Mas que una mirada peligrosa [Privado]
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Mas que una mirada peligrosa [Privado]
Que patético era el día para este chico quien de brillos no entendía su significado. No le encontraba el sentido al porqué de los días tan soleados los cuales le desagradaban. Se mantenía bajo el techo del castillo en su sala común leyendo uno que otro libro que su madre le había mandado semanas atrás. En verdad todo ahí dentro era un caos entre gritos y bullicio, voces chillonas que taladraban la cabeza de cualquier mente que quiera estar tranquila. Siempre era igual o parecida esa sala común, todos se mostraban serios fuera pero simplemente era para coquetear, eran todo lo contrario en realidad. Luke trataba de concentrarse en medio de una tormenta de comentarios que iban y venían sin parar, que lo sacaban de su concentración. En el afán de leer solo terminaba escuchando lo que decía el de al lado.
Ubico su marcador en la hoja que había leído completamente pero que iba a tener que releer porque no entendió bien lo que estaba escrito ahí. Se levantó para salir caminando de la sala común. Camino un poco por el barco buscando un lugar tranquilo donde ubicarme pero no encontraba donde ponerme cómodo porque siempre llegaba alguien a molestar. El joven de pelo rubio se empezaba a molestar bastante y no quería salir a fuera por cómo estaba el día, aunque soleado era demasiado para lo que estaba acostumbrado. Quería algo más nítido, algo con menos color pero parecía pedir demasiado para lo que era ese lugar. Siguió recorriendo el barco para encontrar algún lugar, alguna parte donde pudiera estar completamente tranquilo sin nadie alrededor que lo molestara o alguien que lo echara porque no tenía que estar ahí. No había más alternativa que hacer lo que había que hacer para estar tranquilo en soledad.
El sol cayó sobre él con su calidez envolviéndolo en su brillo mientras mantenía una cara con un gesto de desagrado en ella. Lo que mejoraba el paisaje era el tétrico lago de aguas color oscuras las cuales parecían estar muertas por su tranquilidad “Me gustaría ser como este lago quien tiene tanta tranquilidad a pesar de estar lleno de molestias…” Pensaba al mirarlo cuando salía de aquel enorme barco que se alzaba sobre él. No podía estar tranquilo si alguien estaba presente porque se desconcentraba, le molestaba la presencia del otro. Era un completo anti social y tenía el ego de gustarle como era así que lo que digan no le afectaba en nada al asumir su personalidad. Camino por la orilla de aquel lugar buscando un sitio donde encuentre lo que tanto ansiaba. Le empezaba a molestar la cabeza por el bullicio que había sentido en la sala común de Dursmtrang pero se le iría con el pasar del tiempo en su tranquilidad. Lleva aquel libro que estaba leyendo en la mano para continuarlo cuando encuentre el lugar indicado para leer. Se alejó tanto del barco que ya al mirar atrás no podía divisar bien si enorme figura sobre el lago. Ahora si estaría lo suficientemente tranquilo como para que nadie lo moleste. Se posó bajo la sombra de un árbol el cual apenas permitía el paso de la luz del sol entre sus ramas. Una leve brisa se levantó dándole un toque más acogedor al ambiente aunque era tan débil aquella brisa que al mismo tiempo que llego desapareció. Se sentó estirando sus pies inclinándose hacia atrás un poco y recostando su espalda en el árbol el cual le daba aquella sombra tan deseada para su ser. Empezó a leer de nuevo esperando que nadie lo molestara ni se acerca a hablarle. El antisocial que habitaba con comodidad dentro de él aparecería en escena si alguien quiera hablarle.
Ubico su marcador en la hoja que había leído completamente pero que iba a tener que releer porque no entendió bien lo que estaba escrito ahí. Se levantó para salir caminando de la sala común. Camino un poco por el barco buscando un lugar tranquilo donde ubicarme pero no encontraba donde ponerme cómodo porque siempre llegaba alguien a molestar. El joven de pelo rubio se empezaba a molestar bastante y no quería salir a fuera por cómo estaba el día, aunque soleado era demasiado para lo que estaba acostumbrado. Quería algo más nítido, algo con menos color pero parecía pedir demasiado para lo que era ese lugar. Siguió recorriendo el barco para encontrar algún lugar, alguna parte donde pudiera estar completamente tranquilo sin nadie alrededor que lo molestara o alguien que lo echara porque no tenía que estar ahí. No había más alternativa que hacer lo que había que hacer para estar tranquilo en soledad.
