Hermano... eres una gran broma -.- [Libre]

Estaba tranquilamente en el colegio cuando una noticia casi me mata, escuche a las personas hablando y susurrando cosas, pero no les preste mayor importancia, nunca me habían gustado los chismes, excepto que Molls llego a mi con la noticia, enseguida me puse pálida, como era posible tal desgracia, me temblaron las manos y tuve la sensación mas fea desde hace unos años, nos calmamos mutuamente, Molls me dijo que estaban recuperándose en el hospital y que algunos irían a verlos, enseguida le suplique ir, no podía quedarme en el castillo tenia que ver a Albus y James. Como era de esperarse nos dieron el permiso para ir a ver a nuestros amigos, pero no sin antes usar la ocasión para remarcar lo peligroso que era adentrarse en el bosque, consejo que no me importaba ya que mi mente estaba ocupada por el hecho puntual que dos persona importantes estaban indispuestas y quien sabe que tan lastimados.

Tomamos el tren de vuelta a Londres, iba con un nudo en el estomago, pero gracias al cielo Molls me tranquilizo mucho, así que las ganas de llorar no me afloraron, no hasta que puse los pies en el hospital, nunca había ido exclusivamente a ver a familiares o amigos a este sitio, pero la noticia de que los hijos de Harry Potter estaban en recuperación era furor en los pasillos, no me costo nada saber donde estaban y como estaban, pero quería comprobarlo por mi misma. Toque a la puerta de la habitación y gire la manilla entrando. Iba con la tunica del colegio, quizás mi cara me iba a delatar, jamás había sido buena con las mentiras y mis ojos expresaban mas de lo que yo muchas veces deseaba.

Pase dentro de la sala, habían camas blancas y ese olor… extraño que tiene todos los lugares como esos. Escuche el sonido de algo, quizás, la televisión, mis pasos lentos se fueron adentrando y mi presencia ya había sido anunciada con mi llamado a la puerta. La primer cama que encontré en mi camino fue la de James, que me descoloco, ya que estaba sonriendo, me dieron ganas de agarrarlo a golpe hasta que perdiera el conocimiento, una primera mirada de reproche, y luego una de estoy feliz, el nudo de mi estomago se fue a mi garganta y en primer momento la vos no me salio, cerré los ojos y me calme para pronunciar palabra.

- tuvieron suerte.. esta ves- le dije por ambos, y me acerque a James que era el primer para poner mi mano en su cabeza y jalar su cabello casi como un cariño, nada fuerte pero si para recriminarle mi desaprobación y mi preocupación. Negué con la cabeza.- como les gusta hacernos sufrir..- mi corazón latía rápido y sin pausa, mi mente te estiraba en la infinidad de posibilidades, desde la muerte, mutilación y un sinfín de otras cosas.- me alegra que estés mejor James..- no tenia detalles de cómo ocurrió de quien fue el responsable, pero haciendo memoria de ese día, james me pregunto si me encontraría con Albus y entonces, mis sospechas recayeron en él. Solté un suspiro mirando la cama del lado, Albus, mucho mas lastimado que James, quizás fueran los sentimientos encontrados, pero infle mis pulmones y los ojos se me aguaron al verlo así, nunca , ni en mis peores deseos lo habría querido ver así. Solté casi de inmediato a James para irme al lado de Albus, parecía una madre, una hermana preocupada, no sabía que hacer o como acercarme.- me preocupe mucho… por ti..- mi vos se quebró en la segunda palabra, pero lo supere respirando hondo, lo mire a sus ojos y el sentimiento de protección afloro, me incline un poco y dude pero al final lo bese en la frente acariciando su cabello, era mas cercana la acción..- eres un patán… no sabes lo preocupada que estuve.. …- en esa fracción de momento me sentía con la obligación de cuidarlo quería hacerlo, quería velar que él estuviera bien y que no le sucediera nada, como deseaba quedarme en esa sala para vigilarlos mientras estaban ahí.-

