I go to all the same places, not even a trace of you.. - Libre -

No era nada extraño que alguno de los Weasley o los Potter aprovecharan aquellos momentos en que el Campo de Quidditch estaba abierto para volar un rato. Tampoco era raro que Molly estuviese volando sola pues, normalmente estaba demasiado sumida en su mundo de arte como para pasar todo un día completo con algún amigo o un familiar que la acompañara. En ese momento, por ejemplo, la pelirroja acababa de dejar su habitación, con su guitarra desenfundada sobre la cama, para ver si tenía suerte y el campo estaría disponible. Sí, las puertas se habían abierto con un poco de esfuerzo de su hombro derecho.

Con su heredada escoba en manos, Molly caminó bajo la inmensidad solitaria del lugar y, colocándose sobre su escoba mientras se aferraba del mango, la pelirroja dio un empujón con sus piernas para comenzar a volar. Hacía años que dominaba el vuelo, aunque su escoba no era de las más rápidas debido a que era bastante vieja. No había querido jamás que le regalaran otra, pero este año había sido diferente, para Navidad le comprarían una Saeta si es que todo salía como estaba planeado.

Llena de absoluta serenidad, Molls recargó su rostro sobre sus manos entrelazadas y se dispuso a volar lentamente, a poca distancia del césped. Tenía los ojos entreabiertos mientras miraba hacia abajo, notando como esa situación le provocaba una hermosa tranquilidad digna de provocar el sueño. Sólo una vez se había quedado dormida mientras volaba de esa manera, y se había dado terrible porrazo luego. Suspiró, cerrando los ojos por completo tras virar junto a los aros y dirigirse al otro extremo del lugar.

Andaba otra ves con la nariz metida en los libros, claro que no uno cualquiera, no era de los típicos Ravenclaw, que morían y Vivian para el estudio… amaba el conocimiento y a veces pensaba que mi padre me debió haber puesto Sofía… aunque ninguno de los dos creyó que tendrían semejante hija. Loca para el común. Había desarrollado la cualidad de poder caminar leer y prestar atención a mi entorno, algunos ni siquiera podían concentrarse si escuchaban algo de bulla, para mi era una melodiosa forma de estudiar. Ahora mismo andaba caminando por el castillo con mi novela en mano y claro, ocultaba bajo un empastado de cuero rojo, no quería ser… llamada amante de los muggles y evitaba el conflicto con cualquier mente pequeña, apodado tradicionalista. El sonido estridente de un metal algo oxidado me saco de mi lectura e hizo que levantara mi mentón en su búsqueda. No me costo nada darme cuenta de que lo producía… cerré el libro y mire algo curiosa la puerta del campo de entrenamiento, no era buena jugando con las escobas, pero apoyaba a mi casa mas que a nada.

Pase dentro solo por inercia y ante mis ojos, la cosa roja mas dulce estaba colgada de su escoba, como no conocerla si era una de mis personas favoritas, pase mi brazo derecho por debajo del izquierdo mientras me sonreía y la observaba… pero ¿acaso estaba durmiendo?… eso me lo confirmo el hecho de que se golpeara. Solté una risa y la callé con mi mano. Pero una ves mas me demostró sus cualidades natas, sino… de donde mas sacaría eso que tan Weasley la hacia.

- bravo!…- le dije aplaudiendo mientras subía a las gradas y daba un silbido con mis dedos, lo único mas estridente que mis gritos era ese sonido. - a ver si puedes golpear una bludger mientas duermes…- bromeaba, aunque podía resultar siendo cierto.-

No es que se considerara distraída, pero cuando estaba metida en su mundo, de allí nadie la sacaba. El arte y el Quidditch eran dos actividades que lograban eso, quitarla de la realidad donde estaba para introducirla en otra que quizás no tuviese lógica alguna; pero era cierto, siempre quedaba algún destello de su vida cotidiana, aún cuando visualizaba acordes o escuchaba - más bien creía escuchar - algunas palabras en sus oídos que terminaban formando el párrafo de una canción. Suspiró, Molls ya volaba por la mitad del campo cuando una voz que se disminuía en la inmensidad del lugar, un tono que cargaba ánimo y se atrevería a decir diversión. Con una mirada medio somnolienta, pero con un equilibrio heredado, la pelirroja alejó el rostro de sus propias manos y levantó la cabeza, buscando con mirada perdida a ese alguien que estaba gritando y que le sonaba más que familiar. Muchas de las voces o rostros de Hogwarts le eran conocidas, Molly se dedicaba a ser muy social aunque fuese con un "¿qué tal?" por las mañanas; pero no era ese caso, esa voz había pasado muchísimas veces por sus oídos, comenzando a reaccionar dentro de su taciturno estado, encontró una figura alta de cabello casi moreno de pie en las gradas de Ravenclaw. Allie, su Allie.

Dibujando una sonrisa enorme, Molly se tambaleó ligeramente en su escoba - por suerte tenía la habilidad de su tío George y no la de su padre, de ser así, estaba frita - y fue volando donde su amiga. - Ni creas, que no soy el tío Harry - bromeó con humildad. Los Hufflepuff no solían ser presumidos ni arrogantes, como los Slytherin, claro que no, eran más bien reservados con respecto a sus virtudes. Aunque como a todas las personas, el que se las nombraran era mucho más que agradable. Saltó de su escoba cuando ya estaba en el segundo peldaño, tomó el mango de la escoba con su mano derecha y la recargó contra los escalones, dejándola descansar allí mientras le ofrecía una gran y tierna sonrisa a la muchacha.

- Venga ese abrazo, linda - exclamó en tono afectuoso, no es que Molls fuese muy cariñosa con todos, pero tenía ciertas personas que se ganaban su aprecio. Allie, claramente, era una de ellas. Y sus primos James y Fred también, pero esos dos eran un caso perdido por lo que no era buena idea meterlos en el tema. La pelirroja le extendió los brazos, regocijándose en su dicha momentáneamente. Era excelente que ellas dos pudiesen seguir teniendo una relación como tal aún cuando el águila de su amiga ya no estaba en pareja con él.

