobos eran fuertes pero aun mas si era una manada. Estaba orgullosa de mi loba al fin y al cabo mi apellido significaba lobo en ruso. Siempre creí que nos representaba a la perfección. Éramos poderosos solos pero la familia junta era imparable.
Le sonreí a la imagen que veía y aúlle. Mi loba levanto su cabeza hacia el nublado cielo pero no emitió sonido alguno.
Me largue a correr dejando que la lluvia chocara fuertemente en mi. Me tranquilizaba y a la vez me llenaba de vida. La loba corría junto conmigo.
Venia tan poco concentrada en lo que tenia adelante que no me di cuenta cuando me choque con una persona. Un chico de sly que estaba tirada en el piso. Debido al choque perdí la concertación del patronus y este desapareció.