Sonidos en la noche {LIBRE}
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Sonidos en la noche {LIBRE}
Recuerdo del primer mensaje :
Jueves Noche-Baño de Prefectos-Tercera semana de curso
Sonidos que lo envolvían, el fuerte borboteo que producía el agua que salía de los amplios grifos contra su coetánea yacente en la enorme piscina del lugar. El calor impregnó su frío y pálido cuerpo casi desnudo, a excepción de unos boxers que llevaba consigo. El sonido que formó su cuerpo al entrar en contacto con la capa líquida fue limpio y se resumió en un amplio eco que recorrió toda la sala. Los jueves eran su día de relax, gracias a algún que otro contacto conocía de buena manera una manera eficiente de entrar al baño de prefectos para disfrutar de un par de brazadas y del líquido elemento que poco a poco lo envolvía.
Sus movimientos siguieron resonando en el amplio lugar mientras se movía de forma exagerada, moviendo ambos hombros de lado a lado, todavía sin sumergir su torso... sus brazos alzados, músculos recalcados. Al llegar al centro terminó por sumergirse totalmente en el agua, sintiendo su piel destensada ante el cambio de temperatura, aquello era para él la gloria. Asomó su cabeza y suspiró con fuerza, de gusto, dejándose llevar por aquella quietud extrema. Cerró ambos ojos.
Los jueves eran sus días de relax habiéndose enfrentado a una semana más; un momento de recapacitación mental ante las depravadas ideas que surgirían de su cabeza y de la de Nick durante los próximos tres días parcialmente libres. Sus pensamientos derivaron hacia el pequeño asunto de que ya podía abandonar de por siempre el mundo muggle y aquello le causó una pequeña sonrisa que se desvaneció con total rapidez, presa de lo poco que importaba finalmente en él.
Un sonido lo alertó y se posicionó de nuevo verticalmente, observando la entrada de alguien en la oscuridad al baño y por un momento deseó que no fuera ningún tipo de persona que pudiera molestarlo de veras con alguna sanción. Su varita estaba cercana a una mala y no dudaría en usarla si era el caso.
Sonidos que lo envolvían, el fuerte borboteo que producía el agua que salía de los amplios grifos contra su coetánea yacente en la enorme piscina del lugar. El calor impregnó su frío y pálido cuerpo casi desnudo, a excepción de unos boxers que llevaba consigo. El sonido que formó su cuerpo al entrar en contacto con la capa líquida fue limpio y se resumió en un amplio eco que recorrió toda la sala. Los jueves eran su día de relax, gracias a algún que otro contacto conocía de buena manera una manera eficiente de entrar al baño de prefectos para disfrutar de un par de brazadas y del líquido elemento que poco a poco lo envolvía.
Sus movimientos siguieron resonando en el amplio lugar mientras se movía de forma exagerada, moviendo ambos hombros de lado a lado, todavía sin sumergir su torso... sus brazos alzados, músculos recalcados. Al llegar al centro terminó por sumergirse totalmente en el agua, sintiendo su piel destensada ante el cambio de temperatura, aquello era para él la gloria. Asomó su cabeza y suspiró con fuerza, de gusto, dejándose llevar por aquella quietud extrema. Cerró ambos ojos.
Los jueves eran sus días de relax habiéndose enfrentado a una semana más; un momento de recapacitación mental ante las depravadas ideas que surgirían de su cabeza y de la de Nick durante los próximos tres días parcialmente libres. Sus pensamientos derivaron hacia el pequeño asunto de que ya podía abandonar de por siempre el mundo muggle y aquello le causó una pequeña sonrisa que se desvaneció con total rapidez, presa de lo poco que importaba finalmente en él.
Un sonido lo alertó y se posicionó de nuevo verticalmente, observando la entrada de alguien en la oscuridad al baño y por un momento deseó que no fuera ningún tipo de persona que pudiera molestarlo de veras con alguna sanción. Su varita estaba cercana a una mala y no dudaría en usarla si era el caso.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Dejé mi mejilla apoyada en su hombro durante aquel abrazo se prolongó más de lo esperado, pues no pensaba que él no haría nada para deshacerse de mi. No le había dicho nada de eso a Nick. Bueno, era algo normal. Sin tener tanta información de un pasado, quizá... quizá su sangre no era limpia, o quizá si y se hiciera una bola de malentendidos. Reí algo secamente mientras dirigía mi mirada a la espuma que había entre ambos.