Me rei moviendo mi cuerpo hacia delante y atrás, mientras, Molly se despabilaba. La misma edad de Albus, las mismas razones que tenía para quererla. Mantenía esa cosa infantil en el rostro, eso que yo había perdido este verano… me lleve la mano a la mejilla sonriendo muy alegre. Tuve un flash back de cuando la vi en el tren, a Fred lo conocía y por ende a la familia Weasly, supe enseguida que se trataba de uno de sus primos. Se aproximo mas a donde estaba, su escoba se veía algo vieja pero muchas veces me había comentado el amor que sentía por ese objeto.

- ajaja a poco el tío Harry podía hacerlo mientras dormía?…- le pregunte curiosa y bromista. Harry Potter el ultimo buscador mas joven e Hogwarts con una habilidad heredada de su padre… James, con razón su hijo mayor era así, tenía que tener los mismos genes que su abuelo.- te extrañe…- añadí cuando me pido un abrazo.

La sujete contra mi, tenía olor a cera de escoba, ajaja y algo de humedad… debía ser por todo el tiempo que estuvo aquí, antes de que yo llegara. La solté poniendo mi mano en su cabeza.

- estas algo fría… deberías abrigarte mas cuando vengas a entrenar, no quiero que te enfermes, sino.. ¿ a quien iría a ver en la partidos?..- parecía una madre preocupada pero así éramos. Mire directo a sus ojos, algo profundo.- espero que te hayas comportado mientras no te estuve vigilando..-

Ahí estaba otra vez ese sentido sobreprotector suyo. Aquel águila que tenía como amiga era, quizás, la persona que más se preocupaba por ella después de su familia más cercana. En eso, tanto Molly, Lucy, y la morena, eran parecidas, las tres eran unas preocuponas por sus allegados. Le sonrió y la estrechó contra sí, cruzando sus brazos tras su espalda mientras se retorcía la nariz contra el cabello de Allie. Adoraba su cabello, no era la primera vez que se lo decía, suave y brillante, ¡tan bonito! - No sé si podía, pero para serte sincera no me extrañaría en lo absoluto - terció, dividiendo la última palabra en sílaba de forma casi cómica. Todos sabían ya de la habilidad del Potter mayor, no había ni que mencionarlo. La pelirroja se separó con una sonrisa imposible de quitar en los labios, observándola con sus ojos verdes brillando de la felicidad de verla allí después de unas vacaciones de pocas cartas.

- También yo, Allie - llegó a murmurar, antes que la susodicha comenzara con su decálogo de avisos para su salud y bienestar y blablabla. - Madre, no tengo frío, gracias - la burló, comparándola con una mujer mayor y más fastidiosa, aunque sabía que la morena no se parecía ni un poco a eso. - Jugaré aunque esté enferma y hablé como si tuviese un broche en la nariz, ni lo dudes - dijo, guiñándole un ojo de forma breve, divertida. El otoño era la estación de los vientos traicioneros, pero raras veces Molly se enfermaba o conseguía un resfriado o alergia, a no ser por los malditos gatos que rondaban en el castillo. - Claaaro que sí, ¿olvidas que soy la Weasley más inocente de todas? - le dijo en tono suave mientras batía sus pestañas, haciéndole ojitos. Con esa actitud, Molls podría ser un demonio enmascarado y quizás nadie lo notaría.

Así debían sentirse los hermanos cuando se separaban un largo tiempo. Jamás tuve la dicha de tener uno o mas familia, en el fondo solo éramos dos, Albert y yo, claro que por parte de mi madre y de mi padre había mas parientes, magos y brujas sobretodo pero no éramos muy allegados. Acomode sus cabellos, la verdad siempre envidie las relaciones entre hermanos, desde pequeña, solo me relacionaba con adultos y haldudos muy gruñones, así que cuando vine a dar aquí… fue como entrar a una dulcería
Su respuesta hizo que mi corazoncito se encogiera, me encantaba esta chica. Si hubiera nacido chico, seguro que la habría perseguido hasta el fin del mundo, claro… que tendría que vérmelas con toda la familia Potter y Weasley, eso asustaba a cualquiera

- jovencita, esa no es manera de hablarle a tus mayores.. - le dije moviendo el dedo para luego pegarle en su nariz, nada fuerte solo un toquecito. Como siempre incline la cabeza de una lado poniendo mi mano en la cadera, esa respuesta no satisfacía mis necesidades de cuidado.- a veces me pregunto si lo haces solo para molestarme..- sonreí al final, la preocupación no era algo que me llevara todo el tiempo encima, pero particularmente con algunas personas exageraba.-

Tome su mano para llevármela casia rastras a sentar, la quería cerca para poder hablar, las lechuzas no eran comunes en California y la mía estaba siempre en su jaula cuando estábamos allá, solo la dejaba salir de noche, asi que las cartas no eran mi fuerte, prefería cosas como Mail, mensajes de textos y sobretodo mi blog, que ahora estaba muy descuidado.

- vamos, no voy a creerme eso, tienes una cara de ángel pero eso no sirve conmigo…- me reí mientras la observaba.- quiero que me cuentes todo, incluso los sucios detalles y las tortuosas relaciones..- exageraba, le ponía algo de drama..-

Se dejó acomodar el cabello con parsimonia y nula concentración, como si ella siquiera estuviese tocándola, despistada. La verdad era que lo había notado, pero lo venía mal un poco de orden a su cabezota, de por sí su cabello no era el más correcto, y las brisas del otoño que aumentaban en el campo de Quidditch lograban conseguir de su cabello una maraña desordenada. Le gustaba de Allie que podía ver la sinceridad en sus ojos, que la veía transparente, y aquel detalle era uno de los que más le agradaban en una persona, que fuesen ellos mismo en todo momento, y al menos la morena lo era con ella.

Parpadeó un par de veces cuando ella picó su nariz, riéndose levemente luego. Toda esa perorata de hija y madre era típica, sólo hasta que otro tema salía y así sucesivamente. Le sonrió un poco más amplio cuando comentó que comentaba aquello sólo para fastidiarla. En cierto punto, sí; le gustaba ver las expresiones cómicas del rostro de Allie, aunque también era cierto que - a menos que estuviese en un estado gripal que le prohibiera moverse - de estar sencillamente enferma acudiría igual a los partidos. El deporte mágico era uno de sus puntos débiles, nadie se lo quitaría. A veces creía que era hija del tío George...