OFF ROL; los matare por imprudentes ¬¬*

Si no lo había matado todavía era porque estaba esperando que se recuperase del todo para poder hacerlo con sus propias manos, posiblemente también matase a Albus. Everleigh había sido la primera en enterarse lo sucedido por la señora Potter quien había ido exclusivamente a donde Hogwarts por lo sucedido. Henry se había retirado a Londres con Everleigh y la había mantenido entera cuando le dieron la noticia. No había tardado ni dos minutos en estar lista para salir, no tenía ni la mitad de las cosas que necesitaba para esos pocos días que pasaría fuera del castillo ciudando a su novio y a Albus, su hermano menor. Ella había pasado el día entero esperando que James se despertase y cuando él finalmente se dignó a hacer aquello Everleigh casi muere de alegría. No le había dado tiempo a nada más que había apretado un poco más la mano que le sostenía. Lo había besado y abrazado y ya luego le había hechado el regaño de su vida al punto de darle unos cuantos zapes. Ya bien entrada la noche Henry había regresado para llevársela a las obligadas a donde su apartamento porque ella tenía que descansar por mucho que le molestara. Everleigh se había retirado con su mejor amigo y habían pasado buena parte de la noche uno en brazos del otro porque ella no podía relajarse y dormirse. Henry le estaba haciendo un favor enorme, no se podía negar. LLegada la mañana siguiente ella había madrugado más de la cuenta y había preparado el desayuno para ambos dos, Henry la había acompañado hasta el hospital nuevamente y se había retirado a donde Maximiliano. Para cuando ella alcanzó la habitación no era la única visitante. Alli Moore estaba allí. Everleigh ingresó, ambos Potter estaban despiertos, especialmente su castaño. La sonrisa se escapó de sus labios y ella no dudó en ir a donde su lado a abrazarlo con suavidad y besar su frente. No hubo beso en los labios para James, lo tenía medio castigado por su imprudencia.

- Me alegra mucho que hayas despertado Albus..- le dijo a su cuñado yendo a donde él a besar su mejilla a modo de saludo para luego sacar de su bolso una gran barra de chocolate blanco que le traía como obsequio- espero que te guste, y que lo puedas esconder porque en teoría no puedes, pero un poco de chocolate no matará a nadie..- ella le guiñó un ojo de forma cómplice. Estaba segura que James pronto protestaría porque a él no le había dado beso ni chocolate pero lo haría escarmentar un poco, al menos hasta donde le dieran las fuerzas porque hasta ella terminaba cediendo a él, más al verlo así de hospitalizado- No quiero quejas Potter o te juro que haré que te lleven a la sección de intensiva..- le dijo entrecerrando los ojos, algo que lejos de ser intimidante como prentendía a James seguro le causaría gracia. Everleigh no podía con su genio y por más enamorada que estuviera James seguía sacándola de sus casillas. Ante las muecas de su novio no le quedó otra que ir a donde su cama y sentarse en ella con la espalda contra la cabecera para que James pudiera apoyar el rostro contra su pecho para que descansara allí la cabeza y que Everleigh le acariciara el cabello- también hay chocolate para ti, pero vas a tener que ganártelo..- le dijo, dejándole un beso suave en donde su cabello oscuro.

Ahora que James estaba con ella y que estaba entero ella pudo mirar con un poco más de detalle la habitación en la que estaban. Que no estaba tan mal. Tenían una buena televisión de pantalla plana en la pared, las cortinas tenían unos decorados en rojo en las puntas y había flores que olían muy bien. A pesar de que las paredes fueran blancas al igual que las sábanas no daban ese aspecto tan magro de los hospitales. O al menos a ella no le daban esa sensación, aunque seguramente eso fuera porque ya estaba mucho más tranquila. Ahora tenía la seguridad que su novio estaba de una pieza y tan terrible como siempre. Una de las manos de Everleigh se coló bajo las sábanas para acariciar con suavidad la piel de su espalda alta, paseando sus dedos por los hombros. La pobre ingenua que había en ella no suponía en eso nada de índole sexual y demás por lo que lo tomaba como algo de lo más cotidiano. Quizá para él no fuera tan así, daba igual. El rostro semi apoyado de James en su pecho la llenaba de una cómoda y familiar tibieza, había necesitado de él todas esas eternas horas de angustia mientras no despertaba. Cassandra Nott y Scorpius Malfoy entraron poco luego que ella se hubiera acomodado con James pero no le prestaron atención a ella ni a Moore y Everleigh optó por lo mismo hasta que Nott se dirigió así a su novio haciendo que ella aferrase un poco más a James a si misma y se tensara por completo. No iba a ser una buena tarde si empezaban con las hostilidades.