- Y haces bien de no decirle nada. A pesar de que sea un buen tipo, las personas como él... y como yo, acostumbramos a hablar más de la cuenta - comenté justo antes de desvanecer la sonrisilla. - Pero tampoco tengo la intención de decir nada - y eso era verdad. Estaba dispuesta a guardarle el secretillo el tiempo que hiciera falta, aunque siempre habrá esos egoístas "pero" de por medio. Cosa que, mejor suprimir en voz alta.
Sus ojos se apartaron de la sirena, la cual llevaba un buen rato observándonos en silencio mientras se acariciaba el cuello y movía la punta de su cola de pez de una tonalidad verde clara, y volvieron hacia mi. Moví ligeramente la cabeza hacia el extremo de su hombro y subí la mirada hacia sus ojos, encontrándolos igual de fríos que antes. ¿Se aprovecharía de la situación? No me había acercado a él por el hecho de que me diera pena, pero hacerlo en ese momento equivalía a sentir como una parte de su orgullo se derrumbaba a mis pies. Sería penoso por su parte, la táctica del cachorrito herido.
Arqueé una ceja con diversión y sonreí con cierta provocación a la vez que levantaba la cabeza de su hombro y acortaba aún más las distancias entre ambos. Nuestros labios no se rozaron, pero lo único que los separaban eran milímetros, escasos y sucios milímetros. Sonreí de nuevo.
- ¿Estás esperando a que caigan babosas carnívoras del cielo? - algo irónica, mis ojos se volvieron a clavar en los suyos mientras susurraba dicha pregunta.
Sin dejarle tiempo para reaccionar ante nada, volví a echarme hacia atrás, desenlazando mis brazos de su cuello mientras le lanzaba una mirada que avecindaba cualquier cosa que se le hubiera pasado por esa misteriosa mente con anterioridad. Llevaba desde... ¿Quinto? Quizá ya era hora de darle lo que quería... quizá. Sonreí y me apoyé al surtidor de nuevo, cortando otra vez la cascada de agua caliente que caía de él.
- Y haces bien de no decirle nada. A pesar de que sea un buen tipo, las personas como él... y como yo, acostumbramos a hablar más de la cuenta - comenté justo antes de desvanecer la sonrisilla. - Pero tampoco tengo la intención de decir nada - y eso era verdad. Estaba dispuesta a guardarle el secretillo el tiempo que hiciera falta, aunque siempre habrá esos egoístas "pero" de por medio. Cosa que, mejor suprimir en voz alta.
Sus ojos se apartaron de la sirena, la cual llevaba un buen rato observándonos en silencio mientras se acariciaba el cuello y movía la punta de su cola de pez de una tonalidad verde clara, y volvieron hacia mi. Moví ligeramente la cabeza hacia el extremo de su hombro y subí la mirada hacia sus ojos, encontrándolos igual de fríos que antes. ¿Se aprovecharía de la situación? No me había acercado a él por el hecho de que me diera pena, pero hacerlo en ese momento equivalía a sentir como una parte de su orgullo se derrumbaba a mis pies. Sería penoso por su parte, la táctica del cachorrito herido.
Arqueé una ceja con diversión y sonreí con cierta provocación a la vez que levantaba la cabeza de su hombro y acortaba aún más las distancias entre ambos. Nuestros labios no se rozaron, pero lo único que los separaban eran milímetros, escasos y sucios milímetros. Sonreí de nuevo.
- ¿Estás esperando a que caigan babosas carnívoras del cielo? - algo irónica, mis ojos se volvieron a clavar en los suyos mientras susurraba dicha pregunta.
Sin dejarle tiempo para reaccionar ante nada, volví a echarme hacia atrás, desenlazando mis brazos de su cuello mientras le lanzaba una mirada que avecindaba cualquier cosa que se le hubiera pasado por esa misteriosa mente con anterioridad. Llevaba desde... ¿Quinto? Quizá ya era hora de darle lo que quería... quizá. Sonreí y me apoyé al surtidor de nuevo, cortando otra vez la cascada de agua caliente que caía de él.
Invitado- Invitado
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Ella comprendió con rapidez el por qué de ocultar todo aquello incluso a su mejor amigo; esa noticia sería una bomba de relojería, algo que lo destruiría por completo, que lo volvería más metálico, más áspero por el mero hecho que, cortando las relaciones con sus amigos Slytherin, estaba de por sí cortando cualquier lazo emocional que había tenido. Sí, podía decirse que el duro del noruego no estaba más que luchando por mantener aquella amistad, evitando dar explicaciones de más que pudieran hacer tambalear los cimientos de su "felicidad". Le alegró interiormente que Kirby aceptara no tener intención alguna de contar nada sobre aquello y esperaba que no llevara consigo ningún tipo de segunda intención por la cuenta que le traía.