Se dejó llevar por su amiga y, una vez sentadas en las gradas, se dedicó a escuchar lo que decía la morena, sin olvidarse de echar una mirada a su amada escoba para comprobar que aún estuviese allí. ¡Qué locura la suya! Ni que la escoba tuviese piernas y pudiera irse caminando. Se rió a carcajadas por su última frase, y es que simplemente no podía estar diciéndole aquello. Con el mentón en alto por tanta desternillante risa, Molly trató de hablar entre secuelas, apretándose levemente el estómago con una mano.

- Jamas... en tu vida... puedes decir algo como eso - exclamó bajando paulatinamente el nivel de su risa. Suspiró, aún con una sonrisa que le pintaba los labios como huella del ataque corto pero intenso reciente. - ¿Detalles sucios? Oh vamos Al en ese tema sí que soy un ángel y lo sabes - terció, medio avergonzándose por el tema. Molly, si bien tenía una personalidad desenvuelta y más que fresca, no era de novios y parejas, de sexo a escondidas ni mucho menos. Era era... especial, y ya.

Mientras estaba preguntando un ataque de risa la invadió, era así, simplemente de la nada podría estallar en un huracán de emociones, y como siempre esa risa que a pesar de todo tenía un dulce tono, se me pego, era fácil sacarme alguna sonrisa, pero solo con Molly me surgía de la nada, así como a ella. Junte mis manos y las puse en la mejilla recargando mi rostro en ellas. Estando así sentadas una junto a la otra… no pude evitar pensar que ese sería mi ultimo año para acompañarla en el castillo, no se por que en esos días solo podía pensar en eso, el ultimo año, los últimos momentos con las personas de aquí, sonaba a nostálgico, o quizás solo eran las hormonas.

Medio sonreí ya que mi pregunta la causo gracia, Molly era especial, era linda y todo eso, con una gran personalidad.. Muchas cualidades que podía seguir nombrando durante todo el día y sin embargo estaba completamente enamorada de la música, cambie de mejillas inspirando largamente, parecía un verdadera madre, ese alivio me causaba tranquilidad… yo tampoco era una loca, pero… las cosas estaban cambiando tan rápido que me parecían de mentira. Hace un año jamás me habría creído capas de hacer un par de cosas y este verano… bueno sufrí una revelación.

- ¿Por qué no? Tengo que cuidar de mi pequeña, además no solo los hombres pueden ser príncipes que defienden… también habemos mujeres que somos mejores que los príncipes..-moví mi cabeza haciendo que mi cabello tomara una divertida forma con el viento.- ajaja… en serio me alegro, no se que haría si supiera algo así… me lleve las manos a las mejillas y mire al vacío.- me volvería loca!! Pennie con un chico!! No, no! Me niego a tener que ver eso…- lo decia entre bromas y verdades.-

Molls ni siquiera había pensando en que ese sería el último año para los de séptimo, y por lo tanto el ante último para ella. El año próximo Jamsie ya no estaría, ni Fred, tampoco Dom, hasta Allie se iría. Era bueno que aquel pensamiento no rondara por su cabeza todavía, o se vería hundida en una depresión de las suyas, bien emotivas e intensas. Cierto era que Molly no desbordaba sus sentimientos por la borda, pero cuando lo hacía... oh, peligro. La pelirroja tenía un corazón enorme, y sentía las cosas el doble de la forma en la que las sentían los demás. Si Allie se iba del colegio, su madre postiza, estaría frita, realmente frita. Mas no pensaba en ello, su cabeza estaba llena de comentarios divertidísimos y la sonrisa en su rostro lo demostraba claramente

- Ajá, me gusta ese pensamiento feminista! - En realidad no lo estaba siendo, y ambas lo sabían, simplemente estaba opinando un comentario que en la sociedad machista vigente sonaba extraño. Claro que las mujeres podían salvar a otras personas, ¿no lo había hecho Mulán acaso? Allie siempre sería la salvación, siempre sería el consejo inteligente y sensato, el oído al cual recurrir si se encontraba perdida, y vaya que le había pasado más de una vez; Molly se encontró a sí misma pensando todo ello justo cuando ella la llamó por el apodo Pennie. La sonrisa no se borró de los labios de Weasley, aunque una sensación extraña y reconfortante la llenó. Muy raras veces, casi nunca a decir verdad, sus cercanos la llamaban así, por su segundo nombre. Solía suceder cuando se referían a ella en un modo más infantil, o cuando hacía de las suyas, pero sólo los más allegados lo hacían. Comprendió ante eso, la real importancia que la ravenclaw hacía en su vida, la tenía en cuenta en cada momento, pero no lo había pensado detalladamente.

- Lo sé, ¿yo con un chico? Por favor, antes de eso es más posible que me rompa un hueso jugando Quidditch - murmuró con el pulgar en alto, señalando el campo frente a ellas. No se preocupaba por los hombres y todo eso, el que se la pasara escribiendo y sentimentalizándose no significaba que estuviese desesperada por una pareja, al contrario, que viniera cuando quiera, y en ese entonces... ojalá estuviese preparada! - ¿Y que de ti, pequeña Moore? ¿Alguna noche de amor, suburbio y luna por describirme? - preguntó, le extrañaba que una joven tan hermosa como Allie no hubiese tenido alguna conquista sexual ya, o hasta donde sabía. De ser hombre, la hubiese elegido desde años ya, ¡qué tonto había sido Albie!

Ya se notaba un poco la noche, el campo de entrenamiento iba formando sombras, si sombras de oscuridad, de aquellas que confundes con monstruos cuando eres niño, tenía la percepción de que esta iba a ser una de esas charlas que recuerdas a los 40, cuando te preguntas… ¿en que estaba pensando?, me sonreí nuevamente mientras dejaba descansar a mis manos de mi rostro, aunque seguía sosteniéndolas juntas, pero esta ves solo desposaban en mi regazo. Note algo en sus ojos, como un brillito al recibir su nombre, es que muchas veces había escuchado llamarla así, bueno cuando iba de visita a ver a Albus y muchas otras él mismo Albus me comento eso, ya después se me hizo normal, claro esta, no delante de los otros, solo en privado, como esos apodos que tiene los amantes cuando se encuentran.