El sol cayó sobre él con su calidez envolviéndolo en su brillo mientras mantenía una cara con un gesto de desagrado en ella. Lo que mejoraba el paisaje era el tétrico lago de aguas color oscuras las cuales parecían estar muertas por su tranquilidad “Me gustaría ser como este lago quien tiene tanta tranquilidad a pesar de estar lleno de molestias…” Pensaba al mirarlo cuando salía de aquel enorme barco que se alzaba sobre él. No podía estar tranquilo si alguien estaba presente porque se desconcentraba, le molestaba la presencia del otro. Era un completo anti social y tenía el ego de gustarle como era así que lo que digan no le afectaba en nada al asumir su personalidad. Camino por la orilla de aquel lugar buscando un sitio donde encuentre lo que tanto ansiaba. Le empezaba a molestar la cabeza por el bullicio que había sentido en la sala común de Dursmtrang pero se le iría con el pasar del tiempo en su tranquilidad. Lleva aquel libro que estaba leyendo en la mano para continuarlo cuando encuentre el lugar indicado para leer. Se alejó tanto del barco que ya al mirar atrás no podía divisar bien si enorme figura sobre el lago. Ahora si estaría lo suficientemente tranquilo como para que nadie lo moleste. Se posó bajo la sombra de un árbol el cual apenas permitía el paso de la luz del sol entre sus ramas. Una leve brisa se levantó dándole un toque más acogedor al ambiente aunque era tan débil aquella brisa que al mismo tiempo que llego desapareció. Se sentó estirando sus pies inclinándose hacia atrás un poco y recostando su espalda en el árbol el cual le daba aquella sombra tan deseada para su ser. Empezó a leer de nuevo esperando que nadie lo molestara ni se acerca a hablarle. El antisocial que habitaba con comodidad dentro de él aparecería en escena si alguien quiera hablarle.
Luke T. SchiavoneDURMSTRANG - Mensajes : 55
Puntos de Canje : 72746
Fecha de inscripción : 05/05/2011
Re: Mas que una mirada peligrosa [Privado]
Sábado 14:15 horas - Día soleado - Nada que hacer
- Roxie, Roxie ¡Despierta! – Pronunció una voz que la pequeña Weasley conocía a la perfección, era ese tono de voz ronca, masculino pero con ese toque chillón que caracterizaba a nada más y nada menos que el pelirrojo que tenía de hermano, Fred Weasley II. - Roxanne Cedrella Weasley Johnson… - Fue entonces cuando la pelirroja abrió los ojos rápidamente de par en par, su nombre completo dicho de aquella manera solo significaba una cosa; escarmiento. – Que sea un día feriado no significa que estarás todo el día en la cama…- Comentó cruzándose de brazos el pelirrojo que yacía solitario en la habitación. – Primero que todo; ¿Qué diablos haces en mi habitación Fredirucho? – Exclamó alzando una ceja, él podría ser su hermano, su familia, sangre de su sangre pero no le daba permiso de llegar e interrumpir en su habitación si golpear primero. – No contestaré eso porque es obvio Cedrella, simplemente vengo a advertirte que si no haces tus deberes y llegas con una buena calificación el próximo fin de semana a casa, mamá te sacará del equipo de Quidditch – La chica abrió los ojos de par en par – Si, con el poder que Angelina tiene sobre el Quidditch, Hogwart y por sobre todas las cosas, sobre ti. Así que estudia, si necesitas algo estaré en la sala común – Lanzó unos libros y pergaminos sobre la cama de la despeinada Roxanne para luego de aquello, retirarse del lugar y desaparecer en la oscuridad de los pasillos de la sala común carmín.
Entre resoplido se levantó de la cama, abandonó a su fiel compañera que la seducía susurrándole despacio que la acompaña un momento más, aquellos momentos que desaparecen en una pequeña fracción de tiempo pero que en la realidad son horas y horas de descanso placentero. Pero no, si no salía de aquel lugar llegaría Fred con Bludger de todos los equipos para que la sacaran, aunque fuese corriendo, de aquel lugar. Se duchó, arregló y vistió de la mejor manera que pudo, si bien no era una chica totalmente superficial, siempre se preocupaba de tener un estilo desordenadamente armonioso que le diese ese aspecto espontaneo pero bonito que siempre poseía. Nunca llevaba el cabello totalmente pulcro, si no que desarreglado, libre o como dice siempre Roxie “su cabello posee libertad de expresión”, sin perder la perfección que la caracteriza. Esa perfecta imperfección, por más incoherente que pueda llegar a sonar, esa perfección en donde destaca la extrovertividad y locura que la Weasley puede llegar a tener, ningún día es igual al anterior ni será igual al próximo.
