Intentado encontrar un nivel de paz- Dimitri G-

-Vaya semana loca-

Me dije a mi misma, mientras salía del castillo dirigiendome a los jardines me hacía falta un poco de sol, ya que mi piel estaba más blanca que nunca, me daba a mi gusto un aspecto espeluznante, por suerte ya teníamos un tiempo libre que permitiese que lograra estirarme un poco.

Cuando aquel leve sol tocó mi piel, cerré los ojos, cual murcielago, como era posible que el sol fuese tan necesario y a la vez tan repugnante a la vista, sin embargo intentando que mis ojos acostumbrados a la oscuridad de las mazmorras lograran no sentirse lástimados con la luz del sol, caminé a tientas por el jardín hasta llegar a un lugar lo suficientemente cómodo para acostarme, saqué de mi bolsa aquel paño que pondría debajo de mi cuerpo, ¿Qué?, si digo que traía bien planeado que esa sería el resto de mi tarde hasta que mi piel recuperase un color medianamente decente.

Luego me tiré sobre aquello, y pusé una mano sobre mis ojos para no sentir el sol en esas partes, la otra la baje poniendola sobre la falda para que no fuese a levantarse con el suave viento que hacía, ahora solo tocaba relajarse y lograr que ese día fuese bueno, me gustaba separarse de vez en cuando de mi grupito para disfrutar del aire fresco o de una tarde de lectura, mis ojos empezaron a ceder al cansancio cerrandolos ahora por el sueño que me estaba produciendo tal nivel de relajamiento.

Sabía que mañana me tocaría un entrenamiento de Quidditch fatal asi que más me valía descansar hoy

Que fastidio, por que vi su sonrisa dibujarse cuando le pedí que no me llamará pequeña, odiaba que siempre cuando alguien me ofendía acaban refiriendose a mi tamaño, como si ese era su único argumento, sonreí cuando me pregunto que pensaba y cuando le solté la frase fue el quien sonrió. Tenía que resistir las ganas en ocasiones de no darle un puntapié y salir corriendo sacandole la lengua solo para demostrarle que su inmadurez me había hecho actuar de esa manera, cuando me hablo me detuve enfrente de él y clave mis marrones ojos en los suyos.

-No me importa que pien...- Pero aquella frase la interrumpió con un beso que me tomó completamente por sorpresa que no me dió oportunidad de hacer algo, mis ojos se achicaron más de lo acostumbrado y pasé el dorso de mi mano por mis labios, no me malentiendan aquel chico era guapo, y sus labios se sentían bastante bien, pero si correspondía el beso perdía, si me quedaba anonadada perdia, y si solo me hacía la ofendida perdia. Lo mejor era optar por hablar con aquella repugnancia, que algo de esa calibre podía producir. -¿Que crees que fue eso?- Dije apuntandolo con el dedo al pecho. -No se te ocurra volver a hacer eso, o te juro que te vas a arrepentir Dusmtrang- Pase una vez más el dorso de mi mano por mis labios, como sacandome todo rastro de aquel beso.

-Aunque, ahora claramente veo tus intenciones, pero conmigo no estas ni Tibio- Dije de manera despectiva, demostrandole que conmigo sus jueguitos de seducción no servían.

¿Por que demonios no dejaba de reirse como tonto?, mi rostro demostraba cuanto lo estaba detestando en ese momento y las ganas de demostrarle que era un beso de verdad me carcomía, solo para que luego tuviese que rogar por otro, pero no le daría tal privilegio NUNCA. El se inclinó dejando su rostro a mi altura y yo sonreí, ¿Esperaba una bofetada? ¿Mía?, no tenía ni idea de con quien se estaba metiendo de verdad.

Acorté la distancia tomando su rostro en medio de mi palma con un dedo en su mentón y el otro en su mejilla. -Si esperas una bofetada metete con una guarra sin clase- Solté su rostro con desprecio. -Yo mi querido Dumstrang, soy una señorita no voy por ahí dandole de golpes a todos los muchachos que se mueren por tocarme- Me di vuelta mirandolo por encima del hombro, mi uniforme estaba empapado, así que solté de mala gana mi corbata. El aún sonreía y las ganas que me estaban atacando de darle en vez de una cachetada un puñetazo eran inmensas, pero la última vez que había golpeado algo con el puño me había lastimado, y no quería romperme la mano con ese tarado.

-Ahora Dumstrang, si lo que deseas es saber si quería ese beso, No no lo quería pensé en que usarías tu varita en vez de tus seducciones infructuosas- Dije poniendo mis manos en mi camisa para separarlas de mi cuerpo que estaba demasiado mojado.

Una vez más estaba convencida de haberlo descolocado con mi idea de no golpearlo, y al escucharlo levanté los hombros con indiferencia, mientras mis manos acomodaron mi húmedo cabello, ya me imaginaba el reto de mis amigos por haber entrado hasta empaparme por completo. Agradecí que quisiera retirarse por que moría por tomar una ducha caliente, asi que sonreí de lado mientras lo escuchaba.

Lo escuché mofarse de su triunfo y solo negué con la cabeza, si el creía que ahí acaban las cosas estaba bastante equivocado, lo miré lanzar un beso al aire, y sonreí levantando la mano como si pudiese guardarlo ahí, lo ví alejarse por donde había llegado y miré la mano que tenía apretada. -Ni sueñes que aquí acaba todo Dumstrang- Sonreí echandome a correr hacia el castillo de ahí a mi sala común y libere mi mano donde aquella tontería había sido atrapada, había sido un buen día sin duda y Adhara Rubinsen se anotaba un triunfo, por que YO había ganado.

Y con gusto esperaría la siguiente oportunidad de toparme con él, para demostrarle que si me esforzaba podía ser inolvidable en todos los aspectos del mundo, por que cada vez que viera una pequeña de cabello castaño sabría que ahí estaba su peor pesadilla