- es probable, aunque si sacamos la proporción de los chicos en Hogwarts con edad para acosarte, sumamos tu interés en la música, y tu estado emocional, podemos sacar un porcentaje mas certero de cuando y quien podría ser el candidato…. 0,001% ajaja… bueno puedo vivir con eso, aunque no se si tu padre..- sabía que el padre de Molly era… como decirlo, un Nerd con mayúsculas y un hombre serio, no gozaba de la mejor reputación para divertirse todo lo contrarío de sus hermanos y de la misma Molly.-

Su pregunta me puso algo nerviosa, o sea… no le había contado a nadie de lo que paso co James, solo fue un beso pero me arruino el verano, claro… pase culpándome y sintiendo que era la peor persona del mundo, mas con Albus, pero lo supere en cuanto asumí que no éramos novios y que como amigos no había hecho mal… aunque la idea de haber hecho eso con su hermano, no me gustaba. Pase mi mano por el cuello y toque el pequeño relieve en él entonces tome mi cabello en una coleta sujetada con mis manos y le di la espalda a Molly.

- Mira..- le dije señalando mi cuello, la base de la cabeza, unos trazados con negro simple y sencillo, una hermosa flor de loto.- me lo hice este verano… cuando estuve en Canadá…- conocí a una persona muy especial, que con solo unos días me ayudo muchísimo. Él me dijo que mi rostro era como una flor de loto.- a Albert no le gusto mucho… pero es mi cuerpo..- deje caer el cabello y gire a verla.- no conocí el amor, pero tuve un encuentro cercano con la luna… aunque como dicen solo fue el verano..- me sonreí porque a pesar de ser una chica playera y tener mis gracias, seguía siendo… una noña virgen y con mucho orgullo.-

Tattoo:

Spoiler:

El cielo comenzaba a tomar ese color celeste azulado anterior a la noche que tan bonito era, Molly se encontró a sí misma con mucha inspiración en un interior, lo que era una pena porque no tenía nada en lo que expresarla, y aunque saliera corriendo hacia el castillo el busca de un lienzo nuevo o un cuadernillo, para entonces todo tipo de ideas se habría ido de su cabeza y... además, ¿valía la pena perderse una conversación con Allie que seguramente sería increíble sólo para ir a pintar o escribir un poco para expresar sus emociones? No, claro que no. A ella no la veía desde hacía largas semanas, y cualquier día, cualquier hora, cualquier minuto podía exprimirse un poco los sesos y hacer un poco de arte para regocijarse.

La morena cambió de posición, colocando sus manos sobre su regazo pero sin dejar de sonreír. Razonó por unos segundos los cálculos de la pelirroja, notando cuánta razón tenía ella. Los muchachos de sexto y séptimo curso que estaban en Hogwarts o estaban en pareja o eran unos empedernidos mujeriegos, y esta clase no era la que más le gustaba a Molly, para ser suave, por más que su primo más amado fuera uno de los peores. Además, ¿quién se preocupaba por la música y el arte tanto como ella? No conocía a nadie, para ser sincera. Y, para agregar un punto más a la lista, ¿quién soportaría las emociones tan intensas de la pelirroja? Frunció el ceño, para luego chasquear la lengua, uno de sus gestos más utilizados cuando algo en lo que reaccionaba le molestaba o la fastidiaba. Se encogió de hombros, ya no quería hablar del asunto pues, no tenía mucha charla que dar. Rodó los ojos y dibujó una risa pequeña, volviendo a su alegría natural. Preocuparse por eso, era sin dudas, estúpido.

- Ni te preocupes por mi padre, que no se enterará de ninguna de mis posibles relaciones hasta que la mismas den un paso hacia adelante, o unos cuantos... - se corrigió con los ojos bien abiertos, la idea de una relación le era extraña, quizás porque la había vivido sólo una vez y había sido algo bastante raro. Se encogió de hombros, esperando por las respuestas de la morena, quien cambió absolutamente de tema. Molly se dedicó a ver qué era ello que Allie le enseñaba, sin quitarse de la cabeza lo sucedido anteriormente. Cuando terminó de hablar comprendió cómo había enlazado todo.

- Al, ¿es hermoso! - exclamó, ahí de nuevo esos halagos y ese ánimo tierno suyo. - Te queda excelente aunque... tengo una duda, ¿cómo es eso de un encuentro con la luna y blebleble? Oh espera, no me digas que estamos poniéndonos metafóricas y no lo he notado - dijo, frunciendo levemente el entrecejo mientras ladeaba su sonrisa un poco más. Tomó su mano y se inclinó hacia ella, con mirada cómplice en los ojos. - Cuéntame ya, antes de que me salgan arrugas - pidió con inocencia y ansiedad, sonriente.

De pronto me encontraba recordando el aeropuerto de Canadá, Albert me había dejado sola y como si estuviera ahí pase mi mano como en aquel entonces, detrás de la oreja. Él parecía estar dormido y yo me senté a su lado aunque poco demoro en acomodar su cabeza en mi hombro… que le quedaba corto. Me reí de recordarlo, incluso hizo que me recordara un poco a Albus. Moví la cabeza para liberarme de esas escenas, que hacían que mi corazón se sintiera traicionero.

Lleve mi mano instintivamente detrás de mi cabeza, volviendo a tocar eso que me recordaba un gran lección y quizás me había sacado de caer en un túnel de estupidez. Los bares de Canadá estaban llenos de imbeciles y gracias a su pequeña ayuda me saco de esa ruta.