No apartó la mirada de ella y pudo comprobar aquella sonrisa con cierta provocación mientras levantaba la cabeza y la acercaba hacia el chico, haciendo que la distancia entre ambos labios se volviera algo irresistible para el noruego. La pregunta de ella lo semi-despertó, no se dignó a responder pero vio como ella se echaba hacia atrás y se deslizaba hacia el surtidor de agua. Se movió escasos centímetros, vacilante y se acercó dispuesto a besarla, pero en el mismo instante en el que los separaban escasos milímetros y podía escuchar incluso la respiración de ella entre el agua retrocedió con fuerza. Simplemente giró el cuello, cerrando ambos ojos con fuerza, de perfil ahora hacia ella. Inspiró y suspiró; no, no podía hacer aquello, podía ser compasión y por mucho que la tentación pudiera con él, el mero hecho de haber dado lástima a la chica ya le hacía imposible el probar siquiera intentarlo aquella vez.
-Qué bajo he caído.- masculló, todavía en aquella posición. Acababa de echar por tierra todas sus posibilidades para con Kirby, no era un maldito aprovechado -de normal- y para nada se aprovecharía de su peiorativa situación. ¿Compasión? ¿Por qué Samuel? ¿Por ser alguien fuerte, que soporta y sabe vivir por su cuenta? Se autohalagó en un momento en el que sin duda lo necesitaba. Soltó una risa seca, despreciable, en una mueca con la que alzó levemente su labio. -Compasión...
No apartó la mirada de ella y pudo comprobar aquella sonrisa con cierta provocación mientras levantaba la cabeza y la acercaba hacia el chico, haciendo que la distancia entre ambos labios se volviera algo irresistible para el noruego. La pregunta de ella lo semi-despertó, no se dignó a responder pero vio como ella se echaba hacia atrás y se deslizaba hacia el surtidor de agua. Se movió escasos centímetros, vacilante y se acercó dispuesto a besarla, pero en el mismo instante en el que los separaban escasos milímetros y podía escuchar incluso la respiración de ella entre el agua retrocedió con fuerza. Simplemente giró el cuello, cerrando ambos ojos con fuerza, de perfil ahora hacia ella. Inspiró y suspiró; no, no podía hacer aquello, podía ser compasión y por mucho que la tentación pudiera con él, el mero hecho de haber dado lástima a la chica ya le hacía imposible el probar siquiera intentarlo aquella vez.
-Qué bajo he caído.- masculló, todavía en aquella posición. Acababa de echar por tierra todas sus posibilidades para con Kirby, no era un maldito aprovechado -de normal- y para nada se aprovecharía de su peiorativa situación. ¿Compasión? ¿Por qué Samuel? ¿Por ser alguien fuerte, que soporta y sabe vivir por su cuenta? Se autohalagó en un momento en el que sin duda lo necesitaba. Soltó una risa seca, despreciable, en una mueca con la que alzó levemente su labio. -Compasión...
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Me sentí complacida al ver como el noruego reaccionaba ante tal provocación. Si bien vaciló al principio, pero cuando me eché hacia atrás, volviendo a la postura apoyada al surtidor del baño de los prefectos, él parecía decidido a ir a por mi. Pero algo lo aturó cuando no faltaba nada más que un leve empujón por su espalda. Enarqué ambas cejas y miré como apartaba su rostro del mio, mostrándome su perfil.
Ladeé la cabeza, apoyándola de lado en el surtidor, para verle mejor. No iba a hacerlo. Su orgullo se lo impedía. Podría decirle la verdad, decirle que no me había echado encima suyo por pena, pero tampoco me creería en esos momentos. Demasiado orgulloso para todo.
Se me escapó una sonrisita cuando soltó ese comentario, una sonrisita que se volvió una mueca un tanto arrogante por mi parte.
- No seas imbécil - comenté arqueando una ceja, lánzandole una mirada que traía consigo un ligero desprecio mezclado con leves ápices de diversión.
Saqué la mano derecha del agua, con ligeras acumulaciones de espuma entre los dedos y dirigí el índice hacia su mejilla que daba a mi cara. La rocé con una suavidad extrema, dibujando pequeñas figuras abstractas sin sentido, hasta que finalmente mi mano entera, por el palmo, se deslizó por su mentón hasta llegar a la otra mejilla, haciendo leve presión para que girara de nuevo la cabeza hacia mi.
