Un momento de soledad interrumpida {Allie Moore}

Hoy era uno de esos momentos en el día en los que necesitaba un poco de soledad. Había pasado casi todo el día o con Sarah, a la hora de comer y en clases, o con Jean, en mis ratos libres. Agradecía su compañía mucho, me encantaba estar con ellos, pero en estos momentos deseaba no encontrármelos por el pasillo porque necesitaba un rato de reflexión y soledad. El día había sido agotador, había ido a clases y había ido por la tarde, después de mis clases, a entrenar un poco en el campo de Quidditch. Al acabarse el entrenamiento, después de darme una ducha en los vestuarios con calma, hasta el punto de que me había quedado solo allí, de vestirme, al salir me di cuenta que ya estaba atardeciendo. Se me había quitado el hambre ya que había tenido una idea mejor.

Me monté en la escoba otra vez, pero no con la intención de sobrevolar el campo de quidditch. Me dirigí hacia las torres del castillo para alcanzar una de las ventanas más altas de la torre de astronomía. Después de abrirla, lancé mis cosas hacia dentro, después de asegurarme de que no había nadie, y me bajé en el marco de la ventana, con cuidado de no caerme al vacío. Me giré para ver el paisaje que se apreciaba desde ahí.

El cielo estaba ya tiñéndose con un color anaranjado, el sol se ponía justo por encima del bosque prohibido y ya había una parte que no se podía apreciar. Sonreí al admirar todo o que alcanzaba a ver mi vista. El lago también había adquirido un color anaranjado. alcanzaba a ver los jardines de Hogwarts en su totalidad. Me acosté en el marco de la ventana, para poder disfrutar de esta visión. Crucé mis brazos alrededor de mis pierdas, las cuales tenía recogidas ya que no cabía si estaba completamente estirada. Gracias a la altura a la que estaba las voces de los últimos alumnos que entraban para disponerse a cenar quedaban ahogadas y no llegaban hasta mis oídos. Solo escuchaba el graznido de algunos pájaros que alzaban su vuelo sobre el colegio.

Hoy no había sido un buen día, comenzando con mi ropa, alguien encontró muy gracioso jugar con sus hechizo en ella, y la habían encogido, claro la falda parecía de una niña de doce años y a pesar de que por cintura me cruzaba… el largo era insólito, me prove la camisa y era lo mismo dejaba a la vista gran parte de mi vientre. Claro que tenia repuestos, pero me moleste mucho ¿Cómo podían ser tan irresponsables?. Eso paso, después de eso las clases no estuvieron mal, pero esperaba un poco más. Bien eso era por parte de los estudios, aunque ahora venía lo peor, en el desayuno había recibido una carta, claro que no la había abierto para que no interviniera en mis pensamientos, aunque en el receso del almuerzo me llene los bolsillos de comida y trague un vaso de jugo para ir a un rinconcito y leer tranquila.

Lo que esperaba; Albert me mandaba a pedir una foto, sabía que no podía hacerlo.. Pero a el le gustaba coleccionar fotos de mi, cada año me pedí una, pero este año no quise hacerme una en Londres. Además me contaba algunas cosas extrañas, me decía que sentía que alguien lo estaba mirando. Saque un pergamino y una pluma, claro que no de esas sino estilográfica, y comencé a rasgar el papel rápidamente. Le di unos cuantos consejos, eso me preocupaba un poco… termine comiendo lo que tenía en un bolsillo de mi tunica, galletas saladas y unos panes. Me levante y corriendo salía a la lechucearía, envíe la carta con una lechuza del colegio y después volví a clases.

Tarde… pensé cuando mire el cielo por un pasillo, las clases se terminaron hace media hora y yo caminaba por los pasillos de arriba, las clases no eran aburridas, metí la mano en el otro bolsillo y comí lo ultimo de mis provisiones, el estomago me iba a crujir sino lo llenaba con algo, abrí los ojos de par en par cuando no sentí la carta de Albert, estaba en el bolsillo… pero no, donde diablos… me devolví con un paso apurado hacia la sala de Astronomía, quisaza había dejado allí. Claro que llegue rápido pero entando me lleve una sorpresa, una persona sentada en la ventana, no dije nada, no hice ruido y me acerque despacio y en silencio, estaba a una grana altura, lo reconocí y con un leve tono de vos le hable.

- Chris…- lo llame cuando estuve cerca e instintivamente puse mi mano en su pecho- estas bien?..-

Parecía extraña mi reacción, pero era una manera de contener, es que me daba un singular miedo las alturas, podía volar, podía hacer esas cosas pero igual me ponían algo nerviosa, quizás por eso no jugaba en el equipo de mi casa.

Estaba completamente absorto con el paisaje, completamente inmerso en mis pensamientos. Estaba muy preocupado por mi familia, por mi padre y mis hermanos que, como aurores, probablemente estarían enfrentándose a esos ataques de mortífagos que habían aparecido de repente. Me sentía impotente al estar en el colegio sin poder ayudarlos, y preocupándome todo el rato por que no les pasase nada. Si les ocurriese algo como a mi abuelo, no me podría perdonar el no haber estado ahí para ayudarlos. Además, también estaba mi madre, que se encargaba de solucionar todo lo que los mortífagos intentaban destruír. Me preocupaba también ella, y sólo esperaba que mi padre la acompañase cuando saliese a intentar arreglar las cosas. No podría asimilar que algo le pasase.

Estaba tan distraído que no me había dado cuenta de que tenía compañia. Escuché una dulce voz que me hablaba, y que casi me hace perder el equilibrio del susto. Sentí una mano sobre mi pecho. Giré mi vista, para ver a Alle de pie, a mi lado.

- no vuelvas a asustarme de esa forma

Mi corazón seguía latiendo con fuerza por el susto de antes. Suspiré para intentar tranquilizarme y la miré a los ojos.

- Yo.. bueno, vine a observar el paisaje y tener un poco de paz

Esbocé una media sonrisa y giré mi vista de nuevo hacia donde había estado mirando antes. Ahora que lo pensaba, mi comentario podría haber sonado algo borde, ya que parecía que la estaba echando. no me gustaba ser tan descortés y, al fin y al cabo después podría tener algo de tranquilidad cuando me fuese a dormir.

- ¿Y tu que haces aquí a estas horas? ¿no deberías estar cenando?

vi que tenía una reacción extraña en la cara, y ladeé un poco la cabeza, mirándola fijamente con preocupación.

- ¿estás bien? Estás un poco pálida...

Justamente lo que no deseaba que pasara paso, Chris perdiendo el equilibrio y enseguida a eso presione mi mano contra su pecho, ilógico que una mano sostuviera todo el cuerpo de Christopher. Se me abrieron un poco los ojos cuando lo ví haciendo eso, sus ojos se cruzaron con los míos y un segundito mi corazón latió mas rápido de lo normal.

- lo siento!..- le dije suavemente, mientras retenía el aire dentro de mis pulmones..- no quería asustarte..-

Solté un suspirito con una sonrisa, la verdad ya estando conciente de mi presencia no iba a perder el equilibrio, generalmente era muy conciente de su ambiente, aunque por el simple hecho de sobresaltarse pensé que le sucedía algo más. Mi mano sintió el latido en su pecho, un leve palpitar, ¿acaso confundí el mio con el suyo?… podía ser, la sonrisa que estaba en mi rostro se amplio un poco mas cuando volvió la mirar donde antes.

- entonces doble disculpas, me acerque despacio para no asustarte… pero parece que fue peor y mas encima te robo la tranquilidad…- solo solté un par de risitas por lo bajo.

Quite mi mano de su pecho, mucho rato había estado puesta ahí. Mire hacia afuera como él, me iba a despedir para que tuviera su momento de paz, pero entonces me hizo una pregunta… que me recordó lo que realmente hacia allí. Mire hacia atrás y me descoloque preguntándome en donde se habría caído la carta.