Dando pequeños pasos sigilosos la chica salió de su sala común, para su fortuna su hermano se encontraba lo suficientemente ocupado conversando con James de aquella chica Slytherin que tanto quería conocer que ni se percató de las andanzas que realizaba su hermana menor. Sonrió victoriosa y bajó los escalones de dos en dos dando pequeños saltitos de alegría, exactamente como una pequeña nena que acaba de recibir un chocolate por portarse bien. Tarareó una canción hasta que llegó al piso inferior, en el primer piso comenzó una nueva misión al puro estilo de agente secreto muggle y entrelazando sus manos, haciendo como si sus dedos fuesen una pistola y colocándolas delante de su pecho siguió su camino hacia el exterior, debía escapar ya que el castillo explotaría en cinco segundos, en su imaginación obviamente.
Contó hasta cuatro para darle más emoción y justo en el segundo cinco, corrió hacia afuera, giró en el césped y se escondió tras un árbol sin importarle el ridículo que estaba haciendo en aquel momento. No obstante, nadie la observó, no había nadie en aquel lugar, al parecer había una expedición de Hogsmeade y ella no se había acordado o incluso tal vez, era la hora de comer, no estaba segura de nada. Se encogió de hombros y colocándose de pie comenzó a dar un paseo por aquel lugar que siempre la parecía diferente. Casi podía asegurar que los árboles jugaban a pillarse mientras nadie los veía haciendo que cada día estuviesen en una posición diferente o que el césped que se extendía por todo el lugar, cambiaba de color según el estado de la madre naturaleza, como fuese ella podía notar aquellos sutiles cambios que a los ojos de un simple mortal pasarían inadvertidos. - ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.- Murmuró siempre jugueteaba tranquilamente con sus cabellos, pronunciaba una y otra vez frases de libros muggles que había leído en sus vacaciones y que habían logrado marcarla de alguna manera. - A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. – Pensó en voz alta mientras lentamente sus pasos la dirigieron a la orilla del lago, clavando su vista fija en aquellas aguas serenas pronunció un par de frases más hasta que cayó al suelo de espalda, miró el cielo y pronunció - No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.- Comentó en voz alta sin miedo a que alguien la escuchase, aquella frase de Robert Louis Stevenson le fascinaba y la hacía despertarse día a día con ganas de recorres más camino bajo sus pies. Cerró los ojos dejando que los cálidos rayos de sol impactasen en su rostro, sus parpados cerrados, sus cabellos rojizos y su pálida piel. Sonreía como siempre, porque nada era suficientemente importante como para que la vida viese un gesto negativo dibujado en su rostro.
Entre resoplido se levantó de la cama, abandonó a su fiel compañera que la seducía susurrándole despacio que la acompaña un momento más, aquellos momentos que desaparecen en una pequeña fracción de tiempo pero que en la realidad son horas y horas de descanso placentero. Pero no, si no salía de aquel lugar llegaría Fred con Bludger de todos los equipos para que la sacaran, aunque fuese corriendo, de aquel lugar. Se duchó, arregló y vistió de la mejor manera que pudo, si bien no era una chica totalmente superficial, siempre se preocupaba de tener un estilo desordenadamente armonioso que le diese ese aspecto espontaneo pero bonito que siempre poseía. Nunca llevaba el cabello totalmente pulcro, si no que desarreglado, libre o como dice siempre Roxie “su cabello posee libertad de expresión”, sin perder la perfección que la caracteriza. Esa perfecta imperfección, por más incoherente que pueda llegar a sonar, esa perfección en donde destaca la extrovertividad y locura que la Weasley puede llegar a tener, ningún día es igual al anterior ni será igual al próximo.
Dando pequeños pasos sigilosos la chica salió de su sala común, para su fortuna su hermano se encontraba lo suficientemente ocupado conversando con James de aquella chica Slytherin que tanto quería conocer que ni se percató de las andanzas que realizaba su hermana menor. Sonrió victoriosa y bajó los escalones de dos en dos dando pequeños saltitos de alegría, exactamente como una pequeña nena que acaba de recibir un chocolate por portarse bien. Tarareó una canción hasta que llegó al piso inferior, en el primer piso comenzó una nueva misión al puro estilo de agente secreto muggle y entrelazando sus manos, haciendo como si sus dedos fuesen una pistola y colocándolas delante de su pecho siguió su camino hacia el exterior, debía escapar ya que el castillo explotaría en cinco segundos, en su imaginación obviamente.
