La Fiesta del Bosque {TODOS INVITADOS}

Aclaración importante a Administración:

Segundo fin de semana de Septiembre.

Quien lo viera caminar por el bosque prohibido, con su varita apuntando hacia atrás, transportando consigo una amplia lona que flotaba con ligereza y habilidad en la nocturna espesura del bosque prohibido. Había tenido la idea del siglo y, aunque bien era algo irresponsable para un raven, también era irresistible para un chico tan loco como el joven Farrell que ya había llegado al claro del bosque. Maldito sea el día que en Encantamientos le habían enseñado aquel hechizo con el que pretendía realizar la fiesta del siglo o por lo menos intentarlo.

En el claro del Bosque extendió la lona no sin antes protegerse con un Aura mientras se dedicaba a montar la amplia tienda de campaña en medio de la explanada. Cuando ya estuvo perfectamente erigida sobre el suelo se adentró en esta y, habiendo avisado a sus padres por lechucería anteriormente, hizo aparecer un aparato a pilas de música puesto que muchos enchufes no podía encontrar por aquel bosque. Salió de su amplia tienda de campaña con dos aberturas que dejaban paso al aire dentro del recinto aquel y finalmente realizó el perfecto hechizo que se le había enseñado. Salvio Hexia. Con este consiguió hacer que la amplia estructura de tela desapareciera en la noche, ahora estando él sólo en medio del claro del bosque. Para recibir a sus compañeros de colegio, antes de poder entrar al lugar y comenzar la fiesta.

La extensión de la invitación había corrido a cargo de diversas personas a las que se había dirigido expresamente porque sabía que extenderían la invitación a límites insospechados, así además había pedido a varias personas que hicieran incursión en las cocinas para llevar algo de comida y bebida al lugar que, esperaba, no le fallaran.

Realizó un último hechizo, Fiendfire, que conjuró un ave que empezó a volar como fuego alrededor, marcando el lugar donde se encontraba el joven Raven sonriendo, esperando a los asistentes.

Desde su mesa y con una gran jarra de wisky de fuego Scorpius observó a la pelirroja que andaba con unos cuantos más guiñarle el ojo, no dijo nada, no le insinuó nada, solo la ignoró dandole la espalda, estaba enfuruñado y cuando él estaba enojado era mejor que no intentasen hablarle. Se tomó de un trago la bebida, sintiendo el líquido tibio bajarp or su garganta, quemandolo como solo la mala calidad del alcohol podía hacerle.Lo hubiera escupido si no tendría educación y una presencia que mantener. Ya había olvidado a sus amigos cuando la tercera jarra llegó a sus manos. Muchas veces se lo podía ver sin su grupo reducido de amigos, en una esquina, bebiendo solo o haciendo el tonto con cualquier chica que se le cruzara por azar, esa noche no tenía ganas de eso último por lo que se emborracharía y saldría de allí. Mucho tiempo no le quedaba en el colegio, debía disfrutar lo mejor posible.

Estaba cómodo allí sin que nadiel o molestase cuando su mejor amigo se acercó y se le colgó del cuello mordiendole la oreja. El rubio hizo un mohín y le golpeó las costillas con el codo, maldito jodido era Potter. Se voltó a la defensiva, pero al ver el gesto reprovatorio de su prima suspiró, no estaba reaccionando adecuadamente ulimamente. - Ya ya, no eres mío pedazo de homosexual reprimido.. - Scorpius le dió un coscorrón amistoso en la cabeza a Albus mientras éste le quitaba la bebida de sus manos. Tambaleó justo a tiempo de que Cassandra lo tomara de la cintura. Sonrió leve y se abrazó a su prima como poseso, hacía días que no podía estar con ella porque andaba ocupada, demasiado tiempo con Albus, cosa que al rubio no le gustaba nada. Con galantería sirvió un vaso de ron para su prima y se lo ofreció y ahí iban otra vez esos cariñitos hacia su mejor amigo. Se soltó de ella como situviera la peste. De verdad no entendían que eso no le gustaba nada, que era peor que le lanzasen un avada a que su prima estuviera con su mejor amigo. Adhara ya estaba allí. Él no hizo más que saludarla con la cabeza.

A esa edad era lo que hacían los chicos, beber y molestarse, las chicas eran algo diferente. Querían coquetear, tenían hormonas hasta por la nariz. Frunció la nariz al escuchar el comentario de Cassie. - Lo mismo pasa con las chicas, ya no son lo de antes.. - hablaba como si tuviera muchos años, muchas veces los comentarios de Scorp sonaban así, quizás por convivir de pequeño con demasiados adultos a su cargo. Abrió los labios nuevamente para darle otro trago al wisky mugriento aquel y estaba por tragar cuando Adhara comenzó a hablar de que irían con los leones, tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no atragantarse. - Nada de eso, tu te vienes conmigo.. - murmuró jalando a la castaña hacia él y dejandole un beso en la mejilla. Su sonrisa se ensanchó. - Bailas conmigo? - preguntó ladeandole el cuello. El que Lily Luna se hubiera acercado a ellos lo tenía sin cuidado, era solo una niña molesta.

Desde hacía algunos días se me veía muy feliz, bastante relajado y sonriente asi que cuando Scorpius reaccionó a mi broma solo reí y le susurré -Muy en el fondo los dos sabemos que me quieres solo para tí.- le guiñé el ojo y reí un poco más fuerte mientras las chicas comenzaban a desesperarse porque al parecer querían bailar, y algo que odiaba era bailar. - Esas chicas de ahora que suelen cambiar a sus amigos por gatitos insípidos...- negué con la cabeza acentuando la frase de Scorpius cuando Adhara mencionó que los chicos no eran lo de antes.