- ¿En serio dejarás pasar la oportunidad por eso? - puse los ojos en blanco unos segundos y volví a apoyar la cabeza al surtidor, apartándome ligeramente de él mientras me pasaba la mano por la melena rubia completamente mojada. Seriamente estaba decepcionada con él. Sabía el orgullo que almacenaba en su interior, como todos los que nos encontrábamos en la misma casa, ¿pero esto...?
Seguí acariciándole la mejilla con delicadeza, picariona, y con obvias segundas intenciones. Si de verdad interponía su orgullo de por medio por eso, ya se podía despedir de mi en ese tema, a pesar de que en eso también perdía yo. Le tenía ganas, no mentiré.
Ladeé la cabeza, apoyándola de lado en el surtidor, para verle mejor. No iba a hacerlo. Su orgullo se lo impedía. Podría decirle la verdad, decirle que no me había echado encima suyo por pena, pero tampoco me creería en esos momentos. Demasiado orgulloso para todo.
Se me escapó una sonrisita cuando soltó ese comentario, una sonrisita que se volvió una mueca un tanto arrogante por mi parte.
- No seas imbécil - comenté arqueando una ceja, lánzandole una mirada que traía consigo un ligero desprecio mezclado con leves ápices de diversión.
Saqué la mano derecha del agua, con ligeras acumulaciones de espuma entre los dedos y dirigí el índice hacia su mejilla que daba a mi cara. La rocé con una suavidad extrema, dibujando pequeñas figuras abstractas sin sentido, hasta que finalmente mi mano entera, por el palmo, se deslizó por su mentón hasta llegar a la otra mejilla, haciendo leve presión para que girara de nuevo la cabeza hacia mi.
- ¿En serio dejarás pasar la oportunidad por eso? - puse los ojos en blanco unos segundos y volví a apoyar la cabeza al surtidor, apartándome ligeramente de él mientras me pasaba la mano por la melena rubia completamente mojada. Seriamente estaba decepcionada con él. Sabía el orgullo que almacenaba en su interior, como todos los que nos encontrábamos en la misma casa, ¿pero esto...?
Seguí acariciándole la mejilla con delicadeza, picariona, y con obvias segundas intenciones. Si de verdad interponía su orgullo de por medio por eso, ya se podía despedir de mi en ese tema, a pesar de que en eso también perdía yo. Le tenía ganas, no mentiré.
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
"No seas imbécil" resonó con fuerza en su cabeza, negándose a abandonarla, uniéndose a su orgullo y conjugándose en una simple y llana opción; "tu orgullo, Samuel, es lo que te hace ser imbécil". Se desquitó de aquello rápidamente, sin todavía querer siquiera retomar el contacto visual con su amiga. Su mano derecha se acercó a la mejilla izquierda y pudo sentir el roce de éste con una suavidad en extremo, algo que le hizo sentir un pequeño escalofrío que pronto se evaporó en el agua que los envolvía a ambos. Aquello no había sido un simple escalofrío, había sido una rápida tentativa de apartarse de aquella tensión, una tentativa que había fracasado enormemente al dejarse acariciar por el dedo índice de ella; estaba seguro de que pronto retomarían contacto visual y se le haría todo demasiado difícil.
Y así fue, su mano acabó deslizándose hacia el mentón, atrayendo la mirada del noruego hacia ella y en aquel momento en el que ya había quedado de nuevo delante de ella, su mirada imperturbada, clavada en los ojos de la rubia, en cierto tono de desafío mientras las palabras de ella se grababan en su mente. ¿Dejar pasar la oportunidad? Capaz, el orgullo podía con él demasiado. Se quedó durante unos segundos pensativo, observando las intenciones que ahora mismo tenía Kirby para con él. Un haz de rabia atravesó todo su cuerpo y en un momento pensó seriamente en golpear los antiguos motivos que rodeaban la amplia piscina. Cerró ambos ojos con fuerza, inspiró y espiró.
-¿Ahora eres tú la que me tienta?¿Cambiamos realmente los papeles?- preguntó retóricamente, mientras se acercaba peligrosamente a ella, con una sonrisa divertida que salió de mitad de la nada. Ella lo estaba tentando, para qué mentir y él no era de piedra, por mucho que su orgullo se mantuviera firme. Se acercó peligrosamente a ella y se decidió finalmente por acortar la distancia entre sus labios, probándolos con intensidad. Uno de sus brazos fue directo al brazo de ella, sujetándolo con delicadeza, todavía perdido en sus labios.