Contó hasta cuatro para darle más emoción y justo en el segundo cinco, corrió hacia afuera, giró en el césped y se escondió tras un árbol sin importarle el ridículo que estaba haciendo en aquel momento. No obstante, nadie la observó, no había nadie en aquel lugar, al parecer había una expedición de Hogsmeade y ella no se había acordado o incluso tal vez, era la hora de comer, no estaba segura de nada. Se encogió de hombros y colocándose de pie comenzó a dar un paseo por aquel lugar que siempre la parecía diferente. Casi podía asegurar que los árboles jugaban a pillarse mientras nadie los veía haciendo que cada día estuviesen en una posición diferente o que el césped que se extendía por todo el lugar, cambiaba de color según el estado de la madre naturaleza, como fuese ella podía notar aquellos sutiles cambios que a los ojos de un simple mortal pasarían inadvertidos. - ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.- Murmuró siempre jugueteaba tranquilamente con sus cabellos, pronunciaba una y otra vez frases de libros muggles que había leído en sus vacaciones y que habían logrado marcarla de alguna manera. - A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. – Pensó en voz alta mientras lentamente sus pasos la dirigieron a la orilla del lago, clavando su vista fija en aquellas aguas serenas pronunció un par de frases más hasta que cayó al suelo de espalda, miró el cielo y pronunció - No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.- Comentó en voz alta sin miedo a que alguien la escuchase, aquella frase de Robert Louis Stevenson le fascinaba y la hacía despertarse día a día con ganas de recorres más camino bajo sus pies. Cerró los ojos dejando que los cálidos rayos de sol impactasen en su rostro, sus parpados cerrados, sus cabellos rojizos y su pálida piel. Sonreía como siempre, porque nada era suficientemente importante como para que la vida viese un gesto negativo dibujado en su rostro.
Roxanne C. WeasleyGRYFFINDOR - Mensajes : 102
Puntos de Canje : 74949
Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Mas que una mirada peligrosa [Privado]
El sonido de las brisas chocando contra las ramas de los árboles para que estas choquen unas contra otras haciendo un chillido en señal de tranquilidad que daba la paz que aquella persona sentada frente al lago buscaba. Lejos de los ruidos de personas que no podían quedarse un segundo en silencio porque siempre, o tenían que caminar saltando haciendo estruendos con sus pies o hablar a los gritos para que alguien les preste atención. Suspiro en el recuerdo de aquel sitio molesto que se encontraba anteriormente. Era extraño porque le gustaba más escuchar los chillidos de la naturaleza que las voces de la gente, un completo idiota con aires de ser todo o tal vez una mente incomprendida por los demás que no quería dejarse comprender. Lo que sea o lo que quiera ser si fuese una pintura seguramente querría estar fuera del cuadro.
Algo faltaba entre tanta tranquilidad, ahora que había encontrado su extraña paz en soledad no había traído su anotador ni pluma para ponerse a escribir alguna sensación despertada al ver aquel paisaje sentado bajo la sombra de ese árbol en el cual mantenía su espalda recostada “Ojala que pase un milagro para que nadie aparezca” Se decía por dentro porque sabía que por más que lo desee mucho el castillo estaba apestado de gente. Algunas las soportaba pero otras que no conocía o simplemente no le caían bien (que como se sospechara la gran mayoría), no quería ni escucharlos susurra o sentir su aroma a metros de distancia porque ya le provocaría una reacción indiferente, odiosa.