Cassandra llevó sus manos a mi nuca despeinándome en el momento menos indicado, luego de que Scorpius la tenía sujeta condemasiada fiereza y éste la soltó enojado. La miré compartiendo una mirada que solo ella comprendería y es que había quedado de ser ella quien se lo diría a Scorpius. Le dí un trago a mi bebida sin dejar de mirarla amenazadoramente como quien dice "Si no se lo dices y sigues así me va a matar". Al final creía que tendría que ser yo quien se lo dijera a mi amigo esperando que no muriera de coraje.

"Si vayan a bailar..." pensé pero mis pensamientos se vieron interrumpidos por una cabecita roja y una dulce voz que era bien conocida por mí, era mi pequeña hermana. - Hola Lils!- le dí un beso en la frente a mi hermana sin importarme mucho que estuvieran ahí mis amigos, pero si no hubieran estado seguramente me hubiera comportado mucho más efusivo con ella. Un segundo después cuando me disponía a decirle que no tenía que preocuparse por mí porque estaba bien y que no nos veíamos porque no compartíamos la misma sala común, cosa que le había dicho anteriormente unas miles de veces, me detuve a ver su atuendo y no me dí cuenta en que momento dejé mi boca abierta en son de sorpresa. - Te vas a enfermar Lilian! - le cerré el abrigo sobre el corto vestido que llevaba y la abracé sin dejarla que se quitara el abrigo. - Además el bosque no es un lugar para una niña tan pequeña e indefensa como tú!- la sujeté por los brazos y la miré ceñudo esperando que regresara al castillo pero conociendo lo testaruda que mi hermana era, seguramente que no lo haría.

Levanté la vista y ahí seguía Cassandra, solté a mi hermana y me incorporé recordando que no estaba solo con Lily.

La castaña camino entre las parejas que bailaban y no se detuvo cuando escucho algunas risas de chicas tontas que lucian sus mejores galas, mientras que ella se habia decantado por algo mas comodo como aquellas botas de montaña, o algo tan femenino como era aquella simple camiseta de tirantes y pantalones cortos.
Sin duda, preferia escuchar las risas de las jovenes por el hecho de ir vestida como ella misma deseaba, a tener que ir incomoda como seguramente estaban la mayoria de aquellas chicas solamente para lucir cuerpo.

Estaba segura de que esas jovenes estaban mas locas que ella misma.

Llego hasta la pequeña barra y pidio un whisky de fuego bien cargado para nada mas haber sido servido, llevarselo a una de las mesas libres del lugar, sentandose mientras que sus ojos chocolates se posaban en las personas que alli habia, siguiendo con su primera mision que era la de buscar alguna cara conocida en aquel lugar, aunque al ver que su segundo intento cayo en fracaso, lo dejo definitivamente.

-Bah, mientras tengo bebida, todo es...perfecto-dijo mientras que decia la ultima palabra como si de un ronroneo se tratase saliendo de lo mas profundo de su garganta, antes de tomarse de un trago la bebida que tenia entre sus manos y dejando con fuerza encima de la mesa el vaso con un sonido fuerte que no se escucho por todo el ruido que habia en aquel lugar por culpa de la fiesta que se celebraba en aquel lugar tan extraño pero que a ella le encantaba.

Suspiro y cerro los ojos mientras echaba hacia atras la cabeza, como si mirase al cielo nocturno de aquella noche tan hermosa, suspirando nuevamente para empezar a golpear con sus dedos en la mesa, intentando seguir el ritmo de la musica sin conseguirlo realmente, aunque seguia intentandolo con una sonrisa en los labios.

Y como era de esperarse cualquier afirmación que incluyera a los leones, hacia que mis amigos se alteraran y reaccionaran, en el momento que iba a girar hacia otro lado, una mano aprisiono la mía acercandome a él, siseé levemente como toda respuesta al suave beso, el olor del licor empezaba a sentirse en Scor, sonreí pasando mi mano por su cuello.

-Claro que bailo contigo- Dije agarrandome de su mano, estaba acostumbrada a que todos pensaran que eramos pareja o que teníamos nuestro rollo cosa que no se distanciaba de la realidad, caminamos hacia la pista mientras pasaba mis manos alrededor de su cuello suavemente.

Lo demás poco me importaba, si Albus estaba con la menor de los Potter que era una molestia eterna, si Cassie se aburria se nos uniria esta segura, me acerqué sugerentemente a Scor mientras le empezaba a hablar en el oído. -¿A que son mejores nuestras fiestas- Susurré mientras me alejaba de él suavemente.

Mi mirada de vez en cuando se centraba en el espacio, el lugar era bastante ameno estaban todas las casas y aún no se había dado una pelea probablemente por que había un número reducido de Gryffindor's. Mi mirada se centró en Cassie que se había quedado en medio de aquel númerito de amor philial, le rodeé los ojos mientras la invitaba a acercarse con un movimiento de cabeza, Scor estaba segura no se molestaría por eso de hecho le agradaría que ella se acercase un rato alejandose de Albus principalmente. Sonreí de lado, tomando otro vaso de una mesa cercana Ron, es que no servían nada distinto en esa fiesta, odiaba ese sabor dulce en mi paladar yo siempre había sido más de bebidas amargas.