Se separó momentáneamente y dejó su mirada posada de nuevo sobre ella, con una expresión seria en el rostro. - No necesito de tu caridad, Müller...- afirmó. -Quiero ganarme el poder disfrutar contigo de una manera menos... patética.- esa era la palabra, patética, era patético que sólo hubiera conseguido ese acercamiento con ella por haber mostrado lo invulnerable que podría llegar a ser. Nadó escasos metros y salió de la piscina por el bordillo, con el calzoncillo empapado. Fue directo a donde su varita y rápidamente, con un movimiento, secó la prenda y se dispuso a vestirse, empezando por la camiseta de interior blanca que había traído consigo.
Y así fue, su mano acabó deslizándose hacia el mentón, atrayendo la mirada del noruego hacia ella y en aquel momento en el que ya había quedado de nuevo delante de ella, su mirada imperturbada, clavada en los ojos de la rubia, en cierto tono de desafío mientras las palabras de ella se grababan en su mente. ¿Dejar pasar la oportunidad? Capaz, el orgullo podía con él demasiado. Se quedó durante unos segundos pensativo, observando las intenciones que ahora mismo tenía Kirby para con él. Un haz de rabia atravesó todo su cuerpo y en un momento pensó seriamente en golpear los antiguos motivos que rodeaban la amplia piscina. Cerró ambos ojos con fuerza, inspiró y espiró.
-¿Ahora eres tú la que me tienta?¿Cambiamos realmente los papeles?- preguntó retóricamente, mientras se acercaba peligrosamente a ella, con una sonrisa divertida que salió de mitad de la nada. Ella lo estaba tentando, para qué mentir y él no era de piedra, por mucho que su orgullo se mantuviera firme. Se acercó peligrosamente a ella y se decidió finalmente por acortar la distancia entre sus labios, probándolos con intensidad. Uno de sus brazos fue directo al brazo de ella, sujetándolo con delicadeza, todavía perdido en sus labios.
Se separó momentáneamente y dejó su mirada posada de nuevo sobre ella, con una expresión seria en el rostro. - No necesito de tu caridad, Müller...- afirmó. -Quiero ganarme el poder disfrutar contigo de una manera menos... patética.- esa era la palabra, patética, era patético que sólo hubiera conseguido ese acercamiento con ella por haber mostrado lo invulnerable que podría llegar a ser. Nadó escasos metros y salió de la piscina por el bordillo, con el calzoncillo empapado. Fue directo a donde su varita y rápidamente, con un movimiento, secó la prenda y se dispuso a vestirse, empezando por la camiseta de interior blanca que había traído consigo.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Fecha de inscripción : 30/04/2011
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Conseguí atraer su mirada de nuevo con esas suaves caricias en su mejilla, y aproveche ese instante para escrutar cada milímetro de sus ojos. Su mirada seguía imperturbada, quizá interesado, pero sobre todo con ese leve tono de desafío ante las palabras que acababa de comentar. Dudó.
Sonreí divertida a su pregunta retórica, sin la más mínima intención de soltar algún comentario mientras dejaba caer esa mano de las caricias hacia el agua de nuevo. Fue en ese momento en el que, visto desde mi lado personal, parecía dejar de vacilar por su comentario y sus impenetrables pensamientos para romper esa penosa distancia que nos separaba. Cerré los ojos con suavidad cuando empecé a notar ese roce. Eran suaves y ligeramente duros, pero sobretodo demasiado apetecibles. El beso fue intenso pero a su vez extrañamente corto.
Cuando él se separó abrí los ojos y di un par de pestañeos rápidos. ¿Solo eso?
Y con su expresión seria dejo claro que no necesitaba de mi caridad. Su orgullo le corroía por dentro y parecía ser mas fuerte que cualquier otro deseo que tuviese en mente, tras esos misteriosos y grisáceos ojos.
"...Patética". Eso me divertió en especial.
Sonreí coqueta y observé como se alejaba de mi, dejándome apoyada aún en ese surtidor de piedra adornado a juego con los demás motivos de ese baño. Se limitó a salir de la bañera por el bordillo y secó su ropa, dispuesto a vestirse. Mientras tanto, no perdía de vista ninguno de sus movimientos, los cuales hacían que la luz de colores de las vidrieras le diera una gama de colores un tanto abstracta a su pálida piel.
