I love Drink [Matt] [+18]

Sábado por la noche, era imposible permanecer en casa, menos cuando uno tiene apenas 19 maños, que clase de persona permanecería encerrada entre cuatro paredes para estar sentada leyendo un libro mientras el mundo sigue girando y derramando colores. Como toda una mujer, salí con un vestido corto y ajustado, de color negro, una chaqueta con piel en el cuello y una cartera de sobre en mi mano, botas de plataformas para mi comodidad y unos largos aretes, con el cabello cayendo a mis hombros, algo rizado en las puntas y mis labios con un sutil color durazno, mis ojos negros y delineados, hacían que mi mirada fuera una impactante. Entre al primer bar que estaba vacío, pase con una hermosa sonrisa por entremedio de muchos muggles, pero también magos que frecuentaban la vida normal de estas personas. Amaba salir a beber a ese bar, porque siempre había espacio y nunca faltaban los hombres que se impactaban con una.

Me senté en la barra y el chico del bar era un excompañero de colegio, era mestizo así que trabajaba en los dos lados. Me sirvió lo de siempre un vaso de vodka frio que al contacto con mis labios, me supo delicioso. Enseguida llego un tipo a preguntarme cosas, pero no tenia ánimos aun, así que solo lo ignore bebiendo mas de mi vaso. Siguió insistiendo y entonces me gire a verlo.

- acaso eres imbecil, ¿Qué no entiendes las indirectas?, o eres tan tarado que debo explicártelo con todas las letras. Escucha bien.. N O M E I N T E R E S A - le deletree pausadamente como si hablara con un mono.

- que puta…- me dijo tomándome del brazo y lo esquive antes de que me pusiera las manos encima.-

- púdrete, y mejor te largas…- le dije amenazante metiendo mi mano en el bolso, y pareció asustarle eso, porque se fue casi enseguida.- malditos…- dije bebiendo todo el resto del vodka. Detestaba cuando se volvian insistentes.-

OFF ROL: espero no te asustes..

Detestaba a los hombres que usaban su estupidez para acrecentar mas su masculinidad, pero como hacer entender a un mono con patas que las mujeres éramos mas que objetos para su diversión o mejor, que ellos eran los objetos de diversión y si una decía que no, era un NO. La bebida bajo por mi garganta, quemándola, me encantaba sentir ese ardor y escozor del primer trago, ya con unos tres o cuatros en el cuerpo me olvidaría de la primera impresión, como pasa siempre en mi caso.

Las palabras de un hombre me llegaron, desvíe la mirada mientras dejaba el vaso y como rutina, el chico del bar lo lleno nuevamente con mi vodka favorito, no espere a que terminara de llenar el vaso y gire sutilmente la cabeza, marcando unas líneas finas en mi cuello, mi cuerpo estaba algo tenso y rígido por la discusión anterior, pero jamás perdía la postura de mis piernas cruzadas.

- de hecho, el que se aun muggle no es sinónimo de su estupidez, es solo un factor que acrecienta su deficiencia, pero particularmente no es un motivo por el cual desearía su muerte, mucho menos por ser tan insignificante.- le dije y sonreí algo coqueta pero con un poco de sorna. Pase la lengua por mi labio superior tomando el sabor del licor y desviando sutilmente mi mirada para ver su reacción, mientras llevaba el vaso a mis labios. Lo deje nuevamente en la mesa y medio gire mi cuerpo.- y supongo que por mas malditos, te referirías a un conocido o a ti mismo… ¿acaso hay que tener cuidado de tu persona? Señor…- dije sin saber su nombre y obligando a que me respondiera.-

El escote de mi vestido no era muy pronunciado pero lo ajustado de la tela era mas que suficiente para sacar un suspiro a mas de un desprevenido. Lo mire cargando mis ojos, no era de las mujeres inocente y tímidas y mucho menos temía de un hombre.

Me sonreí coquetamente mientras lo escuchaba y le dirigía una mirada a mi amigo del bar, cruzamos unas miradas cómplices ya que siempre hacíamos apuestas, esta ves, no tuve tiempo de hacer una con él… pero con un leve movimiento de su cabeza me indico a mi “salvador”, levante las cejas y me gire de cuerpo completo hacia él.