-La bestia se acaba de desataaar.- canturreó, divertido, mientras daba por finiquitado aquella bebida que había estado tomando y dejándola en una de las mesas para salir a bailar al ritmo de la música de Ast. En nada sintió la mano de Allie tomar la suya y conducirlo hacia el centro donde ya se encontraba Molly, dejando algo atrás a Stebbins y su compañera. Empezó a bailar de forma grotesca lo que quedaba de canción, dando fuertes golpes contra el suelo, meneando su rizada cabellera arriba y abajo, al compás de la canción. Sus movimientos eran bruscos y patéticos, pero al chico le bastaba para divertirse.

Ast cambió de canción y el raven se sumió en un enfermo ritmo de batería inicial, que le hizo saltar hacia arriba con su punto en alto para luego dejar aquel movimiento y empezar a moverse con los hombros, observando a Molly y Allie, sonriendo levemente. Las miradas que compartía con sus dos amigas siempre le hacían reír, en este momento muchísimo más, pero era una risa sorda, silenciada por el alto volumen de la música muggle que sonaba con fuerza.

Todavía quedaba realizar su paso estrella, el que gustaba llamar vorágine y que consistía en tumbarse en el suelo y empezar a girar sobre si mismo, haciendo como que andaba sobre una rueda de hamster gigante, quizás luego se animara. Sus movimientos lo cansan poco a poco, pero sigue, incesante, mordiéndose ahora el labio inferior mientras golpea de nuevo con fuerza su cabeza, estilo heavy. Termina dando palmas a la canción, mientras observa a sus dos amigas bailar junto a él.

Su mirada ahora se centró en observar a los asistentes a la fiesta con cierta rapidez, hasta dar con su nueva amiga huffie Melancolía. Alzó un brazo y la saludó mientras continuaba bailando al son de la música de Ast, divirtiéndose como pocas veces. Se giró a sus amigas y les sonrió, mientras continuaba saltando y finalmente imitando el movimiento ochentero disco fever para hacer más el imbécil si se podía.

Llevó su mirada unos segundos a las afueras de la carpa y observó como lo que parecía un cuervo se posicionaba cerca de la entrada, el chico frunció el entrecejo para luego evitar fijarse en este y volver a centrar su mente en bailar.

Scor pareció algo enojado con mi coqueteo hacia Albus, lo cual me llevó a soltar una pequeña risa. Con mi trago en mano me puse a mirar la fiesta junto a Addy, y le di la razón cuando dijo que quizás tendríamos que ir a ver a los leones que habían dando vuelta, aunque curiosamente no estaba uno que solía denominarse el rey de la fiesta. No alcancé a responderle a mi amiga cuando Scor la sacó a bailar. Yo le sonreí y vi como ambos se fueron a la pista. Scorpius y Addy tenían una relación especial, de amigos más que amigos que no querían, a la vez, ser nada más. Yo respetaba eso y los dejaba ser. Por mí que Scor se metiera con quien quisiera mientras no dañara a alguien a quien considerara mi amiga. Si Addy no tenía problemas con cómo la trataba mi primo, menos aún lo tendría yo.

Podía escuchar a Albus regañar a su hermana pequeña, a la cual no miré cuando se acercó. Esa niñita me parecía demasiado sobreprotegida, y era una de las cosas que no me gustaba de ella. Quizás si la dejaran vivir me podría parecer mucho más interesante. Con ese pensamiento me quedé meditando mientras miraba la pista, tomando un trago de ron y jugaba con las puntas de mi cabello de forma inconsicente. La música se me confundía con las voces, y parecía pegada mirando un punto en el horizonte. Unos pasos a mi lado me sacaron de ese estado en el cual me había sumido, absolutamente distraída, y observé a Al. Le regalé una sonrisa-. ¿Vas a bailar conmigo o te vas a quedar ahí toda la noche?- le pregunté divertida y tomé su brazo. Sin más lo jalé hacia la pista, y me colgué de su cuello con una mano, mientras la otra la mantenía a un lado sosteniendo mi vaso. Comencé a moverme al ritmo de la música mientras le coqueteaba de manera descarada. Aún no le decíamos nada a Scorpius ni a Addy, pero ya había llegado el momento de que se enteraran de nuestro secreto. Así fue que me incliné en mis pies y me lancé contra los labios de Albus, dándole el primer beso público de la noche, con una mano enredada en los cabellos de su nuca, y nuestros cuerpos cerca por el baile. Cerré los ojos y saboreé sus labios sin pudor alguno. El ron ya había hecho algo de efecto, y yo quería jugar... jugar hasta hartarme de ello.

Rodeó los ojos ante el comentario de Albus, aunque le guiñó un ojo cuando tuvo la oportunidad, esas bromas que se hacía de que se querían y su homosexualidad reprimida le daban tanto asco como lo hacían reir con fuerza. Ya no le pasaba importancia a su prima, interiormente sabía que algo no estaba saliendo del todo bien y como siempre no lo quería aceptar. Adhara aceptó muy rápido por lo que sonrió de lado mientras caminaban hacia la pista, el wisky feo aquel estaba haciendo efecto en él y sonreía más de la cuenta, al menos hacia ahora. Hechó un vistazo hacia los hermanitos y su prima pero luego toda su atención se centró en su castaña Rubinsen.