Me volví a enfocar en Molly, mi pequeña, esperaba que sus experiencias amorosas fueran mucho mas alegres y llenadoras, no me quejaba de Albus, sabía como era y como yo reaccionaba a sus provocaciones, a pesar de todo guardaba los mejores momentos con él. Me perdía constantemente gracias a la pregunta de ese pequeño demonio con cara de ángel. Tomo mi mano y eso me hizo sentir algo culposa, no iba a decirle lo que paso con James, pero si podía hablarle de él, aunque… tampoco sabía mucho, no mas de lo que se puede conocer a una persona en tan poco tiempo.

- pues si te perdiste cariño..- le sonrei bajando la mirada y sonriendo.- has sentido que conoces a una persona… que jamás has visto y te sientes atraída hacia él, como si fuera algo especial..- eso había sentido con él, como si lo conociera de toda la vida… volví a sonreír mirándola.- no paso nada, nada… especialmente romántico, solo… fue extraño. Estaba triste y él.. No se, me alivio…- la mire nuevamente.- la segunda ves que nos vimos, me dijo que era como una flor de loto… podía crecer en el fango y aun así purificaría toda el agua de mi alrededor..- era tan cursi que casi me sacaba de mis casillas.- ajaja… o solo puede haber sido un conquistador con experiencia..- que sería lo mas razonable.-

Las historias románticas le encantaban, no es que fuese una amante de las películas de amor, las que creen en príncipes azules y eso - no consciente, al menos -, pero no iba a negar que tenía cierta atracción hacia el tema, un interés que probablemente se basara en la inexperiencia. Fue por esto mismo que, mientras estaba tomada de sus manos, Molly prestó absoluta atención a lo que la morena le contaba. Al parecer no era un muchacho de Hogwarts, por como ella hablaba de él, además, no se había enterado de ninguna actitud sospechosa de la morena dentro del castillo, y eso que la pelirroja se enteraba de casa cosa que sucedían en los pasillos del colegio últimamente...

Trató de recordar si alguna vez había sentido algo así, si se había visto en una situación como tal. No, un gran no. Ante esa conversación empezaba a preguntar cuando volvería a tener a un muchacho en la cabeza todo el tiempo, cuando volvería a esa linda época. Ñam, puras patrañas. Parpadeó un par de veces, intentado quitar esos pensamientos de su cabeza, algo que pasó desapercibido por Allie quien tenia la mirada baja.

- La verdad que nunca lo he sentido pero, Allie, lo que me cuentas es muy tierno - comentó, sonriendo suavemente. - Aunque tienes razón, puede que sea medio... - rodó los ojos, para luego bufar. Molly no quería que ningún mujeriego se metiese con su amiga porque podría salir lastimada, igual ella le había dejado en claro que no había ningún sentimiento fuerte en el medio, no todavía, y esa era la intriga de la pelirroja. - Pero ten cuidado, ya sabes, algunos son muy patanes - dijo riéndose, no lo decía por experiencia propia pero estaba dicho que a esa edad pocos hombres querían una relación seria. - No lo conozco, ¿cierto? - preguntó para cerciorarse, sería mucho más fácil entrar a su mente o intentarlo, pero no usaba la legeremancia casi nunca y menos con alguien como la morena.

Era como esos cuentos que escuchas cuando eres niña, del amor a primera vista. Pero no así no había sido una historia de amor, no era tampoco un imposible, solo que… no era una persona que conociera, solo sabia lo que pocos minutos del día… lo poco que pasamos juntos, poco digo, pero en realidad pasaba mas con él que con Albert en un mes. Incluso el paseo en caballo y patinaje, todo había sido muy inocente y blanco pero aun así me despertó al amor nuevamente,

Nuevamente las palabras de Molly me reconfortaron, tierno… era justamente la palabra para describirlo. Solté una sonrisa al ver como sus ojos giraban, si.. También caía esa posibilidad, de que solo haya sido un estupido con ganas de fastidiar a una niña crédula.

- si lo se.. - como no, si había conocido a dos, aunque uno mas que el otro. Negué con la cabeza.- no creo, aunque puedo decir que era un mago… - de eso estaba segura.- estábamos sentados en al aeropuerto y se apoyo en mi, cuando le dije que se quitara.. Me dijo; “ estos muggle…” entonces lo encare… parecía muy sorprendido..- la mire seriamente, tenía que confesarle algo, igual… después podía enterarse… y prefería hacerlo yo misma.- Molly… hay algo que no te he dicho, sobre James…- alargue el tiempo para no revelarle la verdad.- James y yo tuvimos, un encuentro… fue solo un beso, te juro que nada mas… y sin intención..- era como las tiritas, si las quitas rápido no duele tanto.

Tomó en cuenta los datos de Allie. Era mago, probablemente un mujeriego - o un muchacho muy romántico, cosa que escaseaba esos días -, que había conocido en un avión y que no temía nombrar el término muggle ante alguien que creía él, lo era, ni siquiera pensando que las demás personas querrían averiguar al respecto. Ladeó levemente el cuello cuando la morena le comentó que había algo que no le había dicho aún, hablaba rápido y con un ligero tono de inseguridad, pero seria en sus palabras, tomándose la responsabilidad necesaria. ¿Sobre Jamsie? ¿Qué había sucedido con él? Molly no tuvo ni tiempo de asustarse antes de que su amiga le lanzara la cruda verdad.

- ¿Tú... y James? ¿Ustedes? ¿Un beso? - La huffie no caía en las palabras de Allie, y su rostro era un claro reflejo de esto. Los párpados batiéndose constantemente, los labios entreabiertos, la mirada en algún sitio del iris de la muchacha, perdida. ¿Cómo era eso posible? Su primo era un muchacho muy... particular. Ella no estaba a favor de los galanes pero Jaimo era así desde siempre, y así lo amaba locamente ella. Sacudió la cabeza, bajándola apenas mientras miraba sus manos ahora. Molly movió sus manos en su lugar, entrelazando las de la morena.

- Allie... - se encogió de hombros, sintiéndose incapaz de expresarse pero, como era la reina de los sentimientos hizo un intento victorioso -... amaría, y realmente amaría que sucediera algo entre tú y Jimmy, pero no quiero mentirte... - No podía decirle "oh, claro, hacen la mejor pareja del mundo, son el uno para el otro", pues no era así. ¿Sería James el muchacho del aeropuerto? No, ¡era imposible! - Aquel muchacho del que me hablaste... ¿es James? - preguntó, necesitando saber esa respuesta antes de seguir con su perorata mínima.