- eh… si, eso debería hacer… pero..- mi estomago también coincidió con él, tenía algo de hambre, me había saltado el almuerzo y no quería perderse la cena, pero tenia el consuelo de que si eso pasaba, siempre había galletas debajo de la cama.- perdí algo, venia a buscarlo.. Y me desconcentre contigo.- me lleve la mano al rostro y abrí un poco mas los ojos mirándolo. - ¿en serio?… no sé..- quizás era porque había corrido - a veces me pasa… hey!… como es que cambio el tema… se supone que yo me estaba preocupando por ti, ¿no estarás manipulándome?..-

Ella se disculpó por haberme asustado, yo negué enérgicamente con la cabeza. No había sido su culpa, al fin y al cabo había sido yo el que se había colocado en el marco de la ventana y el que estaba completamente distraído. Sino hubiese sido ella, podría haber sido cualquier otra persona la que me había asustado.

- No te preocupes, la culpa fue mía. Tu solo me has saludado, la culpa fue mía que estaba completamente absorto en mi mundo.

Volví a sonreír, risueñamente. Pese a que normalmente no me gustaba que me interrumpiesen, esto había sido positivo. Estaba alcanzando mi tope de melancolía y no quería ponerme así tampoco. Seguramente mis pensamientos fuesen una estupidez y no trascendiesen, así que no me iba a preocupar antes de tiempo. Además, Allie siempre era una grata compañía. Me parecía una chica muy dulce y muy educada, me gustaba disfrutar de una conversación con ella. Se volvió a disculpar y no pude evitar reirme.

- En serio, no pasa nada.. Además, ya llevo un buen rato solo, un poco de compañía no me vendrá mal.

Estiré mis brazos con cuidado de no caerme, y me fijé que quitaba mi mano de mi pecho y se giraba. Cambié de posición, sentándome en el marco de la ventana con los pies hacia el interior de la habitación.

- ¿Quieres que te ayude a encontrarla? No tengo nada que hacer.. y no tengo demasiada hambre

Me encogí de hombros y de un salto me bajé en el piso. Di unos pasos, para acercarme a ella. Cuando dijo lo siguiente no pude evitar reirme sonoramente, colocando mis manos en el abdomen como si fuese un acto reflejo. La miré, claramente divertido y negué con la cabeza.

- No.. no intentaba manipularte.. fuiste tu la que no siguió con el tema.

Comencé a caminar, una vez que mi risa se apagó hacia mis cosas, para dejarlas sobre una mesa que había en la estancia para empezar a ayudarla.

- Simplemente estaba preocupado, con todo lo de la orden, mis padres, mis hermanos... Con todo lo que está pasando, si algo le sucediese... no sé

Chasqué la lengua y me encogí de hombros. Me resultaba más duro decirlo en voz alta que pensarlo. La simple idea de que les pudiese suceder algo como a mis abuelos.. perturbaba mi estado de constante felicidad en el que me hallaba con normalidad.

- Pero bueno, no creo que sea algo en lo que deba de pensar ahora... Simplemente, soy muy negativo en algunas ocasiones, lo cual es un gran defecto, siempre me imagino lo peor.

Me coloqué delante suya, para observarla bien y agarre su mofletes, estirándoselos. Normalmente solía ser muy cariñoso, y hacía gestos así con las chicas con las que tenía una buena relación.

- Pero bueno... mejor pensar en otra cosa. Así que dime, que tengo que buscar. Aunque siempre podrían intentar usar el hechizo Accio, así te ahorrarías la búsqueda

Chris era muy simpático, pero su parecido a cierta persona… me causaba una cierta gracia, los chicos de hoy en día era tan divertidos, me sonreí la verdad era que en hoy tampoco había sido muy bueno, además el fantasma de las relaciones pasadas me estaba acechando. Se levanto y recordé que era muy alto… eso tampoco era muy bueno.

- pues eso es porque mi mente siempre pensando cosas diferentes a cada momentos y debe expresarlas… - dije como toda una Rave, pero solté una risa sonora al final. Pero mi risa desapareció entonces y escuche, la familia siempre era sinónimo de preocupación.- son temas importantes…- le dije, no creía en consolar a las personas, porque la preocupación por esos temas eran reales y formar falsas esperanzas eran muy malas, a mi me lo habían hecho, peor si podía intentar animarlo. Negué con la cabeza… dando unos pasitos hacia él.- tu familia es de las unidas y fuertes que conozco, eso es una gran ventaja para… ah!…- me estaba jalando las mejillas, hacia tiempo que nadie me hacia eso… pero lo soporte para darle un animo. Entrecerré los ojos.- ou!… mis mejillas.. - las frote con mis manitos..- solo era una carta, a veces se me olvida que las cosas son mas fáciles aquí, que afuera..- saque la varita y dije.- accio carta…- y en mi dirección fue a dar la carta, sana y salva.- uf… bueno, la búsqueda ya termino… - moví la carta en mi mano, Albert siempre me obligaba a hacer las cosas manualmente y sin ayuda.- es de mi padre… ya sabes como se preocupan.- le dedique una mirada y le clave un dedo entre sus costillas en venganza.- ajaja… eso es por el jalon.-

Allie soltó uno de los míticos acertijos de los Ravenclaw acerca de su mente. Arqueé las cejas. Estaba más que acostumbrado a ellos gracias a Jean, que siempre intentaba hacerse el intelectual conmigo. Eso me hacía gracia y hacía que me propusiera que un día le superaría y podría reírme de él cuanto quisiera.

- Ravenclaw... todos iguales.

Esbocé una sonrisa, que no duró demasiado cuando le expuse mis preocupaciones. en mi rostro se podía leer el hostigamiento y la preocupación que tenía; me daba igual tratar estos temas con ella. Había demostrado que era una chica en la que se podía confiar y sabía que, de la misma forma que yo no diría nada de lo que ella me dijese, ella tampoco lo haría. Sin embargo, tampoco me gustaba que las conversaciones con fondo triste acabasen trascendiendo, así que decidí cortarla agarrando sus mofletes, aunque parecía que le había hecho daño. Me reí levemente.

- Eres una quejica, si casi no te apreté.

Me quejé, aunque bromeando. Cuando apartó sus manos, miré atentamente sus mejillas frunciendo el ceño, como para ver mejor.

- Vaya.. pero si tan si quiera las tienes rojas... bah!

Dije como quitándole importancia. Escuchó mi consejo sobre que hacer para encontrar la carta, y me explicó que era de su padre. Quizás mañana me decidiese a escribir a mi familia, para que me contasen las novedades y exigirles que quería una carta mínimo por semana. no me gustaba mucho estar encima de las personas, pero esto era diferente. El preocupado, era yo. Ellos sabían que no debían estarlo porque en Hogwarts era en donde más seguros podríamos estar.

- La preocupación es buena, significa que se preocupa por ti... aunque a mi en exceso me aborrece, no me gusta estar muy encima de las personas para que no se agobien, porque a veces el exceso de atención es lo que produce.

Yo lo sabía bien... Con unos padres tan sobreprotectores, y dos hermanos que eran iguales, a veces me agotaban. a veces pensaba que me trataban como si tuviese 3 años. Me rasqué la nuca y me reí con lo de que fuera no usaba la magia.

- Yo tampoco.. pero porque no se puede. el día de mañana creo que Accio será mi palabra más usada en el día... ¿Para que levantarme para coger algo si puede venir hasta mi?

Puse cara de emoción pensando en cuando llegaría ese momento. A veces pensaba que mi vagancia era enfermiza. Sólo me esforzaba cuando tenía que hacerlo o cuando debía comportarme responsablemente. Entonces ella me clavó un dedo entre las costillas.

- ¡Au!

Dije fingiendo que me había hecho mucho daño. La miré divertido y me acerqué a ella, lentamente, con un aire amenazador, aunque de broma

- no sabía, señorita Moore, que era usted tan vengativa. Habrá que enseñarle a no serlo.

Dirigí mis manos hacia sus costados para empezar a hacerle cosquillas sin parar. Era una de mis mayores aficiones, hacer cosquillas *O*.