- entonces Sr. De Valois..- le dije con algo de solemnidad, clavándole la mirada intensamente, quizás él no entendía que pasaba pero estábamos iniciando el juego, y podía apostar que sería divertido.- me considera una dama en apuros. Pero no se deje engañar… - me incline un poco hacia el cambiado el cruce de mis piernas, que estaba muy bien contorneadas.- que no soy una tímida jovencita, ni mucho menos una impertinente..- baje el tono de mi vos..- y mucho menos me intimido..- termine la frase sonriendo y alzando el vaso con el licor traslucido.- si me invitas algo más te digo mi nombre y si me invitas otro, podríamos platicar un poco… quien sabe que podría pasar si me invitas… algo mas..- sonreí dejando en las líneas algo de insinuación, solté unas risas muy sonoras, algo entre inocentes y sensuales. Deje el vaso en el mesón y me levante de la silla, él se quito el saco y podía ver perfectamente lo grande y corpulento que era, un físico sin duda muy atractivo al igual que sus ojos y su tono de piel, su vos no estaba nada de mal, pero… su actitud, bueno su actitud fue lo que mas me gusto, aunque no pensáramos iguales, eso era lo divertido. Apenas de pie, me incline poniendo mi mano en su hombro suavemente inclinándome y besando su mejilla entre la división de su cuello y cercano a su oreja.- mucho gusto Sr. De Valois, soy Antonella… pero puede llamarme Ann..- todo dicho con suavidad y feminidad. Volví a mirarlo pero brevemente antes de sentarme junto a él.-

Me gustaba eso, me encantaba estar con personas que nunca volvería a ver y sentirme libre de hacer lo que deseara, y en cierto modo el tipo me estaba gustando, aunque sería mucho mas interesante luego de un par de copas, y ver que era lo temible de su personalidad.

Me exalte, cuales eran las probabilidades de que en una noche, en la cual no estaba planificado buscar una diversión tan buena, apareciera un sujeto X, con una personalidad Y dentro de un grupo nada particular. Mis ojos se fueron directos a los suyos, mientras la sonrisa se agrandaba en mi rostro, levante la rodilla levemente, rozando su pierna con la mía mientras levantaba una ceja… y medio ladeaba el rostro haciendo que mis cabellos negros cayeran sutilmente. Con un suave roce de mi nariz recorrí nuevamente su mejilla, dejando un calido rastro de mi aliento en el camino hasta llegar a su oreja.

- y quien dijo que yo tenia ganas de besarlo..- le dije con un susurro.-

Sus manos alrededor de mi cintura se agarraban fuerte, me gustaba eso, me encanto su reacción era algo salvaje, pero eso lo sabia desde antes, con su primera acción era fácil darse cuenta de lo dominante que era, sin engañarme con esa falsa actitud de desinterés. La mano que estaba en su hombro subió hasta su cuello y con el pulgar subí aun mas hasta sus labios. Mi rostro volvió a encararlo con una sonrisa de triunfo, sabía lo que hacia, por supuesto que si, mi dedo en sus labios bajo y tome su mentón entre abriendo sus labios, sin dejar de mirar sus ojos.

- pero si quiere uno puedo complacerlo..- así como él antes se había acercado a mi rostro, yo hice lo mismo pero a pocos centímetros de sus labios.- aunque… después se debe hacer cargo de sus acciones Sr. De Valois..-

Mi amigo del bar estaba mas que interesado en la escena, siempre era así, con cualquier chico, hombre o mujeres, siempre me gustaba provocarlos antes de llegar a hacer algo, además tenia ganas de ver que tan salvaje era él.

Me quede quiera como una buena niña, esperando que él hiciera algo. Como era de esperar, Matt no me iba a defraudar, enseguida me respondió y como lo hizo, ¿Por qué algunos hombres le gustaba ser dominantes?… simple, porque es divertido ver como se doblega el otro y disfrutas de sus suplicas, mas cuando sabes que eres tú lo que suplica. Sonreí cuando sus labios tocaron los míos, el cosquilleo, el placer que me hacia sentir el deseo, la mordida irradio un impulso eléctrico a mi cuerpo y mis ojos se agudizaron.