Estaba algo tensa cuando se lo dije, no quería que me viera… de mala manera, haber estado con Albus, fue lo mas perfecto de mis amores infantiles, sin contar los celos y coqueteos, Albus me hizo sentir amada y necesitada, algo que no sentía desde hacia mucho tiempo, menos por un hombre… ya que aceptémoslo, que mujer no tiene un complejo… el mío era ese, sentirme amada e insegura. Pero casi como magia la pequeña fresita me hizo relajarme, que relajarme, me hizo estallar, unas risotadas salieron de mi boca. No me estaba burlando pero imaginar que James era aquel chico, me hizo gracia, él… egocéntrico y vanidoso, no encajaba con él… su cara tan apacible y esos ojos llenos de serenidad, pero si tenían un parecido ambos eran muy creídos y superiores, solo que James… no se daba cuenta de ello.

- No Molly… para nada…- le dije calmando mi risa, puse mi mano en su cabeza aun manteniendo la sonrisa.- lo que paso con James, tiene nombre y apellido se llama miedo y fragilidad… ya sabes… lo mucho que quería a Albus..- hice una pausa, porque acordarme de esos sentimientos me traían muchos recuerdos y siempre me ponían algo sentimentales. Solté un suspiro que calmaría mi corazón.- entonces… aun creía que tenía oportunidad con tu primo… - sonreí tontamente, aun me pasaban cosas con él, pero era físico… ese incontrol que viene del cuerpo.- entones James… con esa galantería que lo caracteriza, y como toda estupida me deje querer… me sentía sola, y James aprecio como caballero de brillante armadura..- hice un gesto con mi rostro, algo así como de resignación.- pero claro, me bastaron cinco minutos para darme cuenta del error de eso, y le pedí que no comentara… solo espero que no se lo haya dicho a su hermano..- en verdad eso me preocupaba. Quería aclarar eso con ella, no quería que pensara que no confiaba en ella, además podía escuchar muchas cosas malas… si eso se sabía en el colegio. Sonreí nuevamente mirándola con ternura.- él hombre que te digo es diferente, incluso físicamente… es muy diferente. Además James y yo... no pegamos, él me ve como una cosa bonita, ni siquiera conoce mi lado reverlte y atrevido.. seguramente cree que soy una nerdy como todos... ajaja.. aunque le voy a dar una sorpresa.. - ya tenía pensado algo para él.

Para algunas personas eso que sentía era solo una fijación estupida, amor a primera vista, no… fue a segunda vista, pero mas que un amor, había sido mi salvación. Me ayudo a enfrentar las cosas de mi vida, sobretodo las cosas que pasaron con Albus.

Se sintió extremadamente aliviada cuando Allie le confesó que no era James el joven de su encuentro, aunque debía imaginárselo desde antes. Era imposible que, si no preguntaba, la duda desapareciera de su cuerpo como el aire se desvanece y cambia constantemente. No, se conocía lo suficiente como para saber que la intriga la acompañaría de no quitársela, y ya lo había hecho, se sentía bastante conforme ahora. Aunque, aún quedaba esa situación con su querido primo y todo lo que eso llevaba consigo.

- Bueno... me alegro que haya sido un sólo beso y que ahí quede, pero, Allie ten mucho cuidado con eso - le dijo, ya no estaban tomadas de las manos, pero la sincera preocupación en los ojos verdes eléctricos de Molly demostraba el mismo afecto o incluso más que si la estuviese abrazando o sinceramente haciendo un mimo como antes. - James NO es igual a Albus, en casi nada, bueno sí, se parecen un poco físicamente pero, James es un galán de primera, y suele conseguir lo que quiere - No iba a negar que había un ligero orgullo en el tono de voz de la pelirroja, es decir, era su primo preferido, pero tampoco quería que Allie se involucrara demasiado - No tengas muchos momentos de debilidad, he tenido varias amigas que están locas por él y no todas terminan felices - explicó, pero tenía demasiadas cosas que decir a ser sincera - Sé que eres inteligente y sabrás que hacer, pero te lo repito, no los confundas.

Sonrió por el hecho de ver el brillo en los ojos de la morena cuando hablaba de ese otro joven. Pero la misma sonrisa se suavizó cuando habló nuevamente de James, ella tenía mucha razón en algunas cosas que decía. - No creo que te vea como una nerd o como una cosa bonita y nada más, es un mujeriego, pero sabe valorar a las mujeres. - dijo, volviendo a sonreír. La chispa del orgullo sonaba en su voz cuando hablaba de Jaimo, ¡cómo lo quería!

Casi en ese mismo instante me estaba haciendo una curiosa pregunta, si en ves de haber estado con Albus, hubiera estado con James.. ¿las cosas habrían sido iguales?. Pues en mi primer año no me gustaba, ya que Fred era el que me intereso desde el primer momento, tenía una debilidad por los chicos pelirrojos, cuando pequeña claro, y hasta pensaba que yo también le gustaba… pero jamás nos hablamos como algo más, quizás porque siempre estaba con James y eso me daba algo de vergüenza. Me quede pensando en eso, si hubiera tenido a Albus solo como a un amigo, quizás… las cosas hubieran terminado de la misma forma. Fue cuando me ataco la presión de la realidad, James era todo un galán pero tenia sus defectos, por otra parte, jamás cambiaria esas elecciones ya que gracias a eso conocí a muchas personas lindas como mi querida Molly. Le sonreí, ya que la pequeña no sabía lo que esta mente estaba organizando, pero si lo hubiera visto… seguro se sonrojaba.

La advertencia de moli no me alarmo, en verdad no veía a James como un posible cazador… podía ser un seductor, pero yo también lo era, jamás lo había hecho con él, porque era mi cuñado y respetaba a Albus, aunque… ya se me estaba ocurriendo algo.