A veces me sorprendía la vagancia de algunas personas especialmente la de Chris, si por el fuera haría todo con magia, y como no entenderlo si desde que era un niño siempre estuvo a merced de él, sin embargo habíamos algunos que éramos prácticamente obligados a hacer las cosas manualmente y mucho mas, incitados a no tocar la magia durante todas las vacaciones. De niña jamás usábamos la magia, excepto cuando ocurría accidentalmente, aunque mi papá siempre tuvo mucho cuidado de que su vida secreta no interfiera en la de Albert. Me sonreí complacida con los dichos de mi amigo.

- la pereza es un pecado capital, al igual que la lujuria y soberbia… aunque si yo fuera tu me preocuparía mas de la primera ajajaja…- quien podría negar que Chris era un mujeriego y muchas veces algo vanidoso y arrogante. Medio gire la cabeza metiendo el sobre en uno de los bolsillos de mi tunica.-

No se como el ambiente cambio de serio y melancólico a una fiesta de risas, por culpa de un dedo… aunque las guerras épicas habían comenzado por mucho menos que eso y en casi todas habían mujeres involucradas, justo como ahora. Chris amenazante, diría que si no lo conociera, me habría inspirado algo de temor, pero dada las circunstancias no podía causar conmociones en mis emociones.

- no… no lo soy, solo que mis mejillitas no suelen ser atacadas así.. - le dije en tono arrogante para que se diera cuenta que la intimidación no era efectiva.- pero que dices Chris… la venganza…-

Era tarde para una disculpa, porque en medio de mis palabras sentí las manos de él, claro que al principio me asuste pues pensé que sería como el bruto de James, capaz de hacerme cualquier cosas por divertirse, pero en medio de esos pensamientos me vi soltando risa, tras risa, quizás peor aun que quedar empapada, eran las cosquillas.

- NO!! AJAJa Chris…- mi vos subía y bajaba de tono, mi cuerpo era extremadamente sensible a cualquiera estimulo de risa, según mi padre era un rasgo de mujer celosa…- Ya!!!.. Lo sientooo!!..- no habían pasado mas de segundos que comenzó a tocarme y estaba pidiendo clemencia, así de sensible era.- lO JuRO!..- iba a morderlo si no me dejaba pronto.-

Me crucé de brazos, mirándola fijamente y abriendo la boca como ligeramente sorprendido por lo que acababa de decirme. ¿arrogancia, lujuria, vagancia? Que buena consideración tenía de mi esta chica. Fruncí levemente mi ceño.

- Desde luego que debería de tener cuidado con la primera, es el único pecado capital que cometo.. Aunque no soy de creer mucho en esas cosas.

Con lo vergonzoso que yo era.. creo que mi fama aumentaba demasiado en las habladurias de la gente. Una cosa era lo que pudiese aparentar y otra lo que hiciese en verdad. Realmente, no había besado a tantas personas como la gente creía. Pero no iba a entrar en detalles, no era un tema que me del que me gustase hablar demasiado. Y en cuanto a soberbia.. quizás a veces fuese un poco prepotente, eso si se me iba de las manos, aunque muchas veces lo era en broma, en ocasiones mi boca me perdía.

Allie guardó la carta y pareció no amedrentarse tras mis amenazas, lo cual era lógico porque no iba a hacerle nada malo. Esbocé una sonrisa de diversión mientra sella hablaba.

- Acostúmbrate a que lo sean... he descubierto una nueva forma de saludarte.

Le guiñé un ojo. Si, a veces me gustaba tocar un poco las narices, pero no lo hacía con ningún tipo de mala intención, sino de broma. Solía ser muy cariñoso con la gente con la que me relacionaba, era algo que no podía evitar. allie empezó a añadir algo, pero no dejé que hablase, comencé a hacerle cosquillas para que se arrepintiese de sus palabras. Solamente hasta que se disculpó, me detuve sin poder reprimir una carcajada.

- Lo sé.. lo sé.. fue una broma, lo siento. PEro me gusta escuchar tu risa...

Alcé mi vista hacia el techo, y esbocé una sonrisa inocente. Ciertamente, eso era mentira, pero con el tono que había usado era más que evidente. Si me gustaba su risa, pero lo había hecho por mera diversión. Me dirigí a la ventana para mirar una última vez como el sol acababa de ponerse en el horizonte y respirar una profunda bocana de aire fresco. sin apartar la vista de allí, me dirigí nuevamente a Allie.

- Creo que nos hemos perdido la cena... sino es así, acabará ahora. ¿Quieres intentar llegar?

Giré mi rostro hacia ella y le sonreí dulcemente. Sino, siempre podíamos intentar buscar a un elfo domestico para ver si se apiadaba de nosotros y nos daba algo de comer. Mi suministro de ranas de chocolate y grajeas de todos los sabores se había terminado hacía dos noches en una patruya, y no sabía cuando volvería a poder comprar. La presencia de Allie había conseguido espantar un poco mis demonios interiores de la preocupación y me había recordado la hora de cenar, y que tenía algo de hambre

- Aunque bueno.. igual tienes algo que hacer y te estoy molestando, pequeñaja.

Volví a acercarme a ella esperando su respuesta.

Algo era seguro, los hombres de esta escuela eran muy divertidos. Siempre que creía haber encontrado uno serio y mal humorado, venia a darme con unos gestos que simplemente te le hacían a los niñitos chiquitos. Me sonreí cuando me dijo que esa seria mi nueva forma de saludarme, pero… jamás había tenido una tía o un tío que me hiciera esas cosas

- ni de bromas Chris, mis mejillas y nariz no están acostumbradas y mucho menos vayas a intentar lo de las cosquillas nuevamente, que esta ves saliste bien librado pero… si me atacas otra ves, no te escaparas de una mordida y bien dada..- lo mire amenazante, pero con una cara de falsedad que ni siquiera yo creería si me viera en el espejo.- ja ja ja… ¿Qué tiene todos ustedes con mi risa? Como si fuera algo especial, a mi me parece que solo es una excusa para provocarme… y esa sería tu segunda falda, la primera, manipulación y la segunda excusa… la lista se hace mas y mas grande a cada paso.- parecía que me estaba liberando de mis pensamientos, puesto que mi lengua se había aflojado.-

Verlo así me recordó cuando recién… lo conocí apenas un chiquito, aunque en ese entonces éramos casi de la misma estatura, él como todo gran hombre se había encargado de dejarme atrás en porte y en mucho mas. Me sonreí mirándolo y me cruce de brazos, hasta ahora no me había fijado en lo muy bien parecido que era, con razón corrían tantos rumores acerca de sus múltiples conquistas.

- hmm…- me interrumpió su vos, seguro me había visto mirándolo fijamente pero no me importo, no tenia nada de malo, levante la vista hacia él. Ah.. Cierto la cena, la verdad es que antes tenia mucha hambre, pero como ya paso la hora no tengo hambre..- y como siempre mi estomago se encargo de refutar mi aseveración, con un sonido algo suave pero largo.- ajajá… no se que pasa, se supone que la mente manda sobre el cuerpo. Pero no quiero correr al gran comedor esperando a ver que quedo.- moví la cabeza de un lado al otro haciendo boca de pez.- prefiero la segunda opción, una visita a las cocinas del colegio no estarían mal, además los elfos son tan lindo!… me dan ganas de apretarlos con un abrazo. Chris… sabes, tu serías un pésimo elfo domestico, pero te verías adorable!..- le saque la lengua mientras me burlaba de él.-

Abrí la boca, haciendo como que me sorprendía por sus palabras y negué enérgicamente con la cabeza. Sabía que no me mordería, o eso esperaba. Me gustaba meterme con la gente, aunque siempre bromeando, con ningún tipo de mala intención.

- No sabía que tenías esa faceta también, la de las amenazas. Venganza, amenazante.. mmm- Me quedé como pensativo, fingiendo que lo hacía - Que más cosas oscuras me ocultarás

Esbocé una sonrisa. Seguí escuchando lo que me decía mientras miraba por la ventana. no pude evitar reírme por lo que me decía. Me giré y la miré fijamente.