- mis acciones siempre son las mejores… pero sí, esto responde claramente mi pregunta.- saque apenas la punta de mi lengua lamiendo mis labios y a la ves los suyos, el toque me hizo sonreir aun mas. Pase a la acción besando sus labios, pero no como una niñita, abriendo los suyos y metiendo mi lengua buscando al suya, haciéndolo despacio e intenso, me gustaba sus labios, tenia el sabor del licor en la boca. Fui disminuyendo lentamente, hasta dejar de besar sus labios pero separándome muy sutilmente..- quedo claro lo que pienso… o también eres lento para entender..- le pregunte con algo de sorna. Me gustaba provocar a los hombres.-

Me sonreí mientras mi mano rozaba la piel de él, era un hombre con facciones masculinas muy definidas. Se cuidaba su apariencia y conseguía tener un aspecto muy elegante.
La música dejo de importarme y sabía que nos miraban, siempre lo hacían, después de todo, éramos una pareja muy sensual, yo para los hombres y él para las mujeres.

Me gustaba, sin duda me gustaba, el beso había sido muy bueno, excelente, me había provocado besarlo mas, y eso no pasaba a menudo. Disfrute un poco mas de su personalidad, seguro que era de los tipos malos, de esos que te ignoran y te tratan mal, que piensan en ellos antes que en otros… ¿sería divertido ir despacio o rápido?, aun no me decidía cual de las dos opciones era mejor.
Solté un suspiro cuando hablo nuevamente su vos también era sexy, hasta ahora lo único que me molestaba era su primera acción, pero… ¿a quien rayos le importaba eso?. Claro a las personas con una mente limitada, aunque quien sabe… como se pondría con una escenita de mi y un muggle… celos, la vitamina de cualquier relación. La presión de sus manos en mi piel como antes, me hizo sentir dicha, pero obviamente todo era explicado por la reacción de las hormonas y los estímulos visuales, aunque… como era de delicioso.

- mm…- me queje un poco cuando comenzó a besar mi cuello, lleno te terminaciones nerviosas, hacia que los impulsos viajaran a mi mente y lo convirtieran en placer. Mire al cantinero y solo negó con la cabeza, la escena ponía a cualquiera a mirarnos, mas cuando la cara que ponía era de placer.- al parecer… no eras lento…- dije cuando termino de hacer un excelente trabajo.-

Pidió otro trago y antes de que se lo llevara a la boca, se lo quite, no iba a dejar que las cosas se salieran de mi control y una parte divertida de todo esto era ponerlos al limite y ver que tanto era lo que él escondía, ya le había sacado una sonrisa, seguro que estaba a gusto conmigo, pero iba a hacerlo sentir en el cielo.

- no, así no Sr. de Valois..- le dije por su apellido, y tome mi vaso.- si ya cambiamos algo mas que un beso que mas da si comenzamos a cambiar otros líquidos..- sonreí entregándole mi vodka y yo tomando su whisky, pero antes de que me diera respuesta, bebí todo lo que estaba en su interior de una sola ves, sin quitarle los ojos, quemante, diferente amanerado y fuerte.- no sea tímido… - quería verlo beber, sudar y llenarlo de colores.-

Lamí mis labios, cuando el calor viajo a mi cuerpo, la efectividad del alcohol era sin duda una de las cosas mas increíbles, se absorbía en el estomago y por ello viaja mas rápido al sistema, deprimiendo las acciones, retardando y desinhibiendo a las personas. Parestesia, desde hacia años había desarrollado un gusto por el adormecimiento de mis dedos, me encantaba morderlos cuando estaban así. Matt, me recargo el ego, me hacia pensar, quería medir mis acciones y planificar mi nuevo golpe. Una segunda sonrisa, realmente lucia bien cuando sonreía, era increíble lo poco que demoramos en coincidir, seguro que su carácter y el mío no pegaban, y me moría de ganas por sacarle unos celos.