- Siempre querida, habrá que demostrar como esuna fiesta verde y plata.. - el rubio hundió su rostro en el cuello de su amiga dejando un beso suave allí, esa noche tenía ganas de jugar con sus reglas y esta seguro que no se le negarían. Adhara invitó a Cassandra a que valla con ellos pero ni siquiera se acercó, al fin de cuentas su prima estaba con otro asunto importante. El asunto aquel, luego de un momento se hizo evidente. La vena del cuello del Slytherin se infló y sus ojos quedaron fijos en la pareja que se besaba sin pudor unos pasos más alejados de ella. Se soltó de Adhara como si tuviera la peste, en ese momento solo pensaba en matar a su mejor amigo.

Caminó hacia ellos y apartó a su prima de los brazos de Albus dejandola a un lado. - Serás mi mejor amigo, pero ella es MI PRIMA! - exclamó en voz alta enfatizando la última palabra. Scorpius lo agarró de la camisa y sacó su varita, estaba furioso, lo tenía sabido. antes de largar cualquier hechizo el rubio golpeó el rostro de su mejor amigo con el puño, y cruccearlo no sería una mala idea en ese momento. Lo tiró hacia el piso.

La chica dejo con fuerza el vaso encima de su mesa y fijo sus ojos en esta, contando mentalmente la fila de pequeños y vacios vasitos de Whisky de Fuego que se habia tomado aquella noche, asintiendo cuando el numero llego a quince, haciendo que una sonrisa surcara sus labios ante aquel simple hecho, antes de levantarse de su sitio y volver a dirigirse como hacia tan solo cinco minutos a la barra para pedir el que seria en aquella noche, el whisky numero dieciseis, llevandose una mirada de incredulidad del barman al ver como aun caminaba sin tropezar y su hablar era perfecto.
La joven al ver dicha mirada solo pudo sonreirle antes de pedirle su bebida de aquella noche.
-No problem, lindura, estoy acostumbrada a beber, hasta la copa treinta y cinco estoy lucida-le comento mientras tomaba entre sus dedos el vasito y se lo llevaba a su mesa, bebiendoselo de un solo trago nada mas sentarse, y dejandolo sobre la mesa junto con los demas.

Fijo sus ojos aburridos en las personas que bailaban en la "pista" y sonrio divertida al ver como su amigo del Sauce Boxeador la saluda, devolviendole el saludo con un leve hola con su mano, para poco despues cerrar sus ojos, hechando para atras la cabeza como si fuera a dormir aunque la verdad se estaba convenciendo del por que de que aun siguiera en aquella fiesta, pues nada interesante estaba pasando y tampoco parecia que fuera a pasar.
Entonces las voces de sus amigas surcaron su mente diciendole que aprovechara y se ligara a algun chico, abriendo sus ojos y mirando con estos el repertorio de hombres que habia en aquel lugar, asustandose ante lo que veia pues ninguno parecia ser lo que ella esperaba de un chico.

-Vamos Merlin, haz algo divertido en esta fies...-su peticion quedo en el olvido al ver como el comienzo de algo que definio como pelea empezaba por algo que seguramente seria alguna chica, por lo que nego con la cabeza para levantarse y empezar a caminar por la fiesta sin rumbo alguno, evitando estratigicamente el lugar en donde parecia haber un chico en el suelo por culpa del otro chico que parecia estar enfernte y que parecia ser el causante del golpe que habia enviado al del suelo hasta el lugar en donde estaba.

No había ido a la fiesta, no tenía ni el más mínimo interés. Extraño, ¿verdad? Los dolores de cabeza parecían poder conmigo, las pasadas noches apenas había dormido Sabía que algo pasaba, que algo iba mal, lo presentía, lo sabía, el cómo no lo sabía, pero el hecho sí. Aquella mañana no había ido a clase, tenía fiebre, con sólo ponerme la mano en la frente era más que notable. Creí que la cabeza me iba a explotar cuando lo vi, lo vi todo claro, como nunca lo había hecho. Sentí miedo, mucho miedo, tanto que cuando salí del trance sudaba, respira de forma entrecortada mirando a todas partes nerviosa. ¡Estaban dentro! ¡Nadie se había dado cuenta!

Sabía que todos estaban ahí en la dichosa fiesta que habían organizado. Todo saldría peor, los profesores no tenían ni idea. ¿Debía avisarles? No, no,no, eso no haría más que meter en apuros a mis compañeros e ir allí, no me atraía la idea de ir. Para la mayoría era la lunática que decía ver cosas y no quería soportar otra humillación publica como en otras ocasiones, pero debía hacerlo. Me dirigí al bosque prohibido, corría, casi no pensaba, no había recobrado el control total de mi mente y los flashes de la visión me seguían atacando.

Escuchaba a gente, hablaban, gritaban, había música, bailaba, veía pero no veía nada. Tenía los ojos muy abiertos y respiraba con dificultad, parecía que me fuera a dar un ataque en cualquier momento. Cualquiera que me viera diría que era una psicópata, pero sabía muy bien que no era así, era vidente, nada más. Estaba nerviosa, muy nerviosa, tenía miedo mucho miedo, era casi incapaz de hablar. Tenía lágrimas en los ojos, me metí entre la muchedumbre rompiendo parejas o grupos de amigos hasta quedarme en el centro, respiraba con dificultad, me costaba pensar.

-Aquí. Escondidos. Cuervos. Muertes... Muchas muertes, todos. Sí, sí, todos. Regreso.-apenas podía hablar, todo lo que decía lo farfullaba de casi un modo ininteligible. Me quedé de pie mirando a todos con los ojos bien abiertos. Esto no acaba más que comenzar. El ataque a Beuxbatons y Drumstang no había sido más que el principio. Él había vuelto.