- Me gustará saber la forma en la que te vas a ganar eso... - comenté con desinterés mientras estiraba ambos brazos hacia arriba, notando como crujían algunos huesos de mi espalda y apartando la vista hacia mi ropa, que se encontraba tirada cerca de la suya.
Me acerqué al bordillo de la bañera en silencio y apoye ambos brazos en él, apoyándome mientras seguía observando, con todo descaro, al chico.
- ¿Te vas ya a la cama? Qué chico más bueno... - comenté mientras mi voz se ponía algo más grave en la frase irónica que seguía a la pregunta cuya respuesta era, quizá, no tan obvia.
Sonreí divertida a su pregunta retórica, sin la más mínima intención de soltar algún comentario mientras dejaba caer esa mano de las caricias hacia el agua de nuevo. Fue en ese momento en el que, visto desde mi lado personal, parecía dejar de vacilar por su comentario y sus impenetrables pensamientos para romper esa penosa distancia que nos separaba. Cerré los ojos con suavidad cuando empecé a notar ese roce. Eran suaves y ligeramente duros, pero sobretodo demasiado apetecibles. El beso fue intenso pero a su vez extrañamente corto.
Cuando él se separó abrí los ojos y di un par de pestañeos rápidos. ¿Solo eso?
Y con su expresión seria dejo claro que no necesitaba de mi caridad. Su orgullo le corroía por dentro y parecía ser mas fuerte que cualquier otro deseo que tuviese en mente, tras esos misteriosos y grisáceos ojos.
"...Patética". Eso me divertió en especial.
Sonreí coqueta y observé como se alejaba de mi, dejándome apoyada aún en ese surtidor de piedra adornado a juego con los demás motivos de ese baño. Se limitó a salir de la bañera por el bordillo y secó su ropa, dispuesto a vestirse. Mientras tanto, no perdía de vista ninguno de sus movimientos, los cuales hacían que la luz de colores de las vidrieras le diera una gama de colores un tanto abstracta a su pálida piel.
- Me gustará saber la forma en la que te vas a ganar eso... - comenté con desinterés mientras estiraba ambos brazos hacia arriba, notando como crujían algunos huesos de mi espalda y apartando la vista hacia mi ropa, que se encontraba tirada cerca de la suya.
Me acerqué al bordillo de la bañera en silencio y apoye ambos brazos en él, apoyándome mientras seguía observando, con todo descaro, al chico.
- ¿Te vas ya a la cama? Qué chico más bueno... - comenté mientras mi voz se ponía algo más grave en la frase irónica que seguía a la pregunta cuya respuesta era, quizá, no tan obvia.
Invitado- Invitado
Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Daba igual el número de veces en que había deseado estar con ella de una manera tan o más íntima que como hace cinco segundos, en aquel beso que le había dejado saborear el dulce néctar de sus labios. Por un momento deseaba golpearse hasta matarse, por el mero hecho de que su ego lo estaba controlando, por el mero hecho de que había soñado millones de veces con aquella situación y ahora la dejaba pasar. Pero no había vuelta atrás, comenzó a abrocharse la camisa blanca que constituía su uniforme y que mostraba el escudo bordado de Slytherin. No tardó mucho más en enredarse la corbata a lo largo de su cuello y empezar a atarla sin mirar hacia atrás, aguantando la tentación de romper su camiseta en dos y lanzarse de nuevo a la piscina junto a ella. Cuando ella le habló en aquel tono indiferente el chico giró el cuello, de lado, sin llegar a tomar contacto visual con Kirby.
-Lo sabrás.- se prometió que sucediera lo que sucediera, no dejaría escapar otra oportunidad, por muy bajo que cayese. Aquello constituía un duro golpe, no volvería a verlo así de indefenso, expuesto al pensamiento negativo, a la malinterpretación de sus palabras; no, no era un sangre sucia, no era un despreciable, estaba seguro de que era puro, tenía que serlo. Se giró hacia ella, clavando su mirada en su amiga Müller, allí postrada, apoyada en el bordillo y observándolo con tranquilidad. El chico hizo lo mismo, la contempló con cierto remordimiento interno, pero con una serena pose, de nuevo cerrado y frío, tal como era.