James no había ido a almorzar el día anterior al Gran Comedor, tampoco Albus. No había encontrado a Lily en todo el día para preguntarle si los había visto. Aún así la pelirroja no abusó de su preocupación familiar porque solían pasar algunos días en los que no se vieran, era extraño pero cada tanto sucedía. En ese momento, minutos antes del almuerzo, Molls se encontraba en los jardines con su guitarra, como normalmente hacía, cantando B.o.B con poco ritmo acústico a decir verdad. Más bien cantaba, y escribía frases en su cuadernito sin mirar realmente. Aquello le pasaba siempre, sólo más tarde cuando releía lo escrito comprendía lo que había surgido en su cabeza desde un primer momento. Suspiró, había dejado de cantar y el jardín ya comenzaba a vaciarse pues todos se dirigían al Gran Comedor. Miró el cielo, nublado acerado con pequeños haces de luz solar filtrándose entre los huecos, como casi todos los días de otoño. Un punto similar apareció sobre el horizonte, entremezclándose con los árboles del Bosque Prohibido.

Hermes Jr. había vuelto. Sonrió suavemente y comenzó a guardar sus cosas mientras esperaba a su lechuza llegar. El día anterior había enviado una carta a sus padres y ahora le era correspondida. Su mascota llegó justo cuando la pelirroja colgaba su morral en el hombro, con todo ya recogido. Sus garras se posaron apenas haciendo presión sobre su mano y Molls le sonrió, cría. - ¿Viajaste bien, mi vida? - preguntó como si pudiese contestarle con palabras, amaba a esa lechuza por más que estuviese bastante vieja y fuese medio torpe como su progenitora. Hermes parecía apresurada y casi nerviosa; con el ceño fruncido Weasley tomó la carta escrita con la delgada caligrafía de su padre que sujetaba el animal con su pico y comenzó a leer. Sus ojos se abrieron y su mandíbula se desencajó... sus primos...


Probablemente todo Hogwarts escuchó el grito sorprendido de la pelirroja, pero claro, esas eran exageraciones suyas. - ¡¿QUÉ?! - Sintió miedo, ¿y si estaban muy mal? ¿Qué les habría pasado? ¿Por qué a ellos? Se encontró a sí misma caminando agitada por los pasillos de Hogwarts sin rumbo alguno. Hermes Jr. ya estaba en la lechucería y ella estaba como desesperada buscando a su hermana, a Allie, o a alguien que la calmara. Sin éxito nada de esto, claro está. Visitó el despacho de Minerva, la directora le ordenó que almorzara y que, tras calmarse de una buena vez, terminara sus clases de la tarde y luego acuda a ella para visitar a sus primos, que antes de eso no se cumpliría ninguna de sus peticiones.

Obedeció, como era lógico en ella en momentos como esos. La preocupación le creaba una fuerte angustia en el pecho, el no saber cómo estaban ellos la destrozaba. Se había cruzado con Rosie quien ya le habían avisado y también con Lilylú. Apenas si trago bocado en el Gran Comedor, su costumbre de comer y comer como todo Weasley se había roto. En la clase de la tarde de ese jueves no prestó atención, se la pasó formulando ideas horrendas de cómo estaría su Jaimo, o de qué le habría pasado a Albus. Mierda, era una jodida preocupona.