- descuida Molly, eso no pasara…- negué nuevamente con mi cabeza y toma algo de aire.- James, es persistente en lo que quiere, pero yo no soy lo que quiere..- de eso estaba segura, solo había atracción física… o interés, esperaba que fuera así. Entonces me advirtió de la debilidad… de eso si me tenia que cuidar, estaba siendo muy ligera de cuerpo, ahora que ya no sentía culpa por las Albus.- en eso tienes razón, a veces me vuelvo apasionada… pero voy a ser cautelosa, no quiero que me rompan el corazón…- y en verdad no quería, pero entre James y Albus, mas miedo me daba Albus, me daba miedo que aun quedaran sentimientos en mi corazón, que si me tomaba como juguete yo no pudiera negarme.-

Mis ojos se entrecerraron algo triste, no quería eso, me dolería mucho volverme solo un objeto para él, significaría que no fui tan importante y que no le importaba si salía lastimada… esos pensamientos negativos se querían apoderar de mi mente, cuando volví a prestarle atención a Molly. Nerdy… claro que lo era, pero aparte también era una cosas bonita, sonreí por el valor que mi pequeña me daba, eso le subía la autoestima a cualquiera.

- gracias… pero si soy una cosa bonita..- dije con algo de vanidad y broma.- sabes… estaba pensando que cuando termine este año, ya no te podré ver mucho… me gustaría que me acompañaras a mi casa la próxima ves que vaya… ¿te parecería?.-

Ignoraba por completo aquella sorpresa que Allie pretendía darle a James, quizás por el hecho de que su mente vagaba por frases o sentimientos reflejados en los ojos de la morena. Escuchó sus palabras y algunas dudas en ellas, se preguntaba qué mierda tenía Jaimo que todas corrían a sus faldas - y no es que fuese el caso de su amiga, claro -. Era un muchacho guapo, ella siempre se lo decía con esa ternura y esos halagos suyos, pero no sabía nada de esas conquistas suyas, él era su primo y jamás podrían usarla el uno con el otro. Jimmy era como el hermano mayor que no había tenido, al igual que Fred. Mierda, necesitaba YA una reunión de la familia o sentiría que colapsaría.

Rió por ese comentario suyo de ser apasionada, divertida con el asunto. - Cualquier actitud, cualquieeer actitud que hagas vuelve locos a los hombres, aunque no sea adrede. Y si ellos se vuelven locos, hay pocos pasos hasta lo complicado - Se estaba expresando mal pero sabía que ella ya comprendería y creía que le daría la razón. No estaba muy errada, a veces las mujeres decían ciertas cosas, o hacían particulares gestos que los hombres tomaban como un coqueteo - fuese o no uno - y, no iba a negarlo, muchos alumnos de Hogwarts tenían el poder de la persuasión oral, y no era muy extraño que las situaciones se salieran de control. Aunque, fácil de adivinar, no lo decía por experiencia propia.

- Haces bien, y sabes que me tienes para quitarte dudas y si necesitas hablar, no soy la mejor dando consejos pero juro que te escucharé absolutamente - La pelirroja ladeó el cuello dibujando una sonrisa tierna en sus labios, entrecerrando los ojos apenas. Allí estaba la lealtad de Hufflepuff, única en su tipo. - Claro que eres bonita, ¡eres hermosa! Pero eres mucho más, a eso voy - le dijo tratando de corregirse un poco. Para Molly, la ravenclaw era una de las jovenes más hermosas que había visto, era tan bonita, además era inteligente y buena persona. Era una perfecta candidata.

- ¡Por supuesto! Me encantaría Ewe - dijo, mordiéndose levemente el labio inferior. Seguía sin caer en el hecho de que no la vería más el año siguiente, lo bueno de aquello era que sabía bien que viviría ese año de forma única, que sería muy especial en su vida. Un comentario suyo había vuelto a su mente, uno que con anterioridad había olvidado e ignorado por completo. Sus ojos verdes buscaron los de su amiga, confundida. - Allie... ¿qué es eso que planeas para James? - preguntó, con el ceño levemente fruncido de la curiosidad.

Ahora que paraba un poco, no le había dicho nada a Albert. Sabía que esto de la magia no era su estilo mucho menos algo que manejara bien, considerando que era un hombre de mente analítica y los hechos marcaban sus decisiones y tan racionales que eran. Por lo menos sabía de donde venía la inteligencia en nuestra familia, seguro era por parte de mi abuela, sus dos hijos heredaron el mismo gene a pesar de tener padres distintos. Eso también me causaba curiosidad… ¿Por qué Albert no tuvo la gracia de ser un mago, de seguro habría sido uno muy bueno.

Todas esas divagaciones de mi mente te frenaron un poco cuando mire a Molly, esa pequeña… puse mi cabeza en su hombro cuando comenzó a hablar. Me reí bajito con sus dichos, la pequeña siempre me halagaba, a pesar de que no tenía tantas cualidades como decía, pero en algo estábamos de acuerdo. Los hombres se vuelven locos con las mujeres, y hay en particular algunas que atraen mas, para mi siempre habían sido las chicas lindas y dulces, ya que son las que todos quieres, aunque aquellas que son rebeldes e insolentes también, aunque no entendía a aquellos que preferían a esas mujeres.

- no en eso te equivocas Molly, no solo yo, cualquier mujer puede hacer eso, es solo cuestión de darse cuenta de las debilidades del interesado… analizarla y ponerlo en practica, ya sabes una estrategia, todo en la vida es solo eso- no creía tan fielmente a ello, pero Albert era muy sabio en ese sentido, no se había casado, pero si tenido muchas novias y tampoco era muy… agraciado, pero tenía arrastre con las mujeres.- claro, que no siempre es así..-

Tampoco quería que Molly se viera influenciada por esas cosas, Molly era tan pura, que jamás permitiría que se convirtiera en el tipo de arpía que eran algunas, de esas que solo quieren hacer que tooodos los hombres vayan tras sus rastros y entre mas nombres tenga su lista, mas felices son. A pesar de todos os rumores que circulaban en el castillo solo había tenido una relación en mi vida, y 5 chicos a los que había besado, si no hubiera sido por Albus, jamás me habría vuelto buena besando.