- Vale, vale.. lo admito, me has pillado. Me encanta meterme contigo y ver como te enfadas. Es divertidísimo. aunque no lo hago por mal, ¡eh! Se que en el fondo tu también te lo pasas bien

Dije con completa seguridad. Mis bromas no eran maliciosas ni hacían daño, o al menos eso creía. No me gustaba hacer nada que incomodase a los demás aunque en ocasiones no podía evitarlo. Pero por agarrarle los mofletes no creía que le supusiese nada. Simplemente, que tuviese un berrinche y nos riésemos juntos. Además, sabía que esas cosas no las decía en serio. Nos conocíamos casi desde que había entrado en hogwarts. Aunque fuese un año más mayor que yo, al llevarme tan bien con Jean, había conocido a muchos Raven, aunque no recordaba muy bien como nos habíamos conocido. Me percaté que me estaba mirando, y yo la miré extrañado. Parecía que se había quedado en off, aunque al momento comenzó a hablar otra vez. ella parecía no tener hambre, aunque su estómago la delató emitiendo un quejido. Iba a reírme, pero antes de hacerlo mi estómago siguiendo su ejemplo emitió el mismo ruido, obligándome a llevar la mano hasta mi barriga.

- Si.. parece que ninguno de los dos tiene nada de hambre, ¡eh!

Exclamé claramente divertido. En mi no era muy extraño, siempre tenía hambre. A veces creía que podría comer todo el día y no protestar.

-Los Ravenclaw siempre sobreestimais el poder de la mente..

Dije como en un tono filosófico. Ella dijo que no quería ir al comedor, con un tono que me hizo arquear una ceja y esbozar una sonrisa. Parecía que quería ir alas cocinas.

- Siempre es una buena opción. Además, siempre dije que en el gran comedor se estropea demasiada comida que no se come, y así podemos pedir lo que queramos en las cantidades adecuadas

Era un argumento completamente irrefutable que me acababa de sacara de debajo de la manga. Entonces ella me dijo que sería un pésimo elfo doméstico, aunque adorable. hinché mis mejillas, iba a responderle, pero solté el aire con suavidad y me encogí de hombros

- Te lo discutiría pero.. tienes toda la razón. Soy demasiado vago como para poder ser un elfo doméstico. Creo que me echarían de todos mis trabajos.

Me reí mientras me acercaba a ella. Me agarré de su brazo y tiré de ella hacia mi, para que me siguiese mientras comenzaba a andar hacia la salida de la habitación para bajar las escaleras hacia la cocina.

- Yo.. con lo lista y responsable que eres te veo como...- me quedé unos instantes pensativo, hasta que mi bombilla se encendió - Como un duende de Gringotts. Si sí, muy adorable no serías, pero estoy seguro de que harías tu trabajo perfectamente.

Asentí, como dándome la razón a mi mismo. Antes de que pudiese añadir algo, continué hablando.

- O sino, un centauro. Son tan inteligentes y tan misteriosos... Se adaptan casi completamente a ti. Además, dicen que tienen muy mal humor.

Le eché la lengua y la miré dulcemente.

No sabia como los instintos primarios hacían estragos en nuestros cuerpos, por mi parte podía pasar el día entero solo comiendo unos dulces y bebiendo algo de agua, ya que el apetito se me iba en cuanto se pasaba la hora de mis comidas, antes entraba en un estado alterad, se me cambiaba el genio y me daba algo de rabia y me desquitaba con el primero que se me cruzaba, pero ahora había llegado a dominar esos instintos, pero no podía hacer que mi estomago no emitiera sonidos. Como si estuvieran confabulando en nuestra contra el estomago de Chris se sumo al reclamo del mio, solo me sonreí porque me daba algo de pena hacer sonidos con mi cuerpo.

- no me mires a mi… yo no tengo la culpa de que esté..- señale la boca de mi estomago que me amenazaba con hacer otro ruido.- no se conforme con la vida.-

Me sonreí un poco arreglando los mechones de cabello detrás de la oreja. Pero la sonrisa se amplio enormemente al verlo con las mejillas hinchadas, se veía algo infantil y eso fue bueno, no quería verlo como alguien crecido, sino, tendría que aceptar eso también de Molls.

- que bueno que concordamos en eso, porque en verdad… tuviste suerte de nacer como un mago.- me volví a burlar. Me jalo algo brusco pero solo me saco una risa mientras me prestaba a seguirlo.- como osas llamarme duende de gringotts!… - me queje divertida, no era lo que esperaba pero lo siguiente..- y sigues, ahora resulta que no soy adorable, sino que también gruñona…- le di una mordida en su brazo, por sobre la ropa, seguro que no le dolería.- mejor que me dejas en banshee así por lo menos podré gritarte hasta la muerte…- le dije sarcásticamente sacando la lengua.- y yo que te iba a considerar como mi mejor amigo, peor después de esta traición…- me hice la ofendida falsamente.- pues entonces, tu serías un troll por lo grandote y lento…- en verdad no creía eso pero quería molestarlo.-

Bajábamos hacia las cocinas. Hacia tiempo que no me iba a meter por esos lugares. La ultima ves había sido un caso de emergencia, un día entero sin comer, por puro capricho… aunque este no era un caso tan diferente… pero siempre me había gustado comer acompañada, como nunca nadie tenia tiempo de comer en casa, no comía hasta que Albert comenzó a preocuparse y de ahí surgió la idea de comer quedarse conmigo hasta que terminara y mi preferencia por la compañía.

- Chris, no te dan cosa los elfos domésticos, digo… son tan poderosos como para evitar hechizo y hacen magia incluso dentro del castillo, pueden aparecerse y tiene muchas menos limitaciones que nosotros, ahora imagina que un día se vuelven agresivos… y se unifican para atacarnos, algo así como la venganza de los elfos domésticos - a veces se me cruzaban los mundos, esas historias de criaturas volviéndose en contra de los humanos.- eso si que daría miedo..-

Ante su comentario no pude evitar reir. Mi barriga era igual que la suya, o eso parecía. Yo odiaba que me sonasen las tripas, me parecía muy incómodo y hacía que me diese un poco de vergüenza, aunque en este caso como nos había sonado a los dos, la vergüenza había pasado.

Fruncí el ceño cuando añadió que había tenido suerte de nacer como mago. Parecía que hoy no era el único que se había levantado bromista. Sabía que no lo decía en serio, aunque fingiría un poco más mi enfado.

- Desde luego que es una suerte, aunque si hubiese nacido un elfo, como tu dices, sería adorable. Habría que verte a ti.

Moví la cabeza para mirarla de arriba a abajo y me quedé nuevamente como pensando si serviría o no. Negué con la cabeza finalmente.

- No.. no servirías.. Date cuenta que ya no eres muy alta.. y si fueses un elfo.. no se yo si se te podría ver.

Mientras hablaba, no pude evitar volver a reirme mientras descendíamos ya las escaleras. Giré mi cabeza para verla y la ladeé un poco.

- No.. Banshee no.. eso te daría demasiado poder sobre mi. Además, seguro que no te hace falta serlo para cantar bien sin tener que condenar a alguien a morir

Nunca la había escuchado cantar, tan si quiera sabía si lo hacía bien. Yo por mi parte lo hacía fatal, era la mítica persona que cantaba mientras se duchaba y ya. Jamás se me había ocurrido torturar a alguien de esa forma. Esbocé una sonrisa bastante grande, yo también sabía como meterme con ella. Realmente era bastante más alto que ella, pocas veces me había dado cuenta de eso aún así. Cuando había entrado en Hogwarts era muy bajito, pero había acabado pegando un gran estirón, y al final me había quedado casi con 190 cm de altura. Cuando me dijo que yo sería un trol, la miré con la boca abierta, como sorprendido y ofendido.

- Eres mala...

Fruncí el ceño y gruñí como disconforme por lo que había dicho. Sabía que había sido de broma, continuaría su juego.