Cuando sonó el timbre, la pelirroja ya tenía todo preparado para irse. Corrió hasta el despacho de McGonagall y, muy ansiosamente, viajó en polvos flu hacia la recepción de San Mungo. Debería haber ido con Lucy, pero no había soportado la espera, ya se disculparía más tarde. Averiguó la sala donde sus primos se encontraban, al parecer, según la recepcionista, ya tenían visita, y no evitó preguntarse quienes estarían allí. Oyó la voz de Cassandra desde los pasillos, pero sólo hasta que vio el número de la habitación supo entrar. Por lo que alcanzó a ver, allí estaba su colega de música - si era Cassie, su oído no fallaba -, Scorpius, quien andaba de un humor complicado en los últimos días, sus dos primos recostados sobre las camillas, una muchacha rubia junto a James que no reconoció a la primer impresión, y Allie... ¿Allie? ¿Por qué no la había esperado? Con un puchero pequeño en los labios al ver una que otra venda que no afectaba el estado anímico de James, la pequeña se hizo presente en medio de su silenciosa entrada corriendo hasta su primo favorito para tirársele encima, no sin antes exclamar su nombre como en una escena de reencuentro. Se le tiró a los brazos, con la expresión del rostro compungido. - ¿Qué te pasó? ¿Cómo estas? ¿Qué has hecho? - Y que Albus se cuidara, porque ahora vendría su abrazo y sus regaños. La pelirroja dejó repetidos besos en la mejilla de Jamsie, iba a matarlo.

Sólo cuando se retiró, notó que había corrido a la rubia que lo acompañaba. - Lo siento.. lamento interrumpir.. - se disculpó con la mirada baja, acomodándose un mechón de cabello tras la oreja. Giró donde Albus y levantó su dedo índice, como retándolo - Tú eres otro, ¡quiero saber qué hicieron! - Probablemente ella era una de las pocas que no estaba al tanto del acontecimiento del lobo, o no, vaya uno a saber. Sin poder ser así de regañona mucho más, Molly se inclinó y besó la mejilla de su otro primo mientras lo abrazaba torpemente con un brazo, no quería hacerle doler nada.

Quizás fue algo malo pasar directo a Albus, pero desde la ultima charla con el, no quería crear rencillas entre los dos hermanos, si después podía ver a James en privado sería mas afectuosa, James era mucho mas tolerante de su hermano. Como un fuego que se apaga con arena, mi preocupación termino cuando él hablo, sin duda una persona como él tenia un suerte tremenda, james y Albus eran unos irresponsables, pero sobretodo Albus, ¿Cómo se le ocurrían esas cosas? Los dos eran hermanos, no podía hacer se ese tipo de cosas.

- como no me iba a preocupar..-

Negué con la cabeza y me iba aponer a discutir con él, pero no dije nada por que una chica entro, una que antes había visto pero no conocía mucho, paso a saludar a Albus y solo le sonreí con un saludo suave. Me agrado mucho su apariencia, y luego se fue donde james, entonces me sentí menos culpable de haberlo dejado de lado. Volví mi atención a Albus, pero mi enojo se calmo cuando apretó mi mano, le sonreí suavemente y respondí.- somos viernes..- quizás estaba perdido, seguro que no fue algo muy leve, pero para saber eso no había que ser adivino, solo bastaba ver sus vendajes.

Entonces la pesadilla comenzó, me gire al escuchar la chillona vos llegando a mis oídos, la mano de Albus me soltó y media sonreí. Quizás estaba siendo muy positiva… y Albus si se estaba convirtiendo en un hombre diferente, si era capaz de poner en riesgo a su familia por un simple juego. Cassandra me paso a llevar con una actitud estupida, me hizo a un lado y como yo no era una persona… con poca materia gris solo sonreí, que infantiles podían ser algunas mujeres. Eso solo era la inseguridad, además no se ponía en el contexto. No le dije nada, ni a ella ni a Albus, en eso la cosa se puso aun mas pesada con la llegada de Scorpius, me aparte de la cama de Albus, no necesita decir nada que mis ojos o mis anteriores palabras no hubieran dicho. Me iba a retirar cuando escuche a James. Me sentí tan decepcionada de Albus, que mi cara no podía ocultarlo, mire a James, pensar que pudo haber ocurrido algo peor, no… las cosa no eran como las decía, seguramente aquí había algo mas, pero no quería quedarme a escuchar los reproches y acusaciones, menos con los dos primos entre medio. Me volví a acercar a la cama de James, puse mi mano en la cama y le sonreí a la chica.- tu novia es muy linda James… se nota que te cuidara muy bien, no hagas mas estupideces para preocuparla.- en eso llego Molls, no había venido con ella porque mi visita solo sería muy breve, no quería quedarme a escuchar detalles, le sonreí levantando las cejas pero mis ojos aun seguían decepcionados. Ignore la otra cama, porque la acritud, de preocupación de sus “amigos” era francamente ilógica, se tomaban algo tan serio para el juego e incluso, aunque fuera para suavizar las cosas… ellos tenían que asumir sus responsabilidad. Ya le preguntaría directamente a James que había sucedido.- Nos vemos cuando te recuperes- sonreí antes de apartarme de James y pasar al lado de Molls tocando su hombro como símbolo de disculpas, no iba a quedarme y después le daría una explicación. - cuídate Albus..- le dije sobre el ruido, no importaba si me escuchaba o no, porque él me había dejado claro que sus amigos, eran los que estaban en su casa, en ese caso, no podía dejarlo en mejores manos, o para mi, en las peores manos.