- ohh Molly claro que lo se!..- a veces me daba algo de pena con ella porque le contaba cósase quizás podría afectarla, era tan sensible… empática, como todo buen artista, y vaya que era buena.- saque mi cabeza de su hombro sonriendo.- no exageremos.- la pequeña siempre veía todas mis cosas buenas, y ninguna mala.

Su respuesta me mato, pasar un tiempo lejos del mundo mágico con ella era un sueño, podría mostrarle donde vivía y todas las cosas hermosas de la playa y claro, las cosas importantes de mi vida. Me le tire encima abrazándola, no podía expresarme mas que con un abrazo posesivo.

- Ah!!! Molly!!! Te amo!!..- en verdad que lo hacia, si las cosas salían como lo estaba planeando quizás no tendía que alejarme mucho de ella el próximo año. Pero mi impulsivo acto se freno ante su pregunta.. La solté, buscando sus ojos, y tome su mentón.- es un secreto…- le dije con una sonrisa..- pero no le haré nada, solo será una… bromita..- aun no estaba muy claro lo que le haría pero tenía intenciones de burlarme de mi querido amigo. - no lo vayas a poner en alerta eh…- le advertí a ella… casi como un regaño.-

No la criticaba por tener esa sensación extraña hacia James siendo el hermano de Albus, su ex-pareja. No era su culpa después de todo que ellos le provocaran... lo que fuese que pudiesen provocar en una persona. Además confiaba ciegamente en el razonable pensamiento de Allie y sabía que ella haría lo que creyera correcto, lo que menos la lastimara y lo fuera lógico, como siempre hacía y la pelirroja tomaba fielmente como ejemplo. De cierta manera le recordaba a su madre, más allá de las preocupaciones, la morena tenía un estilo como el que Molls se imaginaba que tenía su madre cuando más joven, y que ahora conservaba de cierta manera.

Dejó que Allie se recargara en su hombro, acariciando su cabello que tanto le gustaba. - Si, si. Lo dije hablando de ti pero, es cierto, supongo que muchas pueden hacerlo - dijo, sonriendo apenas. ¿Podría ella hacer esas cosas? De todas formas, Molls aún era bastante pequeña como para andar por ahí, buscando desesperadamente hombres. Y el arte del coqueteo jamás había sido el suyo, su dulzura acaparaba toda su personalidad y no necesitaba indirectas - muy directas en ocasiones - para obtener un muchacho. ¡Ni siquiera estaba interesada en tener muchachos!

- Tu crees que exagero, para mi no es así - dijo cruzándose de brazos, con el ceño fruncido - En un par de años, cuando tengas pareja y toda la cosa, voy a andar atrás tuyo y del afortunado pidiéndole que te halague constantemente para que veas que yo tenía razón - Esperaba que el futuro novio de Allie la valorara como lo que realmente era, y que no fuese ningún patán. De ser así, se vería obligada a andar revoleando patadas y puñetazos por ahí, y no es que se le antojara mucho.

Sonrió feliz ante su alegría y afecto inesperado, contenta. No había nada más lindo para Molly que le dijeran que la amaban, se sentía tan bien ser querida. El año que viene podrían verse igual, ella lo sabía; además Molls era tan optimista que haría lo posible para reencontrarse con ella todas las veces que pudiera. Escuchó lo que le comentaba, riéndose con diversión y complicidad. - Haz que sufra un poquito, es divertido verlo indignado - comentó encogiéndose de hombros, sonriente - Oh, no, soy una bóveda - dijo, haciendo un gesto de cierre sobre sus labios. El cielo celeste ya ni siquiera tenía un tono azulado, era casi negro, todas las noches en Hogwarts. - ¿Volvemos al castillo, Allie? - le preguntó, buscando su escoba a uno o dos metros, verificando que estaba allí.


Off: ¿Cerras linda? (:

Todas las cosa que decía mi pequeña eran buenas, siempre decía cosas positivas de mi y encontraba que mis errores eran justificables, en todo caso, jamás habían dido muy malos, aunque las personas no llegaría a entender que realmente no había jugado a con los dos hermanos, ya que James si había sido un error en su momento, del cual me arrepentía quizás por que en ese momento aun sentía cosas por Albus y James había sido el consuelo de una chica herida de 16 años, que por muy inteligente que fuera tendía a cometer errores. Jamás iba a entender como se me ocurrían esas cosas, pero James tenía eso que atraía a cualquiera a acercarse, pero tampoco era una maldita que iba a jugar con Albus, sabia que en el fondo él era muy bueno y que me había querido lo mínimo que yo podía hacer por él era respetarlo, pero ¿hasta que punto se llega al respeto?, dejando de lado oportunidades para mi. Solté un suspiro porque en pocos segundos mi mente te había planteado todas estas situaciones.

Medio sonreí, en verdad solo quería burlarme un poco de James, solo un poco como venganza de ultimo años, por todas las que me hizo en este tiempo, pero iba a tener cuidado de no mezclar amistad y comodidad con afecto y dependencia, lo mismo para Albus, el afecto familiar que le tenía no podía confundirlo con un afecto amoroso, aunque aun me hacían vibrar sus besos… pero no como los de antes, que me dejaban sin respiración, la ultima ves que había sentido un beso así fue el de James, ya que ni siquiera eso tuve con aquel chico, aunque no tuvimos ese tipo de acercamiento, podía decir que compartimos algo mas que un beso.

- ajajá cuando tenga un novio seguro que serás la primera en saberlo.- era un hecho, además de Molly, no podía decir que tenía alguien mas importante en el castillo, bueno… estaba Benji, pero seguro que terminaba asustándolo. Tome su mano poniéndonos de pie.- vamos… antes de que se haga mas tarde y te castiguen por mi culpa..- sonría llevándola de mi mano, pasando por las gradas hasta tocar el suelo y finalmente salir del campo de entrenamiento. En verdad adoraba sentir ese calido afecto, ese algo familiar.-

Avanzamos entre risas y sonrisas, era divertido todo el tiempo que pasábamos juntas, mucho mas cuando solo eran cosas vanas, asi nos llevamos todo el tiempo de regreso. Molly estaba mas crecida lo notaba en la estatura, solo un año mas para ella y también sería adulta, como yo.

CERRADO ~