- Sé que lo dices porque soy alto y te acomplejas de ser tan bajita. Pues yo a ti te veo como... la nueva Peeves de Hogwarts. Un poltergeist malo que se mete con los estudiantes como lo estás haciendo conmigo.

La miré tristemente a los ojos. Si, puede que me gustase hacerme la victima aunque fuese de broma y hacer que la gente se sintiese algo mal. Con el brazo con el que agarraba el suyo, lo pasé alrededor de sus hombros y la acerqué para darle un beso en la cabeza, para que se diese cuenta de que simplemente bromeaba y que ni tan si quiera lo pensaba. Ella comenzó a hablar sobre los elfos y yo le sonreí dulcemente.

- No creo que eso llegue a pasar jamás. De todas formas.. tampoco sería algo que me sorprendiera.

Emití un sonoro suspiro y me encogí de hombros. Los magos trataban fatal a los elfos. Yo no me incluía porque en mi casa siempre se le había tratado con respeto, jamás con inferioridad.

- Con lo mal que son tratados.. no entiendo como no lo hicieron ya, la verdad. De todas formas, sé con certeza que el elfo que está en mi casa jamás se volvería contra nosotros. A veces aún se castiga por hacerle comer con nosotros.

Emití una ligera risa, pese a que no me hacía demasiada gracia. Era más bien un poco irónica. Al fin y al cabo, no entendía porque se tenían que torturan cuando se les trataba bien. Me horrorizaba eso, ya que quería decir que su rutina era servirnos y ser maltratados. Cuando me di cuenta, ya habíamos llegado a las mazmorras y nos dirigíamos hacia el retrato de la pera. No era muy tarde, todavía, ya que aún había alumnos por los pasillos. Quedaban bastantes horas para el toque de queda.

- De todas formas no veo porque tienes que preocuparte por eso, no pienses tanto las cosas. Sino acabarás soñando con la rebelión de los Thetral por tener que llevar los carruajes de Hogwarts

Me reí por lo que acababa de decir. El cuadro ya se encontraba justo delante nuestra, esperando que le hiciesemos cosquillas para poder pasar.

- ¿Entramos o no por si nos atacan?

Bromeé, pero con cariño

Me reí con algo de enojo, mientras mis labios se fruncían, escalón por escalón, mi animo se hacia mas alegre, pero el juego del asunto, era hacer enfadar al otro, y Chris estaba ganándome el juego, no estaba enojada peor si me daba estaba tocando un punto sensible. Desde que yo recordaba siempre me habían halagado por mi bellezas, desde pequeña, las personas solo se fijaban en los lindos ojos azules, el cabello negro ya la gracia de mis preguntas, pero ahora Chris me saco ese atributo importante y quedaba convertida en una criatura inteligente pero gruñona y dejada de la mano de dios. Moví la cabeza un par de veces antes de contestarle.

- ahora no solo criticas mi personalidad, sino que me atribuyes aspectos físicos, ¿Qué culpa tengo de no haber crecido como un gigante?, además me gusta mi estatura, mis pies siguen pareciendo humanos, pequeños y finos, lejos de los tuyos. Ah por cierto… ¿te compras o te haces los zapatos?..- una broma algo pesada, quizás, pero me divertía.-

No tenia una mala vos, era adorable… cuando cantaba, pero tampoco era una artista, simplemente salvaba… y las mentiras de James no me afectaban, pues según él, mis chillidos le hacían doler la cabeza. Lo abrace un poco para que solo pasara lo divertido del asunto.

- Poltergeist!..- casi le grite cuando me llamo así.- eso si que no, me puedes llamar, troll, duende, incluso gnomo, pero no eso. ¿no sabes que Myrthle me odia?… imaginarme una eternidad en el castillo conviviendo con ella, seguro que me suicidaba y créeme que esa sería una tarea muy difícil..- en verdad esa visión me aterraba. Termine poniendo un puchero en boca, asumiendo la postura de ofendida.-

Me reconforto con un beso, claro ahora me mimaba… y como yo era una persona frágil emocionalmente, inestable ante estímulos demostrativos de afectos, sobretodo si eran físicos, caí. Solté una sonrisa cuando lo hizo y ya de plano el tema de las comparaciones murió. Ahora seguían los peores temores de una mente distorsionada, el ataque de los elfos domésticos.

- vaya, se nota que son muy fieles..- aun cuando eran tratados como la peor basura, sobretodo por las familias de magos puritanos. Seguramente si yo fuera un elfo domestico, me habría vuelto en su contra hacia mucho tiempo.- aunque también se nota que no conoces las películas de ciencia ficción, los muggles son geniales haciendo todo tiempo de historias fantásticas, de seguro sería un éxito de taquilla… The Master Elf- dije como anunciando el próximo estreno de película.-

Llegamos al cuadro, y como siempre aprovecho para torturarme un poco, solo le sonreí burlonamente.

- esta bien… no pensare mas en tramas de películas, pero no me pidas que deje de pensar del todo pro que sino sería una planta sin vida.- negué con la cabeza subiendo los hombros.- y como soy un ser que ocupa mas su mente que el cuerpo, necesito 60% mas de azúcar que una persona común.- estire la mano para hacerle cosquillas y dejarnos pasar.- si no tienes miedo de que te maten llenándote de comida… - le ofrecí entrar.-

Ante lo que me dijo de mis pies, no pude más que mirar hacía abajo y comparar, a ojo, la gran diferencia de tamaños que se apreciaba. Suspiré, porque sabía que no podía responder a eso, tenía razón, aunque hubiese exagerado en lo de que yo me construía los zapatos, tampoco eran tan descomunales. Grandes si, eso no lo discutiría.

- Bueno, vale.. lo admito. Tengo los pies grandes, pero tu.. seguro que tienes que rellenar el calzado para que no se te caiga.

Eso acababa de sonar muy infantil, e incluso yo mismo me reí de semejante estupidez que acababa de decir. Parecía que se había tomado mal la última comparación que había hecho. Me tapé la boca con mi mano izquierda, intentando disimular una sonrisa de satisfacción ante tal hecho, aunque finalmente decidí no continuar por la mueca que había hecho.

- Pues yo a Myrtle le caigo bastante bien.. a mi ella no demasiado, es un poco pesada. Un día me estuvo persiguiendo por todas partes, y no es la primera vez que estoy en el baño de prefectos y asoma la cabeza. Aún no me he roto la cabeza del susto.. no se porqué.

Hice una mueca. A veces ese fantasma aparecía en el momento menos adecuado, y no era la primera vez que había estado a punto de caerme por la impresión de que alguien me hablase a mis espaldas sabiendo que estaba completamente solo. Parecía que había logrado que Allie se hubiese tranquilizado un poco con el tema de los elfos.

- A mi no me gustan las películas de ciencia ficción.. me decanto más por las fantásticas, me gusta ver las ideas de los muggles sobre la magia, son bastante divertidas

Me reí. Había visto muchas películas sobre la magia, y todas habían sido bastante graciosas. Si supiesen que en verdad existe y como es, seguramente tratarían el tema con más respeto. Al llegar al cuadro, le hice cosquillas a la pera para que apareciese la puerta y la abrí cediendole el paso a Allie para que pasase. Negué con la cabeza.

- Las damas primero. Tranquila, que no muerden.

Dije refiriéndome a los elfos. Una vez que comenzó a entrar, coloqué mis manos en su espalda para hacer que caminase un poco más rápido hacia la cocina.

- Sé perfectamente que los Raven pensais demasiado.. a veces creo que deberíais pedirle unas vacaciones a vuestro cerebrito para que pudieseis descansar un poco.

Lo sabía bien, a veces Jean me daba un poco de miedo con las cosas que se le ocurrían. No sabía si es que era un genio, o es que estaba rematadamente loco. al entrar a las cocinas, unos elfos nos hicieron una referencia y algunos me saludaron refiriéndose a mi como sr. Felton. Resoplé, haciendoc omo si estuviese enfadado.