- ajajá pretendes embriagarme..- le dije segura, una segunda ronda, mas licor, mas y mas, podía beber toda la noches, siempre y cuando estuviera con él. Los dobles sin duda iban a sacar a relucir un poco mas de mi personalidad coqueta y seductora, pero iba a necesitar algo mas que una botella para hacerme sentir vulnerable, tenía mundo y no era mi primer ves tomando.- por que si es así no te saldrá barato..- añadí bebiendo lo que traía, pero no de una sola ves, un poco lo trague y otro poco lo deje en mi boca y en un arranque de locura lo bese, pasando un poco del vodka hacia él, delicioso… mas aun cuando lo saboreaba en sus labios. Creía que podía cambiar las reglas del juego a su gusto, pues yo sabia como darle la vuelta a las cosas.- supere eso Sr. De Valois…- era un reto, quería ver que cambio le daba esta ves, seguro que yo podía hacerlo mejor.-

Limpie con mis dedos un par de gotas que se escaparon de mi beso en rostro, pegando mi cuerpo al de él, pase la yema sobre su piel, un hombre con una afeitada muy buena… pero sentía las aspereza del vello creciendo para el otro día. Quizás lo estaba provocando demasiado, pero él se lo buscaba, teníamos un pequeño duelo, quien hiciera el ultimo movimiento ganaba y hasta ahora yo repuntaba. Sus ojos, que ojos… me miraban con cierto brillo que pude interpretar como algo mas que lujuria, no… esta noche, mi pequeño descubrimiento tendría que esperar para conocer en profundidad a esta pequeña belleza.

Quería aplaudir, me estaba gustando tanto Matt, era como estar por primera ves en un parque de diversiones, subiéndote a la montaña rusa, o aun mejor, en los go car. Mi pecho se inflo un poco cuando sonreí, me emocionaba ver que era lo siguiente, era como jugar ajedrez, solo que con persona y mucho mas entretenido que solo moviendo piezas esperando que se destruyan. Me reí cuando escuche su respuesta, seguro que tenía dinero, pero eso tampoco era un problema para mi, siempre recibí criticas por mis excesos, mis gastos y derroches de dinero, sobretodo en lo que era el vestuario y los zapatos, pocos hombre podrían darme el lujo al que estaba acostumbrada, y quizás eso también me provocaba… quizás mas adelante probaría que tan caballero era.

- hmm… entonces me estas invitando todos los tragos, perfecto… por mi no hay problema. Pero te advierto que no soy mas dócil con el cuerpo lleno de alcohol.- era aun mas terca y dominante, incluso, en el termino medio entre perder el equilibrio y la voluntar, era mas despierta. Lo mire de medio lado cuando pidió su shot de tequila, tuve una leve impresión de lo que haría. Puse mi pecho a su disposición, y mis antebrazos se apoyaron en sus hombros dejando que mis manos colgaran, me remordí levemente el labio cuando sus manos agarraron mis caderas.- Me juzga muy rápido Sr. De Valois, ni siquiera conoce lo que me agrada y asegura algo que es poco probable.- lo mire mientras el tequila estaba entremedio de mis pechos, quizás tan voluptuosa, pero si con unas buenas medidas, las perfectas y elegantes para alguien como yo. El licor me cayo en la piel y solo sonreí..- ajajá… descuida me gusta que limpien los que ensucian.- levante ligeramente la ceja izquierda. Soltando un pequeño suspiro cuando subió, me encantaba que besaran mi cuello y mas cuando lo hacían de esa forma. Con mi mano derecha señale la curva de mi seno derecho.- creo que le falto un poco ahí…- sonreí esperando que hiciera bien su trabajo.-

Metí mis dedos en el whisky, tomando el cubo dy hielo que estaba a penas derretido. Goteando lo lleve a mi boca, le di una mordida partiendo en dos partes y deje caer la otra sin mirar a donde fue a parar, me interesaba solo la que estaba en mi boca, lamí entonces el licor de mis dedos, derritiendo el trozo en mi boca.