La pregunta de ella lo enfadó, no era un maldito niño, era ya casi todo un adulto y podía cuidar de sí mismo tal como lo había demostrado en las frías calles de Oslo durante todo aquel tiempo. Sonrió con cierta arrogancia, defendiéndose de aquel vacile. -Marcharé a otro lugar.- se limitó a decir. No quería cometer más errores con todo aquello, ya había cedido demasiado aquella noche, demasiado y no había pasado casi tiempo. Un par de pasos hacia uno de los lados y encontró su pantalón junto con sus pertenencias personales. Se acabo de vestir y se acercó una última vez hacia donde se encontraba ella.
-Ninguna palabra a los demás sobre esto.- clavó su mirada en ella, amenazante, si la gente se enteraba de aquello no reaccionaría para nada bien, por mucho que fuera su mejor amiga o por mucho que, aunque ahora enfadado con ella, siguiera teniéndole cariño. Metió su varita en su bolsillo derecho, sobresaliendo y finalmente, observándola de nuevo, asintió con cierta arrogancia. -Buenas noches, Kirby.- aparentando que no hubiera sucedido nada violento para él cuando era evidente que aquello había sido una sinceridad que le había costado parte de su imagen. ¿Qué haría ahora? A saber, no tenía ganas de dormir, en absoluto... ya encontraría algo que hacer, necesitaba encontrar algo que lo despistara. Finalmente desapareció del lugar, cerrando tras de sí la puerta de los baños, dejando atrás a Müller. Y en su camino de vuelta hacia la Sala Común no volvió la cabeza hacia atrás. Terminó cual niño bueno, acabó acostándose, pensativo durante minutos antes de caer en un sueño profundo.
-Lo sabrás.- se prometió que sucediera lo que sucediera, no dejaría escapar otra oportunidad, por muy bajo que cayese. Aquello constituía un duro golpe, no volvería a verlo así de indefenso, expuesto al pensamiento negativo, a la malinterpretación de sus palabras; no, no era un sangre sucia, no era un despreciable, estaba seguro de que era puro, tenía que serlo. Se giró hacia ella, clavando su mirada en su amiga Müller, allí postrada, apoyada en el bordillo y observándolo con tranquilidad. El chico hizo lo mismo, la contempló con cierto remordimiento interno, pero con una serena pose, de nuevo cerrado y frío, tal como era.
La pregunta de ella lo enfadó, no era un maldito niño, era ya casi todo un adulto y podía cuidar de sí mismo tal como lo había demostrado en las frías calles de Oslo durante todo aquel tiempo. Sonrió con cierta arrogancia, defendiéndose de aquel vacile. -Marcharé a otro lugar.- se limitó a decir. No quería cometer más errores con todo aquello, ya había cedido demasiado aquella noche, demasiado y no había pasado casi tiempo. Un par de pasos hacia uno de los lados y encontró su pantalón junto con sus pertenencias personales. Se acabo de vestir y se acercó una última vez hacia donde se encontraba ella.
-Ninguna palabra a los demás sobre esto.- clavó su mirada en ella, amenazante, si la gente se enteraba de aquello no reaccionaría para nada bien, por mucho que fuera su mejor amiga o por mucho que, aunque ahora enfadado con ella, siguiera teniéndole cariño. Metió su varita en su bolsillo derecho, sobresaliendo y finalmente, observándola de nuevo, asintió con cierta arrogancia. -Buenas noches, Kirby.- aparentando que no hubiera sucedido nada violento para él cuando era evidente que aquello había sido una sinceridad que le había costado parte de su imagen. ¿Qué haría ahora? A saber, no tenía ganas de dormir, en absoluto... ya encontraría algo que hacer, necesitaba encontrar algo que lo despistara. Finalmente desapareció del lugar, cerrando tras de sí la puerta de los baños, dejando atrás a Müller. Y en su camino de vuelta hacia la Sala Común no volvió la cabeza hacia atrás. Terminó cual niño bueno, acabó acostándose, pensativo durante minutos antes de caer en un sueño profundo.
Samuel NordenströmSLYTHERIN - Mensajes : 96
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
Mis ojos, totalmente abiertos y atentos seguían cada movimiento del noruego, el cual se tomaba su tiempo para vestirse, paseándose por la zona en la que tenía su ropa seca. Todo él me resultaba interesante y la verdad era que nunca imaginé que me contara alguna cosa referente a su pasado antes de a Nick. Vale que Nick era... como era, pero en fin. Su secretito estaría a salvo conmigo, no juraba de forma eterna, pero por lo menos de momento podía confiar en mi.
Sonreí a su respuesta. Lo sabría, y seguramente pronto. No creía que la amistad que había entre nosotros se viera modificada por esa información dada por su parte, a pesar de que igual las cosas se tensaran un poco de ahora en adelante.