- No me llameis así... o Christopher, o Chris.. o Felton, pero señor no...

No me gustaba ese trato, parecía como si fuese superior a ellos, cosa que no era así, y además, era degradante. A eso había que añadirle que señor era como un tratamiento para personas más mayores, y yo aún tenía 16 años. Miré a Allie con una sonrisa y después a los elfos.

- ¿Podríais darnos algo de cenar? Lo que servisteis hoy en el gran comedor, estaría bien, que nos perdimos la cena y aquí mi amiga necesita glucosa para su gran cabeza

Dije señalándola para meterme con ella. Giré mi cabeza para mirarla y le eché la lengua. Cuando volví a mirar a los elfos vi que ya se habían puesto a manos a la obra, asíque me dirigí hacia una mesa y me senté en una silla, frente a ella.

La verdad era divertido estar con Chris, me gustaba mucho estar con los chicos de otras casas. Bueno exceptuando a Benji que estaba mas que desquiciado, los otros eran mas ligeros y te sacaban de lo aburrido. Hasta había olvidado que tenía que darle una respuesta a Albert, y también de ver la manera de informarle las buenas o malas nuevas. Entre a las cocinas, me encantaba el olor que había dentro de ellas, la comía y yo, no nos llevábamos bien, pero algunas cosas eran tentación para mis labios. Sentí como Chris me empujaba, haciendo referencia a lo lento que éramos los Raven para tomar decisiones, aunque ese no era mi caso… o eso pensaba yo. Me reí haciendo un poco de fuerza contraria para no avanzar.

- yo siempre tengo vacaciones, recuerda que soy una chica playera.- lo mire por sobre el hombro.- siempre me divierto, excepto en el colegio.-

El recibimiento de los elfos siempre era el mismo, a veces me sentía mal por llegar allá para pedir cosas de comer y hacerlos trabajar, pero cuando la lógica que su felicidad era el trabajo me sacaba la culpa. Unos cuantos elfos que estaban mas cercas llegaron con el típico saludo, de señor y señorita, yo no era de familia de magos antiguos, nosotros siempre vivimos modernamente, con las cosas de los muggles y entre muggles, así que no estaba acostumbrada a esto, pero los años son los que dan la experiencia.

- ajajá déjalo Chris, no ves lo feliz que se pone..- a mi no me llamaban por mi apellido, quizás por lo anterior, me decían señorita Allie, ya que me conocían.- además alguna día llegaras a ser el Señor Felton.. ¿no es cierto?.- les dije a los pequeños, buscando el apoyo.-

Pase hacia una mesa junto con Chris no quería comer la cena de la noche, ya había pasado el tiempo y si comíamos tan tarde, mi organismo demoraría en digerir los alimentos.

- mm saben hace tiempo que no venia a verlos, les prometo que la próxima ves les traeré unos dulces - les dije a los elfos que nos estaban atendiendo, poniendo en la mesa unos vasos, jugo y agua.- ¿tendrán granola?..- les pregunte con algo de ingenuidad.- me gustaría comer un poco de eso..- cruce mis manos sonriendo cuando uno de los elfos corrió a cumplir mi deseo.- ajaja! Son tan adorables!… Chris ¿seguro que quieres comer la cena?…- le pregunte llenando el vaso de jugo, parecía que era de frutos rojos, se lo entregue a él y cuando se lo estaba entregando casi se me derrama.- lo siento..- pero el hecho pareció intencional mas que casual- aunque el jugo de frutas es bueno para la piel...- deje caer un poco en su mano soltando una risa. Un poco de liquido no le hacia mal a nadie.-

La miré como con sorpresa por lo que acababa de decir. Un Raven diciendo que se lo pasaba mejor en verano y que no se divertía en el colegio.

- Después de lo que acabas de decir.. porque sé que eres inteligente.. sino no entendería porque estás en la casa en la que estás

Me llevé la mano derecha a la frente mientras negaba con la cabeza, como dramatizando la situación. Entramos en las cocinas, y Allie me dijo que los dejase. Yo suspiré pronunciadamente. Realmente no entendía como se podían poner tan felices por servir a alguien. A mi también me gustaba sentirme útil, pero no así. viendo la escena, me preguntaba como Allie podía tener miedo de que se rebelasen. Creo que ante el simple pensamiento de rebelarse por parte de un elfo, acabaría desmayándose de la angustia.

- Si algún día viviese en mi casa algún elfo domestico, no dejaría que me llamase señor. No me gusta ese trato.

no me gustaba la idea de esclavizar a un elfo. Pero en mi casa no eran así las cosas, lo tratabamos bien, e incluso le dábamos las vacaciones que quisiera, aunque nunca quería cogerlas. Aún así, siempre que viajábamos a algún sitio, lo llevábamos con nosotros y le prohibíamos que nos sirviese en ese tiempo. Me hizo gracia el comentario de Allie de que la próxima vez traería golosinas para ellos. yo asentí, afirmando que yo también lo haría. Yo más bien debería de llevarles miles, después de todo parte del día me lo pasaba allí casi. Cuando nos sentamos, Allie me sirvió un vaso de zumo. cuando me derramó un poco por la mano, arqueé las cejas mirándola un poco mal.

- Gracias..

Dije secamente. Miré a mi alrededor, y alcancé una cesta en la que había empanada de calabaza. Cogí un pedazo y le di un mordisco, saboreándola con un gesto de felicidad absoluta.

- Mmm... ¿quieres?

Miré hacia Allie con una sonrisa. Cogí un trozo y se lo tiré a la cara. Abrí la boca, como sorprendido, aunque sin poder evitar la consiguiente carcajada.

- Vaya... lo siento. Pero seguro que es buen exfoliante.

La miré divertido, con el ceño fruncido. Yo también sabía jugar a ese juego. Me fijé en que los elfos nos estaban mirando sorprendidos por nuestro comportamiento. Yo cogí mi vaso de zumo y le di un buen sorbo.

- ¿Está rica, verdad? ¿Pudiste saborearla bien o quieres otro pedazo?

Lo mío paso a una bromita, pero supongo que algunos no aceptaban las bromas, mas les gustaba solo hacerlas. Así que después de que pidió su empanada y me lanzara un trozo a la cara, en años nadie me había tirado comida a la casa a propósito, me había escupido la comida pero fue un accidente de risa explosiva. Lo mire con los ojos algo felinos, esos que ponen los gatos cuando miran a un ratoncito incauto.

- exfoliante.. - repetí, quitando la suciedad de mi cara con el dedo.- como se nota que conoces cosa eh. aun jugaba con la cosa en mis dedos y con el índice y el pulgar, impulse el trozo hacia él cayéndole en la ropa.- up… creo que me equivoque…- le dije poniéndome de pie y tomando una servilleta,- pero descuida yo te limpio…- y antes de que pudiera negarse, estaba encima de él, con mi mano pegada a su rostro y con la otra tomaba lo que parecía ser la crema de un pastel, ya habían traído la cena de hoy. La esparcí en su frente mientras luchaba contra sus manos para que me dejara hacerlo.- pensé que te gustaban, las cremas!.. - le dije una ves que me tiro hacia atrás pero con mi trabajo ya cumplido. - OH mira tenias razón… si sirve para exfoliarte.-

Entonces reconocí esa mirada y estaba en problemas. Me fui detrás del mesón poniéndolo de por medio y soltando una estridente risa, algo nerviosa y picara. Estaba divertida, después de todo el había empezado.

- ajaja vamos Chris solo fue una bromita…- le dije burlándome aun mas y huyendo de él. Los elfos se alejaron de nosotros, no les gustaba como se iban poniendo las cosas.-

Ante sus primeras palabras no pude hacer otra cosa más que sonreir, aunque mi sonrisa se borró cuando me lanzó, lo que previamente le había tirado, a la ropa. Iba a quitarlo, pero Allie ya estaba encima mía dispuesta a ayudarme.

- Pero ...¿Que? No te...