- esto le va a gustar.- le dije, con una inocencia en mi vos, que contrastaba con mis acciones. Asome el cubito apretándolo entre mis dientes, toque sus labios y las gotas derretidas comenzaron a caer, sonreí y lo metí dentro de mi boca, besando sus labios frío, dos veces.- ¿acaso tiene fiebre?.. - era una pregunta sarcástica, bese su mentón y me dirigí a su oreja soplando dentro de ella, con el cubo dy hielo en mi boca el aliento se hacia frío y sentí un vibrar un poco su cuerpo, pero antes de que eso acabara, pase el cubo dy hielo por su piel, un largo recorrido hasta llegar a su boca, dejando muy húmeda y fría. Metí el cubo dentro de su boca, que ahora era apenas un pequeño trocito.- para que pase el calor…- le guiñe un ojo y me aleje de él dando un giro. -

Me gustaba beber, me encantaba.. Pero no quería perder mis sentidos simplemente así, quería disfrutarlo y ahora estábamos en la faceta del cazador, quería verlo en todos los papeles, y por lo pronto este era el mas sencillo.

Suspire estando de pie, me lo pensé un momento, era una persona particular, un tipo algo salvaje y lleno de energía, dominante y muy atractivo. Lo mire detenidamente, era sin duda un tipo del podía disfrutar, pero una sola noche… una sola noche no alcanzaba a conocerlo, y seguramente conociéndolo un poco más me iba a querer quedar atrapada con él. Tentaciones muy difíciles de evitar. Mis ojos se desviaron un momento, yo no era del tipo de mujer que buscaba una relación, ni mucho menos me gustaba tenerla, hasta ahora. Me incline encima de la barra, y mi amigo del bar, se acerco a mí, desde unos de los cajones de abajo y me dio mi cartera de sobre negra, siempre hacíamos eso, yo le entregaba mis cosas y si me ponía algo mal, me ayudaba a llegar a mi casa a cambio le daba una excelente propina a fin de mes.

Me gire nuevamente sobre mis pasos, volví a donde estaba mi compañero, había encontrado a la horma de mi zapato. Extendí mi mano hasta su cuello cogiendolo con una sutileza que solo las mujeres poseemos, lo mire a esos profundos ojos azules, ladeando apenas la cabeza.

- por supuesto…-

Le dije con una media sonrisa, como si yo fuera el hombre en este caso tome su mentón depositando un beso apenas rozando sus labios y luego esbozando una terrible sonrisa, de esas que solo ponen los que no tiene nada que perder.

Erik se iba a enojar, seguramente me diría que estaba loca de remate… aunque si pensaba en lo que diría, me habría hecho monja desde los 15 años. Mi mano bajo por su brazo hasta alcanzar su mano y la tome con la mía para dejar nuestros dedos tomados. Con un suave jalon de ella lo incite a levantarse para que pudiéramos marcharnos. Él ya había pagado la cuenta y solo teníamos imágenes de las infinitas posibilidades de acabar este… encuentro.

- nos vemos el sábado siguiente Jhon..-

Me despedí de mi amigo con una mirada sería y él solo respondí con un ligero movimiento de la cabeza. Me encantaba tener a mi amigos en ese lugar, así me cuidaba de otros tipos. Sin duda era una buena forma de estar protegida. Cruce nuevamente miradas con Matt, ahora no solo estaba interesada en el juego, sino que la curiosidad de conocer a su persona me estaba matando.

- ¿A dónde me llevara Sr. De Valois?…-

Le interrogue poniendo una toque de ingenuidad en la vos, algo que sin duda no tenia.

Me sentía algo dubitativa, estaba entrando en la complejidad de las relaciones humanas, las cuales se tendían fácilmente a confundir con profundas, ya que el ser humano no estaba hecho para vivir solo, pero en ves de espantarme eso me atraía, ya que a diferencia de muchas chicas, mi visión del amor, era explicado por las reacciones del cuerpo, que nada tenían que ver con la mística. Aunque ahora estaba comprobando una parte de esa teoría, la de compatibilidad, jamás me había encontrado con la perfecta otra mitad, y estaba dispuesta a ver que tan similares o diferentes éramos el Sr. De Valois y yo.