Bueno apure mis pasos para salir del cuarto, no estuve tranquila hasta que salí de ahí, me recosté contra la pared, respirando profundo, era como estar en una drama, si James me había preguntado eso aquel día y todo esto había ocurrido… los acusantes de eso eran los de verde, pero… ¿Por qué James asumía la culpa de algo que no lo tenia?. Moví la cabeza y pase mi mano por el cabello, me sentí algo frustrada, pero mas tranquila de ver como ambos recibían el apoyo de diferentes personas, desde ahora ya no iba a tener que preocuparme tanto por Albus. También tenia que hablar con James… pero eso lo haría después, ahora mi corazón estaba calmo y en paz. Volvió por pasillo de antes y con una leve sonrisa que enmascaraba una decepción, que en cierto modo me ayudaba a confirma lo que ya antes había aseverado.

OFF ROL: bueno me retiro XD

No quería que ni James ni esa muchacha rubia - Everleigh, ahora que conocía su nombre - creyeran que la estaba mirando de manera extraña o despectiva, para nada. La tenía de vista, y aunque era realmente extraño que no conociera nada de ella porque, después de todo, la pequeña pelirroja era amiga de casi todos en Hogwarts y una de sus actividades favoritas era conocer personas nuevas, pero eso no significaba que no pudiera ser una chica agradable y con la cual pudiera llevarse más que bien; tenía una mirada amable, y se le notaba en su expresión que apreciaba a su primo. Con eso estaba satisfecha. Sonrió a la rubia que no se molestó con su gesto, y su sonrisa se amplió cuando Jamsie la presentó, parecían realmente felices pero ya le pediría explicaciones a él más tarde, quería que su primo favorito le contara cada detalle de esa relación linda. No dudó en felicitarlos, siempre animada. Regañó a James con la mirada ante sus contestaciones despreocupadas, como si a Molly no le interesara ni un poquito el por qué de que ellos dos estuviesen empotrados en camillas en San Mungo. Agradeció la opinión de Cassie, que opinaba igual que ella, Allie justo se estaba yendo para cuando ella llegó, le dedicó un apretón en el hombro y se fue; no le gustaba esa expresión en su rostro: lo repetía, tanto Molly como la morena se debían una larga charla, porque no habían vuuelto a hablar del asunto charlado en las gradas del campo de Quidditch, y algo le decía que era muy importante. Se dio cuenta que no había saludado a ninguno de los presentes, e intento atinar a hacerlo para no sentirse descortés pero unos brazos la tomaron por la cintura desde atrás y se lo impidieron.

Era Scorpius - lo había sabido desde que sus brazos la rodearon -, quien la saludaba como era correcto. Casi podía detectar en su mirada un destello de molestia, y era comprensible. Se suponía que ellos dos eran pareja, y Molly no había ni reparado en él; aunque no es que pudiese culparla demasiado, James y Albus eran sus primos amados, y siempre sería así con ellos, en especial con el primero con quien tenía una relación particular. Sonrió levemente por su comentario y ladeó el cuello para besar su mejilla, justo cuando él la apartaba un poco del pasillo pequeño que intermediaba entre las dos camillas y se dirigían a los pies de la cama de Albus. Escuchó a James con los labios entreabiertos mientras más hablaba, aún siendo rodeada por los brazos de Scorpius. ¿Qué había hecho el rubio?