Veía como todas las personas tomaban licor y yo era la única ingenua que no lo asía, desde muy pequeña me inculcaron a no beber, pero un vaso no me aria tanto daño ¿no?, tome el primer vaso que vi en la mesa, y probé lo que contenía, pero el en el instante que mi lengua probo el sabor del licor, hice una mueca de disgusto al ver el amargo sabor que tenia, pero entre mas tomaba se iba lo amargo del licor.

Me sentía un poco mareada, pero no era tan grave para que no pudriera mantenerme de pie, al ver mi vaso me di cuenta de que ya estaba vació, no tenia ni idea de lo que había tomado pero quería saber el sabor de los demás licores que estaban en la mesa, no creo que me pase algo malo por tomar otro, deje el vaso vació en la mesa y tome otro vaso de diferente licor, el olor que tenia este me recordaba a uno que conocía, parece que era ron, en realidad no lo sabia bien ya que era primera ves que lo probaba.

La música sonaba fuerte y sentía como el sonido asía temblar los vasos que estaban en el bar, tome otro sorbo de mi bebida que estaba en mi mano, y me moví lentamente al ritmo de la música, tenia ganas de bailar, y divertirme pero no conocía a nadie, eso era lo malo de ser nueva en un colegio, observe entre la gente para ver alguna cara conocida pero no había nadie.

El mundo me daba vueltas, definitivamente no debí probar aquel licor, supongo que estaba borracha no lo se nunca lo había estado, pero no iba a desperdiciar el poquito de licor que estaba en mi vaso este sabia bien, no podía dejar a medias mi bebida, tome el ultimo sorbo y lo deje en sima de la mesa, sentía rara mi mano sin algo que sujetar, el mareo se me había pasado y ya no me sentía tan mal, no creo que me aria tanto daño tomar otro vaso, tome otro que había en la mesa y probé el licor, este tenia un sabor un poco raro como un poco amargo y dulce, en realidad no sabia como explicar con certeza que sabor tiene, volví a observar ala gente si encontraba a alguien conocido mientras que tomaba otro sorbo de mi bebida, pero algo que encontró mi vista me sorprendió un chico rubio le había pegado a otro chico, y al parecer las cosas iban graves ya que saco su varita, me quede observando para ver si algo pasaba ya que si las cosas se salieran de control, alguien tendría que parar esta pelea.

La música sonaba muy fuerte, parecía que todos estaban muy felices bailando, bebiendo, platicando, cantando y moviéndose por ahí. En el centro de la pista estabamos Cassandra y yo, ella lucía muy hermosa, con las luces de colores su cabello resplandecía tenuemente dándole un aspecto encantador. Sus dedos se colaron por mi cabello seductoramente y esa mirada de complicidad que me lanzó era de mala augurio, ella quería jugar pero había escogido el único momento en el que no debía de hacerlo porque aún no le decía a Scorpius lo de nosotros y cuando sus labios tocaron los míos sin pudor supe que algo malo se aproximaría pero de igual manera no me negué.

La sujeté por la cintura con delicadeza mientras nuestros labios se consumían en un beso que debía de reconocer era demasiado exitante, la suavidad de su piel y el roce contra mis labios era algo que levantaba mis ideas del plano de la realidad. Tenía los ojos cerrados y la respiración no jugaba conmigo, me faltaba el aire y las manos de Cassandra me hicieron desear en ese momento que nadie nos estuviera viendo, justo estaba por abrir los ojos cuando sentí que me jalaban por la camisa y los gritos de Scorpius se hicieron escuchar por encima de la música, abrí la boca para argumentar algo pero antes de poder decir palabra alguna recibí un fuerte golpe en la nariz con el puño de mi mejor amigo.

Caí al suelo con la nariz sangrando, me llevé una mano a la cara porque la sentí punzante y me dí cuenta de que sangraba a borbotones: Levanté la vista a Scorpius quien sujetaba la varita con fuerza y me veía fúrico, sabía que estaba a punto de atacarme. No íba a detenerlo.

- Y entonces se puede saber cual es el motivo de tu molestia?- pregunté descaradamente mientras sacaba un paño de mi túnica y me lo ponía en la naríz. Dolía demasiado, sentía que mis ojos se nublaban por un par de lágrimas que se habían aconglomerado ahí pero no me quejé. Mi pregunta era clara. Si yo era su mejor amigo y ella su prima, él debería de estar feliz de que estuvieramos juntos.

(Todos: Vidente en accion

PD: Disculpen la falta de tildes, pero se desconfiguro mi teclado -.- )