Demasiado tarde. Sus manos ya estaban manchándome la frente con la crema de un pastel. Intentaba sacarla de encima mia, pero ella me lo impedía y no quería hacerle daño. En mis ojos se pudo vislumbrar un pequeño brillo de maldad, y una sonrisa cómplice afloró. Puede que fuese algo más bien infantil, pero era divertido.

- ...Atreverás. Realmente, no suelo echarme muchas cremas, no las considero necesarias, al menos por el momento. Pero creo que tu piel pide a gritos el tratamiento completo

Ladee la cabeza, y comencé a mirar rápidamente a mi alrededor, buscando nuevos alimentos que lanzarle. Ella se había colocado del otro lado de la mesa. no pude evitar reirme

- ¿Crees que eso te salvará? Mi venganza será dulce... nunca mejor dicho

Cogí un par de ranas de chocolate y se las lancé contra su túnica. Seguí riéndome, no podía evitarlo. Los elfos cada vez se alejaban más de nosotros. Aproveché que ella estaba distraída, mirando como la había manchado, para acercarme corriendo a ella. Una vez estuve a su lado, le dí un beso en la mejilla, aprovechando para frotar mi frente contra su pelo, para mancharla con la crema.

- Dicen que es bueno para que el pelo gane brillo. No es que te haga falta, pero nunca está demás.

Le eché la legua. Me lo estaba pasando bien. Realmente, sería genial si los elfos también se uniesen a nuestra pequeña e improvisada guerra de comida. Cogí una rana de chocolate y comencé a comerla mientras escapada de Allie, intentando ocultarme detrás de algunos elfos que intentaban escaparse para no participar.

- No irás a manchar a los pobres elfos, ¿no? si se rebelan... tu serás la culpable

Me estaba escondiendo detrás de la mesa, pero el muy pillo me hizo lo peor, me tiro las ranas de chocolate para ensuciarme. Las cosas feas, se arrastraron en mi telo y dejaban manchas sucias en ella. Intente quitarla pero daba saltos y solo sonreí haciendo algunos ademanes de enojo.

- eres un descarado, me dejaste la tunica llena de chocolate… ajajá..-lo vi acercarse y me recogí en mi misma, solo me quede ahí.- ah!!… no… que haces ajaja.- me reí mucho cuando me beso, me estaba dejando toda sucia.- eres un niño malo!!.- le di un golpe con la mano abierta mientras le volvía a dar un golpe, pero termino huyendo como un cobarde..- Hey!! No huyas!!..-

Me fui a buscarlo, corriendo, claro el muy simpático se escondió detrás de los elfos, creía que con eso me iba a dejar en jaque pero no, yo no tenía intenciones de ceder, con la risa brotando de mis labios y los ojos juguetones, lo tuve a unos metros y como toda un troglodita me tire encima de él colgándome de su cuello y haciendo peso muerto para tumbarlo.

- vas a caer.. - le dije jalándolo al suelo con mi cuerpo haciendo palanca. Sentí que se iba de lado y aproveche para pegarle a sus rodillas con mi pierna, lo desequilibre y cayo de lado.. Los elfos ya habían despejado el espacio y nos instaban a calmarnos.- ajaja… come chocolate!!..- le grite en broma, intentando meter la rana en su boca, esparciéndolo en su cara… claro que me duro poco por que me detuvo las manos y solo podía reírme, lo que me quitaba fuerza.- ajajaja… estas hecho un desastre!!..- estaba sentada sobre el para dominarlo.-

Claro que no era la primer guerra de comida, pero si la primera del año y súper divertida, mucho mas que los otros días

Ella me llamo descarado por haber manchado su túnica. No pude hacer otra cosa más que reirme.

- No... simplemente, lo hago porque te da un nuevo estilo. Seguro que eres la envidia de todo hogwarts, ya me lo agradecerás

Seguí riendome, hasta que sentí sus golpes mientras me escapada de ella. Giré mi cabeza, para mirarla con cara de ofendido. No me había hehco daño, pero había que reconocer que a veces me gustaba sobreactuar. Si lo de auror no salía bien, siempre podría dedicarme al mundo del cine.

- Me has pegado... que sepas que me chivaré, y te van a echar la bronca

Dije con tono de acusica. Estaba bromeando. Hinché mis mejillas mucho como si fuese un niño pequeño, una vez que estuve tras los elfos. vi como se acercaba hacia mi, y antes de que pudiera reaccionar, ya estaba sobre mi cuello intentando tirarme. Intenté sostenerme todo lo que pude, pero al final acabé cayendo. ella se colocó encima mía e intenté apartarla para levantarme.

- Allie.. algún día te devolveré todos los golpes que me das...

Fruncí el ceño, y de pronto comencé a sentir como intentaba meterme una rana de chocolate por la boca. La cerré con fuerza, aunque no pude mantenerla a´si mucho tiempo por culpa de la risa. Agarré sus manos.

- ¿Si? yo estoy hecho un desastre... espera y verás

tiré de ella hacia mi para que se quedara encima mía, y desde esa posición la empujé con cuidado para no hacerle daño. Me levanté rápidamente del suelo, y me incliné hacia ella para pasar mis manos alrededor de su cintura y colocarla sobre mi hombro, como si fuese un saco de patatas.

- A veces te olvidas de la fuerza que tengo.. pero no te preocupes, hoy te lo pensarás dos veces antes de obviar ese detalle

Una sonrisa de satisfacción se dibujó en mis labios. ella se resistía, aunque la tenía bien agarrada, para no permitirle que se soltase. Miré a mi alrededor y me fijé en un caldero bastante grande que estaba sobre una mesa. Parecía que en su interior había puré de patata. Metí un dedo, comprobando que estaba frío y sonreí nuevamente. La solté justo delante mía, haciendo que su vista estuviera posada en mi. Cogí el caldero y se lo vacié encima de la cabeza. El puré cayó sobre ella, manchando su cabeza sobre todo y la parte de arriba de su túnica, los hombros mayoritariamente.

- ¿Está rico?

Pasé mi dedo índice por su mejilla, y después me lo metí en la boca, saboreándolo bien. La miré a los ojos sonriente.

- Esto está excelente. Creo que es el puré de patata más rico que he probado en mi vida. Deberías de probarlo.. no te arrepentirás.

Le guiñé un ojo claramente divertido. Sabía que su venganza iba a ser memorable, pero por lo menos había disfrutado el momento, manchándola de esa forma.

Todo había sido muy divertido, pensé que las cosas se tornarían muy sería al encontrarlo en esa faceta melancólica, pero así como la vida que cambia de un golpe, estábamos uno sobre el otro haciéndonos las barbaridades que los niños suelen hacer. Los elfos seguramente estarían muy confundidos y algo choqueados con las acciones tan infantiles y algo bruscas de ambos, ¿Qué podíamos hacer? Si la vida no te sonríe, sonríele tu a ella. Sus promesas de venganzas no me importaban ahora, porque estaba disfrutando de mi tortura. Finalmente pude meter un poco de la rana a su boca, pero el gustito me duro poco, la risa me brotaba de los labios, era incontenible, pero Chris dio muestra de que era mas fuerte que yo, me tomo como un costal de papa… intente patalear pero no pude hacerlo, me dolían las costillas de tanta risa.

-AJAJA YA… CHRIS!!..- le reclame por que ahora tenia miedo de su venganza, mas cuando los hombre me levantaban del suelo, prefería tener lo pies pegaditos a él. Aun con el miedo la risa nerviosa no paraba.- LO SIENTO!!..lo siento!!!..- le di unos golpecitos en su espalda pero no había caso de evitar lo que viniese.-

No sabia que iba a hacerme, pero ya no importaba si total lo divertido no me lo quitaba nadie, y por lo que me hiciera… siempre había una devuelta de mano. Esta rico?… esas palabras me dieron a entender comida, pero que comida, que me iba a hacer… intente patalear nuevamente pero como antes no tuvo caso.