Miró con mala cara al hurón por sobre su propio hombro, con en ceño fruncido. ¿Cuál era la gracia de haber hecho eso? ¿Qué finalidad divertida tenía? No podía creer que Albus hubiese ido con Lily al bosque, y mucho menos que James aceptara esa propuesta estúpida de Scorpius. Pero para qué negarlo, su primo tenía el corazón de un león, y jamás podía sentir la cobardía en su sangre. Estaba orgullosa, por otro lado, de que Albus lo hubiese salvado, y aún así ambos se habían conseguido unas lindas palizas. - ¿Saben qué? - preguntó en un silencio que se hizo tras el beso tierno de James y Everleigh, mientras miraba al susodicho, a su hermano, y a la joven serpiente que la abrazaba - Los adoro, pero los tres son unos idiotas - declaró enarcando una ceja, jamás era de decir esos comentarios a menos que estuviese realmente preocupada. - ¿Saben el susto que me pegué? Y encima, tú te ríes, y tú.. ¡hombres! - suspiró esa última palabra en sus labios, cruzándose de brazos.

Todo aquel embrollo había terminado demasiado rápido, tanto que cuando había reaccionado estaba en mi casa, acostada en mi cama, había pasado prácticamente toda la mañana explicando que había pasado a grandes rasgos, claro, ya que había partes que mi mente había “borrado por el shock” o algo así lo habían definido cuando me puse a llorar la primera vez que lo conté, ya después no me interrogaron mas, pero eso sí, recordaba lo suficiente como para comenzar a aterrarme de todo lo que tuviese que ver con arañas y lobos.

Dos días después de “el ataque” había ido con mis padres a visitar a mis hermanos, solo James había estado despierto, por lo que fue a él fue al que le pidieron contara la historia, obvio que conto muchas cosas que yo no y cambio otras tantas, lo que, cuando llegamos a casa, mis padres atribuyeron al shock, claro, porque sigue siendo una niña, una emoción así de fuerte no le hace bien, pero ya verán ese par por meterla ahí… y bla, bla, bla, estaba más que claro que a los ojos del mundo yo no era más que un estorbo, pero ya verían, algún día haría algo grande y me reconocería, mientras tanto mantendría la pose de bebe en shock hasta nuevo aviso, ósea, hasta que pudiera decirles un par de cositas a mis hermanos y eso lo estaba por hacer.

Había conseguido me dejasen ir a verlos porque “necesito constatar con mis propios ojos que están bien, que me hablen y ellos mismos me lo digan” o eso dije, al menos cuando me preguntaron. Ahora estaba a dos puertas de distancia de la que, según sabia, era la habitación de mis hermanos, cuando estuve enfrente de la puerta note mucho ruido, seguro ya estaban despiertos, mínimo los dos a punto de matarse, aunque por las voces podía estar segura que había más de una voz femenina – que novedad – pensé rodando los ojos.

No toque. Solo entre.

Había muchas personas dentro, mas mujeres que chicos, eso era más que notorio, Slytherin, Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff… no me sorprendía, simplemente de la familia había al menos un integrante, aunque ahí no veía mucha familia, pero eso no era a lo que iba. Me acerque con lentitud y me cruce de brazos cuando estuve entre ambas camas – Buenas… lo que sea – dije en general, pero solo pasando mi mirada de Albus a James, de James a Albus y así sucesivamente – espero estén al tanto de que en este momento los odio a los dos – dije con mi tono más tranquilo y de niña buena que me sabia – solo venia a avisar eso y a ver como estaban, pero juzgando por lo bien acompañados que están es obvio que están bien, así que no me preocupo ¿cierto? – sonreí angelical, di media vuelta y me lance sobre Molly a quien había visto al entrar con el mini Malfoy, al cual avente en el proceso de aventarme sobre ella sin remordimiento alguno, en algún momento ese niño me había parecido que solo lo molestaban por lo que había pasado con su padre, después comencé a omitirlo más seguido, no por nada personal, simplemente no le hacía caso, dudaba que siquiera le importase, hice unos pucheros y la abrace posesivamente – Molly, hace mucho no te veía, te has desaparecido – le dije omitiendo a todos alrededor y centrándome solo en mi prima, como si solo estuviésemos las dos, no había nadie más con quien quisiese hablar, bueno, quizá sí, un par de personas más, pero por ahora solo me centraría en ella, además de que no tenía mucho tiempo para entablar mas conversaciones ya que había prometido regresaría pronto a casa para preparar mis cosas para, al día siguiente volver al colegio.