No tardamos mucho en llegar a su casa y como todo un buen caballero me invito a pasar, con el protocolo que tenían aquellos de familias antiguas, la casa en si era… como esperaba, aunque me gustaría ver mas. Sonreí cuando me invito a estar cómoda en su casa, y deje mi cartera de sobre la mesita de las llaves. Yo no traía un abrigo pero tampoco lo necesitaba la temperatura de mi cuerpo era mucho mas que subida, al contrarío necesitaba algo refrescante.

- desde luego que lo haré..-

Me fui al salón a esperándolo, y como esperaba llego con una copa que enseguida recogí con mi mano, pase los dedos por el cabello mientras él se acomodaba, aun no le había dado respuesta, pero antes de que pudiera decir algo el me sorprendió. Bebí un poco de licor y me acerque a él, me senté en sus piernas como si fuera una niña pequeña,. Pase mi mano por detrás de su cuello apoyando mi mano en el arco de su hombro mirando con sutileza y algo de ensueño.

- te contare una historia..- comencé a decir, todo tenia fundamento.- había una pareja que tenían dos hijos, una niño y un niño, los padres querían saber cual de los dos era el mejor para heredar su tienda. Así le dieron a sus hijos un cuadro y pinturas, a cada uno, las mismas. Les pidieron a sus hijos que pintaran algo hermoso. Entonces ambos niños comenzaron a pintar, pero el niño hizo un paisaje hermoso, con montañas y muchos colores, la niña.. Solo hizo el pétalo de una flor en el extremo del cuadro. - cruce las piernas y el vestido se recogió mostrando mas piel de la debida.- los padres decidieron que su hijo era el mas apto, pero el niño le pregunto a su hermana, ¿Por qué dibujaste un pétalo?, ella respondió; porque un cuadro es muy pequeño para tanta belleza.- lo mire y peque mi frente a la de él.- ahora… te haré una pregunta, si me satisface… - lo bese suavemente.- te respondo… ¿Cuál de los niños era el mas apto?.-

Juegue un poco con mis labios sobre los de él, quería oír su respuesta con ansias, necesitaba escucharla antes de darle la mía. Si respondía como yo quería, entonces, quizás solo entonces iba a dejar de jugar a solo una noche, y empezaríamos con la investigación de campo.

Siempre que intenta hacerle esta pregunta a otros hombres, pues ellos respondían de manera casi similar, todos decían exactamente lo que yo deseaba oír, la niña al ser mas sabia era mas adecuada, pero en realidad… ninguno lo era, el niño, tan rígido y simétrico, no tenia imaginación, la niña, muy imaginativa no tenia disciplina. En resumen ninguno de los dos era apto para ese cargo, sino ambos. Lo mire intensamente mientras me dispone a responder, metí mi mano dentro de su camisa y con una habilidad increíble saque el primer botón dejando ver mas de su cuerpo, que por lo visto estaba en excelentes condiciones.

- jaque mate Sr. De Valois…- le dije mordiendo sus labios.- ¿porque tengo que decidir entre ambas opciones?, porque no las dos, pasar el mejor momento con usted esta noche y llegar a conocerlo un poco mas para repetirla… aunque no se si usted quiera volver a ver a esta belleza..- como el mismo me había llamado.. Seguí quitando botón por botón.- la historia es justamente de lo mismo. Ninguno de los dos niños era apto, un por falta de libertad e imaginación, el otro por exceder la liberta y no tener disciplina, solo podrían triunfar si ambos lo hacen juntos..- me acomode, me levante y me senté frente a él con mis piernas a ambos lados de las suyas y poniendo las manos en el respaldar del sofá. Él había perdido desde el momento en que me llamo Ann, creando un vinculo mas cercano a través del nombre. Yo en cambio había mantenido la distancia… pero igual, una de mis patas se había enredado en la red, ahora estábamos en una curiosa encrucijada… la araña cerca de la mosca pero sin poder comerla, había descubierto que no era tan poca cosa, y que deseaba mantenla con vida.- entonces, ¿será capaz de lidiar con una chica como yo?… no quiero una cosa, ni dos, lo quiero todo… y créame que se como conseguido..- deje llevar mi rostro a su oreja mordiéndola mientras una de mis manos entraba a su camisa tocando su piel.-

No me importaba que me vieran, es mas si lo hacían solo me daría el gusto de sonreír mirando a los ojos a mi nuevo mejor amigo, el Sr. De Valois.