Los labios de Albus sobre los mios me obligaron a cerrar los ojos. Su mano aferro mi cintura y su cuerpo se pego al mio. Era consciente que todos nos podrian estar viendo en ese minuto, pero la boca de Albus me hizo olvidar aquello de momento. Besarlo se me hacia a cada instante mas agradable, y debia reconocer que aquel beso en especial era delicioso mezclado con la musica que camuflaba los sonidos ajenos a nuestro alrededor. Era como estar escondidos en un cuento, donde ambos eramos personajes de esa historia, una historia que a cada segundo se hacia mas interesante. Asi como de intenso se hacia el beso.
Pero entonces senti que alguien tomaba mi brazo y me separaba de Albus de golpe. Vi a Scor con un rostro de ofuscado que solo se asemejaba al que ponia cuando Slytherin perdia un partido, y pude escuchar el crijudo de la nariz de Albus cuando fue alcanzada por el impacto del puño de mi primo al dar contra ella. Rapidamente di un paso hacia Albus y me agache a su lado. Mi mano sujeto su brazo para impedir que se pusiera de pie, mientras mis ojos viajaban hacia Scorpius, quien sostenia su varita en alto-. ¡Detente, Scorpius!- le demande mirandolo de forma fiera. Sabia que Scorpius se enojaria, pero nunca imagine que seria capaz de lanzarle un golpe a Albus en el rostro por el enojo. Mis ojos entonces se posaron en Albus, en los verdes ojos de Albus, y note la sangre que salia de su nariz. Le sonrei tenuemente entre las luces azules de la pista de baile, y le dije- Vamos a la enfermeria, te acompaño-.
Me comence a poner de pie y estire mi mano para que Albus la tomara. Mis ojos ya no veian a Scorpius, pues aunque siempre me habia provocado gracia sus ataques de celos, creia que esa vez se habia pasado. Eso me recordaba a mi padre, y recordar a Theodore hacia que mi pecho fuese invadido por la ira. Por lo cual mis ojos seguian pegados en el rostro de Al, esperando que tomara mi mano y escaparamos juntos de ahi, para que le curaran esa horrible herida antes de que fuera demasiado tarde.
La mano de Albus tomo la mia y yo senti el calor de sus dedos. Las luces de la pista se tornaron verdozas, y pude oir un grito que me obligo a levantar la mirada hacia una chica que entro a la sala diciendo incoherencias que no pude oir del todo bien. Entonces me paralice, aun con los dedos de Albus tocando los mios. Mi rostro, palido y sin gesto alguno, quedo dirigido hacia esa chica, mientras lo cual una angustia me invadio y mi mirada fue velada por una nube negra de la cual se oian gritos de lamento. Dolor, sangre, miedo... mucho miedo... me llevaron a apretar la mano de Albus con fuerza sin ser consciente de ello. Mi cuerpo temblo ligeramente y cai al suelo, sin dolor alguno, ya que mi mente estaba flotando en aquellos flashes de imagenes que pasaban en ella. Solte a Albus y mis manos se fueron hacia mis oidos, intentando cubrirlos para dejar de escuchar esa batalla-. ¡NOOOOOOO!- grite abriendo los ojos como nunca antes y apoyando mis manos en el suelo-. ¡Hay que escapar! Ahora... antes de que sea tarde- murmure cambiando del todo mi gesto de terror por uno de desconsuelo, a la vez que unas lagrimas bañaban mi rostro y mi pecho se hundia en un llanto que intentaba evitar. Mordi mi labio inferior y, entonces, sin motivo alguno, deje de llorar y abri mi boca en un gesto de confusion absoluta. ¿Que hacia en el suelo?, me pregunte mirando a Al con duda. Senti las lagrimas de mi rostro y me las saque con el dorso de mi mano, admirando que casi toda la fiesta miraba el espectaculo que habian montado Scorpius y Albus, mientras yo no entendia porque habian lagrimas que bañaban mis mejillas-. ¿Que paso?- pregunte sabiendo que algo no andaba bien. Pues fue como que unos segundos de mi vida se borraran... y solo aquel sentimiento de angustia se mantuviera en mi como si en cualquier momento me pudiera poner a llorar de nuevo.

(Polina, Cassandra, Astaroth, Cuervo y TODOS)

El chico se mantenía en la zona de baile, combinando piruetas con movimientos cortos y más relajados, "dándolo todo". Las risas se confundían con la música, el bullicio se hacía ya casi insoportable pero a él poco le importaba. Su mirada se alternaba y pronto se centró en una pequeña disputa del sector serpentil. No quería interceder, pero, como buen anfitrión, si veía que aquello acababa desmesuradamente mal entonces iría y les pediría con toda la amabilidad del mundo que abandonaran su estupenda carpa. Recapacitó acerca del estruendo interior y por unos momentos llegó a afirmarse mentalmente que por mucho que gritara no se oiría nada, estaba seguro. Pero pronto sus conjeturas cayeron como un castillo de naipes cuando fue empujado por alguna persona hacia un lado, lo que le hizo moverse dejando cierto sitio en la pista. Y así pasó con más gente que dejaron paso a una chica que parecía exhausta.

Las palabras de la chica resonaron en sus oídos, con cierta trivialidad, catalogándolas de efectos de algún alucinógeno que otro. Pero pronto se esfumó toda esperanza de broma cuando escuchó en labios de ella la palabra cuervo. Su mirada giró hacia una de las aberturas de la tienda donde se encontraba todavía aquel animal negro, saltó hacia un lado con sobresalto y gritó: -CUERVO!- pero sus palabras quedaron casi ahogadas por otro grito, el de Cassie que estaba en el suelo pero pronto se reincorporó, como si no hubiera sucedido nada, por más que pareciera algo desconcertada. La paranoia estaba servida.

Se acercó a la chica que había dicho lo del cuervo y la interrogó con miedo latente. Con rapidez aferró sus manos a los brazos de ella, zarandeándola en un frenesí caótico, temeroso por la integridad de su fiesta, de su persona dentro del colegio y de la existencia de las demás personas allí presentes. El cuervo graznaba incesante ahora, como si intentara alertar o llamar a alguien. Comenzó a volar fuera del lugar, en el terreno tenuemente iluminado.

-¿Qué quieres decir con todo esto? ¿Qué demonios sucede?- su rostro había abandonado cualquier tipo de felicidad o tono divertido, el cuervo lo estaba asustando. El graznido del cuervo se oyó con fuerza mientras revoloteaba por fuera y desaparecía momentáneamente, fuera de la vista de cualquiera. El chico volvió su vista a la chica. -¿muertes?- preguntó con cierto miedo, se estaba arrepintiendo sobremanera de haber organizado aquella fiesta y observó a Ast, pidiéndole que acabara con la música.