OFF: Los puntos habían sido hablado entre un par de admin con anterioridad.

Albus se equivocaba mucho, demasiado quizás. Él no era una decepción para ella, porque Molls amaba a sus primos de una manera indescriptible, y de haber visto su expresión el día de la fiesta quizás lo sabría. Pero no, nada sabía de las miradas fulminantes a Scorpius por haberlo golpeado, de su corrida a través de toda la carpa para ver cómo estaba, de su agradecimiento interno al haberse preocupado por Allie. No, nada sabía, era mucho más fácil rendirse o victimizarse. Era cierto que no tenía una relación de lo más estrecha con él, pero, ¡por Merlín! ¡Era su primo y lo estimaba de más por eso! Tampoco era culpa suya que no lo conociera, tampoco es que el moreno hubiese abierto mucho sus brazos para demostrarle su personalidad, y él tampoco la conocía en su totalidad, porque, aunque no muchos lo creyeran, la personalidad dulce, rebelde, y afectuosa de Molly encerraba muchas características desapercibidas y profundas en su interior, y sólo su mejor amiga y algunos familias las conocían. No era culpa suya que James fuese más cariñosa con él, que hubiese estado siempre junto a su persona, apoyándola en todo y que gracias a eso pudiera llamarlo mejor amigo. Si había alguien en la familia que entendía a Albus, era Molly, él no era el único que decepcionaba a varios miembros de su familia por su incorrección, pero no, eso pasaba invisible ante sus ojos ciegos. Y, para redondear el asunto, hasta la pelirroja misma ignoraba que él creyera tanta escoria ligera de su propia persona. Pero algún día, quizás, se arrepentiría de lo que pensaba.

- ¿Por qué no quieres explicar lo que pasó frente a Ever y a mi? - preguntó con las cejas en alto, sin caer en ese comentario suyo. ¿James había modificado las cosas? Malmiró a su primo, de brazos cruzados, aún siendo rodeada por Scorpius de manera agradable. La situación era extraña, ellos estaban muy bien juntos frente a los demás, como si no importaran. Y es que en realidad así era, Molly había llegado a la conclusión de que si esa situación fuese cierta, le importaría muy poco andar por ahí de la mano del rubio con los comentarios despectivos de los demás, al contrario, le fascinaría poder demostrarle a todos los demás que estaba siendo feliz.

El ruido de la puerta resonó, esta vez una melena rojo fuego entraba con el semblante enojado y era comprensible. De ser ella, los hubiera asesinado a sus dos hermanos hasta dejarlos en cama por un año más. Frunció el ceño ante sus palabras, James y Albus se lo tomaban a la ligera pero Molly imaginaba el miedo que Lilylú habría sentido al enterarse de cómo estaban. Su linda prima fue donde ella y empujó a Scorpius, situación que la dejó medio desamparada, logrando que el rubio se fuera donde su primo menor. Lo miró cómplice, disculpándose con la mirada; y es que toda esa relación aún era extraña, ella no podía ir y disculparse como si nada en ese momento - ¿o si? - pero tampoco podía ir toda melosa en la privacidad de ellos dos, pero, extrañamente, no encontraba otra forma.

- Ya sabes, Lils, música, arte... - Su vida, para sintetizar. - Y, bueno, hay nuevas personas en mi vida.. - musitó carraspeando, con la mirada baja, mientras se acomodaba un mechón de cabello tras la oreja. El grito de James la sacó de sus cavilaciones, y Molly sólo se cruzó de brazos y lo fulminó, obligándolo a dejarlos en paz con la misma. No es que fuese muy buena persuadiendo, pero como ella respetaba su espacio, le pedía - ante gestos que él comprendía - que hiciera lo mismo hacia con ella. Lily fue tomada por James entre sus brazos, y la pelirroja artista se rió, sabiendo que aunque le sacara una sonrisa su prima seguiría ofendida, aunque sea por un tiempo. Estiró su mano tras el pie de la camilla de Albus, llamando a Scorpius con un suave murmuro. Esos eran los actos que debían trabajar, lo pequeño, lo íntimo. Ellos mismos debían creérselo. Volvió donde su primo, notando que una imagen más que desagradable había llegado a sus ojos - ¡Por Merlín! James, ¡cúbrete! - dijo a carcajadas, riendo frescamente. No es que nunca se hubiesen visto más de lo debido entre primos, eran familia, pero ya estaban mayores como para que esas cosas fuesen normales, y más para Molly que era bastante pudorosa.