Mi mente recordó claramente todas las limitaciones que mis padres pusieron en mi vida, con las mejores intenciones de hacerme alguien con una capacidad superior al resto, pero yo jamás pedí eso, jamás había querido tanto control y tanta imparcialidad a la hora de los afectos, las personas no entendían como una mujer con cualidades para hacer lo que deseara, se dedicara a esto, salir con extraños, vivir aventuras y sobretodo disfrutar de ellas. Pues yo era la chica mala, la cosa mujer imperfecta, llena de detalles, aquella que no presentabas a las madres, porque seguramente se asustarían, y tampoco ponía de mi parte, yo era como era y al que le gustara bien y al que no… pues que se fuera. Ahora la curiosidad estaba en el Sr. De Valios, quería verlo, quería sentirlo, besarlo y amarrarlo a mis piernas, que me deseara y tuviera la necesidad de buscarme… y eso iba a hacer, hoy no estaba buscando un poco de sexo, quería pasión y lujuria, encender el fuego del deseo.

- espero que sea mucho mas de lo que imagino, tengo grandes expectativas y no quiero decepcionarme.. - le dije mirándolo con seriedad, no era un juego, estaba siendo sincera, aunque… en toda la noche, siempre lo había sido.- en pedir no hay engaños, Sr. De Valois… si ambos queremos todo, tenemos que darlo todo…- en una ruleta, poníamos nuestras fichas a la numero deseado, los dos estábamos haciendo toda la apuesta a un solo numero, ahora la ruleta giraba apunto de anuncia el numero ganador, y yo confiaba que fuera él mío.- es usted lo mas interesante que he encontrado en estos tiempos..- otra verdad, que sin duda era mas que cierta.-

Sus pectorales estaban marcados en su cuerpo, cuando deseaba comenzar a lamer y besar esa piel, sentir el aroma y sabor que iba adquiriendo con la excitación, pero antes de que yo me movieran, el tomo la iniciativa, y que gusto que me dio, el sonido del cierre bajando y mas aun cuando sentí los húmedos besos sobre mis senos, esos redondos y con sus pezones parados, evidenciando el gusto que me causaba esta con él, sonrosados y llamado la atención de su boca, pidiéndola a gritos, doble mi cuello hacia delante soltando un suspiro… era tan sensitiva en algunos puntos, mis pechos eran los principales provocadores de orgasmos, me encantaba que los acariciaran y los mordieran. Mis mejillas iban adquiriendo el color característicos del disfrute. Lo mire con deseo y sin molestarme en disimular el gusto que estaba pasando.

- vino blanco…- le dije, el vino blanco se debía tomar a una temperatura adecuada para disfrutar su sabor, dulce o amanerado dependiendo de cual fuera la marca, pero todos eran sin duda el mejor acompañamiento para las pieles, ya lo había comprobado con distintos licores y este era mi favorito. Puse mi mano en su rostro levantando para comer sus labios con mi boca, con intensidad, casi a golpe devore el sabor de la copa que antes bebió. No quería para pero tuve que hacerlo, me detuve mirándolo con ese brillo en mis ojos, me levante de encima de le pasando mis dedos por la boca, sin pudor de enseñar mi cuerpo, que mas que mal para eso estaba… sonreí dándole la espalda y con las manos cruzadas comencé a bajar el resto del vestido que se había pegado a mi cuerpo, aun así no era difícil sacarlo… con una movimiento pausado fui revelando mi piel, las curvas de mi cadera y el tirante de mis bragas, que eran unas de color negras, con encajes, lo mire sobre mi hombro cuando el vestido cayo al suelo y con mis manos abiertas recorrí mi piel hacia arriba, quería que me tocaran y eso lo dejaba mas que claro.- puedes traer lo que quieras, solo no tardes mucho..- mi vos era aterciopelada, femenina y cargada de deseo..-