Dejar que me lo dijera le había constituido un duro golpe, sobre todo después de mostrarle esa compasión por mi parte. Obviamente era algo a posta. A pesar de que, quizás si en el fondo lo sintiera, el mero hecho de que lo demostrara solo había sido para joderle. De alguna forma sabía que no cedería al juego, su orgullo podía más que cualquier otra cosa. Como la mayoría de nosotros.
La pregunta que le formulé luego, sobre si se iría a dormir o no, parecía que le había molestado. Y no era para menos. Arqueé ambas cejas, ahora más expectante que nunca mientras jugueteaba con una pequeña acumulación de espuma entre los dedos de mi mano derecha, la cual seguía sobre el borde del baño donde me apoyaba para observar a Sam. Ladeé la cabeza negativamente ante su respuesta, y solté un resoplo algo resignado.
- Está bien. Yo me quedaré un rato más por aquí - solté mientras dejaba de apoyarme al borde del baño y me dejaba ir hacia atrás, hacia el agua, y observaba como Sam volvía afijar su mirada en mi. Le sonreí con arrogancia y saque mi mano derecha en modo de despedida. - Buenas noches Sammy - dije divertida ante la situación algo violenta.
Dicho eso, observé como el chico abandonaba silenciosamente el baño sin decir nada más. Había sido suficiente por esa noche. Sabía que haber preguntado más quizá hubiera sido fatal, pero aún sentía curiosidad por esos detalles que se había ahorrado. La respuesta, demasiado resumida, solo había sido suficiente en satisfacción para esa noche. Quizá pudiera sonsacarle alguna cosa más otro día.
Me hundí de espaldas en el agua, aguantando la respiración una buena tira de segundos y abrí los ojos. Veía la espuma sobre mi causando algo parecido a una tela espumosa y blanca sobre mi, como si se tratara de una gruesa capa de hielo.
Me pasé aún media hora más en la bañera, descansando apoyada en el borde, disfrutando de la tranquilidad antes de volver de nuevo a la común, la cual estaba asombrosamente vacía por la hora que era.
Sonreí a su respuesta. Lo sabría, y seguramente pronto. No creía que la amistad que había entre nosotros se viera modificada por esa información dada por su parte, a pesar de que igual las cosas se tensaran un poco de ahora en adelante.
Dejar que me lo dijera le había constituido un duro golpe, sobre todo después de mostrarle esa compasión por mi parte. Obviamente era algo a posta. A pesar de que, quizás si en el fondo lo sintiera, el mero hecho de que lo demostrara solo había sido para joderle. De alguna forma sabía que no cedería al juego, su orgullo podía más que cualquier otra cosa. Como la mayoría de nosotros.
La pregunta que le formulé luego, sobre si se iría a dormir o no, parecía que le había molestado. Y no era para menos. Arqueé ambas cejas, ahora más expectante que nunca mientras jugueteaba con una pequeña acumulación de espuma entre los dedos de mi mano derecha, la cual seguía sobre el borde del baño donde me apoyaba para observar a Sam. Ladeé la cabeza negativamente ante su respuesta, y solté un resoplo algo resignado.
- Está bien. Yo me quedaré un rato más por aquí - solté mientras dejaba de apoyarme al borde del baño y me dejaba ir hacia atrás, hacia el agua, y observaba como Sam volvía afijar su mirada en mi. Le sonreí con arrogancia y saque mi mano derecha en modo de despedida. - Buenas noches Sammy - dije divertida ante la situación algo violenta.
Dicho eso, observé como el chico abandonaba silenciosamente el baño sin decir nada más. Había sido suficiente por esa noche. Sabía que haber preguntado más quizá hubiera sido fatal, pero aún sentía curiosidad por esos detalles que se había ahorrado. La respuesta, demasiado resumida, solo había sido suficiente en satisfacción para esa noche. Quizá pudiera sonsacarle alguna cosa más otro día.
Me hundí de espaldas en el agua, aguantando la respiración una buena tira de segundos y abrí los ojos. Veía la espuma sobre mi causando algo parecido a una tela espumosa y blanca sobre mi, como si se tratara de una gruesa capa de hielo.
Me pasé aún media hora más en la bañera, descansando apoyada en el borde, disfrutando de la tranquilidad antes de volver de nuevo a la común, la cual estaba asombrosamente vacía por la hora que era.
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Re: Sonidos en la noche {LIBRE}
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Albus S. PotterSLYTHERIN - Mensajes : 608
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