Se sorprendió de la llegada de Minerva y de su consecuente perorata. La pelirroja prefirió ignorarla porque, tenía la manía de que, siempre que la directora hablaba, algo en la charla de la buena mujer le causaba una estridente risa que le costaba detener. Estaba loca, lo sabía, pero es que existía algo en su expresión que le era cómico. McGonagall se fue y James saltó contento sabiendo que podría irse, y Molly estuvo feliz por él; aunque seguía con la enorme intriga del por qué de ese incidente que ninguno quería contar. El ataque de un lobo, un reto, un héroe, esas eran las palabras que había logrado tomar y que le comunicaban, eran mentira. Suspiró, escuchando el comentario que Cassie hacía sobre visitar nuevamente a Albus. - También vendré de nuevo, pero con Luu. No vino hoy porque, sinceramente, no la encontré, y dudo que dejen hacer más visitas por hoy. Nuestros padres les envían saludos, por cierto - comentó a ambos antes de que James fuera a ducharse, nada raro era que Molly hiciera de vocera de su familia, esos dos y su trabajo hacían que jamás fueran a ninguna fiesta. Quizás gracias a eso Pennie fuese ciertamente independiente para algunas cosas, vaya uno a saber.

Scorpius capto el mensaje y se alejo de nosotras, lo que yo aproveche para encaramarme mejor al brazo de Molly, mientras esta respondía mi pregunta, pero ni eso me salvo de ser brutalmente – ok, exagero, pero casi – brutalmente – jalada por James, al que, de ahora en adelante llamare Mosca molesta o fea, todo dependerá de mi humor. Sentía como era dejada en su cama, después de haber terminado con el rostro lleno de sus besos, y comenzaba la tortura de las cosquillas, al principio trate de contenerme a mí misma, pero después fue imposible el no reír ¿Quién podría cuando tienes a tu hermano encima el cual sabe prácticamente todo de ti? Pues yo no, eso era obvio. Escuche la exclamación de Molly, pero realmente no la registre del todo, no podía escuchar mas allá de mis risas, no podía ver más allá del rostro de mi hermano, no podía sentir más que las manos de este sobre mí y mis manos tratando de luchar para que se apartase y me dejase en paz, afortunadamente, para mí, entro la Santa Directora a gritonear como era costumbre y quitar puntos, para salir por donde entro. Me quede observando la puerta unos minutos y luego me incorpore y me volví hacia James, que mas que preocupado, estaba festejando, tanto así que no le molesto besarse frente a mí con Ever, sin darme cuenta en mi rostro se formo una mueca de repulsión, no que no hubiese visto antes a un par de chicos besarse, o a mis hermanos, simplemente, no lo soportaba, siempre que aquello sucedía sentía como en mi interior algo se prendía.

Me levante de mi asiento aun haciendo muecas – ¡Merlín, creo que voy a vomitar! – dije mientras comenzaba a hacer una mala mímica al lado de la cama, poniendo mis manos sobre mi estomago y doblándome en dos, cuando me levante esboce una sonrisa algo forzada y me encamine hacia la puerta – [violet]lo siento, quiero evitarme el demás numerito, no quiero terminar viendo cosas extrañas[/color] – me volví hacia Molly cuando ya estaba al lado de la puerta – te veo después y hablamos, sin que M O S C A S M O L E S T A S estorben – esboce mi sonrisa angelical y salí dando un fuerte portazo, iría a casa y, de ahí a dormir un rato hasta que aquella imagen se fuese de mi cabeza, con eso y con mis hermanos manchados de sangre, los lobos y las acromantulas ese par tendrían que hacer mucho para que les volviese a, siquiera, dirigir la mirada.