Por lo general mis conquistas eran de una noche, nada de nombres, nada de información, tomábamos una habitación en un hotel y hacíamos cuanto deseáramos, hasta quedar satisfechos, pasado eso nos retirábamos cada uno por su lado y jamás volvíamos a vernos, de eso se trataba todo eso. Esta ves, fue diferente, estaba parada en la sala de una casa, con mi ropa interior en medio, con la luces algo bajas peor que daban un ambiente aun mas erótico. Matt se fue en busca de unos accesorios para continuar, esta ves, sin ánimos de juego solo con la intención de disfrutar ambos de la mutua compañía. Volví a sentir los pasos de aquel hombre, con su camisa desabrochada gracias a mi, seguí la línea del medio en sus pectorales hasta dar con su preciado músculo abdominal, era alto y de hombros anchos, casi como me gustaban… podía volverme loca en los brazos de un hombre así. Quería tomar la copa que traía pero en ves de eso su vos calo en mi oídos “esto va a ser muy dulce”… hacia tiempo que un hombre no me decía eso, en general… yo no era muy dulce. El cosquille que produjo en mis labios fue prontamente atendido por sus besos, que conteste con energía me picaba la piel de esa zona por unos besos fuertes y ardientes, de esos que te dejan los labios algo dolidos por la fuerza. Puse mis manos en su pantalón, los dedos índices se metieron en por dentro de su pretina, afirmando de ese lado en particular, ya que iba a esperar paciente hasta volverlo loco.

- Mm…- me quejé cuando su dedo recorrió parte de mi cuerpo, el liquido estaba frío y me encantaba por que al contacto con mi piel, desprendía el olor de todos sus componentes, ese olor que seguía siendo dulce, lo amaba.-

Respire mas profundamente sintiendo sus labios, su lengua y su respiración en mis lindas curvas. El cambio de contrastes, el frío y el calor que tan bien sabia usar, me desconcertó, me estaba provocando mas de lo que esperaba, mi pierna se levanto y con un movimiento tan diestro como mus juegos, rozo su sexo, lo podía notar sobre su pantalón, seguramente yo estaría húmeda, pero quería que el se pusiera tan duro que no resistiera las ganas de tener sexo conmigo. Otra ves mis pechos fueron atacados, ohh como me gustaba sentir ese roce, solté un par de quejidos mas, pero callados por el apretón de labios que me hice, conteniendo mis puntos débiles para que el jugara mucho mas tiempo con ellos

Mas descaradamente comencé a jugar con su sexo, hasta que el mismo bajo su cabeza a la altura de mi vientre, delicioso, pensé. Puse mis manos en su cabeza… acariciándola u obligándolo a detenerse.. Lo alce por su camisa, seguramente jamás lograría levantarlo por mi misma, pero él me ayudo poniendo de su parte, quedando frente a frente, la diferencia de estatura era significativa, lo despoje de su camisa, comencé a la lamer el inicio de su esternón subiendo hasta la altura de sus pectorales… en toco momento dirigiendo mi mirada a sus ojos, me gusta ver la cara que ellos ponían, mi lengua zigzagueaba el camino hasta llegar a sus tetillas, y con un fetichismo muy implantado morid sus pequeñas tetillas, una mordida suave, pero gustosa para seguir relamiendo esa zona que sabia bien, estaba llena de terminaciones nerviosas, subí hasta su cuello deteniéndome en el bulto de su traque, la manzana de adán que tan masculino los hacia, bese, y mordí ese levantamiento natural, muy conocido por mi, como si fuera un animalito haciendo un reconocimiento de terrero, iba tomando los olores de su cuerpo, ya podía sentir que estaba excitado, su sexo iba adquiriendo la dureza que tanto amábamos tener entre las piernas. Suspire cuando mis pechos se pegaron en sus pectorales aplastándolos contra él y apenas frotándome, movía mi piernas estimulando su entrepierna. Todo en una armonioso y sensual movimiento en conjunto, eso sin sacarle la mirada, quería registrar cada cambio en su rostro.