Todavía se mantenía aferrado a los brazos de la chica, observando ahora el lugar en sí y como diferentes personas empezaban a entrar en pánico. El chico inspiro y expiró todavía sujetado inconscientemente a ella. -Creo que debemos march...- no terminó la frase, se soltó de los brazos de la chica y los apegó a su cuerpo, levantando las manos y encogiéndose ante el estruendo que acababa de escuchar. Aquello se estaba convirtiendo en la peor de sus pesadillas.

La música era alegre, tan alegre que me obligaba a mover mis pies sin poder evitarlo. Un chico de Raven se había presentado, y yo le sonreí amablemente, notando que el parecía ser el responsable de esta buena iniciativa. Después de saludos varios, palabrerías y risas, todos fuimos guiados a la pista. Mis ojos se clavaron en los de Philli y le sonreí al notar que se veía algo complicado con lo que venía a continuación. Por lo que tome una de sus manos y la puse en mi cintura, mientras yo lleve las mías alrededor de su cuello-. Sígueme- le dije siendo iluminada por las luces azules de la pista. Mi cuerpo se comenzó a mover con el ritmo de la música, y a ello hacia que Philli me siguiera sin dejar de mirar sus ojos en ningún momento. Era como si solo estuviéramos los dos en esa pista, sin nada ni nadie a nuestro alrededor. Era primera vez que bailábamos en una ocasión así, y eso provoco que mis mejillas se sonrojaran y mi pulso se acelerara. El cabello de Philli brillaba con la iluminación de la carpa, y casi no me molestaba que pisara mis pies al moverse, ya que eso me hacia reír.
Entonces unos gritos rompieron el momento. Solté el cuello de Philli, pero me abracé de su cintura, viendo como unos chicos que no conocía se habían puesto a pelear. Junto a ello una chica que nunca antes había visto comenzó a gritar cosas como loca entrando a la carpa, y a ella la siguió otra de las chicas que había estado inmiscuida en la pelea de los otros dos. Extrañada por todo ello mire a Philli con un signo de interrogación en mi rostro. Una de mis manos se dirigió sin pensarlo dos veces hacia la medalla que siempre tenía en mi cuello, y con ella aferrada en un puño escuché las palabras que decía Ben, el chico simpático que me había saludado antes de ir a bailar.
- ¿Escuchaste, Philli?. Parece que algo pasa- dije pálida por el miedo y la preocupación. Todos se veían muy alterados y eso hizo que me aferrara más al cuerpo de Philli. Pero sabía que quedarnos ahí no era buena idea, así que tomé la mano de mi monito y miré a todos los que me rodeaban-. ¡Vamos, salgamos de aquí!- exclamé jalando a Philli hacia la salida. Ahora tenía mucho miedo, muchísimo.

Phillipe observaba con detención el baile que Benjamin le entregaba a sus amigas, como si el Ravenclaw fuera el mejor bailarín de la historia, pensando que quizás si seguía sus pasos lograría pasar desapercibido su bago talento para el baile, pero lo que Phil no sabía es que si seguía el ejemplo de su amigos solo conseguiría quedar más en ridículo. Por suerte Emy llamó su atención y cogió su mano para posarla en la cintura de la rubia, mientras las manos de ésta misma rodeaban el cuello del nacido de muggles. Por un momento sintió como la respiración no llegaba a sus pulmones, pero poco a poco se fue relajando y siguió los pasos tal como ella se lo había indicado. Una sonrisa se iluminó en el rostro del joven al notar lo hermosa que su acompañante se veía bajo las luces de la carpa. Ni cuenta se dió de lo excelentemente bien que llevaba a su pareja, salvo por momento es que de forma torpe y lerda pisoteaba a la pobre Emy. - Lo siento, Em - se disculpó más de una vez, pero lejos de molestarle, la pequeña parecía divertida con el baile. Despues de todo las fiestas no estaban tan mal.

Por la mente del Hufflepuff pasaron las imagenes de aquel primero de septiembre recien pasado en que por fin se había atrevido a declararle su amor a Emy y hasta darle el que sería su primer beso, omitiendo claramente el beso que le había dado bajo el muerdago la navidad pasada. Al sentirla tan cerca quiso revivir ese momento, quiso decirle cuanto la quería, quiso volver a capturar sus labios en un apasionado beso, pues ya no sentía aquel miedo al momento de acercarse en un plano más amoroso a ella, ahora solo quería conquistarla. - Emy yo... te quie... - su palabras fueron interrumpidas al sentir a su espalda un empujón. Volteó molesto y notó que una chica de Beauxbatons fue la responsable, más no pudo objetar ninguna queja pues la joven parecía bastante acongojada y decía varias incoherencias que Phillipe no fue capas de comprender del todo. ¿Qué le habrían metido al alcohol esa noche su amigo Ben y compañía?. Buscó a éste mismo con el ceño fruncido, notando el nerviosismo de Emy entre sus brazos, pero su ceño se relajó al ver que el rarito se acercaba con clara preocupación hasta la chica del uniforme azul claro. ¿Qué es lo que sucedía? Algo andaba mal, y los gritos de una alumna de Slytherin solo lograron ponerlo más nervioso de lo que estaba.