- Ah!… no…- no me gustaban las cosas con cierta contextura, la que paso en mi rostro, me dio la impresión de ser algo pastoso… su mirada casi me expresaba el disfrute del momento y la mía le devolvió un reproche. - no! Chris.. No Lo hAgas.- le advertí.

Pero como si mis palabras cayeran en oídos sordos, me dejo caer el puré en mi cabeza, y mis ojos de forma casi felinas le dirigieron una certera mirada, lo podría haber matado en ese momento y pase mi mano con un montón de comida en la cabeza… agarre un peloton de comida y se lo arroje al rostro con gran puntería, casi al segundo hice lo mismo con mi otra mano sacando alfo de mis hombros..

- te gusta! .. - volví a arrojar algo de comida y le caí en la tunica.- pues comételo!!..- casi le grite y agarre la jarra de jugo de antes.- pareces atorado… ten un poco…- le arroje el liquido aunque no le cayo encima pero si lo mojo, estábamos hecho un destres, comencé a reírme y deje el jarrón de lado.- hagamos las pases?..- le pregunte.- de nación victima a nación atacarte…-

Ella parecía temerosa ante lo que le iba a hacer, y debía estarlo, desde luego. Mi venganza sería dulce, de eso podía estar segura. No paraba de disculparse, casi a ciencia cierta, para que la bajase. La verdad es que no le gustaba a mucha gente. Aún así, como si sus palabras se perdiesen por las chimeneas de las cocinas, continué a lo que estaba.

Cuando la dejé en el suelo y vio claramente mis intenciones, no pude más que sonreír ante la súplica de que no lo hiciese. Negué con mi cabeza

- No.. claro que no lo voy a hacer

Dije irónicamente mientras cogía la olla y la vertía sobre ella. Parecía que se había molestado, si las miradas matasen.. yo estaría más que muerto. Empezó a coger puré de patata y a tirármelo. La primera de las bolas me impactó en la cara. La sensación era un poco desagradable, pero tampoco era como para ponerse así.

- Seguro que con todas las cremas y cosas de esas que os echáis las chicas, la textura no puede ser muy diferente.

Alcé mi mano derecha y con la mano abierta mirando hacia mí, abrí mucho los dedos pulgar e índice para limpiar con cada uno un ojo. Abrí los ojos para ver como seguía tirándome bolas de puré,a lo que yo le respondía tirándole pedazos de empanada de calabaza. Cuando se acercó a mi y me vació el zumo, pensé en la manera de hacerla sufrir más lentamente. Se notaba frió, no me gustaba la sensación de estar mojado, que la ropa se pegase a la piel. En mi rostro se dibujó una mueca de asco. Cuando Allie pidió la tregua, me quedé como sopesándolo.

- Bueno... supongo que como claramente he ganado y no tengo interés en prolongar el conflicto hasta el final, acepto.

Sonreí. Me acerqué a ella y le di un fuerte abrazo, levantándola ligeramente en el aire. Era un poco desagradable porque así estaba mezclando el puré de patata, con el zumo, y el resultado era una masa de textura bastante asquerosa. Cuando la dejé en el suelo, me sacudí el pelo para que se mojase un poco con el zumo, ya que tenía el pelo empapado.

- ¿Qué? Me estaba secando.

Le eché la lengua claramente divertido. Miré a mi alrededor y vi a los elfos en una esquina, boquiabiertos después del espectáculo que acababan de presenciar. Miré la cocina y vi que estaba patas arriba. Me mordí el labio y me rasqué la nuca con la mano derecha, aunque no fue mucho tiempo ya que me daba un poco de asco.

- Vaya... creo que hemos montado un pequeño desastre. ¿Deberíamos ayudarlos a limpiar, no crees? Al fin y al cabo fue nuestra culpa.. bueno, más bien la tuya, tú empezaste

Cosas iban y venían, no era la forma mas madura de resolver las cosas, pero si la mas divertida. Si todas las cosas se resolvieran de esa manera seguro que habrían menos conflictos y muertes. Mi risa seguía brotando pero ahora era un poco mas acallada igualmente intentaba responder cada una de las empanadas que él me lanzaba pero a veces iban a dar a lugares incómodos como las fosas de la nariz.

- claro que son diferentes y mucho..- las cremas, faciales, hidratantes, etc… eran muy diferentes, con una textura agradable, al igual que sus aromas. Me limpie la mejilla tirando el resto de comida al suelo, porque no había lugar de mi cuerpo que no estuviera sucio.-

No le dije nada, no iba a caer nuevamente en un juego por mas tentada que estuviera a hacerlo. Esperaba un apretón de manos, pero el abrazo pegoteado no era lo mas agradable, al menos podría decir que los abrazos de Chris me resultaban asquerosos sin mentir.

- ah…ghh..- me queje al ser levantada y apachurrada por él con su mezcla de comida.- no hagas eso…- las gotas de su cabello iban a dar directo a mi cara que asquerosito..- ah!…- me volví a quejar intentando quitarlo de mi piel.- te secas como perro…- me queje con una sonrisa.-

Estaba todo hecho un desastre, los pisos sucios, las mesas y sobretodo las paredes estaban salpicados de comida, me reí al ver como habíamos dejado todo el lugar, solo por ir a comer un poco y de eso nada. suspire y saque mi varita, tenia experiencia en conjuros de limpieza, agite la varita y pronuncie el hechizo y las cosas se limpiaron se fueron a los fregados y comenzaron a limpiarse, al igual que las escobas.

- bueno te parece si tu y yo limpiamos las mesas de la manera tradicional?..- levante ligeramente la ceja con una sonrisa y apunte la varita a su cara lanzando un chorro de agua que barrio con el pure, el zumo y los restos de comida.- ahora si puedo ver tu lindo rostro sonriendo..- me burle… y antes de que me hiciera lo mismo use la varita para limpiar mi cabeza del pure de papa..-

Parecía que la batalla de comida había llegado a su fin, no sin antes habernos pringado bastante la ropa y haber ensuciado la cocina de una manera un poco exagerada. Podía captar a nuestras espaldas las miradas de odio de los elfos domésticos, aunque sabría que no nos dirían nada. Había sido bastante divertido, aunque infantil, pero había merecido la pena. En mi rostro había permanecido una constante sonrisa ante todos nuestros movimientos que no había desaparecido ni por un segundo y parecía que Allie también se lo había pasado bien, cosa que me alegraba.

Parecía que mi broma acerca de las cremas no había estado muy acertada. Yo no me solía usar ninguna a no ser que fuese necesario, me daba demasiada pereza y algunas llegaban incluso a darme grima por su textura. Esperaba que me lo devolviese, pero no fue así. Así que parecía que neustra pequeña guerrilla había por fin finalizado

- Fue tu culpa, sino me hubieses ensuciado no estaría mojado, y no podría hacerlo

Me encogí de hombros como si fuese la cosa más obvia del mundo y me reí. Le dí un golpecito en la nariz y la miré directamente a los ojos.

- ¿Y es un halago de llamarme perrito?

Me reí por lo que acababa de decir. Saqué mi varita del bolsillo para pensar que empezar a limpiar, cuando de pronto me lanzó un chorro de agua a la cara. Me pasé las manos por encima intentando escurrir el agua y unos cuantos restos de comida. Iba a lanzarle otro pero ella se me adelantó.

- Me cobraré esto otro día.. para empezar otra batalla de estas, que fue bastante divertido

Bromeé. no continuaría con el juego porque sino no lo acabaríamos de limpiar nunca. Cogí una bayeta para comenzar a limpiar la mesa, mientras la vigilaba por el rabillo del ojo.

- Llegados a este punto ya no se si fiarme por si acaso me tiras algo encima

Volví a reirme. Era capaz de tirarme otra jarra de zumo sobre la cabeza. Me fijé como las escobas, fregonas, y todo el material se movía para limpiarlo todo y no pude esbozar una sonrisa. Siempre me habían hecho gracia esas cosas. Un par de elfos domesticos se acercaron para ayudarnos.

- Ahora me da como algo de vergüenza salir de aquí y que nos vea alguien así.