Pasos ruidosos para su tranquilidad se empezaron a escuchar para desconcentrar la atención que tenía en la nada misma estando en su nube. Cada paso pisaba las hojas caídas las cuales hacían un ruido bastante molesto para Luke que no soportaba lo mas mínimo. No le molestaba el ruido de las hojas secas quebrajarse en el suelo sino que eran los pasos notorios de una persona acercándose “Por Merlín no podían haberme dado diez minutos más de descanso…” Se dijo a si mismo su mente aunque cavia la posibilidad que aquella persona se vaya tan pronto como llego pero al contrario. Una voz femenina se escucho entonando frases con una voz melodiosa pero al antisocial le parecía chillona, molesta, desagradable. Se levanto cuando termino de escuchar aquella última frase que la niña mencionaba para mostrarse y ver quien era la dueña de la voz que lo estaba molestando. Se poso frente a la chica con esos aires de superioridad, con un rostro inmutable plenamente de seriedad – Yo tampoco riquezas, amigos, amor y blablablá… solo pido estar tranquilo y tú me molestas con tu voz chillona – Menciono con un tono bastante gruñón mirándola desde lo alto a los ojos o por lo menos tratando. No era extraño que no sepa quién se trataba la chica que estaba frente a él porque no conocía mucha gente que digamos por lo poco que se interesaba en hacerlo pero si le parecía una cara conocida solo que no se acordaba de donde. Tenía mejores cosas en que pensar que en el rostro de alguien que le parecía molesta – Si tanto te gusta decir frases de otras personas entonces dilas pero para ti misma no molestes a los otros en su tranquilidad – Odiaba que la gente se presente como de repente bajándolo de la nada de su nube. Antes que nada tenían que tener reservada una cita con él por lo menos para que no se moleste con la presencia de otras personas – Aunque mirándote y viendo que hablas sola, a lo mejor la cabeza no te da para eso, o para nada – Dio media vuelta y se marcho hasta la sombra de un árbol a metros de donde estaba la niña. No le molestaba extramente su presencia pero le molestaba los ruidos que estúpidamente hacia con su voz que le parecía chillona tirando frases a la nada. Solo esperaba que lo dejen en paz así que se puso a mirar el paisaje del lago quien ya tenía una nueva invitada que desde el principio a Luke le desagradaba.
Algo faltaba entre tanta tranquilidad, ahora que había encontrado su extraña paz en soledad no había traído su anotador ni pluma para ponerse a escribir alguna sensación despertada al ver aquel paisaje sentado bajo la sombra de ese árbol en el cual mantenía su espalda recostada “Ojala que pase un milagro para que nadie aparezca” Se decía por dentro porque sabía que por más que lo desee mucho el castillo estaba apestado de gente. Algunas las soportaba pero otras que no conocía o simplemente no le caían bien (que como se sospechara la gran mayoría), no quería ni escucharlos susurra o sentir su aroma a metros de distancia porque ya le provocaría una reacción indiferente, odiosa.
Pasos ruidosos para su tranquilidad se empezaron a escuchar para desconcentrar la atención que tenía en la nada misma estando en su nube. Cada paso pisaba las hojas caídas las cuales hacían un ruido bastante molesto para Luke que no soportaba lo mas mínimo. No le molestaba el ruido de las hojas secas quebrajarse en el suelo sino que eran los pasos notorios de una persona acercándose “Por Merlín no podían haberme dado diez minutos más de descanso…” Se dijo a si mismo su mente aunque cavia la posibilidad que aquella persona se vaya tan pronto como llego pero al contrario. Una voz femenina se escucho entonando frases con una voz melodiosa pero al antisocial le parecía chillona, molesta, desagradable. Se levanto cuando termino de escuchar aquella última frase que la niña mencionaba para mostrarse y ver quien era la dueña de la voz que lo estaba molestando. Se poso frente a la chica con esos aires de superioridad, con un rostro inmutable plenamente de seriedad – Yo tampoco riquezas, amigos, amor y blablablá… solo pido estar tranquilo y tú me molestas con tu voz chillona – Menciono con un tono bastante gruñón mirándola desde lo alto a los ojos o por lo menos tratando. No era extraño que no sepa quién se trataba la chica que estaba frente a él porque no conocía mucha gente que digamos por lo poco que se interesaba en hacerlo pero si le parecía una cara conocida solo que no se acordaba de donde. Tenía mejores cosas en que pensar que en el rostro de alguien que le parecía molesta – Si tanto te gusta decir frases de otras personas entonces dilas pero para ti misma no molestes a los otros en su tranquilidad – Odiaba que la gente se presente como de repente bajándolo de la nada de su nube. Antes que nada tenían que tener reservada una cita con él por lo menos para que no se moleste con la presencia de otras personas – Aunque mirándote y viendo que hablas sola, a lo mejor la cabeza no te da para eso, o para nada – Dio media vuelta y se marcho hasta la sombra de un árbol a metros de donde estaba la niña. No le molestaba extramente su presencia pero le molestaba los ruidos que estúpidamente hacia con su voz que le parecía chillona tirando frases a la nada. Solo esperaba que lo dejen en paz así que se puso a mirar el paisaje del lago quien ya tenía una nueva invitada que desde el principio a Luke le desagradaba.
Luke T. SchiavoneDURMSTRANG - Mensajes : 55
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