Phil divagó unos instantes hasta que escuchó la exclamación de Emy. Asintió y cogió su mano con fuerza. Tenía que sacar a Emily de ese lugar y llevarla a un lugar en donde estuviera a salvo. La música se detuvo y fue entonces cuando pudo alzar la voz. - Vayámonos de... - su palabras nuevamente se vieron cortadas al sentir un estruendo desde la entrada de la carpa. Observó el lugar, pero una densa niebla pareció impedir su vista del todo. - Pase lo que pase no te alejes de mi, Em - musitó rodeando a su amada entre sus brazos tratando de entregarle la seguridad necesaria para que la pequeña no entrara en pánico. Si algo le pasaba a Em, jamás se lo perdonaría. - Te amo. - fueron sus últimas palabras mientras depositaba un beso sobre su frente y alzaba la vista hasta la entrada de la carpa nuevamente con clara preocupación.

Habia estado tan metida en sus pensamientos que cuando se produjo lo del puñetazo entre dos alumnos del colegio, la chica solo pudo mirar con curiosidad desde su sitio en la barra antes de encogerse de hombros y tomar un trago de su vaso de agua, pues antes de tomarse su tiempo para dedicarse a refrescarse la seca garganta, le habia llevado a su amiga su bebida, encontrandose con la noticia de que se habia vuelto al castillo sin ella, dejandola sola en aquel lugar del cual estaba segura que no conocia a nadie, al menos no a primera vista, y aquella era la sexta vez que miraba los rostros de las personas.
Nada, ningun conocido.

Volvio su vista al frente, encontrandose con los ojos del barman que parecian mirarla divertido, haciendo que ella enarcara una ceja al terminarse toda su bebida y deja el vaso con delicadeza encima de la plana superficie, mirando a los ojos a quien servia las copas en aquel lugar, intentando saber el por de que la mirase asi.
Una negativa divertida por parte del camarero, hizo que ella dejara escapar de sus labios un bufido al saber lo que queria decir con aquel simple gesto, bajandose de su comoda butaca y dudando seriamente en si irse o quedarse a la fiesta.

"¿Que puede pasar por quedarme un rato mas?"-fue lo que paso por su mente, antes de patearse al pensar aquella simple pregunta, pues habia escuchado lo que aquella joven rubia decia gracias al hecho de que estaba "relativamente" cerca del lugar del conflicto, viendo con sus ojos azules el miedo en el rostro de los demas alumnos,haciendo que un mal presentimiento, aquel que sacudia su pecho cuando aun vivia con su padre, aflorase en su interior, buscando en ese momento, alguna señal de peligro por el lugar.
Quizas ella tenia un concepto de miedo mucho mas distinto que los demas, pero cuando escucho aquel estruendo proveniente de la entrada de la carpa solo pudo dar un pequeño salto en su sitio, ante lo inesperado del ruido y palpar con sumo cuidado los bolsillos de su chaqueta, dandose cuenta de que no se habia llevado con ella su varita como solia hacer siempre.

-Mejor asi, dudo mucho que los hechizos que usaba con mi padre, asustara a quien hizo ese ruido-se dijo en voz baja a ella misma, mientras miraba entre curiosa y temerosa hasta la entrada de la carpa, suspirando con cierto alivio al pensar que su joven amiga se habia ido antes de que aquello pasara.

La noche avanzaba, rauda y veloz, vertiginosa, entre risas, música, bailes, diversión y los infaltables conflictos que en un evento como se ese se apreciaban con total normalidad. Fuera de los detalles la fiesta en el bosque prohibido, organizada por la extraña dupla verde-azulada que conformaban Benjamin Farrell y Astaroth Slater como sus indiscutidos anfitrión y Dj, respectivamente, era un rotundo éxito.

Nada parecía presagiar la catástrofe inhumana que estaría a punto de ocurrir en aquel agradable ambiente. Una de las alumnas que no había asistido a al fiesta habría dado el dato a uno de los Neo-Mortifagos infiltrados en el colegio. Una fiesta llena de mestizos, muggles y traidores a la sangre. Una oportunidad perfecta para sembrar el caos y demostrarle a los alumnos por qué es que el bosque prohibido estaba PROHIBIDO. El bibliotecario tomó su forma animaga y se dirigió al bosque para serciorarse de que las palabras de la Beauxbatons eran ciertas, y vaya sorpresa y excitación sintió al ver a todos aquellos corderitos alejadosde la mano de Merlín.

El cuervo alzó sus graznidos abandonando la carpa una vez más y llamó a sus secuaces, aquellos que bajo sus perfectas mascaras ocultaban sus rostros para no ser prejuiciados por sus "justificados" actos puristas, sin contar que muchos de ellos eran miembros importantes y reconocidos del mundo mágico y hasta ellos teníanconciencia de que tales actos no eran bien vistos por la mayoría hoy endía. Fuera como fuera ahí estaban ya, y el diminuto pero contundente grupo de Neo-Mortifagos se adentraban cubiertos por aquella densa capa de niebla que los cambios de temperaturas de esa noche entre la cálida fiesta y el gélido exterior había provocado y alzado en la entrada de lacarpa. La música cesó, las profecías eran ciertas, el pánico se hizo presente y aquellos rayos verde esmeralda comenzaron a hacerse notar dejando caer un par de cuerpos inertes al suelo. Dos jóvenes "Sangre Sucias" que no podría ver un nuevo amanecer. El primer ataque ya había dado comienzo y con ello el retorno de los magos tenebrosos, del miedo y del "él" que se hacía presente incluso luego de estar supuestamente muerto.